El tutor de disciplina el señor lópez.

EL CASO DE ELOUISE BRAUN. La secretaria Evelyn Ross sigue teniendo serios problemas como secretaria, pero en este nuevo capitulo trata sobre el castigo a una jovencita, que se ha comportado de manera poco digna con sus vecinos, y estos recurren al Tutor de Disciplina el Sr. Löpez RELATO SPANKING

EL TUTOR DE DISCIPLINA EL SEÑOR LOPEZ

EL CASO

DE ELOUISE BRAUN

Evelyn Ross estaba sentada en su mesa, comenzaba un nuevo día en la oficina, su nuevo trabajo de secretaria no le estaba resultando nada fácil. Su incorporación había sido accidentada, y por motivos que ella no podía desvelar a nadie, tampoco podía despedirse aunque lo deseara. Hoy se había vestido un vestido negro que esterilizaba su figura, como era habitual, la falda era tableada, con cierto toque que aligeraba su vuelo, al más mínimo movimiento de sus caderas, algo que le molestaba era que la tela vaporosa de la falda dejaba la mitad de su trasero a la vista de todos, por la más mínima brisa. Llevaba unos calcetines transparentes de media, hasta la rodilla, sus pies calzados en unos zapatos abiertos por detrás, sin apenas tacón. Enfrente de ella en las butacas de la improvisada sala de espera, había una chica rubia, vestía con una falda amarilla tableada y blusa blanca, con calcetines blancos a media pantorrilla y zapatos tipo Merceditas negros, al pasar por delante de su mesa, le había visto las bragas, puesto que la falda se balanceaba al caminar, y sus bragas azules con dibujos de molinos de viento quedaron visibles, aunque la chica intento alisar el trasero de su falda con su mano derecha, para así ocultar sus braguitas, fue en vano, pues quedaron visibles igualmente.

Evelyn sonreía satisfecha al observar a la joven, al menos ese día, no sería la única en llevar el trasero colorado, aunque si le había molestado que la chica hubiera acudido antes de la hora de su cita. Pues en esos instantes, Evelyn estaba enfrascada en unos ligeros toques en su entrepierna jugando con sus dedos metidos entre sus bragas de color rosa, pues su trasero dolorido del dia anterior la había excitado, recordando cómo había provocado a su Tutor para que la pusiera atravesada sobre sus rodillas, y en el momento más inoportuno, las puertas del ascensor se habían abierto, dando paso el Sr. Luis a aquella jovencita.

Las puertas del ascensor se abrieron, saliendo de él, el señor López que acababa de llegar a la oficina.

(Sr. López) -. Buenos días Evelyn. Hay alguna novedad hoy? Ha venido algún mensajero?

(Evelyn) -. Buenos días Sr. López. No hay nada nuevo señor. Y aún no ha llegado ningún mensajero. Únicamente esta señorita que le esta aguardando.

(Sr. López) -. Muy bien Evelyn, en cuanto llegue el mensajero lo haces pasar a mi despacho!

El Sr. López entro en su despacho sin apenas fijarse en la chica que le aguardaba, desapareció tras cerrar la puerta.

Evelyn, se mostraba nerviosa desde la llegada de su Tutor. No se podía concentrar en su trabajo, los documentos que se apilaban sobre su mesa, con solo mirarlos ya se ponía más nerviosa y disimuladamente se acariciaba el culo con su mano izquierda, por encima de sus bragas rosas de algodón, su falda al sentarse se levantaba por si sola y dejaba expuesto su trasero, por lo que se sentaba directamente sobre sus bragas, solamente con acariciarse el muslo y llevarla hacia atrás de manera instintiva, teniendo fácil acceso a su descubierto trasero, estaba claro que algo la preocupaba.

El sonido del interfono sobre su mesa sonó con su sonido grave, el cual le hacia estremecerse cuando este con su sonido, la sacaba de su abstracción o sus pensamientos, cualquiera que fueran estos…

(Sr. López) -. Evelyn! Me puedes traer los documentos del archivo del Sr. Jefferson del mes de septiembre y octubre del presente año…

(Evelyn) -. Si… Señor… Ahora… se los…llevo…

Evelyn suspiro al apretar el botón del interfono, miro la pila de documentos que tenía sobre su mesa, su rostro estaba blanco como la nieve. La chica que estaba sentada, había dejado de leer una revista del corazón del mes anterior, levantando levemente su mirada, su rostro también se había quedado blanco al escuchar aquel nombre, vio como Evelyn se levantaba de su silla, y bordeando su mesa se detuvo en donde estaban apilados los documentos, inclinándose para cogerlos, le estaba dando la espalda a la chica. Esta pudo verle como su corta falda al inclinarse, dejaba al descubierto sus bragas rosas y se puso la palma de su mano derecha sobre sus labios carnosos, para tapar el suspiro de asombro que dio esta, al ver el estado de las nalgas de Evelyn, la parte que las bragas no cubrían, entre la puntilla del elástico de las perneras que claramente apretaban las nalgas, se le podía ver las marcas de una azotaina reciente, la muchacha en su mente divagaba de cómo la secretaria podía permanecer sentada, teniendo el trasero en aquel estado. Evelyn se reincorporo haciendo con sus labios un mohín, al enderezar su espalda sintió unos pinchazos en sus nalgas, sujetaba con su mano derecha los documentos, con la mano izquierda se acarició el culo sobre las braguitas, de arriba abajo e introduciendo su dedo anular por el interior del elástico de la pernera izquierda de las braguitas, ahueco el elástico con el dedo para aflojar la presión que este ejercía sobre esa nalga izquierda desde su entre pierna hasta la cadera, luego se cambió de mano los documentos, haciendo lo propio con el elástico de sus bragas, en su nalga derecha suspirando de alivio con sus labios. Al girarse se le puso su rostro colorado de la vergüenza, al ver que la chica la había observado como ahuecaba sus braguitas, al igual que había aflojado la tensión que ejercían las perneras de sus bragas en el trasero.

(Chica) -. Perdona… No quería incomodarte…. Te duele…mucho… Pero es… que al escuchar ese nombre me ha llamado la atención,… es…mi…padre.

(Evelyn) -. No te preocupes. No pasa nada… Sí que duele, sí. Perdona pero debo entrar… y llevarle estos documentos…o…

No dijo Evelyn nada más, acariciándose el trasero con su mano derecha con la palma de la mano, procurando no presionar sobre su inflamado trasero, fue hacia la puerta del despacho llamando con unos golpecitos con los nudillos de su mano derecha, volviendo a llevarla a su trasero y alisar su falda, aunque su corta falda dejaba claramente la base inferior de sus bragas a la vista de la chica. Acariciándose miro volviendo su cabeza hacia la chica, con una mirada de mucha preocupación, desde el interior, se escuchó la voz… ”Adelante”… Evelyn abrió la puerta desapareciendo en su interior, al cerrarse está de nuevo. Entro, fue hacia la mesa del despacho de su Tutor, dejando los documentos sobre la mesa y retrocediendo unos pasos hacia atrás.

El Tutor estaba ojeando unas anotaciones, sin levantar la vista hacia su secretaria Evelyn, cuando termino dejo las anotaciones en el interior de una carpeta y cogiendo los documentos que le acababa de entregar Evelyn, pudo ver la muchacha como su Tutor le cambiaba el semblante, a medida que iba separando los documentos a un lado de la mesa y a otro, su indignación cada vez daba clara muestras de estar más y más enfadado por lo que estaba viendo, pues no encontraba los documentos solicitados…

(Sr. López) -. Se puede saber, que broma es esta!!! Donde están los documentos que te he pedido? Es que no vas aprender nunca? Es que siempre he de estar encima de tu trabajo? Para que te tengo de secretaria? Si no prestas nada de atención a tu trabajo!!! Es que te voy a tener que estar enseñando todos los días, como debes de hacer tu trabajo!!! Debe de gustarte mucho que te caliente el culo cada día…? .- Evelyn, se acariciaba el culo con sus dos manos, pues sabía muy bien que significaba aquellas palabras, en breve iba a recibir una azotaina. Vio con ojos de espanto como su Tutor, echaba su asiento hacia atrás, separándose de la mesa… -. Ven aquí!!! Te voy a enseñar como debes hacer tu trabajo… .- Evelyn con pasos cortos se acercaba hacia su Tutor, lentamente. Ahora se friccionaba con fuerza el culo, que aunque le dolía el hacerlo, sabía que en nada iba a dolerle mucho más… -. Vas a venir? O quieres que vaya a buscarte? Ya me estas cansando con tu comportamiento…

Apenas estuvo a un metro de distancia, su Tutor la cogió de una mano atrayéndola hacia él, con las dos manos las paso bajo su falda y le bajo las bragas rosas a las rodillas, tumbándola boca abajo sobre su pierna izquierda, quedando la entrepierna de Evelyn incrustada sobre el muslo de su Tutor, lo cual, hacía que las nalgas quedaran bien expuestas. En nada sintió como los primeros azotes azotaban sus nalgas, la mano de su Tutor le parecía a Evelyn que esta fuera de madera, por lo dura y pesada que resultaba sentirla en su trasero desnudo, el culo le ardía considerablemente cada vez más, nada más sentir aquellos duros azotes de la palma de la mano de su Tutor, Evelyn ya estaba llorando desesperada. Aquella semana ya llevaba varias azotainas y solo estaban a miércoles. En breve no podía precisar cuántos azotes le había dado en el culo su Tutor, pero este, le estaba propinando una buena azotaina como era costumbre en él, su mano la sentía tanto en su nalga izquierda, como en la derecha, sin darle apenas tiempo a coger resuello entre azote y azote, de tan rápidos que estos eran. Pero las azotainas de su Tutor solían ser de una media de cuatrocientos azotes en tan solo diez minutos de tiempo. En cuanto dio por terminada la azotaina, Evelyn se vio ante su Tutor de pie y sintiendo como las manos de este, le subían sus bragas rosas…

(Sr. López) -. Ahora ves al archivo y tráeme los documentos que te he pedido, abres el segundo cajón, y miras en la letra “J” de Jefferson. Entendido!!! -. Su Tutor enfadado la llevo casi empujándola hasta la puerta, y mientras la seguía regañando, por cada palabra le soltaba un fuerte azote en el culo, sobre sus bragas rosas. Al abrir la puerta, Evelyn vio a la chica de afuera y esta aun pudo ver como Evelyn recibía un último azote en el culo, que fue más fuerte que los anteriores, pues este ultimo la hizo que levantara sus dos pies del suelo, siendo impulsada hacia fuera del despacho. .- Lo quiero para, ya!!!

La puerta se cerró de golpe.

Evelyn llorando y sobándose el culo, apareció ante la chica que prácticamente lo había escuchado todo. Evelyn se dirigió al archivo abriendo el segundo cajón y casi sin mirar dentro cogió el informe solicitado.

(Chica) -. Si sabias donde estaba, porque no se lo has llevado antes…?

(Evelyn) -. Y… no recibir la primera azotaina del día?

(Chica) -. Es que acaso… te gusta?

(Evelyn) -. Uuuufff… Al principio no me gustaban, pero… ahora si no… me castiga…me falta algo todo el día… duele mucho recibir una azotaina! Y cuando estoy ante él, me arrepiento de haber provocado mi castigo, pero es una sensación espeluznante y no entiendo el porqué, pero me encanta sentir esa angustia y ese temor cuando estoy ante él. Pero ahora… es una delicia…

(Chica) -. Tienes que estar loca de atar, lo llevas muy muy rojo…loca, tienes que estar loca!!

La chica miraba a Evelyn con una cara de desconocimiento, no la entendía como podía decir aquella barbaridad. Ella misma estaba allí, por motivos personales que aún no comprendía como su padre se había enterado de ellos.

Evelyn con el informe bajo su brazo, desapareció tras la puerta del despacho. Minutos después volvía a salir sobándose de nuevo el culo, de nuevo Evelyn estaba llorando, pues la chica había escuchado como la estaban castigando de nuevo, aunque no había podido escuchar por qué en esta ocasión, el regaño fue un susurro inaudible esta vez. La chica estaba deseosa de saber que le había sucedido en esta ocasión, pero algo iba a impedir que le pudiera preguntar…

(Evelyn) -. Señorita Mónica Jefferson…! Puede usted entrar, el Sr. López la espera.

Evelyn se hecho a un lado para dejar entrar a la señorita Jefferson. No pudiendo ocultar su mirada hacia la joven al pasar por su lado, observando su caminar, como su corta falda amarilla se contoneaba acorde a sus pasos, dejando entrever unas bragas azules de algodón con dibujos de molinos de viento. Cerró la puerta sin interesar lo que sucediera allá adentro, pues era bien obvio que cuando volviera a salir, no lo haría tan altiva y desagradable como al entrar.

Durante una hora se estuvieron escuchando hablar dentro del despacho, más bien solamente una voz se escuchaba a través de las paredes, y esta, era muy conocida por Evelyn. Después de esa hora, lo único que se escuchaba, era lamentos y azotes. Algo llamo su atención. El ascensor se había puesto en funcionamiento, alguien subía a su planta. No tardaron en abrirse las puertas del ascensor apareciendo el Sr. Luis acompañado de dos caballeros.

(Sr. Luis) -. Estos señores vienen a ver al Sr. López. Son del DDDV.

Evelyn se levantó de su silla, haciendo todo tipo de exclamaciones y maldiciones para ella misma, creyéndose que no era escuchada. Les invito a seguirla, ella caminaba delante de los caballeros, los cuales no perdieron detalle del estado de su trasero, pues su corta falda lo dejaba bien visible su parte baja.

(Evelyn) -. Pueden ustedes maldit… señores, quiero decir, señores sentarse aquí a esperar, el Sr. López les atenderá en breve.

(Señor 1) -. Ya nos avisó su padre, que sus modales no eran los más deseables para un padre… Esta conducta tuya, la esperábamos…

(Evelyn) -. Mi padre!!! Claro… el DDDV… ustedes son sus lacayos de presa!

(Señor 2) -. Ya veo que llevas el culo bien colorado, podemos ver que tu nuevo Tutor, si te está educando como te mereces, ojala!!! Tu Tutor anterior te hubiera educado con estos métodos, en vez de despreocuparse de ti como hizo…!!! Ahora serias toda una señorita! Recuerda que tu Tutor no debe conocer tu identidad y quien es tu padre…

(Evelyn) -. No sabe nada… Pueden decirle al desagradecido de su jefe, que su nombre está a salvo…

En esos instantes la puerta del despacho se abrió, saliendo una muchacha con una blusa blanca y con falda amarilla sobándose el trasero a manos llenas, pasando como una exhalación ante los caballeros desapareciendo tras la puerta del servicio, solo la pudieron ver pasar, pero no pasó desapercibido para ellos como llevaba el culo la joven, pues no llevaba bragas puestas y su trasero estaba marcado por una vara, pues eran muy visibles los verdugones que esta le había causado en sus nalgas.

(Sr. López) -. Buenos días caballeros, pueden pasar a mi despacho. Enseguida les atiendo. .- Los caballeros pasaron por delante de Evelyn y entre el Sr. López. Mientras que hablaba con su secretaria . -. Evelyn, toma las bragas de la muchacha, asegúrate que se las ponga, luego métela en el ascensor y avisa al Sr. Luis de que la haga bajar.

El Sr. López entro en su despacho para atender a su visita. Se sentó tras su mesa…

(Sr. López) -. Bien señores, no les esperaba a ustedes.

(Señor 1) -. Hola, hemos visto que Evelyn no está aprendiendo mucho, sigue teniendo unos modales muy expresivos…

(Sr. López) -. No crean ustedes! Está aprendiendo a comportarse de manera muy educada. Pero deben comprender que a veces se deje ir, su carácter es como el de su padre!

(Señor 2) -. Ella nunca debe conocer que usted sabe quién es su padre, lo sabe verdad?

(Sr. López) -. Por supuesto. Conozco perfectamente el contrato que tengo firmado con ustedes y su padre. Las clausulas están muy claras, caballeros. Y díganme, como ven los progresos de la joven?

(Señor 1) -. Al menos, no nos ha tirado a la cabeza lo primero que estuviera a su alcance, como la última vez que la visitamos! Aunque si nos ha faltado al respeto, esperamos que eso tenga sus debidas consecuencias sin demasiada demora. Pero aparte de ello, nos trae aquí otra tarea para usted. Un nuevo caso para que se encargue de otra joven, .- El señor 1 extrajo un sobre de su maletín -. Aquí lo tiene. Ella es la Srta. Elouise Braun una buena estudiante, pero con ciertos hábitos, los cuales unos vecinos desean que la muchacha sea más… digamos… tenga ciertos cambios en su conducta. En el informe esta todo detallado.

(Sr. López) -. Evelyn! Has acabado la tarea que te he encomendado hace unos momentos?

(Evelyn) -. Sí señor, ya se ha encargado el Sr. Luis.

(Sr. López) -. Entonces ven a mi despacho inmediatamente!!!

Evelyn, sabía que de nuevo se había metido en problemas. Era el momento de desaparecer, no tenía la más mínima intención de ser castigada ante aquellos dos carcamales, lacayos de su padre. Así que entro al ascensor y le dio al botón de bajar. Al llegar a la planta baja y abrirse las puertas, se topó con el señor Luis que le cortaba su huida.

(Sr. Luis) -. De verdad te crees que ibas a ir alguna parte? Volvamos arriba, a tu Tutor no le va a gustar nada que hayas tratado de escaparte!

Evelyn sentía que su alma se le iba a caer al suelo en cualquier momento, ahora sí que estaba en problemas de verdad. En las últimas horas llevaba dos azotainas, y algo le decía en su interior que esta iba a ser más severa que de costumbre.

Al llegar de nuevo al piso de las oficinas, el Sr. Luis cogió a Evelyn de la oreja y tirando de ella la llevo arrastras al despacho, abriendo la puerta e irrumpiendo dentro…

(Sr. López) -. Luis!!! Que es esta manera de entrar en mi despacho…?

(Sr. Luis) -. Aquí le traigo a Evelyn, la he sorprendido en el vestíbulo. Por lo visto intentaba escaparse aunque no desconozco el motivo, pero es fácil de imaginar.

(Sr. López) -. No te retires, Luis! No resulta difícil saber por qué la muchacha se escapaba, la verdad es muy fácil de comprender. Y no se lo tendría en cuenta, si no fuese porque iba a ser castigada por faltarles el respeto en mi propia oficina y su actual puesto de trabajo. Sabes Evelyn, estos caballeros aunque los puedas odiar por ser los responsables de tu situación actual, la única responsable de ello eres tú. Quien tuvo todos esos desmanes con la justicia fuiste tú, no ellos. Además deberías darles las gracias, ya que si no estás en prisión en estos momentos es por estos caballeros, y porque un inversor de tu familia paterna a intervenido, y solucionado tu situación. A cambio, debes corregir tus malos hábitos. En ese punto es donde entro yo como tu Tutor personal, siendo el encargado de tu disciplina, así como corregirla como crea que es más conveniente. .- Mientras hablaba caminaba de un lado a otro de la oficina, habiéndose parado en uno de los pilares centrales, en donde se hallaba el armario de los instrumentos, había extraído uno de ellos, al darse la vuelta y volver hacia el centro de la estancia, lo puso a su espalda para que no fuera visto por Evelyn hasta el preciso instante. -. Y sabes? En estos momentos lo más conveniente es un correctivo ejemplar para ti. Este instrumento es el más adecuado para corregirte como es debido, después de que te haya castigado, se te van a quitar las ganas de hacer nuevas travesuras.-. Con sus últimas palabras, mostro el instrumento que llevaba en sus manos. Era un paddle grande de muy feo aspecto, con dos hileras de agujeros desde el extremo superior, hasta la base en el mango para ser empleado con firmeza. -. Ha llegado el momento de arreglar cuentas, has cometido un grave error al intentar escapar. Pero otro mayor has cometido al faltarles el respeto a estos caballeros, en mi propia oficina. En qué diablos estabas pensando Evelyn!!! Ven, inclínate sobre mi mesa y apoya tus brazos en ella, las manos te agarras al borde de la misma. No será necesario bajarte las bragas, de nada te va a servir llevarlas puestas. Luis! Póngase usted al otro lado de la mesa, sujete con firmeza las muñecas a Evelyn.

Evelyn temblorosa se echó sobre la mesa, siendo sujetadas sus muñecas por el Sr. Luis. Estaba con el rostro completamente colorado por la vergüenza, pues detrás de ella, sentados en sus sillas estaban el señor 1 y 2, teniendo de primer plano su trasero cubierto por sus bragas rosas. Pero lo que la hacía sentirse muy avergonzada, no era que pudieran verle sus bragas o lo colorado que tenía sus nalgas por las azotainas de la mañana. Lo que la hacía sentirse roja de la vergüenza, era que estaba claramente visible el fondillo de sus bragas, y en el color rosa, la humedad de su entrepierna era muy destacable, daba la impresión de habérsele escapado la orina en ellas. Su Tutor se puso a su izquierda detrás de ella, y basculando el brazo hacia atrás, lo impulso con fuerza hacia el trasero de Evelyn. Las nalgas al impactar el paddle en ellas, resulto como si dos olas del mar se separasen, pero para Evelyn, resulto algo terriblemente doloroso, haciéndola menear sus caderas a un lado y a otro varias veces, sus piernas saltaron y las estiro en todas direcciones posibles, al igual que sobre sus pies se movían como si de golpe se le abrasaran al tocar el suelo. Fue un castigo severo donde los haya, fueron veinticinco azotes con el dichoso paddle de agujeros. Al recibir el último, sus manos fueron liberadas. Pero aunque intento sobarse el culo, desistió de esa idea del dolor tan intenso que sentía en sus nalgas, que a través de las bragas no se podía apreciar el estado del culo bajo la prenda, pero por las perneras de las bragas se vislumbraba las marcas moradas oscuras, al igual que ciertas pequeñas manchas rojizas que habían aparecido manchando sus bragas, los poros que la piel forma al ser utilizado un instrumento firme, estos habían eclosionado y por lo tanto la sangre acumulada en esos poros mancho las braguitas. Evelyn apenas se podía poner derecha, prefería mantenerse encorvada hacia adelante, pues así le dolía menos, así se la llevo el Sr. Luis del despacho hacia fuera, llevándola al servicio directamente.

Como Evelyn apenas se podía mover por sí sola, el Sr. Luis se quedó con ella en el servicio, le bajo las bragas sacándoselas por sus pies. Luego la inclino bajo su brazo izquierdo y mojando una toallita del lavabo en agua fría, se la puso en el trasero, el cual estaba en un estado penoso. Fue reponiendo toallitas hasta que Evelyn dejo de llorar al sentir alivio en su culo, así una vez que Luis la vio recuperada, la dejo sola en el servicio. Salió en busca de unas bragas limpias, tardo unos minutos en volver con las bragas limpias, pues tuvo que ir al piso de Evelyn a buscarlas. Al llegar vio que Evelyn seguía ella poniéndose nuevas toallitas húmedas, así que al llegar, le dejo las bragas sobre el lavabo para que ella se las pusiera. Minutos después salía del servicio Evelyn, aun llevaba las bragas en la mano, pues no podía ponérselas ella sola, pues sentía unas punzadas terribles cuando intentaba agacharse para ponérselas…

(Evelyn) -. Sr. Luis… puede ayudarme a ponerme las… braguitas…?

(Sr. Luis) -. Claro que si pequeña! Espero que hayas aprendido la lección de hoy.

El Sr. Luis cogió las bragas y las abrió por la cinturilla para que Evelyn pasara sus pies, así luego se las subió hasta las rodillas.

(Sr. Luis) -. Ahora te las puedes acabar de poner tu misma…

Evelyn cogió el elástico de las braguitas y se las subió lentamente, hasta subírselas colocándoselas en su lugar, con claros gestos de dolor, las lágrimas volvieron aflorar de sus pupilas, pues la tela de algodón de sus bragas resultaba sumamente molesta al tacto con su trasero.

Había pasado como unos treinta minutos, Luis acompaño de nuevo a Evelyn al despacho, en donde los caballeros de la DDDV charlaban animadamente con el Tutor de Evelyn.

(Sr. López) -. Ya la tenemos aquí. Y bien Evelyn, les debes una disculpa a estos caballeros. Verdad?

Evelyn ayudada por el Sr. Luis, se acercó a la mesa del despacho en donde estaba sentado su Tutor. Este al tenerla a su lado, no dudo en colocarla sobre sus rodillas boca abajo, ante un grito desgarrador de Evelyn. La falda tableada se le subió por encima de su cintura dejando a la vista sus braguitas de algodón, estas, blancas con dibujos de tréboles de cuatro hojas verdes que resaltaban sobre la blancura de las bragas. Una tanda de azotes comenzaron a caer sobre el trasero de la joven, que hicieron brotar las lágrimas de sus pupilas. Nada más fueron una veintena de azotes sobre sus bragas. el señor López su Tutor la hizo ponerse de pie, y la acompaño hasta estar delante de su mesa, manteniéndola en volandas bajo su brazo izquierdo, introdujo sus dedos entre el elástico de la cintura de las bragas y se las bajo a medio muslo.

(Sr. López) -. Con esta azotaina aprenderás que no te debes retirar, sin que se te dé, el permiso para hacerlo. Y tú, Luis. Estas sancionado con un mes sin sueldo, pero seguirás trabajando, así no te la volverás a llevar sin mi consentimiento a ella o cualquier otra chica que sea castigada. Bueno… Caballeros! Que les parece el estado del trasero de la joven? Les compensa el castigo que ha recibido por faltarles el respeto.

(Señor 1) -. A decir verdad Sr. López dada su currículo como persona aventajada en el menester de la buena formación de corrección, no esperábamos menos de usted..- Ambos caballeros se levantaron de sus sillas, y se acercaron para ver bien el castigado trasero de Evelyn. -. No está nada mal, podemos apreciar que la ha castigado como se podía esperar de usted, la verdad. No, nos ha decepcionado su disciplina… Ahora si nos disculpa nos retiraremos, espero en un futuro próximo volvernos a ver de nuevo, para supervisar a esta joven damisela.

(Sr. López) -. Esperen! Aún no ha acabado esto, este problema ha de quedar zanjado aquí y ahora, de una vez por siempre…. Evelyn!!! Discúlpate con los caballeros…

(Evelyn) -. Yo… yo… les pido perdón a ustedes señores. Les prometo que no volveré a comportarme de esta manera de nuevo, y… les agradezco que se hayan preocupado por mí, además de haber solucionado mis problemas, entiendo que por esa razón, deba ser castigada por un periodo de tiempo, el cual ustedes consideren necesario… dados mis serios problemas con la justicia… Gracias!!!

(Señor 2) -. Bien joven, por mí y mi compañero. Ya puedes subirte tus bragas, no tienes por qué seguir pasando vergüenza por estar desnuda ante nuestra presencia. Con haber presenciado tu justo castigo, nos damos por satisfechos…

(Sr. López) -. Puede que por ustedes haya acabado todo, pero no así, para tu Tutor Evelyn!!! Ahora te vas a colocar en aquel rincón, con las bragas así bajadas por el tiempo que yo dictamine… cara a la pared, y Luis te va a supervisar que estés en él, hasta que yo diga que puedes volverá tu trabajo… Yo debo ausentarme Luis. Tengo un trabajo que hacer en una zona residencial a las afueras de la ciudad.

El Sr. López se apeó del taxi que le había llevado hasta la dirección. Llamo al timbre de la puerta, viendo que una joven de unos veinticinco años abría la puerta de la casa, viendo en la entrada al extraño que llamaba a su puerta. Andando hacia él.

(Elouise) -. Que desea señor? Buenos días!

(Sr. López) -. Buscaba a una joven de nombre Elouise Braun.

(Elouise) -. Sí, soy yo misma.

(Sr. López) -. Podríamos hablar en un lugar más privado, vengo de parte del DDDV.

El rostro de la joven cambio de semblante simpático a una cara congestionada y cargada de preocupación. Pues sabía muy bien que significaban aquellas siglas. La chica vestía unos pantalones cortos de deporte azul marino muy ajustados, calcetines blancos y una camiseta de tirantes verde. La chica abrió la portezuela que delimitaba la valla del jardín que daba a la calle. Caminando delante de su visitante, se dirigieron hacia la casa entrando dentro, no sin antes hacer una seña con la cabeza a su vecino, que como de costumbre arreglaba su jardín, pero a la chica la miro con una mirada fría. Una vez dentro de la casa…

(Sr. López) -. Me da la impresión al ver a su vecino, que no están muy contentos con usted Srta. Elouise.

(Elouise) -. No crea, señor! No son mala gente, pero más les valdría meterse en sus asuntos y no meter sus narices en casas ajenas.

Una vez en el interior de la casa, se sentaron en el sofá.

(Sr. López) -. Bueno joven. Comprendo que la juventud de hoy día os gusta vivir vuestra vida a vuestra manera. Pero ser joven, no quita que se os deba pedir cierta educación a vuestros mayores. No creo que sea de recibo, estar por el jardín en paños menores, poner la música a todo volumen a ciertas horas de la noche y del día, hacer fiestas con sus amigos y no demandarles a estos que no hagan escándalo, pues tiene usted joven, vecinos. Y estos no son responsables de lo que puedan hacer sus invitados. Por otro lado, cierta educación a la hora de hablar a estos vecinos, tampoco es pedir demasiado, verdad? Estar por el interior de su vivienda en ropa interior, nadie se le puede reprochar que lo haga. Pero salir solo en braguitas al jardín, no creo que sea muy necesario, se puede poner una bata para estar por fuera de la casa! Tenemos al señor Sánchez que vive justo enfrente de usted. El cual alega que sus amigos aparcan sus coches tapando su entrada al garaje, y que varias veces ha venido hablar con usted sobre el tema, y lo mando a la mierda las ultimas diez veces, hablo textualmente sus palabras. Tenemos a la señora Sánchez, esposa del anterior. La cual se cayó fracturándose una pierna al pisar una botella de ginebra arrojada desde su jardín, por uno de sus invitados… también esta los señores Rodríguez, los cuales atestiguan que les sorprendió a usted y a su novio haciéndolo en su jardín. Bueno, esto habría que puntualizar, que al decir su jardín, no se refieren a tu jardín, si no, al de ellos. Es usted joven, algo despistada. Mira que no distinguir su propio jardín, e irse al de sus vecinos a tener sexo con su novio, no es para no tenerlo en cuenta. Los señores Martínez, la casa de al lado… Se queja que varios de sus amigos, por hacer una gracia les podaron todos los rosales y plantas, pero en vez de podar correctamente, lo hicieron desde la base de esas plantas, destrozándolas. Etc… Etc…Por lo tanto sus vecinos han solicitado los servicios al DDDV. Departamento De Disciplina Voluntaria. Al parecer Srta. Elouise, usted desea congraciarse con sus vecinos, y está dispuesta a responder ante ellos teniendo en cuenta que su demanda y recibir un correctivo en su presencia. Es cierto, esto? Porque me parece algo insólito…

(Elouise) -. Se… podría… decir… que… es… así.... No son malas personas, me han visto crecer en este barrio y incluso me han cuidado cuando solo era una niña, les tengo mucho aprecio. Se, que lo que hicieron mis amigos no está nada bien, de estar mis padres viviendo cerca, no me habría podido sentar en varios días. Y todos desde hace semanas, me retiraron la palabra y no me hablaban. Entiendo que mi conducta no hay sido la más idónea, de vivir mis padres cerca lo habría lamentado y créame, si le digo que temo más su castigo, que el castigo que me pueda administrar el responsable del DDDV ese!!! Jamás me lo hubieran consentido a pesar de mi edad, sé que ellos no hubieran dudado en arreglarme como ellos solían decir, cuando me comportaba como una cría. Días atrás trate de disculparme visitándolos casa por casa, pero ninguno acepto mis disculpas, sobre todo por dos matrimonios que decían que me había comportado como una niña mimada y consentida, que tenía que responder por mi mal comportamiento. Esos dos matrimonios pusieron a todos en mi contra, algo que no he llegado a comprender a día de hoy, pues ellos no viven en la urbanización, pero sus esposas son hijas de dos de mis vecinos y por lo visto sus maridos, montaron en cólera al saber que me iban a perdonar. Alegando que una conducta como la mía, solamente se podía disculpar siendo castigada estrictamente, y sobre todo, que mi trasero debía sentir toda su indignación. No es necesario decir, que los demás estuvieron de acuerdo en que la disciplina era necesaria para afianzar una buena conducta. Lo demás usted ya lo conoce, me vi con la espalda contra la pared acorralada, no tuve otra alternativa que aceptar sus condiciones, después de varios meses que siguieron negándome el saludo, mis padres van a volver en unos meses, como lleguen a enterarse de mi conducta, no quiero ni pensar en cómo me iban a castigar, viendo que los vecinos no me perdonaban de ninguna de las maneras a pesar de mis ruegos, no me quedaba otra alternativa, ya no podía alargar por más tiempo la demora a este problema. Entiendo que no me va a gustar nada ser castigada, pero recuperar su confianza y amistad de siempre, bien vale un rapapolvo. Además prometieron no contárselo a mis padres, me dieron su palabra de mantener el secreto.

(Sr. López) -. Bien entonces pasemos a lo estrictamente necesario y formalizar en unos documentos, en los argumentan que acepta el correctivo voluntariamente. -. Extrajo unos documentos para firmar, por ella y el resto de los testigos .- Bien, en esta bolsa tiene la ropa adecuada que debe vestirse con ella, una vez vestida. Nos desplazaremos a la casa de enfrente, los señores Sánchez. Donde nos esperan todos los vecinos… sabe que esto conlleva otros correctivos sucesivos, para así asegurar que esta arrepentida totalmente con los daños morales y físicos que causo su mala conducta. Que no es solamente una buena intención de respetar a sus vecinos, si no, que se compromete a aceptar sus sugerencias, a lo que aconteciese durante el periodo que están pagados los servicios del DDDV así como obedecerles en lo sucesivo y que esos correctivos serán efectuados en mi oficina, siempre en presencia de alguno de sus vecinos, o todos ellos. Además de existir una clausula en el contrato, de que si en un periodo de prueba de veintidós meses, su comportamiento no fuera el deseado, será citada en nuestras oficinas para serle aplicado una serie de correctivos. Esta usted Srta. Elouise de acuerdo en todo y en la cláusula del contrato de veintidós meses?-. El rostro de la joven se le puso rojo, luego se tornó blanco y por ultimo su tez de la piel se puso rojo de nuevo de la vergüenza, asintiendo con su cabeza en sentido afirmativo y poniendo su lubrica en una serie de documentos que el Sr. López le fue poniendo a su alcance. .- Puede ir a cambiarse, dispone de cinco minutos para ello.

Elouise Braun, se levantó del sofá. Agarrando de manos del Tutor en disciplina voluntaria el Sr. López, una bolsa de deporte con la ropa. Elouise, salió de la estancia instintivamente se llevó su mano derecha a su trasero, acariciándoselo por encima del ajustado pantalón de deporte, el cual marcaba su hermoso trasero. Minutos después volvía aparecer vestida con el uniforme, que solían vestir las chicas que iban a su oficina para ser castigadas. Blusa blanca con un pequeño corbatín azul marino, falda acampanada tableada amarilla, calcetines blancos por debajo de las rodillas, unos zapatos negros tipo Merceditas. Elouise salió de la casa detrás del que iba a ser su nuevo Tutor, durante una pequeña temporada. Una vez en la calle, Elouise pasó a caminar delante de su Tutor, como el índico que debía hacer. Su corta falda dejo claramente a la vista, unas bragas blancas de algodón como dibujos llevaba unos racimos de uva en color violeta. La joven se había mirado al espejo al estar vestida, y había visto que la falda no le cubría sus braguitas, por eso al caminar delante del Tutor iba completamente avergonzada, su rostro compungido, tenía sus mejillas coloradas de la vergüenza. Cruzaron de una acera a la otra, a la entrada de los señores Sánchez aguardaban veinte personas, alineadas unas enfrente de las otras, formando un estrecho pasillo, para que la chica pasara por delante de todos ellos y la vieran como se avergonzaba de la situación. La chica no había imaginado que tendría que pasar entre ellos, y su mirada iba fija en el suelo, para no mirarles a sus rostros cargados de indignación hacia la joven. Ahora se avergonzaba de sí misma al pasar entre ellos, y lo peor de todo, el motivo que la conducía aquella vivienda, y que su Tutor disciplinario, caminaba tras ella viéndole aquellas ridículas bragas, que eran de otra época. La chica paso sin observar los rostros presentes, pero el Sr. López si lo hizo, mirándolos a cada uno de ellos, pero sobre todo su mirada se fijó en dos de ellos, justamente eran los más jóvenes de todos, debían de ser los maridos de dos de las hijas de unos vecinos, que la chica había nombrado como los que habían convencido a todos sus vecinos, para que esta se viera en la liturgia de recibir un estricto correctivo. Su mirada se centró en ellos reconociéndolos de inmediato, eran ni más, ni menos… El señor 1 y el señor 2, miembros ejecutivos del Departamento De Disciplina Voluntaria. El Sr. López miro el trasero de la joven Elouise, parándose a mirar aquellas braguitas blancas de algodón, con aquellos pequeños racimos de uvas de color violeta. La muchacha iba a desear de todas todas, ser castigada por sus padres cuando llegaran de viaje, puesto que el correctivo que la esperaba iba a resultar ejemplar. El estar presentes dos de los miembros ejecutivos del DDDV, el cómo Tutor encargado de aplicarle el correctivo, no se podía mover con miramientos hacia la joven, tenía que castigarla de manera y forma, EJEMPLAR…

Entraron en la vivienda, dando la entrada a un largo recibidor, hasta una y única de las varias puertas que habían y que resulto ser la única puerta abierta, la cual daba lugar a una amplia estancia, en la cual habían retirado la mesa a unos de los rincones, para luego colocar dos hileras de sillas, diez delante y diez detrás, colocadas de forma que entre una y otra de la primera fila, había un hueco de un palmo y medio, unos cuarenta centímetros. La segunda hilera estaba colocada dando a ese hueco, con lo cual todos los asistentes tendrían plena visibilidad, de lo que sucediera en el centro de la estancia, en donde solamente había una silla en el centro justo de la sala.

Elouise, al pasar entre aquellas sillas se detuvo enfrente de la central, pues no sabía dónde debía colocarse, todo parecía muy ceremonial para ella. Sintió sobre sus hombros las fuertes manos del que iba a ser su Tutor, ella se estremeció de la cabeza a los pies al sentir aquel contacto, viendo como el Tutor pasaba por su derecha y tomaba asiento en aquella silla que ella tenía delante. La mano derecha del Tutor, asió su mano izquierda y tirando de ella, la hizo colocar a su derecha, preparada para ser echada sobre su regazo. Puesto que su Tutor planto su mano derecha por debajo de su falda amarilla tableada, posándola sobre su trasero, por encima de las bragas de algodón blancas, con aquellos coquetos dibujos de racimos de uvas violáceos o violetas. Elouise, sintió como su culo se tensó, al sentir por encima de sus bragas posada, aquella mano enorme en su trasero.

Detrás de ellos, fueron pasando al interior todos y cada uno de los vecinos, sentándose las señoras en la primera fila, y los caballeros detrás en la segunda fila. Una vez se hizo el silencio en la estancia, el Sr. López tomo la palabra…

(Sr. López) -. Señoras! Señores! Muchacha! No voy hacer que este acto sea un día especial, puesto que no estamos aquí reunidos para ese fin. Ustedes han recurrido al Departamento De Disciplina Voluntaria, dicho sin tanta parafernalia al DDDV. Con un fin. Que esta chica de veinticinco años y por correspondiente mayor de edad, ha aceptado voluntariamente y sin coacción alguna, a aceptar de buen grado ser disciplinada como corresponde, a una serie de faltas cometidas contra la comunidad de vecinos. Debo añadir, que ha sido convenientemente informada de lo que ello va a suponerle, y que además existe una clausula en la cual, dictamina que durante un periodo de prueba de su buena voluntad a enmendarse, puede ser requerida a nuestras oficinas del DDDV, para aplicarle una serie de correctivos por incumplimiento de dicha cláusula, durante el periodo citado anteriormente de veintidós meses, les informo a ustedes, Señoras! Y Señores! Que ella ha firmado dichos documentos y que ya no existe la posibilidad de vuelta atrás. Ella, por supuesto ha sido informada sobre algunas de las faltas graves cometidas a esta comunidad de vecinos, pero a pesar de ello, ustedes caballeros deben citar cada una de las faltas por las cuales, esta chica va a recibir una azotaina en el día de hoy. Como es menester en la disciplina, es necesario que la culpable, puesto que ya no resulta para ojos de ninguno de los presentes su presuntuosidad de inocencia, al haberse ella misma declarado culpable y reconocer que hizo mal. Señor Sánchez, proceda!

(Sr. Sánchez) -. Si, esta joven le indique en varias ocasiones, que sus amigos no podían aparcar sus coches delante de la entrada a mi garaje, con lo que ella… ella… me mando a la M… en varias ocasiones, esta jovencita podría ser mi nieta a mis ochenta y cuatro años, asi como los ochenta y uno de mi esposa, la cual se fracturo una pierna por pisar una botella de alcohol que sus, amigotes lanzaron a mi jardín, entre otras cosas…

(Sr. López) -. Señor Rodríguez, proceda!

(Sr. Rodríguez) -. Esta… esta… esta…

(Sr. López) -. Señor Rodríguez tranquilícese, no se ponga nervioso. Esta desvergonzada va a ser castigada, diga lo que tenga que decir sin ponerse nervioso…

(Sr. Rodríguez) -. Yo… yo… he…visto… muchas cosas en la vida, he vivido… muchos años… a mis noventa y cinco años… Jamás me he encontrado una sinvergüenza como ella… y no… es que… este nervioso… Señor… es que soy… tartamudo desde niño… y nunca… se me … habían… burlado…de semejante … manera, a po…nerse a tener sexo… en mi… jardín… y solo… para… reírse de mi… tar…ta…mu…dez.

El Sr. López no pudo escuchar nada más, dado su enfado al escuchar la versión del pobre anciano, se enfadó de tal manera que decidió poner brasas encendidas en un trasero que tenía muy cerca de él, nunca había escuchado en sus años de spanker, que una joven pudiera tener tanta maldad, aquella burla era imperdonable. Por lo que su mano apoyada en el trasero de la joven, bruscamente la empujo hasta hacerla caer boca abajo sobre sus rodillas, quedando su falda amarilla tableada como una corona en su cintura, sin dudarlo un momento, comenzó a darle una sonora azotaina con la mano empleando su mano derecha a fondo, deseaba hacer arrepentir aquella endiablada muchacha, los azotes sobre las bragas de la joven, resonaban por toda la estancia. La chica con la sorpresa de verse boca abajo sobre las rodillas, se mostraba incrédula con los primeros azotes que hacían arder sus nalgas, no se esperaba aquella respuesta por su nuevo y temporal Tutor, sus ojos abiertos como platos, pestañeaban a cada azote que sentía en su indefenso trasero, pues sus manos habían quedado atrapadas bajo su cuerpo, por la presión de la mano izquierda del Tutor, el cual hacia fuerza hacia abajo, para mantenerla bien sujeta y que no pudiera liberar sus brazos. Sus piernas, estas libres de no estar zafadas, comenzaban a abrirse y cerrarse arqueando sus piernas como si fuera una rana intentando nadar en un estanque sin agua. Pronto empezó a teñirse de coloradas la base de sus nalgas que no cubrían sus bragas, pasando en apenas unos minutos a un rojo intenso que destacaba sobre manera ante la banda elástica de las perneras y blancura de sus bragas de algodón. La azotaina estaba siendo intensa y prolongada, el calor de su trasero empezó a ser latente, la chica empezó a sentirse acalorada en su parte baja de su anatomía, comenzando a dar claras muestras de que estaban los azotes haciendo mella en su entereza, y algunos “AAAYYYYEEESSS” empezaban a brotar de sus labios, su rostro colorado, así lo mostraba. Así como los “ayees” de la muchacha que sentía como le dolían en el alma aquella azotaina inesperada, durante varios minutos estuvo calentando el culo a la joven, que no hacía más que patalear alocadamente por el intenso ardor en su culo, pero que se debía saber culpable, pues no derramo una lagrima, pero sus “ayeees” al sentir cada azote en su culo la hacía estremecerse de lo que le ardía su trasero. En un momento dado, el Sr. López creyó que por el momento había sido suficiente calmándose y deteniendo la tormenta de azotes sobre el culo de Elouise. La cual no tardo en percatarse que había disminuido la presión sobre su espalda, pudiendo así liberar sus manos, que raudas fueron tele transportadas a su trasero, sobándoselo con fuerza, lo que hacía ver a los presentes que había habido efectos muy efectivos con la larga azotaina y sonreían al ver con que fuerza se sobaba el culo dolorido y muy colorado.

(Sr. López) -. Perdone señor Rodríguez que le haya interrumpido, pero me ha parecido un acto tan grave que no podía quedar impune por más tiempo, no te creas Elouise Braun, que ya he acabado contigo, aún queda escuchar al señor Rodríguez y al resto de vecinos.

(Sra. Rodríguez) -. No se disculpe joven, si estuviera en mi mano el poder castigarla, ya lo habría hecho el mismo día que me entere lo que hicieron esta sinvergüenza y el gamberro de su novio, pero mi inmovilidad en esta silla de ruedas no me permitía cazarla, y eso que lo intente, pero se reía de una anciana de ciento dos años. Encima provocándome que no podía pillarla… Se merece una azotaina mucho más severa…

(Sr. López) -. Pero de dónde demonios ha podido salir una chica como tú, sinvergüenza!!! Es que no tienes ni pizca de consideración hacia las personas mayores? Ahora sí que vas aprender modales y luego te disculparas ante esa pobre mujer….- Como por arte de magia, apareció un cepillo de baño sobre la mano derecha del Sr. López, el cual llevaba colgando de su cinturón, y nadie había notado que lo llevaba, la muchacha que seguía sobre sus rodillas echada boca abajo, sintió como los dedos de su nuevo Tutor se introducían bajo el elástico de la cinturilla de sus bragas, con la firme intención de bajárselas, pero por extraño que pareciese, no podía asir la cinturilla de sus bragas, no podía introducir por el interior del elástico sus dedos… .- Maldita sinvergüenza!!! Será posible!!! Ha cosido el elástico de sus bragas a la falda, para que no se las pueda bajar, será indeseable!!! Y parecía arrepentida la mocosa!!! -. De nada sirvió que hubiera cosido sus bragas a la falda, el Tutor furioso por lo que acababa de descubrir en la osadía de la joven, que con su mano derecha, arranco de un tirón fuerte la tela de algodón, del ribeteado de puntilla del elástico de las bragas, que quedo cosido a la falda. Las bragas bajaron hasta sus tobillos, pues a no tener el elástico se bajaron solas como cobardes a la lucha. No tardo ni un segundo en levantar el cepillo por encima de su hombro, impulsándolo con fuerza sobre el trasero desnudo de Elouise, la cual lanzo un terrible alarido, el pesado cepillo de madera estaba causando sus efectos requeridos a un buen cepillo, no tardando en sentir otro azote y otro y otro, no habrían caído unos veinte buenos azotes, sobre la base de sus nalgas, junto al vértice de sus muslos, algo que la chica acuso de inmediato poniéndose a llorar como una chiquilla, su culo colorado por la azotaina con la mano, paso a ser rojizo intenso, sobre todo la base del culo, donde se dice que es la zona más sensible al dolor. La chica pataleaba alocadamente con sus piernas, no tenía ninguna voluntad sobre ellas, actuaban por si mismas dado en intenso ardor y dolor en la base de sus nalgas y inicio de sus muslos, si intentaba cubrirse con sus manos, entonces el cepillo le daba en sus muslos, por lo que rápidamente bajaba sus manos intentando alcanzar esas zonas, dejando al descubierto su oscurecido trasero a aquel rojo muy intenso de su culo. La chica lloraba desconsolada, solamente sentía dolor mucho dolor en su castigado trasero. no tardando en rendirse a la azotaina, quedando desmadejada sobre las rodilla de su Tutor, el cual había disminuido la fuerza empleada en la azotaina, pasando a ser únicamente sonoros azotes en el culo de la joven, pero aunque fueran ligeramente administrados los azotes, para ella le parecían igual de fuertes que al inicio de la azotaina. .- Bien Señora Rodríguez que le parece? Esta hubiera sido la azotaina que le hubiera dado usted de haberla atrapado?

(Sra. Rodríguez) -. Desde luego que sí, joven! Usted sí que veo sabe cómo se le debe tratar a una desvergonzada como ella!!! Gracias joven por castigarla como se merece!

(Sr. López) -. Bien, gracias Señora. Viniendo de una dama que ha vivido tanto como usted, es todo un cumplido! Estoy seguro que en su época, no era necesario recurrir a los servicios de un Tutor, y que la disciplina estaba a la luz del día… Bien, Señor Martínez su turno.

(Sr. Martínez) -. Bueno, después de lo que he escuchado que esta muchacha hizo, con mis vecinos. Lo que me hicieron a mí y mi esposa no tiene apenas relevancia, si no fuera por el coste económico. Ya que tuvimos que replantar todo el jardín, dejándonos sin los ahorros que teníamos guardados, unos 2500€ aproximadamente. Y con el castigo que hemos visto que ha recibido, es justo.

(Sr. López) -. Bien, si usted cree que está bien con el castigo recibido. No tengo porque estar en desacuerdo con usted. Si todos ustedes creen que ha sido un castigo justo el que ha recibido esta sinvergüenza!!! No soy quien para rebatirles su decisión. Pero jovencita! Hoy es miércoles, la espero sin falta el lunes por la mañana en mi oficina a las 09,00h. De la mañana, en el caso de faltar. Tendré una conversación muy interesante con sus señores padres, cuando lleguen en dos semanas. Puede levantarse de mi regazo…

FIN DEL CAPITULO…