El verano de la Expo (2)

El chico continua conociendo los secretos de la familia.

II

Al día siguiente me levante tarde, y solo deje mi habitación cerca de la hora de comer. Fui directamente a la cocina para beber algo, tenia la boca seca. Allí estaban mi tía y mi prima Marta, las dos esmeradas en preparar la comida. Lo único que me dijeron, sin dignarse a mirarme a la cara, era lo tarde que me había levantado, y que estaría lo suficientemente descasado como para trabajar en la cafetería por la tarde, a lo que respondí que sí, que estaba muy descansado (aunque aun estaba roto de la cantidad de pajas que me había hecho). Cuando termine de beber me dirigí a la cafetería, allí estaban Susana y Olga, no había mucha gente en la cafetería, y la poca que había eran casi todas amigas y amigos de mis primas. Susana estaba detrás de la barra atendiendo las comandas y Olga estaba atendiendo las mesas, o por lo menos era lo que pretendía que pareciese, pues en verdad estaba de cháchara con dos amigas suyas.

A lo largo de la tarde, durante el trabajo en la cafetería, estuve dándole vueltas a todos los movimientos de la noche anterior, y había algo que no me cuadraba. No es que yo fuese Sherlock Holmes o Hércules Poirot, pero tanta naturalidad en la casa no era normal. Y por otro lado, salvo mi tío y yo el resto de la familia compartía habitación, por lo que no me cuadraba que aquí nadie supiese lo que pasaba por la noche en la casa. Mis primas Susana y Olga compartían habitación y mi prima Marta compartía habitación con mi tía. Uniendo eso a que la noche anterior las dos estaban en camisón, se deduce que las dos antes de pasar por la habitación de mi tío, pasaron por sus respectivas habitaciones, y además se unía que mi prima Susana seguramente no volvió a su habitación hasta que Marta la soltó, y vete a saber cuando fue eso. Por lo que Olga debió echar en falta a su hermana o bien estaba acostumbrada a que faltase en mitad de la noche. Esto incluso yo lo podía entender pues Susana es idolatrada por Olga y seguro que se creía cualquier cosa que esta le contaba, incluso puede que lo supiese y por obediencia ciega a su hermana ésta no dijese nada. Pero en el otro caso era mas difícil de entender Marta habría salido de la habitación de su madre en mitad de la noche y volvió tarde a la cama, además por lo que ocurrió debía ir oliendo a hembra desde kilómetros, por lo que solo cabían dos cosas, o mi tía tenia un sueño muy profundo o mi tía estaba al tanto de lo que pasaba. Pero si esto era así, ¿cómo era posible que lo permitiese?.

Así pase la tarde de trabajo, incapaz de mirar a mis primas sin que por mi cabeza pasaran las imágenes de la noche anterior, procure no ser excesivamente descarado, pero tengo que reconocer que me podía mas mi subconsciente que mi voluntad de controlarme. En todo momento intente escudriñar sus movimientos y sus palabras para ver si dejaban adivinar algo especial, pero nada ocurrió.

A la hora de cerrar me dejaron solo, y se fueron todas a ducharse para salir, yo no sabia que hacer, si salir o no. Por un lado no quería estar en casa solo con mi tía y mi tío, y por otro no me apetecía salir solo (las últimas compañías no había sido de mi agrado).

Después de cerrar y ducharme, me dirigí al salón, allí ya solo quedaban mis tíos viendo la tele, así que decidí salir, iría al cine, por lo menos mataría el tiempo hasta la hora de vuelta. Toda mi expectativa era que se repitiesen los acontecimientos de la noche anterior.

No recuerdo la película que vi, solo recuerdo que me tire toda la película mirando el reloj deseando que llegase la hora de vuelta. Cuando por fin termino la película me dirigí a casa de mi tía, aun era temprano, así que decidí entrar por detrás y ocultarme en mi cuarto, de forma que todos pensarán que me había quedado de juerga. Pero, para mi sorpresa, todo comenzó antes de lo que yo esperaba. Al entrar intente hacer el menor ruido posible, así que nada mas abrir me quite los zapatos y me dirigí a mi cuarto cruzando el almacén, por ese sitio no debía de temer nada, no solía ir nadie a esas horas, pero cuando salía del almacén me tuve que parar, la luz de mi cuarto estaba encendida y la puerta entre abierta, y yo estaba seguro que lo había dejado todo cerrado.

Me quede parado por un momento esperando que ocurría, pero no se oía nada, así que decidí acercarme poco a poco a la ventana, ésta tenía el visillo echado, pero al trasluz se veía todo perfectamente. Allí estaba mi prima Olga mirando en los cajones de mi mesita de noche, las puertas del armario estaban abiertas, así que supuse que también había estado registrando en el armario, ¿pero que era lo que buscaba?. En principio pensé que estaba intentando quitarme dinero (mi tía las tenía a todas un poco corta de pasta, y mas a ella que era la pequeña), pero si era eso lo que buscaba, pronto desistió y concentro toda su atención en otra cosa. De los cajones había cogido la caja de condones que tenia guardada.

Se sentó sobre la cama desecha (las labores del hogar no eran mi fuerte) y saco uno de los condones. A continuación lo abrió y estuvo un tiempo jugando con él entre los dedos, después se lo llevo a la boca y lo lamió, parecía como si quisiese saber si en verdad sabia a lo que ella imaginaba, se lo metió por completo en la boca y lo saboreo, a la vez que miraba alrededor como buscando algo. Finalmente lo encontró, era mi pijama (en verano duermo con una camiseta y unos calzoncillos amplios), estaba arrugado entre las sabanas. Estiro la mano y alcanzo los calzoncillos, yo estaba verdaderamente aluciando, en esta familia no se salvaba nadie. Cuando lo tuvo entre las manos los observo y seguidamente se lo llevo a la nariz y aspiro fuerte, eso debió de producirle un impacto fuerte, pues se tiro boca arriba sobre la cama, sin quitarse mi ropa interior de la cara, abrió ligeramente las piernas, y con la mano que le quedaba libre se la llevo directamente a la entrepierna. A esto tengo que decir que Olga tenía puesto un pantaloncito corto muy estrecho y un top de tirantas. Auque eso es lo de menos, la cosa es que mientras se restregaba los calzoncillos por la cara con una mano con la otra se frotaba sobre su chochito por encima del pantalón.

Como podéis imaginar yo no me perdía detalle, y me debatía entre seguir oculto y deleitarme con el espectáculo o hacer una entrada triunfal en mi cuarto y montarle el pollo a mi primita, de forma que mediante el chantaje me contase todo lo que ocurría en aquella familia.

Muchos pensaréis que valiente idiota era, pues cualquier otro intentaría beneficiarse a la chiquilla. Pero yo a Olga la veía como una niñita y no despertaba en mi ningún instinto sexual (al menos hasta ese momento). Bueno la cosa es que o bien mi prima no me esperaba ni por asomo, o bien era una adicta al riesgo, pues conforme se fue calentado, las caricias iban en aumento, hasta tal punto que en un momento dado se paro y se quito los pantaloncitos, quedándose con mini tanga que no le había visto ni a mi novia. Allí de pié pude contemplar un culito respingón y pude apreciar que o bien aun no le había salido los pelitos en su coñito o bien ya se depilaba, cosa esta última que creía poco probable.

En esos pensamientos estaba cuando pude apreciar que se llevaba la mano a la boca y sacaba de ella el condón, lo lamió para limpiarlo de la saliva para después colocarlo en dos dedos de su mano derecha, lo colocaba con sumo cuidado como si se lo estuviese colocando en una polla, lo hizo con tanto cuidado y delicadeza que fue la primera vez que comencé a sentir algo. Una vez lo tuvo colocado se descalzo y se monto sobre la cama, acomodo la espalda sobre el cabecero y abrió las piernas con las rodillas flexionadas. A continuación volvió a coger mis calzoncillos con la mano izquierda y se lo llevo a la cara para volver a aspirar fuertemente. Mientras, la otra mano (o mas bien los dos dedos enfundados en el condón) se abría paso entre la piel y el elástico del tanga, hasta alcanzar su labios, y así comenzó a restregar el condón por su chochito que ya tenía empapado el tanga. Conforme mas se frotaba, mas perdía la postura, pues se fue escurriendo en la cama hasta estar totalmente tumbada, con las piernas dobladas y suspirando como una loca. Fue en ese momento cuando olvide por completo que era mi prima y que tenía la edad que tenía, solo veía a una hembra en celo con un hambre de polla que yo estaba dispuesto a satisfacer.

Y casi ocurre, si no fuera por que de repente vi que se encendía la luz del patio, el corazón se me puso a mil, ¿quien podría ser?. Ya era mala suerte la mía, cuando pensaba que iba a descargar este día de tensión, alguien me lo iba a fastidiar, ¿pero quien sería?, por la hora era imposible que fuese Susana, incluso era temprano para que fuera Marta. Bueno la cosa era que me iban a fastidiar y ya está.

La luz no solo no se apago, sino que además los pasos parecían que se acercaban, así que opte por hacer mutis por el foro e irme hacía el almacén, si alguien pillaba a Olga en plena faena peor para ella, la cosa era que no me relacionasen a mi con todo esto.

Me oculte entre las cajas del almacén junto a la puerta, y pude observar que la que se acercaba era mi tía, parecía que no tenía prisa, se acercaba decidida pero sin prisa. Aquí, pensé, se va a liar la mundial. Mi tía se dirigió hacia la puerta entre abierta y se quedo parada observando a través de la rendija, abrió despacio la puerta y dijo algo que todavía resuena en mi cabeza – Así que estas aquí, me lo imaginaba. Eres una niña egoísta que no quiere compartir sus cositas con su mamita, y eso no esta bien – A renglón seguido entró en la habitación y cerro la puerta tras de si.

Y allí estaba yo tan impresionado que no estaba ni excitado, pero por supuesto no estaba dispuesto a perderme lo que ocurriera en mi habitación. Así que me dirigí rápidamente hacia la ventana. Mi prima estaba de nuevo incorporada sobre le respaldo, con las rodillas dobladas y las piernas juntas, como queriéndose tapar, a los pies de la cama estaba mi tía, que la miraba con dulzura, y justo cuando llegue le estaba diciendo.

Vamos mí chiquitita, no seas egoísta sabes que a mamita le gusta que compartas los juegos conmigo – mientras le decía esto se sentaba en la cama a los píes de Olga, mientras Olga no levantaba los ojos de sus rodillas.

Y ya deberías haber aprendido a que en esta casa no se juega sin mi consentimiento – la voz era dulce pero tajante.

Vamos dime ¿pensabas que yo no me iba dar cuenta?, vamos responde – Olga no se atrevía a responder ni a desviar la mirada.

De repente mi tía se percato de lo que la niña tenía en los dedos. Y agarrando con su mano la mano derecha de ella y se la despego de las rodillas, no sin que Olga ofreciera alguna resistencia.

¿Pero que es esto? – pregunto con cierto sarcasmo – vaya, vaya parece que mí niña está explorando nuevos territorios. No, no, eso no está nada bien, eres muy chiquita para ir sola a explorar. ¿O no has ido sola?, ¿no te habrá dado esto el guarro de tu primo?, ¿no? – aquí se me heló el corazón (y algo mas), pues el tono que uso no dejaba ninguna duda, yo no le caía simpático. Y al parecer la sola idea de que su pequeñita fuera seducida por mí le debió enfurecer mucho, pues incluso Olga reacciono, como si un chispazo le hubiesen dado.

No mama no, el primo no tiene nada, de verdad nada. Solo entré por curiosidad y me encontré por casualidad con eso – hasta ese momento no levanto la cabeza, y solo para mirar hacia sus dedos enfundados en el condón. Era obvio que mentía, pues había registrado toda al habitación y ya me había encargado yo de guardar bien los condones, como para encontrárselos por casualidad.

Que niña tan traviesa, ¿sabes que la curiosidad mato al gato?, y a ti te puede traer alguna desgracia. Imagina que en vez de ser yo, el que llega es tu primo. ¿Qué hubiera pasado?, ¿o acaso era lo que estabas esperando, guarrita?,– le decía mi tía mientras seguía agarrando la mano de mi prima que tenia el condón puesto, y con la otra mano le acariciaba el pelo con suavidad.

No de verdad mama – respondió mi prima - te juro que no era esa mi intención, de verdad, es que no se que me paso. De pronto cuando vi eso, no se que se me paso por la cabeza, y no pude contenerme – Olga estaba apunto de romper a llorar y volvía a tener la cabeza hundida entre las piernas, mientras mi tía seguía acariciando el pelo.

Ya lo se hijita, piensas que yo no se lo que siente una mujer, pero ya te he dicho en muchas ocasiones que no es bueno que una chiquita como tu este sola en estas cosas. Vamos cuéntame, ¿en quien pensabas?, ¿en algún amigo? ¿o pensabas en tu primo?– Olga no respondía, entonces mi tía le dio un nuevo giro a la conversación – ¿o acaso pensabas en la última noche que dormimos juntas? – en eso momento note como Olga se ponía tensa, y sin decir una palabra se limitaba a mover la cabeza negativamente – si seguro que era en eso en lo que pensabas, ¿verdad que lo pasamos muy bien las dos juntas?, lastima que tu hermana Marta no nos deje hacerlo mas a menudo, ¿verdad? ?– la chiquilla seguía negando con la cabeza y en ese momento pude observar como comenzaban a caer lagrimas de sus ojos.

Mientras mi prima no dejaba de negar con la cabeza, mi tía se llevo los dedos enfundados a la boca y los relamió como si le fuera la vida en ello. Cuando se los saco se acerco delicadamente a la mejilla de su hija y le dio un dulce beso, para después acercarse al oído y decirle algo que no llegue a oír. Lo que le dijo no debió de agradarle mucho, pues comenzó a llorar con mas aliento y a decir en voz baja

No mami, no mami, no quiero – suplicaba – por favor por favor déjame irme, no quiero no quiero – decía entre llanto y en una voz que casi no le salía del cuerpo.

Vamos chiquita es por tu mami, sabes cuanto te quiero y cuando alguien se quiere se debe demostrar – mientras mi tía decía esto se ponía de rodillas sobre mi cama, y con las dos manos separaba las rodillas de mi prima, no sin cierta resistencia de ésta.

Una vez le separo totalmente las piernas se inclino sobre ella e intento darle un beso en la boca, pero como quito la cara se limitó a darle un beso en la mejilla, pero esta vez no era un beso tan dulce. Le dio varios besos para posteriormente darle un lenguetazo que le abarco toda la cara. Después se quedo mirando la entre pierna de su hija, que aun tenia el tanga puesto y empapado. Si mas dilaciones se agacho, retiro con una mano el tanga y le dio un lametazo que le recorrió todo su pelado chochito.

Olga con la cabeza doblada hacia un lado apretaba los dientes como queriendo abstraerse de todo aquello. Mi tía tiro de las caderas de Olga y la tumbo completamente en la cama, para posteriormente arrebatarle de un fuerte tirón el tanga.

Como poseída por un hambre ancestral mi tía volvió a hundir la cabeza entre las piernas de su hija y devoró su coño con verdadera ansía. Poco tiempo después Olga no podía disimular que estaba apunto de tener un orgasmo a manos (o mejor dicho a boca) de su amadísima madre. Los intentos de abstraerse de Olga finalmente fueron inútiles, su resistencia dio paso a una sería de espasmos y bocanadas de aire como si se le fuese la vida por la boca. Las manos pasaron de estar inertes a acariciar la cabellera de su madre y a apresar su cabeza entre sus manos y su movimientos rítmicos de cadera. Finalmente, y tras varios espasmos, la actividad frenética de su cuerpo se calmo, dando paso a una respiración acompasada.

Pero mi tía aun no había dicho su última palabra, se incorporó con una cara mezcla de triunfo y lujuria aun insatisfecha, y poniéndose de pie sobre la cama se levantó la falda y se bajo rápidamente las bragas. Con la falda levantada por encima de la cintura me dejo ver el espectacular culo que tenía mi tía, la verdad es que con la ropa que normalmente usaba lo disimulaba muy bien, pero así en carne viva tenía un tremendo culo (que por cierto, ninguna de sus jijas había heredado). Lentamente se sentó sobre las caderas de su hija y comenzó a frotar su peludo coño sobre el de su hija. Mientras cogía ritmo, con una mano se acariciaba el pecho por encima de su blusa y con la otra acariciaba el escaso pecho de su hija.

Sí mi niña sí, así me gusta, sabes cuanto te quiero, vamos chica dame lo que quiero, se buena con mama. Por favor chica por favor – le suplicaba mi tía.

Así continuó durante un tiempo, pero mi prima no parecía reaccionar. Cuando estaba casi a punto de alcanzar el orgasmo mi tía comenzó a cambiar las palabras y el tono de voz.

Vamos putita, se perfectamente que te gusta, o solo te lo pasas bien con la puta de Susana. Sabes de sobra que no estoy dispuesta a permitirlo yo soy tu madre y vas a hacer lo que yo te diga, ¿entendido?. Así que vamos puta de mierda muévete o te cruzo la cara.

Al ver que Olga no reaccionaba, mi tía dejó de tocarle los pechos para darle un fuerte bofetón en la cara. Al ver que tampoco reaccionaba comenzó a pegarle con las dos manos, a la vez que no paraba de insultarla y de decirle que ella era la que mandaba e iba a hacer lo que le viniese en gana. Al poco Olga reacciono y apoyándose en los codos se incorporó un poco.

¿Yo puta?, tú si que eres una puta, zorra de mierda, por mucho que me hagas no vas a hacerme disfrutar como lo hace Susana, y eso te jode, ¿verdad?. Vamos muévete mas y a ver si aprendes a follar que eres una verdadera mierda follando – le decía a su madre con la cara roja de ira.

Mientras mas insultaba Olga a su madre, mas disfrutaba ésta. Mí tía había dejado de pegar a su hija, al parecer ya había logrado su objetivo, hacer que Olga reaccionara y participase mas activamente.

Al rato mi tía comenzó a gritar como una desesperada y finalmente alcanzó un gran orgasmo. Cuando terminó se dejo caer sobre su hija, y ésta le dio un fuerte empujón, tirandola de la cama.

Ya estarás satisfecha, ¿no? – le dijo Olga con desprecio a la vez que se levantaba de la cama – Yo me voy, tu si quieres te puedes quedar ahí tirada, a ver si tienes suerte y cuando venga el primo te echa un buen polvo que es lo que tu necesitas – y con esas recogió su tanga y se marcho con él en la mano.

Por supuesto en ese momento salí disparado de nuevo hacia el almacén, y desde allí pude observar como Olga se alejaba de mí habitación. Por un momento me quede esperando a que mi tía saliese de mi cuarto, pero de pronto se me paso por la cabeza una idea perversa, ¿y si entraba en mi cuarto y me tiraba a mi tía?, yo estaba a mil, y mi tía seguro que estaría super receptiva. Por mucho que se hubiese restregado contra su hijita estaría super caliente y además no era eso lo que le había dicho su hija, lo que necesitaba era una buena poya y yo estaba allí loco por meter la mía en caliente.

Continuara.........