El vecino de gudy 10(final)

Se termina la historia de los vecinos...

EL VECINO DE GUDY 10 (FINAL)

La siesta abrasaba todo lo que se movía. El calor era insoportable. Las chicharras cantaban a placer. Eran tan felices. No se moví una hoja, realmente estaba muy pedo, se esperaban lluvias y un poco de fresco.

Gudy lamía suavemente, las tetas hermosas de Melisa, las chupaba, las sobaba en tanto las pesadas gotas de sudor lo ibaan bañando, y van cayendo sobre el cuerpo grácil y hermoso de su pareja. Ella gemí suavemente entrecerrando los ojos celestes que brillaban en la semi penumbra de la habitación fresca, pero con el calor álgido de los cuerpos desnudos.

Gudy tenía su mástil como roca. Melisa lo rozaba con los dedos largos. La lengua de Gudy recorría las tetas abundantes y con los pezones erguidos, tanto como los del macho, ella también de vez en cuando rozaba con la yema de los dedos esas tetillas grandes.

Las bolas de toro rozaban los preciosos muslos, llegaba hasta la barbilla de Melisa, la besaba, lamía, la chupaba con gusto y placer para luego llegar a la boca, morderla, entrelazaban sus lenguas, jugaban con ellas. Los gemidos de ambos absorbían la quietud de la siesta abombante.

Deslizaban las manos para un lado y otro y Gudy se metía entre los abundantes pechos, en ese canal tantas veces recorrido, chupando, sorbiendo, lamiendo como un enajenado alejado de todo mundo.

Luego de un empellón y con gracia sutil subía hasta los monumentales labios gruesos de la chica y los comía con ansías y verdadero hambre de adolescente viril. Macho era su macho el se sentía así desde muy adentro.

Ella gemía y suspiraba y se calentaba apretando las nalgas jugosas de su hombre, las pellizcaba e intentaba meter un dedo entre ellas, aunque todavía no podía llegar. Era un juego de seducción, así Gudy bajaba al vientre plano y delicado. Apenas con unos vellos imperceptibles, finísimos. La lengua moviéndose en círculos, a lo largo, a lo ancho, metiéndose en el agujero del ombligo y escuchando los estertores de la chica lloriqueando de placer y calentura.

La baba penetrando el anillo deforme del agujero, ella se contorsionaba. Se movía histérica. Empujaba la cabeza, arremolinaba los cabellos de su macho que la volvía loca con aquellas caricias explosivas. Chupaba, succionaba con ardor y lujuria haciendo gritar a la chica que se retorcía como una serpiente delicada y grácil.

__¡Ohh amor, siii, sigue besándome ahí!!!__ rogaba la chica endiablad

__¡Me encantas preciosa!!

__¡Que lengua tienes, maravillosa, ohh, y, Uhhh!!!__ la lengua de Gudy no pedía permiso y se metí por los bordes de la ingle, mientras ella suspiraba y se quejaba babeando, se retorcía como animalito, y la lengua del macho profundamente se perdía arrastrándose por entre la ingle y el borde del sexo de la chica, que levemente lo empujaba con sus manos delicadas hacia la entrepierna.

Mordí la carne. Lamía, sorbía las pequeñas gotitas de sudor que ibn saliendo de los poros erizados, y de la propia frente del macho sediento, ardiente,  punto de convertirse en llamas de la inflamación que sentí en su propia entrepierna, por fin el macho avariento y seducido al punto de la locura y de la pasión subyugante, mordido en su interior por los bichos de la sexualidad creciente, pudo llegar y por fin posar sus labios de una buena vez, abriendo bien la boca, para poder tragar el pedazo de poronga que tenía ante si, que nacía ante si férrea y gruesa, venosa, que saltaba loca y se movía nerviosa de entre las piernas hermosas de Melisa.

La chica trans que era la pareja de Gudy gemía al ser chupada hasta lo mas profundo, con hambre y con ansías por aquel macho sediento de verga y leche. La saliva bañaba el mástil parado y rocoso. Bufando, gruñendo. La boca de Gudy se tragaba aquel sable.

__¡Ohhh así cariño, trágala como le gusta a mami, si, bebe, chúpala, cómela es para ti bebe!!!__ instaba a aquel hombre que se comía la tremenda poronga de la chic trans.

Melisa suspiraba y lanzaba pequeños aullidos con un vocecita de niña desesperada.

El hombre se regodeaba con la lanza hasta lo profundo de su garganta salvaje. Le encantaba aquel pedazo de carne. Vibrante. Poderosa dama de fuego.

Gudy saboreaba el adorado falo. Lo besaba por todo lo ancho y lo largo hasta las bolas, las tragaba de a una. Se metía una y la saboreaba hasta atragantarse y luego comí la otra. La baba bañaba todo el lugar. Las bolas de Melisa eran deglutidas y mojadas, luego el macho las soltaba y volví a empezar.

__¡Ohhh mi amor, eres, un demonio, ahhh, ahhh, me vuelves loca!!!

__¿Te gusta cariño?

__¡Sigue chupándome, asi, asi, ahhh, bebe!!!__ gemía Melisa mientras la lengua del macho rodeaba la cabeza del glande brillosa y cual ciruela morada.

Al rato los cuerpos se corrieron y la lengua de Melisa se adentro en el ojete caliente de su macho. Lo perforó, escarbando a gusto, con resabio de miel. Gudy no dejaba el perno, lo acariciaba con la lengua sabia y experimentada.

De paso saboreaba la chica trans los huevos de toro de su macho. Les repasaba cual si fueran helado fresco y cremoso. Era imposible comerlos, como si hacía Gudy con los de ella.

__¡Te vas a abrir para mi bebe!!__ dijo ella ronroneando como gata seductora.

__¡Sí claro amor, sabes que eres mi mami!!__ gimiendo casi al borde de la explosión. Pero aguantando. Quiere sentir el hierro candente dentro de su túnel.

Hacia allá va. Jadeando. Sacado. Muy caliente. Ardiendo en llamas. Se pone a horcajadas de la chica trans. Abre sus nalgas con las propias manos. Ella guía su sable. Lo posiciona en la entrada. Lentamente Gudy se va sentando, lo va montando, ella sonríe mientras va penetrando aquel suculento culo de su macho entregado por completo a ella, a sus deseos, a sus ganas.

El se abre, la poderosa poronga se adentra en el túnel abierto y dilatado, deseoso. Rellenado de fuego y ardor. El estaba ardiendo sintiendo aquella poronga. Ella empieza a ir y venir. Hunde cada vez más la morcilla. Jadeando ambos se entregaban al goce pleno.

El aguijón se hundía y el cabalgaba como jinete del apocalipsis, sonriendo y mordiendo sus labios. Las manos de ella pellizcaban las hermosas tetillas grandes y erectas. Frutillas perversas. El por su lado se restriega en las tetas de ella. Se regodea. Los pezones de la chica trans se endurecen están a punto de explotar. El apura la cabalgata. Encendido gruñe sintiendo la vara clavada en su ojete. Casi saltando le da cada vez mas velocidad. Embiste la poronga que lo taladra quiere ordeñar a Melisa. Por su parte la chica se agita, se tensa, se muerde los labios y empieza a largar la leche acumulada. El ojete se llena prontamente, rebalsa. Gritando como marranos salta el  jugo de Gudy también llenando el vientre de melisa que no para de retorcerse y moverse hasta sentir que ha vaciado todo su líquido en el culito del macho sediento.

Buscaron aire. Agitados. La cabeza del macho se acercó a la boca en llamas de Melisa. Se besaron tragándose las lenguas. La vara en el ojete de Gudy se fue desinflando y el hombre se corrió a un costado. Acurrucándose casi pegado a la hembra sabrosa que estaba a su lado.

Melisa encendió un cigarro tal era su costumbre después de hacer el amor con su macho. Tiró el humo al techo.

__¡Me haces arder siempre amor!__ dijo el macho casi en un susurro

__¡Y tu a mi!...¡Aunque últimamente has incursionado con otros amantes!

__¡Tu sabes todo y sabes que eres el único amor!

__¡Lo sé lo que no quita que quisiera conocer a nuestro vecinito!!!

__¡Mira lo que uno se viene a enterar, pero yo no tendría problemas y creo que el tampoco!!

__¡Tan así!__ dijo Melisa riendo

__¡Mientras haya una verga que lo coja, el será feliz!!__ los dos se abrazaron y se dormitaron un rato abrazados y luego cada uno por su lado ya que el calor arreciaba.

Aquel sábado al atardecer Pilín llegó a la casa de Gudy, previamente le había contado a su amante que ese sábado los padres tenían una fiesta. Por su parte melisa había hecho el trabajo fino de convencer a la madre del chico a dejarlo en su casa hasta el otro día.

Todo había salido a la perfección, aunque Pilín no sabía que la mujer de Gudy estaría allí.

Entró a la casa confiado en que estaban solos el y su macho. Estaba muy caliente y por supuesto venía por su ración de lechita.

__¡Hola cariñito!!__ dijo el chico besando el cuello de toro de su macho que estaba con el torso desnudo y apenas una bermuda. Mordió la oreja de Gudy que lo dejaba hacer. Acarició las nalgas del joven que tendió los brazos al cuello, casi colgándose de el. Gudy sintió la verga de Pilín endurecida.

__¡Ohh estoy tan caliente, quiero tu lechita, lo sabes!!!

__¡Claro cariñito, eres tan putita, que quieres verga todo el tiempo!!!__ dicho esto, se besaron hondamente y al límite de arder que casi ahí mismo Pilín derramaba su leche. A la vez que manoteaba el rígido garrote de Gudy que empezaba a cobrar vida, mientras las lenguas se empujaban, se saboreaban, se disfrutaban.

Las manos de Gudy asaltaban las nalguitas firmes del chico que se babeaba deseando la poronga ya mismo en su cola ardiente. Había empezado a sudra y el joven se bebía las gotitas de sudor.

Fueron entre abrazos, caricias y lenguas llegando a la habitación que tanto conocía aquel joven calentón. Se tendieron en la cama con sabanas limpias y perfumadas. Pilín se colocó sobre el cuerpo torneado y fuerte, besando el pecho, los labios y el cuello. En tanto el macho quitaba el shorcito ajustado de Pilín. Se asomaba la tanguita negra que se había colocado el chico sacado y emputecido con su vara asomando por sobre la bombachita ajustada.

__¡Pero mira que tenemos aquí!!__ sorprendido exclamó el macho y su poronga vibró golpeando sus sienes de manera eléctrica y convulsionada, feroz, la sacó poderosa y gruesa, olvidado del mundo. Mordió los labios de fresa del chico, los lamió, los volvió a morder suavemente y el chico gimió de forma explosiva, cuando sintió unos dedos finos acariciando su espalda, tirando muy delicadamente de sus cabellos, pero aparte sentía los dedos fuertes del macho en sus caderas, que pasaba, no entendía.

Alguien mordió su cuello dese atrás, vio la sonrisa dibujada en la cara de Gudy.

__¡Pero, que, ahhh, sucede, que es esto, Gudy, ohhh!!__ Melisa mordía las orejas y apoyaba sus tetas en la espalda del chico.

__¡Es tu esposa Gudy!__ alcanzó  susurrar el caliente chico, sintiendo que unos dedos se le colaban hasta su ojete abierto y ya con una crema colocada.

__¡Sí cariño, es una sorpresita!

__¡Vaya que sí!__ exclamó el chico mientras dos dedos de la chica se hundían en el dilatado agujero. El gimió y movió sus caderas como una gatita en celo. Se tiró hacia tras y sintió el garrote que lo golpeaba muy duro y grueso, pero no era el de su macho.

__¿Pero que…tienes?__ abriendo la boca y girando su cuerpo vio la vara que blandía entre las piernas de melisa que se reía cómplice con Gudy.

__¿Te gusta la sorpresa?__ preguntó la chica trans

__¡Es una verdadera sorpresa, Melisa, no sabía, que tenías esa hermosa poronga!!!

__¡Es para ti, disfrútala!__ sin perder tiempo Pilín giro del todo y su cuerpo y fue con su boca a tragar aquel pedazo de carne de la chica de su macho. La metió de un golpe dentro de su boca. Pronto la saliva chorreaba en las sabanas y la chica gemía de placer.

__¡Ahh despacio cariño, tenemos toda la noche, ahh, uhhh,ohhhh!!!__ resoplaba gimiente Melisa. En tanto Gudy escarbaba con su lengua la colita de Pilín que se entregaba a las caricias, abriéndose, en tanto Gudy le quitaba la tanguita, dejando libre las nalgas preciosas de aquel goloso putón. La lengua degustaba el hoyito pleno.

Pilín baboseaba la barra de carne, besaba las bolas de Melisa, volvía a recorrer el caño en todo su esplendor.

Gudy se posicionó y lentamente atravesó el ojete, clavándolo y haciéndolo gemir al chico, de lujuria y placer. Despacio empezó a taladrar, gritaba el chico y chupaba con ganas, la chica trans le cogía la boca, yendo y viniendo y ahogando al chico que largaba lágrimas de ahogo y placer, lloriqueando como perrita.

De pronto, Gudy se tendió de espaldas en la cama, con la vara en alto, tremenda, dura, un estilete a la espera. El chico se fue sentando en ella, Melisa besaba las nalgas, las mordía, las chupaba, largaba saliva en el hoyo abierto, los gritos del chico iban en aumento, sacaba su cola y sentía que estallaría en cualquier momento igual que el macho que lo clavaba sin descanso.

Melisa apoyo su tronco en las nalgas, las acarició con ella, su vara rígida buscaba la abertura del chico.

__¡Quieres que entre putita!__ susurró al oído de Pilín que se contoneaba, mientras la chica pellizcaba los pezones del joven. Mordía el cuello.

__¿Quieres probar?__ volvió a susurrar la chica.

__¡Siiii ya mételo!!__ fue la contundente respuesta del joven. La chica apoyó nuevamente en la abertura, Gudy se detuvo unos momentos, dejando que su chica maniobrara. El elástico ojete fue cediendo. Pilín gritaba y aullaba de dolor y placer, todo mezclado, pero sin querer que se detuvieran. Empujaba Melisa despacio, suave, se fue agrandando la entrada. A su vez chocaba con l poronga de Gudy que era una barra de acero. Fue penetrando  pesar de los aullidos, las lágrimas caían sin remedio, el placer, lo inundaba, lo traspasaba, al fin la vara de Melisa se clavó y el ojete se fue acostumbrando a las dos porongas. El vaivén ajustado era poderoso, los tres gemían, se movían despacio, pero con ritmo, los gritos de todos eran un estruendo en la habitación profana.

Jugos escapaban por todas partes. Chorreaban. Se escuchaba el flop, plop, flop, del ir y venir de las vergas clavadas muy hondo en el ojete abierto del chico, del vecino de Gudy.

Apretaron las mandíbulas y fueron gritando mientras largaban sus líquidos y fluidos dentro del cavernoso túnel. A la vez el joven largaba su semen sobre el pecho y el vientre del amante, del macho, el efebo aullaba, sintiendo como le rebalsaban y le rellenaban el agujero, ahora un poco mas grande que en días anteriores.

Los cuerpos se fueron acomodando y saliendo del joven que fue sintiendo la catarata de jugos saliendo de su hoyo que poco a poco volvía a la normalidad, Melisa acariciaba la pija del chico y besaba los labios de este. Mientras el macho Gudy besaba las tetillas aún paradas del vecino.

__¡Vaya sorpresa me han dado!__ comentó el chico

__¿Te ha gustado?__ preguntó Gudy mientras besaba la boca del joven

__¡Sí si claro!!!

__¡Que encanto!__ exclamó la chica trans

__¡Eres hermosa, tan hermosa como Gudy!

__¡Bien, desde ahora tienes un macho y una hembra que te harán felices…Gudy es tu papi y yo seré tu mami!!__ los tres se rieron de buena gana y la noche recién empezaba. Pilín, el vecino de Gudy, esa noche y tantas otras aprendería muchas otra cositas.-