El Vecino Rafael 2
Mi marido me lleva a follar con mi Amante, mientras me espera fuera.
RAFAEL PUTA POR DINERO
Relato de Penelope.
Tal como quede con el Rafa, pasada la Semana Santa, recibí una llamada, desde un locutorio. El Jueves día 5. Me comentó, que ya habían llegado de vacaciones. El lunes 9, estaría a las 11 de la mañana, en donde nos veíamos siempre. La tienda china, del 8, en el área comercial del Caprabo de aquel pueblo.
Se lo dije a mi marido. Estuve toda la semana, esperando que llegase el lunes, para recordar viejos tiempos, y para echar un polvo, con mi antiguo amante, con el que puse los cuernos un tiempo a mi anterior pareja Eloy.
Le pedí, que me llevara al lugar, para coger (follar) con mi antiguo vecino, ya que ardía de ganas de volver a verle. También me daría dinero por follarme, cosa que me daba un morbo grandisimo. Antes lo hizo siempre, llego a pagarme 70 euros por metérmela. Tanto a mi marido como a mí, nos daba Morbo que actuara de Puta: Follar por dinero. Muy bueno. Me llevaría, y luego se iría, yo me iría con Rafa, follaría y después, le llamaría
El lunes, a eso de la 8 y media, mi marido me despertó, para que no se nos hiciera tarde para la cita con Rafa. Yo ni mucho menos lo había olvidado, ya que incluso me había hecho un par de pajas, pensando en este momento, pues mi pareja, no me había querido follar, reservándomelo para mí amante. Quise tener sexo con mi marido, pero él, aparte de masturbarme y ponerme aún más caliente, interrumpió el toqueteo cuando más deseosa estaba, esto acabo por ponerme cachondísima, como sabía que él, no me iba a follar, pues me levante diciéndole:.
.- ¡ Si ¡ ¡ Vamos, que no le quiero hacer esperar ¡ Compórtate como un buen cornudo y llévame a follar con mi Rafa, que tiene mejor polla que tú, además que me lo follare sin condón, como siempre ¡.- Le dije.- Cuando acabe, te llamaré, para que me recojas.-
.- ¿ No me vas a dejar que lo vea ?.- Me preguntó.
.- ¡ No, que el seguro que no quiere ¡. Además, me lo quiero follar a solas, que no quiero que me interrumpas. Tu estate en el coche pajeándote. Es lo que te gusta, pensando en que te estoy poniendo los cuernos.- Le insinué.
Me di un toquecito en mi coño, que me había afeitado anteriormente mi marido, dejándome un apetitoso flequillo en los labios. Me di crema, hasta dejármelo suave como la seda, bien hidratado. Le iba a gustar seguro a mi amante.
Me puse un conjunto de bragas y sostén rojo, y unas medias de liguero negras. Me cubrí con un vestido estampado, abierto totalmente con botones, deje que se me viera el nacimiento de mis pechos. Me calce unas botas, y me pinte a conciencia, perfumándome todo el cuerpo, especialmente mi rajita de placer. Tenía el pelo bastante bien, pero también me lo hidrate con crema, con lo que me brillaba estupendamente. Acabe poniéndome un abrigo rojo. De esta manera, marchamos al encuentro de mi amor.
Llegamos con el coche al pueblo. Entramos en el parking. Mi marido dio una vuelta, para ver si encontrábamos la furgoneta del Rafa, pero no estaba.
Subimos al área Comercial, cuando faltaban unos minutos, le dije a mi marido que me dejara sola, y se marchara. Ya le llamaría cuando acabara.
Me pidió, que le trajera el coño lleno de leche, que le gustaría limpiármelo, él. Nos despedimos cerca de la tienda de los chinos. El 8.
Entre en la tienda, mirando la ropa. A las 11 y 3 minutos, alguien, me cogió por detrás, apretándome contra él. Me volví. Era el Rafael.
Abrazándome, me beso en la boca, introduciéndome la lengua. Cerré los ojos, y le devolví el beso, a la vez que le echaba mano a la bragueta. Estaba empalmado.
.- ¿ No decías que no se te ponía dura ?.- Le dije, mientras el, no perdía el tiempo, y alzándome el abrigo y el vestido, me daba unos apretones en mis bragas, bajándomelas y tocando mi piel suave para él.
.- Me he tomado una pastillita, parece que funciona. Llevo empalmado desde que salí de casa, pensando en ti. En estos días, no sabes la cantidad de pajas que me he hecho a tu salud. Hacía tiempo que no lo pasaba tan bien.
.- Mejor lo vamos a pasar hoy. Yo también me he hecho alguna que otra paja, pensando en ti.- Le respondí.
.-¿ Pero es que tu marido, no te folla, con lo buena que estas ?
.- No me folla, todo lo que yo quisiera, y la verdad, con la pollita que tiene, tampoco me da mucho gusto. Normalmente acabo haciéndome una paja para correrme. Me gusta más tu polla, que es bastante más gruesa, y la noto cuando me entra. Prefiero la tuya, se lo digo siempre cuando me lo pregunta.
Salimos de la tienda, el delante y yo detrás, pues no quería que nadie nos viese juntos, pues pudiera decírselo a su esposa. Vi a mi marido en el bar de enfrente.
Bajando por la cinta del parking, oí como Hector me llamaba. No le hice caso, pues no quería que le viera Rafa.
Tenía la furgoneta, aparcada frente a la pared, en la entrada a la tienda, pero por detrás. El coche de mi marido estaba en la plaza de al lado. El muy cabrón, había descubierto la furgoneta, y se había posicionado para ver si pillaba algo, pero no lo iba a conseguir.
Rafael, tenía todos los vidrios del furgón, tapados con cortinas, de manera que nadie podía ver nada. Había un pequeño agujero, para mirar fuera.
Subimos a la parte trasera. Mi amante cerró la puerta.
.- ¿ Tu no follas con nadie ?.- Me preguntó, mientras me sacaba la ropa, con nerviosismo.
.- ¡ No, yo solo follo con mi marido ¡, ¿ qué te crees ?. ¿ Y tú ?
.- Yo, ni con mi mujer. Llevo más de 2 años que ni la toco. Solo me hago pajas, pensando en ti.- Respondió.
.- ¿ Habrás dejado leche para mí, no ?.- Le volví a preguntar.
.- No te preocupes, que el único huevo que me han dejado, lo tengo a reventar para ti. Llevo 3 días sin pelármela, para reponer mis existencias.- Rio tocándose los huevos. – Y tu marido, ¿ dónde está ?.
.- ¡ Por ahí anda, dándose con los cuernos que le vamos a poner, contra las puertas ¡.-
.- ¿ Por ahí, por dónde ?.- Insistió.
.- Por las tiendas, creo que me espera en el bar, frente a donde me recogiste ?.-
.- No me digas que él lo sabe, porque se me viene abajo.-
.- ¡ Hombre ¡, ¿ crees que él es tonto, y no ha visto, como me haces señas, en tu casa, como fui el otro día a verte, y como regrese con el coño lleno de leche ?.- conteste.- No le tomes por tonto. Es cornudo, pero no imbécil.
Ambos ya desnudos, sin parar de besarnos en la boca, de morder mis pezones, el tío, me introducía sus dedos en mi mojado coño, haciendo que se me pusiera aún más chorreante.
Podía oírse el chapoteo de mi chocho caliente como un ascua.
Como siempre, tenía el suelo de la furgoneta, con unas mantas cubierto, y unas almohadas. Había encogido los asientos, y quedaba una buena cama, para tendernos. Lo tenía todo preparado, y a punto.
.-¡ Si quieres, podemos llamar a mi marido ¡.- Volví a insistir.
.- ¡ No ¡ No que me corto ¡.- dijo.
Dejamos de hablar. Me tendí a lo largo. Rafael, me comió el coño con destreza. Las tetas, y todo el cuerpo.
.- Estoy muy gorda le dije, mientras me deleitaba con su lengua el clítoris.-
.- ¿ Que dices Penelope ?, ¡ si estas más buena que antes ¡.- Respondió él.- No sé cómo tu marido te deja follar con otro.- Yo no te dejaría follar con nadie. Te follaría cada día. Estas buenísima, cada día te encuentro más guapa y deseable.
El, en cambio, estaba con una barriga cervecera, y con un huevo menos, se lo habían tenido que cortar, por algo. Pero su gorda polla, estaba dura y hermosa como siempre. Mayor que la del Mango, pensé. Si mi marido se la viera, me gustaría verle comérsela, pero ya iré convenciéndole, poco a poco.
Quise comérsela, pero me dijo, que ya no podía aguantar, y echándose encima de mí, me puso la polla en mi raja.
Se la cogí, y me puse a darme brochita por mi chocho lleno de mocos. Tenía la pipa hinchada como una nuez, me estaba frotando, cuando él, me dio un tremendo achuchón, empujando su pelvis, me la introdujo de golpe.
Grité, de placer, al notar aquel pedazo de carne, sin condón, taladrarme todo mi coño. Note su enorme capullo separar las paredes de mi vagina y abrirse paso hasta el fondo. Mi coño palpitaba, abriéndose y cerrándose.
Le apreté, pues como mi marido dice, tengo un gran chocho. Enorme, me dice él.
-.Jajaja, así me cogen buenas pollas, pensé. Pero vamos a lo que vamos.
.- Ponte a lo perrito, me dijo poniéndose de rodillas.
Aproveche y mire por el huequito de las cortinas, viendo a mi marido rondar la furgoneta.
Me coloqué, tal como me indicó.
El acerco su polla a mi chocho, y sin previo aviso, me la clavó de nuevo hasta la raíz. Noté como su único huevo pugnaba por entrar también dentro.
Mi coño, destilaba sus jugos como nunca. Notaba mi interior mojado, encharcado. Su polla se deslizaba suavemente, produciéndome un gusto, como hacía tiempo no lo gozaba. Un chop, chop, se oía en el ambiente.
Hacía tiempo que mi coño no se comía tan buena polla. Aquella me llenaba casi por completo. Apreté las paredes de mi vagina para mejor apretar su polla, que entraba y salía velozmente.
.- ¡ No puedo, no puedo¡. ¡ Súbete encima de mí, y fóllame tú.- Me dijo.
Recordé que a él, siempre le había gustado más esta postura.
Me coloque encima suya, y cogiéndole la polla, la apunte a mi raja. Me deje caer.
Aquel ariete, entro por las resbaladizas paredes de mi vagina, y no paró hasta hacer tope con su huevo. Fue una penetración bien profunda.
Me moví de arriba abajo, sacándomela y dejándome caer de golpe sobre su verga, mientras gritaba por la excitación, por el gusto que sentía.
Me vino un fortísimo orgasmo. Mi cuerpo se cargo de electricidad y me estire como una poseída. Mi coño apretaba aquella polla, intentando aplastarla y exprimir su líquido seminal-.
No llevaba un minuto, cuando Rafa dio un grito, se corría. Dios que corrida. Note como me inundaba el coño de leche. Sus espasmos eran mis espasmos. De nuevo tenía otro orgasmo, aun más fuerte que el anterior. Me abrace a él, intentando que me la metiera más adentro aun, pues mi concha aspiraba toda su verga con furia.
Abrace con mis piernas su cuerpo, mientras mi empeine subía para fundirse con su polla. Note los labios de mi chocho abiertos a reventar.
Su leche y la mía, ya no cabían dentro y salían a cada envite, corriendo por mi entrepierna y cayendo en la manta.
Que empujones daba el tío. Quería meterse entero dentro. Pero yo también lo quería. Mi coño estaba repleto de jugos de deseo. Vi como su polla, entraba y salía de mi chocho, mojándose de mis líquidos, mis skirts, que le dejaban el pene impregnado de borbotones blancos de mi vagina. Me alzaba y dejaba caer con fuerza sobre su gruesa polla, que me separaba las paredes de mi vagina, que pedía a gritos mas leche.
Volvi a gritar, corriéndome esta vez con él, notando la calentura de su semen en mis entrañas. ¡ Que añoranza de una buena corrida dentro ¡. Esta lo era.
.- ¡ Esto es leche, y no las cuatro gotas de mi marido ¡.- Le dije.- ¡ Qué manera de echarme leche. Se nota que me tenías ganas.
Mientras, no dejaba de comerme la boca. Besa estupendamente, me gusta muchísimo como besa, su lengua, su tragar mi saliva. Le chupe la lengua como si fuese su polla. El no dejaba de besar mi cuello, mis pezones, dándome golpes de empeine, en mi coño, estrujando los últimos restos de leche.
.- Me sabe mal, porque no te he satisfecho, corriéndome tan deprisa. Pero no me podía contener, de la ilusión de estar follándote de nuevo.- Se lamentó.
.- No te preocupes, yo también tenía tantas ganas de ti, que me he corrido a la par tuya. ¿ No has visto mi grito del gustazo ?.- Le respondí.- Me he corrido 3 veces. Con mi marido me cuesta una.
.- Tú, no sabes las ganas que te tenía. Cada vez que te miro, te encuentro más guapa. ¡ Estás más buena que antes ¡
.- ¡ Que va si estoy muy gorda ¡.-continuo, dándome empujones en mi chocho a rebosar de su leche. Noté como resbalaba por mis muslos, manchando mis medias, mi culo, que placer sentí..
Aun la tenía dura. Me hubiese gustado que continuara, pero se retiró de mí.
Una enorme cantidad de sus líquidos, salieron tras su polla, cayendo por mis muslos, y a la manta de la furgoneta, dejando un charquito de leche.
.- Lastima.- Dijo.- No hemos aguantado cinco minutos.-
.- No te preocupes, me he corrido como hacia tiempo no lo hacia, unas corridas tremendas.- Le dije.
Alargué la mano, para ponerme las bragas, para mi marido, más el me lo impidió.
.- No, no, no te pongas las bragas. Regálamelas. –Me pidió.
.- ¡ No, le dije, la próxima vez, te regalare una, que las haya llevado más rato, y que huelan y sepan a mi ¡. Estas están recién puestas, antes de venir, y ni huelen, ni te sabrían a nada.
Me puse a cuatro patas, y dándome la vuelta, fui al asiento de delante a por mis bragas, quería ponérmelas y que se llenasen de su leche, para mi marido, él, sacó un trapo de no sé dónde, y comenzó a limpiarme su semen, que caía por mis muslos a borbotones. Me limpió los muslos mientras yo estaba a 4 patas.
.- Aquí, tengo de todo. Vengo preparado.- Me decía, mientras su mano limpiaba a fondo toda la leche de arriba abajo.
.- Aun tengo, el mechón de tu pelo, que me diste. Me tienes que dar un puñado de tu chocho, así me hare pajas también con él.- Me pidió.
.- Vale, no te preocupes, cuando tenga el pelo del chocho más largo, me cortare un mechón para ti.- Le afirme.
Estuvimos un momento hablando. De nuevo me preguntó, si mi marido sabia, que estaba follando con él. Le dije que sí. Me respondió que bueno. Le dije que él me follaba poco, a lo que me respondió, que no me preocupara, que ya me fallaría él.
.- Bueno, mientras tengas marido, y te folle otro, mejor.- Me volvió a decir.-
.- Yo, con la mía no follo.- continuo.- Hacia rato que yo no echaba un polvo.
Cuando, nos vestíamos, cogió mi bolso, y me metió un papel liado con dinero en el boldo. Era el pago del polvo. Me sentí una Puta, pero contenta. Lástima que cuando vi que eran 50 euros, me sentí mal pagada, pues me había pagado otras veces, hasta 70, estando con Eloy.
Acabamos de vestirnos.
Nos despedimos fuera de la furgoneta, con un apasionado beso.
.- Te llamo en cuanto me puede escapar.- Me dijo, mientras yo marchaba, al encuentro del cornudo de mi marido, que me esperaba arriba del parking.
Nada más salir, le vi, esperando.
¡ Que buenos cuernos, te he puesta hoy, cariño, pensé. Esto habrá que repetirlo. Tendrás que hacer de chofer mamporrero, y traerme a follarme a mi amante, tu espera, que ya regresaré para que me lleves, cuando nos hinchemos de follar.
Entramos en el Caprabo. Mi marido estaba ansioso, porque le contara mi encuentro. Le toque la bragueta, estaba empalmado.
.- ¿ Te has hecho, una paja ?.- Le pregunte.
.- ¡ No, estoy esperándote para follarte, con el chocho bien repleto ¡.- Me dijo el pobrecito.
.- ¡ Pues te vas a quedar con las ganas, porque el Rafa, me lo ha limpiado, a fondo, y lo tengo sin rastro de leche, mi amor ¡. Así, te lucirán más tus cuernos cabrón ¡.- Le informe cariñosamente, riéndome por su sufrimiento, en mi interior.
Le relaté, todo lo sucedido, por encima, ya que sabía que se lo tendría que contar, minuciosamente, mientras me follara.
Como buen chofer cornudo, me trajo a casa.
Nada más que entrar, me saco las bragas, y me tendió en el sofá, comiéndome el coño, intentando limpiar, lo que ya estaba limpio.
No me corrí, pues ya estaba bien satisfecha del polvo de Rafael.
El jueves siguiente, en esta misma semana. Me llamo de nuevo, el Rafa, diciéndome, que fuese al Caprabo, que estaba allí, le había dicho a la Florentina, que tenía que comprar pilas.
Le dije, que no podía, pues como vivía en Barcelona, no podía estar en un momento.
Me contestó que creía que vivíamos cerca.
Le dije que no, que estaba en Barcelona.
Me dijo que quedáramos para el próximo lunes, mas tampoco podía ser, tenía visitas en el medico.
Desesperado, me dijo que quedáramos para Sant Jordi.
Le dije que bueno, pero ya hablaríamos más adelante.
Nos fuimos a comer con elpago, y aun tuvimos que poner dinero, pero la verdad que lo hubiese hecho gratis.
Penelope