El tutor 33

"¿Cómo se dice?" Preguntó Brandon mientras se quitaba la prenda. El pollón se le salía por un lateral de la tanga y chorreaba precum. Cris la observó unos momentos antes de mirarlo a los ojos. "Gracias por la comida... Señor"

El tutor 33

Cristopher, masajea el culo de tu amo.

Brandon...

Mientras él se alejaba de Caleb, pudo sentir cómo poco a poco, la molesta presión que sentía en su pecho iba menguando hasta desaparecer por completo; esta extraña sensación aparecía cada vez que se encontraba con él. Si Brandon podía compararla con algo, era como la sensación de tener una olla a presión que crecía en su pecho; apretándose a cada segundo que estaba a su lado, cada vez más cerca de estallar.

¿En qué forma estallaría esa sensación? Brandon no sabía, pero tampoco tenía ganas de saberlo, era por eso que siempre trataba de mantenerse totalmente alejado de Caleb aún cuando lo tenía cerca, como si ambos vivieran en diferentes planos aunque sus círculos sociales eran prácticamente el mismo.

Si fuera por Brandon, él borraría la existencia de Caleb de su vida, lo borraría todo, incluyendo sus recuerdos... Tal vez así no sentiría esa cosa deforme y asquerosa que le hacía arder de rabia cada vez que lo tenía cerca. Para él, el mundo era un lugar mejor sin Ca-

—¿S-señor Brandon? —dijeron a su lado, deteniendo con ello su tren de pensamientos—. E-en verdad lamento todos los problemas que causé; p-por favor, no se moleste tanto conmigo.

Brandon observó al chico a su lado.

Vestido con un enorme suéter gris oscuro que le llegaba hasta poco más arriba de medio muslo, y unos diminutos shorts negros, los enormes ojos celestes de Tim Bradford lo observaban con una mezcla de nerviosismo, culpa y preocupación.

Automáticamente la ira que había estado llenando a Brandon hasta ese momento, desapareció. Suspiró levemente.

—Lo siento por preocuparte Tim, estoy bien —dijo esbozando una ligera sonrisa mientras frotaba la cabeza de su pupilo.

Aunque Tim medía un metro setenta y cuatro, Brandon tenía la impresión de estar mimando a un niño pequeño de metro y medio.

Las mejillas de Tim se tornaron rojas a la vez que suspiró aliviado.

—Eso no significa estés a salvo por lo que provocaste, jovencito —prosiguió Brandon, frunciendo levemente el ceño.

Tim se hundió un poco.

—L-lo siento mucho, señor Brandon —comentó Tim alicaído. Siempre lo llamaba "señor Brandon" cuando se sentía regañado.

Durante esas dos semanas, Brandon había comenzado a darle tutorías a Tim.

Todos los días, desde que el sol toca el horizonte hasta la media noche, Brandon se encargaba de enseñarle al chico todo lo que consideraba necesario.

Para su sorpresa, realmente Tim no necesitaba mucha ayuda; era un chico bastante capaz y con muchos conocimientos y al que realmente solo le afectaban las cosas de las personas que el consideraba cercanas... Aunque su mirada era suave y blanda, su carácter era bastante resistente.

El único problema que tenía, era su personalidad extremamente introvertida y su incapacidad para responder con lo que pensaba en las situaciones incomodas o agresivas... Justo como lo ocurrido en la pista de baile.

Así que Brandon se había enfocado en colocarle en situaciones que lo sacaran de su zona de confort con el fin de sacar a relucir su carácter oculto, por eso lo había llevado a esa fiesta.

Por desgracia, fue un rotundo fracaso.

Brandon suspiró al ver qué su ejercicio mental había sido un desastre total; a la hora de la verdad, Tim no solo se había ido, influenciado por esos sujetos, sino que había provocado una pelea al no haberlos detenido en su momento.

—Por ahora, vayamos con Cameron a ver qué quiere, luego te daré un apropiado castigo por tu desobediencia.

—S-sí, señor —susurró Tim, más y más deprimido a la vez que se jalaba el borde del suéter más abajo, tratando de ocultar sus esbelta y firmes piernas, productos del ejercicio al que Brandon lo sometía a diario.

Normalmente Brandon le daba clases de oratoria, lo llevaba a lugares públicos donde tenía que hablar con desconocidos y lo hacía ejercitarse y entrenar con él. Así que siempre tenía a Tim sudando la gota gorda y eso se empezaba a notar en el cuerpo del chico.

Honestamente, Tim le llamaba mucho la atención. Con su sonrisa capaz de iluminar todo y su suave y cortés amabilidad, él siempre lograba que Brandon se sintiera más tranquilo, más centrado.

Puede que fuera mucho más tímido, pero el chico le recordaba mucho a su Caleb... Al viejo Caleb que había muerto por su culpa.

Y eso siempre mantenía a Brandon al borde, sin saber muy bien que hacer con Tim, porque el chico simplemente no daba señales de estar interesado en él más allá de sus tutorías.

De pronto sintió como el chico haló de su chaqueta.

—¿S-señor Brandon? —dijo Tim cabizbajo.

—Tim, ya te he dicho que me llames simplemente Brandon ¿Vale? —Tim asistió en respuesta— ¿Qué ocurre?

—¿Q-qué pasó entre usted y mi tío? —preguntó Tim antes de pensarlo mejor—. D-digo, entre usted y Caleb.

Brandon frunció levemente el ceño.

—¿Por qué preguntas eso?

Tim se abrazó a sí mismo algo incómodo y dijo:

—B-bueno, es que... Usted se vuelve muy frío cuando está cerca de él —explicó con cuidado.

Brandon dejó de respirar unos segundos.

—¿Tanto se nota? —preguntó simplemente, agachando la cabeza.

Tim sintió con la cabeza antes de susurrar un suave "sí".

Brandon comenzó a caminar de nuevo, sintiendo el irá volver a hervir en su interior.

—Bueno... Podría decirse que Caleb me decepcionó por completo, eso es todo.

—¿Seguro? —susurró Tim, dubitativo.

—Seguro —gruñó Brandon sin poder evitarlo.

Tomó la mano de Tim y lo arrastró hasta la oficina de Cameron, antes de que siguiera haciendo preguntas que no debía.

Cuando llegaron, incluso desde afuera se podían eschabar gritos que provenían de la oficina. Ambos se observaron unos segundos antes de que Brandon abriera la puerta.

—¡No entiendo por qué sigues tan alterado! —exclamó Cristopher Stone, cruzándose de brazos—. Fue mi desición hacer esto, Roger, mía y de nadie más, y tú no eres mi padre para estar dándome regaños al respecto.

Roger gruñó en ese momento en advertencia.

—Incluso si fuera tu desición, obviamente no sabes en dónde te metías, Cristopher ¡Podía haberte elegido algún bastardo o degenerado como ese sujeto que intentó comprarte! —adviritó el grandulón dando un paso hacia adelante.

—Ajá, pero igual me compraste.

—¡Gastando cincuenta mil dólares!

—Estás consiente de que si yo quiero, puedo evitar la compra-venta de mi sumisión si veo algo sospechoso en el momento ¿No? —espetó Cris virando los ojos, a Roger le saltó una vena—. Primero que todo, Roger, yo sí tengo experiencia como sumiso; el cómo la obtuve, no te importa —advirtió cuando notó que Roger fue a replicar—; en segundo lugar, tú no eres quién para decirme si fue peligroso o no; en tercer lugar, no te atrevas a darte aires de salvador conmigo, que tú ni siquiera eres mi amigo o algo por el estilo y por último, si no vas ha ejercer como mi amo ¡Entonces no pagues una mierda! —explotó al final.

Roger solo pudo observar al pequeño rubio con el rostro rojo de la ira.

Entonces Cameron, que al parecer se había mantenido lejos de la discusión mientras bebía algo de té, aplaudió.

—Creo que es obvio quién ganó está absurda discusión, Roger —indicó mientras se levantaba con lo que parecía ser, el contrato de Cris.

—¡P-pero...!

—No hay más nada que decir. Cristopher Stone tiene la razón —zanjó Cameron sin dudarlo—. Así que, si vas a seguir con esta tontería, entonces llamaré a los guardas para que te saquen.

Roger apretó la mandíbula tan duro que Brandon casi la escuchó crugir.

Cameron por su parte, totalmente indiferente al rostro ceñudo de Cris y a la ira contenida de Roger, le entregó el documento al grandulón.

—Entonces ¿Firmas o no?

Roger se detuvo unos segundos antes de tomar el contrato.

::::::

Las luces pasaban de un furioso gorgoña a un azul oceánico en la pista de baile. Algunos bailaban; otros hablaban animadamente al rededor de está en los sofás, sillones y camas que había por todo el lugar; no obstante, en su sofá había un silenció de muerte.

Brandon bebía algo incómodo un refresco de cola mientras que a su lado, Roger literalmente se tragaba una botella de ron como si fuera agua.

Tal vez su amigo, con la ira que cargaba, se había olvidado de que él en realidad hasta hace poco había sido un alcohólico empedernido y que eso que hacía era una gran tentación para él, pero aún así, no dijo nada.

Especialmente porque Cris se mantenía sentado en el suelo al lado de ellos, con las cejas casi fundidas en una y con el gesto de querer matar a cualquiera que se le acercara.

Básicamente, Roger era el amo de Cris por uma semana; el grandulón se había negado rotundamente a no pagar, tal vez influenciado por el hecho de que ese dinero sería entregado a la beneficencia.

"No, pensándolo bien, debe ser por eso que aceptó" Pensó mientras le daba un sorbo a su refresco.

Al final, Cameron se había encargado personalmente de Tim, indicándoles que lo iba a llevar a su casa.

—Tú relájate, que desde que apareció Caleb, pareciera que llevas metido un palo por el culo —espetó Cameron en su momento—. Caleb se fué hace rato y ya terminaron las horas de tutoría para ti, así que ve ha follar hasta que te inches de ello. Yo tengo cosas muy importantes que hablar con Tim Bradford —dijo esto último con una mirada aguda.

Brandon no lo quiso admitir en voz alta, pero dejarlo con Cameron era el peor castigo que le podría pone a su pupilo. Así que, aunque Tim suplicó por su ayuda, Brandon lo dejó ir con su hermano...

"De todos modos ¿Qué tan malo puede ser?" Pensó ligeramente mientras se terminaba su vaso de refresco.

A parte de que follar le haría mucho bien, le ayudaría a desestrezarse y a aclarar su confusión con Tim... Solo que no se había imaginado que iba a caer en esta incómoda situación.

Aunque se terminó su bebida y quería más, la situación era tan incómoda que no se pudo levantar, solo para no romper el extraño silenció que los envolvía.

Entonces Cristopher carraspeó sonoramente.

"Oh, mierda..." Pensó al instante.

—Amo ¿Puedo ir a bailar? —preguntó Cris.

—No... —fue todo lo que dijo Roger.

—... ¿Y a tomar agua?

—No.

Cristopher entones se levantó y miró furioso a Roger.

—¿Tan siquiera puedo respirar, amo? —preguntó sarcástico. Roger lo observó con los ojos entrecerrados.

—Si quieres, pues muérete de asfixia.

Cris lo observó sorprendido unos segundos, abriendo la boca y cerrándola sin parar.

—Eres... ¡Eres un maldito y bastardo engreído, idiota! —exclamó Cris tan duro que algunas personas se giraron hacia ellos, comenzando a murmurar entre estas.

Ser la comidilla de todos... Fue la gota que rebasó el vaso de Brandon.

Antes de que Roger o Cris pudieran decir algo, Brandon le quitó la botella de ron al grandulón y se la vacío en la entrepierna.

Roger dió un respingón y apenas reaccionó cuando Brandon se levantó, tomó a Bryan de la cabeza y la estampó en el paquete húmedo del grandulón.

—¡Ya callense de una jodida vez, me tienen harto! —exclamó mientras golpeaba sin parar la cabeza de Cris contra el paquete cada vez más abultado de Roger, que solo podía gemir levemente de dolor cada vez que le golpeaban en los huevos.

Brandon repitió la operación unas diez veces más antes de tirar de los cabellos de Cris y alzarle la cabeza.

—¿Cómo se dice? —gruñó violento, tironeando de los rubios cabellos de Cris levemente.

Las mejillas de Cris se tiñeron mientras lo observaba con la mirada confundida todavía.

—G-gracias, señor.

—Buena respuesta.

Entonces Brandon le abofeteó tan duro que lo tiró al piso; tuvo especial cuidado de no romperle el labio.

—Hablarle de esa manera a tu amo, sin importar si es tu amo solo una puta hora, es una falta total de respeto a todos los amos y si tu amo no es capaz de dar la talla... Entonces yo voy ha castigarte por ser un chico malo.

Brandon se giró y abofeteó a Roger dos veces: el grandulón quedó en shock.

—Y tú. —Señaló a Cris tirado en el suelo—. Él es tu maldito sumiso ¡¿Para qué coño firmaste el contrato entonces si no lo vas ha controlar?! —Lo abofeteó una vez más—. Si vas ha tomar la responsabilidad entonces respeta el código, maldito bastardo, y no jodas la existencia de otros con tu falta de tacto. Tú también necesitas un castigo.

Antes de que alguno pudiera decir algo, Brandon los tomó de las orejas a cada uno y los haló a través de la pista de baile.

Brandon iba tan molesto, que las personas los rodeaban, intimidados, observando como Roger y Cris se quejaban levemente a sus espaldas.

Así llegó a la recepción del hotel.

—Brandon Mayer. Cuarto. Ahora —espetó seco.

La recepcionista trabajó a toda velocidad, entrando cada vez más en pánico al oír cómo él comenzaba a gruñir cada vez más duro y ronco.

La chica soltó la llave en el mesón como si le quemara y Brandon la tomó para marcharse rápidamente, soltando por fin a Cris y a Roger.

Cuando llegaron a la habitación, Brandon jaló a Cristopher por el antebrazo mientras abría la puerta y lo metió con una patada; luego empujó a Roger al interior.

Antes de que los chicos si quiera pudiera detallar el lugar, él caminó hacia el estante del fondo y sacó dos fustas.

—Cristopher, en posición ¡Ahora!

El pequeño rubio, a velocidad luz, se arrodilló en el suelo automáticamente, se sentó sobre sus tobillos y colocó las palmas de las manos hacia arriba sobre sus muslos.

Brandon empujó a Roger hasta situarlo detrás de Cristopher y le dió una fusta.

—Le vas ha azotar en el culo cuarenta veces.

—Bran... —fue a decir Roger algo.

—¡Dije que cuarenta veces! —espetó Brandon al borde de un grito. El grandulón dió un respingón y asintió cabizbajo.

Entonces se agachó a la altura de Cris y lo abofeteó nuevamente.

—Y tú, cada vez que te golpeen, repetirás: "siempre debo obecer y respetar a mi amo, sea quién sea", lo dirás de manera fluída y correcta; si tartamudeas o titubeas aunque solo sea una vez, te azotarán otras diez veces más por cada error ¿Quedó claro?

—Sí... Señor —murmuró Cris respetuoso y con una ligera nota de alarma y medio en su voz.

Brandon se levantó.

—Ahora ponte en cuatro patas. —Cristopher obedeció. Brandon señaló a Roger—. Y tú; te azotaré por cada vez que le pegues a él y dirás: "Siempre debo de estar a la altura como amo, sea quién sea mí sumiso"; si titubeas una sola vez, te voy a meter otros diez fustigazos más y tú tendrás de que dárselos también a él.

Así que si alguno de ustedes se equivoca, ambos pagarán las consecuencias.

Brandon se colocó detrás de Roger. A los cinco segundos le lanzó un fustigazo en las nalgas al grandulón, tan fuerte, que Roger soltó un alarido y se encogió de dolor.

—¿A qué esperas para comenzar? ¡No tengo toda la puta noche para corregirlos! ¡Comienza! —exclamó realmente molesto—. Y ahora, sí alguno grita o se queja, yo mismo le azotaré otras diez veces.

Y así comenzó el castigo.

El primer golpe de la fusta de Roger llegó cuando Brandon terminó de hablar. Cris se encogió al sentir la explosión de dolor en sus glúteos. Inspiró con fuerza y dijo en voz alta:

—Siempre debo obecer y respetar a mi amo, sea quién sea...

Apenas terminó, Brandon agitó el brazo con fuerza y golpeó a Roger en el culo, el doble de duro de lo que este le dió a Cris. Roger tembló con fuerza para luego decir:

—Siempre debo de estar a la altura como amo, sea quién sea mí sumiso...

Brandon no conocía las costumbres de Cris, no podría asegurar si no le gustaban los azotes... Pero podía asegurar totalmente, que Roger lo estaba pasando realmente mal. Su culo era bastante delicado y sensible, y, a parte de que como amo, recibir azotes era algo denigrante, a Roger nunca le gustaron los azotes de ninguna clase, incluso las nalgadas, tendría que estar muy cachondo como para aceptarlos con gusto.

Y ese momento era todo menos cachondo.

Así que con eso mente, por cada azote que Roger le soltaba a Cris, Brandon lo duplicaba en fuerza porque este tenía casi una década siendo un amo. Un fallo así a estas alturas, y por un simple sumiso novato, era algo inexcusable.

Poco a poco el castigo fue dado a amo y sumiso temporales, siéndoles cada vez más difícil aguantar las quejas y hablar correctamente.

Pero aún así aguantaron.

Cuando llegó el azote número cuarenta de Roger; Brandon lo golpeó tan duro que dobló ligeramente la fusta. Roger tragó el gemido de dolor pero no pudo evitar caer al suelo a cuatro patas y sostenerse el trasero.

—Dilo —dijo Brandon fríamente—, dilo o comenzaremos el castigo de nuevo.

Roger inhaló y exhaló con fuerza unas cinco veces y dijo:

—Siempre... Debo de... Estar a la altura... Como amo, sea... Quién sea... Mí sumiso —terminó con verdadera dificultad

Solo entonces Brandon se relajó, sentándose en el sofá que estaba frente a la cama.

—Cristopher, tu amo tiene problemas; alivia el dolor con tu lengua —ordenó Brandon mientras se cruzaba de piernas y de brazo, con la fusta doblada en las manos todavía.

Cris asintió un par de veces con el rostro totalmente rojo y con una mueca de dolor, antes de ir detrás de Roger y bajar su slip de cuero.

El trasero de Roger estaba total rojo, incluso algunas partes se veían moradas y tenía algunos puntos de sangre debido a los vasos que Brandon rompió con sus golpes.

Cristopher comenzó a lamer suavemente todo su trasero sin dudarlo, a Brandon le gustó ese gesto; él chico tenía madera de sumiso.

Roger gimió de alivio levemente.

—Espero que hayas entendido de qué trataba el castigo, Roger —indicó Brandon mientras trataba de enderezar la fusta.

—Ah... S-sí —murmuró Roger, asintiendo. Su cuerpo se relajó tanto que las manos le fallaron y quedó recostado en el suelo—, fuí una burla allá afuera, debí de haberme dado mi puesto y ejercerlo. Lo siento mucho.

—Bien, con eso mi trabajo está listo.

Roger se estremeció ante las lamidas de Cris y abrió más las piernas a la vez que arqueaba la espalda, poniendo el culo en pompa. Cristopher lamía todo sin dejar espacio sin su saliva. El grandulón comenzó a gemir.

—Cristopher, masajea el culo de tu amo.

El pequeño rubio masajeó lentamente las nalgas mientras el grandulón se mantuvo en un segundo plano. Brandon lo dejó estar porque Roger seguramente estaba al borde del dolor.

Pero entonces...

—Cris... Agradece a nuestro tutor por su castigo —ordenó Roger.

En pequeño rubio asintió y se dirigió gateando hacia él.

Brandon solo lo observó para luego extirar su bota hacía el rostro de Cris. Sin decir nada, Cristopher comenzó a lamer el calzado.

Él ciertamente le tenía rencor al chico, así que el tenerlo en esa posición, lamiendo sus botas, le daba a Brandon un subidón de poder y placer más grande de lo que creyó posible.

Cris tomó delicadamente la bota y la lamió con detenimiento. Brandon se la quitó y luego le dió la otra. El chico repitió la operación.

—Quítame las botas y lame mis pies.

—Sí señor...

Sumisamente, el chico desató los cordones y se las quitó, sacándole luego las medias, para luego comenzar a larmer el empeine de su pie izquierdo.

El cuerpo de Brandon vibró de placer y su polla comenzó a palpitar y crecer, ansiosa.

Al otro lado, recostado de la cama, el grandulón masajeaba lentamente su pollón de treinta centímetros, viendo la escena fijamente.

Cuando Cris terminó de lamer todo su pie, Brandon le entregó el otro a la vez que se quitaba la chaqueta.

—Cristopher, ponte en cuatro patas —ordenó Roger entonces.

El sumiso obedeció mientras terminaba de lamer todo el pie. Roger se colocó detrás de este y removió la tira de la tanga el culo de Cris, para lamer directamente su ojete.

Cris gimió profundamente por ello.

Brandon removió la cremallera de su traje, que estaba en el medio de su pecho, y se levantó para quitarselo mientras Cris solo podía gemir sin parar cuando Roger comenzó a devorar su culo con fuerza.

—Cris... ¿Cómo se dice? —espetó Brandon mientras se volvía a sentar.

Su pollón se salía por un lado de la tanga y comenzaba a chorrear. Cristopher observó su polla unos segundos antes de verle a los ojos.

—Gracias por la comida, señor.

Entonces Cristopher se agarró a sus muslos y se comió su glande; Brandon gimió suavemente al sentir la succión.

Brandon lo tomó de los cabellos y lo jaló, obligándolo a chupar más centímetros de su gorda y cabezona verga. Cris se dejó hace, incluso cuando le empezaron a dar arcadas; era tan sumiso que parecía mentira que este fuera el mismo chico que hace rato peleaba contra su amo temporal frente a todos.

Sintió la boca de Cris chocar contra la base de su pollón y gimió suavemente mientras notaba la arcadas en su glande. Sin decir nada, Brandon le tomó de las sienes y comenzó a follarle brutalmente la boca; las arcadas de Cris se triplicaron, pero incluso así se dejó hacer.

En el culo del sumiso Cristopher, Roger ya metía tres dedos en su ojal y los revolvía sin parar.

—Este culito pide guerra —gruñó el grandulón, dándole una cachete en el culo—. ¿Será que le doy lo que pide?

Brandon abofeteó la mejilla de Cristopher, esté se sacó toda su polla de la boca en un húmedo sonido de succión.

—Por favor, amo, fólleme hasta que le plazca, se lo suplico —gimió Cris necesitado.

Brandon y Roger se rieron con complicidad.

—Miren a la perra ahora, es tan sumisa ahora —dijo Brandon, agarrándole la cabeza y volviéndolo a empalar—, tranquila perra, te vas ha hartar de polla está noche.

Cuando Cris se volvió a comer todo su pollón de nuevo. Roger le comenzó a penetrar.

Los ojos de Cris se grandaron al sentir cómo, la deldaga pero larguísima polla de Roger, se enterraba hasta lo más profundo de su interior. El pequeño rubio se aferró a las manos de Brandon, que se dejó agarrar.

Más que adolorido, parecía placenteramente sorprendido.

—Esta perra quiere caña, dale —ordenó Brandon al sentir los gemidos amortiguados de Cris en su glande.

Roger se cernió sobre su sumiso y le apretó ligeramente el cuello mientras comenzaba a embestirlo con fuerza, Brandon sintió claramente el apretón en su pollón y eso le excitó aún más. Los ojos de Cris comenzaron a lagrimear y las arcadas se pronunciaron mucho más... Pero aún así se dejó hacer.

Brandon automáticamente pensó que a ese chico le gustaba que le usaran como quisieran.

Y esa noche, ellos estarían a la altura.

Roger embestía cada vez más duro, haciendo que Cris se tragara su pollón cada vez más rápido y profundo. Brandon tenía serías ganas de ver si podía meter sus bolas en esa golosa boca.

Al final se decantó por sacarle la polla de la boca y sentarse para elevar las piernas, exponiendo así su ojete.

—Cómeme el culo, perra.

Entre gemidos y jadeos por la profunda follada que llevaba, Cris se estiró para meter su cara en su culo expuesto, penetrando su ojete con la lengua. Brandon gimió extasiado, y más cuando Roger se apoderó de su pollón y comenzó chuparlo con fuerza.

Brandon los tomó de las cabezas y controlaba las mamadas con maestría, impidiéndose a sí mismo correrse. Cris soltó su culo y comenzó a tragarse sus bolas mientras le penetraba el culo con cuatro dedos.

Brandon estaba a punto de correrse.

—Saca tus dedos de mi culo, perra... El único culo que será follado esta noche, es el tuyo —ordenó Brandon con la voz más firme que pudo.

Roger y Cristopher le soltaron la polla y el culo, aunque Roger siguió follándose a Cris con fuerza.

—Dios, este culo es muy bueno —gruñó Roger mientras sacaba su largo pollón de golpe y lo volvía a clavar. Cris gimió con fuerza.

—¿En serio? Quiero probarlo.

Roger nalgueó a Cris con fuerza.

—Ya oíste perra, vamos, complace a nuestro tutor.

Cris jadeó con fuerza y gimió cuando se sacó el largo pollón de Roger, entonces se subió al sofá de cara a él. Brandon observó la polla del sumiso.

Era de unos diecinueve centímetros y era extremadamente cabezona, incluso más cabezona que su polla; tenía un suave color rosa en el glande; luego se hacía más y más delgada, hasta ser tan delgada en la base como la polla de Roger. Era todo un misterio el como esa polla se mantenía erguida y recta.

Cris se subió a horcadas en su regazo y se clavó su pollón, gimiendo prolongadamente hasta que se la clavó del todo. Su interior se sentía muy cálido y húmedo, palpitante.

Es culo era un diez.

Brandon le agarró la cara a Cris y le plantó un endemoniado beso, penetrándole la boca con la lengua y soltando toda la saliva que podía, antes de darle una nalgada.

—¡Vamos perra! Cabalga que no tengo toda la no.

Cris comenzó a saltar sobre su pollón, sintiendo cómo esas entrañas pulsaban alrededor de su pollón, soltando alaridos de placer en la boca de Brandon sin poder ya controlarse.

¿Quién diría que el chico que tanto odiaba, terminaría saltando sobre su pollón con tantas ansias?

De pronto sintió como Roger colocó su pollón entre sus labios, así que Brandon se separó de Cris y lo hizo tragarse el pollón del grandulón.

—A comer, zorra —espetó Brandon mientras forzaba a Cris a tragarse la larga verga. Roger comenzó a gemir de gusto, dejando sus manos en las caderas.

La posición era algo incómoda, así que Brandon rotó a Cris hasta dejarlo sentado en su regazo y, agarrándole los brazos con una mano a la espalda, lo hizo saltar sobre su pollón mientras que con la otra lo obligaba a tragar más y más la polla de Roger, quién a dar alaridos de placer.

Entonces en una de esas, Brandon empujó con especial fuerza la cabeza de Cris, notando visiblemente cómo su garganta se abría de golpe y convulsionaba.

Roger rugió de placer cuando Cris se tragó sus treinta centímetros por completo.

Cristopher se revolvía y hacía como si fuera a vomitar... Aún así, no trató de zafarse del agarre.

—¡Joder con el niño! —gimió Roger pletórico al comenzar a follar la boca con fuerza, sacando muy poco de su pollón para luego volverlo a clavar.

Brandon sintió como el ojete le apretó con fuerza el pollón ante esas embestidas e hizo que Roger le penetrara la boca más duro y rápido.

Antes de Cris en verdad se vomitara, Brandon le sacó el pollón de la boca. Cristopher tosió sin control mientras que Roger le golpeaba la cara con su pollón.

—Vamos perra, aún tienes carne que tragar —dijo Roger excitado—, debes de comermela hasta que me corra en tu puta tráquea y hasta más allá de ser posible.

Antes de que Cris volviera a sumisamente comerse ese pollón, Brandon lo detuvo.

—Espera, tengo una idea mejor —dijo él entonces.

Sin sacarle el pollón, Brandon tomó de las piernas al sumiso y se paró. Cris se sostuvo rapidamente de su cuello para no irse de boca al suelo.

Él se acomodó en la cama y se recostó del cabecero de la cama, dejando el culo de Cris penetrado por su pollón, a la vista de Roger.

—Vamos a reventarle el culo a esta perra para que aprenda a comportarse; vamos, métele la polla junto a la mía.

Brandon sonrió sádicamente la sentir cómo Cris se estremeció en sus brazos.

Roger le dió una somnolienta sonrisa y sin decir nada, se montó en la cama, comenzando a tantear la entrada de Cris con su glande.

El sumiso no dijo nada en todo momento, pero Brandon podía notar a kilómetros sus nervios.

Roger intentó varías veces entrar en el culo de Cris, pero estaba demasiado lleno con el pollón de Brandon, lo único que conseguía era hacer que Cristopher gruñera de dolor levemente.

Entonces Brandon se impecientó.

—¡¿Qué coño te pasa Roger? ¿No puedes ser un puto buen amo al menos una vez?! —exclamó rápidamente, sabiendo que eso prendería a Roger.

Cris tragó duró.

—A-mo, por favor, no me...

Roger gruñó una maldición y empujó con todas sus fuerzas hacia el ojete de Christopher.

El grito del sumiso debió de escucharse en toda la planta.

Roger rugió de placer y triunfo cuando terminó de clavar su largo pollón. Brandon podía sentir en el suyo el palpitar del de Roger.

Cristopher solo jadeaba sin control, adolorido.

Entonces Brandon comenzó a moverse como pudo, restregando su pollón con el de Roger, quién comenzó a gemir de placer mientras comenzaba a moverse también.

Cris solo chillaba de dolor.

Parecían un reloj; cuando uno sacaba su polla, el otro la metía, siempre sin sacarla de todo.

Entonces de pronto Roger se clavó hasta la base y comenzó a rotar sus caderas.

Cristopher gritó como si lo estuvieran matando, mientras su pollón escupía chorros y chorros de semen sin parar.

—¡Lo sabía, a esta perra le gusta el dolor! —exclamo Brandon extasiado mientras comenzaba a moverse más duro, al igual que Roger.

El grandulón se agachó y comenzó a besarlo mientras ambos embestía más y más duro dentro de Cris; gimiendo fuertemente en sus bocas cuando se corrieron profundamente dentro de ese culo.

Roger los aplastó a ambos entonces; no obstante, ninguno se movió hasta que las pollas salieron flácidas de ese culo.

—¿Cómo... Se dice? —preguntó Brandon entre jadeos.

Cristopher aún jadeaba y gemía levemente de dolor.

—G-gracias... Por el castigo... Amo... Señor —murmuró el rubio como pudo.

—Pues qué bueno que te gustara —intervino Roger de pronto con un tono divertido y pícaro en la voz—, porque apenas estamos empezando, perra.

Antes de que Cris pudiera decir algo, Roger volvió a meter las pollas semierectas de ambos dentro de ese culo.

Caleb...

El pequeño y discreto despertador de la cama sonó en ese momento, indicando que eran las diez de la mañana.

Caleb había estado tan cansado, que apenas si había consciente cuando tiró el aparato al suelo con un gruñido.

Cuando se reacomodó en la cama para seguir durmiendo y sintió un horrible tirón de dolor en el culo, fue cuando se despertó de verdad.

Él se mantuvo viendo el techo, paralizado.

Las cosas que había hecho la noche anterior; el cómo siempre pedía más sin importar qué tan bruto y salvaje fuera Bryan...

"¡Oh Dios, anoche fui tan, pero tan puta! ¿Y ahora como miro a la cara a Bryan de nuevo?" Pensó avergonzado mientras se cubría el rostro con las manos, sintiéndolo caliente.

A su lado, Bryan dormía tan plácidamente que parecía estar muerto. Una enorme sonrisa pintaba su boca.

Caleb lo observó unos segundos.

"Una vida entera... Junto a este hombre" Pensó lentamente, lo que le hizo contagiarse de la sonrisa de hombre.

Sí, él podía tener una vida entera al lado de Bryan, unas diez mil vidas si era posible.

Anoche Bryan había eclipsado totalmente a Brandon, incluso había apagado todos sus miedos, traumas y complejos. No necesitaba más pruebas que esa.

Él podía hacer esto, él verdaderamente podía salir adelante sin Brandon.

"Solo me falta decírselo, decirle mi pasado con Brandon... Y lo que sufrí en ese lugar..." Pensó lentamente.

Pero no había problemas, él podía hacerlo, ahora sentía que verdaderamente podía hacerlo, solo necesitaba encontrar el momento perfecto.

Con ese pensamiento, Caleb se levantó, no sin antes quejarse levemente del dolor en su cintura.

—... En verdad fui toda una puta —susurró, sientiendo su cara caliente otra vez.

Se colocó su ropa de nuevo y fue ha recepción a pedir que le trajeran del auto, las mudas de ropa que había arreglado para los dos. Luego fue a darse una ducha y quitarse los litros de lubricante y semen que tenía atorados en su interior.

"En verdad... Fui una puta total, como hacía años que no era"

Cuando salió del baño, se encontró a Bryan ya despierto, observando los juguetes ubicados en los estantes.

—¿Cómo demonios la gente se mete esta cosa? —preguntó su hombre con una mueca de horror al levantar una pera más gruesa que el brazo de Caleb y el doble de gruesa que su puño.

—Créeme, sí que pueden hacerlo amor —aseguró, besándose lentamente con su prometido— ¿Cómo amanesiste amor?

—Con hambre —respondió Bryan avergonzado. Caleb soltó una carcajada para luego darle una palmada en el culo.

—Anda a bañarte; voy a esperarte en el bar, ahí te traje una muda de ropa —indicó al final.

Entonces Bryan se le guindó del cuello.

—Cariño... Lo de ayer fue increíble y realmente fue un bonito regalo —agradeció su chico antes de apoyar su frente en su pecho—, pero quiero decirte que tampoco es algo que haga falta en nuestras vidas. Estoy contento de tener a mi Caleb de siempre... Aunque ciertamente me gustaría ver más de este lado, sabes que nunca te obligaré ha hacer nada ¿No?

Caleb asintió con los ojos algo cristalinos.

—Te amo tanto Bryan...

—Oh, cariño, yo también te amo...

Ambos se besaron dulcemente unos minutos, hasta que Caleb no pudo postergarlo más y envió a su hombre al baño.

Vestido con un suéter naranja con cuello en "v", un saco gris, uno jeans agujereados negros y botas oscuras. Caleb bajó hasta el bar.

Por los días, el bar por lo que recordaba, se volvía un simple restaurant para aquellos que usaban el hotel, y por lo visto era todavía así, ya que al llegar se encontró con muchas parejas y grupos desayunando, algunos estaban cambiados como él, mientras que más de la mitad seguía en sus ropas de roles.

Justo en la barra se encontró a Cris; estaba vestido tal cual la noche anterior... Solo que ahora parecía que lo había arrollado un camión; sus nalgas estaban totalmente rojas y con algunos cardenales, chupones, marcas de mordidas y moretones; tenía raguños, más chupones y mordidas y golpes por todo el cuerpo; fluídos secos de dudosa procedencia se veían por todo su cuerpo, más que todo por el pelo y el rostro.

Aún así, con toda esa pinta, el rubio tenía una mirada brillante y tranquila, hablando animadamente con el barman, que tampoco parecía importarle mucho su apariencia.

Aunque tampoco es que fuera el único con esas pintas a esas horas.

Cuando Cristopher se dió cuenta de supresencia, automáticamente se dió la vuelta hacia él, totalmente cohibido.

—C-Caleb... —y fue lo único que dijo.

Caleb suspiró.

"Es ahora o nunca" Pensó decidido.

—Oye Cris ¿Te gustaría hablar conmigo un momento? —pidió levemente mientras se apoyaba a la barra. El barman le dió un menú.

Cris abrió y cerró la boca varias veces.

—E-eh, y-yo...

—Tranquilo Cris, ve ha hablar con tu amigo —intervino el barman de pronto, dándole un guiño al rubio— yo le haré llegar a tu amo los motivos de tu retraso; en todo caso, el desayuno aún no está listo.

Cristopher sonrió aliviado.

—Gracias Carl, eres un sol.

Caleb se dirigió a una mesa vacía que estaba cerca de la barra. Cris se sentó diligentemente frente a él.

Un tensó silencio los envolvió unos segundos.

—Y-yo —dijeron ambos al mismo tiempo. Caleb sonrió algo incómodo a la vez que Cris agachó la cabeza.

—Déjame hablar primero, por favor —indicó Cris rápidamente, cabizbajo—. Yo... No tengo palabras para describir lo mucho que lo siento, Caleb, en verdad, en verdad lo siento; yo era un chico... Bueno, bastante obsesionado contigo y creí, creí que podía hacerte feliz; yo estaba muy enamorado, aún cuando muchas veces me diste pruebas de que nunca me corresponderías. Era un chiquillo que se creía el mejor... Pero era el peor.

Caleb asintió lentamente.

—No es solo tu culpa Cris, yo debí haberlo hecho mejor, hablarte claramente y darte un alto definitivo; debí haberle hecho cara a tus sentimientos antes de que estos se salieran de control.

—Pero no podías hacer nada por ello, Calrb —negó Cris—. En realidad, lo mejor fue que la cosas entre los dos terminaran como lo hicieron, solo entonces pude replantearme mejor quién era yo como persona... Aunque luego no quisieras hablarme por las cosas que hice, creo que en el momento, fue loejor que pudo haber pasado, antes de que realmente te hiciera daño con algo.

Él no supo que decir al respecto, realmente creía que podía haberlo hecho mejor, pero Cris tenía un punto con ello.

Especialmente porque jamás creyó que su amigo le terminara gustando el BDSM.

—Entonces empecemos de nuevo, otra... Otra vez. —Caleb sonrió al recordar el pasado. Cris lo imitó al notar el detalle—. Un nuevo principio entre los dos, uno más lento y más claro sobre lo que deseamos del otro ¿Te parece?

Cris asintió.

—Por mí está bien.

Un mesonero pasó en ese momento y Caleb ordenó su desayuno y el de Bryan.

—Por cierto, nunca esperé que te gustara esto del BDSM —comentó sorprendido. Cris se carcajeó.

—Sí... La verdad es que ni yo lo esperaba. La forma que caí en este mundo fue un tanto extraña, pero la verdad me gusta; me hace sentir más en control... Aunque irónicamente le cedo el control a otro. —se encogió de hombros.

Caleb se carcajeó.

—Ya veo, eso lo entiendo un poco. —Detalló algunos de los raguños y chupones que tenía—. Se nota que Roger te dió duro ayer.

Entonces las mejillas de Cris se tornaron rojas y miró nervioso la mesa.

—E-ermm, no fue solamente el Amo Roger quien me hizo esto... El señor Brandon también estuvo y participó —explicó el rubio con un mirada de disculpa.

Una ácida sensación invadió de golpe a Caleb, quien solo pudo seguir sonriendo, esta vez algo incómodo.

—Entiendo, tranquilo, no pasa nada —desestimó rápidamente.

Aunque sí, sí que pasaban cosas.

—¿En serio?

—Claro, Brandon y yo ya no somos nada —dijo rápidamente—, él se puede follar a quién quiera.

Aunque sabía que era así... Caleb igual sentía esa extraña sensación pegada al pecho.

Y como si Cris lo presintiera, le dió una mirada dubitativa.

—B-bueno...

Caleb lo observó unos segundos, sin saber qué decir ahora.

La intervención de Brandon en el tema, le había cortado del todo.

Pero Cris le ayudó, levantándose de pronto.

—Oye, Caleb, me gustaría hablar contigo más detenidamente en otro momento, porque ahora mismo me esperan en la habitación —indicó el rubio algo inquieto—. ¿Te parece bien si mañana en el trabajo hablamos mejor? Hay mucho en lo que debemos ponernos al día.

Caleb recuperó sonrisa ante esas palabras.

—Claro, me parece bien.

—Perfecto, entonces no vemos —se despidió Cris.

Caleb no pudo evitar ver sus nalgas totalmente rojas. Solo entonces asimiló lo que dijo Cristopher.

Lo estaban esperando... Eso significaba que lo esperaba más de una persona.

Lo esperaban Roger y Brandon.

Antes de que si quiera pudiera sentir algo ante esta conclusión, vió llegar a Bryan, ya vestido con una camisa blanca, unos jeans marrones y botas negras.

Su prometido lo saludó a la distancia mientras trotaba levemente hacia él.

"Así es, mí prometido... No tengo que pensar absolutamente nada sobre Brandon. Bryan es mi futuro, mi mejor futuro posible y no importa nada más" pensó con desición.

Y mientras Caleb comenzaba a desayunar con Bryan... Ni siquiera pudo imaginar que pronto, más pronto de lo que podría siquiera pensar, que ese futuro que tanto anhelaba y por el que era capáz de sacrificarlo todo...

Ardería en las llamas, calcinándose por completo hasta morir entre las cenizas.

Continuará...

Y aquí está, el último capítulo de esta tanda, espero que disfruten mucho este par, porque como verán, empezará la parte ni bonita, ni regular, ni estancada de está historia, pasarán cosas cruciales, que no voy a decir cuáles son, principalmente para no arruinar el escenario de la historia. No más promesas ni vistazos de lo que pasará, esto se ha vuelto una dictadura!!! He dicho!!

Cómo verán, todo está a punto de caramelo. Sé que muchos creerán que en esta tercera parte de la historia, todo ha estado estancado, y, aunque no les guste, tiene que ser así. Caleb no quería salir de su zona de confort ni aunque le dispararan en la cabeza y Brandon ya está en modo "me vale vergas el mundo". Literalmente es la peor forma en la que han estado todos hasta ahora, incluyendo lo demás personajes excepto Daniel y Helen y Bryan.

Pero como ven en las últimas líneas de este cap, eso está a punto de cambiar, es hora de los juegos del hambre señores!!! Y muchas cosas van a pasar, cosas malas, empezando por los próximos dos caps, que publicaré luego de "el caballero e los cuervos" y "él cambió mi vida"

Así que feliz pajazo perros!!! Y que la suerte este de sus lados!!!!

P.d: extraño a la señorita marinor 😔 espero saber pronto de ella, así sea para decir cosas malas XD