El Vecino Rafael 3

Relato escrito por Penelope, mi esposa HotWife.

RAFAEL: LE PIDE 70 Eu x FOLLARLA

Relato de Penelope.

El jueves, me llamó, varias veces, durante mi estancia en Barcelona, deje el teléfono en casa.

A la vuelta, mi marido, me dijo que me había llamado el Rafa. No tardo en llamar de nuevo. Estaba muy nervioso. Quería venir para follarme a la Plaza España, y recogerme. Le dije que no podía. Estaba como poseído por el deseo de verme. Le di largas y quedamos para el miércoles día 2 de Mayo, en donde siempre.

El Martes, mi marido, me afeito el coñito, como acostumbra a hacerlo, poniéndomelo suave y cremoso, para que mi amante, lo encontrara apetecible. Lo iba a disfrutar como loco. Me lave la cabeza y deje todo a punto, para mañana.

Me vestí con un mini vestido estampado, que dejaba ver el final de mis medias, por lo corto que es, y calce unas bragas nuevas que mi esposo me había comprado, para que se las trajese llenas de leche. No quería que esta vez, el Rafa me limpiara. Le guardaría toda la leche para él.

Me puse las botas altas y por encima el abrigo rojo de Desigual, y tras pintarme a conciencia y sin sostén, le dije al cabrón de mi marido, que cogiera el coche y me llevara al encuentro con mi amante, que me esperaba a las 11, en Sant Vicent. En la tienda de los chinos: Zona 0.

Allí me llevó  el muy cornudito. Una vez en la puerta, le dije que se marchara, pues mi amante, no quería ni verle, pues se pondría nervioso, y me estropearía el polvo.

Marchó; Enseguida, a las 11 en punto, apareció Rafael. Me hizo una seña con la cabeza para que le siguiera. Sin mediar palabra, eche a andar detrás de él.

Vestía un chándal de color gris.

Nada más bajar al parking, y llegar a la furgoneta, antes de entrar en ella, me abrazo, dándome la lengua. Olía y sabia de maravillas. Me gusta como me besa. Sabe besar mejor que nadie. En cuanto siento su lengua en mi boca, se me moja la Panocha =( coño ) a reventar.

Me abrió el abrigo, y me echó manos a las tetas. Se puso exaltado, al ver que no llevaba sostén.

Me agarró, el vestido. Me lo subió, hasta dejar mis tetas al aire.

Me las comió, acariciándome los pezones con la lengua. Me gusta cómo me lo hace.

Le eche mano a la polla. Estaba empalmado. Como siempre en cuanto me junto con él.

.- ¡ Qué bueno, que la tienes dura para mí, ya ¡ .- Le dije.

.- La tengo dura desde el jueves, que no quisiste venir, para que te follara. Me tienes loco. No sabes las pajas que me hago pensando en ti. Ya no necesito las pastillas. Contigo nada más de pensarlo, se me pone a reventar.- Me respondió.

Sabia, que mi marido, estaría en el coche, aparcado enfrente de la furgoneta. Me estaría viendo, por lo que sacándome el abrigo, lo eche dentro de la furgoneta, quedando con el vestido en el cuello, y solo con las bragas.

Cualquiera que pasara, nos vería entre la furgoneta y la pared, pues había una separación de menos de un metro.

Rafael, se agachó, me sacó las bragas, estando aun de pie. Se arrodilló, comenzó a comerme, mi suave y perfumado coño, preparadito para él.

Pasó  un hombre, pero creo que no nos vio.

Me aparte del Rafa y me aparte de su lado, para que mi marido me viera, desnuda desde su coche. Seguro que se haría una paja, el muy cabrón, pues cada vez me folla menos y se pajea más. Es un pajillero empedernido, que no le apetece follar conmigo, en cambio, ahí tenia a mi amante antiguo, desquiciado por follarme. Esto es lo que me va a mí de un hombre, que me desee sin tregua.

Vino hacia mí, y cogiéndome, por la cintura, me obligo a entrar en el furgón.

Como siempre tenía todo preparado, los cartones en las ventanas y la manta en el suelo.

.- ¡ Que buena que estas Penélope. Si la Florentina se muere, yo me caso contigo.- Me dijo mientras se amorraba a mi coño, estando ya tendida, cerradas las puertas del vehículo.

.- ¡Si ¡  y mi marido que hago con él  ?.

.- Pues ...¡ Déjale, total es un puto cornudo ¡. ¿ Para qué lo quieres ?. Yo estoy enamorado de ti. Eres con la única mujer que puedo follar, pues sabes que no me gustan los preservativos.

.- ¡ Ni tú mismo te lo crees ¡, será todo lo que tú te imagines, pero yo le quiero a él, no a ti. Tú eres mi follador de recambio, y de eso no vas a pasar.

.- El que te traiga para que yo, te folle. Aunque no quiero que venga, me pongo nervioso. Te voy a dar dinero, y te compras un bono del tren, y te vienes sola. Sin el.- Insistió.

.- A mi marido, le gusta traerme, para que me folles, y a mí también, me da morbo, saber que está esperando como un puto cornudo, a que acabe, y llevarme de vuelta a casa.- Le dije.

.- Pero a mí no me gusta.- Torno decir.

.- A él le gustaría mirar, como me la metes, y pelársela viéndolo.-

.- No, no insistas, no voy a dejar que nos mire.- Sentenció.

.- Pues lo tenemos mal.- Le dije.

Se echó sobre mí, y me explico que el otro día, quiso que yo le follara, porque le dolían las rodillas. Hoy no. Me querría follar él.

Se echó encima de mí y con su dura polla, me la metió de golpe.

Mi coño, estaba mojado, desde que le vi. Su pene se abrió paso en mis entrañas, sin oposición alguna. Aun me lubrique más, al sentirla entrar profundamente.

Como hemos explicado en los otros relatos. No tiene una gran polla, pues con sus 16 ctms, no esta tan mal. Pero me encanta su gran capullo, que sobresale en grosor del resto de su pinga = ( polla ). La noto perfectamente cuando me entra. Separa las paredes de mi vagina, pidiendo paso. Me mojo como una cerda.

Suspiré . Si estaba mi marido cerca del furgón, oiría mis gemidos, pues este tío me pone a 100. Empecé a gemir in crescendo. Mis gritos de placer se oirían en el exterior de la furgoneta.

Su polla estaba durísima. Como es bastante más gorda que la de mi marido, por lo que se ajusta a mi chocho mucho mejor. Mi coño la abraza fuertemente. Noto las palpitaciones agarrándolo y soltándolo, cuando me entra y sale. Me causa más placer. que mi esposo, naturalmente.

No estuvo 3 minutos metiéndomela. Con un quejido placentero, empezó a correrse.

No sé si me corrí también en ese momento, aunque disfrute sintiendo su leche caer en mi interior. Note aquel líquido ardiente, que recorría todas mis entrañas y lo mojaba todo. Un sonoro chapoteo, se extendía por el interior del vehículo.

Como siempre  fue abundantísima. su corrida. También la mía, pues los jugos, como un torrente, rezumaban de las paredes de mi panocha. Al separarse, me salían auténticos borbotones de leche, esta vez casi transparente, manchando la manta.

Ya se las apañaría. Saco un trapo para limpiarme, pero le aparte la mano de un manotazo.

.- ¡ No ¡. Esta leche es para mi marido.- Le dije. Deja que disfrute a su manera el cabrón.

.- Bueno, pues dame las bragas, así las huelo y me pajeo, hasta que te vea otra vez.-

.- ¡ No ¡,- le volví a decir.- Ahora me las pondré, para que se impregnen bien de leche. Son para mi marido. Me lo ha pedido él, y por lo menos le he de dar algún caprichito, al cabrón.- Continué.

Fuimos rápidos. Saco 20 Euros y me quiso pagar.

.- ¿ Oye ?.- Le dije toda cabreada.- Para esto, mejor no me des nada. Antes me dabas 50 o 70 euros, y a veces ni me follabas.-

.- ¿ Qué quieres ¿.- Me dijo asustado.

.- Pues por lo menos 50 euros, así que hasta que no tengas 50 o 70 euros, no me vuelvas a llamar.- Le pedí.

Me dio otros 50, a regañadientes el muy guarro.

Me vestí. Me puse las bragas, empapándolas de la corrida. Fui de nuevo para la tienda, sabiendo que mi marido me estaría esperando.

Le vi salir del coche, y seguirme de lejos. La leche, me chorreaba por las piernas al andar. La notaba caer.

Me alcanzó, justo en la puerta del lavabo, me iba orinando.

Me empujó dentro, y se metió conmigo en el de mujeres. Me saco las bragas, aun salía leche de mi coño, resbalaba por mis muslos y medias.

Se sentó en la taza, y alzándome una pierna, me chupó todo mi chorreante chocho.

No podía aguantar, así que me puse a mear.

Le meé toda la boca, llena de leche, la chaqueta y parte de la camisa.

.- ¡ Que mamona eres ¡. ¿ Cómo salgo ahora con este pestazo a meaos, mojado todo.- Me dijo.

.- Mejor, eso te pasa por cabrón, no me daba tiempo. Siempre quieres que te mee, la polla, pues toma. Te orine la boca, para que te la aclares, que te huele a leche del Rafa. Así hueles a Cornudo.¡ Cabrón ¡.- Le insulte.

.- ¡ Puta ¿. Eres una puta meona.

.- Y tu un cornudo con  olor a pipi. Jajaja.- Reí, viendo su desastroso aspecto.- Seguro que te has hecho una paja en el coche.-

.- ¡ Como la sabes ¡ Me ha sabido a gloria.- Respondió.

Se sacó la chaquetilla, y medio tapándose, nos fuimos al coche.

Le toque la polla,  aún estaba empalmado,  eso que se había corrido.

Llegamos a casa. Me folló, como un desesperado, sin dejar tampoco que me lavara Tenia mi coño aun con leche y meados.

Se lo conté, todo al día siguiente, y en vez de follarme, se hizo otra paja, el muy cerdo.

Decididamente, es un cornudo pajillero.

El jueves, me llamo varias veces, durante mi estancia en Barcelona, deje el teléfono en casa.

A la vuelta, mi marido, me dijo que me había llamado el Rafa. No tardo en llamar de nuevo. Estaba muy nervioso. Quería venir para follarme a la Plaza España, y recogerme. Le dije que no podía. Estaba como poseído por el deseo de verme. Le di largas y quedamos para el miércoles día 2 de Mayo, en donde siempre.

El Martes, mi marido, me afeito el coñito, como acostumbra a hacerlo, poniéndomelo suave y cremoso, para que mi amante, lo encontrara apetecible. Lo iba a disfrutar como loco. Me lave la cabeza y deje todo a punto, para mañana.

Me vestí con un mini vestido estampado, que dejaba ver el final de mis medias, por lo corto que es, y calce unas bragas nuevas que mi esposo me había comprado, para que se las trajese llenas de leche. No quería que esta vez, el Rafa me limpiara. Le guardaría toda la leche para él.

Me puse las botas altas y por encima el abrigo rojo de Desigual, y tras pintarme a conciencia y sin sostén, le dije al cabrón de mi marido, que cogiera el coche y me llevara al encuentro con mi amante, que me esperaba a las 11, en Sant Vicent. En la tienda de los chinos: Zona 0.

Allí me llevó  el muy cornudito. Una vez en la puerta, le dije que se marchara, pues mi amante, no quería ni verle, pues se pondría nervioso, y me estropearía el polvo.

Marchó; Enseguida, a las 11 en punto, apareció Rafael. Me hizo una seña con la cabeza para que le siguiera. Sin mediar palabra, eche a andar detrás de él.

Vestía un chándal de color gris.

Nada más bajar al parking, y llegar a la furgoneta, antes de entrar en ella, me abrazo, dándome la lengua. Olía y sabia de maravillas. Me gusta como me besa. Sabe besar mejor que nadie. En cuanto siento su lengua en mi boca, se me moja la Panocha =( coño ) a reventar.

Me abrió el abrigo, y me echó manos a las tetas. Se puso exaltado, al ver que no llevaba sostén.

Me agarro el vestido. Me lo subió, hasta dejar mis tetas al aire.

Me las comió, acariciándome los pezones con la lengua. Me gusta como me lo hace.

Le eche mano a la polla. Estaba empalmado. Como siempre en cuanto me junto con el.

.- ¡ Qué bueno, que la tienes dura para mí, ya ¡ .- Le dije.

.- La tengo dura desde el jueves, que no quisiste venir, para que te follara. Me tienes loco. No sabes las pajas que me hago pensando en ti. Ya no necesito las pastillas. Contigo nada más de pensarlo, se me pone a reventar.- Me respondió.

Sabia, que mi marido, estaría en el coche, aparcado enfrente de la furgoneta. Me estaría viendo, por lo que sacándome el abrigo, lo eche dentro de la furgoneta, quedando con el vestido en el cuello, y solo con las bragas.

Cualquiera que pasara, nos vería entre la furgoneta y la pared, pues había una separación de menos de un metro.

Rafael, se agachó, me sacó las bragas, estando aun de pie. Se arrodilló, comenzó a comerme, mi suave y perfumado coño, preparadito para el.

Pasó  un hombre, pero creo que no nos vio.

Me aparte del Rafa y me aparte de su lado, para que mi marido me viera, desnuda desde su coche. Seguro que se haría una paja, el muy cabrón, pues cada vez me folla menos y se pajea más. Es un pajillero empedernido, que no le apetece follar conmigo, en cambio, ahí tenia a mi amante antiguo, desquiciado por follarme. Esto es lo que me va a mi de un hombre, que me desee sin tregua.

Vino hacia mí, y cogiéndome, por la cintura, me obligo a entrar en el furgón.

Como siempre tenía todo preparado, los cartones en las ventanas y la manta en el suelo.

.- ¡ Que buena que estas Penelope. Si la Florentina se muere, yo me caso contigo.- Me dijo mientras se amorraba a mi coño, estando ya tendida, cerradas las puertas del vehículo.

.- ¡ Si ¡,  ¿ y mi marido que hago con él  ?.

.- Pues ...¡ Dejale, total es un puto cornudo ¡. ¿ Para que lo quieres ?. Yo estoy enemorado de ti. Eres con la unica mujer que puedo follar, pues sabes que no me gustan los preservativos.

.- ¡ Ni tu mismo te lo crees ¡, será todo lo que tu te imagines, pero yo le quiero a el, no a ti. Tú eres mi follador de recambio, y de eso no vas a pasar.

.- El que te traiga para que yo, te folle. Aunque no quiero que venga, me pongo nervioso. Te voy a dar dinero, y te compras un bono del tren, y te vienes sola. Sin el.- Insistió.

.- A mi marido, le gusta traerme, para que me folles, y a mí también, me da morbo, saber que está esperando como un puto cornudo, a que acabe, y llevarme de vuelta a casa.- Le dije.

.- Pero a mí no me gusta.- Torno decir.

.- A él le gustaría mirar, como me la metes, y pelársela viéndolo.-

.- No, no insistas, no voy a dejar que nos mire.- Sentenció.

.- Pues lo tenemos mal.- Le dije.

Se echó sobre mí, y me explico que el otro día, quiso que yo le follara, porque le dolían las rodillas. Hoy no. Me querría follar él.

Se echó encima de mí y con su dura polla, me la metió de golpe.

Mi coño, estaba mojado, desde que le vi. Su pene se abrió paso en mis entrañas, sin oposición alguna. Aun me lubrique más, al sentirla entrar profundamente.

Como hemos explicado en los otros relatos. No tiene una gran polla, pues con sus 16 ctms, no esta tan mal. Pero me encanta su gran capullo, que sobresale en grosor del resto de su pinga = ( polla ). La noto perfectamente cuando me entra. Separa las paredes de mi vagina, pidiendo paso. Me mojo como una cerda.

Suspiré . Si estaba mi marido cerca del furgón, oiría mis gemidos, pues este tío me pone a 100. Empece a gemir in crescendo. Mis gritos de placer se oirian en el exterior de la furgoneta.

Su polla estaba durísima. Como es bastante más gorda que la de mi marido, por lo que se ajusta a mi chocho mucho mejor. Mi coño la abraza fuertemente. Noto las palpitaciones agarrandolo y soltandolo, cuando me entra y sale. Me causa más placer. que mi esposo, naturalmente.

No estuvo 3 minutos metiéndomela. Con un quejido placentero, empezó a correrse.

No sé si me corrí tambien en ese momento, aunque disfrute sintiendo su leche caer en mi interior. Note aquel liquido ardiente, que recorria todas mis entrañas y lo mojaba todo. Un sonoro chapoteo, se extendia por el interior del vehiculo.

Como siempre  fue abundantísima. su corrida. Tambien la mia, pues los jugos, como un torrente, rezumaban de las paredes de mi panocha. Al separarse, me salían autenticos borbotones de leche, esta vez casi transparente, manchando la manta.

Ya se las apañaría. Saco un trapo para limpiarme, pero le aparte la mano de un manotazo.

.- ¡ No ¡. Esta leche es para mi marido.- Le dije. Deja que disfrute a su manera el cabrón.

.- Bueno, pues dame las bragas, así las huelo y me pajeo, hasta que te vea otra vez.-

.- ¡ No ¡,- le volví a decir.- Ahora me las pondré, para que se impregnen bien de leche. Son para mi marido. Me lo ha pedido él, y por lo menos le he de dar algún caprichito, al cabrón.- Continué.

Fuimos rápidos. Saco 20 Euros y me quiso pagar.

.- ¿ Oye ?.- Le dije toda cabreada.- Para esto, mejor no me des nada. Antes me dabas 50 o 70 euros, y a veces ni me follabas.-

.- ¿ Qué quieres ¿.- Me dijo asustado.

.- Pues por lo menos 50 euros, así que hasta que no tengas 50 o 70 euros, no me vuelvas a llamar.- Le pedí.

Me dio otros 50, a regañadientes el muy guarro.

Me vestí. Me puse las bragas, empapándolas de la corrida. Fui de nuevo para la tienda, sabiendo que mi marido me estaría esperando.

Le vi salir del coche, y seguirme de lejos. La leche, me chorreaba por las piernas al andar. La notaba caer.

Me alcanzó, justo en la puerta del lavabo, me iba orinando.

Me empujó dentro, y se metió conmigo en el de mujeres. Me saco las bragas, aun salía leche de mi coño, resbalaba por mis muslos y medias.

Se sentó en la taza, y alzándome una pierna, me chupó todo mi chorreante chocho.

No podía aguantar, así que me puse a mear.

Le meé toda la boca, llena de leche, la chaqueta y parte de la camisa.

.- ¡ Que mamona eres ¡. ¿ Cómo salgo ahora con este pestazo a meaos, mojado todo.- Me dijo.

.- Mejor, eso te pasa por cabrón, no me daba tiempo. Siempre quieres que te mee, la polla, pues toma. Te orine la boca, para que te la aclares, que te huele a leche del Rafa. Asi hueles a Cornudo.¡ Cabrón ¡.- Le insulte.

.- ¡ Puta ¿. Eres una puta meona.

.- Y tu un cornudo con  olor a pipi. Jajaja.- Reí, viendo su desastroso aspecto.- Seguro que te has hecho una paja en el coche.-

.- ¡ Como la sabes ¡ Me ha sabido a gloria.- Respondió.

Se sacó la chaquetilla, y medio tapándose, nos fuimos al coche.

Le toque la polla,  aún estaba empalmado,  eso que se había corrido.

Llegamos a casa. Me folló, como un desesperado, sin dejar tampoco que me lavara Tenia mi coño aun con leche y meados.

Se lo conté, todo al día siguiente, y en vez de follarme, se hizo otra paja, el muy cerdo.

Decididamente, es un cornudo pajillero.