El verano de la Expo

Este es un relato ficticio y cuyo protagnista es un chico. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

I

La historia que os voy a contar ocurrió cuando yo tenía 19 años, fue en el verano de 1992, durante la Expo de Sevilla. Por aquel entonces yo tenia novia, y aunque no fuera ningún experto amante, sí había tenido experiencias sexuales suficientes como para no considerarme un novato. Las experiencias las había tenido, sobretodo, con mi novia, con la que llevaba saliendo tres años, aunque con anterioridad había tenido algún roce con alguna chica del barrio, estos no se podían considerar actos sexuales, ya que se habían limitado a besos, y algún que otro tocamiento. Con mi novia si había llegado a tener sexo, estos siempre habían sido en el coche de mis padres a las afueras del pueblo, entre penetración y penetración, alguna que otra vez nos habíamos aventurado a realizar algún otro tipo de acto sexual (muy a pesar de los gustos de mi novia), a mi novia no le gustaba que le comiera el chochito, pero a mí, tengo que reconocer, era una cosa que me excitaba muchísimo, oler los flujos que su sexo emitía me ponían a mil por hora; por otra parte a ella tampoco le gustaba realizar la misma operación, es decir no le agradaba chupármela, alguna vez lo había realizado poro siempre tras días de suplicas por mi parte. Por lo que cuando a mi me entraba la calentura y me apetecía que me la chupasen, no tenia mas remedio que pagar por ello, por lo que por temporadas tenia que dejarme los ahorros conseguidos durante semanas en una puta, con el consiguiente mosqueo, ya que si uno tiene una novia, ¿qué sentido tiene que tenga que pagar para quedar satisfecho?.

Bueno, en estas estábamos cuando mi madre me propuso ir a pasar un mes a casa de mi tía a Sevilla, de esta forma mataban dos pájaros de un tiro, mis padres me quitaban de en medio (soy hijo único) y de camino le echaba una mano a mi tía (hermana de mi madre). Por aquel entonces mi tía estaba pasando una mala racha, era viuda y para colmo hacia cuatro meses que a mi tío, el hermano de mi madre y de mi tía, le había dado un infarto, por lo que estaba en reposo absoluto, y se había ido a vivir con mi tía ya que él era un solterón. Así que ella debía llevar la cafetería, y la única ayuda con la que contaba, que según mi tía no era mucha, era las de mis tres primas, Olga de 13 años, Marta de 15 y Susana de 22. Al principio me resistí como gato panza arriba, pero mis padres pusieron en practicas todos sus años de experiencia para engatusarme, por lo que me dijeron que no fuese tonto que iba a conocer la Expo, que eso era una experiencia inolvidable, y además me dijeron que si al final del periodo mi tía les hablaba bien de mi comportamiento, el próximo curso me comprarían la moto que tanto había pedido. Esto, como es obvio, me convenció por completo, tan poco sería tan malo trabajar un poco en verano (según mis padres mi tía me daría una pequeña paga) y aguantar a una familia que veía de higos a brevas.

Con este panorama hice la maleta y tome el tren hasta Sevilla, no sin antes despedirme de mi novia como se tiene que despedir un hombre. Como iba a estar sin sexo durante un par de meses, o al menos eso pensaba yo, la noche antes de mi marcha me marche con mi novia a un hostal de carretera, la ocasión lo merecía, esa noche tengo que reconocer que mi novia se porto como toda una guarra (o lo que yo entendía como guarra por aquel entonces, visto desde ahora fue de lo mas casta), esa noche conseguí que me la chupara dos veces, la primera vez casi vomita la pobre ya que con el entusiasmo me corrí en su boca y además no dejaba de apretarle la cabeza contra mi polla con las manos, como hacia con las putas. Tras un descaso (obligado por las circunstancias) y varios " perdona amorcito, no se lo que me ha pasado, no te preocupes que no volverá a suceder " ella accedió a volver a chupármela, tengo que reconocer que la segunda vez no lo hizo del todo mal, incluso viendo lo con el tiempo, diría que hasta disfruto. Por supuesto además de las dos mamadas me la tire por lo menos 5 veces, estuvimos hasta que salió el sol follando como locos, a ella le dio por decir que tenía que secarme para que no tuviera fuerzas para engañarla en el tiempo que nos íbamos a separar. Yo por supuesto le prometí toda la fidelidad del mundo.

El día que llegue a Sevilla hacia un calor del carajo, aquello parecía las puertas del infierno, eran las seis de la tarde, y era de suponer que alguna de mis primas iría a recogerme, es aquí donde comencé a comprender a mi tía, mis primas eran unas informales, me tuvieron dos horas esperando como un idiota en la estación de trenes de Santa Justa. Fue al cabo de las interminables dos horas cuando se presentaron ante mi Susana y Olga, tengo que reconocer que el enfado se me paso rápido al contemplar a las dos chicas con unos mini-mini pantaloncitos y unas mini-mini camisetas, parecían dos chicas de un conjunto de baile, sobre todo la mayor, Susana, que estaba que quitaba el hipo, era una chica bien fuerte, con anchas espaldas y un buen pecho, la pequeña, Olga, se veía que intentaba imitar a su hermana, pero claro no pasaba de ser una chica larguirucha, con un poco de pecho, aunque dejaba adivinar un futuro prometedor. Estaba en estos pensamientos cuando la voz de Susana me llevo a la realidad, las dos chicas, entre risas, me comentaron que les había sido imposible llegar antes, se habían encontrado con unos amigos y se habían entretenido tanto que se les fue el santo al cielo. No supe si creer esa historia, ya que las risas me hacían sospechar, pero no le di mas importancia, lo que me interesaba era llegar a casa de mi tía y poder tomar una ducha y descansar, la noche pasada comenzaba a pasar factura.

Del trayecto hasta casa de mi tía no hay nada que destacar, yo hice un par de preguntas de compromiso y ellas se limitaron a responder con monosílabos. La llegada fue de aupa, mi tía comenzó a los gritos con mis primas, reprochándoles la tardanza, ellas ni cortas ni perezosas, no duraron en mentir y achacarme a mi el retraso, se empeñaron en que yo había querido parar primero en unos grandes almacenes y que después de dar cien mil vueltas no había comprado nada, eso a mi tía le debió dar igual pues se limitó a decirles a los dos mocosas que se prepararan que ya las tenia preparada el castigo, por lo que las dos se pusieron muy serias y se metieron dentro de la casa. En cuanto a mi, mi tía no pareció prestarme mucha atención, se limito a darme un beso en la mejilla y a indicarme donde estaba mi cuarto y con un "dentro de una hora cenamos " cerro la puerta y me dejó solo en el cuarto.

La casa de mis tíos se encuentra en un barrio antiguo de Sevilla, por lo que es una casa grande, de estas con patio y muros que parecen mas bien de castillos, eso si parecía muy fresca y silenciosa. La habitación que me habían asignado parecía estar lejos de todo, por lo que deduje que no era muy bien recibido. En cuanto a mi tía, la primera impresión había corroborado el recuerdo que tenía de ella, vestida de negro con un rostro severo y algo delgada (nada que ver con Susana y Olga), no era muy vieja, ya que era algo menor que mi madre, y mi madre, dentro de lo que cabe era una mujer guapa y que aun atraía la mirada de los hombre y de los no tan hombres, ya que en alguna ocasión me tuve que poner serio con algún amigo por culpa de los comentarios que mi madre ocasionaba.

Llego la hora de la cena, me incorporé al comedor donde estaban todos esperando, lo primero fue dirigirme a mi tío, que sentado en su sillón, se limito a darme la mano, no pareció agradarle mi presencia, pero eso era solo una impresión mía, luego me dirigí a saludar a la primita que me faltaba por ver, Marta, esta si que se parecía a su madre, llevaba un vestidito que parecía de novicia, y al intentar darle un beso retiro la cara y me ofreció la mano, - nada que ver con sus hermanas- , pensé.

M ucho calor, ¿verdad? – Comente como un estúpido, nadie respondió.

¿Qué horario tiene la cafetería? – pregunte

De 10:00 a 13:00 y de 16:00 a 20:00 – Respondió mi tía.

Estupendo – comente - podré ir a ver la Expo por las tardes, ¿ya fueron ustedes?

Susana y yo sí – comento Olga – es divertidísima .

Ya te daré yo a ti diversión – respondió tajantemente mi tía, y dio por finalizada la conversación.

Este fue mi primer contacto con la familia de mi tía. Los primeros días transcurrieron normal, lo único "raro" que percibí era que esta familia tenia unos cambios de humor muy acentuados, lo mismo una mañana andaban con caras de entierro que a la siguiente parecía lo mas feliz del mundo, y , para agravar mas el tema, no se solían poner de acuerdo para tener todos el mismo humor, cuando unas estaban muy contentas otras andaban con un humor de perros. Pronto, y por casualidad, comencé a percatarme del motivo de dichos cambios de humor.

Todo comenzó la noche de mi primer viernes, me dieron la tarde libre, así que decidí irme a la Expo, mi tía me dijo que no tenía problemas en el tema del horario, podía llegar a la hora que me apetecía, ya que también me daba libre el sábado por la mañana, y para colmo me había buscado unos chicos con los salir (una vecina tenía un hijo de mi edad). Para mi esto fue como un regalo, estaba deseando conocer las maravillosas noches de la Expo. Mi tía solo me puso una condición, a la vuelta debía entrar por la puerta del patio de atrás y no hacer ningún ruido, si se me ocurría despertar a alguien caería toda su furia sobre mi. Ni que decir tiene que me pensaba tomar estas indicaciones al pie de la letra, menuda era mi tía y yo hasta ahora me había librado de su genio, e iba a hacer todo lo posible por seguir así.

Era la una de la mañana cuando volvía a casa, la noche no había sido muy fructífera que digamos, los amigos que me había buscado mi tía solo pensaban en fumar porros y reventar cristales, así que decidí hacer mutis por el foro a la primera de cambio, solo faltaba que me metiera en un lío en Sevilla. Como ya he comentado no tenía intención de incumplir las reglas de mi tía, así que entre en casa lo mas sigiloso que pude, todo estaba a oscuras, con el mismo sigilo, y sin encender una luz (era luna llena, y las grandes ventanas de la casa estaban abiertas) me dirigí a mi cuarto. Una vez allí apunto de acostarme mi estomago me aviso de que no había cenado, por un momento pensé en no cenar, pero después de reflexionar decidí que la noche era larga y no era mi intención levantarme temprano para desayunar, así que me arme de valor y con todo el sigilo del mundo me dirigí hacia la cocina. Ésta estaba en el lado opuesto de la casa, tenia que atravesar el corredor del almacén, el patio central y un par de cuartos mas antes de llegar a la cocina (una especie de entradita justo al entrar del patio, y un cuarto de plancha justo antes de entrar en la cocina), el peligro estaba al cruzar el patio ya que la mayoría de las habitaciones daban a éste, y sobre todo estaba en el primer cuarto justo después del patio, junto a este cuarto estaba a un lado el cuarto de mi tía y al otro lado el de mi tío (y los dos daban a su vez al patio).

Justo cuando llegue al patio me percate que no me había puesto nada, solo llevaba puesto los calzoncillos y una camiseta, al principio me paré, pero después decidí seguir, total que mas daba, están todos dormidos, y yo solo iba a tardar un instante en llegar a la cocina, tomar algo para comer, y volver triunfante a mi cuarto.

Todo esto, o al menos los dos primeros puntos de mi plan se cumplieron, pero justo cuando volvía de la cocina con las manos llenas, tuve que detenerme, havia oído una puerta y acto seguido unas voces, quién fuera parecía enfadada, al principio pensé que era mi tía, pero cuando me calme me di cuenta que se trataba de mi prima Marta, y estaba muy enfadada, pero no tenía ni idea de a quien iban dirigidos los reproches, una cosa tenia clara, no parecía interesada en despertar a toda la familia, ya que hablaba con voz bronca pero sin levantar en exceso el tono. Pasado los primeros minutos (o horas, a mi se me hizo eterna aquella situación), decidí acercarme con cuidado a ver que rayos ocurría, salí de la cocina y me dirigí a la puerta que dividía el cuarto de la plancha y la entradita, pude observar que las puertas de los cuartos de mis tíos estaban cerradas pero bajo la puerta del cuarto de mi tío había luz, así que no había duda la bronca era en el cuarto de mi tío, cosa extraña, ya que se me hacia difícil imaginar a Marta bronqueando a mi tío. Esto hizo que la curiosidad me picara aun mas, así que decidir retroceder sobre mis pasos y entrar en la habitación que separaba la de mi tío con la cocina, esta habitación se usaba de comedor en algunas ocasiones y como no tenia luz exterior tenia unas ventanas estrechas y alargadas en las paredes que daban a la cocina y a la de mi tío, así que ni corto ni perezoso busque algo con lo que elevarme, decidido a enterarme de lo que pasaba en el cuarto. Cuando conseguí asomar un poco la cabeza, me quede de una sola piedra, el cuadro que se mostraba en la habitación de mi tío no me lo habría podido creer ni aunque me lo hubiese contado el propio Papa, mi tío se encontraba recostado sobre la cama totalmente desnudo y con una empalmaera que ya quisiera el burro del tío Frasquito (famoso en el pueblo por el pedazo de verga que tiene), pero ahí no quedaba la cosa mi prima Susana estaba con el mini-camisón abierto a horcajadas sobre mi tío y con la cabeza gacha aguantando el broncazo de Marta. Ésta se encontraba, también en camisón, al pie de la cama gritando a su hermana.

Eres una puta – le decía- ¿ cómo es posible que siguas castigando al tío, después de que casi te lo cargas la última vez?, ¿no has aprendido la lección?, creo que voy a tener que volver a castigarte, pero esta vez seré aun mas dura, ¿o prefieres que se lo cuente a mama?

No, no, a mama no se lo cuentes, haré todo lo que quieras, pero a mama no, te lo suplico.

¿Me los suplicas? – respondió Marta – Vamos a ver hasta donde estas dispuesta a llegar.

Entre tanto mi tío permanecía con los ojos cerrado, parecía que no quería saber nada de lo que estaba pasando a su alrededor. Las amenazas de Marta hacia Susana no pararon, hasta que mi tío pareció reaccionar, con una voz que casi no le salía del cuerpo interrumpió la bronca de Marta.

Ya está bien Marta, ya sabes que Susana hará todo lo que tu le digas, siempre lo hace, pero te suplico que no me dejes así, déjala terminar y luego ella hará todo lo que le digas, y yo te prometo que haré también lo que me digas.

Me quede helado, no solo por las palabras de mi tío, sobre todo por la reacción de Marta, una vez mi tío terminó de hablar, ella se acerco y sin mediar palabra le cruzo la cara dos veces.

Eres un guarro cabrón – le dijo una vez le abofeteo - ¿qué quieres?, ¿correrte en la boca de esta puta?, pues te aseguro que ese momento de placer te va a costar muy caro, - y mientras le decía esto le agarro la poya con una de las manos y comenzó a hacerle una paja, mientras le seguía hablando – Así es como te gusta ¿verdad?, ¿o prefieres que te la chupe la guarra de Susana?, sí, prefieres que te la chupe esta puta, bueno me parece que hoy voy a ser buena y voy a dejar que esta puta te chupe el rabo hasta que te corras en su boca, pero te advierto que el castigo para Susana será aun mayor, ¿o prefieres terminar tu solito, y así salvas a tu putita de uno de los castigos?

Mientras le decía esto no dejaba de pajear a nuestro tío, y éste ya estaba todo empapado en sudor y comenzaba a respirar bien hondo.

No – respondió -, deja que ella termine, y hazle todo lo que le tengas que hacer para eso es una puta y la gusta que la castiguen .

La excitación se podía cortar con un cuchillo, Susana mientras ocurría esto estaba totalmente extasiada, apoyada sobre sus rodillas y echada hacía atrás se frotaba el coño y no dejaba de gemir y de suplicarle a su hermana que la dejase, - siiiii, siiiiiii déjame, déjame y haré todo lo que quieras .-, repetía. Entonces Marta agarro a Susana por los pelos y gritándole – vamos puta chupasela a este cabrón hasta sacarle la última gota, a ver si te lo cargas de una vez -, y de un fuerte tirón le acerco la boca a la poya erecta de mi tío, y la muy guarra no tardo ni dos segundos en engullírsela entera, no me explico como podía entrar tanta poya en esa boca.

Como podéis imaginar yo ya estaba totalmente empalmado y prácticamente sin darme cuenta ya me estaba frotando la poya por encima de los calzoncillos, pero no nos centremos en mi, lo importante estaba pasando en la habitación de al lado.

Susana comenzó a chuparle a la poya a nuestro tío lentamente, mientras esto ocurría, Marta se hacerlo a Susana y le arranco el pequeño camisón dejándola totalmente desnuda, era espectacular, estaba buenísima y en aquella postura aun me excitaba mas, con una mano agarraba la poya de mi tío para que no se le escapara y con la otra, metida entre sus piernas, se frotaba el coño. Mi tío estaba jadeando, empapado en sudor y con la vista perdida en techo.

Marta no perdía detalle, estaba hipnotizada ante el espectáculo que tenia delante. Cuando Susana comenzó a subir el ritmo de la mamada marta pareció reaccionar, miró a su alrededor y se fue en hacia una silla de esta tomo el pantalón de mi tío y de un fuerte tirón extrajo la correa de éste. Con la cara desencajada se dirigió de nuevo hacia la cama donde mi tío ya parecía levitar de gusto, se retorcía y le gritaba a Susana,- eres una hija de puta, cabrona me vas a matar, para guarra paraaaaaa!!!!! – S usana paró un momento de mamar, pero justo en ese instante Marta le largo un correazo en el culo que la hizo saltar sobre el pecho de él, - pedazo de cabrón ahora quieres que pare – le dijo Marta, y luego largándole otro fuerte correazo a su hermana le dijo – vamos pedazo de puta ahora te van a entrar remordimientos, te e dicho que se la chupes hasta tragarte todo su jugo, a ver si te lo cargas, así que sigue y no quiero que pares por nada o aun va a ser peor –Susana comenzó de nuevo a mamarsela y mientras Marta no paraba de castigarla con la correa, y os puedo asegurar que no daba flojo, la muy guarra tenía fuerza en sus brazo y sabía como utilizarlo, al principio solo la castigaba en el culo pero cuando comenzó a subir el ritmo de la mamada y los jadeos del mamado, ella comenzó a castigar todo el cuerpo de Susana, y alguno que otro también se escapo sobre mi tío. Finalmente mi tío descargo sobre la boca de Susana, y Marta sin dar tiempo siquiera a que ella se limpiara, la agarro de los pelos y se la llevo a rastras de la habitación. Que ni decir tiene que mi tío se quedo tal y como estaba sin poder mover un solo pelo. Si sobrevivía a esto sería de puro milagro.

Pero la cosa no termino ahí, puede oír como Marta arrastraba a Susana hasta el patio, corriendo me baje de donde estaba y me acerque a la puerta del patio, ahí Marta abrió una puerta y tiro a la hermana dentro sin contemplaciones, luego cerro la puerta con llave, a la vez que le decía – Ahora vas a pasar la noche como lo que eres, como una perra -. Seguidamente Marta volvía para dentro, por lo que tuve que volver sobre mis pasos y volver a esconderme en el cuarto entre la cocina y el dormitorio de mi tío. Cuando ya pensaba que todo terminaba (la noche iba de sorpresa en sorpresa), pude sentir los pasos de Marta como se dirigían hacia donde yo estaba, (creo que estuvo a punto de darme un infarto a mí), pero para mí suerte a donde se dirigía era hacia la cocina, ya que con gran alivio de mi parte pude ver como se encendía la luz de la cocina y se cerraba la puerta. Esto me resulto extraño, ¿para que cerraba mi prima la puesta de la cocina?, pensé. Así que cuando paso un tiempo prudencial, me acerque al tragaluz que daba a la cocina, y ahí estaba mi prima Marta sentada en una silla con las piernas abiertas hasta lo imposible y con un mazo de mortero metido hasta lo mas profundo de su coño. Joder que manera de mover el mazo dentro del coño, lo sacaba y lo metía con tanta fuerza que pense que se iba a partir. Mientras mi prima se mordía los labios para no gritar, la muy puta era de lo mas dura no fui capaz de oírle un solo gemido. Cuando termino de correrse, cosa que intuí por que el ritmo bajo hasta quedarse totalmente quieta, permaneció un rato con las piernas abiertas y el mazo en las manos. Finalmente se levanto recogió las bragas del suelo, tiro el mazo sobre la mesa y salió de la cocina apagando la luz. Puede oír como se dirigía al cuarto de mi tía entraba y cerraba la puerta.

Como podéis imaginaros, esa noche tarde en coger el sueño, las imágenes pasaban por mi mente una y otra vez. Y sobre todo lo que pasaba por mi mente eran las palabras de mi prima Marta, durante los acontecimientos no reparé en ellas pero luego me percate que, al parecer, mi tío estaba en esas condiciones por culpa de mi prima, y quien sabe si por culpa de alguien mas. A partir de ese momento estaría atento a todo, esta casa era mucho mas interesante de lo que yo creía.

Continuara...