El turista jubilado (2)

Segunda parte

Otro día amaneció en ese hotel que tanto había deseado al principio y se acabó convirtiendo, ya en el primer día, en un lugar marcado para toda mi vida. Di muchas vueltas a lo sucedido durante toda la noche mientras mi marido dormía. Conclusiones? un viejo verde me había abierto los ojos... mi vida era una película de comedia romántica que parecía perfecta pero mi cuerpo me estaba pidiendo caña y un anciano me la había tenido que dar.

No podía sacarme de la cabeza ese polvazo y tampoco podía para de pensar en como me habia despachado de su catre sin apenas inmutarse. Siempre fui muy presumida y creia que yo sería algo inalcanzable para un viejo, un autentico manjar que solo un afortunado podría catar y esa sensación me dejaba un despecho mucho más grande que el remordimiento.

Temprano me levanté, besé a mi marido como cada mañana y le dije que saldría a mi carrera diaria. A pesar de estar de vacaciones, quería continuar cuidandome y si quería aprovechar el día que mejor que hacer mi ejercicio temprano.

Me enfundé mis mallas de colores y mi top. Mi piercing en el ombligo brillaba en el amanecer mientras en mis auriculares sonaba la música y el aire del paseo golpeaba mi cara.

A la vuelta llamé el ascensor para subir a mi habitación, cuando entré no me di cuenta pero al cerrarse la puerta vi que a mi lado se encontraba el viejo verde.

  • Joder vaya cuerpo, me dijo el muy cabrón mientras con su mano sobaba con descaro mi culo.

  • Debes de haber visto muchos mejores porque ayer me despachaste con desaire

  • UUUUUY la casada que se pone digna

  • Vete a la mierda, gilipollas

Me agarró de un brazo, haciendome incluso un poco de daño.

  • Mira chavalita, como tu cuerpo no he catado ninguno, estas que te rompes pero eres una floja y una aburrida, si fueses un poco más puta podiamos negociar, toma mi tarjeta de contacto, piensatelo... pero las mojigatas como tu podeis iros a la mierda.

Lo había vuelto a hacer el viejo, me ha dejado de nuevo con la palabra en la boca, con malas formas y sin mirar atrás me volvió a dejar parada y sin respuesta.

Cuando llegué a la habitación intenté contornearme delante de mi marido, el maldito viejo me había vuelto a calentar... quizás otro día me hubiese importado muy poco que mi marido pasase de mi pero justamente que lo hiciese en ese momento me cabreó y me hizo hacer lo que hice...o puede que no, que de verdad era lo que yo quería hacer.

Despues de la ducha y con mi toalla enrollada delante del espejo del baño cogí el movil, guardé su número en los contactos, abrí el Whatsapp y le envié el mensaje con el que toda mi vida cambió para siempre. "Enseñame a ser más guarra"

En todo el día estuve mirando el movil, pero no encontré respuesta, tampoco al caer la noche. Está bien, pasó de mí un viejo, podre superarlo...


El nuevo día amaneció y con ello mi rutina de la carrera, me estaba vistiendo mi ropa de deporte igual que la de ayer cuando vibró el teléfono "empezamos...?¿". "ok" contesté nerviosa. "te veo en el paseo..."

Corrí nerviosa hasta que le ví a lo lejos sentado en un banco, pero no estaba solo, su amigo estaba con el... que demonios significaba eso. Según me acerque el viejo levantó la mano y me paró.

  • Hola reina, que temprano sales a correr no

  • Sí aprovecho el fresquito, dije mientras me fijaba como me radiografiaba con la mirada el baboso de su amigo.

  • Continúa guapa que no queremos interrumpirte. Me hizo un gesto como que siguiera mi camino.

Al segundo recibí otro mensaje. "mi amigo te come con la mirada, demuestrame lo puta que eres mientras yo puedo tirarme a su mujer, es mucho más fea que tu pero como folla..."  Increible, otra vez lo había vuelto a hacer, dejarme sin palabras, horriblemente celosa y con cara de tonta. "esto es entre tu y yo" le contesté. "bueno vale, me las arreglaré para despistarle, sabía que eras una monjita, chao" "si lo hago que pasará" "si lo haces medianamente bien, dentro de tu monjeria, estarás preparada..." me seguía poniendo a prueba el muy cerdo, picaba mi orgullo, y conseguía lo que quería... "está bien, tu ganas..."

"va a estar solito en su habitación NºXX porque su mujer está ahora mismo comiendome mi polla, juega un poco con el, se guarra..."

Casi tiro el móvil al suelo del enfado que llevaba...


Allí estaba con mis mallas, mi top y mi ombligo al aire enfrente de la puerta del pervertido baboso setentón que me tenía que follar lo mejor posible para que otro baboso setentón me pudiese volver a follar en un hotel donde estaba con mi marido de vacaciones... Planazo Veronica! (que así me llamo)

Llamé a la puerta y me abrió con un chandal y una camiseta de tirantes horrible y sucia...

  • Hola, buenas, nos volvemos a ver... puedo pasar un momento...

  • Eee, si, si pasa, sucedió algo?

  • Si, mire, sin ofender pero me he dado cuenta de como me mira y no quiero tonterias, estoy aquí con mi marido de vacaciones y no me apetece que un viejo verde babee por las esquinas cuando me ve.

Se puso rojo como un tomate y bajó la mirada aceptando su culpa.

  • Lo siento niña, tienes razón pero es que salta a la vista la mujer bella que eres.

  • Gracias por el piropo, no creo que sea para tanto...

  • Chica, solo hay que verte...

  • Ah sí - (Iba a comenzar la partida...). Pero que es eso que tanto le gusta de mi...

  • Todo chica todo...

  • Haremos una cosa señor...

  • Alfredo, me llamo Alfredo

Me giré dándole la espalda al señor Alfredo, mostrando mi culo apretado en las mallas. Bajé un poco el tronco para ponerlo un poquito en pompa, giré mi cabeza y ví como casi se le salían los ojos de las órbitas...

  • Mi culo quizás... es lo que mas le gusta... El viejo no contestaba... solo asentía con energía

Me giré y llevandome mis manos a mis pechos y apretándolos uno contra el otro le seguí diciendo

  • O mis tetitas, también pueden ser mis tetitas lo que le pone así

Su bulto en la entrepierna era evidente, el viejo estaba a mil. Me acerqué a él y le empecé a sacar la camiseta, el continuaba inmóvil. La sensación de ver como este viejo si me veía como un tesoro inalcanzable me estaba mojando demasiado.

Le quité su sucia camiseta. Él seguía sin moverse y solo me miraba, me rastregué con él mientras besaba y lamía su oreja. Por fin reaccionó un poco y con su mano intentó cogerme el culo pero rápida me separé.

  • Don Alfonso, le ha tocado la lotería asi que no lo estropee

  • No no, perdona guapa. Colocando sus manos inmediatamente detras de la espalda.

  • Y ahora túmbese en la cama

Tumbado boca arriba se le notaba cada vez más su erección, yo no podía más, necesitaba sexo como una loba, no era Veronica, era otra cosa distinta a todo lo que había conocido de mí, y sí!, estaba encantada...

Me subí a la cama y me tumbé a su lado, con mi mano bajé a su entrepierna y acaricié su miembro por encima de la fina capa de licra de su chándal. Él dio un respingo y suspiró muy profundamente, con mi mano me metí dentro de sus calzoncillos y agarré su mástil, de un tamaño normalito pero extremadamente duro y húmedo. Empecé a masturbarlo con suavidad mientras él no tuvo otra opción que cerrar sus ojos y dejar caer su cabeza en la almohada. "Agarreme el culo, Alfredo". Como si estuviese esperando mi permiso agarró mi culo con su gran mano y empezó a sobarmelo por todos los rincones para poco a poco ir palpando mi coño empapado por encima de mis mallas de deporte. No tardé mucho en meterme su miembro en la boca y empezar a mamarlo con entrega. Tan entregada estaba a mi trabajo que no me había dado cuenta que mi malla ya estaba por debajo de mis muslos y los dedos de Alfredo ya se adentraban poco a poco en mi sexo. Con su polla en mi boca se me escaparon los gemidos pues el muy cerdo sabía usar sus dedos de maravilla. Suspendí por un momento la mamada y me saque el top, puse mis tetas en su cara y continué masturbandole mientras me comía las tetas con esmero y bastante bien por cierto. En ese momento no podía más, me subí encima del viejo y empecé a cabalgar desatada

  • Eres más puta de lo que me dijo Mateo, me dijo el viejo en plena follada

Yo seguía bombeando, no me lo podía creer, el plan retorcido del viejo me había llevado a follarme a dos jubilados chochos

y feos en mis vacaciones y lo peor es que no podía parar. Me saqué de encima del viejo en un acto reflejo

  • Ven!

Me lo llevé al servicio y me apoyé en el lavamanos dejando mi culo en pompa para el viejo.

  • Follame más, le supliqué

Me metió su falo con fuerza en mi coño por detrás, creía que se follaría mi culito pero al final se decidió por mi encharcado

coño. Me penetró con fuerza mientras mis tetas golpeaban la cerámica del baño.

No podía más y se corrió dentro de mi con una cantidad enorme de leche acumulada. La noté caliente entrar en mi coño. Se recostó

sobre mi y me besó en el cuello

  • Volveremos a repetir...? me preguntó