El tutor 29

En la vida, la mayoría de las veces,las personas no se dan cuenta que, el peor enemigo del hombre, es él mismo...

El tutor 29

Porque entre él y yo, por más que queramos, nunca habrá un final feliz.

Caleb...

El silencio llenó la habitación por un par de minutos, en los cuales, el rostro de Caleb se tornaba más y más rojo según el tiempo pasaba debido a los nervios y a la vergüenza ya que Bryan solo lo observaba, todavía perplejo, al punto de que la erección de ambos se había bajado.

Caleb se balanceó casi imperceptiblemente entre sus rodillas.

—¿N-no deseas hacerlo? —dijo algo nervioso mientras comenzaba a levantarse.

Pero Bryan rápidamente le tomó de las caderas y lo volvió a sentar sobre él, aún cuando Caleb era prácticamente dos y media veces más grande que su hombre, y por ello, básicamente lo estaba aplastando.

—E-eh ¡Sí, claro que quiero hacerlo, Caleb! ¡Que el infierno me lleve si no quiero! —Bryan se aferró a sus caderas y masajeó sus fuertes muslos—. E-es solo que... No me lo esperaba ¿Vale? Nunca creí que me fueras a dejar follarte algún día y —acarició suavemente su vientre— sé lo que significa para ti ser penetrado... Y no quiero hacerte pasar por ese trauma ¿Entiendes?

Ese suave gesto de su prometido, hizo que los nervios así como el miedo que atenazaban el corazón de Caleb, comenzaran a desaparecer.

Después de su secuestro y violación, Caleb había rechazado categóricamente el ser penetrado nuevamente, no importará quién fuera, ni siquiera Bryan, quien originalmente era versátil pero con un marcado gusto por ser de activo, había logrado alguna vez penetrarlo.

El trauma de Caleb era tal que a la hora de limpiarse o lavarse, pasaba los dedos lo menos posible por esa zona, ya que el simple roce bastaba para marearlo y causarle náuseas, él simplemente nunca había visto la posibilidad de volver a ser pasivo... Hasta ahora.

Caleb asintió a las suaves palabras de su hombre para luego lamer los dedos de Bryan lentamente mientras lo observaba a los ojos y dirigirlos a su ojete.

—Hazme tuyo Bryan, necesito ser tuyo —susurró levemente mientras guíaba los dedos a su entrada, haciéndolos rozar suavemente su piel.

Un escalofrío recorrió la piel de Caleb en es momento... Aún no sabía si de repulsión o placer.

Bryan respiró entrecortado debajo de él a la vez que sintió como esa verga crecía debajo de la suya nuevamente, Caleb cerró los ojos y se dejó-

—Espera un segundo.

Caleb se congeló al sentir cómo esos dedos que habían estado a punto de penetrarlo, lo que hicieron fue cubrir su ojete, como si le protegieran de sí mismos.

—¿B-Bryan?

—Necesito saber por qué quieres hacer esto. —Bryan lo observó extrañamente serio, muy serio y con los ojos entrecerrados—. ¿Por qué deseas que te penetre? ¿Es por quieres complacerme de alguna forma? Porque si es así yo no voy a-

—No se trata de eso —le interrumpió suavemente, bajando la cabeza.

Bryan lo observó con la boca abierta unos segundos, dispuesto a decir algo, antes de volverla a cerrar y esperar.

Habían muchas razones por las cuales quería hacerlo, y casi todas eran razones que no podía decirle a su prometido.

No podía decirle que se sentía culpable de casi serle infiel, tampoco podía decirle que dicha casi infidelidad fue con Brandon, su ex novio, mucho menos podía decirle que sentía que debía de retribuirle de alguna manera por sus infieles acciones y pensamientos... Y menos decirle que la única forma que veía de pagar por su locura, era esta.

Pero si había una razón que podía decirle, una que consideraba incluso más importante que todas las demás, y era:

—Tú y yo nos vamos a casar —susurró Caleb suavemente mientras rozaba con sus dedos los grandes pezones de su hombre, que se pusieron erectos al instante—, nos vamos a casar, Bryan. Seremos esposos; marido y marido; seremos el uno del otro... El uno para el otro. —Caleb entrecerró los ojos con furia unos segundos—. Y aún así, no puedo ser completamente tuyo, el que no pueda superar mi maldito pasado, el que no pueda...

Caleb se detuvo unos segundos, al sentir cómo su voz se quebraba.

—Quiero pertenecerte totalmente, quiero dejar todo atrás por fin y ser feliz a tu lado, quiero en verdad, en verdad, merecer todo ese amor que me das. —Caleb se encogió un poco de la frustración e impotencia que sentía, mientras que algunas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

Esos cuatro días y el constante recuerdo de su infidelidad, le habían hecho darse cuenta de lo tonto que había sido todo este tiempo... Todos estos años.

Habían cosas con las que había lidiado tan erróneamente y habían muchas cosas más de las que se arrepentía.

Pero todo eso palideció ante la idea de perder a Bryan, incluso si eso significaba olvidar por fin a Brandon, a su secuestro y todo lo que conllevaba. Incluso si eso significara pelear contra todos sus demonios, Caleb quería que Bryan viera su mejor versión... No esta bazofia que ha sido por más de seis años.

Aunque todavía llevara las memorias de sus momentos junto a Brandon incrustado en su corazón... Caleb tenía a alguien que ya lo valía todo para él. Bryan era su todo, su mundo soñado... Y ya era momento de probárselo a sí mismo.

Mientras Caleb temblaba con los ojos cerrados, esperando un rechazo, Bryan lo observó unos segundos antes de volver a sonreír suavemente.

—Ven aquí, tonto grandulón —susurró dulcemente su hombre antes de tomarlo de las mejillas y hacerlo agacharse.

Caleb se dejó hacer suavemente hasta que sus labios se tocaron dulcemente, luego de unos minutos de besarse castamente, él ya no pudo aguantar más y abrió su boca, rozando con su lengua los labios de Bryan, este gimió conforme mientras abría la boca y aceptaba la invasión.

Sus lenguas se mezclaban con fuerza mientras Caleb mecía suavemente sus glúteo sobre la polla de su hombre.

Suavemente, muy lentamente, notó cómo los dedos de Bryan lo penetraron con parsimonía, tanto así, que apenas si sintió alguna mínima incomodidad mientras los dígitos de su amor comenzaban a tantear su interior.

El actuar de Bryan era tan distinto, tan cuidadoso en comparación a las anteriores veces en las que había sido pasivo, que no llegó ha despertar algún mal recuerdo.

Caleb gimió levemente en la boca de Bryan cuando sintió los dedos enterrarse por completo, y gimió más duro cuando estos comenzaron ha retorcerse y acariciar delicadamente las paredes de sus entrañas, alcanzando al poco su próstata.

—¿T-te encuentras bien? —dijo Bryan algo preocupado por su actitud sumisa, separándose un poco de él.

—Callate y sigue con lo que haces —gruñó Caleb brevemente de vuelta mientras tomaba con fuerza las mejillas de Bryan y le plantaba un salvaje beso. Su prometido gimió sorprendido pero rápidamente le siguió el ritmo.

Caleb no lo entendía. Su cuerpo vibraba con chispas de un placer que ya prácticamente había olvidado, hasta el punto de que se había convertido en una mera fantasía lejana.

Los dedos de Bryan se restregaron contra su próstata con una candencia tal, que estos le hizo elevar levemente las caderas, entonces el bombero los sacó e hizo que Caleb los lamiera.

Lentamente probó su propio sabor mientras observaba a los ojos a su hombre. Bryan solo lo observaba fijamente mientras se mordía el labio inferior.

Los ojos de su prometido brillaban de pura lujuria y morbo.

Caleb besó suavemente a su hombre mientras sentía cómo los miedos se esfumaban con el placer que acalambraba su orificio. Gimió duro cuando recibió tres dedos y casi gritó cuando le entró un cuarto dígito con algo de dificultad.

—Coño... Caleb, quiero hacerte mío... ¿M-me permites... Hacértelo? —dijo Bryan lentamente con la voz extremadamente ronca y entrecortada.

El que se lo pidiera tan suavemente, hizo que la última barrera de Caleb se desmoronara.

Él se levantó y se sentó completamente sobre la entrepierna de su hombre. Notó cómo Bryan contuvo la respiración unos segundos, embelesado.

—Por supuesto —asintió levemente—, por ti, lo haré todas las veces que quieras. —Caleb sonrió trémulamente, aunque igualmente su rostro estaba cargado de felicidad.

Antes de que Bryan pudiera decir o hacer algo, Caleb se elevó un poco más y él mismo dirigió el glande de su hombre a su ojete.

Mientras sentía cómo la cabeza de la polla de Bryan entraba lentamente, un punzante dolor le hizo dar un leve respingón y gruñir, aunque igualmente siguió bajando, solo que un poco más lento.

Caleb se había metido cosas mucho más grandes que la polla de Bryan; había metido en su interior pollas de tamaños enormes y gordas, había hecho dobles penetraciones, incluso se había metido una verga con todo y huevos y hasta un brazo... Y había sido violado sin parar.

Aún así, todo eso fue hace casi siete años, aparte de que su ojete era muy elástico y sus músculos recuperaban la firmeza con facilidad.

Así que, aunque la polla de Bryan era pequeña, para Caleb fue casi como si fuera su primera vez.

Cuando sus nalgas tocaron las caderas de Bryan, Caleb soltó un suspiro de alivio, sintiendo su interior totalmente lleno y adolorido, hasta había perdido la erección debido al embiste, así que se detuvo unos segundos para recuperarse tanto física como mentalmente.

Solo entonces notó que los dedos de Bryan eran como garfios prensados en sus fuertes muslos. Caleb observó a su prometido.

Bryan sudaba copiosamente mientras su rostro estaba completamente rojo, todo su cuerpo temblaba y tenía los ojos fuertemente cerrados y los labios apretados entre los dientes.

Caleb sintió claramente la verga vibrar en sus entrañas con fuerza, ansiosa por preñarlo.

—¿E-estás bien? —dijo Caleb algo preocupado mientras tomaba a Bryan de las mejillas.

—E-estoy... A punto... De correrme —susurró Bryan con un diminuto hilo de voz.—, ha-hace mucho... Que no...

Entonces Caleb entendió que Bryan no quería quedar como un primerizo o un precoz al correrse solo con la primera penetración debido a no estar para nada acostumbrado a penetrar a alguien.

Ese gesto hizo que Caleb rozará sus labios rozaron con los del pequeño bombero para susurrar:

—Correte para mí, campeón.

Caleb apretó su interior tan fuerte que hizo a Bryan rugir y sostenerse de sus caderas a tal extremo de que supo que le iba a dejar moretones.

Entonces sintió cómo calientes y espesos chorros inundaban su interior, Caleb gimió complacido mientras apretaba sus entrañas con cada chorro, buscando vaciar a Bryan lo más que podía.

Cuando Bryan terminó de eyacular, quedó laxo en la cama, debajo de Caleb, gimiendo lastimosamente.

—E-eres... Malo, Caleb —balbuceó entre jadeos.

Caleb se agachó un poco más y besó suavemente a su hombre.

—... Si lo soy, entonces castigame —soltó lujuriosamente.

Entonces Bryan lo observó con un brillo depredador que le erizó la piel, al mismo tiempo que le dio una suave nalgada que él no se esperó.

—Vamos vaquero, comienza a cabalgar ¿A qué esperas? —Bryan le dio otra nalgada a la vez que masajeaba sus glúteos y rozaba el borde de su ojal abierto con loss dedos.

Caleb gimió levemente cuando esas manos le obligaron a levantarse un poco y volverse a clavar, sintiendo en su interior un estremecimiento de placer y dolor.

Caleb elevó su rostro mientras comenzó a saltar sobre la morcillona verga de Bryan, que poco a poco empezó a recuperar su dureza, hasta al final golpear firmemente con ella su próstata.

Cuando Caleb sintió como su punto era rozado violentamente y su cuerpo era atravesado por una oleada de placer, soltó un alarido a la vez que comenzó a correrse.

—Ah, joder me asfixias la polla amor —jadeó Bryan comprimido, lleno de placer.

Caleb respiró entrecortado unos segundos antes de comenzar ha moverse otra vez. Los gemidos de Bryan llenaron rápidamente la habitación mientras que él solo podía bufar, sintiendo espamos de placer en sus entrañas cada vez que el glande chocaba con su próstata.

Entonces Bryan se sentó y de alguna manera se agachó hasta encogerse hacía su pollón...

Y así, con Caleb sentado sobre su polla, Bryan se estiró hacia abajo y devoró el glande Caleb.

Este soltó un alarido de placer mientras su hombre lo penetraba y chupaba al mismo tiempo, haciéndolo acelerar la cabalgata, penetrándose más y más duro, y haciendo con ello, que Bryan devorara su pollón.

Sus gritos de placer se volvieron más y más estridentes, Caleb hacía tiempo que no se sentía tan bien follando.

De pronto Bryan lo tacleó y lo hizo acostarse mientras elevaba sus piernas hasta ponérselas en los hombros, sin dejar de bombear su interior con fuerza. Caleb como pudo tomó de las caderas Bryan y lo empujó hacia su culo, aferrándose así desesperadamente al placer.

Bryan jadeaba sin parar, entremezclando esos ruidos con cansados gemidos. Aun así, no bajó de velocidad en la follada.

—Estás... Tan... Tan... Apretado —balbuceó Bryan cansadamente.

—¡M-ás, Bryan, por favor, más! —excalmó desesperado, apretando su interior más duro, sintiendo cada vena y relieve de esa deliciosa polla chocando con sus entrañas.

Bryan gimió más duro mientras aceleraba aún más, al punto de que Caleb sintió su interior irritado.

Pero también aumentó el placer.

Entonces un calambre de placer, más fuerte que los demás, le aplastó el cuerpo cuando Bryan golpeó con fuerza toda su próstata.

Caleb gritó cuando el placer se concentró en sus huevos, haciéndolo vaciarse de golpe sin tocarse.

Su semen salpicó sus cuerpos justo cuando Bryan soltó un rugido caí agonizante. El cuerpo de Caleb vibró un poco más cuando sintió el caliente y espeso semen de su hombre bañarle por dentro.

Su pollón soltó un par de chorros más debido al pequeño orgasmo que eso le provocó.

Bryan entonces se derrumbó sobre él, totalmente cansado y jadeante.

—Oh Dios... Eso estuvo... Grandioso —susurró Bryan sorprendido antes de observarlo a los ojos—. ¿E-estás bien cariño? —Parecía avergonzado y hasta un poco arrepentido—. Lamento haber sido tan rudo al final pero... Dios estuvo tan malditamente genial, pero —cerró los ojos avergonzado— lamento haber perdido los estribos a-

Caleb lo calló atrayéndolo hacia él para luego besarlo lenta y candenciosamente, manteniendo sus bocas abiertas y haciéndo a Bryan lamer su lengua, frotándolas con fuerza aún cuando la saliva se escapaba de sus bocas.

Era el beso más sucio que habían prácticado en sus tres años de relación.

Cuando se separaron, encontró el rostro de Bryan totalmente rojo y la mirada vidriosa.

Entonces Caleb dijo con una sonrisa:

—Estuvo realmente increíble, Bra-

Él se detuvo en ese instante con los ojos extremadamente abiertos. Bryan lo observó fijamente.

—¿Cariño? ¿Qué ocurre?

Pero Caleb no pudo responder, su voz se había muerto a la vez que sus ojos comenzaron a desbordarse de lágrimas.

Bryan se movió algo alarmado hasta que le tomó de las mejillas y lo acunó.

—Hey, hey ¿Por qué lloras? ¿Hi-hice algo-?

—L-lo siento —susurró Caleb con la mirada perdida y llena de culpa—, en verdad lo siento Bryan.

Su hombre lo observó uno segundos antes de abrazarlo con fuerza. Caleb simplemente se dejó hacer, necesitando el contacto casi tanto como respirar.

Y es que Bryan no se daría cuenta de su pequeño gran error, después de todo, fonéticamente su nombre se pronunciaba como "Braian".

Pero ese no era el nombre que Caleb iba a decir en ese momento.

::::::

Cuando Caleb volvió ha abrir los ojos, el sol se empezaba a colar débilmente por las cortinas y un fragante olor a café comenzaba a inundar el cuarto.

El pequeño despertador le decía que era casi el mediodía, lo que le hizo levantarse de golpe.

"¿Cómo es posible?" Pensó asustado al ver la hora por segunda vez, solo para asegurarse.

Era la primera vez en mucho, mucho tiempo, que se despertaba tan tarde.

En ese momento apareció Bryan en la puerta de la habitación.

—¡Dormilón, hasta que al fin te levantas! —dijo su futuro esposo algo divertido.

Caleb solo pudo parpadear.

—¿Por qué no estás en el trabajo? —fue lo único que pudo preguntar y se sintió un poco tonto por ello.

Bryan simplemente se acercó y se sentó a horcadas sobre su regazo. Caleb automáticamente lo sostuvo de las caderas

—Oh ¿No te lo dije?

Caleb solo pudo responder con cabeceo negativo.

—Lo siento cariño, fui un poco torpe —se excusó Bryan mientras se daba un golpecito en la frente—. Van ha hacerle un mantenimiento a fondo a todos los equipos, a los vehículos y las instalaciones, por lo que tengo una semana libre mientras lo hacen, siempre y cuando no pase algo muy urgente como para que me llamen, claro.

—Oh, entiendo —susurró Caleb comprendiendo al fin.

Entonces Bryan de pronto lo observó algo nervioso.

—¿Hmph? ¿Qué ocurre? —indagó Caleb al notar su cambio.

—Oh, bueno, es que estaba pensando en que ya que tienes estas semanas libre y yo también, pues creí que podíamos ir a visitar a tu padrastro y a tu madre y pasar unos días de descanso —planteó nervioso su prometido mientras hacía figuritas abstractas con los dedos en su pecho.

Caleb ni lo dudó.

—Me parece perfecto, serán como unas minivacaciones, incluso podriamos llevar a Tim y a Monic, que ha mi madre le hace bien la presencia de esos dos.

Bryan sonrió brillantemente con ello.

—¡Ah, me alegra que quieras ir, porque justo ahora acabo de hablar con Daniel para ir!

Caleb parpadeó unos segundos antes de pellizcarle las mejillas a su prometido. Bryan gimió lastimeramente pero se dejó hacer.

—Eres irremediablemente —le reprendió mientras le estiraba las mejillas.

—P-pedo ashi mmmhel kerech —dijo Bryan como pudo con un intento de sonrisa.

Caleb suspiró divertido mientras Bryan le besaba la frente.

—¿Entonces nos preparamos ya? —Preguntó Caleb antes de besar suavemente los labios de su amado.

—Ah, tú ve a desayunar dormilón, que yo me encargaré del resto.

Caleb asistió y se dirigió al baño para asearse un poco y luego fue a la cocina ha servirse el desayuno.

—¡Por cierto ¿Adivina qué me dijo Daniel cuándo lo llamé?! —gritó Bryan desde la habitación.

—¡Eh, no tengo ni idea amor! —exclamó de vuelta mientras se servía un vaso de jugo de naranja y se tomaba un po-

—¡Que Brandon y Roger estaban ya en la finca ¿No es grandioso?!

Caleb escupió de inmediato todo lo que tomó.

—¿Q-qué? —balbuceó en voz baja mientras se sostenía la frente.

Eso era genial.

Ahora se iba de vacaciones, a encontrarse directamente con el mayor de sus problemas.

::::::

Con suficiente ropa para unos cuantos días y con la casa en total orden, Caleb y Bryan se subieron al auto y se dispusieron a buscar la hermana y el sobrino de Bryan.

Aunque técnica no eran nada de Caleb, él los sentía cómo si fueran su familia, y el que solo tuviera a su madre y a Daniel y que además estos tuvieran a las afueras del estado, solo aumentaban esa sensación.

Aparte de que esos dos, al igual que Bryan, se hacían querer a su estilo.

Así que condujo su automóvil hasta una floristería llamada "Rose Carmesí" y subió un par de cuadras más, hasta llegar a la acera de una hermosa casa de grises y morados, con una cerca de hierro negro y un hermoso y muy cuidado jardín con flores tan hermosas que harían palidecer al viejo jardín de Brandon, y eso que ese jardín había parecido algo salido de una revista de jardinería.

—Monic está en casa, hoy no se sentía muy bien, así que Tim está en la tienda de flores arreglando todo para cerrarla al mediodía —Explicó Bryan antes de bajar.

—¿Qué tan mal está Monic? —Susurró Caleb preocupado mientras se acercaban a la casa.

Bryan frunció el ceño levemente y dijo:

—Realmente no lo sé, Tim me dijo que no era algo grave, pero que llevaba algunos días sintiéndose débil.

Entonces ambos llegaron a la puerta y Bryan tocó el timbre.

—¡Abre perezosa que ya estamos aquí! —exclamó Bryan algo molesto.

—¡Ya voy idiota! —exclamó una risueña voz que le sacó una sonrisa a Caleb.

Entonces la puerta se abrió y apareció una mujer tan menuda como su Bryan, con un hermoso y largo cabello oscuro y ojos de un impactante azul claro, su piel era tan pálida como la de su hombre, ella era delgada y de apariencia frágil, pero aún así era hermosa y de una personalidad muy dinámica.

Ella estaba vestida con una blusa suelta de color gris y unos jeans azules y zapatillas blancas.

Monic negó con la cabeza algo decepcionada hacía su hermano.

—Vas ha casarte y ser prontamente un hombre de familia y todavía sigues con esos modales de mierda, sé nota que tú nunca cambias, hermanito —le reprendió la mujer con una mueca de decepción.

—Déjame en paz Monic. —Su hombre le sacó la lengua a su hermana, lo que hizo que Monic no dejara de negar con la cabeza.

—Ah, Caleb, no sé que cosa tan horrible habrás hecho en tu anterior vida para tener que aguantar a esta escoria —le dijo Monic a él con un gesto afligido.

—Seguramente hice algo imperdonable —supiró Caleb triste.

—¡¿CA-CARIÑO?! —Exclamó Bryan horrorizado al verlo de parte de Monic.

Entonces Monic y Caleb se rieron mientras Bryan hizo un puchero.

—¡Ustedes son malos! —se quejó.

—¡Entonces toca la puerta como lo haría cualquiera, subnormal! —le reprendió su hermana.

—Vamos, vamos, no peleen ya, vamos a entrar —Intervino Caleb mientras hacía entrar a los hermanos.

Monic y Bryan se dejaron hacer, aunque ambos no dejaron de gruñirse durante un rato.

Caleb los hizo sentarse y entonces preguntó:

—Voy ha hacer té ¿De qué lo quieren?

—Té verde —dijeron los hermanos al mismo tiempo, lo que le sacó una sonrisa a Caleb.

—Pero Caleb, cariño, no tienes que hac-—Monic se detuvo unos segundos antes de suspirar—... Tim les dijo sobre mi salud ¿No? Ese niño... Un día de estos voy ha tener que regañarlo.

—Pues seremos dos —Inrervino Bryan—, porque tardó mucho en decirnos ¿Por qué no me dijiste que te sentías mal?

Monic entonces bajo la mirada mientras esbozaba una melencolica sonrisa.

—... Aunque no lo quiera admitir, ya soy una carga para Tim, no quiero ser una carga para ustedes.

—No seas tonta —intervino Caleb entonces, sentándose al lado de la chica para tomarle la mano suavemente—. Nunca serás una carga para nosotros, pero tienes que contarnos estás cosas, Monic.

—Además, yo soy tu hermano ¿Cómo no me voy ha preocupar? —gruñó Bryan mientras hacía un puchero, lo que hizo a Monic agachar la cabeza algo avergonzada.

—En verdad, no sé que decir.

—Pues no tienes que decir nada, solo tenerlo en cuenta —Indicó Bryan decidido.

—Voy a ir a hacer el té —dijo Caleb levantándose de nuevo.

—Gracias Caleb, aún no sé porque elegiste a este idiota si eres todo un amor —indicó la mujer con una brillante sonrisa.

—¡O-oye! —exclamó Bryan, arrancándole otra sonrisa a Caleb.

Hacía unos tres de años, justo antes de que Caleb la conociera, Monic había sufrido de una violenta leucemia que la había dejado al borde de la muerte en muchas ocasiones, pero debido a que habían encontrado un donante adecuado justo antes de que fuera demasiado tarde, ella había triunfado al final, aunque el coste fue perder su despampanante figura y tener una delicada salud que la hacía enfermar casi siempre.

Él en cierta forma podía entender los motivos de Monic al respecto de no decirles sobre su salud, especialmente porque él había hecho algo parecido pero mucho peor con Brandon.

Era una verdadera maldición la sensación de ser una completa carga para sus familiares.

Monic era la dueña de la floristería "Rose Carmesí", pero debido a su frágil salud, Tim se encargaba del lugar la mayoría del tiempo, mientras que Monic controlaba las finanzas desde la casa como podía.

Caleb volvió a la sala con tres tazas de té mientras que los hermanos se terminaban de poner al día con sus vidas.

—Oh Caleb, es realmente horrible lo que te pasó —comentó Monic sorprendida mientras él se sentaba junto a su prometido y se tomaban de la mano.

—Ciertamente lo fue, por suerte se arregló rápidamente.

—Pero estoy sorprendida, esos policías realmente fueron eficientes, mira que resolver el caso en tres días... —Monic tomó de su té aún sin creer toda la historia.

—Oh sí, Brandon y Roger son muy capaces, ya lo verás en cuando los conozcas —afirmó Bryan entonces.

Monic les lanzó una mirada de interés.

—¿Oh? ¿En serio? ¿Están muy buenos? —preguntó divertida.

—Ufff, están buenísimos —admitió Bryan de pronto.

Caleb casi vuelve a escupir en ese momento.

—¡Bryan! —reprendió a su hombre.

—¿Qué? —Su prometido se encogió de hombros—. Cariño, sabes que te amo y eres toda mi vida... Pero no estoy ciego ¿Sabes? —Bryan tomó un sorbo de té—. Esos dos están más buenos que el pan, y lo que parecen cargar en el paquete de sus pantalones podría competir con tu poll-

—¡BRYAN! —se quejaron Monic y Caleb al mismo tiempo, ambos rojos por distintos motivos.

Aparte que el que Bryan alabara inconscientemente a su ex novio, hacía sentir algo raro a Caleb.

—En fin, que me parecieron buenos hombres —terminó su hombre, arrancándole con ello un suspiro a Monic y a Caleb.

—Mmm... Me los estás poniendo muy en alto, eh —comentó la mujer algo pensativa antes de sonreír—. ¿Ninguno de ellos está buscando una linda espo-?

—Son gays —espetó Bryan fríamente.

Monic parpadeó unos segundos antes de soltar un lastimero grito y revolverse en el sillón.

—¡Ah ¿Por qué, por qué? ¿Por qué todos los hombres buenos son gays?! —se quejó tristemente antes de tirarse derrotada en la alfombra del piso—. Ya hasta parece una ley natural... Pronostico un futuro sombrío para todas las mujeres del mundo como esto siga ocurriendo —comentó funestamente.

—Por favor Monic, si eres dramática —espetó Bryan negando con la cabeza.

—Tú no tienes derecho a decir eso, descarado —indicó Caleb con un leve tono de reproche.

Bryan se sonrojó mientras se reía nerviosamente.

En ese momento se abrió la puesta.

—¡Y-ya llegué! —anunció un chico mientras entraba.

—¡Oh Tim, cariño, estoy condenada a vivir soltera por el resto de mi vida ahhhh...!

Ese fue el saludo de Monic para su hijo.

—N-no sé de dónde vino eso, pero yo también te extrañaba mamá —dijo el chico muy suavemente para luego darle un beso en la mejilla a su madre.

Entonces se dió cuenta de que ellos estaban sentados ahí.

—¡T-tíos, ya llegaron! —exclamó suavemente el chico mientras se agachaba para darles un suave beso en la mejilla a cada uno.

Sí algo podría definir a Tim Bradford, eran el otoño y el invierno.

Él tenía una tez de un pálido rosa y era tan alto como Bryan, había heredado los impactantes ojos celestes de su madre, solo que también tenían algunos reflejos grises, poseía labios grandes y carnosos de un imposible rojo, como si llevara pintura de labios, sus facciones eran simétricas, delicadas y hermosas pero con un toque muy masculino que le daba una apariencia algo andrógina, y si se incluía al combo su melena de un hermoso y nacarado rubio platinado, casi blanco, una voz suave y músical, y una personalidad más suave que un algodón, él simplemente era un chico con una belleza demoledora que opacaba a la gran mayoría de las personas, incluso los los modelos se podrían considerar patitos feos a su lado.

Aún así...

Tim tenía una enorme, rosada y deforme cicatriz que cubría el lado derecho de su quijada hasta llegar al pómulo y abrazar por completo la ojera, entonces la cicatriz se expandía en forma de gotas, cubriendo justo por encima de su ceja y también parte de su labio inferior y barbilla.

Tim usaba una enormes gafas de una montura delgada y vestía un ajustado suéter de cuello de tortuga vinotinto que le llegaba hasta el borde de la quijada, unos guantes de terciopelo negro, unos pantalones de vestir grises y zapatos casuales marrones.

Caleb desde que lo conoció, siempre lo había visto usar suéteres y guantes, una vez le preguntó Bryan sobre esto una vez, y cuando lo hizo, el siempre brillante rostro de prometido se ensombreció hasta llenarse de ira.

—¿Has visto la cicatriz en su rostro? Esa quemadura cubre todo su cuello, parte del pecho, el brazo derecho, los antebrazo y manos.

Caleb realmente no podía imaginar como un chico podría quemarse de esa forma, cuando le preguntó a Bryan, este simplemente espeto.

—Su padrastro se lo hizo con una olla de agua hirviendo.

Eso fue suficiente para Caleb.

Hasta donde sabía, eso había ocurrido hace unos cuatro años, cuando Tim tenía catorce.

Caleb simplemente se veía reflejado en los brillantes y tímidos ojos del chico. Mientras que Tim cargaba sus cicatrices físicamente, él las llevaba en la mente y el corazón.

—Hola Tim ¿Qué tal va el negocio? —dijo Caleb cuando el chico se sentó en el último mueble de la sala.

Tim se ajustó los lentes y colocó sus manos sobre su regazo.

—E-eh, por suerte bien, hoy estuvimos un poco ocupados, p-pero pudimos atender a todos, fue un día bastante entretenido tío —Tim esbozó una brillantemente y Caleb casi pudo sentir cómo todos sonreían al mismo tiempo con él, incluyéndose

—Oh, me alegro que así sea —comentó Bryan con una sonrisa también—. ¿Y que tal te va con Carl? ¿Aún se muere por tus huesitos?

—¡BRYAN! —se quejaron Caleb y Monic al mismo tiempo.

El rostro de Tim se puso tan rojo que Caleb casi podría asegurar que si lo pincharan, seguramente el chico se desangraría.

Tim observó el piso muy nervioso.

—E-eh, e-él s-sigue co-comprándome fl-flores y-y llevándome a lu-lugares, e-es muy li-lindo p-pero y-yo... Y-yo.

Entonces Monic suspiró cansada.

—Carl lleva semanas atacando a Tim con regalos y citas, ciertamente es un buen chico... Pero Tim merece algo mucho mejor —espetó Monic—, mi hijo merece castillos de oro y ríos de plata. Es muy inteligente y llegará muy lejos, Carl le queda pequeño.

—¡Oh, esa es una declaración muy fuerte hermana! —exclamó Bryan emocionado—. Yo también estoy de acuerdo, Tim merece lo mejor de lo mejor, tiene que ser un hombre mejor incluso que mi amado Caleb.

—E-eh, no sé que decir al respecto —comentó Caleb algo divertido e incómodo.

Tim por su parte parecía temblar de los nervios.

—¡V-voy a-a l-la co-cocina ha pr-prepa-parar b-bocadillos p-para el vi-viaje! —exlcamo el chico levantándose de golpe para luego irse.

Aunque ciertamente por su suave personalidad era acosado más por hombre que por mujeres, Tim realmente nunca había mostrado alguna clase de interés por nadie. Aunque Monic y Bryan lo emparejaban con chicos, Caleb en cambio empezaba ha creer que Tim era asexual.

"Yo conozco a mi Tim como la palma de mi mano, ese niño se muere por los hombres y espero que algún día encuentre al indicado"

Eso fue lo que le dijo Monic en su momento, aunque si fuera así, Caleb también creía que nadie podría llegar a merecer a Tim dd alguna-

"Castillos de oro y ríos de plata" Pensó Caleb en ese momento.

Bueno, él en realidad conocía a alguien que fácilmente podría comprarle a Tim toda una isla virgen si este lo quisiera en verdad.

Pero ese hombre simplemente no podía ser manejado por nadie, y honestamente, de todos, Cameron podría ser seguramente la peor elección como material para esposo, ese hombre simplemente era insufrible.

::::::

Cuando el sol comenzó a tocar al horizonte, fue cuando Caleb estacionó su auto en el garaje de sus padres.

Justamente, junto a la vieja camioneta roja de Roger. Caleb la observó unos segundos antes de apagar el auto.

"Aquí vamos..." Pensó, preparándose para una semana llena de altibajos cerca de su ex novio.

En ese momento se abrió la puerta del garaje...

Y Helen Prescott entró con una enorme sonrisa al garaje.

Su madre se veía igual de hermosa que siempre y un poco más joven al llevar un hermoso vestido veraniego suelto de color blanco y verde manzana con unas zapatillas azul oscuro.

—¡Caleb, cariño, que bueno verte! —le saludo su madre con un abrazo cuando se bajó del auto.

—Lo mismo digo madre, te ves radiante, más de lo normal —comentó realmente alegre de ver a su madre tan feliz, esta se sonrió a la vez que se carcajeaba un poco.

—Ah, cariño, no es para tanto —dijo Helen mientras hacía un ligero ademán con la mano.

Pero era así. Tal vez fuera porque llevaba mucho sin ver a su madre, pero Caleb la sentía con un aura inusual a su alrededor. Se veía más feliz, más centrada y más unida al mundo real, no sabía que era lo que la tenía así, pero fuera lo que fuera, lo prefería mil veces a que volviera a las condiciones en las que la había encontrado cuando fue rescatado del asesino de la "C" y Howard Cloud.

Cuando se le dio de alta y le permitieron ver a su madre, lo que Caleb encontró fue a una muñeca inherte que se parecía a su querida madre, una muñeca que lo único que podía hacer por sí sola era respirar. Y no importó cuantas veces él lo intentara, ella simplemente no parecía reaccionar al hecho de que él ya estaba a salvo y que estaba justo ahí.

Realmente fueron tiempos angustiosos en los que, de no haber tenido a Daniel a su lado, Caleb sin duda alguna hubiese cometido alguna locura como el suicidio.

Se necesitaron unos seis meses para que ocurriera un milagro y su madre volviera en sí... Dicen que el amor obra milagros, pero por desgracia o por suerte, no fue Caleb quien la logró despertar.

Él supo que definitivaente el ex capitán del departamento policial de New York era el indicado, cuando se enteró de que Daniel había logrado hacerla reaccionar por un breve periodo de tiempo.

Desde ese primer contacto, su madre fue mejorando más y más con la ayuda de Daniel hasta que simplemente pudo salir del psiquiátrico y volver a empezar su día a día.

Aún así, Helen había tenido algunas escuelas de shock. Normalmente ella tenía la mirada un poco perdida y solía perder con cierta facilidad el hilo de las conversaciones, así como congelarse en cualquier momento, perdida en sus pensamientos hasta que alguien la moviera levemente y la hiciera reaccionar.

Con el tiempo, estos problemas se dieron cada vez menos, pero igual seguían ahí.

No obstante, en ese momento se veía tan despejada como en los viejos tiempos, cuando todos eran felices.

Cuando madre e hijo se separaron, está saludo a Tim y a Monic con su respectivo beso y abrazo.

—¡Helen, estás realmente hermosa! —exclamó Bryan en su turno de saludarla, abrazando a Helen con ello.

—Oh, cariño, muchas gracias —agradeció su madre mientras le daba un par de besos en las mejillas a su prometido.

—No sé qué te has hecho, pero tus ojos brillan de una forma que no sé explicar —comentó Monic bastante sorprendida.

—Ah, chica, no me he hecho nada —indicó Helen con una mueca divertida—. Solo lo parece por culpa del embarazo.

—¿Eh? —Caleb solo pudo parpadear unos segundos.

Así supo que su madre estaba embarazada y que iba a tener un hermano con veintiséis años de diferencia

Así que entonces, Caleb se desmayó.

::::::

Él se despertó a la hora en una habitación que reconoció como la suya en la finca de su madre y su padrastro.

—Oh cariño, al fin despertaste —comentó Helen en ese momento, así que Caleb pudo ver qué ella estaba sentada a su lado leyendo un libro.

—Mamá... ¿En verdad estás embarazada? —fue lo único que pudo salir de sus labios.

Su madre le sonrió suavemente mientras colocaba sus manos en su vientre lentamente, como si cargará algo valioso e inigualable en él.

—Hace mucho que no me llamas así, me hace sentir nostálgica —dijo Helen cerrando los ojos antes de asentir—. Así es cariño, estoy embarazada, tengo poco más de tres meses.

Caleb se movió un poco para recostar la cabeza en las piernas de tu madre.

—Así que voy a tener un hermano —murmurró Caleb pensativo unos segundos antes de congelarse y digerir la noticia—, oh rayos, voy a tener un hermano.

Helen se carcajeó con ello.

—¡Felicidades madre! —exclamó rápidamente mientras la abrazaba.

—Gracias cariño —apreció Helen—, en verdad estaba preocupada por cómo reaccionarías a la noticia, por lo que decidimos esperar a que vinieras a la finca. Ya le hice llegar la noticia a Daniel de tu desmayo, debe estar por llegar.

Caleb la miró confundido unos segundos.

—¿Por qué estaban preocupados? Yo no iba ha tomar mal la noticia —se quejó. Helen lo observó unos segundos.

—Hijo, apenas lo dije, te desmayaste.

—¡S-solo fue la sorpresa, no puedes decir algo así tan a la ligera mamá! —exclamó Caleb realmente avergonzado—. Estoy más feliz que otra cosa, sorprendido, sí, pero feliz.

Su madre en respuesta sonrió un poco más.

—Dime ¿Es seguro el embarazo? Mira que ya estás vieji-

Helen ni siquiera le dejó terminar cuando le dió un codazo entre las costilla.

—Soy una mujer Caleb, esas cosas no se dicen así, idiota —le reprendió su madre sin estar realmente molesta.

—P-perdón...

—Y sí, es totalmente seguro, incluso al doctor le sorpendiendo que fuera así pese a mi "edad". —Helen hizo una mueca de disgusto al final, como si odiara esa palabra—. Daniel me trata como si fuera de cristal o fuera ha hacer combustión espontánea en cualquier momento... Pareciera que la embarazada es él y yo no.

Caleb soltó una carcajada con ello.

—Creo que él no se ha dado cuenta que tú ya tienes experiencia con esto de tener bebés —indicó divertido.

—No me quejo de que esté tan animado, realmente creo que es una bendición y todos los días a su lado me hacen extremadamente feliz... Pero por ahora solo quiero ahorcarlo y que me deje en paz un rato —reconocio Helen con un suspiro, lo que hizo a Caleb reírse otro poco.

—Mamá... Realmente me alegro de estés tan feliz y que ya estés totalmente de vuelta, te mereces todo esto y más —susurró Caleb con la voz algo rota y los ojos cristalizados.

—Oh, hijo. —Helen acarició su mejilla lentamente—. Después de todas las cosas que hemos pasado, nosotros merecemos más que nadie el ser felices.

Caleb asintió lentamente, algo afectado. Helen sonrió ante su gesto.

—Sí, merecemos ser felices ¿No? En verdad lo merecemos...

—Caleb ¿Qué ocurre? —Su madre había captado su problema a la primera.

Antes de que Caleb pudiera decir algo, la puerta se habrió para mostrar a un Daniel bastante preocupado.

—Hey Caleb ¿Cómo estás? —preguntó luego de cerrar la puerta.

Pero entonces su padrastro se detuvo al ver el gesto serio en el rostro de Helen.

—Supongo que no te tomaste lo de nuestro hijo bien ¿No? —dijo de pronto, muy triste—. Caleb, en verdad lo siento, y-yo...

—Tranquilo cariño, no es eso —intervino Helen rápidamente—, es solo que a Caleb le pasa algo, llegaste justo cuando estaba a punto de decírmelo.

Daniel párpadeo unos segundoos antes de asentir algo torpe, con el rostro sonrojado.

—P-perdón... Entonces supongo que llegué en un mal momento ¿No? —Daniel observó algo nervioso a madre e hijo.

—Para nada, hecho, necesito que también escuches y me des tu consejo —explicó Caleb.

—O-ok.

Entonces Caleb le explicó sobre lo ocurrido con Brandon y el caso de su jefe asesinado... Incluso les contó cuando estuvo a punto de besarlo.

Al final, su madre y su padrastro se vieron a los ojos unos segundos, como si estuvieran hablando algo, y luego lo miraron.

—Caleb, esto es... —dejó su madre en el aire, pensativa.

—Un desastre Helen, la palabra que buscas es desastre —indicó Daniel con un leve gruñido.

—Lo sé, sé que es un desastre —exclamó Caleb levantándose del regazo de su madre para cubrirse el rostro con las manos desesperadamente—. Bryan no se merece nada de lo que he hecho estos días y Brandon debe de seguir con su vida sin mi intervención pero... Esto que siento por él, esta atracción y repulsión a la vez es más fuerte que yo. Trato y trato de mil y un maneras de evitarlo, pero simplemente no puedo —terminó frustrado—. Deseo poder seguir adelante, deseo merecer en verdad a Bryan y poder alejarme de esos horribles recuerdos... Pero es tan difícil.

En ese momento Helen lo abrazó suavemente por la espalda.

—Caleb, no es fácil, realmente no es fácil enfrentar los temores, pero como sigas huyendo, jamás dejarás atrás lo que esos bastardos te hicieron —susurró Helen tristemente.

Caleb se separó un poco de su madre.

—No huyó madre, lo enfrento todos los días, cada día, cada hora, e igualmente salgo perdiendo —comentó frustrado.

—Caleb, siempre has huido —discrepó Daniel entonces con un leve tono de reproche—, empezaste a huir cuando no le contaste a Brandon la verdad y usaste una excusa barata para alejarlo, seguiste huyendo cuando no fuiste a un psicólogo como te recomendé y te negaste a ir cuando quise llevarte, huiste cuando no te involucraste realmente con todos tus intentos de parejas y huyes ahora mismo aferrándote a Bryan como lo estás haciendo. Éll no se merece esto.

—Daniel, yo amo a Bryan —dijo Caleb con desición.

—Si realmente fuera así, no habrías intentado besar a Brandon —refutó Daniel con un suspiro.

—¡Yo amo a Bryan! —Caleb se levantó molesto. Sus padres solo lo observaron con un gesto impotente en el rostro—. ¡Quiero hacer totalmente feliz a Bryan, quiero dárselo todo, quiero entregarle mi corazón, mi cuerpo, mi alma, quiero envejecer a su lado y hacerlo completamente feliz, cada parte de mi lo desea! —se golpeó fuertemente el pecho mientras las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos—. Pero también está está sensación, este dolor que me quema, que no me deja en paz cuando pienso en Brandon y que se hace cada vez más fuerte cuando lo tengo cerca... Y no se que hacer con ello, quiero estar siempre al lado de Bryan, pero incluso ahora el Brandon que está en mi corazón no me deja en paz y no sé qué hacer para quitarle de ahí, para poder seguir adelante. —Caleb comenzó a llorar desesperado mientras caía arrodillado en el suelo.

Helen se agachó y suavemente lo abrazó y lo hizo sentarse en la cama.

—Hijo ¿En verdad amas a Bryan? —preguntó su madre de pronto. Caleb solo pudo asentir—. Entonces tienes que ser fuerte y contarle la verdad, decirle que Brandon es tu ex novio... Y tienes que decirle a Brandon sobre lo que viviste en ese lugar, los horrores que viste y lo que te hicieron.

—Tu madre tiene razón, Caleb —apoyó Daniel mientras acariciaba la nuca de Caleb reconfortantemente—, tienes que ser honesto con los dos. Si quieres seguir adelante, tienes que soltar esta carga que te aplasta e ir a un psicólogo para que te ayude a superar tus traumas y deshacer los que esos sujetos te hicieron —recomendó.

Caleb calmó sus lágrimas y suspiró mientras se sentía apoyado por las dos personas más importantes en su vida.

—... Lo haré, quiero hacer todo eso y más si eso significa poder estar completamente para Bryan porque quiero darle lo mejor de mí, así que haré todas esas cosas menos decirle la verdad a Brandon... No podría hacerlo.

Daniel suspiró entonces.

—Caleb...

—Sé lo que quieres decir Daniel pero no puedo, realmente no puedo. Si lo hago, probablemente lo romperé o algo peor —exclamó Caleb azoradamente, levantándose de la cama de nuevo y caminando por toda la habitación, desesperado.

Entonces Daniel apretó los labios unos segundos.

—Igualmente creo que debes de decírselo... Él no es tonto Caleb, Brandon es un detective de primera y mientras más tiempo pase, más deducirá sobre lo que te ocurre.

Entonces Caleb se detuvo.

—Es imposible que Brandon se imaginé lo que me ocurre, lo que me hicieron. —Caleb se pasó las manos por el rostro y el cabello, desesperado—. ¿Cómo va ha adivinar que me lo arrancaron de los brazos cuando fui secuestrado, que esos malditos asesinaron chicos en frente de mí y que no solo violaron mi cuerpo, sino también mi mente y hasta mi alma?

¿Cómo va ha imaginar que me lavaron el cerebro? ¿Cómo va ha imaginar que en mi subconsciente ellos asociaron su imagen como mi sufrimiento y dolor, con las violaciones y vejaciones que me hicieron y que no puedo controlarlo? ¿Cómo podría siquiera pensar que ellos incluso me drogaban y sugestionaban para tratar de inducirme el síndrome de Estocolmo? ¿O cómo va ha siquiera creer que, aunque lo seguía y sigo amando, su sola presencia me causa una terrible repulsió, tristeza y frustración porque no puedo hacer nada por ello y que todavía sigue en mi corazón aún cuando amo a Bryan? ¿Cómo contarle que cada vez que estoy a su lado, me siento como si estuviera siendo violado y ultrajado otra vez en ese oscuro cuarto por culpa de las sugestiones que sufrí?

Díganme ¿Cómo le digo todo sin que él se muera de la culpa y se destruya por ello? —terminó frustrado, sintiéndose algo aliviado al soltar todas las angustias y preguntas que lo habían estado golpeando por más de seis años.

Daniel y Helen solo lo observaron impotentes, sin saber qué decir exactamente. Trataron un par de veces de decir algo, pero fue inútil.

—Bien, eso lo que imaginé —contestó Caleb, impotente a sus silencios—. Prefiero mil veces que Brandon me odie a qué sienta lástima por mí, o peor, que se derrumbe otra vez; prefiero ser el malo del cuento, que ser la damisela que nunca será rescatada.

Porque entre él y yo, por más que queramos, nunca habrá un final feliz.

Continuará...

Hola chicos!!!! Aquí está, el siguiente cap de la serie!!!! XD estoy seguro que estrañaban está serie, pero no sé preocupen que yo siempre he estado escribiendo uwu

Como verán este capítulo es muy importante aquí comenzamos a ver cómo empieza a aflorar la perra interior de Caleb y como comienza a hacer de pasivo de nuevo, así como también, vemos un pequeño abre bocas de qué fue lo que le pasó, más adelante, cuando esté en verdadera crisis, veremos directamente de sus recuerdos, cómo le fue mientras estaba preso en esa casa del terror, por ahora, tendrán que conformarse con esto chico.

Este cap es más largo de lo normal porque me di cuenta que él anterior no era tan largo como debería ser, y espero (realmente espero) que esté bien corregido, o probablemente me lance por la ventana de un autobús cuando lea el desastre que fue XD

Este comentario va para la primera persona que me dijo sobre el "error garrafal" es un saludo para un lector con el que escribo fuera de la pag y que se ha vuelto realmente especial para mí (no diré nombres pero sabes que te amo bebé 😘 aunque me sacaste canas verdes cuando me lo dijiste XD). Esta vez lo corregí sin sueño... Y espero que eso haya bastado para no equivocarme en los nombre, o juro que hago el zepuku si vuelve a ocurrir.

Ahora bien ¿Qué nos espera para el sig cap? Bueno, veremos algunas interacciones entre nuestros queridos personajes en medio de sus vacaciones, veremos a una cosita linda llamada Tim Bradford interactuar con Brandon, tendremos una cena bastante animada con todos nuestros chicos en ella, un Cameron con ganas de matar a Caleb, y un Bryan con un tenedor asesino XDXD junto a una sorpresita para la cuarta publicación, el próximo cap es de transición, no voy a mentir, pero es básicamente un pronóstico de lo que nos espera para el final de la serie señores!!!

Y lo mejor es, que ya el CAP está listo, solo le falta ser corregido, así que entre hoy o mañana, lo entrego a la página para que lo gocen 😉

Eso es todo señores y mi querida señorita!!! Rumbo al final de la serie!! Hasta el siguiente cap y feliz pajazo para todos AHAHAHAJAJAJA!!!!