El trio como modo de vida

Mi problema fue el probar mi primera doble penetración. Evidentemente me gustaba el follar, pero el descubrir dos pollas dentro mía lo cambió todo

Soy el ejemplo de chica de buena de familia.   Colegio de monjas, misa todos los domingos, veraneos de Comillas, casada de blanco por la iglesia y niños conjuntados igual que van a un colegio ingles.  Para cualquier persona que me vea soy la nuera perfecta, la pija simpática, la perfecta anfitriona, la madre de familia ideal, pero si de verdad ves un poco más allá, ese allá donde solo pueden ver unos pocos, soy un putón verbenero que solo disfruta del sexo si es taladrada por dos pollas a la vez, a más grandes mejor.

La historia de mi pubertad no es distinta al de otras muchas chicas, novio, me tocaron las tetas, al final de ese curso me hicieron un dedo, a la vuelta de ese verano mis lotes con mi entonces novio eran en pelotas y antes de navidad me habían desflorado.

Me encantaba el placer que proporcionaba el sexo, era maravilloso, pero mucho más maravilloso me pareció cuando ese novio de colegio pasó a la historia y empecé a ir a fiestas universitarias.  No había pasado ni seis meses en el CEU cuando uno de los chicos con los que me acostaba (al grito de no creas que esto lo hago con todos) mientras me follaba me metió un dedo en el culo, aquello me mató de placer y procuré repetir lo máximo con el por que me volvía loca de placer recibir su polla en mi coño y sus dedos en mi ano.  El chaval que no era tonto al tercer o cuarto día, me la metió en le culo y aquello reventó mi ojete y todas mis expectativas de placer, sencillamente me encantaba.

Rápidamente me di cuenta que no podía ser la fácil de la facultad, iba a una universidad de prestigio y mis entonces compañeros serian parte de la sociedad en la que pretendía moverme años después, por lo que sabiendo que me gustaba más ser empalada que a un tonto un lápiz, empecé a frecuentar por mi cuenta distintas discotecas cuando mis amigos se iban a casa.

Esta feo decirlo, pero de debí follar a la mitad de policías y bomberos de Madrid en aquellos años.  Unos chicos que desde luego no llegaban a mi condición social, pero de cuerpos trabajados y musculados que no se podían creer que por una noche no se follaban a una choni y se follaban a una pija como yo.

No se si decir que la cosa se me fue de las manos cuando una noche conocí a un grupo de bomberos que estaban cada uno intentando ligar con distintas chicas, al final acabamos tres chicos y tres chicas en un piso en Leganes, creo.  Una pareja se metió a follar rápido y nos quedamos otros cuatro en el salón bebiendo y riendo.  Yo estaba que me subía por las paredes y no veía el momento de que moviesen ficha para saber quien me iba a empotrar esa noche, pero cuando estaba todo a punto de caramelo, la otra chica, una peluquera de Carabanchel se descolgó con que tenia que trabajar al día siguiente, cogió su bolso y se fue.  Nos quedamos un poco cortados y en mi caso un poco indecisa hasta que uno de los chicos rompió el hielo.

-       pues tendremos que hacer un trio – dijo uno de los chicos medio en risas medio en serios.

-       Me parece bien – dijo el otro besándome y sobándome una teta por encima de la camiseta, ni me dio tiempo a nada, el primero metió su mano por debajo de mi minifalda, apartó mi tanga y metió un dedo en mi encharcado coño.

Me llevaron a una habitación y dándome cuenta que iba a ser follada por dos, en ese momento decidí tomar yo el mando por lo que les hice tumbarse, les fui desnudando poco a poco hasta que ya en pelotas, agarré la tranca de uno de ellos, me la metí en la boca y al otro le cogí del pelo y le metí su cabeza en mi coño.

Los chicos me follarón por turnos hasta que uno de ellos viendo mi ano dilatado, probó suerte y al ver mi cara de placer con ella dentro empezó a darme con fuerza, fuerza recompensada con gemidos que se oían en todo el piso.  El segundo de los chicos me la metió en la boca y viendo que solo gritaba de placer y chupaba más bien poco, le cuchicheó algo a su amigo el cual cambió de postura sin sacarme el pene del ano y dejó mi coño abierto y expedito a disposición del amante huérfano para que de una salvaje estocada reventase mi coño.

-       ¿qué hacéis?, me vais a reventar – les grité

los chicos no me hicieron ni caso y menos de treinta segundos después gritaba

-       que placer diossss, como paréis os mato.

Y así me follaron durante una cortísima media hora hasta correrse ambos en mis agujeros.

-       la próxima vez quiero vuestra leche en la cara – les dije antes de mirar el reloj del móvil – en 30 minutos que tengo que ir – le dije como despedida.

Juan y Bernardo que así se llamaban los figuras estuvieron una buena época dándome duro, al principio pensé haber encontrado una mina, pero realmente la mina estaba en encontrar a dos amigos buenorros hablando en una barra de bar y proponerse que de despellejasen viva en sus casas.  Ese año antes de irme con mi familia a Comillas había perdido el numero de tríos que había hecho de hecho entraba en alguna discoteca y siempre había algún macizo que me saluda y a mi ni me sonaba.

Además de mi vida, discotequera llamémosle, seguía cultivando mi circulo universitario.  A veces me liaba con alguno e incluso alguno me follaba incluso hasta bien, pero me faltaba la dureza de los chonis.  Llegué a tener novio, pero necesitaba sentirme deseada, sentirme utilizada.

Como estaba escrito finalmente uno de esos novios me acabó llevando al altar.  Era guapa, tenía un buen trabajo, simpática y era muy buena en la cama.  Todo lo que un pijo de manual podría tener.

La noche antes de la boda, le dije a mi madre que salía a relajarme un poco, mi hermana pretendió apuntase pero le di el esquinazo y media hora después de salir de casa estaba botando sobre la dura polla de Juan y con la de Bernardo abriéndose paso en mi puerta trasera.

Durante la luna de miel visitamos Egipto y todas su maravillas acabando la ultima semana en un Club Mediterranee.

-       Chuchi – que así me llamaba mi nuevo marido – ponte en topless.

-       Por favor Sebastián, ¿qué van a pensar esta gente?.

-       Son todos franceses, están todas en topless.  Haz esa locura.

-       Esta bien mi amor, será nuestra semana de locuras.

Y tan allá fue la locura que la segunda noche, después de conocer a una pareja de recién casados de Paris y después de muchas copas le planté a la francesita hacer un intercambio, ella me contestó que si

-       Mais attendez, je dois convaincre mon mari que c'est la première fois que nous faisons quelque chose de fou comme ça (Pero espera que tengo que convencer a mi marido que es la primera vez que hacemos una locura así) -  le dije guiñándole el ojo.

Me acerqué a mi marido que estaba borracho / simpaticón.

-       Sebas, la francesa nos propone que vayamos al cuarto y lo hagamos los cuatro a la vez.

-       ¿Tu estas loca?

-       Es la semana de las locuras como tu dices, vamos.  Vemos como lo hacen ellos, y nos dejamos ver,  que malo tiene eso.

Sebas sonrió dando así su aprobación.  Volví a donde Caroline.

-       D'accord, tout le monde commence par son partenaire et ensuite on change (De acuerdo, cada uno empieza con su pareja y luego nos cambiamos.)

Y sin casi sin ningún drama Sebas y yo estábamos en pelotas, conmigo a cuatro patas recibiendo su polla mientras la francesa le comía la polla al francés que no dejaba de mirarnos.

Intenté por todos los medios que Sebas no se corriese para que así aguantase más y tuve la suerte de que fue la francesa la que empezó a tocarle.

-       follatela – le dije.

-       Perooo

-       venga mi amor, no me importa, es una noche.

Y para el momento en que Sebas empezó a sobarse con la francesa yo cogí el interesante nabo del francés y lo dirigí a mi culo y me lo metí.  Sebas empezó a darle a la chica mientras yo recibía a conciencia por mi puerta de servicio.

-       mi amor, me encanta verte con ella, la estas matando de placer.  A mi me esta encantando, me la ha metido por el culo, que locura, me lo tienes que hacer tu mi amor – eso encendió a mi marido que empezó a darle con fuerza a la chica hasta que se corrió dentro de ella.  El francés duró conmigo bastante más y me hizo llegar varias veces al séptimo sello ante la francesa que se masturbaba mientras nos veía y mi marido que nos miraba extasiado.

Por la mañana le hice creer a mi marido que había sido idea suya todo aquello pero que me había encantado y que teníamos que repetir.  Su ego de machote sexualmente liberado le hizo ir con el pecho hinchado toda la tarde.

Esa noche repetimos y en medio de nuestra particular orgia convencí a los dos chicos para que atendiesen a Caroline para después hacer un sandwich conmigo.  Mi parecido me penetraba el coño mientras el parisino me daba duro en el culo.  No era lo mismo que con mis discotequeros, pero acababa de marcar el camino a mi marido.

El resto de la estancia lo pasamos follando sin parar con los franceses, al principio Sebas tenía remordimientos por las mañana pero cuando tenia la boca de la francesa en su polla o me follaban a la limón sus remordimientos se acababan.

Volvimos a Madrid donde nos esperaban nuestros padres en el aeropuerto, comimos todos juntos y yo me disculpé por que quería pasar por la oficina.  Llegué a casa con mis agujero doloridos de una nueva sesión con mis bomberos favoritos que juraron haberme echado de menos.

Pasaron un par de meses en los que tampoco tuve mucha libertad de movimiento, mi marido me follaba como una coneja pero me faltaba algo que taponase mi agujero libre.  Intenté reformarme comprándome un pollón de goma para que me follase con él mientras me daba con su polla en el otro agujero, fue extremadamente satisfactorio y Sebas creyó ser un original del sexo, pero necesitaba el contacto con otro hombre.

Un día, estaba Sebas dándome lo más duro posible con el vibrador en el culo cuando le rogué entrando en un orgasmo que hiciésemos una locura.  Que buscásemos un tío con me follase.

-       mi amor, que gusto, me podría tanto que me follases tu con otro -  Sebas se me quedó mirando – por favor dame, por favor mi amor, dame ese capricho.

Y nos ha jodido que me lo dio.  No se si le jodió o le puso pero el fin de semana después estábamos en la habitación de un hotel el de rodillas con su polla en mi boca mientras un negro profanaba mi ano desde detrás mía.  Fue una primera noche donde entre el negro y Sebas me dieron su parar toda la noche.

Aquello se volvió una costumbre, los viernes cenábamos con amigos y hacíamos el amor dulcemente con la lámpara de la mesita de noche encendida y los sábados o contratábamos a un profesional o íbamos a un club de intercambio donde encontrábamos a un candidato que me hacía llegar a la estrellas.

Al principio a Sebas le daba miedo ir a un local de intercambio, le solía dar palo encontrarse a alguien conocido, de hecho lo hacíamos, pero claro la diferencia es que ellos o ellas en general iban con quien no era su pareja o solos y mi Sebas iba con su mujer, ósea conmigo, de hecho no solo nadie dijo ni mu sobre los encuentros sino que incluso llego a hacerse más cercano a esas personas a nivel profesional.

Era muy raro que me dejase follar en un sitio de esos, siempre íbamos a un hotel, no quería tampoco que el portero de mi casa me viese llegar tarde con gente.

Cada día me gustaba el sexo más fuerte, las pollas más gordas y largas y los chicos con mayor aguante, a pesar de que durante mis sesiones de sexo solía ante la duda por decantarme por la polla invitada, cuando estaba siendo penetrada y estaba a punto de llegar al orgasmo, siempre tenía un segundo le lucidez para mirar a mi marido a los ojos y decirle en bajito un te quiero, luego me liberó y me dejo ir entrando en un vendaval de orgasmos donde dejo de ser yo, o más bien soy yo en realidad.

Sebas es un gran compañero de vida.  Inteligente, simpático, un poco parado, yo creo que ver como se follan a su mujer le ha hecho más vivo y lo acepta por que no solo me ve disfrutar sino por que además el entra en un campo que ni soñó.  Alguna vez ha intentado meter otras chicas en nuestra cama, como aquella semana en Egipto metimos a Caroline, pero siempre le digo que no me atrae e incluso le he llegado a decir que me dan celos verle con otra.  Realmente es que no quiero perder el tiempo con chicas por que lo que yo quiero es ser reventada a pollazos, no que otra lo sea.

Me costó un poco más conseguir que Sebas se quedase fuera.  Todo fue a raíz de una discusión.  Íbamos a irnos de fin de semana a Comillas y el bobo de mi marido compró los billetes para una semana antes, por lo cual nos quedamos con los niños compuestos y sin poder ir, la opción del coche no era posible por que habíamos dejado el mío a arreglar justo el día siguiente y el de él estaba sin ruedas.  Fue injusto pero me cogí un rebote importante, Sebas sacó su lado sumiso y me ofreció lo que quisiese a cambio de que le perdonase…

-       lo que quiera?

-       Lo que quieras Chuchi.

-       Luego no te quejes.

-       No me quejaré.

Y me levanté del sofá, entre en el cuarto, salí una hora después duchada, perfumada y vestida para matar.

-       te iré mandando videos.

Y no le mandé videos, pero si le conecté un zoom donde se podía ver como hacía un trio con dos musculados, Juan y Bernardo a los que Sebas no conocía.  Sebas observó durante las dos horas que duró el polvo como ambos bomberos me ponían mirando hacía Toledo, Cuenca y creo que La Meca.  Me follarón con ganas y yo me corrí con más ganas aun, cada vez que me acordaba, yo miraba a la cámara y le veía atento a lo que pasaba.  Cuando los tres nos corrimos a la vez, aguanté dos minutos entre ambos antes de levantarme, coger el teléfono y despedirme de mi marido.

-       gracias bombón, me lo he pasado de puta madre y creo que tu también no has parado de darle a la zambomba.  Creo que esto se va a repetir, no te preocupes mi amor, podrás mirar en directo.

Continuara…