El verano a todos nos altera

Intenso verano cargado de relaciones con otras dos parejas con los que nos fuimos de vacaciones.

El verano a todos nos altera

Aquel verano habíamos programado unas vacaciones conjuntas con dos parejas amigas. Teníamos reservada una casa en un pueblo de la "Costa Cálida", más concretamente en un pueblo de Murcia. No es un sitio muy bonito, sobre todo por el día que esta lleno de gente mayor y la playa no es muy recomendable porque el agua es caldo puro, para bañarme prefiero ir a un pueblo cercano de la provincia de Alicante. Por la noche cambia, ya que tiene marcha para aburrir al más guerrero, tiene una gran avenida que llaman "La curva" y que tiene Pubs cada 15 metros. La casa que habíamos alquilado tenía sólo 2 dormitorios pero el salón era enorme y poseía un útil sillón-cama para la tercera pareja en cuestión. Íbamos a sortear las habitaciones pero, como me suelo levantar temprano para hacer deporte, decidimos Tania y yo quedarnos a dormir en el sillón cama. Tania, mi mujer, es una morenaza delgada de 1.69 metros de altura con piernas larguísimas, tetas pequeñas pero muy bien puestas con pezones que al erizarse son como falanges de los dedos, culo impresionante y suele llevar el coño (a petición mía) prácticamente depilado. Yo soy un poco más alto que ella y me mantengo en buena forma.

Marta y Santi, al ser la pareja de mayor edad, se quedaron con la habitación que tenía cama de matrimonio. Marta tiene 35 años, rubia bajita, muy simpática con tetas medianas, grandes caderas por lo cual tiene un culo mas bien grande. Santi tiene 39 años, es como yo de alto aproximadamente y delgado.

Por eliminación, a Belén y a Antonio les correspondió la otra habitación con camas separadas. Ellos se encargaron de juntarlas. Belén es morena, un poco más alta que Marta con tetas enormes, para mi gusto excesivamente grandes, caídas por el peso; con el sujetador o con el bikini parece decir más pero sin él, a través de la ropa, se intuye que los pezones le deben de mirar al suelo ya que se le marcan bastante; El culo no lo tiene tan grande como Marta, pero también tiene las caderas anchas. Antonio es alto, de 1.85 aproximadamente, de complexión fuerte, ha realizado en el pasado deporte pero actualmente se ha dejado se le nota un poco la curva de la felicidad en su abdomen. Con ellos compartimos el armario de esta habitación para guardar nuestra ropa.

El primer día fue de acoplamiento. Por la mañana, después de ordenar la ropa, fuimos a comprar provisiones a un centro comercial que hay en pueblo cercano. Tuvimos que ir en los dos coches, Marta y Santi iban con nosotros; me agrada más esta pareja, ya que Belén es un bicho, no es de mucho fiar y tiene muy malas pulgas. Terminada la compra, fuimos a comer a un restaurante que había en la misma calle de la casa. Se notaba que acabábamos de llegar, el resto de comensales iban en bañador y lucían un estupendo bronceado. Nosotros por el contrario íbamos "vestidos" y nuestra piel estaba en general estaba más blanca que la leche, solo Tania y yo teníamos un poco de color que habíamos cogido en la piscina nudista. Durante la comida decidimos que por la tarde bajaríamos a una cala que hay 15 Kms mas al norte la cual es bastante tranquila, no hay niños jugando con la pelota,

Tania estaba imponente con su bikini rojo, la braguita se le metía por ambas rajas y el sujetador realzaba los pechos. Marta llevaba bañador entero, rojo también y del estilo de la serie de los vigilantes de la playa, la parte de abajo también se le metía ligeramente por el culo debido al tamaño de éste y las tetas, como he dicho anteriormente, es lo que más destacaba, se le marcaban los pezones debido ¿al frío?. Belén es de las personas que le gusta llamar la atención, le gusta llevar siempre modelitos de marca, aunque a su marido no le gusta que sean muy llamativos. Para la ocasión llevaba un bikini que resaltaba sus espectaculares tetas, enorme canalillo, enormes pezones que también se le marcaban como a Marta pero a Belén de manera más ostensible, continuamente se colocaba la braguita para se le viera sólo lo justo y para hacerse notar.

De los hombres decir que el más destapado por así decirlo era yo, me gusta llevar el bañador tipo de nadador porque es más cómodo y porque realmente me queda bien (algún comentario de algunas chicas más o menos jóvenes lo confirmaba); el problema de este tipo de bañador es que cuando te empalmas todo el mundo se entera. Mis compañeros llevaban bañadores tipo pantalón. Santi no es muy velludo pero Antonio la verdad que es de los de pelo en pecho, dábamos la nota ya que a mí suele depilármelo Tania.

Nos bañamos, tomamos el sol y jugamos a las raquetas. Disimuladamente pillé tanto a Antonio como a Santi mirando a las chicas cuando jugaban. La verdad que era morboso ver como le botaban las tetas a Marta, como amenazaban con salirse las tetas de la parte superior del bikini de Belén, como se le metía el bañador por el culo a Tania y a Marta,…, vamos que me tuve que ir a dar un baño para refrescarme las ideas un poco. Estuvimos en la playa hasta que comenzó a anochecer, aun así todavía había parejas tumbadas en la arena que por su puesto ya no tomaban el sol sino que se dedicaban a meterse mano todo lo que podían, algunos con más disimulo que otros. Abandonamos la playa para dirigirnos a la casa, habiéndonos cambiado previamente de ropa utilizando una toalla para taparnos unos de otros. Cada uno sujetaba la toalla a su pareja, a mí me dieron ganas de hacerla caer cuando la sujetaba para Tania, me encanta que se exhiba, pero me contuve.

Una vez en la casa, decidimos cenar fuera después de ducharnos y aprovechar el tiempo para visitar los tenderetes del mercadillo. Parecía que íbamos de fiesta, todos se habían vestido para la ocasión con sus mejores ropas, sobre todo Belén y Antonio que son los más pijillos en ese sentido. Belén iba menos discreta que en otras ocasiones y lucía un generoso escote que realzaban sus enormes pechos. Marta llevaba un vestido blanco típico de verano, de esos vaporosos que insinúan perfectamente la ropa interior, la cual se le clareaba y se podía percibir que era de encaje blanco también. Tania se puso un top blanco, con un sujetador con relleno que tiene que le hace el pecho más atractivo, el pantalón era vaquero de esos elásticos de talle bajo que le marcaba el precioso culo que tiene y que cuando se agachaba para algo dejaba a la vista el tanga negro de putón que le compré. Tania sabe perfectamente lo que me gusta y aquel día lo estaba explotando al máximo, cualquier excusa era buena para agacharse y enseñarlo todo, que si se me molesta el zapato, que si se me cae algo,… Miramos los tenderetes y algo le gustó a Tania pero como era tarde decidimos venir otro día e ir a cenar.

La cena estaba resultando amena, las bromas entre Marta y yo eran secundadas por Antonio y Tania. Los camareros cada vez que venían aprovechaban para degustar la vista del escote de Belén y sus melones y de la vista del tanga de Tania que la muy cabrona se encargaba de enseñar disimuladamente. Bebimos mucho vino durante la cena, continuamos con las copas posteriormente y encima los camareros se nos obsequiaron con un taponazo de bourbon que fue la gota que colmó el vaso. Algunos iban calentitos y hacían lo que normalmente no harían en situaciones normales, por ejemplo Santi le estaba dando un repaso al culo de Marta delante de todos, y Antonio a pesar de ser celoso bromeaba con el escote de su mujer y con las miradas lujuriosas de los camareros. Terminó la cena y calentitos por dentro y por fuera como estábamos nos fuimos tarde a dormir.

Esa noche como he dicho el alcohol hizo estragos. Tanto Antonio como Santi terminaron triunfando porque no paramos Tania y yo de escuchar gemidos que provenían de ambas habitaciones. Nosotros estábamos un poco cortados ya que al estar en el salón si alguien salía nos vería follar, pero se hizo lo que pudo y los gemidos de ellas nos sirvieron para saber si estaban ocupados o no. El calentón que teníamos era fuerte agravado como he dicho por el morbo de que nos pudieran ver. Para el verano Tania se llevó un camisón corto que la tapaba hasta la altura poco más del culo, el cual me facilitó la maniobra para ponerla a cuatro patas e introducirme debajo de ella para hacer un maravilloso 69. Ambos apartamos la ropa interior del contrario hacia un lado y comenzamos a chuparnos; me la estaba comiendo como ella sabe: "fenomenal". Se metía el capullo en la boca mientras con la mano me masturbaba al mismo tiempo, sentía el calor de su saliva, la cual extendía con la lengua a lo largo de mi polla para luego volverla a recoger de un lametón. Mientras tanto yo me dedicaba a chuparle los labios del coño, me gusta primero lamerlos como si fuera un perro para después meterle la punta dentro del chocho y follarla con la lengua; en esta postura suelo aprovechar también para recorrer todos sus bajos y, aunque a ella no le gusta mucho (creo que por pudor) lamerla el ano y follárselo también con la lengua. Ese día, aparte de todo esto, utilizaba también varios dedos para metérselos en el coño o en el culo dependiendo de que agujero estaba chupando. La debía de estar gustando porque cada vez chupaba con más ímpetu mi polla, me comía los huevos, las ingles… Ella debía de estarse corriendo por los gemidos que empezaba a dar y por la cantidad de caldo que me estaba comiendo. Yo no podía aguantar mucho más y en un acelerón que dio me corrí en su boca. La debía de estar inundando de esperma porque no lo podía tragar todo y noté como algo caliente me caía en el abdomen. Era la leche que no podía tragar y que como una gata procedió a lamer una vez terminé de eyacular en su boca. Una vez hubo terminado su leche, nos dormimos cada uno mirando para un lado.

La mañana siguiente me levanté para ir a hacer footing un rato. Todos estaban todavía durmiendo. Tania estaba en el sillón cama con el famoso camisón que permitía ver las piernas por completo y en ocasiones el color de su tanga. Pensé que si alguien se despertaba antes que ella tendría una panorámica ejemplar de sus bajos. Tardé como 45 minutos en volver y para entonces ya estaban todos despiertos desayunando. Tania seguía con el camisón por toda la casa con toda naturalidad, al igual que Marta que llevaba otro parecido (me enteré luego que lo habían comprado las dos el mismo día y en el mismo sitio), el cual no insinuaba sino que dejaba ver las braguitas de encaje blanco; se le transparentaba el vello púbico que llevaba arreglado pero bastante más largo que Tania. Belén llevaba un pijama de verano amarillo, el pantalón era corto y se le marcaban las bragas, la camiseta era de tirantes y al no llevar sujetador las tetas se balanceaban de un lado para otro cuando andaba. Ellos para mi asombro estaban en calzoncillos como si nada. No sé como los demás estaban, pero yo estaba como una moto. Fui a ducharme. Tengo la costumbre de salir de la ducha con la toalla enrollada en la cintura y así fui a la habitación a cambiarme. Cuando me vio Marta hizo el clásico silbido que hacemos los tíos cuando vemos una tía buena y me dijo:

¿Y si tiro de la toalla qué pasa?.

Pues no verías gran cosa, le dije yo un poco cortado.

Tania le hizo gesto de aprobación para que tirara y me encontré totalmente desnudo y con la polla totalmente empalmada delante de todos. Se creían que me iba a cortar pero reaccioné preguntándole si le gustaba lo que veía, a lo que me respondió con un "sííí". Me dirigí a la habitación para ponerme el bañador y después salí para desayunar. Cuando terminé nos fuimos a la playa. Otra vez como el día anterior; bañarse, jugar a las raquetas con el consiguiente calentón,… Nos fuimos a comer a casa. Todos deambulábamos por la casa con total libertad, el que no iba con el bañador iba en gayumbos y ellas en bikini. Al igual que el día anterior pero con más libertad porque estábamos en casa, bebimos mucho vino en la comida, terminamos con la copita de anís o de pacharán y , ebrios perdidos, decidimos jugar a algún juego.

Al parchís –dijo Belén-.

No me seas niña –dijo Santi-, vamos a jugar al strip póker.

Claro como yo no sé jugar…-dijo Tania-.

¿Pues a qué entonces?, preguntó Santi.

A la carta corrida, dijo Marta, y el que se quede con la carta más baja confiesa alguna verdad o alguna fantasía dependiendo de lo que le pregunte el de la carta más alta.

Empezamos a jugar y la primera en perder, no sé si era por casualidad o porque salió así, fue Tania. La de la carta más alta fue Marta que le preguntó por su fantasía. Tania dijo que era follar delante de otras personas. Todos nos quedamos callados pero a mí me dio un calambrazo en la polla y se me puso dura. El siguiente en perder fue Santi y ante la pregunta de Marta de si le había puesto los cuernos, este dijo que no. Otra vez perdió Santi y esta vez la pregunta la hice yo y era por su fantasía sexual, a lo que respondió que era ver a su mujer haciendo un bollo con otra mujer; Marta le miró de reojo. Yo fui el siguiente en perder y me preguntó Belén por mi fantasía, a lo que respondí que era participar con Tania en una orgía. Esto estaba que ardía

Antonio afirmó que su fantasía era ver a su mujer con otro hombre. Belén que una vez le puso los cuernos en una discoteca. Marta coincidió conmigo en lo de la orgía y que otra fantasía suya era la de que le comieran el coño puesto que su marido no lo había hecho nunca.

José lo come de maravilla, dijo Tania riéndose.

Pues que se lo coma José, dijo Santi.

Marta se levantó y fue hacia mí. Se quitó la braga del bikini y se abrió un poco de piernas. Todos nos miraban y nadie decía nada. Como vi que Santi no decía nada ósea que otorgaba, me arrodillé ante ella y comencé a lamerle la almeja alternando con suaves besos que le daba en el pubis. Utilizaba una mano para a su vez acariciar los labios. La di la vuelta y la puse apoyada en una mesa con el culo a mi total disposición. La tocaba el coño con el dedo corazón mientras le empezaba a chupar el ano. Cuando ella notó mi lengua en este sitio dio como una especie de respingo pero se volvió a relajar y parecía pasarlo bien en ese momento. Noté como alguien me hurgaba en el slip y me acariciaba la polla. La sorpresa fue ver que era Belén, la cual se había despojado de toda su ropa. Vaya tetas que tenía la muy guarra, le llegaban sin el sujetador hasta la tripa y pude observar que tenía los pezones grandes duros y muy oscuros. Seguí con mi tarea con Marta que estaba llegando a su primer orgasmo, se dio la vuelta y me agarró la cabeza apretándomela contra su chocho para que no dejara de chupar. Belén me empezó a hacer una buena mamada y Marta como ya se había corrido se dispuso a ayudar a Belén. Las dos me comían el glande juntando sus bocas en la espectacular mamada. Una me chupaba a ratos la punta mientras otra me comía los huevos, alternaban dándose un piquito en la boca entre ellas. Ponían una cara de vicio al chupármela que creo que fue la chispa para que Tania se la empezara a chupar a Santi y para que Antonio le comiera el coñito depilado a la guarra de mi mujer

No sabía dónde mirar, si a las putonas que me estaban haciendo una gran mamada o al trío que también estaban haciendo en el sillón-cama mi mujer con Santi y Antonio. Puse a Marta sobre una toalla en el suelo de cara a mí y se la hinqué en el maravilloso chocho que tenía; lo tenía muy encharcado la muy zorra, cada metida en su coño producía un chapoteo característico, mientras tanto Belén le puso la almeja en la boca a Marta para que chupara mientras nos dábamos un morreo de campeonato. De vez en cuando le sacaba la polla lentamente para después volvérsela a introducir con fuerza hasta los huevos; así volví a conseguir que se corriera con mi polla dentro. Belén aprovechó el lapsus de Marta para ponerse encima de ella dándome la espalda a mí mientras se besaba en la boca con Marta. Tenía un gran culo y esa postura me pone como un toro; la eché un poco de saliva para lubricarle el ano y se la metí en el culo mientras le agarraba desde atrás las tetazas que anteriormente no dejaban de tambalearse. Le pellizque los pezones, le lamía el cuello, la muy puta se retorcía de gusto. Marta la estaba metiendo los dedos en el chocho mientras yo seguía bombeando. Por un momento paré para comerla un poco el chocho a Belén desde atrás y pude observar que también lo tenía muy bien recortado; se estaba corriendo no había duda alguna porque las piernas le temblaban. Yo ya no iba a aguantar mucho por lo que puse mi polla a disposición de sus bocas para que me terminaran en ese momento. Tardé muy poco y las regué con abundante leche caliente y muy espesa que ambas se ocupaban de comer como si de un manjar se tratara.

En el sillón-cama seguían Tania con Santi y Antonio. Tania follaba a Antonio en la postura que más le gusta: ella arriba. Mientras tanto el putón de mi mujer era capaz de comerle el rabo al mismo tiempo a nuestro otro amigo. Se la veía desde atrás el maravilloso culo coronado por el bonito ano que tiene. También estaban disfrutando de lo lindo. La verdad que ninguno de los tres tenemos una polla de película, la más grande es la mía y sólo mide 17 cms, eso sí la tengo bastante gorda. Ambos tienen una polla normalita pero eso sí, después de lo que vi ese día, doy fe de que la saben utilizar muy bien. Santi quería follarsela también por lo que se puso por atrás y alternaban uno y otro en metérsela por su estrecho coño. Lo hacían tan rápido que ella no sabía que polla tenia en ese momento dentro.

Síííííí, me corro –dijo ella-, quiero que me llenéis de polla, seguid follándome.

Santi al oírla gritar de esa manera se envalentonó y se la clavó por el culo, la hizo daño porque el alarido fue bastante alto pero Antonio aprovechó el hueco vacío que quedaba y se la metió también sin piedad. La doble penetración le estaba resultando satisfactoria porque los quejidos eran ahora gemidos de placer. Se movían al principio torpemente debido a la terrible excitación que sentían, pero pasados unos segundos la follada era colosal. Tania recibía sin parar las embestidas brutales que le daban mis dos amigos. Tanto Marta como Belén como yo estábamos mirándolos fijamente disfrutando de la escena que nos estaban deparando e involuntariamente comenzamos a masturbarnos unos a otros. Ellos seguían a lo suyo hasta que Santi no aguantó más y se la sacó del ano para correrse abundantemente en la boca de Tania. Antonio por su seguía follándose a Tania hasta que no pudo más y se corrió dentro del coño de Tania. Se quedaron pegados un rato pero al desengancharse pudimos ver como le goteaba la lefa a Tania por el chocho. Le goteaban también los labios, debido a la gran corrida de Santi en su boca

La verdad es que terminamos exhaustos y dormimos la siesta así como estabamos, yo con Marta y con Belén, y Tania con Antonio y con Santi.

Autor: joseleitor

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