El vecinito del 3C

Quitarle el novio a la chica esa fue un placer.

Estaba sentada en el comedor de mi casa ojeando una revista que había encontrado tirada por ahí y a la vez desayunaba, era de estas mujeres que podían hacer mas de una cosa al mismo tiempo, o eso decían las personas que me conocían.

Era sábado, estaba libre, no tenía trabajo, ni cosas por hacer, hoy era el día para estar tranquila.

-Buenas días Marah.

-Sí que son buenos Pamela. Por cierto no me dejaste dormir anoche, parecías una gata en celo con ese Pablo, yo entiendo que él sea bueno en la cama pero no hagas tantos escándalos a tales horas mientras estamos durmiendo.

-Perdón Marita, pero tú sabes cómo son las cosas con el- me dijo con cara de pícara, Pamela era mi  hermana del medio, era una rapidita, este tipo la traía como loca, eran tantas las sesiones de sexo nocturno que hasta envidia daba-que hay de comer?

-Que carajos! Pablo está aquí?, mierda! Despacha a ese tipo. Además que voy a saber qué hay de comer, averigua tu! Por cierto cuidado si despierta a Cristal con tus gritaderas.

-Ya estoy despierta, no dormí nada con los berrinches de esta.

Cristal era la menor de todas, un poco más seria que Pamela, decía que prefería no traer a sus novios a la casa mientras nosotras estábamos en ella.

-Por cierto, saben quién se va a casar pronto- dijo Cristal. Al ver nuestra cara de "NO SABEMOS"-Jorge.

-Jorge?! El vecino?!- comento incrédula Pamela.

-Sí, ese mismo, el amorcito platónico de Marah.

-Oh! Jorge se va a casar, que interesante, Marah tu no vas hacer nada?- Pamela comenzó a molestar la paciencia con sus preguntas.

-Como que si no voy hacer nada? Pero tú te estás volviendo loca Pamela, esa es su vida, yo tengo la mía. Mira vete atender a Pablo.

Pamela se rió, preparo unas tostadas, dos vasos de jugo y se fue; Cristal dijo que tenía que ir a hacer unas diligencias y se metió a bañar, yo decidí instalarme en mi habitación con mi laptop y perderme en las redes sociales.

Ya de tarde me llaman unos amigos para dar una vuelta, me meto a la ducha, salgo y decido ponerme una lencería negra con rojo, me maquille un poco, y me esmeré cambiándome.

No había nadie en la casa para esos momentos, así que me fui.

Desgraciadamente el ascensor de mi edificio se daño, yo vivía en el 5to piso, no era malo bajarlos, lo difícil era subirlos.

Salí de mi apartamento, pegue seguro y candado, y baje muy tranquila.

Llego al 4to piso, y veo a Jorge intranquilo, nervioso, caminaba para todos los lugares, sin mucho apuro iba a dejar una zanja en el piso.

Llegue a su nivel.

-Jorge! Como estas? Me entere que te casas, felicidades- le pique el ojo, y le regale la sonrisa más sincera que podría existir.

-Muchas gracias Marah... Bueno...me encuentro bien.

-Ah bueno, pues que bueno- no quiera darle mucha vuelta al asunto, era mi vecino, un conocido, así que no le iba a preguntar que le pasaba, seguí mi camino -Jorge cuídate, nos vemos- seguí bajando las escaleras.

-Marah!

Me pare en seco, me sorprendió bastante que él me llamara -Si, que paso?-

-Tal vez tienes prisa, pero me gustaría preguntarte algo.

-No, no tengo prisa, adelante, pregunta- pensé que tenía que avisar que llegaría tarde.

-Como sabes cuando una persona es la indicada?

Joder, menuda pregunta la que me hacía, tenía una respuesta, pero no podía decirle que si tenía dudas esa persona no era la correcta, creo que eso era falta de tacto.

-Bueno, yo creo que tu corazón lo dice, que se yo, es como que si ves a esa persona sabes que lo es.

-Pero, si yo veo a esa persona y no siento eso, además que pienso que si me caso con ella perderé un mundo completo- Mierda, que pregunta me ha tirado este- Perdón que te pregunte estas cosas, tal vez te sientas incomoda.

-Bueno, como te explico, es un poco incómodo porque tengo mi forma de pensar- comencé a subir los escalones para llegar a su piso- pero yo creo que te sentirías seguro, y no tendrías la sensación de que perderás un mundo si te casas con ella.

-Marah- se acerco a mí, me tomo por los brazos y me miro profundamente a la cara- es que a mí no me gusta como ella hace el amor conmigo, es mas ni siquiera me gusta como hace la felación.

Ay! Buenisimo se puso el tema, eso pensaba en forma irónica.

-Marah tú podrías darme...- salieron una pareja de casados del segundo piso.

-Jorge, ven entremos a tu casa- lo vi tan nervioso, camine hacia su casa para que habláramos adentro con más tranquilidad.

-No puede ser en tu casa, porque en la mía hay gente, la verdad es que no quiero hablar de eso ahí adentro.

-Vale vamos!- Subimos los dos pisos que faltaban, el estaba detrás de mí, se sentía un poco nervioso, quite seguro y candados, abrí la puerta- Dale entra, estas como en casa- le hice ademán para que entrara, y paso.

-Gracias- se sentó en el sofá de la sala.

-Quieres algo de beber o comer, no tengo muchas cosas pero- fui a la cocina, que estaba cerca de la sala, abrí la nevera.

-Un poco de agua.

Le serví agua y se la lleve. Me senté al frente de él.

-A ver cuéntame con lujos de detalles, que pasa.

-Pues como te digo, yo estoy inseguro creo que ella no es la correcta, que es un error, y no sé.

-Ok, tranquilo, no sé qué decir. Te pido excusas, yo no sé mucho sobre consejos.

Lo mire detenidamente, tenía unos ojos grises, muy oscuros, una nariz respingona, y rasgos aniñados, era bonito; eso me recordó a 4 años atrás, el porque me enamore de él.

Se veía tan asustado, parecía un bebe que no sabía qué hacer y necesitaba de alguien que lo ayudara, me acerque, lo mire y sostuve su mirada por un rato, sin pensarlo dos beses lo abrace.

Se dejo abrazar, el estaba sentado y yo agachada a su nivel, entre mis pechos escuche una disculpas. Me quede sorprendida, me iba alejar de él, pero una fuerza extrema me mantenía apretada a su cuerpo.

Sentí sus labios pegados a mi cuello, ahí entendí el porqué de las disculpas, me estaba besando, y me encantaba; se incorporo, era más alto que yo. Miro mis ojos, su mirada era profunda, pero gritaba auxilio, sabía lo que iba a pasar, y sucedió.

Me beso, se comió mi boca como si fuera de vida o muerte. Mordió mis labios, entro su lengua y jugo la mía, yo comenzaba arder debajo de él.

Me tiro al sofá, sus ojos comenzaron a pedir disculpas, pero él deseaba tenerme, mi teléfono celular sonó, era Carlos, le explique que se me presento algo, que iría más tarde, entendió.

-Perdón, creo que no debería hacer esto.

Me reí -No te preocupes, todo lo que pasa aquí queda aquí.

Ya el sentimiento que transmitían sus ojos no era de culpa ni disculpa, era más lujurioso, carnal. Me beso sin compasión, soltó los botones de mi blusa y me la saco. Estaba en un sostén rojo escarlata.

-Wao! Me encantan tus senos, son grandes, redondos- los apretó- y suaves- soltó el gancho, quito el sujetador y los dejo al aire. Se metió un pezón a la boca, lo mordió con una extrema delicadeza, paso la punta de la lengua y mi pezón se puso duro -mmm son ricos, no caben en mis manos de tan grandes, y tienen la aureola oscura, eso me excita a mil.

Estaba mojando, esos lengüetazos a mis senos me encantaron, y tenía los pezones más duros que una piedra.

-Quiero que me pajees con ellos.

Le sonreí muy sensual, me senté, y con mi mano lo empuje para que se apoyara al brazo del mueble.

Lo bese, mientras lo hacía, sacaba su t-shirt del pantalón, y lo sacaba de su cuerpo de un solo tirón. Me encantaba lo que veía, un pecho bien formado, con un abdomen fuerte y a mi vista: carnoso y jugoso.

Bese su cuello, pase mi lengua por el, lo mordí un poco, lo suficiente para que se estremeciera y deseara mas.

Baje recorriendo con mi lengua hacia sus tetillas, la primera me la metí en la boca, no era nada para mí, pero el solo ver la cara de excitación que tenia me provocaba un morbo extremo.

Mientras que con la yema de mis dedos jugaba con su otra tetilla. Quite mi boca de esa zona tan erógena y me fui a la otra. Use mis manos para desabrochar la hebilla de la correa y bajar la bragueta.

Con las yemas de mis dedos recorrí su pecho, comencé a bajar con mi lengua recorriendo todo su torso, hasta llegar a su pelvis.

-Espera- se quito el pantalón y los calzones, se ve que era desesperado, sonreí y proseguí.

Tenia el pene como una piedra, era ancho, una longitud excelente, lo cual hacia más fácil la entrada a mi boca.

Saque mi lengua y con la punta recorrí la verga de abajo arriba, me paraba en el frenillo y ponía un poco mas de fuerza en esa parte, lo escupí un poco, y me lo metí en la boca, quería lubricarlo. Lo chupaba un poco, apretando, pero a la vez al paso para que no tuviera un orgasmo espacial.

-wao! Que rico mamas, sigue no pares.

Sus expresiones me sorprendían, no niego que me encantaban, lo escupí una vez más, y lo metí entre mis tetas.

Lo masturbe con ellas un poco, las apretaba a su alrededor, el solo jadeaba, le encantaba.

Mientras lo hacía, lamia su glande, eso lo ponía a mil, y a mí me encantaba, me mojaba.

Después de un rato, se vino, esparció toda su leche en mi cara y mi pecho. Yo limpie con la lengua lo que pude, y lo miraba a los ojos mientras me lo tragaba.

Estaba agotado, yo pensaba que habíamos terminado, pero lo tenía erecto todavía. Todo paso rápido, se incorporo, me ayudo a pararme, me desabotono los cazadores, los bajo, me quito las bragas.

-Súbete al sofá y dame la espalda- lo hice- abre las piernas, separa las rodillas- lo decía de una manera tan demandante que tenía un poco de miedo, me sentía dominada, metió dos dedos en mi vagina, los saco, estaban mojados y los paso por mi culito - sube el culito, princesa.

Me estimulo los senos, y mientras yo jadeaba por lo rico que usaba sus dedos en mis senos, comencé a destilar jugos de mi vagina, bajo su mano derecha hacia mi clítoris, y lo estimulo rico, mientras gemía, metió su verga en mi vagina, de una manera rápida, tenía un poco de brusquedad.

-excúsame, sé que he sido muy bruto al meterla de esa manera, pero no me aguanto- me dijo al oído.

Subí mas el culo, estaba a gatas, se movía espectacular, y yo no dejaba de mover mi cintura, estímulo mis senos, y fue como un abrir y cerrar de ojos, tuve un orgasmo de película, el saco su miembro, y se vino en mi espalda.

-Eres espectacular Marah.

-Jajajaja, ay Jorge, no me halagues.

-Bésame- el solo busco mi boca y me la comió- donde esta algo para limpiarte la espalda.

-jajaajajaja, el baño, sabes dónde queda- lo espere, me limpio con delicadeza, se tiro en el sofá, donde antes le había dado la felación, y me halo con él, me abrazo, nos dormimos un rato.

Nos despertó el sonido de mi móvil, pasaron 2 horas, suerte nadie había llegado.

-Gracias y perdón, no era mi intención hacer esto, aunque aclare muchas cosas, por cierto siempre me has gustado, y más ahora.

-No tienes que dar gracias ni pedir perdón, a mí también me has gustado, y no me importa, pero creo que tendrás problemas con tu novia, tranquilo no espero que estés conmigo -le di un beso, y lo invite a bañarnos.

Lo hicimos en la bañera, cuando terminamos, se cambio y se fue, estaba mucho más tranquilo que antes.

Al poco rato llego Cristal, y dos horas luego Pamela.

La boda se canceló, se separaron, y el y yo formamos una historia que trajo muchas cosas interesantes para los dos.