El umbral (2) Madre e hija de vacaciones
Sigue la aventura de estas dos hermosas mujeres. Esta vez es el turno de la madre de disfrutar
Durante ese día hablamos muy poco, evidentemente habíamos quedado muy shockeadas por la masturbación compartida. Fuimos juntas hacia la pileta del hotel y no nos cruzamos con Cristian en todo el día hasta que llegó la noche y volvimos al bar donde lo encontramos la noche anterior.
Ni bien llegó Cristian le dije a Antonella que si quería me iba y ella se negó. Así que se acercó Cristian y nos quedamos los tres hablando durante un largo rato mientras bebíamos. Antonella tomaba Daiquiri, yo un gin tonic y Cristian un whisky importado. Seguimos hablando mucho y Cristian después de unos movimientos quedó ubicado en el medio de nosotras dos. Nos preguntó muchas cosas, algunas bastante íntimas, pero sin desubicarse en ningún momento. A Antonella le dieron ganas de ir al baño y nos dejó solos a mí y a Cristian, él aprovechó para decirme cosas en el oído:
- Es increíble, lo linda que sos
- Mmmm gracias, le decía yo
- Y el cuerpazo que tenes, cuando me dijo esto me acarició el costado de la espalda y me tomó de la cintura
- Bueno, gracias, pero me parece que en estas vacaciones ya tenes dueña y encima es mi hija, le solté como tratando de cortarlo
- Ninguna persona es propiedad de nadie, y menos acá en el caribe mexicano, no te parece, me dijo Cristian al oído
- Mmmm, no sé, no me parece apropiado lo que estás haciendo, Cristian, le dije intentando frenarlo
- Es que es muy difícil tenerte tan cerca y no tentarse con darte un beso, dijo Cristian tomándome de la cintura y besándome detrás de la oreja
- Mmmm, no me hagas eso, por favor, le dije suavemente al oído mientras le acariciaba el pecho
- Decime que no tenes ganas…, Cristian sabía cómo atacar
- Claro que tengo ganas, dije sin achicarme. Pero… él sabía que detrás de eso venía un pero.
- Pero, ¿qué? Me dijo sonriente y acercándose.
- Vos estás con mi hija, le dije intentando cortarlo
- Ahora no, ahora solo estamos vos y yo y tengo muchas ganas de besar esa boca hermosa que tenes, esto me lo dijo al oído y con un tono que hacía que me mojara toda de solo escucharlo.
- No creo que corresponda, decía yo con un tono que sabía que era muy poco convincente
- Solo uno…, esto me lo dijo con la boca a dos centímetros de mis labios
- Solo uno, dije yo
Nuestros labios se juntaron y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, instintivamente ablandé mis labios y se apoyaron contra los de él. Ambos abrimos la boca y nuestras lenguas salieron al encuentro, él abría la boca y yo también. Nos besábamos como dos estudiantes en celo, diría Sabina. No sé cuánto tiempo pasó, pero me despegué y le dije:
- Voy a ver a Antonella por dónde anda, y salí disparada hacia los baños
- Esperá…dijo él, pero dejó que me vaya.
Mi cabeza daba vueltas, no sabía qué hacer. Estaba llegando a los baños cuando siento que una mano me toma del brazo y me tira diciéndome:
- Mami, te voy a dejar con Cristian, me voy por ahí, era Antonella que me había visto
- Pero, ¿por qué? Le dije sin entender lo que pasaba
- Porque es tu momento de disfrutar, me dijo Anto un poco colorada y con una sonrisa en sus labios
- Es que…no sabía que decir
- No me tenes que decir nada, mami, Anto sonaba comprensiva
- Pero yo…, tu papá…, no sé…, se me amontonaban los pensamientos mientras mi hija me miraba comprensiva
- Mami, es lo menos que puedo hacer para agradecerte por traerme acá, andá, me soltó como si fuera mi madre
- Es que… no sé, ¿vos estás segura? Le decía yo, que parecía la adolescente y ella la adulta ahora
- Mami, disfrutá, bajátelo, y dejá de sentir culpa, yo no le voy a decir nada a nadie: lo que pase en Playa el Carmen queda en Playa del Carmen.
- Bueno, bueno…gracias, dije abrazándola
- Mañana a la mañana me contás vos a mí, me dijo al oído
- Mmmmm, gracias, gracias, casi se me cae una lágrima de la emoción
Me di vuelta y me fui rumbo a la barra donde estaba Cristian, en el camino pensaba en que no podía estar más agradecida a la vida: tenía una hija que era un sol y me cedía su macho para que me lo cogiera. No le iba a contar nada a su padre, mi marido por más de 20 años.
Llegué a la barra y Cristian me recibió con una sonrisa
- Ya estás de vuelta, que alegría, me dijo ni bien llegué
- Si, ya estoy de vuelta, le dije y lo saludé con un beso corto en la boca
- Oh, me dijo sorprendido
- Antonella me dijo que está cansada y se va a dormir, le mentí
- Un poco me da lástima por ella, pero me gusta disfrutar de tu compañía y tener la posibilidad de poder volver a besarte
- Claro que vas a tener la posibilidad de besarme, le dije yo, ya sin ningún tipo de pudor
- Qué bueno saberlo, me dijo tomándome de la mano, pasándola por detrás de mi cintura y besándome
- Mmmmm, esta vez sabía que el beso podía durar más tiempo y me relajé para disfrutarlo
A las 10 de la mañana del día siguiente, estaba entrando en mi habitación. Antonella se sentó en la cama y mirándome me dijo:
- ¿Como te fue, mami?
- Más o menos…jajajaja, le dije haciendo cara de sarcasmo
- Por la cara que traes se nota que la pasaste muy bien, me dijo Anto
- Si si, creo que tan bien como vos, jajaja, le dije
- Bueno, veo que la pasaste muy bien, te creo, jajaja, me decía y reíamos como dos amigas
- Si, re bien, le dije poniendo una cara de lujuria tremenda
- ¿Me vas a contar todo? Ahora era ella la que tenía cara de excitada
- No puedo ser menos, te lo mereces creo, le dije mirándola a los ojos
- Dale, contame todo, me decía
- ¿Todo, todo?, con lujo de detalles? La pinchaba yo
- TODO, con todos los detalles y usando el lenguaje más explícito que puedas, me dijo mi hija ya totalmente desencajada a esta altura
- Mmmm, ya me estoy empezando a calentar de solo recordarlo, le confesé
Bueno, volví a la barra donde estaba Cristian esperándome y me acerqué y lo saludé con un pico, le dije que vos estabas cansada.
- ¿Porque le mentiste?, me dijo ella
- No sé, no me animé a decirle en ese momento que vos nos habías visto y me dabas tu aprobación para que esté con él, le confesé
- Uy que vergonzosa que resultaste, me dijo con cara de pícara
- No te creas, esperá a que te cuente, le dije para intentar volver al relato de lo ocurrido con Cristian
- Dale, contame
Después de eso nos volvimos a besar y esta vez sin ningún miedo de que nadie nos viera, me abrazó y en ese abrazo ya pude sentir que su pija empezaba a ponerse dura.
- Mmmmm, mami ya me estoy calentando, me dijo
- Y yo, le dije
- Saquémonos la ropa, dale, me convocó mi hija
- Está bien, le dije al tiempo que me despojaba de toda mi ropa
- Así estamos más cómodas, dijo Anto que ya estaba completamente desnuda
- SI, si, dije yo mientras me acostaba totalmente desnuda en la cama, al lado de mi hija
- Contame, mami, dale…Antonella sonaba ansiosa
- Bueno, sigo yo…
Estaba en que me besó, me apoyo y sentí su pija dura. Yo presionaba mi cuerpo contra su pija para sentirla al mismo tiempo que le metía aún más la lengua en la boca. El correspondía y me apretaba cada vez más fuerte contra su cuerpo. En un momento, me mira, me agarra de la mano y me dice: vamos. Nos fuimos a su habitación. En esto que te voy a contar voy a ser muy detallista, así que preparate para escuchar a tu mamá como nunca la escuchaste
- Mmmmm, si mami, contame todo, decía Anto que ya se estaba frotando los pezones y mirándome
- Mmmm, si tocate, yo también me voy a masturbar, la alentaba yo
Bueno, entramos a su habitación y nos besamos mucho, con mucha lengua. Tenías razón, Cristian besa muy bien. Seguimos besándonos el me agarraba del culo y yo a él también. Seguíamos besándonos y acariciándonos. Lo empecé a desnudar y él a mí. En este caso la iniciativa la tomaba yo. Seguíamos al costado de la cama los dos desnudos. Lo hice acostar en la cama y me puse cómoda para chuparle la pija. Le empecé besando la rodilla el muslo y la parte interior mientras iba subiendo lentamente. En todo este proceso no dejé de mirarlo nunca a los ojos. Le sonreía y le ponía una cara de puta tremenda.
- Ay no sé cómo te estoy contando todo esto. Le dije con un poco de vergüenza.
- Mmmmm, mami, seguí, me encanta lo que me contas. Me decía Antonella, ahora con dos dedos dentro de su concha
Sigo, me acerqué hacia la zona y le empecé a chupar los huevos y a pasarle la lengua por todo el tronco. Él estaba en la gloria y con su cara me lo hacía saber.
- Mmmm, me encanta chupar la pija, le confesé a mi hija
- Aghhhh, mami, creo que voy a acabar…
- Mmmm si mi amor, le dije acariciando el brazo con el cual se estaba masturbando, dale acabá
- Aghhhh, me encanta lo que me contás, me decía mientras me miraba los pezones
- Mmmm, si mi amor, mientras le chupaba le pasaba mis pezones por las piernas así. En ese momento me incorporé levemente y le pasé mi pezón por el costado del brazo con el cual mi hija se estaba masturbando
- Agggg, aaahhhhhhh, mami acabo, acabo, me encanta, me decía Anto
Me volví a incorporar y le pasé la mano lentamente por su pecho derecho y le apreté el pezón suavemente. Seguí con la narración
Bueno, seguí chupándole la pija, primero le pasaba la lengua por el glande, después me la metía en la boca y con la mano le acariciaba los huevos, la volvía a sacar y me la pasaba por el costado de la cara mientras volvía a chuparle los huevos. Mmmm. Me encanta chupar pijas. Esto lo dije en plural para que sepa que no era la de su padre la única que me gustaba. Después empecé a chupársela de manera más rítmica para hacerlo acabar. Él me miraba con un tono de preocupación y decía pará. Yo sabía que estaba por acabar y se lo hice saber: quiero que me acabes en la boca, le dije al tiempo que lo pajeaba con una mano y le acariciaba los huevos con la otra.
- Mmmmm, me vuelvo loca recordándolo, decía yo mientras comenzaba a masturbarme
- Mmmm, si mami, tocate que me encanta verte
- Mmmm, ¿sí? ¿Te gusta? Ahora la miraba a mi hija mientras me tocaba
- Yo sigo muy caliente, me decía Antonella
- Mmmmm, creo que voy a acabar pensando en esa pija…decía yo totalmente entregada al momento que estábamos viviendo con mi hija
- Mmmmm, si mami, dale, acabá! Me dijo Antonella e hizo algo que me sorprendió. Se metió los dos dedos en la concha, los sacó empapados y me los pasó por mi pezón que estaba totalmente erecto
- Aghhhh, si, Aghhhhh. Si si Acaboooooooo, susurré entre jadeos
- sIIIII, mami, acabá para mí, dale…me decía Antonella
- mmmmm, aghhhhhh. Yo le agarré la mano que me estaba acariciando los pezones y me la llevé a la boca sintiendo su sabor al tiempo que acababa como nunca la había hecho
Quedamos las dos rendidas, pero seguíamos calientes. Antonella no quería parar, quería que siguiera contándole
- Seguí contándome, mami
Lo miré con una sonrisa pese a que tenía su pija en la boca, pero alcanzó para que entendiera que se podía dejar ir. Le chupé la pija con mucha fuerza, le acaricié los huevos hasta que empezó a acabar. Estuve a punto de sacarla de mi boca cuando recibí el primer chorro que impactó en mi paladar. Fue tremendo. Sentí el sabor y no dejé de chupar. Te juro que nunca había tragado, Anto. A tu papá lo dejo que me acabe en la boca, pero después escupo. O por lo menos lo hacía hasta hoy. Siguió acabando y algunos chorros se empezaban a escapar de mi boca, Otros los tragué y me encantó en ese momento. Te juro. No quería levantarme e ir a escupir al baño así que hice algo que me pareció muy excitante…
- ¿Que hiciste, mami? Contame!, decía Anto otra vez masturbándose y mirándome
- Agarré con mis dedos el semen que chorreaba de mi boca y empecé a pasarlo por mis pezones. Dije con una naturalidad que me asombró
- Mmmmm, mami, que chanchita que sos! ¡Me encanta! Sonreía excitada
- ¡Viste! Soy muy chancha cuando me suelto, cuando cruzo ese umbral
- ¡Si! ¡Yo también, mami!
Bueno, la cosa es que me giró y me empezó a chupar la concha como loco, yo acabé al instante. Pero seguía chupándome y yo cada vez más mojada estaba. Se ve que durante ese tiempo en que me estuvo chupando se le volvió a parar la pija, porque se incorporó y me empezó a coger con mis piernas arriba contra su pecho y mis pies en sus hombros. Nos mirábamos a los ojos todo el tiempo. Yo estaba por acabar de vuelta y él como ya había acabado, parecía que estaba dispuesto a durar mucho. Seguía penetrándome con mucho ímpetu y me encantaba. En un momento hizo algo que me descolocó.
- ¿Que hizo? Preguntó Anto intrigada
- Me besó el pie. Respondí y seguí el relato
Me besó primero y después me chupó el dedo gordo del pie. Fue raro, pero en ese momento eso también me excitó. Lo miré mientras me acariciaba las tetas con su semen. Mi miró y me dijo: ¡me encanta cogerte! Y a mí que me cojas, le dije. Siguió bombeándome y me dijo: voy a acabar, ¿dónde? En mis tetas, le dije. La sacó y me incorporé para facilitarle que me acabe en las tetas. Fue menos cantidad, pero te juro que sentir ese semen caliente en mis tetas me hacían acabar sola. Yo juntaba mis pechos alrededor de su pija. El acabó y empezó a pasar la punta de la pija por mis pezones volviéndome loca.
- Mmmmmm, estoy punto de acabar con solo recordarlo Anto, le dije
- Aghhhh yo también mami, me encanta, decía Anto que no paraba de masturbarse
- Me seguía pasando la punta de la pija por los pezones y yo estaba como loca, le confesé al borde del orgasmo
- Aggggg estoy acabando mami, me dijo Anto
- Yo estoy casi, le digo
- Aghhhh Ahhhh, decía Anto y se agarró a uno de mis pechos mientras acababa
- Mmmmm, mmmmm y después me chupó las tetas con su semen y …. Estaba al borde del orgasmo cuando…
- ¿Así? Dijo Anto y se metió mi pezón en su boca chupándolo intensamente
- Aghhhhhhhh aghhhhh ahhhhhhhhh acabé como loca
- Aghhh? ¿Estas acabando mami? Preguntó Anto
- Mmmmm, siiiiiiiiiiiiii, siiiiiiiiiii, mientras me masturbaba con una mano y con la otra acariciaba la cabeza de mi hija que me estaba chupando las tetas
Nos tiramos rendidas en la cama. Yo me levanté y fui a ducharme. Cuando salí, Anto ya estaba con el bikini puesta como para irse a la playa. Le dije que vaya que yo iba a descansar un rato. Creo que las dos necesitábamos separarnos por un rato para aclarar un poco la cabeza
(continuará…)
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