El verano de 1.995 (5)

Capítulo V. juntos para siempre.

CAPÍTULO V. JUNTOS PARA SIEMPRE

Delia y su familia se fueron sobre el 12 de julio.Fueron unos días muy placenteros en los que al menos follamos una vez cada uno.Yo con quien más lo hice fue con Laura, pero también probé con Delia dos o tres veces, ya que me había insistido mucho.Mi madre, por su parte, se lo hizo muchas veces con Julio, pero también con Laura, que le daba un morbo especial y la había llevado a unos orgasmos increíbles.

Después de despedirnos, Delia y los suyos prometieron visitarnos en Madrid durante el año para que diéramos rienda suelta a nuestros bajos instintos y prometieron traerse a dos o tres matrimonios con hijos que se dedicaban a lo mismo, así que mi madre y yo ya no temíamos al fin del verano sabiendo que en Madrid nos esperaba algo mejor si cabe.A esta familia amiga nuestra le quedaba un largo viaje en coche por delante, pero ellos sabían muy bien administrarse el tiempo y pararían cada tres o cuatro horas en algún rincón seguro del campo para unirse carnalmente un rato.

Mi madre y yo volvimos a sentirnos un tanto vacíos sin esta familia, pero había merecido la pena conocerlos y darnos el lote con ellos.Por lo demás, ahora teníamos más de una quincena para seguir yendo a la playa nudista y ligar con quién pudiéramos, ya que habíamos llegado a la conclusión de que más que una playa nudista aquello era una playa para encuentros sexuales.Puede que fuera alguna gente solamente la que fuera a hacerlo, pero desde luego no eran pocos y a nadie le disgustaba ver a parejas disfrutando de sus cuerpos.

La tarde del 12 de julio, mi madre y yo nos fuimos como de costrumbre a la playa, pero esta vez cogimos el autobús y nos fuimos al final de la playa, para recorrerla en sentido inverso.El viaje en autobús fue cómodo y bastante rápido, por lo que pronto estuvimos allí, al lado de otro cartel que anunciaba que se estaba entrando en una zona nudista.Mi madre y yo, como siempre, nos desnudamos antes de entrar y luego empezamos a pasear tranquilamente, comenzando a ver a mucha gente desnuda.

Los primeros que vimos fueron dos extranjeros que pasaban por al lado de nosotros.Eran dos jóvenes de unos veinte años, no demasiado bien dotados, pero sí musculosos y rubios, por lo que a mi madre se le empezó a hacer la boca agua.Sus pezones se pusieron claramente erectos y sus mejillas se sonrojaron un poco.Yo me volvía a morir de celos, y la verdad es que no sabía por qué.

Se le pasó pronto el encaprichamiento y seguimos andando, viendo a nuestra izquierda muchas parejas desnudas, esta vez la mayoría quietas tomando el sol.Un rato después vimos que había una mujer madura, de unos cincuenta años y un cuerpo delgado y de tetas medianas, siendo poseída desde detrás por uno de esos jóvenes de veintitantos años que abundaban en la playa.Mi madre se quedó alucinada al ver el tamaño de su pene, que debía pasar de 20 cm y la mujer que lo estaba recibiendo dentro gemía sonoramente ante tan cantida de carne dentro.

El ambiente tan sexualmente desenfadado de esta playa nos encantaba a los dos y más aún si nosotros formábamos parte de las actividades que allí se llevaban a cabo.Mi madre y yo hablamos esa tarde sobre eso y sobre cómo ella había pasado de un época de poca actividad sexual a una época de hiperactividad.Decía que quería aprovechar los años que le quedaran de cuerpo bonito todo lo que pudiera, ya que en unos diez años sería ya demasiado madura como para atraer a muchos hombres jóvenes.A mí me dijo que hacía muy en haberme estrenado a los trece años y que ella lo había hecho por primera vez a los 20, de lo cual se arrepentía amargamente.

Y había tenido muchas oportunidades de hacerlo con chicos cuando era joven, ya que su cuerpo era bastante similar o incluso mejor que el de ahora desde sus 12 años.Me dijo que muchas veces algunos chicos la intentaron violar y que una vez uno casi lo consiguió, pero ella le arañó la cara y lo dejó marcado para siempre.También me dijo que un hombre mayor le había propuesto una vez llevarla a unos grandes almacenes a comprarle cosas si a cambio le dejaba verla desnuda.Ella se sintió muy tentada a sus 14 años, pero al final se negó y se fue corriendo.

Ahora, sin embargo, estaba claro que pretendía recuperar el tiempo perdido de la forma que fuera, ¡y vaya si lo estaba haciendo! Seguimos con nuestro paseo hasta que llegamos a un sitio que a mi madre le gustó para sentarnos.Estaba bastante solo y sólo a lo lejos había alguna pareja o alguna persona sola.Mi madre se sentó abierta de piernas con las rodillas flexionadas apoyándose en la toalla con las manos.

Yo me puse erecto de nuevo y mi madre se volvió a reír."No puedes aguantar casi nada, eh...", dijo.Yo me puse rojo y no supe qué decir, pero ella se calló y miró en ese momento hacia la derecha, desde donde se aproximaban dos jovencitas algo gordas de unos 25 años.Tenían las tetas grandes, pero bastante colgonas y sus vulvas eran negras y densas, pero bien recortadas en forma triangular.Por el otro lado venían dos chicos de unos 15 años, claramente extranjeros y rubios.Sus penes estaban completamente erectos y medían alrededor de los 15 cm.

Cuando se acercaron a las dos chicas, que eran españolas, éstas los miraron lascivamente guiñándoles un ojo.Los chicos pasaron de largo pero luego le pararon y se dirigieron hacia ellas de nuevo.Las chicas se les acercaron y les empezaron a tocar los penes.Una de ellas se agachó y empezó a hacerle una felación a uno de los chicos, el cual estaba alucinando como nunca.El otro le dijo a la otra que se tumbara por medio de señas y ésta no tardó en hacerlo.La chica le pasó un condón y el joven se lo puso, para luego hundir su miembro entre las piernas de la rolliza chica.

La otra no paraba de chuparle el pene al chico, cuya cara reflejaba perfectamente lo que estaba sintiendo.Luego, ésta misma chica recibió entre sus piernas la cara del chico, cuya lengua empezó a trabajar en su raja de inmediato, haciendo que la chica gimiera de placer y segregara más y más fluidos.

La pareja de al lado seguía copulando con rapidez, y pronto la chica alcanzó su clímax, revolviéndose de placer y haciendo que el chico también se corriera, dentro del condón.Los dos se quedaron echados sobre la arena mientras los otros dos empezaban también con su coito, en su caso sin protección.El chico no tardó mucho en llegar al orgasmo y sacó su pene para echar su semen sobre los pelos de la vulva de la joven.Ella había previamente llegado a su orgasmo gracias a la lengua del chico, así que estaban en paz.

Los cuatro permanecieron un rato allí y luego se fueron juntos hacia las dunas, casi sin duda para seguir con sus juegos más lentamente.Yo me había puesto muy excitado con lo que había visto y mi madre aún más.Tanto se había excitado que estaba acariciándose sin darse cuenta su sexo, deslizando uno de sus dedos a lo largo de su raja.

"Tienes ganas, eh...", le dije yo."Sí, muchas...Casi no puedo aguantar...", me respondió mirándome de forma un tanto extraña."¿Quieres que nos vayamos ya a casa?", me preguntó."Como quieras...", le dije.Entonces se levantó y nos pusimos en marcha, recorriendo el camino por el que habíamos venido.

Durante nuestro paseo, que no duró mucho porque era de un kilómetro más o menos, mi madre y yo hablamos más bien poco.Ella iba muy pensativa y su mirada estaba perdida en el infinito.Luego, sin razón aparente, me dio la mano y fuimos de la mano el resto del camino hasta el cartel.Allí, mientras nos poníamos de nuevo los bañadores, mi madre me dijo: "Te quiero..." y yo le dije que también la quería.

Cogimos el autobús y nos dirigimos a nuestro apartamento, que no distaba mucho de la parada.Cuando entramos, los dos nos fuimos a la ducha y nos duchamos desnudos juntos.La ducha era bastante estrecha y mi madre y yo estábamos algo apretados.Ella estaba delante mía y mi pene se colocaba de vez en cuando entre sus glúteos sin yo quererlo.Ella no decía nada y luego se dio la vuelta, dejándome ver sus grandes y bonitos melones.Mi pene se colocó accidentalmente entre los pelos de su vulva y mi madre dijo:"Ay, que me haces cosquillas en el chocho..." Yo me retiré y ella me dio un beso en la mejilla que no supe cómo interpretar.

Cuando salimos de la ducha nos secamos y nos pusimos a ver la televisión, en la cual no ponían gran cosa, así que empezamos a ver canales satélite.En uno de ellos estaban poniendo un peli porno y mi madre me dijo que la dejara.Estaba totalmente desnuda aún y tenía las piernas abiertas enfrente de mí.Un poco después de empezar a ver la película, mi madre se fue al dormitorio llorando, sin yo saber por qué.Creí haber hecho algo malo, como mirarla fijamente o algo así, pero sabía que eso no tenía sentido, puesto que la había mirado todos estos días.

Fui corriendo a ver qué le pasaba.Entonces vi que estaba echada boca abajo en su cama, llorando desconsoladamente.A mí se me partió el corazón al verla así y casi se me saltaron las lágrimas.Me acerqué a ella y le acaricié la espalda con mucho cariño.Luego el hombro y, finalmente, los cabellos y una de sus mejillas, húmeda por las lágrimas."Mamá, ¿qué te pasa?", le pregunté con voz dulce y reconfortante."¿Qué tienes? ¿He hecho algo?", le pregunté de nuevo.

Pasaron unos instantes hasta que respondió.Levantó su cara enrojecida por el llanto y me dijo entre sollozos: "Tú no has hecho nada, cariño...No has hecho nada, mi cielo..."."¿Entonces...?", pregunté extrañado."Es que soy mala, una madre muy mala..." "¿Por qué...?", le pregunté."Porque te quiero...Te amo desde que empezaste a crecer y te fuiste haciendo un hombrecito y quiero hacer el amor contigo...Yo sé que eso está muy mal, pero te amo y te deseo como nunca he deseado a ninguno de esos cachas de la playa...Te necesito junto a mí, sentir tu suave piel junto a la mía y sentir tus dulces labios besar los míos...", me dijo.

Yo me quedé sin palabras.La había deseado desde que empecé a despertar al sexo y la amaba y sentía lo mismo que había dicho entre sollozos.Entonces, empecé a besarla suave y lentamente en su hombro y luego en su suave cuello, acariciando mientras tanto su espalda y su pelo de seda.Ella comenzó a agitarse y levantó la cara de la almohada."Cariño mío...", dijo aún llorando y mirándome fijamente.Luego se acercó a  mis labios y empezó a besarme en ellos despacio, mordisqueando con los suyos los dos míos.

Luego metió su lengua en mi boca y los dos las unimos acariciándonoslas y lamiéndonoslas.Luego exploramos cada rincón de nuestras bocas acariciando nuestros cuerpos delicadamente mientras lo hacíamos.Ella me besaba mientras gemía diciéndome que me amaba y que me adoraba.Yo la besé lo mejor y más delicadamente que sabía y ella lo apreció tanto que me dijo que no parara.

Después de un rato así, mi madre se puso totalmente boca arriba y me dijo que me pusiera sobre ella, lo cual no tardé en hacer, prosiguiendo con los besos en la boca.Mi pene estaba entonces alojado entre sus piernas, rozando ligeramente su vello púbico."Házmelo, cielo...Házselo a mamá...", me suplicó entre gemidos mientras yo le pellizcaba sus erectos pezones.Entonces me coloqué de forma que mi pene estuviera preparado para entrar y ella me rodeó con sus piernas por la cintura mientras yo empezaba a entrar en el lugar por el que había venido al mundo trece años antes.

Mi madre jadeaba cada vez más rápido y fuerte y apretaba mi cabeza contra sus tetas, cuyos pezones yo chupaba ahora y mordisqueaba con mis labios.La humedad, calor y anchura de su vagina era incomparable a las de las otras tres chicas con las que había estado y me daba mucho más gusto que con ellas.Me sentía como en el paraíso al estar practicando el coito con mi propia madre, la cual era una persona a quien yo amaba profundamente y a la cual podía demostrarle un amor verdadero, el amor de un hijo que la deseaba carnalmente.

Mi madre empezó a retorcerse  de placer mientras yo seguía penetrándola lentamente.Pronto alcanzó un primer clímax y gritó ahogadamente diciéndome que me quería y que me deseaba.Poco después, llevó una mano a su clítoris y aceleró su segundo orgasmo que la lubricó mucho más mojando mi pene aún más.Estaba en el paraíso también ella y parecía no haber tenido nunca dos orgasmos así.

Al cabo de dos minutos, yo sentí mi pene acercarse al orgasmo de forma que no había vuelta atrás.Traté de sacarlo de su agujero del deseo, pero ella me lo impedía apretándome cada vez más hacia sí con sus fuertes piernas de mujer excitada.Yo le dije: "Mamá...Ya...Ya..." y ella dijo:"Hazlo, cariño...Córrete dentro de mamá...Déjame embarazada...Dame un hijo por favor...".Yo no me podía creer lo que decía, pero seguí adelante para dar a mi madre lo que me pedía.La amaba ciegamente y quería hacerla feliz.

Yo ya no podía aguantar más y de pronto una descarga enorme de semen se estrelló contra el cérvix de mi madre y luego tres o cuatro espasmos más arrojaron una gran cantidad de esperma que cayó sobre las paredes de su orificio de placer, haciéndola gemir: "Mmmm, está tan caliente, amor mío..."

Cuando acabé de eyacular, mi madre me dijo que la siguiera penetrando sin sacarla hasta que pasara un poco de tiempo.Mientras nos besamos y yo le dije que la amaba profundamente y que no iba a permitir que estuviera triste otra vez, que le iba a dar todo mi amor, todo mi corazón, que ya era suyo desde hacía tiempo.A ella se le saltaron las lágrimas con mis palabras y me besó profundamente acariciándome como nadie me lo había hecho antes. Estuvimos así un buen rato, hasta que los dos juntamos las camas y nos dormimos entrelazados.

El resto del verano lo pasamos más en el apartamento que en la playa, y no volvimos a pisar la playa nudista, un lugar que habíamos tachado de insano para nuestra relación.Hacíamos el amor cada día una o dos veces y el resto del tiempo nos abrazábamos y acariciábamos.Nunca lo hicimos con condones y eso tendría sus consecuencias, ya que a finales del verano mi madre me dijo que estaba embarazada de mí y que estaba muy contenta de tener un hijo mío.

Y efectivamente dio a luz en abril a un niño precioso y sano, que selló nuestra relación.Vivimos como marido y mujer felizmente, haciendo el amor todos los días y cuidando a nuestro hijito con el mismo amor que nos había unido, un amor que duraría para siempre y que nadie sería capaz de estropear, porque era verdadero...