El trío esperado
Con Lu, la hija de mi amante, y su novio hicimos un trío en el que yo daba lecciones de sexo a los dos jóvenes. Pero no fui sólo un docente pasivo.
EL TRÍO ESPERADO
Pasé bastante tiempo cogiendo con Lu y algunas de sus amigas, cada vez que viajaba a Buenos Aires para coger con Marta.
A Lu la compartía con su joven novio, pero eso no me significaba sino un alivio a mis obligaciones sexuales. Aunque ella siempre se quejaba, estaba enamorada de su noviecito, pero él no sabía cogerla como ella esperaba. Tímidamente me insinuaba que alguna vez tendríamos que acostarnos los tres para que Javier viera la forma correcta de coger. Le pregunté si a él le parecería bien que yo me cogiera a su novia en su presencia. La respuesta me dejó azorado, Javier me tenía por un ídolo ya que yo le había abierto la puerta para cogerse a su novia, despejando el duro inconveniente de la virginidad de ella. Además la pendeja le contaba cada una de sus sesiones de sexo conmigo, hasta en cada detalle, para ver si aprendía, pero el chico no aprendería sin ver y sentir.
Yo ya estaba dispuesto a acceder a lo que me pedían, pero no encontraba la forma, en la casa de Marta era imposible, necesitábamos mucho tiempo, y allí no lo teníamos.
Hasta que un día se me ocurrió decirle a Marta que quería invitar a Lu y a Javier a conocer Mendoza, no le pareció mal, porque conocía mi casa y sabía que era muy amplia y con muchas habitaciones. Lamentablemente Marta no podría acompañarlos en la ocasión (eso ya lo sabía yo).
Fue así que un día llegó la joven parejita a Mendoza y a mi casa; era un mediodía sofocante de enero. Les serví el almuerzo que me había preparado Yolanda, mi asistente doméstica, regado con buen vino de esa tierra, luego les propuse que descansaran, porque llevaban el agotamiento del viaje y del madrugón. También yo me fui a recostar un rato, y me quedé dormido. Unas dos horas después Siento que Lu me despierta arrojándose en mi cama de tres plazas, cama y colchón de resortes hechos a medida, me besa en la boca y me dice si no quería empezar a darles lecciones; bien descansado y dispuesto le respondí afirmativamente. Se fue a buscar a Javier y entraron los dos: Lu con un Baby Doll del que sólo tenía la parte de arriba, Javier con sólo el short de un piyama. Los invité a la cama y se acostaron ambos. Les pedí que empezaran a hacer lo suyo; para estimularlos le quité a Lu su Baby Doll y le acaricié las tetas, pronto Javier me imitó y chupaba las tetas de Lu con verdadero empeño, mientras yo me conformaba con acariciarle el culito.
Javi ya la tenía bien parada, su tamaño era apenas normalito, pero la dureza era envidiable, sobre todo para mí. A poco quiso ponerse sobre su novia para penetrarla. ALTO!!! Le dije, primero tiene que estar bien caliente, mirá cómo se hace.
Y le empecé a mostrar cómo se chupa una concha, subía y bajaba mi lengua sobre los labios mayores y menores, la introducía buscando el clítoris para morderlo y acariciarlo con la lengua; Javi miraba atónito.
- Ahora vos.-
El chico, como con miedo o al menos aprensión, se colocó entre las piernas de Lu y lamía y chupaba despacio.
Metele la lengua y buscale el clítoris, tocalo con los dientes y después chupalo.-
Mientras el chico se aplicaba yo acerqué mi verga a la boca de Lu que pronto inició una mamada espectacular, la tenía toda dentro de su boca y chupaba y pasaba su lengua por mi glande, poniéndola y sacándola lentamente. Vi que ya estaba muy caliente y le di vía libre a Javi para que se la montara, se la puso en la concha y cabalgó con brío.
Despacio, no acabes todavía, dejá que te la sienta bien, bombeá y contené la leche.-
El chico se empeñaba y se contenía, yo le miraba su culito redondo y lampiño que subía y bajaba a cada bombazo. Javi no aguantó más y le descargó toda su leche en la concha a Lu que tuvo un intenso orgasmo.
¿Les gustó? Pregunté.
-¡Mucho!- Contestaron al unísono.
El comentario de Lu era que Javi nunca antes la había cogido así, siempre se la ponía antes de que ella estuviera bien caliente y acababa antes de hacerla gozar. Me agradeció la lección y me pidió que siguiera. Primero nos metimos los tres en el yacuzzi para volver a la cama aún húmedos.
Javi nunca la había cogido por culo, le pregunté si quería hacerlo y me pidió que le enseñara cómo se hacía. Fuimos los tres al baño y preparé una enema de agua tibia con sal, Lu se acostó en el suelo con las piernas abiertas y ofreció su ano, le introduje la cánula lubricada y dejé entrar el líquido. Se lo hice retener unos minutos y luego sentada en el inodoro evacuó todo, se lavó cuidadosamente el culo y volvimos a la cama. Le unté bien el culo con gel y le dije a Javi que le metiera un dedo, explicándole que tenía que moverlo en círculos, luego dos dedos y al final tres, cuando el culito ya estaba bien abierto le dije que le metiera su pija; pero el chico estaba asustado y su erección no era suficiente, le dije a Lu que se la mamara mientras yo aprovechaba el culo bien dispuesto. La mamada y el ver como me enculaba a su novia lo pusieron en forma, se la saqué a Lu sin eyacular, y le dije a Javi que era su turno. El culo estaba bien dilatado por mi verga y la puso con facilidad. Me coloqué debajo y ayudé a Lu mamándole la concha que chorreaba jugos. La doble estimulación hizo que Lu empezara a tener sus consabidos orgasmos a repetición y el movimiento que imprimió a sus caderas llevó al chico a una acabada monumental.
Vuelta al yacuzzi y vuelta a la cama, la parejita joven volaba de caliente, y no les cuento cómo estaba yo que no había acabado ni una vez. Ellos se besaban con ternura y yo empecé a acariciar el culo de Javier que no se dio por enterado, entonces le rocé el ano con un dedo y traté de introducírselo. Me dijo que no era trolo (gay). Le expliqué que una vez de tanto en tanto no lo iba a convertir en puto, y que se la iba a hacer parar al mango. Le puse gel en el culo y emprendí la dilatación con los dedos. La hice poner a Lu en perrito y Javi le puso su pija en la concha mientras yo con mucho trabajo penetraba el culo de Javi que se quejaba un poco, nunca desprecio un culito masculino si es joven, durito y lampiño como este, el chico lo tenía bien apretado y sabroso, mi verga estaba feliz y ajustada. Los tres bombeando al compás acabamos como caballos, los gemidos y gritos de Lu se oían a mil kilómetros.
Llegó el momento del descanso la cerveza helada y la conversación, hicimos una evaluación completa de esa primera lección. Lu dijo que había tenido un montón de orgasmos y que la había pasado muy bien. Javi también declaró haber gozado mucho y bien, aunque le dolía un poco el culo confesó haber gozado de ese memento en que cogía a su novia y era penetrado en el culo por mí. Yo que había acabado sólo una vez y seguía muy caliente, pedí que más tarde me compensaran.
Lu nunca había hecho una mamada tragándose la leche, y Javi nunca le había acabado en la boca. Era temprano aún y ese día estaba dedicado a coger. Serví tres whiskys, el alcohol ayuda a aflojar las inhibiciones y los chicos lo necesitaban para lo que vendría.
De vuelta en la cama acerqué mi verga a la boca de Lu que pronto me la empezó a mamar, le ordené a Javi que le chupara la concha; la pendeja empezó con sus orgasmos y eso la llevó a redoblar su trabajo con mi poronga, había aprendido a mamar muy bien, casi lo hacía mejor que la madre, me la recorría entera, la apretaba con los labios y daba enormes lengüetazos por mi glande. Le anuncié que le iba dejar mi leche en su boca, y que se la iba a beber toda, contestó con un gruñido, tenía la boca llena, y se esmeró en hacerme acabar, lo que hice entre gemidos de placer.
Ya con mi leche en su boca Lu no se decidía, le dije que le sintiera bien el sabor, y si le gustaba que se la tragara, la saboreó y se la empezó a tomar hasta que no quedó nada y me limpió bien la verga buscando un poco más, se enjuagó la boca con un sorbo de whisky. Descansamos un rato y les propuse que ahora lo hicieran ellos, pero lo puse a Javi boca arriba y a Lu arrodillada delante de él, esto me permitió que mientras la pendeja lo mamaba al novio yo pudiera encularla con facilidad, ya que mi verga se había parado de nuevo, como siempre era una delicia sentir mi pija en el culito de Lu, mientras me recostaba sobre ella y le masajeaba las tetas. No se quién marcaba el ritmo, si ella con su mamada o yo con mis bombazos en su culo, la cuestión es que acabé antes que Javi, pero el orgasmo anal de Lu lo hizo venir enseguida.
Nos vestimos sumariamente para cenar, previo darnos una buena ducha los tres juntos. La comida transcurrió entre comentarios de lo bien que la estábamos pasando, de lo que le había gustado más a cada uno. Lu me reprochó que no la había cogido por la concha aún, le contesté que pronto lo haría pero en una situación que le iba a gustar mucho. Comimos trucha asada con ensalada de apio, roquefort y nueces para estimular el vigor. Luego del postre, peras al borgoña, tomamos café en la sala viendo la filmación de todo lo que habíamos hecho por la tarde; a Javi y a mí se nos volvió a parar, lo que se notaba perfectamente a través de la ropa liviana que llevábamos.
Lu se sentó entre los dos y tomó una pija con cada mano. Así, agarrados, nos llevó de tiro a la cama donde nos desnudamos. Me acosté boca arriba y Lu se sentó sobre mi verga que le entró entera, la dejé que me bombeara un poco y Javi ya entraba en erupción, entonces le pedí que la enculara, el chico le metió toda su pija en el culo y yo sentí como esa pija rozaba la mía a través de la delgada separación. Como los dos hombres ya estábamos controlados fue un polvo muy largo, para satisfacción de Lu que acababa entre gemidos y gritos, como siempre en orgasmos sucesivos, era increíble la cantidad de orgasmos que podía tener la pendeja, era tan multiorgásmica como la mamá. Javi acabó antes que yo y Lu al sentir la leche en el culo inició un frenético meneo que me hizo soltar mi leche en un instante.
Para mí basta, chicos.- les dije. Si ustedes quieren seguir vayan a acostarse a otro cuarto, yo quiero dormir.- Los dos me dieron las gracias por todo y se retiraron. En el cuarto que les había preparado había una video y varias películas porno para que se entretuvieran. Yo, que no era tan joven estaba agotado y me dormí pronto, al día siguiente me esperaba una dura faena.
S.