El verano y la mamá de la piscina

Aventuras con una mamá de la piscina

Iba a ser un verano como el resto, trabajando por la mañana y la tarde en la piscina de la urbanización, disfrutando del sol, el agua y la visión de alguna que otra mamá interesante, pero el destino me reservaba una sorpresa.

En plena lectura de un libro, una mami de las interesantes, morena, ojos verdes, culazo de los que quitan el hipo y unos senos de escándalo, me pregunta si se puede tumbar a mi lado, cansada de ver como su hijo se lanza una y otra vez al agua.

Tras un rato de charla intrascendente, y de unas cuantas veces hablando de lo cansada que está con el niño, la conversación empieza a subir de tono, y decido atreverme a preguntarle directamente por su vida sexual. Sé que su marido trabaja todo el día, así que me interesa ver el grado de necesidad de mami.

Sin quererlo, me acaba confesando que hace ya mucho tiempo que no tenía sexo con su marido. Ese comentario hizo que tanto sus pezones como mi polla respondieran casi de inmediato. Empezaba a estar complicado disimular mi incipiente erección, aunque para mi mami acompañante aquello no parecía ser un problema, sus ojos no hacían más que mirar en dirección a mi entrepierna.

Mi mente empezó a fantasear con follarmela allí mismo delante de toda la piscina, y eso hizo que la erección fuera algo más que evidente. Para mi desgracia, su hijo entró en escena y rompió el hechizo, así como supuso el final de mi erección.

Nos despedimos educadamente, pero desde ese momento empecé a hacer planes: antes que finalizara el verano tenia que follarme a la mami.  Y así fue….

Durante los siguientes días, volvimos a coincidir en la piscina, pero en este caso todas las conversaciones fueron intrascendentes. Hasta que un día, casi cuando estaba a punto de cerrar la piscina nos quedamos solo ella y yo. Su hijo estaba fuera de la piscina jugando con otros amigos y me lancé a por ella.

Ya que estábamos solos, le confesé que desde el primer día no había hecho otra cosa que pensar en ella, en sus tetas, su culo y que quería follarmela. Asi tal cual, se lo solté. Había 2 opciones, o que me soltara una bofetada y me volviera con el rabo entre las piernas, o que entrara en el juego.

Y vaya que si entró. Su reacción me dejó helado, ya que me cogió la mano y con suavidad y disimulo me la llevó a uno de sus pechos. Su pezón erecto me confirmó que no me había equivocado. Yo quise seguir un poco más y traté de apartarle la tela del bikini, por lo que empecé a amasarle las tetas, cosa que no hizo más que encenderla más. Un poco más y me hubiera lanzado a besarle y lamerla las tetas, cuando un pequeño carraspeo nos indicaba que el socorrista quería cerrar la piscina.

Volvieron todos los niños y la escena me volvió a dejar compuesto y sin polvo. Rápidamente al subir a mi casa, me hice la paja más maravillosa que recuerdo pensando en mi vecinita.

Llegaron las vacaciones del verano y la cosa se enfrió, pero la última semana antes del cierre de la piscina, la suerte me sonrió y, al volver del trabajo me encontré a mi vecinita en el garaje. Ambos acabábamos de llegar de trabajar y ya no pude más. Le dije que me la tenía que follar, aunque fuera allí mismo, en el garaje, y pudieran pillarnos. Su calentón era más que evidente y entre 2 coches aparcados se bajó las bragas, me las lanzó y antes de que me diera cuenta se había quitado el vestido y estaba completamente desnuda esperando a que la follara.

No la hice esperar más y me lancé a por sus pechos, amasándolos con las dos manos, besándolos y disfrutado de sus pezones y sus grandes aureolas. Poco a poco bajé las manos hasta su sexo, que estaba totalmente empapado y fui metiendo primero un dedo, luego dos dedos, hasta que no pudo más y me gritó “follame, ¡¡¡¡por favor!!!!”

No tardé nada en sacarme la polla y empezar un frenético mete-saca, tan fuerte que empezamos a zarandear uno de los coches. Mientras la estaba follando, seguí amasando sus tetas, comiéndome los pezones como si fueran dos galletas. Como lo había deseado y estaba ocurriendo, en medio del garaje me esta follando a una verdadera MILF. No tardó en tener un primer orgasmo que casi hace que se caiga.

Tras su orgasmo, le ordené que se agachara y me chupara la polla. Estaba en la gloria, desde arriba veía como mi vecina empezaba a chupar mi estaca, se la tragaba entera una y otra vez, como si fuera un caramelo. Lentamente empezó a comerme también los huevos, yo no sabía si alguna vez se la había chupado a su marido, pero estaba mostrando una maestría que iba a hacer que me corriera. Yo la ayudaba guiando su cabeza hacia mi polla, hasta que se me ocurrió una maldad.

Quería follarme a esa mujer por todos sus orificios, ya le había taladrado el coño, me estaba follando su boca a base de bien, pero quería partirle el culo. Asi que le dije que parara antes de que me corriera, le di la vuelta y empecé a dilatarle el culo poco a poco.

Al principio se resistió, pero poco a poco le empezó a gustar hasta que, sin previo aviso me grito “reviéntame el culo, quiero sentir tu polla en mi culo”.

No la hice esperar y de una embestida se la metí hasta el fondo, empecé a follarle el culo lentamente, pero me había pedido que la reventara, así que empecé a aumentar el ritmo. Sus jadeos y gemidos me indicaban que estaba disfrutando de lo lindo.

Yo estaba a punto de correrme, así que con un movimiento rápido se la saqué del culo, le hice agacharse y empecé a masturbarme a escasos centímetros de su cara. Ella supo lo que yo quería hacer y empezó a masajearme los huevos.

Un instante antes de que yo empezara a gritar me corro!!!!! Y ante mi sorpresa se metió mi polla en la boca y se bebió todo mi semen, no dejando que resbalara ninguna gota por su cara o boca.

En ese instante los dos volvimos a la realidad, estamos desnudos en un hueco apartado del garaje, y habíamos tenido suerte que nadie había bajado a por su coche. Nos vestimos, nos despedimos y cada uno se fue a su casa.

Ese fue el primero de alguno de mis mejores polvos con la mami de la piscina