El verano de la Expo (6)

La muerte de Tio

VI

De repente desperté sobresaltado, soñaba que Olga golpeaba el pecho del tío mientras yo la follaba, pero los golpes eran tan fuertes que terminé por despertarme empapado en sudor.  Los golpes eran una realidad, pero era Susana la que golpeaba, y no el pecho del tío, sino la puerta de mi cuarto, a la vez que gritaba mi nombre. Cuando me repuse un poco y me di cuenta de donde estaba conteste con malas ganas.

- ¡¡¡¡JODER!!!!, ¿QUE COÑO QUIERES CON TANTOS GRITOS? – Ella abrió la puerta con fuerzas, estaba muy sería. Me miró fijamente, miro a su alrededor, y me volvió a mirar. Estaba tan sería que de repente caí en la noche anterior. Por un momento se me pasaron por la cabeza miles de cosas.

- Visteté, y sal fuera. Tío ha muerto – El mundo se me callo encima.

Susana estaba de pie en la puerta, con la mano aun en el pomo. Yo me incorpore un poco, y luego me levante de la cama. Ni siquiera me di cuenta de que estaba desnudo. La verdad es que estaba en una especie de estado de shock. Fue mi prima la que me devolvió a la realidad.

- He dicho que te vistas, ¿no pensaras salir así? Aunque pensándolo mejor, igual alegrabas el velatorio, porque la casa se está llenando de gente hipócrita lloriqueando .

Entonces fue cuando me di cuenta que estaba totalmente desnudo, pero no me afecto, al contrario, casi puedo decir que me daba igual, incluso creo que no me hubiese importado salir así de mi habitación. Susana debió extrañarse de la situación y comento:

- Bueno primito, ¿o te ha afectado mucho la muerte del tío?, ¿o bien me estas devolviendo el favor de ayer en la ducha? Y la verdad, yo no te veía muy unido al cabrón del tío .

Aquello fue lo que me saco un poco de mi estado de shock.

- ¡¡¡Coño Susana!!! la cabrona eres tú, ¿cómo puedes hablar así del tío? Joder que está muerto y aún debe estar hasta caliente – La verdad es que esa frase la dije sin mala intención.

- ¡¡¡JA!!!, eso sí que es cierto, seguro que todavía está caliente el cabrón. Y además, ¿tu qué coño sabes?, puede que sea también tu tío, pero ¿cuánto has convivido con él?, ¿cuatro días mal contados? Anda vístete de una vez o vas a terminar por calentarme.

Aquello era una locura, mi tío recién muerto, y a saber cuáles eran los motivos (seguro que lo de anoche no había contribuido a mejorar su estado de salud), y mi prima aquí tirándome los tejos mientras yo estoy desnudo. Desde luego que esto iba de mal en peor. La cosa es que de perdidos al río, tal y como estaba (es decir desnudo) me dirigí a ella y pegándome hasta restregar mis partes con su muslo, le susurré:

- ¿Me vistes tú?, yo estoy muy muy cansado.

- Pues si estás tan cansado, ¿cómo es que esto empieza a levantarse? – me respondió mientras con una de sus manos me acariciaba el pene.

Continuó acariciándome hasta que estuve totalmente empalmado, lo que no ocurrió enseguida, ya que el trote que llevaba no era normal. Cuando estuve totalmente armado, me susurro al oído. “ bueno ahora vístete que nos esperan ”, se dio la vuelta y se marchó. En el fondo agradecí que no hubiese terminado la faena, pues no sabría si después iba a ser capaz de salir de la habitación por mis propios pies.

Una vez vestido, con lo más serio que puede encontrar en mi armario, me dirigí hacia el salón. Como había comentado Susana,la casaya comenzaba a llenarse de gente; vecinos, amigos de la familia, curiosos, etc. Al pasar junto a los cuartos de mis tíos, pude observar que los dos estaban cerrados, pero que en el cuarto de mi tío había gente (velando al muerto, supuse). Como me daba un poco de grima aceleré el ritmo para dirigirme al salón, allí (como podéis imaginar) el cuadro era desolador. Mi tía estaba en un sillón llorando desconsoladamente, mientras dos mujeres la intentaban consolar. Cerca se encontraba Marta, con el rostro muy sería, pero no parecía haber llorado mucho. De mis otras dos primas ni rastro. El resto de personas entraban y salían del salón o estaban en diferentes corrillos charlando. Como nadie parecía hacerme caso, me acerque a Marta y le pregunte lo normal en estos casos, ¿Cómo se encontraba?, ¿Quién se había dado cuenta? Ella se limitó a contestar que se encontraba bien, que había sido sumadre laque se había dado cuenta al entrar a despertarlo para desayunar. Yo estaba todo nervioso, yo había dejado a Olga tirada a los pies del tío con los pantalones bajados y el suelo hecho una porquería de semen y mierda, no era una estampa que le agradase a mi tía al entrar en el cuarto. Le pregunte también por sus dos hermanas, y me contesto que se encontraban en su cuarto, pues Olga no se encontraba bien, (ya me imagino, pensé). Como no podía aguantar mi ansiedad, me dirigí al cuarto de mis primas, dejaría para más adelante saludar a mi tía.

Cuando llegué al cuarto de mis primas llame suavemente a la puerta. Al momento se abrió la puerta con suavidad y asomó un poco la cabeza Susana.

- ¿Qué quieres? – dijo susurrando.

- Nada, solo es para saber cómo está Olga, que me ha comentado Marta que no se encuentra bien.

- Pues ahora dormida, le he dado una pastilla para que se relaje un poco y ha conseguido dormirse

- ¿Pero que le ha pasado? – pregunte haciéndome el inocente.

Como la conversación se estaba alargando y Susana no quería que Olga se despertase, decidió salir de la habitación. Una vez fuera me llevó a un rincón y me comentó que había estado vomitando, que algo de la comida no le había sentado bien y que al enterarse de la muerte del tío le había dado una especie de shock  y se había desplomado. También me comento que una vez acostada había estado como delirando y diciendo tonterías. Cuando intente saber que tonterías había dicho, mi prima salió como pudo de la situación, pero sin decirme nada.

Aproveche para preguntar por la situación en la que se había encontrado muerto al tío. Aquí fue cuando ya comencé a alucinar en colores. Al parecer a primera hora de la mañana mi tía había entrado a despertar al tío y que al levantar las persianas y comenzar a llamarlo no respondía, cosa que extraño a mi tía, pues mi tío casi todas las mañanas ya se encontraba despierto cuando iba mi tía a llamarlo. La cosa es que al ver que no estaba despierto se acercó a la cama y le dio un toque en el hombro, toque al que no reacciono. Mi tía comenzó a preocuparse y entonces le dio unas palmadas en la cara y fue entonces cuando se percató de que estaba muerto. Corriendo fue a llamar a Marta y está fue a llamar a Susana, cuando las tres se convencieron de que el tío había muerto, Susana se dirigió al teléfono para llamar al médico. El resto más o menos ya lo conocía. La noticia corrió como la pólvora, al mismo tiempo que el médico llegaron los primero vecinos. Al parecer la persona que estaba en el dormitorio de mi tío era el médico. Así que todavía no se había diagnosticado la causa del fallecimiento. A parte de esperar el diagnostico, tenía que saber quién había llegado al cuarto de mi tío antes que mi tía, pues en el relato de Susana no se mencionaba ni a mi tío con la polla fuera y las bragas en la boca, ni a Olga en el suelo entre semen y restos de mierda. Mi tía les había mentido a mis primas y ella misma había limpiado todo antes de llamarlas. Seguramente había sido eso, Olga al recuperarse se había retirado a su cuarto y mi tía al levantarse se acordaría de cómo había dejado a mi tío y se habría ido a adecentarlo un poco y fue entonces cuando se lo encontró pajarito. Para poder hacerme una idea de lo acontecido, pregunte a Susana cuando había llegado ella, ¿y si había notado algo raro a su llegada? Ella se hizo un poco la sorprendida, me contesto que había llegado sobre las dos de la mañana y que no, que no había notado nada raro. Es más me pregunto que cual era el motivo por el que debía de haber notado algo raro. Salí como puede de su pregunta y le pregunte si Olga ya se encontraba mal cuando ella llego. A lo que me respondió que ella no había notado nada al principio, pero que después la despertaron unos ruidos y que era Olga dando arcadas, ella se había levantado y llevado a su hermana al cuarto de baño. Cuando le pareció que se le había pasado, la llevo a la cama, limpió lo poco que se había machado y se volvió a acostar. Eso fue todo hasta que la despertó Marta con la noticia.

Iba a seguir preguntado, cuando mi prima me cortó.

- Bueno, ya está bien de preguntas. ¿Qué pasa?, ¿Qué te has vuelto Colombo? Es que ya no te intereso .

- ¿Cómo? – le dije con asombro.

- Bueno chico, no hay quien te entienda, lo mismo me das una de cal que otra de arena. O bien eres rematadamente tonto o eres demasiado listo.

Como no sabía cómo reaccionar, permanecí callado.

- Vamos a ver chiquitín – me dijo acercándose tanto a mi como yo me había acercado antes a ella – ¿ no me iras a decir que eres de los que se queda tan tranquilo después de cómo te he dejado hace un momento?

- ¡AH! ¡eso! – dije un poco sorprendido, la verdad es que con el acojone que tenía con lo de mi tío ya ni me acordaba.

- ¡ESO!, – dijo Susana aún más sorprendida que yo, a la vez que echaba mano a mi paquete – Así que te vas a hacer el duro, ¿no? Bueno ya veremos quien aguanta más .

Y diciendo esto se dio la vuelta y contoneando el culo se metió en su cuarto.

Yo no podía parar de pensar en lo de mi tío y un escalofrío recorría mi espalda, por lo que decidí rondar la puerta del dormitorio para ver si podía enterarme de algo. Me dirigía hacia allí cuando, para mi sorpresa, veo entrar enla casaa mi madre y mi padre. La verdad es que no sé por qué me sorprendía, pero estaba tan metido en mi problema que olvide que inevitablemente mis padres debían de aparecer tarde o temprano.

Mi madre iba agarrada a mi padre y, como es natural, con el semblante muy serio. Cuando me vio se acercó a mí y me abrazo tiernamente, parecía muy entera. Mi padre me dio una palmada en la espalda y cuando mi madre me soltó me beso.  Seguidamente fueron en busca de mi tía y ese fue el momento más dramático hasta el momento, en el momento en que se vieron las dos hermanas se fueron una hacía la otra y fundiéndose en un gran abrazo comenzaron un largo llanto de desconsuelo. La verdad es que en ese momento se me olvidaron mis problemas y sentí una gran lastima por ellas.

Todos nos quedamos expectantes, esperando que el duelo de las dos finalizara, o al menos menguará. Pero no hizo falta esperar mucho tiempo, pues el médico hizo acto de presencia en la sala, dejando a todos expectantes. Mi tía y mi madre se separaron con las caras empapadas en lágrimas y se quedaron mirando al doctor (no he comentado que el médico era un hombre mayor y al parecer era el médico de la familia desde hacía mucho tiempo. Yo ya lo veía mayor cuando de pequeño nos atendía las pequeñas heridas que nos hacíamos en vacaciones.). Éste con un simple gesto les indico que le siguieran. Las dos abrazadas la una a la otra siguieron al doctor hasta el cuarto de mi tío. Mi padre hizo intención de seguirlos, pero mi madre le indicó, con un simple gesto, que permaneciera donde estaba. Yo los seguí a poca distancia y pude ver como los tres entraban en la habitación. La curiosidad me comía por dentro, así que decidí arriesgarme y me colé en la habitación que tantas sorpresas y alegrías me había dado. Al asomarme a la habitación un escalofrío recorrió mi cuerpo, allí estaba el cuerpo de mi  tío tapado por una sabana. El cuarto estaba impoluto, era obvio que alguien lo había arreglado, pero me cabía la duda de si había sido antes o depuse de saber que estaba muerto.

Al principio todos permanecieron en silencio. Mi tía y mi madre permanecían agarradas por sus brazos. El médico sin mediar una palabra tiro de la sabana y dejo al descubierto el cuerpo desnudo de mi tío. Las dos mujeres dieron un respingo y comenzaron a llorar con las manos tapándose la cara. Aun muerto se podía apreciar la gran polla que tenía. El médico quedo esperando hasta que las dos mujeres se tranquilizaron un poco, y entonces rompió su silencio.

- Todo apuntaba a que habría muerto de un infarto. – hizo una pequeña pausa y prosiguió – Ya os dije en diversas ocasiones que él no podía bajo ningún concepto volver a tener relaciones sexuales, y mucho menos del tipo de relaciones de las que él gustaba. Y anoche él tuvo relaciones sexuales.

Una sorpresa más, parecía que el médico estaba al tanto de los gustos de mi tío, cosa que no era de extrañar tratándose de su médico particular. Lo que estaría por ver es si estaba al tanto de con quien mantenía esas relaciones.

- De todas formas – continuo hablando – el cabrón aguanto, pues no lo mató el follar, ha muerto ahogado – Las dos mujeres se quedaron de piedra, y con la boca abierta miraban al doctor negando lentamente con la cabeza.

- ¿Pero que estás diciendo?, eso no puedes ser – decía desesperadamente mi madre, que alternativamente mirada a mi tía buscando reforzar sus palabras – Por favor Juan por Dios, ¿ahogado cómo?

El doctor permanecía con el semblante serio sin decir ni una palabra. El tiempo pareció interminable, finalmente continuo hablando:

- De lo que estoy seguro es de que ha muerto asfixiado, no sé si de forma intencionada a no, eso lo tendrá que determinar la policía.

- ¿¿¡¡POLICÍA!!?? – casi grito mi tía y mi madre a la vez .

- Sí, policía, ¿quién si no? – respondió el medico con cierto sarcasmo.

- Vamos Juan, como nos puedes hacer esto a nosotras, nos conocemos de toda la vida. ¡¡¡Vamos por el amor de Dios!!! – suplicaba mi madre con desesperación .

- Por favor Juan, seguro que hay alguna forma de arreglarlo – dijo mi tía con más tranquilidad de la que yo esperaba – Seguro que lo podemos arreglar entre nosotros, aunque solo sea por los viejos tiempos, ¿verdad hermana?

Mi madre de repente se puso seria y mirando fijamente al doctor y dijo:

- Por supuesto hermana, claro que podemos arreglarlo entre nosotros.

En ese momento el doctor saco algo de uno de sus bolsillos, al principio no supe que era, pero cuando se lo mostró a ellas, vi claramente que lo que mostraba eran las bragas de mi tía. Mi tía quedo blanca como la pared, y mi madre que se percató al momento, mirando a su hermana, le dijo:

- ¿Son tuyas?

Mi tía se limitó a taparse la cara con las manos, y comenzó a llorar de nuevo.

- Parece ser que esto ha podido provocar la asfixia de este desgraciado – comento el doctor con cierto retintín – Se las he sacado de la boca.

O bien no había sido mi tía quien había limpiado la habitación, o que con las prisas se le había olvidado ese detalle.

Mi madre no pareció muy sorprendida, o al menos no dio muestra de estarlo. Se limitó a mirar a su hermana con cierta tristeza, para luego mirar al doctor.

- Bueno, eso es ahora lo de menos, la cuestión es que esto debemos arreglarlo entre nosotros.

- Por supuesto, ¿y cómo lo podríamos solucionar Juan? – dijo mi madre

- Bueno, esto no es cosa de solucionarlo ahora de un golpe, necesitaremos más tranquilidad. Pero si necesito que me mostréis vuestra buena voluntad.

- Bien, ¿y que te serviría de muestra?

- Bueno, debo asegurarme de que no os volvéis atrás una vez tengáis firmado el acta de defunción. Así que tráeme la cámara de fotos de la casa y dejadme que os haga unas fotos.

- Muy bien, yo saldré a por ella, seguro que mis sobrinas saben dónde encontrarla.

Mi tía, aun parecía metida en un trance. Al poco tiempo entro mi madre con la cámara de fotos. El doctor comprobó que tenía carrete y tiro un par de fotos al muerto. Cuando se aseguró de que todo funcionaba perfectamente se dirigió a ellas y les dijo:

- Desnudaros

Yo me quede de piedra, pero debí ser el único, ya que las dos se comenzaron a desnudar sin rechistar. Una vez desnuda, (decir que mi madre, aun siendo mayor que mi tía, se conservaba mucho mejor, las dos tenían más o menos el mismo cuerpo, pero mi madre se lo había cuidado mucho más que su hermana) el doctor se acercó a ellas y pasándole las manos por el pecho y bajando hasta sus coños:

- Ya están muy creciditas mis niñas, vamos ahora vais a ser obedientes y a hacer todo lo que “papi” os diga

Mientras no paraba de tocarles el coño y les metía los dedos a las dos a la vez. Luego paso por detrás y continuó los mismo movimientos pero en sus respectivos culos. Acercaba su cara a sus oídos y a la vez les decía algo (que no podía oír) le chupaba las orejas. Cuando estuvo así un tiempo comenzó a empujar sus cuerpos hacía el muerto, ellas se resistían un poco.

Al llegar al cuerpo del difunto las dos se subieron a la cama y a cuatro patas comenzaron a hacer posturas chupándole la polla a mi tío. Las dos sabían muy bien lo que tenían que hacer, ya que en pocas ocasiones les tuvo que rectificar el médico. Estaba claro que no era la primera vez que hacían algo por el estilo (lo de la sesión de fotos digo). Las dos miraban con lujuria a la cámara y sacaban la lengua mientras chupaban el miembro flácido y frio del pobre tío. Así estuvieron un rato para luego, entre lamidas de huevos de pollas y comida de bocas entre las dos. Luego cambiaron de posturas, mi madre se sentó sobre la cabeza de mi tío y simulaba que le comían el coño y mi tía se sentó sobre la polla. Las dos se movían como si de verdad se las estuvieran comiendo y follando respectivamente. Incluso se acercaban la una a la otra para besarse y chuparse los pechos.

Yo tenía tal shock que ni siquiera me empalme, bueno en verdad no sé si era el shock o que ya mi cuerpo no podía más. El médico no paraba de hacer fotos desde todos los ángulos de la habitación, planos generales y primeros planos. En un momento dado, no sé si por las indicaciones que le habían dado, o porque habían terminado por calentarse. Mi madre se puso a cuatro patas, aun con la cabeza del difunto entre las piernas,  y se inclinó en busca del coño de mi tía. Ella no se hizo de rogar se hecho hacia atrás y se lo ofreció para que comiera a satisfacción. Y vaya si lo hizo, aquí ya no estaban haciendo posturas para la cámara. Mi madre comía sin control y al poco mi tía comenzó a gemir como ella sabía. Por ese momento se olvidaron del viejo médico y de la cámara, solo estaban ellas dos disfrutando sobre el cadáver de su hermano. Era tanta la entrega que tuvo que ser el médico el que las devolviera a la realidad. Tanto debido a que no debía de demorarse más en salir, como en que los suspiros de mi tía comenzaban a ser un tanto escandaloso.

Una vez vueltas a la realidad se bajaron de la cama y permanecieron desnudas frente al doctor.

- Veo que no habéis perdido la práctica con los años. Eso está bien. Creo que con esto está todo aclarado. Ahora vestiros y salgamos. Firmaré los papeles en el salón.

Se vistieron las dos y cuando estaban a punto de salir el médico se dirigió a ellas.

- Dejaremos pasar unos días, yo tengo que ausentarme, pero para cuando vuelva las quiero a las dos bien preparadas para lo que solicite. Así que tú – dijo mirando a mi madre – mejor que te quedes en la casa por un tiempo. Ya sabrás que excusa debes dar. Ah!! Y otra cosa, las quiero a las dos dispuesta a darlo todo, tanto vuestro……………como de quien yo pida.

Cuando abrieron la puesta, salte rápido y salí hacia la cocina. Una sorpresa más, mi madre acaba de hacer un book pornográfico, se había comido enterita a su hermana, y yo ni siquiera estaba sorprendido. Me dirigí a la nevera para beber agua. Bebí con verdaderas ganas, tenía la boca seca. Cuando termine de beber solo una cosa rondaba por mi cabeza. Tenía que tirarme a mi madre, o mejor …. A mi madre y a mi tía a la vez. Aquella era una casa de pervertidos y yo me estaba convirtiendo en otro.

CONTINUARA……………….