El verano de mi vida

Llegó el verano y decidimos pasar unas vacaciones en hotel en una playa de Brasil.

Me llamo Sauro y mi esposa Estela, somos un matrimonio de 20 años de casados, y la rutina apoderándose de nuestra vida la había tornado aburrida, con el sexo si bien disfrutábamos (mi mujer esta muy buena) nos dejaba un gusto a poco y entonces comenzó a pasar por mi cabeza la fantasía de ver a mi mujer cogiendo con otro, y verla gozar con otra pija y si es más grande que la mía mejor (que no es despreciable para nada), al comentarle a mi mujer, ella se rió de mi ocurrencia y no le dio la más mínima importancia.

Llegó el verano y decidimos pasar unas vacaciones en hotel en una playa de Brasil, así que preparamos las valijas y nos fuimos de viaje. Al llegar lo primero que hice fue ir a comprarme una sunga (en Argentina no se usa) y a mí me encanta tomar sol con lo mínimo de ropa posible, en casa lo hacemos en bolas, y a ella le compré una de esas mini tangas tipo hilo dental que por delante apenas tiene un triangulito que tan solo tapa lo necesario, cuando ella la vio no quería ponérsela, pero la convencí con el argumento de que le quedaba espectacular y en Brasil no nos conocía nadie.

Cuando la tuvo puesta y la vi casi me infarto, estaba para cogérsela una semana entera, el lomazo que al estar ya bronceada y lo poco que cubría la hacía parecer a una de esas chicas que bailan en los caños de los boliches solo que con unos años más pero igual de hermosa. Fuimos a una playa bastante alejada donde éramos pocos los turistas que había, nos acomodamos en unas esterillas para tomar el sol boca a arriba, luego de un buen rato de permanecer expuestos con los ojos cerrados me incorporo y veo a un muchacho que se había instalado frente a nosotros y tomaba el sol boca a bajo y mirando hacia donde estábamos nosotros, posición que le permitía observar embobado la entrepiernas de Estela que tenía las piernas un poco abiertas y su mallita se había metido un poco entre los labios mayores de su concha.

Al ver esta situación comencé a calentarme mucho y rápidamente vino a mi mente la fantasía que me obsesiona, mi pija comenzó a reaccionar y ponerse dura. Me acomodé boca abajo al lado de mi mujer y le conté que tenía un admirador joven que se estaba calentando con la visión de parte su conchita afeitada y le propuse de que lo calentara aún más sabiendo que acá nadie nos conocía y contábamos con la complicidad de la anonimato, por lo tanto una ves que nos fuéramos de allí nadie sabría nada de lo ocurrido y podríamos continuar siendo para la sociedad el matrimonio normal que conocían todos, aceptó el juego y pícaramente comenzó a moverse de tal manera que cada ves se le veía más. Lo que produjo en pocos instantes que el chico se empalmara con esa visión ya que no sacaba la vista de la concha de mi mujer, y ella con este asunto también se empezó a calentar y entró de lleno al juego, los labios de su chucha se veían brillosos de la humedad que comenzó a mojarla y se iban hinchando y abriendo como pidiendo atención, en eso se levantó y con el pretexto de acomodarse la maya y muy cerca del chico se la estiró hacia delante dejando por un momento que se le viera toda su concha mojada, el chico se dio la vuelta y pudimos ver el tremendo bulto que tenía, creo que a mi mujer se le hizo agua la boca al verlo, porque quedó petrificada con la vista fija en esa joven y dura tranca. Aproveché su calentura para proponerle cumplir mi fantasía de verla coger con otro, pensando siempre que se negaría, pero Oh sorpresa, con una cara de viciosa se sonrió sin decir nada y se fue para el agua

Yo quedé solo y me acerqué al chico a pedirle fuego, y aproveché para preguntarle que le parecía mi compañía, sonrojado por la pregunta me respondió que era hermosa que estaba rebuena entonces aposté a fondo y le dije si no le gustaría comerle la conchita que le había visto cuando se acomodó la malla ¡¡¡ Por supuesto, pero ¿a Ud. no le molestaría que lo haga? !!! me respondió en el acto. Le expliqué lo de la fantasía y le dije que hablaría con ella y la convencería.

Esperé que Estela saliera del agua, y cuando estuvo a mi lado se lo propuse, diciéndole que nadie se enteraría de nuestra aventura y que sería una lástima perder la oportunidad que se nos presentaba, que yo hablaría con el chico y lo llevaría a la habitación del hotel y que pasara lo que ella quisiese, lo acepto y puso rumbo al hotel.

Al rato salí en camino a la habitación del hotel con Douglas (era el nombre del chico).

Al entrar en la habitación Estela estaba en el Baño, y al salir lo hizo solo con la parte de abajo y sus pechos desnudos, le noté su cara de caliente, me di cuenta que solo quería ser cogida, con toda naturalidad se acercó y le dio un besito muy húmedo en la boca a él y otro a mi. A esa altura el chico tenía un bulto que reventaba su slip ya manchado por sus propias humedades, lo que no escapó de la observación de mi mujer produciéndole una calentura mayúscula que hizo que se abalanzara sobre él y le sacara la sunga para dejar libre una pija larga tremendamente gorda y con las venas marcadas, pensé en olvidar todo por temor a que la lastimara, pero ella muy caliente lo tomo entre sus manos y me miró buscando la aprobación que yo con una sonrisa cómplice asentí con la cabeza y la tranquilicé, lo tomo entre sus manos que no alcanzaban a rodearlo por completo y comenzó a hacerle una paja que al chico se le ponían los ojos en blanco del placer que estaba recibiendo y ya estaba al borde de correrse entonces ella lo tomo de la mano y lo llevó y acostó de espaldas en la camaٕ yo a esa altura tenía la pija a reventar y no paraba de pajearme con el espectáculo que mi mujercita me estaba ofreciendo, se acomodó arriba en 69 y le puso su concha que a esa altura ya goteaba flujo de lo caliente que estaba sobre la boca que hambrienta de sexo comenzó a mamarla con desesperación y lujuria produciendo el primer y húmedo orgasmo de mi mujer empapándole la cara de flujo, ella apenas si podía meter semejante pija en su boca pero poco a poco se la fue tragando y la mamaba con desesperación, entonces yo me acerqué empecé a tocarle los pezones y eso a ella le encanta, el chico no paraba de chupar su concha que amen de despedir un olor a sexo de maravillas estaba hinchada a reventar y toda empapada de su último orgasmo y de la calentura que tenia, y ahí nomás le pedí lugar a Douglas y se la clavé hasta el fondo de un solo empujón, ella comenzó a jadear sin dejar mamarle la pija y acariciar sus huevos y culo, pero en unos pocos minutos me pidió que cambiara con el chico por que quería sentir esa semejante tranca dentro suyo, cosa que hicimos de inmediato para la alegría de él y mía, Estela se acomodó en posición de perrito porque es donde más logra la penetración Douglas le acomodó la punta mojada de su gran pija en la entrada de la vagina que chorreaba flujo y estaba completamente hinchada y roja, ella de un solo movimiento para atrás se la enterró hasta que los huevos le chocaron con las nalgas lanzando un grito de dolor y placer que casi me hace acabar a mi, en ese instante el chico sin poder creer lo que estaba ocurriendo comenzó un mete saca violentísimo que yo pensé que la iba a lastimar por el semejante tamaño de pija que se estaba tragando pero para mi sorpresa en breves instantes le arrancó a Estela en cadena varios y consecutivos orgasmos muy pero muy fuertes que le hacían poner una carita de puta que me volvía loco y que jamás había visto en ella, yo a esa altura flipaba de la calentura al ver semejante tronco entrar y salir de mi mujercita, grueso, largo y brilloso del blanco flujo que despedía su conchita yo me pajeaba violentamente, no hubiera imaginado que estas escenas en ves de causarme los celos lógicos de tal situación me producía un morbo tan espectacular que ya no aguantaba la calentura que tenía y comencé a eyacular encima de ella dejando gotones de leche en su espalda, en eso el chico empezó a acabar llenando con su enorme pija la conchita de Estela que a esa altura estaba en un paroxismo total que la hacía gritar de placer y no dejaba de moverse con violencia haciendo que su concha ya muy dilatada chorreara flujo y semen por todos lados escurriéndose por sus muslos hasta mojar las sábanas de la cama.

No sé cuantos orgasmos había alcanzado, pero se la veía pletórica de felicidad, había quedado despatarrada de la brutal cogida que le había propinado Douglas y yo feliz de haberla visto gozar como una puta con una pija que no era la mía, nunca habíamos alcanzado semejante nivel de placer, a partir de allí nuestra vida cambió rotundamente, nuestras relaciones sexuales mejoraron muchísimo y nuestra cabeza quedó más abierta a las experiencias, ya ha pasado un año y no lo hemos vuelto a repetir, pero ya estamos pergeñando otro plan, ahora si de común acuerdo desde el principio pero será tema para otra historia.