El tutor 4

La vida diaria con Brandon resulta ser totalmente distinta a lo que Caleb esperaba, lo que lo deja confundido y con un sentimiento extraño... Hasta que surge un problema con los ex amigos de este, su tutor salvará el día y el pupilo solo tiene una forma de agradecerle, con sexo.

El tutor 4

Lo siento chicos, pero si se meten con mi pupilo, entonces tengo que castigarlos.

La alarma de las cinco de la mañana se anunció en medio de la penumbra de la habitación, Caleb tenía pocas ganas de levantarse considerando que todavía no estaba acostumbrado a hacerlo en esa hora aunque ya llevaba una semana haciéndolo, así que se arrastró como pudo por la cama y la apagó, volviendo al mundo de los sueños lentamente.

Entonces recordó como su tutor lo castigó la vez en que se quedó dormido, justo la primera mañana de su hospedaje en una casa que no era suya, sino del hombre más extraño y sin escrúpulos que haya conocido.

Cuando cometió esa falta, su tutor, Brandon Mayer, un hombre totalmente despiadado y lujurioso que ejercía sin piedad alguna su control y su lujuria por su culo, esa misma noche lo hizo mantenerse despierto y luego lo mandó realizar su día para luego mantenerlo despierto una segunda noche a base de fustigazos para que conservará la vigilia, en la tercera noche y solo a la hora de dormir, lo dejó hacerlo.

Apenas tocó la almohada, cayó rendido.

-Espero que valores las horas de dormir Caleb -Le indicó con una sonrisita la mañana siguiente-. Porque si vuelves a quedarte dormido, te las voy a quitar.

El recuerdo de esa advertencia lo hizo levantarse de inmediato y darse una bofetada para terminar de despertar.

Caleb ya llevaba ocho días dentro de la casa de su sexy y duro tutor y no había muerto... Aún.

Con esa cuenta en mente se puso a realizar su rutina, o mejor dicho, la que su tutor le había impuesto.

Caleb debía levantarse antes que Brandon y realizar el desayuno para los dos, que luego de haber acudido al nutriólogo y este les haya indicado que estaba en pésimas condiciones y que sufría una grave anemia para más inri, Brandon decidió implementar una tabla de comidas de manera urgente:

-A partí de hoy planearemos cada desayuno, almuerzo y cena los viernes por las noches, de manera que podamos proporcionarte las calorías, vitaminas y minerales que necesitas, generalmente me encargaré yo de comprar la comida y tú de prepararla, tendrás que apañartelas la mayoría de las veces solo, y si llegas a dañar la comida sufrirás las consecuencias ¿Quedó claro?

Y esa mañana tocaba preparar rodajas de pan tostado con una salsa de ajo y mantequilla baja en grasas, unos revoltillos de huevo con vegetales y espinaca y puré de papas, una vez preparado eso y desayunado, le tocaba realizar una hora de ejercicios que el propio Brandon había realizado para él, para cuándo terminaba tendría que ducharse, tomar un batido de proteínas y merendar algo de fruta o cereales con yogurt, luego, preparar sus cosas y alistarse para salir.

Era agotador pero de alguna manera Caleb lo disfrutaba, había descubierto que cocinar no se le daba tan mal después de todo, le faltaba mucho para afinar sus habilidades pero entendió que podía defenderse con cierta naturalidad.

Aún no podía compararse con su madre ni mucho menos con su tutor. Brandon cocinaba simplemente delicioso aunque ya casi no lo hacía, en esos ocho días solo lo hizo tres veces y fue por pequeños logros de su pupilo que consideraba que debían festejar.

Luego le tocó realizar la tabla de ejercicios, Caleb se esforzaba por realizar cada uno de los ejercicios más que todo porque la sala de máquinas tenía una cámara de seguridad y estaba seguro de que Brandon las revisaría, en sí a Caleb no le gustaba esta clase de ejercicios, él en su tiempo era más aficionado a la natación que otra cosa y con eso se mantenía, cuando le comentó eso Brandon, este lo miró serio.

-Si quieres nadar otra vez tendrás que ganártelo, demuéstrame que puedes ser constante en el ejercicio y me lo pensaré.

Para Caleb era algo nuevo y extraño el tener que luchar con uñas y dientes por cada cosa que tan siquiera pensara en hacer, incluso si era beneficioso para su tutoría, era frustrante.

Así que Caleb hacía obedientemente los ejercicios para volver a nadar algún día.

También notó que Brandon no hacía ejercicio en su casa, o por lo menos, no cuando él estaba, porque jamás puso un pie en el salón de máquinas que estaba en el ático, lo que le hizo más extraño todo considerando que semejante cuerpo debía de mantenerse de alguna forma.

Cuándo ya había terminado y se disponía a comer un poco más, se encontró con su tutor.

-Buenos días pequeño Caleb -Le indicó Brandon mientras caminaba por el pasillo solo vestido con un bóxer rojo con costuras negras y una toalla gris hueso en el hombro.

-Buenos días, señor -Devolvió mientras trataba de no observar su musculatura.

-Eh, Caleb, hoy voy a llegar en la tarde a la casa y voy a volver a salir, no llegaré esta noche así que nuestras horas de tutorías tendrán que ser pospuestas por hoy ¿Vale? -Caleb asintió cabizbajo-. Bien, espero que el desayuno haya quedado bueno -Advirtió Brandon aunque hubiera una sonrisita en su rostro, con sus imperturbales ojos fríos.

Que sus gestos nunca llegaran a sus ojos siempre incomodaba a Caleb, le hacía sentir que en cierta manera este hombre jamás dejaba que nada lo afectara, lo alcanzara... Así como también le decía que nunca sabría con exactitud en qué pensaba ese hombre.

-Le gustará señor, no lo dude -Aseguró Caleb en otra de esas muchas veces en que no sabía que decir exactamente, Brandon asintió y se metió en el baño.

Las horas de tutorías eran sin duda alguna las horas más desesperantes y traumantes de todo el día, era el título que a Brandon le gustaba usar para las horas que se tomaba este luego de llegar a casa.

Caleb siempre tuvo una vida bastante solitaria, con un padre cuya vida era el trabajo policial y una madre cuyo trabajo de ejecutivo la hacía estar más tiempo en el exterior que en su casa, para él era simplemente cotidianeidad el tener que vivir más tiempo solo que otra cosa.

También era consciente de que Brandon estaba lleno de trabajo, lo podía ver por las enormes carpetas que cargaba con él en ese enorme maletín siempre que salía o volvía, sin embargo, apenas terminaba de cambiarse, él le pedía a Caleb que lo siguiera a su despacho, donde se sentaba con él a preguntarle por su día y pedirle opiniones según qué situación detallaba de este, lo ayudaba con sus tareas y le enseñaba sobre temas y oficios que viera necesarios para él y luego lo llevaba a la cocina para supervisar como cocinaba la receta de esa noche. Caleb sabía que era tiempo que él podía dedicar a otras cosas pero que estaba gastando en su persona. Desde que él había llegado, notó que su tutor estaba desarrollando ojeras y no había que ser un genio para saber el porqué de ellas.

Esas horas eran un gesto super lindo, totalmente agradable y amable y absolutamente fuera de lugar con la percepción que daba este hombre que jamás le había regalado una sonrisa, el que demostrara todas las noches que le importaba lo suficiente como para dejar a un lado su trabajo, le estaba consumiendo poco a poco la armadura que lo envolvía.

-Aunque sé que tienes un pésimo concepto de mí, espero que entiendas que puedes contarme lo que sea que te ocurra, para bien o para mal, soy tu tutor, recuérdalo -Le recordaba Brandon todas las noches mientras cocinaban, y lo peor es que comenzaba a creerle, y no era precisamente por estos gestos.

Ocho días llevaba Caleb en esa casa, ocho días en que su frío y totalmente lujurioso tutor, no le había tocado ni un pelo.

Ni uno solo, y no daba muestras de desearlo hacer.

-Coño, es que no lo entiendo -Le había dicho Brandon la noche anterior precisamente, mientras juntos resolvían un problema matemático-. Tienes un comportamiento tan impecable que no tiene ni la más mínima gracia que no te pueda azotar o algo por ser malo ¿Por qué demonios eras un vagabundo? -Le preguntó confundido, Caleb solo pudo observarlo temeroso de estar equivocándose en algo cuando Brandon suspiró-. Ya déjalo, que no te pienso moler a palos o algo parecido solo porque no te portes mal, espero que algún día me cuentes los motivos por ti mismo, pequeño Caleb.

Ni que decir, que ese hombre lo estuviera tratando tan cordialmente luego de sus primeros altercados, lo estaba dejando más que confundido, Caleb sabía que era alguna especie de treta o plan que tenía en marcha para ganarse su confianza... El problema radicaba en que de todas maneras estaba surtiendo efecto y no sabía cómo detenerlo sin dejar de llevarse bien con este hombre.

Porque aun sentía la imperiosa necesidad de no hacerlo enojar, en parte entendía el porqué, a nadie le gustaría que le cayeran a golpes, pero su propia actitud sumisa no la comprendía, no entendía porque se dejaba tan a merced de ese hombre ya fuera por voluntad propia o inconscientemente.

Y el motivo ulterior de su extraño comportamiento para con él, realmente no quería entenderlo.

Para Caleb, el día siguió con su total normalidad mientras Brandon lo dejaba en su instituto para irse a su trabajo. No hablaron por el camino, más que todo porque Caleb nunca sabía que decir exactamente junto a este hombre, por lo que solo al bajarse se despidieron...

-Espero que te vaya bien, Chaval.

-Igualmente, señor.

Y eso era todo, la vida de Caleb con ese hombre se limitaban a contactos de este tipo y ya, así de simple.

Así de agotador.

Una vez que el auto se marchó, Caleb solo pudo suspirar con tranquilidad.

Bien... Otro día más -Pensó cansado mientras ajustaba su morral a su hombro y se internaba en la preparatoria.

Mientras que su vida en la casa de su tutor era de un turbio gris con el que no sabía que hacer al respecto, en el instituto todo era de un negro mate.

Antes de que su padre muriera, Caleb tenía muchos amigos y era muy popular, su vida estaba vacía en lo que más importaba, así que trataba de rellenarla con la mayor cantidad de amigos posibles a los cuales llevaba a casa como un ganadero lleva a las reces a beber, trataba de compensar su soledad familiar con chicos intrascendentes... Pero cuando su padre se murió, la mayoría de las cosas que hacía perdieron la total importancia, que no era más que llenar ese vacío; una de esas cosas fueron sus amigos, y cuando se juntó con los bullyings de la prepa, perdió cualquier soporte de estos, así que sus días estaban llenos de soledad y más soledad, nadie le hablaba, ni realizaban las tareas con él ni nada por el estilo, sus supuestos amigos maleantes le habían intentado hablar los primeros días pero él pasaba de ellos de la forma más discreta que podía, sonaba un poco de cobardes pero a quién le tenía verdadero miedo era a Brandon y a su capacidad de conseguir información, así que mientras menos contacto tuviera con ellos y más pareciera que les rehuia, mejor se las llevaría, al poco tiempo estos dejaron de fastidiarlo y fue mejor que mejor.

Aunque eso no quitaba que se sintiera totalmente aislado ahora.

Vamos Caleb, puedes con esto, de todas maneras nunca le importaste a nadie de verdad... Incluyendo a ese estúpido que se cree tu tutor -Generalmente usaba pensamientos de esa clase para mantenerse a flote durante el día, generalmente funcionaban.

Pero por algún motivo ese día no, Caleb se sentía más cansado y atormentado de lo normal y no tenía ánimos de nada, ni siquiera para copiar lo que su profesor de literatura estaba escribiendo en el pizarrón acrílico, aunque lo hacía por inercia.

¿Porqué demonios no puedo concentrarme? -Pensó frustrado- No es la primera vez que vivo una situación así.

Lo que te sucede es que te falta sexo, te falta mucho sexo con ese degenerado -El pensamiento que lo atravesó fue tan sorprendente que lo hizo partir la punta de su lápiz.

N-no, eso es mentira, no me hace falta que Brandon me someta, ni que me arranque la ropa, ni que meta sus dedos por mi culo, mi que me folle como si quisiera marcarme de adentro hacia... -Caleb tragó duro al sentir como su pantalón le apretaba- ¡Coño ¿Y ahora que hago con esto?! -Pensó desesperado al escuchar de pronto la alarma sonar, un indicativo que era tiempo de almorzar.

Sus compañeros fueron saliendo mientras que él no podía levantarse sin mostrar la tienda de campaña que cargaba.

El instituto al que iba tenía uniforme, no era algo de otro mundo: Era una camisa manga corta blanca con una corbata azul oscuro, pantalón del mismo color y mocasines marrones, más sin embargo, sus pantalones era especialmente apretados en la cintura y en la entrepierna, por lo que con el pollón que se gastaba en erección, se le iba a ver hasta el Carnet de identidad.

Cuando todos los demás se fueron y creyó que podía levantarse para estirar las piernas y respirar un poco para calmarse, alguien se sentó en la mesa frente a él.

-Debemos hablar -Fue lo primero que le dijo Shaun.

Caleb dio un respingón al notarlo, especialmente porque no lo había visto en la clase, además de que Tucker y los suyos no entraban mucho a clases que se digan... La mayoría de las veces ni siquiera ponían un pie en el plantel.

Caleb observó nervioso a la puerta o al pasillo como si Brandon puedra salir en cualquier momento y apuñalarlo con su fusta de cuero oscuro, para luego observar a Shaun.

-Olvídalo, paso de ustedes luego de que me dejaran tirado con el maníaco de esa casa -Zanjó Caleb molesto-. Así que ya déjenme en paz -El cabreo le había bajado erección de golpe así que se levantó.

-No lo entiendes, es importante -Indicó el pelirrojo con bastante énfasis, lo que a Caleb le extrañó.

Shaun no era de mucho hablar, pero parecía muy conversador ese día.

-Me dejaron tirado, Shaun, no pienso volver a...

-Saben que vives con ese hombre -Soltó Shaun encogiéndose de hombro, como si se estuviera disculpando.

Pero Caleb no notó ese detalle, el shock no lo dejaba.

-Tucker, Jax y Matt le vieron recogerte y planean algo, no se qué es pero lo hacen, los conozco -Indicó mientras observaba el suelo.

-¿... Y por qué me dices esto? -Preguntó Caleb sin entender todavía-. ¿No te la pasa con ellos?

-Ya no, te dejaron botado con un sujeto armado, eso me bastó -Lo miró de soslayo-. No sé cómo te las arreglaste para no solo salir bien librado sino que terminaste yéndote a vivir con ese sujeto... Pero solo me bastó imaginar que me harían lo mismo para dejarlos, además, sus cerebros vacíos ya me estaban cansando -Suspiró aburrido-. Así que ya te lo dije Prescott, no te les acerques, bajo ninguna circunstancia, ninguna -Enfatizó mientras de pronto se alejaba.

-De todas maneras no pensaba hacerlo -Murmuró a la sombra que ya se iba por el pasillo.

Al parecer, ese día no iba a ser como otros.

Las palabras de Shaun no se alejaron de su mente durante todo el día, ni siquiera cuando salió del instituto, ni siquiera cuando caminó un par de calles y llegó a la parada de autobuses.

Ni siquiera cuando la camioneta plateada con Tucker, Jax y Matt dentro, se paró frente a él, Caleb observó a su alrededor solo para ver qué no había nadie, como cosa rara.

-Hey chico poli ¿Qué honda? -Soltó Tucker como quien no quiere la cosa, de lo más casual mientras Jax lo saludaba desde los asientos traseros.

-¿Dónde está Shaun? -Preguntó Caleb de inmediato al notar que no estaba adentro.

-¿Él idiota ese? Se cansó de andar con nosotros el muy estúpido -Bufó Jax-. Andamos aburridos y creímos que podíamos venir a salvarte -Indicó guiñando un ojo.

-¿Salvarme?, ¿De qué? -Inquirió mientras comenzaba a caminar-. No sé de qué hablan pero tengo que irme, lo siento.

-Vamos Caleb ¡No te vayas, vamos a divertirnos! -Exclamó Matt mientras conducía, siguiéndolo.

-Si Caleb ¿O es que le tienes mucho miedo a tu noviecito? -Le preguntó Tucker a quemarropa.

A Caleb se le pegaron los pies al suelo.

-¿De qué coño hablas? Yo no soy maricón -Negó nervioso mientras observaba a todos lados por si alguien escuchaba esta conversación para pedirle ayuda o Dios sabe qué.

-Vamos Caleb ¿Ahora vas a decir que es mentira? -Se carcajeó Tucker-. Me preguntó que pensarían los demás cuando vieran las fotos donde sales tú con un pollón de cerámica en casa de ese sujeto, levantándolo por todo lo alto y las fotos de ti entrando y saliendo de esa casa sin parar -Amenazó.

-Vamos Caleb, solo vamos divertirnos un rato, como en los viejos tiempos -Le animó Jax con un guiño.

Pero Caleb no se movió ni un centímetro.

-Vayan a chantajear a otro, si intentan algo, se las verán feas con mi tutor -Amenazó por su parte.

El pensamiento de que Brandon lo protegería de esa clase de cosas lo sorprendió tanto como la idea en sí.

-Ademas, dudo que sus pendejadas sean ciertas, sin contar que casi nadie le va ha creer en caso de que sea cierto -Razonó en frío por unos segundos.

Los chicos en la camioneta lo miraron unos segundos.

-¿Tú tutor?, ¿Así es como te pide que te llame tu chulo? -Indagó Jax-. ¡Bah!, ¿Qué más da? Súbete Caleb -Pidió amablemente.

-No, jódanse ustedes y sus jueguitos -Indicó mientras comenzaba a caminar de nuevo.

-Entonces súbete por las malas, chico poli -Indicó está vez Tucker mientras lo apuntaba con una pistola-. Esto es lo que te excita ¿No? Que te apunten con pistolas -Matt se rió como loco por unos segundos.

Caleb la reconoció de inmediato, era el arma del hermano mayor de Jax con la que algunas veces jugaron, era de verdad.

Cargada de verdad.

-Vamos Caleb, no tenemos todo el día ¡Súbete coño! -Exclamó Jax impaciente.

El cuerpo de Caleb no lo deseaba para nada, le estaban dando náuseas y se estaba mareando, pero forzó a sus pies a caminar a la camioneta y abrir la puerta.

Cuando se sentó junto a jax, se dio cuenta de que el miedo y el nerviosismo que sintió con Brandon cuando lo conoció en adelante, era una mota de polvo comparado con lo que sentía en ese momento.

-Bueno chicos, tenemos diversión para hoy -Soltó Tucker mientras le daba el arma a Jax y este le apuntaba-. Hoy conseguimos una buena puta, así que nos divertiremos bastante.

La sangre de Caleb se heló con se comentario.

-¿Por qué tan pálido Caleb? Sabemos que te gusta la salchicha -Le dijo Jax lujurioso mientras se agarraba la entrepierna con una mano-. Que triste Caleb, debiste habernos dicho que eras de la otra acera hace tiempo ¡Lo bien que nos la hubiéramos pasado con una perra como tú! Toda hambrienta de salami -Se relamió los labios.

-Por cierto Caleb -Comentó Tucker de pasada-. Se nota que eres hijo de un jodido policía. Es cierto que no tenemos pruebas de nada... Pero luego de hoy, habrán pruebas suficientes como para subir un vídeo a cualquier plataforma -Insinuó lentamente.

Caleb cerró los ojos y respiró lentamente, frío y calculador, porque era eso o gritar histérico o llorar patéticamente, y no les iba a dar el gusto.

Cuando llegaron a un edificio abandonado y medio arruinado a las afueras de la ciudad, Caleb supo que estaba a punto de sufrir la peor de las torturas.

Pero ya fuiste violado una vez ¿Lo olvidas? Ese hombre también te forzó -Su mente dio un giro extraño mientras entraban a la guarida con el cañón de la pistola en su espalda baja- A menos que claro, no lo cuentes porque ese hombre te gustó desde que lo viste, la primera persona que te gus...

-Aquí estamos mi querido Caleb -Lo despertó Tucker-. Hora de divertirnos -Aplaudió-. Mira, como sé que no te dejarás hacer así como así, tenemos una bonita cámara por allá, para que estés a gusto y te grabemos bien -Le señaló una cámara de video puesta en un trípode que miraba hacia un roído sofá y un colchón-. Y tenemos estás lindas esposas para mantenerte atado, no queremos que tú fiera interior despierte cuando soltemos el arma ¿No? -Matt soltó una carcajada mientras le daba las esposas.

-Por favor, no me hagan esto, por favor, chicos -Suplicó mientras Matt le esposaba la manos adelante y las sujetaba a una cadena algo larga que estaba pegada a la pared, entre el colchón y el sofá.

Tucker tomó la cámara y lo grabó de frente.

-¡Nuestra primera peli porno chicos! Pongan a tono al bombón -Ordenó.

En respuesta Matt le dio un puñetazos en en la boca del estómago, Caleb cayó al piso sin aire cuando sintió que lo empujaban hacia el colchón, apenas cayó, sintió otro golpe en estómago, otra patada, Matt lo golpeó el cabeza otro par de veces hasta dejarlo mareado.

-No, no, no... -Murmuró sin parar mientras trataba de resistirse, aún así no pido evitar que le arrancaran la ropa hasta rompersela en jirones y quedar desnudo.

-¡Joder mira ese pollón que se gasta! -Exclamó Tucker filmando todo, Matt y Jax lo mantenían sujetado al colchón-. ¿Porqué una perra como tú tiene algo así? Fijo ni la sabes usar -Le pateó el pene-. Vamos chicos, enseñémosle como se usa una buena verga.

Jax de pronto le pateó la cara, dejándolo aún más mareado y confundido, cuando recuperó la consciencia, los tres ya estaban desnudos.

-Por favor... Tucker, éramos colegas, amigos, no me hagan esto por fa... -Jax lo agarró por el pelo y lo arrastró, Caleb gritó de dolor.

-Nosotros no somos amigos de maricas, nosotros usamos a los maricas -Le escupió en la cara.

Entonces de pronto levantaron sus piernas hasta dejárselas a la par de su cabeza, Caleb trató de soltarse cuando sintió varios golpes en los costados, seguido de un pinchazo en un costado que le hizo sangrar un poco.

-Si no te dejas te vamos a rajar gusano, una palabra más y te abrimos en canal -Y junto a la amenaza sintió un pinchazo aún más profundo, Caleb solo podía llorar impotente.

-Míren ese coñito, tan rosado y cerradito -Alabó Matt mientras pasaba toscamente sus dedos, haciéndole algo de daño.

-Va, yo lo estreno, que el que hizo más en esto fui yo -Indicó Jax parándose frente a él con una polla de tamaño normalito de unos diecisiete centímetros pero que peleaba en grosor con la suya-. ¡Te voy a abrir el boquete perra, te voy a destrozar el virgo! -Canturreó miétras apuntaba su verga hacia su ojete.

Y bajó...

Caleb sintió que se le iban a desgarrar las cuerdas vocales del grito de dolor que soltó, era mil veces peor que la primera vez que Brandon lo penetró.

-¡Calla puta! -Le gritó Matt golpeándolo otra vez.

Jax tomó sus piernas y lo sujetó al colchón a la vez que metió por completo su polla, Caleb cerró los ojos y lloró en silencio sintiendo qué estaba y a la vez no en el lugar, deseando morir.

-Ah, que culito, el mejor que...

De pronto sintió como Jax se le quitó de encima, sacando su verga de golpe y propinándole otro latigazo de dolor que lo hizo gemir levemente.

Sus oídos pitaban y el mundo se sentía borroso, diluído, y poco a poco comenzó a tomar consistencia a la vez que los sonidos volvían, lo primero que escuchó fue:

-¡¡POR FAVOR PARA, PARAAAA!!

-Lo siento chicos, pero si se meten con mi pupilo, entonces tengo que castigarlos.

Esa era la voz de Brandon, su tutor.

Caleb trató de observar la escena.

Matt estaba tirado en el suelo con la cara tan hinchada que solo lo reconoció porque era el único de piel oscura ahí, Jax se retorcía en el suelo agarrándose las dos piernas, una estaba hincada en la rodilla como un balón y la otra estaba torcida en un ángulo antinatural y el fémur se veía sobresalir astillado en la piel.

Y Tucker tenía ambos brazos dislocados y las rodillas seguramente dislocada de lo hinchadas que parecían mientras estaba siendo sujetado por las bolas y era arrastrado por Brandon.

-¿Quieres tener hijos mal parido? Veamos si lo consigues luego de que trapee el suelo contigo -Tucker trataba de zafarse pero Brandon apretaba más y más hasta que solo le quedaba el reflejo de esconderse.

-Bran... -Murmuró Caleb sintiendo dolor por todo su cuerpo, entonces recordó que era su tutor-. S-señor -Llamó más fuerte.

Su tutor soltó a Tucker como si quemará y fue a por él de inmediato.

-Caleb, Dios Caleb, estoy aquí, estoy aquí -Le dijo meintras lo abrazaba.

Caleb sintió las lágrimas salir mientras se aferraba a su carísimo traje, él sabía que no debía dañarlo con su sangre y sus lágrimas porque Brandon lo iba a castigar seriamente por eso, también se dio cuenta que pensaba así porque estaba en shock pero eso no le importó.

-L-lo siento señor, estoy dañando su ropa con mi sangre y mis lágrimas y n-no llegué a tiempo a casa y n-no avisé que llegaría tarde y e-estuve, e-estoy con...

-Dios niño, Caleb, no pienses en eso, está bien, lo entiendo, no voy a castigarte por nada de esto -Suspiró-. Ya castigué a quienes lo merecian, ahora vámonos...

-S-su trabajo...

-¡Caleb! -Exclamó Brandon mientras lo abofeteaba algo duro-. Reacciona, estás desnudo y sin ropa, fuiste ultrajado por estas sabandijas, debemos irnos y tratar tus heridas -Explicó.

El que él lo dijera, la forma en lo dijo y el hecho de que sus ojos reflejarán cierta suavidad y... Lástima, algo que jamás había hecho, lo hizo todo más real.

Más sucio.

Caleb lloró sin clemencia mientras su tutor lo cargaba fuera de ese lugar.

Apenas sintió que lo subieron al auto y apenas escuchó las palabras, lo único que le importaba era volver a recoger los pedazos de su ser y meterlos en donde sea que los tenía antes.

Para cuando fue consciente otra vez, Brandon lo volvía a llevar cargado y estaban dentro de su ca...

No, dentro de la casa de su tutor.

Brandon lo dejó en su habitación y salió unos segundos para volver con un botiquín de primeros auxilios.

-Primero trataremos tu esfínter, voltéate, déjame ver por favor -Caleb comenzó a negar, asustado-. Caleb solo voy a curarte, es todo, es una orden.

De repente todo el temblor en el cuerpo de Caleb paró y se dio la vuelta a la vez que elevaba las caderas sumisamente.

Caleb por unos segundos no sintió movimiento alguno por parte de Brandon hasta que esté tomó sus piernas y las separó a la vez que lo hacía poner las nalgas en pompa, Caleb cerró los ojos y se dejó llevar.

-Tienes un corte superficial en el ano -Indicó clínicamente y Caleb lo agradeció-. Debo revisarte por dentro.

Y antes de que pudiera decir algo, sintió sus dedos entrar, gimió de dolor por la apertura y más cuando los sintió abrirle.

-No te cortó adentro, o por lo menos a eso parece a simple vista -Indicó-. Ya dejaste de sangrar así que te aplicaré una crema anestésica y otra cicatrizante -Explicaba claramente mientras repartía la crema en su entrada, poco a poco el lacerante dolor remitió-. Ahora me ocuparé de las heridas en tu rostro y torso, vamos.

Entonces Caleb se volvió y su tutor ya tenía allgodón con yodo preparado y comenzó a pasarlo por sus pómulos, el dolor fue mínimo comparado con todo lo demás.

-... Lamento no haber llegado a tiempo -Caleb abrió los ojos y miró a sus tutor, él tenía esa fría mirada de siempre, solo que con el ceño fruncido y la mandíbula totalmente tensa-. Lamento no haber podido evitar que ese maldito te haya... Es imperdonable -Caleb observó atento como su tutor cerró los ojos y dejó caer ese muro de hielo brevemente con un leve rictus de agonía.

-Pero usted evitó que hiciera lo demás, y con eso me basta señor, gracias por salvarme -Indicó mientras trataba de sonreír, Brandon lo miró sorprendido completamente.

-Tú fuiste quién sufrió un trauma, no deberías de consolarme -Señalo cabizbajo su tutor.

-Señor...

-Ya deja de decirme señor que me empieza a obstinar -Chasqueó la lengua.

-Brandon, no tengo un trauma -Refutó-. Sentía dolor, me sentía violentado y estaba indignado... Pero nada grave, lo único que tenía en mente, es que yo iba a morir solo, que no tendría a nadie a mi...

-Yo estoy a tu lado -Irrumpió Brandon-. Sé que soy un cabronazo íntegro cuando quiero pero nunca lo dudes, yo estaré para ti siempre Caleb -Aseguró.

Mientras dure está tutoría -Pensó pero no lo dijo, no quería romper está burbuja.

Caleb miró a su tutor mientras lo limpiaba, parecía un poco más sereno ahora.

-¿Cómo supo que estaba ahí? -Preguntó al darse cuenta del detalle.

-... Tu amiguito Shaun me lo dijo -Reveló observándolo mínimamente para seguir limpiándo y desinfectando sus heridas-. Apareció en la casa justo cuando iba a salir otra vez y me contó todo, indicandome en dónde podrías estar... Me agrada el chico, es bastante impertinente pero tiene agallas, merece unas cuantas tutorías de mi parte -Comentó tranquilo con una pequeña sonrisa.

Caleb lo observó unos segundos ¿Su tutor acaba de intentar hacer un chiste? Definitivamente está muy mal, no pudo evitar reírse del triste intento.

-Eres el primero que se ríe de algo que haya dicho -Comentó algo asombrado aunque hizo un poco más grande la sonrisa y está vez si le llegó a los ojos.

Caleb permaneció mudo unos segundos, si Brandon era guapo a simple vista, con una sonrisa era simplemente irresistible.

-Brandon ¿He sido un buen pupilo? -Le preguntó luego de unos minutos.

-¿... A qué viene esa pregunta? -Inquirió su tutor luego de limpiarlo.

-Me gustaría pedirle algo -Indicó mientras se sentaba, lo observó a los ojos.

-... Bueno Caleb, considerando los hechos, si me pidieras las estrellas buscaría la maldita forma de bajarlas -Dijo al fin, asistiendo.

Caleb se atrevió a tomarlo del hombro derecho y la mejilla izquierda, sus ojos verde oscuro su acoplaron los ojos carbón del otro.

-Me gustaría que me hiciera el amor -Reveló al fin, sorprendiéndose de sí mismo, Brandon lo vio con lo ojos desmesurado también.

"Me gustaría que me follara" fue lo que iba a decir, pero sus labios y su voz lo traicionaron totalmente.

Y antes de que Brandon pudiera decir algo, selló sus labios con los suyos, sintió a su tutor resistirse un poco y refunfuñar por lo bajo para luego colocar una mano en su nuca y poseer su boca con uno de esos deliciosos besos demandantes donde todo lo suyo era de él y nada más, donde sus lenguas se frotaban con fricción y sus salivas se mezclaban haciendo el mejor cóctel que haya probado jamás.

Brandon se separó de él un poco, solo lo suficiente para que sus labios se rozaran.

-¿Estás seguro pequeño Caleb? Te va ha doler -Advirtió y pudo ver en sus ojos que lo decía de corazón.

-No me importa, solo quiero que usted me posea, solo usted -Suspiró mientras le daba un pico, escuchó a Brandon tragar en seco, controlándose-. Solo usted me hace sentir así, solo usted, por lo que solo usted me puede tener, nadie más -Volvió a besarlo-. Hágame suyo, hágame olvidar es...

Brandon lo empujó suavemente en la cama a la vez que comenzó quitarse la ropa lentamente, Caleb observó como suavemente ese cuerpo volvía a estar dispuesto para él.

-No haremos nada extremo por tus heridas, no quiero hacerte más dañó -Soltó una risita irónica-. Será todo bastante convencional, lo cual es realmente irónico -Explicó, Caleb también sonrió al entenderlo-. Lo haré todo yo, solo relájate.

Para cuando terminó de explicar, Brandon ya estaba totalmente desnudo con su pollón totalmente erecto y una gota de precum se asomaba por el ojo de su capullo, Caleb observó atentamente como este llevó un dedo al capullo y tomó la gota para luego comérsela. Solo eso bastó para hacer que su glande se mojara.

Brandon se posó sobre él mientras acoplabla sus caderas con suavidad sin aportarle su peso, solo acariciando sus vergas entre ellas, por la diferencia de alturas no podían besarse, pero Caleb se encogió un poco sin importarle el dolor de sus heridas y Brandon se estiró haciendo alarde de una elasticidad que no parecía poseer y se besaron mientras sus pelvis comenzaban a rozarse, sus capullos a frotarse y a soltar más y más precum.

Cuando el placer comenzó a ser irresistible, rompieron el beso mientras Caleb caí rendido y Brandon comenzaba a afincarse en el moviendo, Caleb tomó las caderas de su tutor y profundizó el contacto a la vez que jugaba con sus dedos en su ojete, Brandon bufó en celo al sentir las falanges entrar un poco en él mientras aceleraba un poco más.

Los gemidos aumentaron a las vez que el calor y el sudor por igual, Caleb ya metía tres dedos por ese ojal que los tenía fuertemente sujetados como si no quisiera que los sacará mientras Brandon chupaba sus tetillas y movía sus caderas en círculos, sus vergas estaban tan húmedas que se frotaban sin problemas.

-Al diablo... Tú me haces querer romper mis reglas niño, eso amerita un castigo, por corrupción e incitacion -Dijo su tutor de pronto, subiendo por su cuerpo hasta besarlo.

-¿Eso es bueno o malo? -Preguntó Caleb entre los besos.

-Malo...

-Entonces castigueme -Gruñó mientras metía más a fondo sus dedos y los abría, Brandon gimió fuertemente-. Lleva días queriéndome castigar, pues bien, ahora tiene un motivo -Argumentó.

-Otro día... -Murmuró mientras se sacaba los dedos de Caleb y se sentaba sobre el pollote de su pupilo.

Y sin previo aviso se lo clavó.

-¡Joder! -Exclamó Caleb sosteniéndose de sus caderas, Brandon las giró un poco y sintió como su verga se restregaba con las paredes de su tutor.

-Vocabulario niño, tienes otro castigo asegurado -Suspiró Brandon con la voz entrecortada a la vez que comenzaba a moverse.

-Serás para otra ¿No, no? -Brandon asintió rápidamente mientras se agarraban de las manos, Brandon profundizó sus movimientos mientras que Caleb comenzó a empujar también.

-Caleb, tus heridas...

-Que le den a las heridas -Indicó mientras le penetraba más duro.

-Vo. Ca. Bu. La. Rio -Comenzó a gemir sin para Brandon mientras se movía más duro.

A partir de ahí ambos fueron un amasijo de gemidos y movimientos en busca del placer el otro. A veces Caleb soltaba sus manos y martilla ese ojete con todas sus fuerzas mientras su tutor gritaba a la vez que se machacaba los pezones, entonces cuando se cansaba volvían a agarrarse y repetían ese baile de sensualidad que los llevaba a...

-¡Me vengo, Dios, me vengo, señor, me corroooo! -Gimió Caleb como loco mientras se arqueaba profundamente a la vez que halaba a Brandon hacia abajo, dejando su ardiente semilla lo más hondo que podía.

-¡Ah, Caleb, eso es muuuchooo! -Gimió Brandon corriéndose también y bañando a Caleb con su semen.

Caleb cayó en la cama mareado a la vez que su tutor se levantaba de su pollón para luego levantarle las piernas y entrar en él lentamente. Por las cremas apenas sintió dolor, así que solo se limitó a abrazarlo con las piernas, retorcerse los pezones y disfrutar del masaje prostático que le daba su mentor con su inhiesto glande.

-Que pupilo tan holgazán ¿No piensas moverte? -Le preguntó Brandon mientras le colocaba una almohada bajo las caderas para no forzarlo.

Caleb no dijo nada, en cambió sus entrañas comenzaron a pulsar rítmicamente, Brandon rugió de sorpresa y placer a la vez que aceleraba su embites.

-¿Eso le parece suficiente señor? -Jadeó Caleb mientras apretaba más y más, incluso aunque le doliera, sintiendo como su cuerpo se acalambraba de placer.

Brandon no respondió, solo iba a galope, resoplando y haciendo un saca-mete a una velocidad imposible de mantener para alguien normal.

Y Brandon rugió bañado totalmente en sudor mientras soltaba lo que le quedaba dentro de su culo, al sentir la ardiente marea, a Caleb se le pusieron los ojos en blanco mientras que mansamente, soltó su simiente mientras temblaba sin control.

Brandon cayó sobre él agotado y en respuesta Caleb gimió adolorido.

-Lo siento, se suponía que no te lastimaría y al final lo hice -Indicó Brandon mientras se levantaba de encima pero Caleb no lo dejó.

-Déjelo, no me importa, quédese como estaba, estoy cómodo -Indicó, su tuyos lo observó algo dubitativo pero al final le hizo caso.

Y para cuando la verga de Brandon salió de su cuerpo, ambos ya estaban profundamente dormidos.

Continuará...

Hola chicos, espero que les haya gustado este cap, pido perdón por si se me escapó algún error o alguna frase incoherente... Ahora bien, ya sabemos que es lo que pasa en la mente de Caleb, pero, qué pasará por la mente de nuestro sexy tutor? No se lo pierdan!! Feliz pajazo!!!