El ultimo suspiro de la razón II

Raúl: Pasen chicas y siéntense, estábamos viendo la tele y Amanda “cocino”—en tono de burla—unos deliciosos sándwich por si gustan.

Amanda: Claro amigo, ya sabes, cuando invites a alguien a cenar dime para lucirme en la cocina, que me sale muy bien—caminando a la sala y apagando la tele.

Mientras Raúl iba a la cocina por un vino y copas para celebrar la unión próxima y el que por fin su novia (y amor de su vida) y su amiga hayan podido conocerse. En la sala…

Lucia: ¿Así que tú eres la famosa mejor amiga de Raúl?

Adriana: Ay Lucia, ¿comenzaras a cuestionar como policía tan pronto?

Carolina: Si hermanita no hagas eso.

Amanda: No se preocupen, no tengo nada que esconder así que puedo contestar lo que sea. Si yo soy amiga de Raúl desde que entramos a la universidad, casi desde la primera semana.

Lucia: Aaaaaaaa y todo este tiempo nunca paso nada entre ustedes.

Amanda: Pues no, siendo sincera con ustedes me gustan hombres y mujeres, algo que nunca he dudado, pero me enamore perdidamente de una mujer y ahora los hombres no los volteo a ver tanto—la cara de sorpresa de Adriana era indescriptible, mientras las demás intentaron no hacer gestos de sorpresa.

Raúl: Bueno aquí les traigo—volteando a ver la cara de su novia y las chicas—Mmmmm ¿Qué paso?

Amanda: Nada, parece que les sorprendió lo que les dije jajajajajajaja

Raúl: Pues que les dijiste cariño.

Amanda: Que soy bisexual y que me enamore perdidamente de una mujer y se quedaron como en shock jajajajajaja

Carolina: No disculpa Amanda, solo que no había visto nadie que dijera las cosas así como así, quitada de la pena, no se… disculpa.

Amanda: No te preocupes estoy acostumbrada, además como les dije no escondo nada y menos si tú vas a ser como mi hermana… porque eso es Raúl para mí, como el hermano que siempre quise.

Raúl: Bueno, bueno chicas, mejor vamos a celebrar nuestro compromiso—tomando a Carolina por la cintura y dándole un beso en la mejilla—Amanda servía el vino.

Todos comenzaron a tomar sus copas y Amanda decidió hablar nuevamente.

Amanda: La verdad nunca creí que llegaría el día en que Raúl encontrara a la mujer perfecta para él, porque a las parejas que ha tenido, que no fueron muchas, siempre les encontraba un pero, pero cuando me dijo me “me voy a casar” lo vi tan ilusionado y con una mirada distinta… así que les deseo lo mejor y por supuesto que mantengan vivo ese amor siempre.

Todos: Salud!!

Comenzaron a divagar en pláticas, en anécdotas pasadas pero Lucia seguía viendo a Amanda, cualquier movimiento, cualquier gesto que ella hacia… Amanda lo sabía, pero no le incomodaba en lo más mínimo.

¬Lucia. ¿Qué me pasa con esta mujer? No puedo dejar de verla, hay algo en ella que me llama tanto la atención y no sé qué es. Tal vez esos hermosos ojos que tiene, la verdad parece una persona muy imponente pero su mirada es un poco triste… ¿Seguirá con esa mujer que menciono? ¿Que habrá pasado?¬

Carolina: Hermanita vámonos—sacando de sus pensamientos a Lucia.

Lucia: Aah si ya vámonos, es hora.

Adriana: ¿Y tú Amanda por dónde vives?

Amanda. Como a 15 o 20 minutos hacia el Sur.

Adriana: Yo vivo para haya, crees que puedas llevarme para no molestar a Carolina, ya que ella no vive tan lejos de aquí y no me gustaría que tenga que hacer un viaje más largo por tener que regresarse.

Amanda: Si claro a mí no me molesta solo me dices por dónde vives y te dejo ahí. ¿Entonces nos vamos ya?—lo decía con una sonrisa, ya que se dio cuenta que a Lucia le había causado incomodidad, sin embargo no sabía porque le alegraba, esa niña, porque era una niña, seguramente no pasaba de los 25 años… pero algo estaba despertando en ella.

Subiendo las dos al carro de Amanda, mientras las otras dos se iban en el carro de Carolina, quien al parecer tenía a su hermana de huésped un tiempo.

Adriana: Amanda, ¿te puedo hacer una pregunta?

Amanda. Si claro, dime.

Adriana: Mmmmm no sé cómo, Mmmmm ¿cómo fue que te enamoraste de una mujer?

Amanda: Veras Adriana—decía un poco sacada de onda por la pregunta, ya que no le daba indicio de adonde quería llegar Adriana con eso—siempre e creído que uno se enamora no del cuerpo de la persona, sino del alma, y cuando llega el amor no distingues entre si es mujer u hombre, sino en todo aquello que sientes, que te alegra, que hace estar bien con él o ella… el amor debe ser puro, sin interés mayor que sentir y vivir el amor, sin limitarlo buscándole definiciones que a la larga te llevan a conflictos… el amor no tiene género, solo se siente y se vive—volteando ver a Adriana y dedicándole una sonrisa—¿puedo saber a qué se debe tu pregunta?

Adriana: Pues—decía bajando un poco la mirada y apareciendo un ligero rubor en sus mejillas—la verdad creo que me he pasado mi vida buscando el amor y no me ha llegado.

Amanda: Tal vez estas tan concentrada en buscar que no te das cuenta cuando realmente lo tienes—viniendo a su mente aquel momento que le pareció mágico: estaba en la casa de su ex novia, específicamente en su cuarto, veía por la ventana mientras ella había ido a buscar vasos con agua, al llegar dejo los vasos en la mesa y tal vez queriendo o sin querer la abrazo por atrás, posando su cabeza en su hombro y sus manos alrededor de su cintura, Amanda, sintió por primera vez algo diferente para con Alejandra quien aún la tenía abrazada.

Adriana: Amanda, Amanda, aquí das vuelta a la izquierda por favor y a media cuadra esta mi casa… En que te quedaste pensando eh?

Amanda: En nada—lo decía insegura—bueno, solo cosas del pasado. Llegamos Adriana, espero verte pronto y que encuentres el amor…

Adriana: ¿Qué te parece—decía mientras abría la puerta—si nos vemos para comer o algo y así platicamos?

Amanda: Bueno, pero Mmmmm la verdad no tengo mucho tiempo libre—sabía que mentía, realmente le gustaba pasar el fin de semana en su lugar sagrado (no era su cuarto).

Adriana: No te creo… que te parece si nos vemos mañana, desayunamos, platicamos y es el único día que te molesto, si te gusta pasar el día conmigo nos vemos más seguido para compartir nuestras historias.

Amanda: Me parece bien—esbozando una sonrisa al darse cuenta que Adriana sería una buena amiga para ella. No cabe duda que Adriana es una mujer hermosa, con buen cuerpo, ojos verdes y pelo lacio negro y corto, pero a Amanda solo le inspiraba ternura y cariño fraterno.

Adriana: ¿Entonces es un trato?

Amanda. Trato!! Paso por ti a las 10 de la mañana.

Adriana: Perfecto—cerrando el carro de Amanda, dándose la vuelta y esbozando una sonrisa, había conseguido salir con Amanda, pero no sabía que es lo que quería lograr, solo sabía que necesitaba hablar con alguien y a pesar de que Carolina era su mejor amiga, había cosas que no podía comentar con ella y Amanda parecía la persona correcta.

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Mientras en el coche de Carolina…

Carolina: Entonces hermanita, ¿Qué te pareció Amanda?

Lucia: ¿Cómo que que me pareció?—un poco molesta y sacada de onda.

Carolina: Tranquila, ¿no me digas que ya te estas peleando con Alberto? Mira que ya te he dicho que Alberto no es bueno para ti.

Lucia: Es mi novio y ya sé que no es perfecto pero lo amo—cuando dijo lo amo vino a su mente el rostro de Amanda mirándola fijamente con una media sonrisa--¿Dime quien es perfecto en este mundo?

Carolina: Nadie nena, pero te la vives peleando con él, te presiona para que tengas relaciones con él y sabes que eso no se debe hacer.

Lucia: Llevamos un año de novios y…--la interrumpe Carolina.

Carolina: Pero nada Lucy, entiende, no tiene por qué presionarte, si te ama entenderá que es tu primera vez, por dios tiene 21, no te digo que seas virgen toda tu vida o hasta que te cases, pero mínimo que sea con la persona correcta y si no lo quieres hacer con él es porque sabes que no es el correcto, ¿porque sigues entonces con él?

Lucia: Ya te dije, lo amo, solo que no estoy lista.

Carolina. Nena, solo piénsalo, eres mi hermana sabes que estoy aquí para ti—deteniendo el auto enfrente de su casa—solo has lo que creas correcto para ti.

Lucia: Claro que si Caro—bajando del carro y corriendo a su cuarto. Ella amaba a Alberto y no se daba cuenta que él la presionaba para tener sexo con ella,  ya que las circunstancias la llevaron a contarle que era virgen.

¬ Estaban en un campamento que organizaron de fin de semestre de la facultad, era un bosque muy bonito, tenían la posibilidad de quedarse en cabañas pero prefirieron casas de campaña, ella pensaba quedarse con su amiga Belén, pero Alberto decidió acompañarla, se negó en un principio pero Alberto la convenció diciéndole que solo quería dormir abrazado a ella… Dentro de la casa de campaña a punto de dormir, Alberto comenzó a besar su cuello y bajar su mano más allá de la su cintura, para después recorrer con sus dedos el vientre plano de Lucia, quien comenzó a respirar un poco más rápido, pero no por la excitación que eso le causaba, sino por la ansiedad que tenía, ya que no sabía si decirle o no que era virgen. La indecisión cedió cuando Alberto comenzó a meter su mano debajo de su ropa interior, Lucia tomo la mano de Alberto.

Lucia: Alberto, no, no quiero.

Alberto: Como que no Lucia, todos lo hacen—un poco molesto.

Lucia: Si, lo sé, pero solo tenemos dos meses de novios y—con un rubor en sus mejillas que por la oscuridad apenas se alcazaba a notar.

Alberto: ¿Y qué?—volviendo a besarla.

Lucia: Es que soy virgen y no quiero que mi primera vez sea así.

Alberto—con una sonrisa maliciosa y a la vez de lujuria—Amor me lo hubieras dicho antes.

Lucia: Me daba pena.

Alberto: No tienes porque amor, ¿sabes? Te amo y quiero que me tengas confianza.

Desde ese día Alberto, se la vive intentando encontrar la manera y el momento de acostarse con Lucia y ella lo sabía, pero no quería aceptar que era porque solo quería sexo con ella y ya. ¬ Se quedó dormida recordando esto.

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A la mañana siguiente, Amanda se para temprano para seguir su rutina de diario. La diferencia era que saldría ahora con Adriana, así que tenía que apresurase, ya que en fines de semana su ejercicio lo prolongaba más tiempo, sin embargo termino a tiempo y fue paso por Adriana al lugar que la había dejado la noche anterior. Baja del auto y toca la puerta de la casa.

Adriana: Eres muy puntual Amanda…

Amanda: La puntualidad es una virtud, además de que me gusta ser puntual.

Adriana: Bueno vámonos, a ¿Dónde iremos a desayunar?

Amanda: La verdad no sé… en el camino veremos—iba manejando y recordó su restaurant favorito un buffet de comida italiana que en las mañanas servía un desayuno muy rico así que decidió llevarla ahí sin preguntar.

Adriana: Creo que ya sabes a donde iremos… Amanda ya que aceptaste el trato, ¿Tengo plena libertad de preguntarte lo que quiera?

Amanda: Claro que sí, pero por pregunta que tú me hagas, pregunta que yo te hare.

Adriana: Pero mí no hay problema, entonces Amanda, ¿De qué mujer te enamoraste perdidamente?

Amanda: De una compañera de preparatoria, se llama Alejandra—recordando la primera vez que la vio entrar al salón.

Adriana: ¿Aun la amas verdad?—viéndola a los ojos.

Amanda: Para ser sincera, si, la amo aun, pero sé que eso no volverá a pasar—estacionando el coche para pasar al restaurant. Se sentaron en una mesa en el fondo, cada quien eligió su desayuno—Adriana, ¿de quien haz creído estar enamorada? Y digo creído porque dijiste que buscabas el amor en el lugar equivocado.

Adriana: La verdad, no sé si he sentido amor, pero he sentido algo muy fuerte por alguien que, creo que si se entera deja de hablarme.

Amanda: Carolina supongo.

Adriana: Es que, es raro sabes, yo sé que ella no me pelaría, pero creo que es la única persona por la que he sentido amor.

Amanda: ¿Crees? Tal vez no es un amor fraterno como de hermanas o éstas confundida.

Adriana: No lo sé, pero tengo que resolverlo porque si no me volver un poco loca jajajajaja, bueno dime ¿Por qué dices que es algo que no pasara de nuevo? ¿Qué paso?

Amanda: Bueno Adriana, dije que no escondería nada, me duele hablar de ello, pero….

Sorry que lo corte ahi.... Espero lo lean y les agrade.... Pronto subire la continuacion.