El vecino de gudy 9

Las aventuras siguen...

EL VECINO DE GUDY 9

Pilín irrumpió aquella tarde en la habitación que el sabía cual era y encontró  a Santi a los gritos y lloriqueos, estaba sentado  horcajadas sobre la boca tragona del macho. Gudy lo comía literalmente al chico, abriendo con sus manazas los glúteos redondos del joven que cabalgaba von su cola la hambrienta boca de aquel macho voraz y rapaz. Un buitre que adoraba los ojetes de los chicos.

__¡Veo que estás Cumpliendo tu sueño Santi!!!__ comentó risueño y caliente el chico a ver a su amiguito saltando y vibrando sobre la boca de aquel ejemplar de macho que lo volvía loco.

Enseguida se unió a ellos y alcanzo el garrote semi duro de Gudy. Lo metió en la boca y fue tragando aquel sable sabroso y venoso que tan bien conocía.

La lengua de Gudy se hundía hasta lo mas profundo del ojete de Santi, que se iba abriendo. Se iba dilatando. Corcoveaba el jinete sentado en la lengua móvil y salvaje del macho que lo atendía. La pija del chico estaba tan duro como un fierro.

En tanto Pilín, el vecino de Gudy, comía la barra de carne, ese extasiaba con ella, la gozaba, golpeándola en sus mejillas ardidas y sofocadas, termino de quitarse las ropas y quedó desnudo como sus compañeros de cuarto.

La lengua de Gudy de vez en cuando rozaba las bolas de Santi. Las mojaba. Estaban duras y llenas de leche. Eso le encantaba a aquel perverso macho que jugaba con aquellos jóvenes sedientos de verga y sexo.

Pilín se clavaba sus propios dedos húmedos con su saliva, para facilitar el accesos del garrote febril y magnánimo. Los dedos entraban muy fácilmente porque aquel muchachito siempre estaba alzado y con ganas de tener un trozo en su ojete emputecido y babeante.

Pilín se fue montando en el garrote parado y en alto. Firme.

__¡Ohh papi que lindo perno me estas metiendo, lo necesitaba, ya te extrañaba tanto!!!__ Gudy medio ahogado, entre los flujos que caían de la cola fogosa de Santi y su propia saliva que se mezclaban, como se mezclaban los fluidos del miembro viril con el baboso anillo de Pilín.

El vecino de Gudy cabalga de manera suave y acompasada, acaricia sus tetillas alzadas y calientes, gime como putita. El macho se regocija en la boca y con su tremenda poronga clavada en el ojete del chico. No quiere acabar porque su idea es cogerse a Santi, penetrarlo, hacerlo gozar con un macho como el desea.

__¡Despacio Pilín no quiero acabarte, déjale eso a Santi, ahhh, despacio amorcito!!!

__¡Está bien, ay, ay, es que me haces gozar tanto, ahh, papi, ohhh!!!__ subía y bajaba de la vara, lo taladraba, lo perforaba, en tanto el macho con su lengua hacía gritar al amigo de Pilín. Santi se contorsionaba. Gruñia como un animal en celo, herido, con un tajo en su cola que se agrandaba cada vez mas, esperando ser invadido por la gruesa vara de Gudy.

__¡Oye, ahhh, Pilín, bebe, debes ahhh, darle lugar a Santi!!!

__¡Ohh que lástima, ahhh, esta tan dura!!!__ dijo el chico poniendo cara de chico al que le sacan la golosina.. Salió de la montura.

__¡Me buscas el gel que está en aquella mesita!!__ le pide el macho, el chico se mueve con su pija endurecida y buscó en el cajón, sacó el gel lo abrió y lo olfateó.

__¡Hazlo tu!!__ sugirió Gudy al chico. Pilín sin pensarlo comenzó a poner el gel perfumado en el ojete recaliente de Santi que suspiraba y gemía muy ardiente.

De paso Pilín acarició y masajeó un poco la verga de Santi que saltaba loca para un lado y otro.

__¡Ohh Pilín, me vas a hacer acabar, ay, ay, eres un demonio amigo!!__ a toda respuesta el chico busco la boca del amigo y le plantó un sonoro beso corto, para luego emprender con uno mas sabroso y profundo, metiendo l lengua hasta casi tocar la campanilla.

Gudy bufaba de calentura viendo a los efebos complacerse mutuamente, masajeó el anillo de Santi. De costado apoyó su manguera férrea en el agujero deseoso y caliente. El hueco fue cediendo y Santi se quejó un poico.

__¡Despacio papi, hazlo con calma quieres!!__ rogo el chico emputecido y  enloquecido de calentura y deseos. Pilín de frente al migo le besaba suave los labios y el cuello. La vara gruesa se fue entrando  pesar de los quejidos de Santi. El pedazo del macho se abría paso a través del túnel aún cerrado del joven.

__¡Que lindo culito cerrado tienes amor, ohhh, me aprietas tanto!!!

__¡Ay, siii, despacio, la siento entrar, ahhh, me duele, ohhh, pero no la quites, no, ahhh, ay!!!__ se quejaba en tanto cerraba los ojos y sentía la boca del amigo que le hundía la lengua fondo de la boca entreabierta. Sentía la trompa de elefante partirle el culito virgen, sentía el fuego del placer enloqueciendo sus sienes, de la forma en que el macho lo taladraba le encantaba, su propia lanza, se tensó, y empezó a escupir su leche, rápido Pilín la metió  su boca y ayudó  a ordeñar a Santi. Tragó mucho néctar y luego una vez que el otro escupió hasta la última gota buscó la boca y entre los dos se intercambiaron los jugos.

En tanto el macho apretaba los pezones del joven que estaban al máximo de rigidez. El perno había entrado a fondo y el dolor había disminuido  y se volvía placer enloquecido. Lo quemaba la pasión. Lo quemaba la lujuria de ser penetrado por un macho de verdad. Las bolas de toro de Gudy chocaban con las nalgas de aquel joven entregado a sus deseos.

__¡Ohh papi no dejes de cogerme, así, así, me encanta tu espada clavada en mi!!!

__¡Que putita  resultaste Santi, sabía que te gustaría este macho!!__ le decía Pilín a su amigo penetrado.

__¡Ahh siii me encanta este macho!!!__ se relamía el chico con el pedazo en su cola abierta, desvirgada, húmeda y volcánica. Gozando a pleno, Pilín observa la cara transfigurada del amigo con el pedazo enterrado a fondo. Gudy flotaba en un mar de gemidos y gruñidos, se habían convertido en animales salvajes, bombeaba el culito de Santi, golpeaba a fondo, enterraba su poronga y mordía los hombros del joven que se contorsionaba herido, feliz, pervertido, suplicando por mas vergota en su cola.

__¡Ohh papito dame tu verga, la quiero siempre, cógeme, y, no la saques, si, ahhhhh!!!__ empujaba su hierro muy dentro del joven, estaba por explotar y rellenarle el ojete de leche como se lo merecía. Penetraba, impulsaba su lanza muy dentro, cada vez con mas velocidad, apretaba los maxilares. Serruchaba, mordiendo el cuello, los hombros, aferrándose con firmeza en los pezones del joven. Gruñendo, babeando.

Los chorros de liquido empezaron a inundar el túnel. Lo rebalsaron en segundos. Pegajosos escupitajos y el movimiento imparable del joven tratando de ordeñar al macho de forma máxima. Sorbiéndolo todo hasta la última gota.

Desinflados quedaron pegados. Santi sentía como latía la morcilla en su interior. Pilín lo besaba de frente, acariciando su espada que se ponía de pie lentamente. Gudy buscaba aire, estaba al borde del desmayo, había gozado tanto desvirgando a aquel joven que se sentía morir.

Pilín busco sus labios por sobre el migo. Lo besó metiendo la lengua a fondo.  Chupaba aquel molusco. Pilín pasaba las manos por la espalda del macho que buscaba resucitar. Los tres apenas se movían, eran pequeños movimientos de caricias y toqueteos inocentes. Flop fue el sonido, del morcillón saliendo del ojete explosivo y baboso del joven Santi. Se quejó levemente sintiendo como chorreaban sus nalgas con aquel néctar que adoraba.

__¡Me has hecho gozar, me has desvirgado, ohhh, que macho!!!__ comentó en un susurro cliente el joven Santi.

__¿Te ha gustado bebe?__ preguntó el macho acomodando su cuerpo hacia arriba.

__¡Estoy encantado, y quiero tener tu pedazo en mi otra vez!!!

__¡Dame un poco de tiempo!!__ dijo el macho y Santi se acercó a  los labios y le dio un profuso beso.

Pilín acariciaba el  pecho inflado de Gudy, de vez en cuando le besaba los pezones, muy suave y tranquilo. Relajados.

__¡tenía razón con lo que te conté no Santi!!__ esbozó el vecino de Gudy besando las tetillas

__¡Nunca lo imaginé, te creí, pero la realidad supero con creces lo que escuchaba!!!__contestó Santi acariciando el miembro de Gudy que quiso enderezarse potente y vicioso. Pilín busco los labios de su vecino y se fundieron abriendo las fauces calientes y sin paz. Santi acariciaba el pedazo del hombre que intentaba resucitar, ardientes, gimientes, retomando las caricias cada vez mas calientes y sensuales.

Pilín se acercó al oído de Santi y le pasó un susurro secreto inaudible, el chico sonrió, se besaron los labios, pasándose las lenguas por las barbillas, mientras el macho se iba inflando de deseos y ganas.

Santi fue bajando velozmente por el vientre, el ombligo, beso el garrote del hombre, se acercó  las bolas enormes del toro bravío y que se iba alzando lentamente, los bramidos y gemidos de Gudy iban retumbando por la habitación.

Santi abrió las jugosas nalgas del macho y la lengua fue directo al anillo y allí se hundió escarbando furiosa y juguetona. Los aullidos de Gudy se incrementaron y su potente garrote se fue enervando y parando, un mástil de fragata siempre listo.

Pilín se aprovechó de lo logrado por su amigo y se abalanzó sobre la lanza. La metió en la boca y Gudy bramaba como animal herido, su ojete invadido por aquella lengua traviesa y que sacaba jugos apetitosos y ricos, dulces y salados, viscosos, viciosos salvajes. Santi chupaba el culo del macho como tantas veces soñó en madrugadas y noches febriles.

Cuando el macho fue largando su leche los dos amigos cercaron sus bocas a la fuente y bebieron insaciables el néctar, lo dejaron seco, bebiéndose hasta ya no poder más.

Lo chuparon sin descanso. Lo lamieron como helado. Al rato dejaron el biberón y se acurrucaron junto al macho que sin querer se entre durmió agotado.-