EL TUTOR DE DISCIPLINA EL Sr.LÓPEZ Capitulo 8
Un nuevo cliente del Sr. Lopez. Acuden a vistar las instalaciones, con la sorpresa de que la esposa del cliente, ha cometido una falta leve, pero las agrava el dia de visita a cotas que requieren un severo correcivo.
EL TUTOR DE DISCIPLINA EL SR. LOPEZ CAPITULO 8
La Señora Jezabel Parker.
Había transcurrido un mes desde la entrevista con su nuevo cliente, “Institución de Señoritas” siendo la directora del centro la Sra. Parker. La cual le había cedido una vivienda de tres plantas, que había sido la casa de invitados en su día a primeros de siglo. Teniendo que habilitar el edificio facilitado por el cliente, había que hacer unos arreglos al edificio para que cumpliera los requisitos necesarios. Las reformas habían finalizado siendo el momento de visitar la instalación. El Tutor Sr. López había invitado a sus nuevos clientes a visitar las obras acabadas. El matrimonio Parker, llegaba en su coche conducido por su chofer, saliendo del interior del edificio el conserje, el Sr. Luis a recibirles según las instrucciones, debía salir para abrirles la puerta del vehículo, bajando en primer lugar la esposa, en la entrada aguardaban el Tutor ataviado con un traje gris oscuro, el cual avanzo hacia el vehículo a saludar a la esposa, teniendo a su lado a Evelyn vestida muy atractiva con un conjunto jovial, con una blusa de colores del arcoíris, chaquetilla beige a juego con su corta falda tableada beige, la cual se estiraba del dobladillo de la falda tratando de bajársela para no mostrar sus braguitas. La esposa se quedó a unos metros detrás saludando a Evelyn, poco después la secretaria avanzaba caminando despacio a saludar al marido que se sostenía con la ayuda de un bastón, teniendo que inclinarse para estrecharle la mano, la señora desde detrás no perdió detalle al ver a la muchacha saludar a su marido, viendo como mostraba el fondillo de sus braguitas al inclinarse, así como el inicio de sus muslos que tenía muy colorados, la muchacha al girarse la vio como la miraba e instintivamente avergonzada se llevó sus manos al trasero estirando hacia abajo su corta falda, aprovechando para pasarse las manos por su trasero alisando su falda acariciándose disimuladamente, mientras sus mejillas se ruborizaban ante la pícara sonrisa de la señora. Después de los saludos se encaminaron hacia la entrada una vez el Sr. Luis con la ayuda del chofer sacaron del maletero el andador del Sr. Parker el cual les entrego su bastón.
Ya en el interior supervisaban las reformas realizadas para habilitar el edificio, comenzando con el vestíbulo de la entrada, puesto de trabajo del conserje con su mesa a la izquierda de la entrada, con un amplio vestíbulo decorado con plantas naturales bajo la escalera imperial amplia de mármol blanco de Carrara que ascendía a la primera planta, teniendo un rellano con una estatua de un torso femenino realzando sus formas, con una cristalera detrás que daba luz al vestíbulo, a izquierda y derecha se bifurcaban las escaleras uniéndose de forma circular en la primera planta, a la derecha al pie de las escaleras se había instalado el ascensor flotante de cristal, para no desestabilizar la belleza del vestíbulo. Evelyn se adelantó para pulsar el botón para que se abrieran las puertas, al andar hacia él se alisaba el trasero de su falda tableada, hecho que no pasó desapercibido para los invitados, sobre todo para la señora que no apartaba la mirada de ella, observando bien a la joven como el vaivén de su corta falda, dejaba a la vista el fondillo de sus braguitas con dibujos al caminar.
(Sra. Parker) -. No le parece que su secretaria viste algo provocativa, no debería ser esa falda poco más larga y no provocar de esa forma?
(Sr. López) -. Es usted muy observadora Sra. Parker. Pero cree usted que una muchacha que vistiera provocativa se avergonzaría de sí misma? El hecho de que sea corta su falda es parte de la disciplina, podrá observar que tiene problemas al andar.
Tras las palabras del Tutor Evelyn se avergonzó aún más, brotando unas lágrimas de sus pupilas, pues con aquellas palabras indicaba claramente que había sido castigada esa mañana, y la Sra. Parker se acercó a ella volteándola cogiéndola de los hombros, levantándole la corta falda con la mano derecha, viendo las braguitas a la muchacha y como asomaban bajo las perneras elásticas ribeteadas de puntilla, el culo colorado de la joven.
(Sra. Parker) -. Ya veo…
Entrando en el ascensor el Tutor en compañía del Sr. Parker el cual no vio cuando su esposa levanto la falda a la joven. Ya en el interior del ascensor con su andador y el conserje con las llaves para activar el mismo, no pudiendo entrar por el espacio que ocupaba el andador la esposa y Evelyn que quedaron fuera, tras abrir el Sr. Luis una pequeña portezuela al fondo del habitáculo donde estaban los mandos que al accionar se cerraron las puertas.
Evelyn muy avergonzada tartamudeando invito a la Sra. Parker a que la siguiera, pasando ella por el mostrador de recepción cogiendo una carpeta con documentación, encaminándose hacia las escaleras subiendo por ellas, la Sra. Parker subía tras ella sin perder detalle por la forma que la muchacha se sujetaba la falda, la cual giraba su cabeza hacia la señora avergonzada. Observando la Sra. Parker como la joven se sentía intimidada por ella, sobre todo tras haberla levantado la falda, trataba de evitar que le vieran sus braguitas o bajo la falda el estado del trasero. La señora se detuvo un instante dejando que Evelyn, subiera varios escalones delante de ella, para continuar subiendo teniendo ante su mirada los muslos de la muchacha, y a pesar de sus intentos por mantener la falda, su vaivén dejaba claramente entrever sus braguitas blancas con dibujos de racimos de uvas, mirando de reojo hacia atrás Evelyn vio la sonrisa en los labios de la Sra. Parker, hecho que hizo que a la joven se sonrojaran aún más sus mejillas de la vergüenza, por el comentario de la señora…
(Sra. Parker) -. Evelyn te has portado mal esta mañana? Por eso llevas el culo tan colorado? Llevas unas bonitas braguitas.
(Evelyn) -. Si señora.
Al llegar al rellano de la primera planta los hombres ya se encontraban en el interior de la oficina, la Sra. Parker al subir el último escalón, mientras Evelyn la aguardaba ya en la puerta, entraron a la oficina, momento que su marido y el Sr. López salían para coger de nuevo el ascensor. Dejando a Evelyn enseñara su oficina de trabajo a la señora Parker, la cual sonrió al quedarse a solas con la joven. Una vez en el interior Evelyn contemplaba nerviosa la socarrona sonrisa de la señora, que le dejo claro que tramaba algo en su mente, ya que al pasar por delante de ella, para mostrarle los servicios de señoras, le asesto una fuerte palmada en el culo sobre la falda que sorprendió a la joven, acusándola Evelyn llevándose su mano derecha al trasero, sobándose el culo con la palma de la mano derecha, subiendo y bajando la palma de su mano por el culo, en la mano izquierda pegada a su pecho llevaba la carpeta con documentos. Al salir del servicio de señoras, Evelyn pego su trasero a la puerta, viendo la cara de decepción de la señora, al pasar por delante de ella. Al entrar a los servicios de caballeros tuvo que darle la espalda de nuevo a la señora, repitiendo la acción anterior dándole de nuevo una fuerte palmada en el culo. Al ser más fuerte que la anterior, casi se le cayeron los documentos al suelo, Evelyn veía con meridiana claridad las intenciones de aquella señora, adivinando sus intenciones con respecto a ella.
(Sra. Parker) -. Esos documentos deben ser importantes! Como se te caigan al suelo te pongo el culo como un tomate!!!
Evelyn ya no tenía duda alguna de las intenciones de la Sra. Parker, al más mínimo error la iba a dar una azotaina, al salir del servicio de caballeros lo hizo igual que con el de señoras, aguantando la puerta con la espalda protegiendo así su trasero. Al salir del servicio pasando por delante de la muchacha, le paso la palma de su mano acariciándole la mejilla izquierda a Evelyn, dándole una palmadita en la mejilla.
(Sra. Parker) -. Más te vale que no me hagas enfadar, de lo contrario vas a ver cómo te pongo el culo!!!
Evelyn sorprendida por la amenaza se encontraba más nerviosa ante su presencia, salió del servicio girando a la derecha hacia las escaleras que quedaban al fondo, pasando por delante de la sala de espera habilitada enfrente de los servicios, mientras la señora aguardaba que le abriera la siguiente puerta. Aunque esa puerta era diferente al ser de metal claramente blindada como una caja fuerte, con una combinación para abrirla en el marco de la puerta del mismo material, no pasaba desapercibida para la Sra. Parker que en ella debían de haber archivos importantes, ya que el letrero de la puerta decía “Archivos”, con los cuales posiblemente no tendría acceso la joven, viendo en ello la oportunidad que buscaba como pretexto, desde que había visto a la joven había sentido deseos de ponerla sobre sus rodillas, y justamente había llegado el momento de lograr su objetivo.
(Sra. Parker) -. A dónde vas si puede saberse? No me vas a mostrar esta otra estancia?
(Evelyn) -. No…Puedo señora…
(Sra. Parker) -. Como te atreves!!! He dicho que abras esta puerta!!!
(Evelyn) -. Es que no puedo abrirla…señora…
(Sra. Parker) -. Te atreves a desobedecerme!! Ahora te voy a enseñar yo desvergonzada!!!
La señora se apresuró a ir hacia la joven, la cual trato de subir escaleras arriba, tratando de subir avisar a su tutor y explicara porque no podía abrir la puerta. Pero antes de subir el segundo escalón ya la había agarrado del brazo izquierdo, y tiraba de ella haciéndola bajar los escalones perdiendo el equilibrio, haciendo trastabillar a la joven lo que provoco el escándalo. Cayéndosele al suelo los documentos, al tener que agarrarse a la barandilla de la escalera para no caer, quedando los documentos esparcidos por el suelo.
(Sra. Parker) -. Ahora sí que te la has ganado…!!! Pero antes recoge todo ese desorden que has organizado… sinvergüenza! Mira que te lo he advertido lo que te pasaría si se te caían….!!!
Evelyn temerosa se agacho acariciándose el culo, al hacerlo por el dolor del trasero, ya que esa misma mañana había cometido un grave error. Poniéndose en cuclillas para recoger los documentos, viendo que se habían desordenado al caer, por ello para ir ordenándolos se puso de rodillas en el suelo a cuatro patas, al hacerlo se le subió su corta falda dejando sus bragas a la mirada de la señora. La cual no perdía detalle de lo colorado que tenía el trasero, pues sus braguitas la pernera derecha, se le había desplazado por si sola metiéndosele entre la media luna de sus pequeñas nalgas y mostraba la rojez del trasero, mirándola fijamente la señora se le acerco a ella, e inclinada sobre ella le iba dando azotes con la mano derecha mientras la regañaba por el estropicio, y con su mano izquierda le acabo de subir su corta falda descubriendo y agarrando la cinturilla de las braguitas de la chica, tiro de ella haciendo que ambas perneras se le metieran entre sus las nalgas, viendo así con claridad que la muchacha había recibido una severa azotaina posiblemente con el cepillo, por las aureolas moradas del centro de su pequeño trasero.
(Sra. Parker) -. Ves sinvergüenza la que has organizado por tu torpeza!! Date prisa en recogerlos que te voy a enseñar a tener más cuidado, miraba como llevas las bragas metidas en el culo. Cochina!!! Pero ya te voy a enseñar yo como debes llevar las bragas puestas!!!
Al terminar de recoger y ordenar los documentos, levantándose del suelo poniéndose de pie muy nerviosa, pues le esperaba una azotaina en breve, por las amenazas que había escuchado, la señora le quito la carpeta al tiempo que la agarraba de la mano llevándola hacia una de las sillas de la sala de espera, sentándose en ella dejando los documentos en el suelo. Tirando de su mano la hizo caer sobre sus rodillas, comenzando a darle una azotaina con la mano sobre sus nalgas desnudas, pues las perneras de sus bragas se las había introducido momentos antes entre la media luna del culo. Después de haberle dado una treintena de buenos azotes en el culo de la joven, Evelyn sollozaba en silencio por la azotaina recibida, aunque realmente sollozaba por la vergüenza, pues era la primera vez que una mujer la colocaba sobre las rodillas. Momento que la señora introdujo sus dedos de ambas manos entre las perneras de arriba a abajo, ajustándole las bragas a su colorado trasero cubriéndoselo con las bragas, al igual que tirando de la cinturilla se las ajusto bien, pasándole las manos por el caliente trasero de la joven secretaria, acariciándoselo suavemente incluso bajando su mano izquierda a la entrepierna de la joven, pasándola por encima del fondillo hasta notar en las yemas de sus dedos la humedad de la entrepierna, centrándose en los abultados labios del sexo, que claramente se marcaban en el fondillo de sus braguitas al habérsele introducido al tensar las bragas la señora. La muchacha avergonzada por tan íntima caricia, pero ante el placer de aquellos dedos que la tocaban en su intimidad abrió sus piernas separando sus muslos, por unos segundos la caricia de aquellos dedos invasivos, le acariciaban su entrepierna suspirando y gimiendo de placer. En ese instante la señora introdujo sus dedos entre la cinturilla de las braguitas de algodón blancas, con dibujos de racimos de uvas con el fondo color purpura y le bajo las bragas a las rodillas, dándole a la joven de nuevo más azotes en el culo desnudo, momento que la muchacha llegaba a un intenso orgasmo que disgusto a la señora, a pesar de haberlo provocado ella con sus caricias…
…Apenas faltaban unos días para el inicio de la nueva temporada en la institución para señoritas, que comenzaría la semana entrante. El Sr. Parker caminaba al lado del Sr. López con la ayuda de su andador, acababan de aparecer detrás de ellos a unos pasos de distancia la Sra. Parker en compañía de Evelyn, ellas se habían quedado rezagadas al acceder por las escaleras a la segunda planta. Momento que los caballeros abandonaban esa planta. Subiendo a la tercera al despacho del Sr. López. Entrando directamente al despacho tras salir del ascensor en su interior, mientras conversaban de tiempos pasados, ajenos de lo que sucedía en el piso inferior al estar el despacho insonorizado. El Tutor se mostraba muy interesado en las experiencias del Sr. Parker, así como hablando de casos de disciplina con sus alumnas en otros tiempos no muy lejanos. Era un hombre de carácter serio, sus facciones eran duras, con semblante serio, casi tan alto de estatura como el propio Sr. López con su metro noventa, deduciendo al observarle que en sus buenos tiempos las alumnas temblarían como magdalenas de miedo al estar en su presencia.
Al entrar al despacho destacaba el gran sofá rinconera rectangular en forma de U, dicho mueble saltaba a simple vista que no estaba como un mueble más, el Sr. Parker alabo su aspecto nada más verlo, pues lógicamente era un sofá muy funcional para aplicar disciplina. Al entrar al despacho tras rodear el mueble destacaba la altura así como su redondeado brazo, cualquiera al entrar habría visto un mullido reposabrazos, así como al cómodo sofá de tres plazas de ese extremo, pero estaba claro que era otra su función como reposabrazos. En la rinconera de la derecha había una mesa añadida al sofá con varias bebidas y vasos, el siguiente tramo recto arrimado a la pared, era un simple sofá de tres plazas, lugar que tomo asiento el Sr. Parker junto a la mesa rinconera. En el otro extremo como rinconera del cómodo sofá, tenía el aspecto de una cama con un gran almohadón como cabecera. Desde su posición el Sr. Parker no le quitaba ojo a una silla que estaba situada enfrente de su posición, sola colocada aislada de todo mueble, de ahí que destacase llamando su atención, sobre todo se fijaba en las patas delanteras de la silla, pues claramente habían rebajado el suelo unos veinte centímetros, no veía el motivo de ello.
(Sr. López) -. Puedo ver Sr. Parker que esa silla le llama su atención, en situaciones es una silla muy útil para administrar disciplina, además con ese tramo de suelo rebajado está hecha especialmente para mi estatura, pudiendo acomodar mis largas piernas, espero que en alguna ocasión se la pueda mostrar en acción. Cuando los clientes que me visitan desean supervisar sus intereses, deseando presenciar el castigo este es el espacio indicado. En mi trabajo me encuentro con situaciones que requieren de este espacio. Con mi último trabajo eran varias las partes interesadas, las cuales deseaban cerciorarse que la muchacha a disciplinar, siendo culpable de unos hechos de gamberrismo callejero, se llevara su merecido castigo, personas de la tercera edad como usted que fueron víctimas de un grupo de jóvenes, pero solamente ella la muchacha, pago por todos al ser residente de dicha urbanización, siendo desde su casa al encontrarse a solas sin sus padres, organizo una fiesta con unos amigos y compañeros de estudio, al no delatar a las otras adolescentes, siendo un grupo de muchachas y muchachos de edades comprendidas entre los dieciocho o veinte años, que les faltaron gravemente el respeto a sus vecinos octogenarios, molestando teniendo la música a todo volumen e insultando al protestar los vecinos, lanzándoles objetos del jardín como piedras, al tener la edad similar a usted, siendo octogenarios la mayoría de ellos, no les pudieron atrapar al aparecer en su ayuda sus hijos, huyeron de ellos corriendo, pero la chica residente no tuvo tanta suerte, aunque escapo como los demás al perseguirlos, pero estos se pusieron en contacto con una organización privada llamada DDDV, para la cual trabajo al ser uno de mis clientes que al ser anónima, puedo hablar de ella a usted, ya que por esa organización, se pusieron ustedes en contacto conmigo a través de DDDV.
(Sr. Parker) -. Es cierto que fue por un intermediario de esa organización, quien me hablo de su eficacia como Spanker Profesional, pero me ofende usted caballero! De donde ha sacado usted que sea octogenario?
(Sr. López) -. No es mi deseo ofender, perdone usted si lo he hecho, pero según la información proporcionada por su esposa, usted está cercano a esa edad, si no recuerdo mal su esposa me hablo de setenta y dos años, siendo un jubilado que por su discapacidad ya no puede lógicamente encargarse de disciplinar como en sus buenos tiempos. Al igual que su esposa tampoco puede encargarse ella misma de disciplinar a las chicas, al ser mayor para ocuparse de esas funciones.
(Sr. Parker) -. Me sorprende que usted me comente que fue mi esposa! Quien le facilitara una información errónea sobre mi persona. Mucho me temo que va hacer servir esa silla en breve, sabe usted? Voy a poder comprobar esa silla especial suya. No soy mucho mayor que usted, debe… rondar por los cincuenta y dos años verdad? Pues aunque no lo crea tengo cincuenta y ocho años, mi esposa es diez años más joven. Que no le engañe su cabello blanco, ella es albina de niña a la edad de ocho años le cambio su tono pasando de ser rubia a un tono más claro, a los diez años su tono de cabello era blanquecino hasta convertirse en albina total, siempre ha tenido así su cabello teniendo una preciosa melena albina, fue lo que me llamo la atención cuando nos conocimos. Es cierto que padezco una enfermedad degenerativa… Parkinson, por lo que quizás pueda aparentar tener más edad y que usted haya sacado esa imagen de mí no me sorprende. Pero me disgusta en extremo que mi esposa le diera esa información errónea, o se justifique dando falsas impresiones, como si se avergonzara de mi enfermedad. Aunque mucho me temo que lo ha debido hacer a sabiendas del resultado, pues sabe muy bien que ese comportamiento me disgusta en extremo, pues no es la primera vez que se lo comenta a alguien, y en su momento aun pude darle su merecido yo mismo, por lo que estoy prácticamente seguro que ha forzado esa situación, para que me ocupe de ella. Está a la vista que no lo puedo hacer personalmente, no al menos como se merece, aún tengo fuerza en las manos para darle una azotaina, pero claramente se merece una buena zurra, la cual no podría dársela yo mismo, pero para ello le hemos contratado a usted, y ella como es mi empleada está incluida en el contrato por supuesto, estaré retirado pero sigo siendo el dueño y principal accionista de la institución. En cuanto aparezca por esa puerta es mi deseo que se encargue de ella como merece esta ofensa, ello me servirá para comprobar su profesionalidad como Tutor de Disciplina, le parece bien? Mi esposa me hablo muy bien de cómo se ocupó de nuestras hijas, son adoptadas ambas, somos sus padres de acogida o adopción como prefiera usted, por ello mantienen los apellidos de sus padres biológicos, los cuales fallecieron trágicamente en un atentado, éramos muy buenos amigos y adoptamos a sus hijas al no tener familiares que se encargaran de ellas, la pequeña de diez años y la mayor de doce, aunque la menor siempre nos ha dado problemas por tener celos de su hermana, así como lo rebelde al igual que traviesa que ha sido siempre, al menor descuido se están peleando desde que eran unas niñas, pero se quieren muchísimo serían incapaces de estar una sin la otra. Como la mayor eligió estudiar la carrera de magisterio, la pequeña la imito haciendo la misma carrera.
(Sr. López) -. Su mujer siempre se comporta así, engañando a las personas? Las mentiras es algo que siempre me ha molestado en exceso, no acarrea nada bueno el mentir. También me omitió que las profesoras que discipline fueran sus hijas. Aunque esa información no era reseñable o importante, pero no habría estado de más el comentarlo cuando hablamos a solas, antes de llamar y hacer entrar a las chicas.
(Sr. Parker) -. No se lo tome a mal… Ya conoce como son las spankee´s? Todas son iguales, cada cual en su interior piensa de una forma, pero en cuanto prueban más de una vez los azotes, se ven atraidas… Mi esposa no iba a ser una excepción, aunque cuando nos conocimos siendo novios la disciplinaba su padre, cuando hacia una travesura o cometía alguna falta grave, lo normal hubiera sido que la castigase al marcharme yo de su casa, pero su padre era muy estricto en cuestión de disciplina y no dudaba en darle una azotaina ante mí, incluso bajándole las bragas para dársela. Yo me he criado en un hogar donde todos de la casa recibían disciplina, mi padre o mi madre eran los que se encargaban de aplicarla. Mis padres al conocer a sus consuegros en sus conversaciones, solían hablar de las azotainas que le daban a su hija cuando se portaba mal, incluso alguna ocasión recibió siendo novios en casa delante de mis padres, y como solía ser habitual en esa época, autorizaron a mis padres a tomar medidas si era necesario, por lo que siendo novios probó en más de una ocasión la zapatilla de mi madre. La cual a sus ochenta años aún vive con nosotros, y a pesar de su edad aun utiliza la vieja zapatilla como nadie con sus nietas y nuera, por ello cuando nos casamos empecé a darle su merecido cuando era menester. Como a cualquier mujer al principio eran castigos no buscados, pero con el tiempo comprobé que los provocaba ella misma, siempre sospeche que le gustaba y por ello provocaba a mi madre con relativa frecuencia. Yo llevo tres meses sin poder ocuparme de ella, desde que se agravo mi enfermedad, el usar las manos demasiado se me entumecen, por lo cual no me puedo ocupar de ella como se merece. …He podido fijarme en su joven secretaria al llegar, por su forma de andar asi como se acaricia a menudo cuando cree que nadie la mira, debe tener molestias en su retaguardia, me equivoco?
(Sr. López) -. Tiene usted buen ojo desde luego. Además me gusta que demuestre su confianza en mí, al hablar de su juventud así como la historia de los padres de su esposa. No suelo hablar, si disciplino a mi secretaria o no, pero ante su sinceridad conmigo demuestra su confianza depositada en mi persona. Y …Si! Esta mañana le he tenido que dar una buena azotaina. Pues a pesar de mis instrucciones para esta visita, se ha presentado en el trabajo sin hacer mi encargo. Le pedí unos documentos necesarios para presentarles y no me los ha entregado esta mañana, como le había ordenado. Por lo que hemos tenido que volver cuando ya estábamos llegando, hemos tenido que dar media vuelta para volver a buscarlos a la oficina, pero antes de abandonar el despacho se ha llevado su merecido, por ello se va sobando el trasero. Casi hemos llegado tarde a nuestra cita, pero las cosas hay que resolverlas en caliente, cuando es ello posible desde luego, de no haber sido posible me hubiera ocupado de ella al volver y puede que lo haga aun… Pues todavía estoy enfadado con ella! Ha esperado a decírmelo cuando estábamos a punto de llegar, mientras veníamos hacia aquí en taxi he visto que iba muy nerviosa, pero es habitual en ella estando en mi presencia, entiendo que le haya costado decidirse a confesarlo, pues bien sabe que es castigada cuando comete errores. Además de ser mi secretaria es mi pupila, soy su Tutor legal.
(Sr. Parker) -. Conozco la vida de Evelyn, hace años su padre la hizo traer a uno de nuestros internados siendo una niña, era una chica modelo nunca fue necesario castigarla a pesar de sus berrinches, pero al abandonar el internado cambio radicalmente, según me explico su padre cuando me aconsejo sus servicios. Ese comportamiento de Evelyn me es familiar, mi esposa e hijas también se vuelven olvidadizas cuando desean molestarme, pero luego se arrepienten cuando se aproxima el momento, entonces las ves lo nerviosas que están mirando hacia todas partes angustiadas. Solo debes buscar el motivo de esa desazón, pues siempre dejan pistas para ser descubiertas.
(Sr. López) -. Sus hijas también son spankee´s por lo que me dice?
(Sr. Parker) -. Desde luego que deben serlo, o al menos así se comportan, usted como yo mismo las conocemos bien, hay acciones que las delatan, como observar sus prendas íntimas, su fisonomía femenina las traiciona involuntariamente, al contrario que sucede con los chicos, pero eso es algo que desconozco totalmente, pues mis hijos al alcanzar la adolescencia se comportaban como adultos, nunca me dieron motivos para ocuparme de ellos, muy al contrario de cuando eran niños. En cambio con las chicas era todo lo contrario. Entre ellas se las componen solas, para meterse en problemas continuamente, no es necesario que les apetezca a las dos. La verdad es que sería difícil diferenciar una de otra, o cuál de ellas le puede gustar más de las dos. Pero la menor es la que siempre pone en un aprieto a su hermana mayor, pues sus celos siempre están a flor de piel. Parece mentira que a su edad aun sigan queriendo poseer una, lo que tiene la otra, teniendo peleas por casi todo. La mayor no le gusta que le coja su ropa, y su hermana pequeña siempre se la coge al menor descuido, incluso en su casa cuando va de visita a verla. No es un secreto familiar, que en esos casos mi hijo les da su merecido cuando se pelean en su casa. Cuando eran unas chiquillas las teníamos que vestir igual, ello lo aprendimos de sus padres biológicos, pero aun así tenían peleas constantes. Como su hermana mayor se pusiera un lazo en el cabello, la pequeña trataba de quitárselo y ya estaba montada la pelea hasta que conseguía lo que quería, aunque ello le costase acabar con el culo bien caliente. Hoy día a pesar de tener sus familias estando casadas y con hijos, siguen peleándose cuando están juntas. Aunque mis hijas van bien servidas, no hay día que no aparezcan sobándose el trasero una, o las dos, mis hijos las saben mantener a raya, se conocen desde el colegio cuando eran niños, ellas solían venir a menudo a casa con sus padres antes de la trágica muerte, las vieron recibir azotainas en muchas ocasiones tanto de sus padres, como al adoptarlas nosotros teníamos que encargarnos de ellas, nosotros tenemos dos hijos varones y se criaron juntos desde niños, no es de extrañar que acabaran casándose con ellas, tanto ellos vieron como recibían ellas azotainas, al igual que ellas cuando teníamos que dársela a los chicos, ellas también estaban presentes en sus castigos, aunque ellas siguen comportándose como unas chiquillas, así que sus maridos no dudan en mantenerlas a raya.
(Sr. López) -. …Parece que se están demorando mi secretaria y su esposa no le parece? Voy a llamarlas que suban al despacho. Tienen que firmarme los documentos que ella lleva, aunque no voy a engañarle a usted, me apetece colocar a su mujer sobre mis rodillas, como le decía detesto la mentira.
(Sr. Parker) -. No tiene necesidad de disculparse por apetecerle poner a mi mujer sobre sus rodillas, a mí mismo también me apetece ver cómo le baja las bragas a mi esposa, hace años que no veo a mi esposa sobre las rodillas de otro hombre que no sea yo, a no ser cuando lo hacia su padre.
(Sr. López) -. Antes me decía que los padres de usted castigaban a su esposa siendo novios, y luego su madre aun suele hacerlo hoy día a pesar de su edad…
(Sr. Parker) -. Es cierto que se lo he comentado, pero ellos a las chicas no lo hacían delante de nosotros, a mis dos hermanas las hacían ir a su habitación y luego iban ellos dos a castigarlas, con mi esposa le hacían ir a la habitación de mis hermanas, y le daban la azotaina a solas, solamente la escuchaba llorar desde el salón, mis padres eran reservados, incluso hoy día la envía a su habitación, es un deleite para mi vista ver como se retira hacia la habitación sonrojada de vergüenza y temblando de miedo por la que le espera, mis padres siempre solían hacerla esperar varios minutos antes de entrar ellos. Y mi madre aún sigue esa costumbre, por lo que hace años que no veo que otro hombre le baje las bragas, pues mi suegro falta desde hace ya unos años.
Con el comentario se rieron ambos entre sí. Iba a levantarse del sofá cuando la puerta del despacho se abría, apareciendo en primer lugar la Sra. Parker, dando voces airadamente por algún motivo por los gestos que hacía con sus manos amenazando a Evelyn con la mano, al parecer la muchacha había debido hacer algo que había molestado a la señora. Tras ella entraba la secretaria con la mirada cabizbaja, sin mirar a ninguna parte como si fuera culpable sobándose el trasero, mientras era recriminada por la Sra. Parker.
(Sr. Parker) -. Que te ocurre Jezabel? Que te ha hecho la pobre muchacha para que le hables en ese tono…
(Sra. Parker) -. Tenía curiosidad por ver el departamento de archivos, y esta descarada se ha negado a abrirme la puerta. Es así como se comporta su personal Sr. López? Me he tomado la libertad de darle a su secretaria unos buenos azotes, por descarada!!!
El Tutor de disciplina al escuchar que le había dado unos azotes a Evelyn, se levantó del sofá malhumorado, tras ver entrar la Sra. Parker al despacho. Mantenía el semblante de su rostro frio con la mirada fijada en la Sra. Parker, no era necesario ser demasiado inteligente para ver lo enojado que estaba. Algo que hacía a la mujer sentirse satisfecha como orgullosa, pues presuponía que el enfado del Tutor, era debido a sus quejas por desobedecerla la secretaria, poniendo una sonrisa de triunfo en sus labios, al suponer que en breve la castigaría él por su insolencia.
Convencida de ello la Sra. Parker teniendo a la joven a su lado, la agarro del lóbulo de la oreja derecha a Evelyn, haciéndola andar con la cabeza inclinada por el dolor, hacia el sofá al encuentro de su Tutor el Sr. López, conduciéndola hasta estar a un metro escaso del Tutor donde le soltó la oreja, la chica se masajeaba la oreja dolorida con su semblante haciendo guiños del dolor. Era una escena digna de ser observada, al lado de la chica la señora con los brazos en jarras con sus manos apoyadas a sus caderas, la muchacha acariciándose con la mano derecha la oreja dolorida, mientras con la mano izquierda se sobaba el trasero sobre sus bragas, pues el dobladillo de la falda de su costado izquierdo la tenía enganchada en el corchete lateral desabrochado de la falda, dejando sus bragas a la vista de la señora así como también de su tutor al acercarse a ella, la Sra. Parker aguardaba a la espera que el Tutor se encargase de la descarada muchacha.
Evelyn se vio sorprendida al ser agarrada del brazo izquierdo, por su Tutor llevándola hasta el sofá, ella se resistía echándose hacia atrás negándose avanzar, llena de incredulidad con sus ojos abiertos como platos, pero su Tutor era más fuerte que ella forzándola a caminar, lo que entre el forcejeo su falda tableada se le levantó con revuelo por si sola dejando sus bragas al a la vista al soltarse del corchete, así como su trasero se le podía ver lo colorado que lo tenia, al ser visible la parte baja de sus nalgas, que asomaba entre el borde elástico de las perneras de sus bragas. Evelyn no se podía creer lo que estaba sucediendo, que fuera a castigarla de nuevo esa mañana, conocía muy bien a su Tutor y sabía que le molestaba en extremo recibir quejas de clientes.
Sentándose él en el sofá a la derecha del Sr. Parker, Evelyn convencida que le iba a dar una azotaina, ella misma iba a echarse sobre sus rodillas para no empeorar su situación, siendo retenida por el brazo derecho de su Tutor e invitando con la mirada a Evelyn que tomara asiento a su lado, un hecho que sorprendió a Evelyn pues ya se veía recibiendo unos azotes. La muchacha obedeció sin comprender porque, pero con sus manos sujetándose la falda la acampano, así su corta falda tableada de color beige se levantó por si sola al sentarse, para tomar asiento directamente sobre sus bragas, avergonzada al hacerlo pues claramente sus braguitas fueron vistas de nuevo por el Sr. Parker que la observaba como acampanaba la falda para posar su trasero, algo que al Sr. Parker mostro una sonrisa de conformidad, ya que sonrió complacido por la formación de la joven de cómo debía tomar asiento, lo que confirmaba al imaginar que ella era una spankee. Se sentó a la derecha de su jefe, con suma delicadeza por el estado reciente de su trasero, pues acababa de recibir una azotaina sobre las rodillas de la Sra. Parker en la misma estancia que iba a ser su puesto de trabajo, además de ir bien servida por la azotaina antes de salir del despacho, por lo cual llevaba el trasero muy dolorido. Solo había que observarla para comprobar la incomodidad de la joven al tomar asiento en el sofá, resultando fácilmente la presunción del estado que debía tener el trasero la joven. Mientras la Sra. Parker continuaba de pie frente al sofá, esperando que de un momento a otro la joven recibiera una azotaina sobre las rodillas de su jefe, ante ella y su marido sentado en el sofá a su izquierda y frente a ella misma. Le resulto muy molesto al observar que no le daba la azotaina que ella esperaba poder presenciar, en su rostro se dibujó un clarísimo gesto de desacuerdo e iba a protestar airadamente cuando se vio cortada por la grave voz del Sr. López.
(Sr. López) -. La verdad mí estimado Sr. Parker! Es que no encuentro palabras para describir esta conducta, tan solo hace unos minutos le comentaba los hechos, pero después de estos momentos me siento claramente airado gravemente por lo sucedido.
Ante la palabras de disculpa del Tutor hacia su marido, la Sra. Parker volvía a sonreír pues consideraba justa esa disculpa del Tutor a su marido, por lo que claramente ahora castigaría a la impertinente secretaria.
(Sr. Parker) -. No debe usted darme explicaciones, solo espero que su profesionalidad este a la altura necesaria, actuando en consonancia con los últimos acontecimientos, dada la gravedad de los mismos, los cuales me hago cargo que claramente se han visto agravados, causándome tal indignación que no encuentro palabras que disculpen esta acción, pues jamás me hubiera esperado esto que ha sucedido.
Escuchando a su marido sonreía la Sra. Parker victoriosa, pues con las palabras de su esposo, le confirmaban que él, su marido. También estaba airado con la muchacha, por lo que en breve la vería recibir una buena azotaina a la chica, convencida de ello intervino en la conversación…
(Sra. Parker) -. Tienes toda la razón cariño! Los hechos requieren disciplina en este mismo instante con una férrea disciplina, espero que tome cartas en el asunto y demuestre su profesionalidad como dice mi esposo!!!
El Sr. López se volvió hacia su secretaria para mirarla a los ojos, la vio que estaba muy alterada con sus mejillas sonrosadas de la vergüenza, con la mirada baja pues no se atrevía a mirarle, pues para ella cada minuto que pasaba lo veía más claro que la iba a castigar, pero las palabras de su jefe la dejaron incrédula en ese instante.
(Sr. López) -. En primer lugar, Evelyn! Debo disculparme contigo por lo sucedido, estos hechos jamás debían de haberse dado. En cuanto a usted Sr. Parker debo agradecer su caballerosidad la cual ha demostrado, comprendiendo la situación incómoda en la cual me he visto implicado, ante las nuevas circunstancias que también se ha visto implicada mi pupila y secretaria, tenía pensado actuar con discreción por usted, sobre las circunstancias que habíamos hablado hace unos minutos, pero dada la gravedad de los nuevos hechos, y al verse implicada mi secretaria siendo inocente, mi deseo es que permanezca ella en esta sala…
Las palabras mencionadas por el Tutor de disciplina, fueron como una jarra de agua fría para la Sra. Parker, quedándose boquiabierta por tales palabras, pues se daba perfecta cuenta que tanto su marido, así como el mismo Sr. López, con su conversación no iba destinada al comportamiento de la secretaria, si no, de otra persona en concreto. Y en ese momento en el despacho solamente estaba ella, por lo que no hacía falta ser muy inteligente para saber que estaba en serios problemas. …Continúo hablando el Tutor…
(Sr. López) -. Sra. Jezabel Parker! Conversando con su marido han surgido varios temas peliagudos, empezando por uno de menos gravedad, pero que no pasa desapercibido, ya que usted falto a la verdad en nuestra entrevista. No puedo imaginar el motivo o por qué? Así como que necesidad la llevo a usted para decidir falsear información, una falsedad que claramente seria descubierta tarde o temprano, pues claramente no podemos ver con mediana claridad esos motivos, tanto su marido como yo mismo nos hemos quedado sorprendidos, nada nos hacía presagiar, que motivo habría para pensar que le podría beneficiar, pues claramente esas circunstancias han puesto en una posición a su marido, algo embarazosa al hablarle de los datos que me informo usted, ya que conversando ha surgido el tema de la edad de él y la de usted misma, la cual ha puesto en una situación incómoda a su marido, como si usted estuviera avergonzada de su aspecto dada su enfermedad. El cual indignado me autoriza a tomar medidas inmediatamente. Las cuales me voy encargar en persona en estos momentos en aclarar y así mismo poner una solución inmediata, dada la gravedad por el giro que han tomado las circunstancias, así como el cariz del nuevo problema creado.
En ese instante hizo una pausa de sus palabras dirigiendo su fría mirada a la Sra. Parker, observándola más detenidamente, de cómo iba vestida la señora ya que hasta ese momento no se había fijado en ella detenidamente. La cual llevaba un vestido exuberante mostrando un generoso escote mostrando sus senos, así como ajustado a su esbelto cuerpo hasta la cintura, de la cual la falda amplia del vestido, siendo ondulada circular por encima de las rodillas, el cual la rejuvenecía así como destacando su edad real, tras haber sido informado de su edad real, llevando pantys claros color piel, con unos cómodos zapatos sin tacón negros.
El día de la entrevista con la Sra. Parker no se había podido fijar en ella, pues toda la entrevista ella permaneció sentada en su despacho. Pero ahora al tenerla delante de pie a unos metros, estaba claro que el día de la entrevista le engaño su cabello albino, haciéndola parecer mayor, pero en esos momentos al observarla bien, pudo apreciar que la señora se conservaba muy bien, teniendo un cuerpo esbelto y joven para su edad, lo que dejaba claro que se cuidaba muy bien haciendo ejercicio diario.
Las palabras del Sr. López no dejaban lugar a dudas, por lo que la señora se alisaba con sus manos el trasero de su falda, ante la fría mirada del Tutor de Disciplina, haciéndolo claramente sin disimulo alguno o avergonzarse que la estuviera observando, al estar su mirada seria fija en los ojos de ella. Era como si de hecho lo esperase pues no la veía preocupada en exceso, no pasando desapercibida él que no se mostrase sorprendida. Lo cual le confirmaba la sospecha del marido, siendo ella la que había provocado esa situación. Un hecho que molesto al Tutor pues estaba claro que lo había utilizado, y eso le molestaba seriamente a él.
(Sr. López) -. Tenía pensado darle una buena lección de moralidad, administrándole una buena azotaina sobre mis rodillas. Pero las circunstancias han variado en los últimos minutos, al parecer usted ha urdido esta situación incómoda para mi persona, agravándose en extremo al comprobar que la información errónea, es una clara travesura de usted. Pero… además para complicar más su situación, se ha tomado usted unas libertades que no están a su alcance, al no tener ni la más mínima autoridad de actuar como ha hecho con mi secretaria! La única persona aquí presente para poder disciplinar a la Srta. Evelyn, soy yo!!! En primer lugar por ser su Tutor legal, y en segundo lugar por ser mi secretaria personal. Usted se ha tomado la diligencia sin autorización, así como la libertad de darle una azotaina, sin tener en cuenta que ella no es una empleada suya!!! Como tampoco una de sus alumnas!!! Como tampoco es su madre!!! Usted no es nadie en este edificio, a pesar que sea de su propiedad, pero quien lo regenta desde la firma del contrato de alquiler de hace unos días, soy yo!!! Y nadie más que yo!!! Tengo autoridad en este edificio!!! Por otro lado hay otro asunto que agrava mucho más los hechos. Usted ha intentado entrar en un departamento privado, en el cual usted ha pretendido un claro allanamiento, y no satisfecha con ello, además con un comportamiento no digno de una señora, ha actuado con alevosía, al haber castigado a mi secretaria por negarse abrirle la puerta, un acto que debo alabar a mi secretaria porque ha actuado correctamente, la información que esta archivada en ese departamento es privada y confidencial. Por ello la puerta es blindada para que no pueda ser abierta, al ser de seguridad teniendo una combinación para abrirla. La cual el único que la posee soy yo, siendo la única persona que la puede abrir. Por lo cual aún agrava más su falta, pues ha castigado usted a mi secretaria sin ningún motivo, pues ella no tiene acceso a esos archivos.
La Sra. Parker vio claramente que se había excedido, lo cual la colocaba en una situación complicada viéndose acorralada, saliéndose de sus planes de un primer momento, pues el día que le conoció tramo una estrategia para lograr su objetivo, el cual su esposo autorizaría al Sr. López a darle una azotaina a ella, el cual era su plan desde un primer momento como su pequeña travesura. Durante todo un mes había estado deseando que llegase ese día, siendo los últimos días muy largos para ella, teniéndose que cambiar de ropa interior varias veces al día. Por ello al ver a la secretaria y ver el estado del culo de la joven, la había excitado deseando tener ella el culo igual, por ello su excitación la había llevado sin pensarlo a una situación más complicada, dándose cuenta de ello al recibir la reprimenda del Tutor, viéndose claramente agravada y acorralada, hechos que se arrepentía en esos momentos, dada su difícil situación, pues se daba perfecta cuenta que le seria aplicado un severo correctivo, por ello trato de defenderse alegando…
(Sra. Parker) -. Es que… es que había avisado a la joven que tuviera cuidado con esos documentos que debían de ser importantes, simplemente la amenace con darle unos azotes si se le caían, como así acabo sucediendo acabando por el suelo! Si abre la carpeta y mira bien los podrá ver arrugados y desordenados…
Al acabar de hablar el Tutor Sr. López, se levantó del sofá poniéndose en pie, andando hacia ella deteniendose delante de la Sra. Parker con pasos decididos y firmes, sin prestarle atención hasta que ella trato de justificarse, escuchando sus palabras se había detenido a su lado mirándola fijamente. Y luego miro hacia su secretaria preguntándole a la joven…
(Sr. López) -. Es cierto eso, Evelyn?
La joven se vio atrapada entre la espalda y la pared sentada en el sofá. Había disfrutado siendo castigada por aquella mujer, y le había provocado un sinfín de sensaciones nuevas, así como recibiendo la azotaina sobre sus rodillas, así como con sus caricias en su entrepierna… Pero conocía a su Tutor muy bien, y ya había recibido una dolorosísima azotaina esa mañana, no deseaba recibir otra azotaina de su Tutor el cual había dado un paso atrás hacia ella, su temor a ser castigada la hizo hablar…
(Evelyn) -. Yo…Yo trataba de subir para avisarle a usted, de los deseos de la señora y que le explicara porque no podía abrirle la puerta. Ella ha interpretado que debía estar desobedeciéndola, viniendo tras de mi a detenerme, al cogerme del brazo he perdido el equilibrio y he soltado la carpeta para agarrarme a la barandilla para no caer. Luego me ha hecho recogerlos del suelo antes de darme una… Pero están ordenados, a pesar que me daba azotes mientras los recogía…
Ante la explicación de su joven secretaria, se volvió hacia la Sra. Parker a la cual sorprendió cuando cogiéndola del brazo tiro de ella hacia sí mismo, haciendo que el cuerpo de la señora se inclinara hacia adelante estando a punto de caer al suelo, cuando en ese momento la agarraba con el brazo izquierdo, rodeándola por la cintura alzándola colocándola bajo su brazo, con la mano derecha le levanto la falda la cual sujeto bajo su brazo para sostener la falda levantada, y la derecha le bajaba las bragas de encaje color rosa a las rodillas al tiempo que bajaban sus pantys entre las bragas, así ante su sorpresa viéndose en volandas bajo el fuerte brazo izquierdo, comenzó a darle una sonora y fuerte azotaina en el culo de la mujer, que ante la sorpresa pataleaba en el aire como tratando de correr, pero no avanzaba hacia ninguna parte, pero si acusaba el dolor inesperado en su trasero, poniéndole el culo como un tomate maduro, pues durante unos minutos la mano derecha del Tutor, le dejo bien claro dándole una azotaina bien dada. Dejándola en el suelo la Sra. Parker se masajeaba el culo dolorido, agachándose para subirse sus bragas ajustándoselas a la cintura, teniendo que levantarse la falda por detrás para subírselas, hecho que el marido sonreía satisfecho al verle el culo bien rojo al subirse las bragas de encaje color rosa. Y como segundos después se volvía a levantar la falda dejando su trasero expuesto a las miradas, para subirse los pantys con la dificultad de que tuvo que ajustárselos empleando más tiempo para hacerlo. Así como sobarse el culo sobre los pantys sintiendo como el calor que emanaba su trasero se acentuaba al concentrarse bajo la fina seda de los pantys. Mientras veía como el Sr. López iba hacia su mesa del despacho, y ella quedaba atrás sobándose el culo sobre sus bragas antes de dejar caer su falda ondulada y cubriera su trasero.
Encaminándose hacia el otro extremo del despacho, pasando por detrás de su mesa de trabajo del espacioso despacho. Dejando a su espalda a una mujer que continuaba en pie y masajeándose el culo sobre su falda ondulada, con sus mejillas sonrojadas claramente muy preocupada, por el cariz que había tomado su situación, pues se daba perfecta cuenta que había actuado mal, llevada por la ira del momento, sin pararse a pensar que no tenía autoridad sobre la muchacha, pero su carácter irascible a veces le daba disgustos, y en esta ocasión se daba cuenta que se había extralimitado, pero lo peor de todo es que solo acababa de comenzar, se daba cuenta que su situación a pesar de haber recibido una azotaina, solamente había empeorado para ella. Pues al tratar de disculpar su acción acusando a la joven, solamente había logrado agravar su situación.
Miraba a su marido rogándole con la mirada que intercediera por ella, pero este la observaba con un semblante serio y complacido tras ver cómo le había dado esa azotaina inesperada, aquella mirada le dejo claro que no pensaba intervenir en su favor, es más poniendo su mano derecha con la palma hacia arriba, moviéndola de derecha a izquierda y viceversa le hizo ver que la iban a calentar bien el trasero. Al no lograr hacer intervenir a su marido, volvió su mirada a su derecha mirando hacia el fondo del despacho, viendo al Sr. López detrás de la gran mesa del despacho, de fondo una estantería de libros ante él, la estancia estaba bien amueblada con varios armarios de madera de buena calidad. La pared del fondo además de libros, tenía repisas con adornos de copas de trofeos como varias figuras u otros objetos, excepto un mueble que resultó ser un armario de un metro cuadrado tras su mesa. Observando intrigada vio como el Sr. López introduciendo la mano derecha, en el bolsillo de su americana de su traje gris, extraía un pequeño llavero con varias llaves con las que abrió el armario. Al abrirlo pudo observar gran cantidad de instrumentos de disciplina. Extrajo de él un cepillo de madera de baño, deducción que hizo por la largura del mango de treinta centímetros.
Jezabel Parker absorta no podía mantener la mirada viendo acercarse hacia ella, al Tutor de Disciplina el cual volvía sobre sus pasos, viéndola sobarse el trasero y como miraba el objeto que portaba en sus manos. Aquel horrible cepillo entre sus manos, la intimidaba demostrándole al mirarla fijamente, viendo lo pesado que debía ser cepillo, según se le acercaba el Tutor hacia ella, él se golpeaba en la palma de su mano izquierda con él, al tener la palma hacia arriba, daba golpecitos secos, su sonido le helaría la sangre a cualquier muchacha que escuchase su sonido, al sonar de forma sólida en su mano, lo que no dejaba lugar a dudas su robustez, teniendo que ser muy doloroso el sentirlo en sus nalgas, el semblante de Jezabel Parker era de pavor al verlo y escucharlo resonar, acentuandose el intenso fuego en su trasero, desapareciendo así de ella toda la entereza que había mantenido, hasta instantes antes de recibir los primeros azotes bajo el brazo, mostrándose ahora sumamente preocupada con su rostro, claramente angustiado ante los momentos que estaba viviendo y por cómo había sentido por primera vez aquella mano, demostrándole lo dolorosa que había sido recibir esa primera azotaina pareciéndole ser la mano de granito.
Aterrada veía como se le acercaba hacia ella, sus ojos solo se apartaron unos segundos del cepillo que llevaba en sus manos, al observar el grueso cinturón que llevaba puesto en la cintura de su pantalón, ya que no se había fijado en él hasta ese momento, que el Sr. López se había soltado la americana de su traje, o al darle la azotaina hacia unos instantes se le había desabrochado dejando visible la hebilla del cinturón, viendo así el diámetro de cuero marrón con aspecto de ser muy pesado. Observo como pasaba por su lado el Sr. López deteniéndose frente a ella un par de segundos, para posteriormente pasando por su lado sin mediar palabra alguna, la agarró del brazo derecho con su mano izquierda, haciéndola avanzar tras él, mientras ella con su mano izquierda se sobaba el culo, angustiada en silencio fue casi arrastras hacia la derecha donde estaba ubicada la silla, tomando el Tutor asiento en ella dejando el cepillo en el suelo, poniendo sus manos sobre sus muslos, levantando la mirada hacia ella no siendo necesarias las palabras, señalando con la mirada a su costado derecho le indicaba donde debía colocarse, ella estaba apenas a un metro, temblando temerosa daba ese paso adelante poniéndose a su costado, con su rostro haciendo guiños del dolor de su trasero, el cual se acentuaba al pasarse las manos sobre el al sobarse, se la podía ver la angustia en su mirada, pues se daba perfecta cuenta que se le había ido de las manos.
Claramente se sentía intimidada por la imagen del cepillo a sus pies, pero tampoco apartaba su mirada de aquella hebilla cromada del cinturón, sabía bien que le esperaba en breves segundos, y sentía como su cuerpo temblaba como gelatina, pero las palabras del Tutor habían sido muy claras. Aunque vagamente en su mente tenía el consuelo, de haber disfrutado dándole la azotaina a la secretaria, sobre todo al levantarle la falda y bajarle las braguitas a la muchacha, viendo como tenía su pequeño trasero todo muy colorado e incluso morado, viendo que la chica había recibido esa misma mañana. Resignada a su suerte con sus dedos temblorosos jugaba con el vuelo de su falda, sus propios nervios la traicionaban al pretender mostrar entereza, pero era incapaz de sostenerle fija su mirada al Tutor, que la observaba detenidamente. Haciéndose esos instantes a su costado derecho eternos, igual que cuando su suegra la mandaba irse a su habitación, esperando a que ella entrara con su vieja zapatilla en su mano derecha.
Sin mediar palabra alguna la hizo estar a su costado de pie unos minutos, no serían más de cinco o seis, pero para Jezabel Parker estaba claro que le parecieron muchos más, se la podía observar cada vez más nerviosa a la madura mujer, de pie esperando ser colocada boca abajo sobre aquellos muslos que tenía ante ella de un momento a otro. Sobre todo la dejaba helada aquella fría mirada del Tutor de Disciplina, o ver el feo cepillo de madera frente a sus pies, así como levantar su mirada y ver aquella brillante hebilla del cinturón. Con su mirada baja podía verlo con un primer plano, no pudiendo mantener su vista en él, la espera la desesperaba viendo como el Tutor no le apartaba su mirada, avergonzada ante su situación movió la cabeza hacia la derecha, debió pensar que dejando de mirarlo se iba a sentir menos intimidada. Pero fue otro gran error el hacerlo, pues el ver el rostro a su marido sentado en el sofá observándola, ello la hizo sentirse más ridícula a su edad, al estar al lado de otro hombre que no era él, quien en breve le iba a levantar su falda del vestido y bajar sus bragas de color rosa para darle una dolorosa azotaina en el culo, pues la que acababa de recibir aunque breve, le había dolido como nunca. Esos pensamientos la hicieron avergonzarse aún más, pero su malestar solo había hecho que comenzar.
Al desviar su mirada a la derecha de su marido, se fijó que ante ella tenía a una niña de dieciocho años, la cual la miraba con aquella mirada inocente. Evelyn la observaba apenada por lo que iba a sucederle a la Sra. Parker, no le guardaba rencor alguno por haberle dado una azotaina, para la muchacha había sido algo nuevo, al ser su primera vez sobre las rodillas de una mujer, la cual le había dado una azotaina con la mano, por supuesto que le había dolido recibirla. Pero le había encantado verse en esa situación nueva para ella, así como sin mediar palabra alguna, la coloco sobre sus rodillas cogiéndola por sorpresa, como el hecho que después de darle unos azotes, le levantase su corta falda continuando la azotaina sobre sus bragas blancas de algodón, con dibujos de racimos de uvas con el fondo de color purpura, para poco después sentir como se las bajaba a las rodillas, sintiendo en ese instante una oleada de calor en su entrepierna, al tener un orgasmo el cual trato de disimular. Pero la señora la regaño como a una adolescente, enfadada claramente por ese hecho, le dio una nueva tanda de azotes más fuertes, los cuales acabaron por hacerla llorar, aunque fuera más por la vergüenza al ser regañada por tener un orgasmo, que por el dolor en el culo al recibir aquellos azotes más fuertes, le dolía horrores y la señora tenía buena mano pues lo acababa de comprobar, pero se sintió avergonzada al recriminarle que se hubiera corrido con el castigo, pues la mujer estaba muy airada por no haberle abierto aquella puerta. Por ello cuando la dejo levantarse del regazo y la señora le subió sus bragas ajustándoselas, la llevo agarrándole el lóbulo de la oreja izquierda al pie de las escaleras, obligándola a subir por ellas mientras la mano de la señora le asestaba azotes en el culo, subiendo tras ella hasta llegar al rellano del tercer piso. Evelyn al subir al despacho de su Tutor lo hacía muy avergonzada, cabizbaja y sobándose el culo sobre su falda, preocupada por lo que pudiera contarle a su Tutor, pues si le contaba que se había corrido sobre las rodillas de aquella señora, a él no le iba a gustar nada.
Jezabel Parker veía a la joven como la observaba a ella, se avergonzaba que una niña la viera como se sobaba el culo, viendo en la comisura de sus labios una tenue sonrisa, desconociendo por completo los pensamientos de la joven de agradecimiento hacia ella, pues a la muchacha a pesar del dolor de su trasero, le había encantado como la había regañado o su forma de llevarla de la oreja hasta la silla más cercana, así como colocarla sobre sus rodillas para darle una azotaina, así como hacerla subir por la escalera recibiendo azotes en el trasero, los cuales al dárselos desde una posición más baja, al subir las escaleras detrás de ella, su mano le azotaba el culo en el fondillo de sus braguitas, al subir los peldaños con la rodilla flexionada. En ese ángulo el fondillo de sus braguitas muy mojadas quedaba expuesto, y con el vaivén de su corta falda sus braguitas claramente visibles, resaltando los dibujos de racimos de uvas con el fondo purpura, los azotes que le daba la Sra. Parker con su mano derecha resonaban en el eco de las escaleras al dárselos, notando como la mano azotaba su culo desde abajo en sus nalgas sobre sus braguitas, mientras los dedos lo hacían en la entrepierna rozando su sexo.
La Sra. Parker lógicamente no podía saber que aquella tenue sonrisa de la chica, era de estarle agradecida. Ella en cambio solo la veía como una chiquilla descarada e impertinente, que se vengaba de ella sonriendo al verla en su posición, a punto de recibir una azotaina. Por ello la miraba furiosa por la osadía de la niña, hubiera deseado poder encargarse de ella por su descarada sonrisa. Por lo que en ese instante sintió rabia y deseos de ir hacia la muchacha, deseando zurrar de nuevo aquella joven impertinente. Pero sus deseos se vieron enturbiados en el acto, pues sintió la presión en la muñeca de su brazo izquierdo, era la mano derecha del Tutor el cual sin darle tiempo de reaccionar, estiro de su brazo de ella haciéndola caer sobre sus muslos, encontrándose sobre las rodillas boca abajo, momento que se sintió muy avergonzada ya que su mirada seguía viendo a la impertinente muchacha, sintiendo como su falda ondulada era levantada al instante siendo doblada sobre su espalda, sintiendo al instante como unos dedos hurgaban en su cintura, intento con su mano derecha impedir aquella intrusión sin éxito alguno, pues el Tutor empezó por bajarle los pantys hasta los tobillos, aunque para bajárselos, ella sintió mucha vergüenza dado el toqueteo en sus muslos, ya que estos se adherían a sus piernas, lo que dificultaba que se los bajase, ello hizo que pegara sus muslos uno contra otro dificultando aún más bajárselos, pero el Tutor siendo diestro en su labor, le asesto dos fuertes azotes en cada muslo, ante el dolor Jezabel separo sus muslos, en breve los pantys molestos para bajárselos los tuvo con esfuerzo bajados a los tobillos.
Jezabel sintió los dedos del Tutor que hurgaban en las perneras de sus bragas rosas de encaje, para su sorpresa se las estaba ajustando cubriendo la parte baja de su trasero, así como luego los dedos hurgaban en su cinturilla subiéndole las bragas, pues al bajarle los pantys estas habían quedado medio bajadas descubriendo parte del culo, sorprendida que las subiera de nuevo ajustándoselas al tensarlas bien marcando su encantador trasero con las bragas puestas y tensas, quedando bien expuesto el fondillo de su entrepierna, hecho que hizo que la Sra. Parker juntase sus muslos tensando sus nalgas ante el temor que comenzase la azotaina. Pero la pesada mano del Tutor se posó sobre su trasero, trazando unos movimientos circulares con la palma de su mano sobre sus bragas, sintiendo aquella suave caricia que le acariciaba el culo sobre sus bragas, sensación que le resulto muy agradable relajando su trasero, como la caricia rozaba el inicio del fondillo así como su costura circular del extremo posterior del fondillo de sus braguitas, relajo ante esos roces sus muslos separándolos. Al Tutor no le pasó desapercibido ese relajamiento, así que su mano acariciando suavemente el caliente trasero, pues podía sentir como emanaba el calor en su palma, la bajo hasta pasarle los dedos por la entrepierna, pudiendo así comprobar la humedad del fondillo de sus braguitas, la cual era muy abundante por lo que sus dedos, pinzando el ribete de puntilla de las braguitas en la entrepierna, le descubrió así su sexo apartando a un lado el fondillo de las braguitas muy mojado, pudiendo observar el brillo de los fluidos entre sus labios exteriores, pasando las yemas de los dedos anular e índice sobre ellos, viendo como la mujer se estremecía con aquella caricia, Jezabel al notar esa intrusión en su sexo cerro sus muslos avergonzada, pero el Sr. López ya había logrado su propósito las yemas de sus dedos estaban empapados, y levantando su mano le mostro al marido su humedad, juntando los dedos anular y índice hacia arriba, junto con el dedo pulgar trazando círculos entre las yemas de los dedos y separándolos como se formaban unos hilillos viscosos, hecho indudable para mostrar la humedad.
Con perplejidad el Sr. Parker observaba a su esposa sobre las rodillas del Tutor, así como su forma de acariciar la entrepierna de su esposa, para luego mostrarle lo húmeda que estaba ella. Viendo sorprendido a su vez la utilidad de aquella silla, ahora comprendía perfectamente él porque era más baja de lo normal, así como el rebaje del suelo para acomodar mejor sus largas piernas, por su metro noventa de estatura. Viendo a su esposa sobre sus rodillas, el efecto de aquella silla hacia que tuviera a una chiquilla sobre las rodillas boca abajo. Pues al tenerla sobre el regazo la mujer apoyaba los codos en el suelo, con lo cual tendría dificultad para cubrirse el trasero de intentarlo, al igual que las piernas flexionadas tocando el suelo con las rodillas, ello le dificultaría el poder patalear al recibir la azotaina, manteniendo su trasero bien expuesto a la altura de su mano.
(Sr. López) -. Ha visto usted como ha mojado mis dedos, su esposa es una desvergonzada por mojar de un modo tan indecente e insolente sus braguitas, a esa insolencia hace que sea necesario un buen correctivo, no lo cree usted?
(Sr. Parker) -. Desde luego que tiene usted mucha razón. Esa impertinencia a sus cuarenta y ocho años es propio de una adolescente, mojar sus bragas merece un buen correctivo, puede bajarle las bragas y calentarle bien el culo!!!
Jezabel Parker hasta esos momentos nunca había pasado tanta vergüenza, así como mencionar en voz alta el estado de sus bragas, o la intrusión de los dedos del tutor al pasarle los dedos por su sexo, estaba claramente avergonzada de sí misma, pero sobre todo por la forma que había sido participe su marido en aquellos comentarios obscenos, optando por intentar bajarse la falda por la vergüenza, pero no llego a intentarlo al sentir arder su trasero.
El Tutor en ese instante levantaba su brazo, asestando el primer azote en el culo a la mujer, continuando levantando su brazo una y otra vez, resonando los azotes entre las cuatro paredes del despacho, la mano caía implacable con fuerza dándole azotes tan seguidos y sin pausa alguna azotando el trasero de la mujer. El marido observaba como su esposa cerraba los ojos y como los parpados parpadeaban a cada azote que recibía, así como sus labios se abrían y cerraban dando resoplidos al ritmo de la azotaina. El Tutor se empleaba a fondo utilizando su mano derecha, palmeando a base de bien el culo expuesto, con los dedos de su mano rígidos y juntos daban la impresión a la mujer de ser una pala de madera por como dolían, cada azote era bien sentido para la mujer que estaba boca abajo sobre sus rodillas, así lo anunciaban sus “Ayees” de dolor a cada azote. Le estaba dando una sonora azotaina, lo hacía con fuerza pues el sonido de los azotes en su trasero, siendo dados al mismo ritmo en el indefenso trasero, acompañados por los continuos “Ayees” de dolor. Los cuales fueron calentando bien todo su trasero, pues no dejaba ni un solo centímetro de las nalgas sin colorear sobre el rosa pálido del color de sus bragas, en las transparentes bragas de encaje, bajo el cual se acentuaba el color rojo intenso. Dada la fisonomía albina de la mujer tenía la piel muy blanca. La parte baja del trasero que no cubrían las bragas, se apreciaba más claramente el tono rojo que iban adquiriendo.
Jezabel Parker a sus cuarenta y ocho años estaba recibiendo una azotaina sobre las rodillas de un hombre, el cual no era su marido. Hasta ese día siempre había sido su marido quien le daba azotainas, pero en esos momentos estaba siendo castigada por otro hombre. Ello la avergonzaba en extremo, pues también era la primera vez que le habían levantado la falda, dándole una azotaina sobre las bragas. Un hecho que no sucedía desde que era una mocosa, pues su padre empezó a bajarle las bragas al ser adolescente para darle una azotaina, ya que a esa edad era más rebelde. Algo que también hacían sus suegros, e incluso durante los años de casada, su marido levantaba la falda y le bajaba sus bragas para darle una azotaina. Por ello en cierta forma estaba disfrutando al recibir esa azotaina sobre sus bragas, aunque el culo le abrasaba cada vez más por la intensidad de los azotes, los cuales le iban calentando progresivamente su trasero, acabando por no poder aguantar por más tiempo sin dar muestras del dolor que sentía, pues la pesada mano del tutor estaba demostrando ser todo un maestro. La había calentado el trasero a base de bien, habiendo aguantado orgullosa la azotaina, pero el diestro caballero se centró en la parte baja de su trasero, pues debió darse cuenta que ella se esforzaba en aguantar por orgullo, acabando con toda la entereza de la señora, pues en esa zona baja dolían muchísimo más los azotes, acabando gesticulando con sus brazos así como tratando de cubrirse el culo con sus pies o meneando alocadamente sus caderas, aunque el Tutor la mantenía firme y bien sujeta con su brazo izquierdo sobre las rodillas, por lo que el menear su trasero ante el aluvión de azotes paso de nuevo a ser mínimo movimiento, con lo cual su orgullo cedió ante el dolor y sus “Ayees” eran cada vez más fuertes, al tener el culo ardiéndole como un volcán en erupción.
Así fueron pasando los minutos mientras a la mujer, se la podía apreciar que su trasero sentía puro fuego, o brasas al rojo vivo. Daba claros signos de no poder más ante el dolor de la azotaina. Ante el intenso fuego que sentía en el trasero… Fueron sus manos la parte de su anatomía que trato de mover, pues claramente le abrasaba intensamente su trasero, al hacerlo su cabeza que la mantenía a nivel de los muslos del Tutor, al estirar sus brazos esta quedo colgando con la cabeza baja, cayendo su melena albina cubriendo su rostro, sus brazos estirados trato de cubrirse el culo con la mano derecha, la cual inmediatamente quedo retenida al ser doblada a la altura del codo y sujeta sobre su espalda, arreciando en ese instante la fuerza y rapidez de la azotaina, por su osadía de intentar cubrirse el culo. La cual acuso el aumento del ritmo de los azotes, intentando mover sus piernas, pero los pantys en sus tobillos la entorpecían. El rebelarse en ese momento molesto al Tutor, el cual aprovechó para agarrar el elástico de la cinturilla de sus bragas, procediendo a bajárselas hasta medio muslo, con tal maniobra la mujer ya no podía separar sus muslos, por la traba que ejercían sus propias bragas bajadas, quedando su trasero a la merced del Sr. López, que en ese preciso instante agarraba el cepillo del suelo.
La azotaina con la mano había dejado un precioso contraste de color muy colorado del trasero, al descubrírselo tras bajarle sus bragas, su trasero quedo expuesto viendo la intensa rojez del trasero. Su piel blanquecina destacaba sobre manera, ante un color rojo fluorescente del trasero, el cual brillaba ante la luz potente del techo por cuatro ojos de buey de luces Led. Acentuándose el tono a un rojo más oscuro, al caer seguidos los siguientes azotes con el cepillo de baño de madera, los cuales la mujer ahora si acusaba más el dolor y aullaba de dolor a cada azote en el culo, ante la rapidez que le eran propinados los mismos, las lágrimas no se hicieron de esperar por el intenso fuego. Claramente la mujer acusaba la azotaina que estaba recibiendo, pues a pesar de haber recibido en otras ocasiones, en esta ocasión le estaba doliendo mucho más, pues la mano experta de un spanker profesional, denotaba claramente su experiencia. Su marido cuando lloraba de esa forma solía parar o aflojar el ritmo de la azotaina, en cambio el Tutor no tenía afecto alguno por ella, por lo tanto no tenía misericordia alguna al hacerla llorar desconsolada por el intenso dolor del trasero. Sabía bien como hacerla retorcerse de dolor pues era un castigo, sobre todo cuando la azotaina se centró en la parte baja de sus nalgas, pasando a retorcerse de dolor en el regazo del Tutor, el cual observando a Jezabel Parker dio por finalizada la azotaina con el cepillo, pues claramente vio que su piel blanca era delicada, siendo más sensible a los azotes de la madera. Así que dejándola unos minutos sobre sus muslos, dejo que llorara hasta desahogarse antes de hacerla poner en pie. Mientras tanto se entretuvo en mantenerle sujeta la falda del vestido, sujetándola en la pretina de su cintura, utilizando unos imperdibles que extrajo del bolsillo, aún no había acabado con ella, mientras lloraba levanto sus piernas para quitarle los zapatos, quitándole posteriormente los Pantys dejándolos en el suelo. Al dejarla levantarse de sus rodillas, la ayudo a ponerse en pie viendo como sus manos se las llevaba a su dolorido trasero, sobándoselo con fricción ambas nalgas muy coloradas. Poniéndose en pie el Sr. López, la abrazo para que se desahogara llorando sobre su pecho, poco después algo más calmada al dejar de llorar pasando a simplemente sollozar, la condujo caminando a pasos cortos por la traba de sus bragas aun a la altura de medio muslo, llevándola a uno de los rincones del despacho, justamente el que estaba detrás de la silla, dejándola cara a la pared castigada, así quedaría bien expuesta a las miradas, pues sus brazos los tuvo que poner sobre su cabeza, y que así no pudiera sobarse el inflamado trasero.
(Sr. López) -. Ahora castigada en el rincón piensa en los errores que has cometido hoy, pues esta azotaina que te acabo de dar, es por la ofensa a tu marido al faltarle el respeto falseando su edad!!! Ahora me dedicare a castigarte por haber abusado de una autoridad, de la cual careces en este edificio y voy a encargarme de corregir esos errores de hoy, por castigar a mi secretaria sin autorización previa, por haberte extralimitado con ella, y por intento de allanamiento de una propiedad privada.
Mientras regañaba a Jezabel Parker se había girado hacia su marido, el cual al verle darse la vuelta mostrándose complacido por su trabajo, le hacía señas con la cabeza haciéndole mirar en la dirección indicada, al hacerlo vio a su joven secretaria con la falda arremangada, así como su mano derecha introducida bajo sus bragas, viéndola con las piernas abiertas y como su mano se movía bajo sus braguitas blancas con dibujos de racimos de uvas con el fondo color purpura. Acercándose hacia ella dejando de regañar a Jezabel. Al dejar de hablar Evelyn abrió los ojos que mantenía cerrados al masturbarse, viendo a su Tutor frente a ella muy serio, aterrada extrajo su mano rápidamente y se bajó la falda muy asustada.
Sin mediar palabra alguna agarrándola de la mano izquierda la hizo levantarse del sofá y sin soltarle la mano, puso su pie izquierdo sobre el cómodo sofá quedando su pierna flexionada, aupando a Evelyn cogiéndola de la cintura la coloco acomodándola sobre su muslo izquierdo, boca abajo quedando la muchacha en volandas con sus piernas colgando y sus manos apoyadas en el sofá. Dada la posición la falda tableada beige, no cubría sus braguitas quedando a la vista al igual que su trasero, comenzó a darle una fuerte azotaina en el culo con la mano sobre las bragas. La muchacha aterrada rompió llorar antes de sentir los primeros azotes, dándole una buena y larga azotaina poniéndole el culo ardiendo como brasas al rojo vivo. Cuando la soltó dejándola en el suelo, se sobaba el culo con ambas manos por encima de las bragas, mientras su jefe la regañaba por lo que estaba haciendo…
(Sr. López) -. Te parece correcto lo que estabas haciendo desvergonzada!!! Como has podido dejarme en mal lugar, en qué diablos estabas pensando desvergonzada!!! Como has podido colocarme en esta desagradable situación ante un cliente!!! .- Mientras le hablaba le tiraba del lóbulo de la oreja derecha regañándola. -. Pero vas a arrepentirte de lo que has hecho ahora mismo, te voy a quitar las ganas de tocarte el… vamos que te voy a poner el culo como te mereces, no te vas a sentar en varios días!!!
Tirándole del lóbulo de oreja la llevo hasta el brazo del sofá, en el cual la coloco echada sobre él boca abajo, dándole dos fuertes azotes con la mano en el culo, tras haberle levantado su corta falda tableada de color beige. Para luego llevarse las manos a la hebilla del cinturón, extrayendo el extremo que cruzaba la hebilla y separándola soltando el pistón del ojal del cinturón desabrochándoselo, así como agarrando con su mano derecha la hebilla tiro de ella, sacándose el cinturón de las presillas del pantalón, agarrando el otro extremo al salir de la última presilla, manteniendo el cinturón doblado a la mitad, lo enrollo alrededor de la palma de su mano derecha dándole una vuelta entera, y agarrando fuertemente. Se colocó detrás de la joven a la cual el trasero y sus muslos temblaban del miedo al cinturón. Y levantando el brazo lo bajo con fuerza dándole el primer azote en el culo, la joven se agito sobre el brazo al sentir el fuerte azote que cruzo de lado a lado su trasero, pues aunque mantenía puestas sus bragas de algodón blancas con dibujos de racimos de uvas, no le protegían apenas nada de los azotes que recibió con el cinturón, así sucesivamente cayeron sobre sus nalgas hasta quince fuertes azotes, sus “Ayees” de dolor sonaban lastimeros entre lágrimas que mojaban el asiento del sofá.
Al dejarla llorando empezó a pasarse el cinturón presilla por presilla volviéndoselo a poner de nuevo, al tenerlo puesto procediendo a abrocharse el pistón de la hebilla, girando levemente su cabeza vio Jezabel Parker que se había dado la vuelta. Se dirigió hacia el rincón donde había dejado a Jezabel, a la cual sorprendió que se había dado la vuelta, para ver como castigaba a su joven secretaria, además tenía su mano derecha bajo su falda, por lo que al llegar junto a ella la cogió por la cintura levantándola, cargándola sobre su hombro derecho como un fardo y sujetándole las piernas con la mano derecha para que no pataleara, le iba dando azotes con la mano izquierda mientras la llevaba hacia el sofá, al llegar a él, agarrando el almohadón lo coloco en el centro del sofá cama, depositando a la Sra. Parker sobre él, bajo su estómago quedando su trasero elevado y bien expuesto. El cinturón que llevaba sin abrochar aun, se lo volvió a sacar de nuevo e inmediatamente caía varias veces sobre su trasero desnudo, hasta un total de treinta buenos azotes en su trasero, en el cual las franjas de las marcas del cinturón quedaron visibles dada la tez de su piel, a pesar de estar muy colorado ya por la azotaina con la mano y cepillo de hacía unos minutos. Dejándola llorando a Jezabel Parker echada boca abajo, y su secretaria en el brazo del otro extremo del sofá, sollozando sobándose el colorado trasero, por lo que el Sr. López se sentó en el sofá agotado y sudoroso.
(Sr. Parker) -. La verdad Sr. López que esa silla es una buena herramienta, me ha encantado lo funcional que resulta. No crea que no he visto a esa sinvergüenza de su secretaria como se tocaba bajo la falda, pero como usted bien mencionaba antes, aunque me hubiera encantado colocarla sobre mis rodillas, para calentarle el culo como ha hecho usted, no está bajo mi autoridad el hacerlo. Aunque reconozco que con gusto lo hubiera hecho, aunque verle a usted como le ha puesto el trasero a la joven, yo no hubiera podido hacerlo mejor. Lo que no me había fijado era que mi esposa estaba haciendo igual, ha hecho usted bien en actuar rápida y enérgicamente con ella.
(Sr. López) -. Como celebración de inauguración, no podía tener mejor inicio de disciplina. Como bien mencionaba usted hace unos minutos, todas las spankee´s son muy similares, así que el fin no ocupa lugar como debe ser, el acabar con sus traseros bien servidos… es nuestra obligación el encargarnos de ellas, ahí las tiene a las dos sobándose sus traseros.
Los dos hombres continuaron hablando durante una hora y media, durante la cual Jezabel estuvo castigada en el rincón de nuevo cara a la pared, mientras la joven estaba en el otro extremo castigada igual en otro rincón, aunque mantenían sus manos sobre sus cabezas, de tanto en tanto las bajaban a sobarse el culo inflamado, siendo regañadas por los dos hombres varias veces llamándoles la atención y advirtiéndolas que las iban a tener que calentar de nuevo sus traseros, ante la amenaza volvían a poner sus manos sobre sus cabezas. Pasadas las tres horas desde su llegada, apareció en el umbral del ascensor el Sr. Luis el conserje.
(Sr. Luis) -. Sr. Parker! Acaba de llegar su chofer a recogerles, que desea que le diga?
(Sr. López) -. Dígale que espere en el vehículo, en breve bajaran cuando me haya despedido de nuestros clientes. Cuando llegue abajo envíeme el ascensor…deje las llaves puestas!
Cerrándose las puertas del ascensor bajo el conserje en él, poco después se volvían abrir las puertas estando libre el ascensor… Poniéndose en pie el Tutor fue en busca de Evelyn, pero antes abriendo el armario de instrumentos, extrajo de él unas prendas de mujer. Luego cogiendo a Evelyn de la oreja izquierda la llevo hacia el otro extremo, donde estaba Jezabel, a la cual también la agarro del lóbulo de la oreja, a ella de la derecha, y así a ambas las llevo al sofá al extremo del reposabrazos, sentándose sobre él.
(Sr. López) -. Empezare contigo en primer lugar…
Colocando a Jezabel sobre sus rodillas boca abajo, empezó a darle una azotaina con la mano, a sus cuarenta y ocho años lloraba como una chiquilla por lo dolorido que tenía el culo, mas que por el dolor de los azotes, pues no se empleaba a fondo siendo buen conocedor de cómo tenia de dolorido el trasero, el cual ya se le estaba poniendo morado. Del bolsillo derecho extrajo un recipiente de crema, el cual al abrirlo le puso cierta cantidad en cada nalga, pasando luego con la mano a repartir por todo el trasero, refrescando el ardiente trasero a la mujer, la cual ante aquellas caricias ronroneaba de placer, sobre todo al pasarle los dedos cerca del sexo, no tardando en aparecer un líquido amarillento en los labios exteriores, señal inequívoca de que el clímax había sido intenso por su forma de estremecerse. Poco después la ponía de pie ante él, sacándole por los pies las bragas rosas de encaje, cambiándoselas por otras que extrajo del bolsillo derecho, las cuales se las puso el mismo, subiéndoselas y levantándole la falda del vestido, dejando su sexo a la vista al subirle las bragas hasta por encima del ombligo, eran unas bragas blancas de algodón con costuras sumamente incomodas, sobre todo por el estado de su trasero, además a la mujer se avergonzó sobre manera que el Tutor se encargase de no solo quitarle las bragas mojadas, si no, que además se le pusiera unas bragas limpias haciéndolo el mismo, y para hacerlo le levantase su falda dejando su intimidad del sexo a su mirada.
Después de ocuparse de ella se ocupó de Evelyn de la misma forma, primero una azotaina que la chica se puso a llorar como ella, luego poniéndole la crema refrescante e hidratante, así como unas bragas limpias, las suyas con dibujos de margaritas, dejando a las miradas el sexo de la joven rasurado, la cual también había llegado al clímax al ponerle la crema. El Sr. Parker desde su asiento privilegiado no perdió detalle alguno de todas las maniobras, así como el brillo de sus sexos de ambas mujeres, con la diferencia que el de su esposa no estaba rasurado conservando algo de vello blanquecino, con lo cual era una albina total.
(Sr. López) -. Cuando usted quiera podemos bajar, Sr. Parker.
El Sr. Parker se incorporó yendo hacia el ascensor pasando por delante de su esposa, a la cual le dio una buena palmada en el culo, entrando al ascensor con el Tutor, al ser solo dos, su esposa fue a entrar también…
(Sr. López) -. Usted Sra. Parker y mi secretaria bajaran por las escaleras, y mucho ojo con intentar aligerarse el elástico de las braguitas, si les aprieta se aguantan, tenga en cuenta que el ascensor es flotante de cristal, y no nos perderemos detalle de cómo las bajan…
Bajando en el ascensor veían con el cuidado que iban bajando las escaleras, tanto ella como Evelyn bajaban de uno en uno los escalones, agarradas a la baranda con la mano derecha, mientras con la izquierda ambas se acariciaban el culo, haciendo todo tipo de muecas al bajar cada escalón, hasta llegar a la planta baja que los hombres las esperaban sonriendo viéndolas bajar con mucho cuidado…
(Continuará…)