El tutor 31

Una noche en un antro BDSM trae giros inesperados de nuevo... Empezando con un reencuentro anhelado. La noche es joven y esto es solo el comienzo...

El tutor 31

¡Oh, Dios Caleb, no sabía que eras tío!

Caleb...

Una semana antes de llegar al antro BDSM...

La discreta oficina de Caleb en ese momento parecía como si dos mundos hubieses colisionado y empezaran una guerra campal.

Por un lado había planos, diseños y diagramas de lo que era uno de los viejos muelles abandonados de la costa de New York, muy cercano a los suburbios del Bronx. La compañía había comprado las tierras y planeaba remodelarlo en una especie de híbrido multifuncional entre un muelle de carga, un centro comercial y una zona de recreación, de ese modo no volvería a degradarse la infraestructura en caso de que alguna de las tres opciones se volviera algo anticuada y necesitara alguna remodelación.

Caleb había dejado el proyecto de la torre Magnus mientras preparaba su boda y todo lo que conllevaba, así que Darren Clarkson le había dado este innovador y desafiante proyecto, le había pedido que pensara con cuidado lo que haría con él, que era prácticamente un desafío, y que no era muy importante por ahora, por lo que no había presiones.

Aunque la paga bajaría dramáticamente por ello, este proyecto era perfectamente lo que necesitaba.

A pesar de que su jefe le pidió que se lo tomara con calma, Caleb al tercer día no pudo evitar ir a toda marcha con el trabajo, lleno de múltiples ideas que revisaba a todas horas con el arquitecto que se le fue proporcionado.

Por otro lado, la otra mitad del escritorio estaba lleno de diseños de trajes, catálogos de telas, interminables listas sobre negocios de alquiler de utilería y catering. Todo lo necesario para recuperar la boda.

Realmente Caleb se estába arrepintiendo de haber atrasado la boda, lo que ya habían planeado de ante mano se había destrozado y ahora tenían que recuperar lo que podían y el resto había que volverlo hacer. Era un desastre.

Bryan se había estado encargando de eso cuando a Caleb se le entregó el proyecto del muelle... Pero la vida de bombero de su hombre había empezado a volverse bastante ajetreada. Su prometido no le dijo nada, pero cuando Caleb notó que la hermosa sonrisa de Bryan se había atenuado y sus ojos estaban llenos de ojeras y se empezaba a quedar dormido en cualquier lado... Por ello él decidió hacerse cargo a pesar de que su hombre protestó.

El trabajo de los bomberos era extremadamente peligroso y delicado... Si a su hombre le pasaba algo por no estar a la altura del desafío por culpa de los preparativos de la boda, Caleb nunca se perdonaría por ello.

Así que ahora estaba en una constante lista de llamadas que no acaban, tanto por trabajo como por la boda, mientras revisaba y anotaba sin parar todos los detalles de ambos proyectos.

En pocas palabras, estaba a punto de matar a alguien.

Justo cuando terminó su última llamada y se tiró en el sillón ha masajearse las sienes, Bryan entró a la oficina aún con su uniforme puesto y una mirada de disculpa en su rostro.

—Pareciera que estás a punto de explotar, cariño —dijo Bryan a modo de saludo antes de agacharse y besar suavemente a Caleb, que mantuvo los ojos cerrados.

—Cerca, pero no lo suficientemente —desestimó él mientras se estiraba y jalaba a su futuro esposo para que se sentará en sus piernas—. ¿Cómo te fue hoy?

Bryan suspiró mientras se terminaba de recostar entre sus brazos.

—Regular... Hubo un choque de autos y bueno... No todos sobrevivieron —susurró con el rostro algo apagado.

—Oh diablos. —Caleb se sentó mejor, alerta por el bajo estado de ánimos de su hombre—. En verdad lo siento Bryan. Debió de ser un día de mierda.

—Lo fue —asintió este, antes de suspirar—... Pero ya está, esas son cosas que pasan y que no se pueden cambiar. —Bryan puso una mejor cara, aunque sus ojos seguían algo apagados—. No voy a traer esa mierda a nuestra casa. Estoy contigo y eso es lo único que importa.

El corazón de Caleb trastabilló en ese momento al escuchar las dulces palabras de su prometido.

Era por esto que Bryan lo era todo para él.

Caleb se levantó mientras cargaba al bombero entre sus brazos. Su hombre soltó un grititos de sorpresa.

—E-eh Caleb ¿Qué estás...?

Pero sus palabras murieron cuando Caleb lo elevó y le dió un suave beso. Bryan le sostuvo de las mejillas, prolongando el contacto.

Cuando se separaron...

—Tengamos sexo, Bryan.

El mencionado observó a Caleb estupefacto unos segundos antes de abrir la boca y soltar:

—¿Quién eres tú y qué has hecho con mi Caleb? —Bryan negó con la cabeza, todavía en shock antes de entrecerrar los ojos—. Me has pedido tener sexo prácticamente todos los días, y cada vez es más fogosa que la anterior... No me quejo, pero empiezo ha sospechar, eh.

Caleb soltó una carcajada antes de volver ha sentarse. Bryan se colocó a horcadas sobre él.

—No sé que tiene de malo. —Caleb se encogió de hombros— solo estoy recuperando nuestro tiempo perdido.

—Eh, lo sé, lo sé, no es que me esté quejando, es sol-

Pero Caleb lo interrumpió cuando mordisqueó sutilmente el lóbulo de una oreja de Bryan, este soltó un gemido sin poder evitarlo.

—Vamos, ambos lo necesitamos... Déjate hacer, cariño —susurró Caleb en el oído de su chico antes de soplarle suavemente. Bryan se encogió, sorprendido.

Su futuro esposo se mantuvo sumiso mientras que él lamió lentamente el cuello de su hombre, a la vez que colaba una mano por la parte trasera del pantalón de Bryan solo para notar que llevaba puestos unos suspensorios.

Él simplemente soltó una traviesa carcajada mientras que el rostro de su promerido se tornaba rojo.

Bryan lo tomó de las mejillas y le plantó un salvaje beso, a la vez que gimió cuando Caleb empezó a meter suavemente un dedo en su ojete, y comenzó a mover sus caderas ansiosamente mientras que él retorcía su dedo en las entrañas de Bryan, masajeando suavemente su próstata.

Bryan se despegó con un gemido.

—Caleb, mierda, fóllame de una-

De pronto el timbre sonó.

Ambos se observaron unos segundos antes de suspirar.

—Coño, quería tanto esta épica follada —se quejó Bryan con un puchero mientras se levantaba—. ¿Quién demonios será? —replicó mientras adecentaba como pudo. Caleb hizo lo mismo mientras trataba de disminuir y disimular su evidente erección.

—No sé, pero sea quién sea, le espera un golpe de mi parte —gruñó él frustrado con la voz todavía cargada de excitación.

Pero para la sorpresa de ambos, quién estuvo al otro lado del portal, era Roger.

—¡Miren lo que tengo para ustedes chicos, disfrútenlo! —exclamó el grandulón con una enorme sonrisa mientras apenas abrieron la puerta, agitando frente a ellos dos boletos de un morado oscuro.

Bryan simplemente hizo un gesto de curiosidad, tomando así las papeletas y las leía. Caleb suspiró molesto y dijo:

—¿Solo viniste para eso? —Puso sus manos en jarras—. Pudiste haber llamado como una persona normal, idiota.

Roger arqueó las cejas sorprendido antes de respirar profundamente. Caleb se tensó en el acto.

"Mierda" Pensó a la vez que Roger esbozó una pícara sonrisa.

—¿Jo? Tienes razón, mi pequeño Caleb, debí de haber llamado. Hubiese sido muy incómodo que los hubiese interrumpido en plena follada ¿No? —Roger se carcajeó intensamente.

—¡T-tú, bastardo! —exclamó Caleb avergonzado, sintiendo el rostro caliente.

Antes de que pudiera decir algo, el grandulón posó pesadamente la mano en su cabeza y le revolvió el pelo paternalmente.

—¡Ya te imagino gimiendo y gritando "Oh Dios, Bryan, dame más, quiero más de tu pequeño gran bribón" JAJAJAJAJA! —Roger se rió hasta que se sostuvo del estómago.

Caleb se planteó seriamente el arrancarle las pelotas al teniente de la policía, cuando Bryan soltó un gritito de emoción y comenzó a dar saltos.

—¡Oh por Dios, oh por Dios, oh por Dios! —gritó Bryan sin parar mientras agitaba los boletos—¡¿Esto es cierto? ¿Es realmente cierto?! —inquirió ansioso.

Roger tardó unos segundos en recuperarse de su ataque de risa antes de asentir.

—Así es, es totalmente cierto Bryan, así que puedes volverte tan loco como quieras —indicó el teniente mientras levantaba el pulgar.

Bryan, para sorpresa de Caleb, se abrazó totalmente a Roger.

—Demonios Roger, si no estuviera Caleb aquí, juro que te besaría.

Caleb suspiró algo molesto y dijo:

—Bryan, a veces me pregunto por qué me estoy casando contigo.

El nombrado en respuesta saltó sobre él y le besó los labios.

—Porque nos amamos, por eso nos estamos casando. —Bryan sonrió brillantemente.

Caleb se sintió más tranquilo con ello y observó a Roger, notando que los observaba con un leve gesto de anhelo.

—A fin de cuentas ¿Qué fue lo que traiste?

El grandulón pareció despertar de su trance y recuperó su brillante sonrisa, que fácilmente podría competir con la de Bryan.

—Oh, bueno, va ha haber una fiesta privada en el antro "The Hunter" y de por casualidad obtuve un par de entradas extras, y bueno... Pensé que les sería divertido ir y...

Caleb no escuchó más... Su mente había volado a seis años atrás, a cuando su relación con Brandon apenas comenzaba ha aflorar.

Cuando había sido tan niño, tan inocente y decidido. Tan fuerte, cuando...

De pronto ya no estaba ahí, de pronto estaba en una habitación oscura y húmeda amarrado, aterrorizado, con un sonido abstrato y repetitivo en el fondo.

Una fría risa sonó en su odio y-

—¡CALEB!

De pronto su mente volvió al presente cuando sintió un fuerte golpe en la mejilla.

—¡CALEB! —el gritó de Bryan lo hizo recuperarse del todo.

De pronto ya no estaban en la entrada de su casa, sino en la sala, y él estaba recostado en el sofá mientras que Bryan y Roger lo observaban aterrados.

—¿Q-qué...?

—Caleb ¿Te sientes mejor? —dijo su prometido terriblemente asustado. Él asintió, todavía confundido—. En verdad nos asustaste, te habías quedado como en blanco, totalmente ido, y luego te pusiste pálido y te caíste y...

—Estoy bien, estoy bien... —indicó rápidamente mientras se levantaba, pero Roger le detuvo.

—No, es mejor que te quedes ahí, voy a buscar algo de agua —dijo el grandulón, levantándose rápidamente.

Caleb y Bryan se quedaron solos uno segundos.

—Cariño ¿En verdad te sientes bien? —preguntó su prometido nuevamente con la duda grabada en el rostro. Caleb asintió.

—Sí, sí, un poco confundido pero nada más.

Bryan lo de observó unos segundos, como si buscara algún indicio en su rostro de que fuera todo lo contrario, cuando suspiró y lo tomó de las mejillas cariñosamente.

—Me resulta bastante obvio que te pusiste así por lo que mencionó Roger. —Bryan entrecerró los ojos—. Si es así, entonces no iremos a ese local.

Caleb ahora sí que se levantó de golpe.

—Bryan... Tú en verdad quieres ir a esa fiesta, así que iremos, ya dije —afirmó con convicción. Bryan lo observó sorprendido.

—P-pero...

—Bryan, ya dije.

—Per-

—Vamos a ir, Bryan.

Su prometido soltó un bufido antes de negar con la cabeza.

—De acuerdo, de acuerdo, iremos. Qué cabezota eres —suspiró—, pero... Para ir ¿Debemos de ponernos esos trajes de sadomasoquismo?

—¡Oh, claro que deben de ponérselos! —exclamó Roger al volver—. Es el código de vestimenta del local, sin eso no van a entrar. Aún yo —le entregó el vaso de agua a Caleb, que lo bebió lentamente— recuerdo claramente cuando Caleb fue a su primera fiesta de BDSM ¡Vaya si fue candente en el escenario!

Roger fue a seguir hablando cuando notó que ellos dos estaban practicamente paralizados

Entonces los tres se detuvieron un segundo, cada uno digeriendo por distintas razones lo que Roger había soltado.

De pronto Caleb escupió todo lo que había bebido, incluso se había ahogado y comenzaba ha toser sin parar.

Pero todo eso no impidió que le hechara a Roger encima lo que le quedaba en el vaso, para luego tirarsele encima y ahorcarlo. Roger chilló asustado y sorprendido mientras que Bryan trataba de quitárselo desesperadamente.

—¡Voy... A... Matarte... Soplón... De... Mierda... Voy a... Matarte... Con mis... Propias... Manos! —gritó Caleb fúrico en medio de la incontrolable tos y el dolor en el pecho mientras zarandeaba por el cuello al grandulón, quien trataba de soltarse del agarre sin éxito alguno debido al shock.

—¡Caleb te estás ahogando y estás ahorcando a Roger, para! —Exclamaba Bryan asustado.

Al final Caleb tuvo que soltar a Roger y tratar su tos que iba de mal en peor. Pudo controlar su ataque mientras Bryan le daba golpecitos en la espalda.

Roger lo observó asustado.

—E-eh, Caleb ¡En verdad perdóname! —Roger se disculpó mientras pegaba la frente al piso—. L-lo lamento mucho, y-yo creí-

—Déjalo así —intervino Caleb con un suspiro—, ya se lo contaste, ya el daño está hecho.

Roger lo observó confundido.

—¿E-él daño? —Roger negó con la cabeza sin entender.

Entonces ambos observaron a Bryan.

El pequeño bombero sostenía su boca firmemente con ambas manos... Como si evitara a toda costa el decir algo.

Caleb suspiró.

—Vamos hazlo, sé que estás muriendo por hacerlo —suspiró.

Bryan asistió levemente y se quitó lentamente las manos de la boca con un gesto sombrío en el rostro...

... Entonces comenzó a carcajearse a todo pulmón mientras se revolvía en el piso, parecía una babosa a la que le echaron sal.

Caleb volvió a suspirar... Ahora tendría que vivir con esta pesadilla.

—¡JAJAJAJAJA... Ya te imagino tirado en el suelo y gimiendo "no máster, no por favor"! —exclamó su prometido—. ¡Oh, oh, a lo mejor grutando "más señor, por favor deme más señor" JAJAJAJAJAJA...!

El rostro de Caleb se tornó rojo al notar cómo su prometido le había dado en clavó a todas las insinuaciones... Cuando notó la enorme y pícara sonrisa de Roger, le metió una patada en la entrepierna al grandulón.

Las carcajadas de Bryan se mezclaron con los quejidos de Roger, y así Caleb supo que Bryan le recordaría esto por el resto de sus vidas.

En ese momento se planteó seriamente el cancelar la boda.

Cuando Bryan de alguna manera evitó orinarse en el piso de la risa y Roger se recompuso del dolor. El teniente le explicó que esos boletos se los había entregado Brandon, no le había dado muchos detalles aparte de que eran algo que le sobraba.

Roger había pensado en rechazarlos debido a que ya tenía el suyo, pero luego lo pensó mejor y decidió tomarlos para entregárselos a ellos.

—Pero ¿Tan exclusiva e importante es esa fiesta? —inquirió Bryan todavía sin creerlo.

—Lo es, el local es uno de los mejores locales de BDSMen York, incluso algunos famosos y personajes de alto cargo van a ir —Explicó Roger mientras tomaban café. Bryan negó con la cabeza, todavía sorprendido.

—Pero ¿Por qué? Quiero decir. —Bryan se antuvo en silencio unos segundos, tratando de buscar las palabras adecuadas—... Es solo un juego ¿No? El sadomasoquismo es eso.

—No del todo —refutó Caleb suavemente, observando su bebida—. Esto puede ser realmente un estilo de vida, es algo se toman muy en serio más personas de las que crees. —Caleb suspiró—. Si Roger dijo que es tan exclusiva, entonces eso significa que probablemente es una subasta de sumisos ¿No?

—¿Subasta de sumisos? —preguntó Bryan con una mueca extraña—. No suena muy bien.

—Oh, no es tan malo como crees —Negó Roger con un ágil ademán—. En la página del antro explican detalladamente que todo el dinero que se gane en las subastas será donado a varias ONG y fundaciones, a parte de que no es algo obligado, los chicos que se subastan lo hacen por voluntad propia y realizan un contrato temporal con el dominante que se hará su amo durante dicho periodo. Como tal el contrqto no tiene validez judicial y se trata más que todo de una formalidad para desarrollar la confianza y los primeros lazos temporales entre amo y sumiso... Pero si algo sale mal, se podría usar como evidencia a favor de la parte agraviada, aunque es muy raro que algo así pase. —Roger sonrió calmadamente al ver cómo Bryan abría los ojos cada vez más sorprendido.

—Vaya... —dijo este simplemente.

—Supongo que ahora que estás solo, vas ha probar con uno ¿No? —indagó Caleb levemente. Roger sonrió misteriosamente.

—Mmm quién sabe. —El grandulón se mantuvo su silencio en esta parte.

Cuando el café se terminó, Bryan se fue un momento a hacer otro poco y a preparar algunos bocadillos.

En ese momento Roger se le quedó viendo otra vez.

—¿Qué sucede? —preguntó entonces. El grandulón se rascó la mejilla nerviosamente.

—Eh, b-bueno, sé que no nos hemos hablamos para nada en todo este tiempo, y que soy más amigo de Brandon y todo eso pero —Roger detuvo su balbuceó y lo observó serio—... Quería saber si tú en verdad eres feliz ahora.

Caleb lo observó unos segundos.

—Lo soy, soy realmente feliz, más de lo que creí que pudiera estar —afirmó sin una pizca de duda.

Roger entonces le dio una sonrisa aliviada.

Caleb observó en silencio más que todo, el cómo su querido bombero y el teniente, charlaban tranquilamente sobre sus día a día.

Al final cuando Roger se fue, Caleb se puso tensó sin poder evitarlo... Aún así, Bryan no comentó nada al respecto, de hecho, siguió como si nada hasta la hora de dormir.

En el momento en el que se acostaron, Caleb no lo pudo aguantar más y preguntó:

—¿No quieres sabes?

—¿Eh? —dijo Bryan en medio de la penumbra de la habitación.

—¿No quieres preguntarme sobre lo que dijo Roger o lo que dije yo esta tarde? —Caleb se sentó y prendió la luz de la lámpara de noche— Tú... ¿No quieres saber sobre mi pasado antes de ser secuestrado? —preguntó ansioso.

Bryan se sentó y meditó la pregunta unos segundos antes de sonreír ampliamente.

—Por supuesto que quiero saber, cariño —admitió suavemente—, siempre he querido saber, pero igualmente, siempre he confiado que en algún momento me lo contarás todo.

Caleb tragó duró unos segundos.

Estaba listo, era el momento, se lo diría ahora mismo.

—B-Bryan, verás, y-yo tuve una relación con...

Bryan le selló los labios con un dedo. Caleb lo observó sorprendido antes de que esté le acariciara la mejilla.

—Nop, aún no es momento, el día en que verdad estés preparado, no te forzarás ha decírmelo por algo lindo o cursi que yo haya dicho o algo por el estilo. —Bryan lo abrazó suavemente—. Cuando el momento llegué, lo hablaremos tranquilamente con una taza de café y galletas, totalmente muertos de la risa ¿No crees?

Caleb parpadeó unos segundos para luego reír suavemente y terminar con un carcajada.

—Definitvamente tú no tienes remedio —suspiró en medio de la risa.

Bryan en respuesta le sacó la lengua.

—Y por eso me amas querido, es parte de mis encantos.

De eso, Caleb si que estaba seguro.

::::::

Devuelta al presente... Caleb condujo el carro hasta el estacionamiento subterráneo de antro, deteniendo el auto en el puesto reservado en los boletos.

El estacionamiento estaba ciertamente lleno.

—Wow, este lugar promete mucho —dijo Bryan algo nervioso al ver los autos.

Entones Caleb lo tomó de las mejillas y unió sus frentes. Bryan cerró los ojos, reconfortado.

Él sabía exactamente por lo que estaba pasando su hombre ante la idea de andar así en ese lugar, seguramente estaría comiéndose la cabeza y avergonzándose en el último momento, dudando de dar ese último y crucial paso.

—Cariño, todo va ha estar bien. Tú estás impresionante y yo estoy a tu lado, como algo pase o intenten algo contigo, los mataré.

Bryan sonrió ante sus palabras.

—Gracias amor, eres un sol —dijo Bryan despegándose antes de suspirar y palmearse las mejillas.

Entonces ambos salieron del auto. Bryan se detuvo un segundo.

—¿Ocurre algo? —preguntó Caleb.

—Vaya, el piso es más suave y limpio de lo que creí. Se nota que esté lugar es de alto nivel —comentó su hombre algo divertido mientras paseaba descalzo para luego empezar quitarse la gabardina.

Caleb observó fijamente a su prometido.

Bryan con rápidos movimientos deshizo el nudo de la gabardina, no obstante, se la quitó suavemente, como si fuera un pequeño que probaba el agua de una piscina.

Lentamente mostró su impresionantemente fibrada figura, con los músculos como rocas, mientras llevaba orgulloso el collar de cuero trenzado que le llegaba hasta casi el ombligo y la chaquetilla sin mangas de cuero negro que le llegaba hasta media espalda.

Entonces se quitó la parte inferior y terminó de mostrar su impresionante musculatura, con sus firmes piernas enfundada en un grueso espandex oscuro que le llegaban hasta poco más abajo de medio muslo y que se aferraban religiosamente a su piel, mostrando la figura completa de sus piernas y en especial de su polla, que descaradamente la llevaba a un lado para que se notara aún más.

Por atrás, las mallas se volvían en una tira que se metía entre sus firmes, grandes y duras nalgas descubiertas, ocultando con ello solo su ojete.

Bryan parecía un modelo salido de un catálogo de ropa BDSM.

La polla de Caleb dió un brinco en su slip y tuvo serios problemas para controlar su empalme.

—Cariño ¿Qué haces que odavía no te has cambiado? —exclamó Bryan divertido al verlo babear por él.

Caleb no dijo nada, simplemente se quitó la gabardina, mostrando los imponentes músculos que había ganado con el pasar de los años, revestidos con una camisa sin mangas hecha de una red de mallas negras que realmente no cubría nada, también mostró el slip negro hecho de espandex con gruesas tiras, con un enorme bulto debido a que llevaba el pollón hacía abajo.

El slip estaba unido por tiras discretas de lencería, hacia las perneras de piel de serpiente que cargaba y que se pegaban sus fuertes piernas tanto, que las costuras parecían a punto de reventar, más unas botas de vaquero oscuras.

Bryan silbó llamativamente.

—¡Que sexy te ves amor, eres un veinte de diez! —exclamó su prometido.

—Dios, cállate y entremos —espetó Caleb azorado mientras su rostro se calentaba velozmente.

Ambos cruzaron el estacionamiento mientras algunos carros llegaban lentamente hasta llegar a la entrada del estacionamiento.

Ahí, parado frente a la puerta, había un maromo enorme de aproximadamente dos metros y medio, el doble de musculoso que Caleb, y eso que él estaba bastante musculoso, vestido con una pajarita negra algo suelta, un saco de vestir y unos vaqueros negros llenos de huecos con un bulto gigantesco.

—¡Buenas noches caballero ¿Qué tal le va?! —saludó amablemente Bryan con una brillante sonrisa.

El hombre que era más armario que otra cosa, los observó fijamente, totalmente serio.

Bryan suspiró mientras que Caleb se rió un poco y le dió los boletos al hombre que solo entonces se movió, sacando una lista y un bolígrafo detrás de la puerta para pedir escuetamente sus identificaciones.

Caleb se lo entregó todo.

—¿No crees que la seguridad es un poco floja? —preguntó Bryan cuando entraron en un oscuro y largo pasillo.

—Créeme, no lo es —dijo Caleb antes de detenerse un momento—... La última vez que estuve aquí yo pregunté lo mismo, y me dijeron que en el lugar habían guardaespaldas disfrazados de clientes y que había una unidad de inteligencia afuera para meterse apenas hubiera problemas... Este lugar debería de estar casi a la par que el departamento de policía.

Con esas palabras, Caleb abrió la puerta del pasillo, una suave luz roja los cegó momentáneamente a la vez que la música suave y acompasada sonaba y una fina niebla recoría el piso.

Una vez entraron, Bryan se congeló a su lado, sorprendido.

La puerta daba directamente a la zona de la discoteca, que era un amplio hall de pisos de madera oscura, iluminado con luces rojas y láseres amarillos. La niebla se movía por el suelo, mientras que había una barra de cervezas en el fondo incrustada en las paredes de azulejos negros lustrosos. Había sofas, sillones, mesas e incluso algunas camas desperdigadas por los bordes de la sala de baile, y en una esquina, podías ver otros dos armarios vivientes custodiando una entrada encintada que decía en un letrero dorado "zona vip".

Pero nada de eso estaban observando ellos dos en ese momento, no, ellos estaban observando a los hombres que llenaban el lugar.

Altos y bajos; flacos, gordos, fornidos y musculados; viejos, jóvenes y twinks; blancos, morenos, mulatos, amarillos y canelas; rubios, oscuros, castaños, pelirrojos e incluso calvos; con tatuajes y sin tatuajes; guapos, bonitos, feos y rudos... Había de todo y vestidos de miles de formas.

Habían los que llevaban solo un suspensorio y botas militares, hasta los que solo vestían cadenas que unían sus perforaciones, de los que llevaban corset y boxers de encaje, hasta los que simplemente llevaban un collar y muñequeras.

Había simplemente de todo.

Bryan boqueó un par de veces, como si tratara de decir algo. Caleb solo suspiró, sintiendo cosas raras al volver que ese lugar parecía no haber perdido su decadente encanto con el paso del tiempo.

—Vamos, que en cualquier momento va ha entrar alguien y vamos ha llamar la atención —indicó mientras llevaba a su hombre entre los cuerpos que se movían en la pista de baile y que no dudaron en tocarlos ligeramente.

Caleb no hizo nada para evitarlo, puesto que ya sabía que eso iba a pasar.

Así que cuando salieron del pequeño lago de gente, tuvo que esforzarse en notar, debido a la luz roja, el rostro totalmente sonrojado de Bryan.

—M-me han manoseado hasta lo que ni Dios ha tocado —explicó este brevemente.

Cale se carcajeó sin poder evitarlo aunque eso significó que Bryan le diera un codazo.

—Vamos al bar, ahí todo es más tranquilo —recomendó él por su parte.

Así que los llevó hacia el pasillo que se dividió en una cruz.

—De frente está el hotel integrado al antro, a la izquierda está el escenario para las escenas públicas de BDSM y eventos y a la derecha está el bar-restsurant, que da la salida de la calle —explicó antes de conducir a Bryan a la derecha.

Así dieron con un salón sustancialmente más vacío que el anterior; iluminado con luces amarillas, con una enorme barra de bebidas en una esquina y la puerta que daba a la cocina al lado, de donde salían hombres vestidos con nada más que una minúscula tanga y una pajarita y se paseaban profesionalmente por todo el lugar llevando las bebidas y comidas que pedían los sujetoss sentados en las mesas desperdigadas por todo el lugar.

—Este lugar es simplemente increíble —susurró Bryan, todavía en shock—. Quiero decir, a parte del trauma que acabo de pasar en la pista de baile, este lugar es impresionante.

Caleb no dijo nada ya que él también estaba asombrado, el no recordaba nada tan eficiente en los tiempos en los que había venido con Bran-

—Oh, mira cariño —dijo Bryan de pronto, muy animado—. ¡Los chicos ya están aquí!

En ese momento su prometido señaló hacia la barra, dónde Roger y Brandon estaban parados pidiendole algo al barman que vestía exactamente igual que los mesoneros, a excepción de que cargaba también un blazer sin mangas.

Roger mostraba su impresionante musculatura y su piel morena vistiendo un simple slip de cuero súper ajustado y super abultado con apliques metálicos en la tira de la cintura, con unas impresionantes muñequeras que le llegaban hasta los codos y botas militares que iban hasta un poco más abajo de las rodillas.

Brandon por otra parte llevaba vestido un conjunto ajustado de una pieza de malla manga largas y perneras hasta medio muslo negras muy suave, que permitía ver tranquilamente su piel, así como los tatuajes en su brazo izquierdo y los de la espalda que Caleb no le conocía. Se notaba que cargaba un minúsculo tanga como el de los mesoneros, solo que el suyo abultaba casi el triple que el de estos, también llevaba unos botines y una chaqueta de cuero con tachuelas puntiagudas.

Caleb notó que su ex parecía recuperar a pasos agigantados la figura que tenía cuando se conocieron.

No, de hecho, podría jurar que Brandon estaba mucho más mazizo que en esos tiempos.

Bryan fue prácticamente dando saltitos hacía ellos.

—¡Hola chicos! —exclamó este, parándose frente al par para luego dar una lenta vuelta—. ¿Qué tal me veo?

Roger soltó una carcajada mientras que Brandon solo suspiró y se ajustó los lentes.

—Si dijera lo que pareces, Caleb seguramente me arrancaría los huevos —comentó Roger divertido.

—Estás en lo correcto. —dijo Caleb una vez se acercó hasta quedar la par de Bryan, que inmediatamente se abrazó a él.

Caleb saludó a ambos, aunque el saludo de Brandon fue simplemente un cabeceo.

Él solo pudo imitar a su ex, algo frustrado.

—Y... ¿Ustedes son bastante asiduos a este lugar? —preguntó Bryan inocentemente.

Roger y Brandon sonrieron pícaramente entre ellos antes de mostrarles un curioso anillo negros con dorado en sus dedos índices.

—Somos clientes exclusivos, la crem de la crem —indicó Brandon bastante divertido—. Los Dom usamos normalmente anillos, mientras que los Sum suelen usar collares, aunque claro, cada quien tiene sus gustos.

—Espera —interumpió Caleb en ese momento—. Ese sistema no estaba cuando veníam- antes —indicó incómodo y con el rostro caliente.

Casi había dicho que habia ido con Brandon a ese lugar, como novios. Sumiso y Amo en su momento.

Brandon parpadeó unos segundos, como si él también se diera cuenta del error de Caleb.

Entonces cuando su ex abrió la boca...

—Lo que sucede, Prescott, es que yo implementé nuevas reglas —explicó alguien detrás de ellos.

Cuando Bryan y Caleb voltearon, su prometido señaló acusadoramente a Cameron.

—¡No me digas que eres el dueño de este lugar, corrupto de mierda! —exclamó sorprendido.

Cameron suspiró cansado mientras se masajeaba el puente de la naríz brevemente.

—De acuerdo niño, no te lo diré —espetó simplemente mientras se arrimaba a la barra. El barman detuvo todo lo que estaba haciendo y simplemente le pasó a este un vaso con ron en las rocas.

Era obvio que Cameron era el dueño.

Él estaba vestido en un impoluto y estilizado traje negro con rayas grises, camisa y corbata oscuro, y un sombrero azabache con una faja blanca.

Aunque se veía impresionante e impecable como siempre, Caleb no pudo evitar asociarlo con los mafiosos.

Bryan hizo una mueca de disgusto al ver al hermano de Brandon.

—Oye, idiota... Pareces un proxeneta vestido con esas pintas.

Cameron simplemente encendió un puro y mantuvo en sus labios, aumentando con ello su aire de mafioso, y dijo lentamente:

—No quiero oír quejas sobre mi vestimenta de un tipo que se vistió como si fuera un ciclista cachondo.

A Bryan le saltó una vena en la frente.

Caleb suspiró mientras abrazaba a su prometido por atrás, notando en el acto que este se sonrojó.

—Vamos cariño, relájate, que como sigas así, puede que Cameron te bote del lugar —comentó suavemente.

Bryan tragó duró antes de suspirar y observar al dueño del lugar con una mirada retadora.

—Solo te salvas porque Caleb quiere divertirse y tener una noche pacífica, de lo contrario, ya estarías comiendo la madera de pino que decora este piso —advirtió Bryan muy lentamente.

Cameron soltó una risa sarcástica.

—Es nogal, inepto, pero buen intento.

Caleb negó con la cabeza divertido al notar entre sus brazos que su hombte temblaba de la ira que sentía.

Entonces Roger hizo un ruidito de sorpresa.

—O-oye, Brandon, deberíamos irnos, ya se debe de estar preocupando porque no hemos llegado todavía —dijo el grandulón mistiosamente y algo incómodo.

Entonces la meditabunda mirada de Brandon se tornó sorprendida, como si él también hubiera olvidado algo.

—Oh, demonios. —Brandon recogió algunas bebidas rápidamente y giró hacia ellos—. Oigan, nosotros vamos a ir al vip, si vienen con nosotros podrán entrar ¿Quieren venir?

Caleb quedó con la boca abierta, sorprendiéndose de que Brandon hubiese dado esa opción.

"Aquí hay gato encerrado" Pensó enseguida.

Bryan entrecerró los ojos unos segundos.

—¿Y por qué tanto interés en que vayamos? —inquirió su prometido como si leyera su mente—. ¿A caso nos van ha enseñar el oscuro mundo del bondage?

Caleb se dió en la frente con la mano, bastante avergonzado, a la vez que Brandon soltó una carcajada.

—Si tanto quieres saber sobre eso, mejor pregúntale a tu novio, él es un experto en que lo aten con cuerdas —Brandon se encogió de hombros.

Bryan habrió la boca unos segundos, sin saber qué decir exactamente.

Caleb quería que la tierra se lo tragara.

Brandon marchó de ahí mientras que Roger solo se quedó suspirando.

—Pregunten por nosotros en el vip y los guardas les dejarán pasar —explicó el grandulón antes de marcharse con el resto de los consumos.

Cameron entonces silbó a su lado, sorprendido.

—Creo que te destaparon totalmente, pequeño Caleb. —Cameron le dio unas palmaditas de consolación en el hombro—. Suerte con el control de daños colaterales.

Entonces este se fue... Y Caleb tuvo que lidiar con un Bryan en shock que duró así por lo menos, unos cinco minutos.

—E-eh, cariño y-

—Hablaremos de esto luego —dijo Bryan de pronto, con la cara neutra—, necesito tequila en mi sistema, ahora.

Y antes de que Caleb pudiera decir algo más, Bryan llegó a la barra y pidió cuatro shots de tequila que se bebió en menos de tres segundos.

Esa loca ingesta de alcohol solo podía significar algo... Bryan estaba cabreado, realmente cabreado.

Caleb suspiró por enésima vez en la noche para luego alcanzar a su hombre e impedir que pidiera la siguiente ronda que iba ha tomarse.

—Bryan...

—Estoy bien —comentó este rápidamente, cabizbajo—, solo algo en shock, solo eso.

—¿Seguro?

Bryan entonces le dio una sonrisa titubeante.

"Esto es malo" Pensó alarmado, viendo como su prometido ahora se deprimía poco a poco.

—Caleb, yo si tengo algo que decirte —murmuró Bryan antes de detenerse unos segundos y suspirar—... Yo, aunque no lo creas, yo siempre he sabido que...

Fuera lo que fuera que su hombre estaba a punto de decir, no salió ya que este frunció el ceño y vió detrás de él.

Caleb se giró, solo para ver cómo Roger venía prácticamente corriendo hacia ellos.

—¿Roger? ¿Pero qué...?

—Necesitamos que nos ayuden urgentemente —pidió el grandulón rápidamente, la nota de alarma y urgencia en su voz preparó a Caleb para lo peor.

—¿Que ocurre? —preguntó rápidamente.

Roger abrió y cerró la boca repetidas veces algo nervioso, como si dudara en decir:

—Se nos perdió Tim.

Caleb parpadeó unos segundos, como si su cerebro no pudiera registrar lo que el teniente dijo.

Bryan, por su parte, sí que lo hizo.

—¡¡¿¿QUÉ??!! —gritó sorprendido el pequeño bombero, tan duro, que todos en el bar se detuvieron unos segundos para verlos.

Roger de tornó rojo de la vergüenza con ello.

—B-bueno, Brandon se trajo a Tim a la fiesta como un ejercicio mental para que perdiera la timidez —explicó—, lo habíamos dejado en el apartado vip en el que estábamos y le dijimos explícitamente que no saliera hasta que llegáramos... Pero cuando llegamos a la entrada, uno de los guardas nos avisó que había salido con unos sujetos.

Era oficial, Caleb iba a matar a Brandon.

Traer a este lugar a un chico como a Tim, era como traer una oveja a una jauría de lobos hambrientos y sangrientos... Era un auténtico peligro para el chico estar aquí, más aún andar con alguien desconocido.

Y como si Bryan pensara lo mismo, este soltó un grito de horror.

—¡¿Qué?! —exclamó nuevamente—. ¡¿Cómo se le ocurre a Tim el perderse por ahí sin antes mostrarme lo hermoso y delicioso que se ve vestido como sumiso? Yo lo mato, definitivamente lo mato!

Bueno... tal parecía que no pensaban exactamente lo mismo.

Bryan de pronto salió disparado de ahí, dejando a un Caleb con las panlabras en la boca y un Roger estupefacto. Ambos se vieron unos segundos.

—Creo que algo anda mal con Bryan —comentó Roger todavía sorprendido.

Caleb solo se pudo reír algo nervioso.

—Ni que lo digas.

::::::

Al final, Roger le dijo que se habían dividido para buscar. Brandon estaba evisando el hotel, seguramente hechando humos de la rabia que seguramente cargaba, y ya que ellos habían estado en el bar y no lo vieron, Roger fue a revisar el escenario y le dejó a Caleb la pista de baile.

No sabían dónde estaba Bryan, pero Caleb sabía que con lo molesto que estaba su prometido, si alguien se le insinuara en esas condiciones, fuera sumiso o amo, cualuqiera se llevaría una patada en la entrepierna.

Con esa seguridad en mente, el entró en el mar de personas, cuero y cadenas danzantes que había en la pista.

Parecía que la cantidad de gente había llegado a su máximo, y con ello, las manos y cuerpos que se le restregaba, era absurda la cantidad de manos que le agarraban por todos lados.

Caleb se maldijo unos segundos por verse tan bien cuando sintió como alguien le sopesaba los huevos por encima de la ropa y otro metía los dedos entre el slip y rozaba sus nalgas hasta casi tocarle el ojal.

Si se quedaba quieto, seguramente lo terminarían desvistiendo y follando ahí mismo.

Así que gruñó molesto mientras se abría paso con más ahínco, tratando de localizar entre la gente a Tim lo más pronto posible.

Habría gritado su nombre si la música no explotara por encima de todos.

Entonces de pronto entro en una especie de hueco entre el mar de gente. Parpadeó sorprendido y se fue hacia adelante al no esperárselo, entonces sintió que alguien lo empujaba de vuelta a la gente.

—¡Oye idiota, aléjate de nuestra zona! —gruñó un sujeto que era más bien un armario calvo de musculos gigante, lleno de tatuajes y piercing por todas partes y que iba totalmente desnudo, excepto por las sogas negras que envolvían su cuerpo en lugares estratégico y que no le cubrían para nada.

Caleb fue a disculparse cuando observó la escena.

Habían unos quince tipos de aspecto patibulario que rodeaban a una pequeña y menuda figura que sin duda era algún sumiso muy cotizado, todos se le insinuaban y competían entre ellos por tocarlo sin ningún éxito ya que entre ellos mismo se bloqueaban.

La figura menuda estaba vestida con un enorme suéter tejido gris oscuro que le llegaba hasta un poco más arriba de medio muslo... La figura menuda, era Tim.

Ambos se observaron unos segundos al reconocerse.

—Oye, idiota —gruñó de nuevo el calvo—, te dije Qué-

—Ese chico viene conmigo —dijo Caleb rapidamentr.

Pero él se detuvo, confundido, al imaginarse escuchar que la frase fue dicha dos veces.

Cuando Caleb salió de su estupor y fue ha hacer algo, todo el grupo de sujetos fue empujado violentamente hacia los lados y con ello, él fue empujado hacia la gente de nuevo.

Los sujetos observaron furiosos al invasor.

—Oh, cariño, al fin te encuentro amor, me tenías preocupado, bomboncito travieso —dijo un chico mientras rodeaba con su brazo la cintura de Tim—. Oigan chicos, la fiesta se acabo, así que relájense, alejense y-

Al sentir el brazo rodearlo, Tim se tornó violentamente rojo. Los tipos gruñeron con violencias.

—¡Tío ayúdame! —exclamó Tim asustado intentando zafarse, aunque apenas si pudo hacer algo en contra del chico.

—¿Tío? —preguntó el chico que sostenía a Tim.

Entonces Caleb volvió al grupo, giró al calvo que lo amenazó, y le dió un rodillazos en los huevos.

Él gigante cayó en el suelo, cohibido.

Dos de los otros mastodontes se abalanzaron hacia él y forcejearon mientras que la gente a su alrededor se movía confundida y asustada.

Mientras la multitud se dipersaba en la pista, Caleb empujó a uno de los sujetos y lo tomó por la mano, girando rápidamente hasta torcerle el brazo hacia la espalda, el hombre gimió de dolor y Caleb le dió un cabezazo en la nuca, desmayándolo con ello.

Él otro sujeto arremetió contra él con una tacleada que desbarató cuando dió una barrida por el suelo, el hombre rodó por el suelo y se desmayó cuan Caleb le aplastó el estómago con el pié y luego le pateó la cara.

Entonces fue a por los demás restantes... Solo para ver sorprendido qué todos estaban tirados en el suelo, o gimiendo en agonía, o desmayados totalmente.

En centro de los heridos, el chico mantenía agarrado a Tim por la cintura todavía.

—¡Oh, Dios Caleb, no sabía que eras tío! —exclamó el susodicho para luego agarrar por las mejillas a Tim y amasarle las mejillas—. ¡Y de paso eres tío de una cuchitura tan linda como este pechocho cachorrito! —terminó con un puchero.

—C-connoches an mmi tito —balbuceó Tim, dejándose masajear debido a la sorpresa

Caleb se detuvo, también sorprendido por el detalle, y observó mejor al chico.

Con un metro setenta y ocho, tenía una impecable y esbelta musculatura en su pálida piel, algunas pecas en las mejillas y muchas más en sus fornidos hombros, llevaba pendientes en las orejas y los pezones perforados con un tatuaje de un sol trival encima del corazón, tenía el cabello hasta la quijada en suaves ondulaciones de color negro en las raíces y se degradaba hasta ser rojo.

Vestía un jean negro agujereado decorado con cadenas y unos tirantes negros que lo sostenían por los hombro, y por último, unas botas con la punta de acero por fuera.

Sus labios rosados y su mirada gris pálida, tenían una efervescente sonrisa que de alguna manera se sentía que tenía algo mal... Que era un tanto artificial.

Caleb lo procesó unos segundos, en shock.

Y mientras los guardas del lugar los rodearon, él susurró:

—¿S-Shaun?

El nombrado soltó una carcajada.

—El mismo que viste y calza, querido Caleb —suspiró con suficiencia mientras no paraba de masajear los cachetes de Tim, que estaba totalmente rojo.

Continuará...

Buenas, buenas señores y señorita!!! Soy yo, su extraño escritor FiccionSx XD aquí está otro cap de está magnífica serie!!

Siendo honestos, esta publicación es un arranque de rebeldía, porque yo pensaba no ser malo y publicar esto junto con la segunda parte... Pero no he podido aguantarme XD con esto ha vuelto uno de los personajes favoritos de la serie ¡Shaun! Qué cambios traerá nuestro sexy y frío amigo?

Sé que he prometido un montón de cosas para este cap, pero créanme, lo cumpliré con creces en la próxima parte, que será probablemente un poco más largo que este, que será mitad desarrollo, y mitad sexo sin control!!! Así es señores!!! Volvimos a la temporada de sexo!!!! (Lo siento señorita marinor 🤷🏽‍♂️) XD

Solo daré un pequeño adelanto... Verán un breve vestigio de Caleb modo perra sumisa de nuevo, y un trío de fábula entre Brandon, Roger y Cris!!!

También quería comentar que había planeado seguir la serie hasta llegar a cierto cap, que tenía planeado, uno muy especial 7w7 pero muchos me han pedido dosis del caballero de los cuervos, así que voy a respetar lo de los seis capítulos y luego volveré a mi típica publicación de un cap por el caballero y dos por el tutor.

Y al final, pero no menos importante, quiero dedicarle este cap a miexicano doctor super morboso favorito, que a él le encanta el BDSM y el próximo cap va ha estar relleno de ello!!!! Hasta luego señores y señorita!!!!