El Verano con mis primas (3)

Ya no son mis primas, ahora son mis esclavas

Había conseguido convertir a mis primas en mis esclavas, y me esperaba el que iba a ser el mejor verano de mi vida, a mis tíos se les estaban complicando los asuntos que les habían obligado a ausentarse, y eso me daba completa libertad para disfrutar la nueva situación.

Tenía a mis dos primas frente a mí en posición "de espera", Cristina aceptaba su situación sumisamente, sin embargo mi nueva esclava, Leticia, se mostraba incomoda y su mirada era desafiante. Empecé a comentarles cual serían sus normas de comportamiento a partir de ese momento.

  • Bueno, primitas, habéis llegado a esta situación por haberos comportado como unas guarras así que será mejor que os portéis bien y seáis obedientes si no queréis ser castigadas, o que le entregue a vuestro padre las cintas de video.
  • Voy a daros una serie de normas que debéis cumplir, el más mínimo fallo os supondrá un duro castigo:
  • Lo primero es respecto a vuestro uniforme, a las dos os he asignado un uniforme de esclava, debéis llevarlo en todo momento, si no he indicado otra cosa.
  • Os está completamente prohibido masturbaros o correros, sólo podréis hacerlo si yo os doy permiso, a partir de ahora mi satisfacción será vuestro único objetivo.
  • Cada mañana deberéis presentaros en mi habitación para recibir las ordenes oportunas, os colocareis de rodillas en posición "de espera", y esperares a recibir mis ordenes.
  • Debéis cuidar al máximo vuestra higiene, vuestro chocho debe estar siempre perfectamente depilado, y cuidar de que vuestro cuerpo este siempre listo para mi disfrute.
  • No os está permitido ningún tipo de intimidad, las puertas deberán permanecer abiertas siempre incluidas las del baño.

Mis primas asentían a cada norma que les iba diciendo, Cristina agachaba la cabeza pero Leticia me mantenía la mirada, como rebelándose contra lo que les estaba diciendo

  • Eso es todo de momento, el resto de ordenes os las iré dando durante el día, y recordad como debéis dirigiros a mí, también seréis castigadas si lo olvidáis.

Una vez que les expliqué las normas, decidí continuar con el adiestramiento de Leticia, todavía le quedaba bastante rebeldía y pensé que humillarla delante de su hermana le bajaría un poco los humos.

  • Tú Leticia, quítate las bragas y acércate a mí.
  • Que quieres ahora?, dijo con desgana.

Esa era justo la respuesta que esperaba, la agarré del pelo y la obligué a arrodillarse,

  • Parece que no aprendes, ahora tendré que castigarte.

  • Cristina, vete a buscar la vara.

  • Si amo enseguida, me contestó.

Mientras Cristina traía la vara, le explique a Leticia lo que iba a pasar

  • Pensaba sobarte un poco y que después me la chuparas, pero ahora por desobediente, voy a tener que castigarte.
  • Haz lo que quieras, me dijo en tono desafiante.
  • Ponte a cuatro patas, y deja la boca abierta.

El tono de rebeldía de Leticía me parecía excitante, pero por otro lado tenía que irla domesticando para que me obedeciera, sino podría rebelarse en cualquier momento.

Cuando llegó Cristina, Leticía ya se había colocado como le había dicho, me puse de rodillas delante de ella, y le metí la polla en la boca.

  • Cristina, quiero que le des 20 azotes a tu hermana, lo más fuerte que puedas, si no lo haces bien después serás tú la que los recibas.
  • Si amo.

Cristina empezó a darle los golpes, y yo le ordené que empezara a chupármela, Leticia lo tenía bastante complicado ya que Cristina le estaba dando bastante fuerte y yo la tenía agarrada por la cabeza, mientras le follaba la boca.

Me estuve aguantado para correrme justo cuando Cristina le diera el último azote, justo en es momento inundé toda su boca con mi corrida.

-Ahora trágatelo todo, le ordené

Leticia estaba llorando, pero obedeció, se notaba que lo había pasado mal durante el castigo. Le dije a Cristina que fuera a preparar la comida, para quedarme a solas con Leticia.

Me senté a su lado y empecé a acariciarle la cabeza.

  • Ves lo que pasa por no obedecer.
  • Si amo, por favor no vuelva a castigarme delante de Cristina.
  • Por qué, es que te da vergüenza, le pregunte.
  • Sí, es mi hermana pequeña, y ya es bastante fuerte que me azote ella sino que además lo haga mientras tengo una polla en la boca.
  • Bueno, ya sabes que depende de tí, si te portas bien evitaras este tipo de cosas, pero si no pude que la próxima vez sea peor.
  • Esta bien amo, a partir de ahora obedeceré.

Mi plan había dado resultado, Leticia había aprendido una lección, aunque sabía que tanta obediencia era por el castigo que acababa de sufrir, y que en cuanto se le pasara volvería a desafiarme.

  • Bueno, ahora quiero que te des una ducha y vayas a la cocina, tienes 10 minutos, si tardas más seras castigada.
  • Si amo.

Mientras Leticia se duchaba, fui a la cocina a ver como iba todo, Cristina estaba preparando la comida, me acerqué por detrás y empecé a meterle mano, estuve unos minutos hasta que le ordene quitarse la ropa.

  • Quiero que cocines desnuda.

Mi prima me dio sus bragas y su camiseta, y siguió cocinando, yo me senté en le sofá a observarla, al rato entró Leticia, miró a su hermana sorprendida pero no dijo nada, siguió de largo hasta llegar hasta donde yo estaba.

  • Hola primita, espero que te hayas relajado con la ducha, nos espera una tarde muy agitada.
  • Si, la verdad que la necesitaba amo.
  • Me alegro, ahora dame las bragas y vete a ayudar a tu hermana.

Mis primas tardaron unos 10 minutos más en preparar la comida, yo estaba excitadisimo, el verlas cocinando desnudas me había puesto muy cachondo, estaba deseando terminar de comer para usar a mis esclavas.

Cuando la comida estuvo lista me senté a comer, mis primas permanecieron de pie sirviéndome, cuando terminé les puse les puse sus platos en el suelo para que comieran.

  • Daos prisa, tenéis que venir a tomaros el postre conmigo.

Cuando terminaron recogieron todo y vinieron al sofá, yo estaba a mil así que no esperé ni un segundo.

  • Ya hemos terminado amo, dijeron a la vez
  • Muy bién, ahora sentaros una a cada lado.
  • Vais a hacerme una mamada a dos bocas, os voy a coger del pelo y os iré indicando cual debe chupármela en cada momento con ligeros tirones, esta claro,
  • Si amo, contestaron.
  • Más vale que os esmeréis, la que tenga el placer de beberse mi leche podrá vestirse, la otra seguirá desnuda el resto del día.

Agarré a mis primas por el pelo y empezaron, primero acerque a Cristina a mi polla, empezó bastante bien, se notaba que le estaba poniendo ganas, a los 10 segundos más o menos, cambié a Leticia, se la notaba algo más forzada pero también me gustaba, estuve alternándolas un buen rato, a veces retiraba a las dos para aguantar más, las tuve chupando hasta que ya no pude más, en ese momento erá Leticia la que tenía mi polla en la boca, así que fue ella la que se tragó toda mi leche.

  • Lo habéis echo muy bien, sois unas autenticas guarras.

Mis primas se sonrojaron, pero no dijeron nada.

  • Bueno Leti, como has sido tu la afortunada, vas a poder vestirte, tu Cristinita vas a pasar un poco de frío durante el resto de día.

Acompañé a Leticia a su habitación para elegir la ropa que podía ponerse, al final me decanté por una minifalda vaquera y una camiseta blanca que le quedaba bastante ajustada. No le deje ponerse ni bragas ni sujetador.

Volvimos al salón, nos sentamos a ver la tele un rato, de vez en cuando les daba alguna orden, como ir a buscarme un refresco y cosas así.

En la película que veíamos salió una escena un poco fuerte, dos chicas se besaba apasionadamente. Eso me dio una idea.

  • Chicas, quiero que os deis un beso como el de la película
  • ¿Qué estas loco? Somos hermanas, dijo Leticia.
  • Eso da igual, ahora sois mis esclavas, y haréis lo que yo diga.

Cristina no decía nada, pero Leticia estaba completamente alterada.

  • No puedes pedirnos eso, dijo desesperada

Tuve que darle un buen bofetón para que se callara, la agarré y la coloqué sobre mis rodillas. Le levanté la falda y empecé a azotarla, le estuve dando bastante fuerte, hasta que ya no aguantó más.

  • Esta bién, por favor deja de pegarme, dijo entre llantos.

  • Bueno pues ahora venga, quiero ver como os dais un beso.

Se pusieron una frente a la otra y empezaron a acercar sus bocas, se dieron un piquito rápido y se separaron.

  • Creo que no me habéis entendido, quiero ver un buen beso.

Les agarré las cabezas y volví a juntarlas, esta vez el beso duró un poco más pero sólo juntaron los labios.

  • Me estáis haciendo enfadar, he dicho que os beséis como en la peli, vamos a intentarlo otra vez, no me obliguéis a castigaros.

Volvieron a besarse, esta vez con algo más de pasión, con la boca abierta, les dije que siguieran besándose, hasta que les ordenará parar, cuando llevaban más o menos un minuto, decidí subir el tono.

  • Muy bien, seguid así, ahora Cristina, quiero que le metas la lengua a tu hermana.

Dudó unos segundos, pero obedeció, ahora si que se estaban dando un buen beso,

  • Venga Leticia, ahora tú, enseñame como usas tu lengua.

La cosa se estaba poniendo bastante caliente, y juraría que la situación no les estaba disgustando del todo, así que decidí ir subiendo el nivel para ver hasta donde eran capaces de llegar.

Me senté en el sofá y las coloqué sobre mis rodillas, ellas seguían besándose cada vez más apasionadamente. Cojí la mano de Cristina y empecé a acariciar el cuerpo de Leticia con ella, después cogí la de Leticia he hice lo mismo, era como si se estuvieran metiendo mano mientras se besaban. Como Cristina estaba desnuda, empecé a pasar la mano de Leticia por su coño, que sorprendentemente ya estaba mojado. Lo hice durante un rato, hasta que Cristina estuvo bastante excitada, después le solté la mano a Leticia y le susurre al oído.

  • Ahora quiero que sigas tu sola, no pares hasta que tu hermana se corra.

Leticia siguió masturbándola, pero no tuvo que trabajar mucho ya que Cristina se corrió enseguida, estaba completamente roja, muerta de la vergüenza por haberse corrido mientras su hermana la masturbaba.

  • Muy bien chicas, me habéis dado un buen espectáculo, ahora bien, como las dos os lo habéis currado no veo justo que sólo se haya corrido Cristina.

El tema del beso me tenía sorprendido, parece que les estaba gustando, no me imaginaba que Cristina se fuera a correr tan rápido, así que decidí forzar un poco más la situación.

  • Bueno Cris, como piensas devolverle el favor a tu hermana?.

Cristina acercó su mano al coño de Leticia y empezó a acariciarlo, pero no la dejé hacerlo.

  • Ya es tarde para eso, tenías que haberlo echo mientras ella te lo hacía a tí, fuiste una egoísta, sólo pensabas en correrte tú, además te corriste sin permiso, pero ya hablaremos de eso después.
  • Lo siento amo, qué quiere que haga. Dijo sumisamente.
  • Ponte de rodillas, le ordené.

Cristina se puso en el suelo de rodillas, cogí a Leticia de la mano y la senté justo en frente de su hermana, - Levantate la falta le dije al oído.

  • Ahora vas a comerle el coño a tu hermana, es la única manera que veo de que le devuelvas el favor.

Las dos me miraron con cara de susto, pero la firmeza de mis palabras no les dejó otra opción.

  • Venga a que esperas, le dije.

Cristina acercó su boca tímidamente al coño de su hermana, y empezó a darle pequeños lametones, Leticia estaba bastante tensa, no estaba disfrutando de la situación.

  • Venga Cristina, puedes hacerlo mejor, piensa en lo que te gustaría que te hicieran, si no consigues que tu hermana se corra en 5 minutos, seguirás desnuda toda la semana.

Poco a poco Cristina se fue soltando, y empezó a comerle el chocho salvajemente, La tensión inicial de Leticia había desaparecido, y de vez en cuanto se le escapaba algún gemido.

  • Leticia, tu puedes correrte cuando quieras.
  • Gracias amo, contestó.

Le había dado un plazo de 5 minutos, pero no hicieron falta, Leticia estalló en un grán orgasmo bastante antes de que se cumpliera el tiempo.

  • Muy bién Cristina, ves como no era tan difícil.

Las dos estaban rojas como un tomate, evitaban mirarse a la cara, estaba claro que estaban avergonzadas por lo que habían echo, pero también estaba claro que habían disfrutado haciéndolo.

  • Bueno ahora sólo falto yo, vosotras os lo habéis pasado bien, pero yo todavía no.
  • Leticia, tú que estas más relajada, ven y hazme una mamada, y tú Cristina ve a ponerte el uniforme del colegio es la hora de tú castigo.

Leticia se colocó de rodillas delante mió y empezó a chupármela, con tanta excitación, me corrí enseguida, mi prima se trago todo, como le había enseñado.

Cristina llegó enseguida con su uniforme, yo estaba bastante cansado, así que cambié los planes y le dije a Leticia que le aplicara ella el castigo.

  • Venga Cristina, colócate sobre las rodillas de tu hermana.
  • Por favor amo, aplíqueme usted el castigo. Dijo Cristina.

Creo que después de lo que había pasado, se sentía un poco incómoda con su hermana

  • He dicho que te va a castigar Leticia, así que venga, no me hagas enfadar.

Me senté en el sofá a gozar del espectáculo, Leticia le levantó la falda y empezó a azotarla, cuando llevaba un rato le ordené bajarle las bragas.

  • Quítale las bragas a tu hermana y dale unos cuantos azotes más.

Cuando terminó el castigo, Cristina se arrodilló sobre la silla para terminar de cumplirlo, me acerqué por detrás y le dí un par de azotes bastante fuertes.

  • Eso por correrte sin permiso.
  • Lo siento amo, dijo entre sollozos.

A Leticia le mandé a preparar la cena mientras yo me daba una ducha, estuve bastante rato debajo del agua, por lo menos una hora, hasta me hice una paja, pensando en lo que acababa de pasar.

Cuando salí me encontré a mis primas sentadas en el salón viendo la tele.

  • Pero que hacéis ahí sentadas, les grité.
  • Leticia, te dije que hicieras la cena, y tú Crisitina, todavía no ha terminado tu castigo.

No sabía que estaba pasando, me acerqué a ellas y agarre a Leticia por el brazo, ella se revolvió y me gritó:

  • Déjanos en paz gilipollas!!!
  • Pero os habéis vuelto locas, queréis que le entregue los videos a vuestro padre, os aseguró que el os hará algo peor.
  • Haz lo que te de la gana, dijo Cristina.
  • Está bien vosotras lo habéis querido, ahora mismo se los envío al móvil, ya vereís cuando los vea, deseareis no haberme desafiado.

Fui corriendo al ordenador, estaba muy enfadado, no entendía el cambio de actitud, quizás la había forzado demasiado al obligarlas a besarse y demás.

Cuando abrí la carpeta de los vídeos, encontré la respuesta, los habían borrado, ¡que idiotas!, me había enviado copias a mi email. Tras comprobar que tenía los videos en mi cuenta volví al salón para sofocar la rebelión.

  • Vaya, vaya, ya veo lo que os traéis entre manos, creéis que sois libres por que habéis borrado los videos.
  • Exacto primito, dijo Leticia, ya no tienes pruebas de nada, y si le cuentas algo a nuestro padre, le diremos que nos espiabas en el baño e intentaste meternos mano.
  • Creéis que soy tan tonto como para no haber hecho copias de los videos, pensé que erais más inteligentes. Voy a daros una oportunidad, voy al cuarto del ordenador, esperaré 10 minutos, si no estáis allí con vuestros uniformes de esclava, no solo enviaré los videos a vuestro padre sino que también los colgaré en internet. Vuestra vida estará acabada.

Cristina hizo ademán de levantarse pero Leticia la interrumpió.

  • Sólo es un farol, no tienes nada, por mi puedes irte a la mierda.

Salí de salón, pero me quedé al otro lado de la puerta para escuchar lo que decían.

  • Te dije que tendría copias, estaba claro que no iba a funcionar, dijo Cristina.
  • Callate idiota, le replico Leticia, no tiene nada, no has visto lo nervioso que estaba.
  • Yo prefiero no arriesgarme, ha dicho que iba a poner el video en internet, imaginate lo que nos pasaría. Dijo Cristina.
  • Tranquilizate, no va ha pasar nada porque no hay ningún video.

Parecía que tenían dudas, así que fuí a la habitación donde estaba el ordenador y me senté a esperar. A los cinco minutos más o menos escuche unos gritos, era Leticia.

  • Eres una guarra, vete a hacerle mamadas a ese cabrón, parece que disfrutas con lo que nos está haciendo.

En ese momento entró Cristina con su uniforme de esclava, se colocó en posición "de espera" y empezó a disculparse:

  • Lo siento mucho amo, ha sido idea de Leticia, lo juro.

Me levanté y le dí una bofetada.

  • Me da igual de quién haya sido la idea, tu has participado y eres tan culpable como ella, preparate porque vas ha recibir el mayor castigo de tu vida.
  • Haré lo que me diga, dijo humillada.
  • Bueno ahora ponte de rodillas cara a la pared, y reza para que tu hermana entre en razón, ya sólo quedan 3 minutos.
  • Si amo,

Pasaron los 10 minutos y Leticia no apareció, estaba decidido a mandar el video, pero lo pensé mejor, tampoco quería arruinarle la vida a mi prima, no se lo merecía, así que decidí hacer una demostración de fuerza a ver si se rendía.

Llamé a Cristina, y le pregunté el nombre de una de las amigas con las que había salido el otro día,

  • No sé, no las conozco a todas, pero seguro que estaba Esther, es su mejor amiga.

Busqué en la agenda de mi prima para obtener su email, y le envié una parte de su video en la que se veía que estaba borracha.

A los 5 minutos sonó el teléfono y lo cogió Leticia,

  • Que te ha llegado que?? dijo gritando, ahora te llamo

Leticia entró en la habitación hecha una fiera e intentando pegarme,

  • Eres un cabrón, me has jodido la vida, como has podido dijo llorando.

La sujeté y la puse contra la pared.

  • Tranquila primita, esto ha sido sólo un aviso, sólo he enviado una parte del video, y sólo a tu amiga Esther, que ya sabía que te habías emborrachado, te doy una nueva oportunidad de rendirte, pero tendrás que aceptar el castigo y te prometo que lo recordaras toda tu vida.
  • Esta bién, está bien, volveré a ser tu esclava, y aceptaré el castigo, dijo llorando.

Leticia estaba muy nerviosa, la puse de rodillas junto a su hermana y las dejé allí un rato hasta que se calmaron un poco.

Me fuí al salón para pensar una manera de castigarlas, quería humillarlas lo máximo posible, especialmente a Leticia, que había tenido la idea de rebelarse.

Al rato volví a la habitación, más o menos tenía una idea de lo que les iba ha hacer.

  • Preparaos para la primera parte de vuestro castigo, os voy a dar 100 golpes con la vara a cada una, id al salón y desnudaos.

Coloqué dos sillas en el medio de la sala y les ordené colocarse inclinadas sobre ellas. 100 azotes eran muchos, ya que lo normal eran 30, así que iban a recibir el triple.

  • Después de cada azote, quiero que digáis la siguiente frase: Somos unas zorras desagradecidas, por favor azotenos más fuerte.

Empecé con el castigó, le iba dando un golpe a cada una, mis primas repetían la frase tal como les había ordenado, estaba enfadado así que le estaba dando bastante fuerte.

Cuando llevaba unos 70 golpes, Cristina se vino abajo, se puso de rodillas y me suplico que parara:

  • No puedo más amo, no aguanto más los golpes, por favor pare.

La verdad que tenían el culo completamente morado, quizás me había pasado con lo de 100 azotes, pero no podía mostrarme débil.

  • Crees que voy a apiadarme de tí, después de lo que habéis hecho.
  • Por favor amo, haré lo que sea en compensación pero no puedo aguantar más golpes.

Parecía desesperada, así que le hice un a propuesta.

  • Dejaré de azotaros si las dos me ofrecéis vuestros culos para que os los desvirgue. Debéis aceptar las dos sino no valdrá

Cristina estaba desesperada, así que aceptó enseguida.

  • De acuerdo amo, le ofrezco mi culo para que haga lo que quiera.
  • Faltas tú Leticia, que me dices, vas ha ayudar a tu hermana después de meterla en este lío.
  • Esta bien, yo también acepto, tampoco puedo aguantar más los golpes.

Esta bien, los azotes se han terminado, pero no el castigo, no os penséis que por ser unas zorras que venden su culo, os vais a salvar del resto del castigo.

Como tenían el culo bastante mal, decidí esperar unos días para follarles el culo, tal y como estaban, no hubiera podido disfrutar de ellas.....

Continuará