El trío
Algunos consejitos para lanzarse a los tríos.
En el pasado era la fiebre del oro lo que empujaba a los hombres a la aventura, ahora la ambición les llega con la fiebre del trío. Tal vez sea que me muevo en ambientes bastante liberales, Barcelona, una gran ciudad, el lado bueno del mundo pero parece la nueva epidemia del siglo XXI . Oh, pero que nadie se alarme, esto no supone una amenaza para el sistema de pareja tradicional. El trío al que me refiero se contempla casi en exclusiva desde el punto de vista sexual, son pocos los que lo pasarían a un plano sentimental.
De tipos de tríos hay gran variedad: el lésbico X+X+X (mmm), el Ybi+Ybi+X (mi fantasía), el gay Y+Y+Y (si me dejan mirar) y, por supuesto, el que ha tenido gran aceptación y es buscado con cierta desesperación por nuestra población masculina heterosexual, el Xbi+Xbi+Y. Hay quien incluiría también el Y+Y+X donde las Y son claramente heteros pero, a mi entender, si las Ys no se miman entre ellos, no es un trío.
Centrémonos en el clásico, en el de toda la vida, jejeje. Podemos separarlo en dos clases: el masculino y el femenino. El masculino es el que podemos ver hasta la saciedad en las pelis porno, el rey león y sus concubinas. Al igual que el sexo hetero, gira alrededor de la erección: cuando el macho se corre, se acabó la diversión. En esta clase de tríos, las chicas se tienen poca confianza e interrelacionan poco entre ellas, masturbación cruzada, cunilingus a lo sumo, están más pendientes de él y de repartírselo a partes iguales. Bien, para mí el trío masculino es sólo satisfactorio para el hombre, no se lo recomendaría a ninguna mujer que realmente quiera experimentar el sexo lésbico porque saldrá muy desilusionada, además de insatisfecha. Calidad baja.
El trío femenino se sostiene en la pareja lésbica. El hombre sigue el tempo de ellas, por lo que la introducción será larga y la experiencia podría durar horas tranquilamente. El papel del hombre es más de complemento (o juguete) que no de rey. Eso no quita que haya momentos en que pueda ser el protagonista pero se le raciona bastante para que alcance el clímax junto a sus compañeras y no se escape en solitario. Éste es el que he experimentado y, de momento, me ha resultado siempre muy gratificante. Calidad alta.
Consejos para realizar un trío en condiciones:
Cuándo. A veces, los mejores tríos son los que surgen espontáneamente pero yo recomendaría que haya una confianza inicial y que el tema ya se haya hablado con anterioridad. Sin embargo, si se concierta día y hora para la experiencia, se debe permitir que la excitación aparezca con naturalidad y, si no aparece, mejor dejarlo para otra ocasión. La presión ejercida muchas veces por el hombre, que se muere de impaciencia de ver realizada su fantasía, sólo acaba por crear tensión y mal rollo. No todo el mundo está preparado para un trío o falta inspiración o es un mal día. El sexo es una ciencia imperfecta, debemos aceptarlo.
Respeto. Es una palabra muy desgastada pero no siempre se es consciente de su significado. Para garantizar que nadie se va a sentir dolido u obligado a algo no deseado, es conveniente hablar. Hablar antes de empezar, hablar mientras, hablar después. Las cosas no se suponen, se preguntan, se responden y se actúa en consecuencia, claro.
Confianza. Recomiendo que, al menos, entre las chicas haya una cierta confianza, que sean amigas y se conozcan un poco sexualmente, mejor si son amantes, de lo contrario pueden llegar a sentirse cohibidas, dudosas, y el trío acabaría siendo masculino (ya he comentado lo que opino). El hombre tampoco debería ser un completo desconocido o corre el riesgo de quedarse fuera del juego pero, si al menos es amigo de una de ellas, se puede seguir con cierto éxito.
Sin prisas. Mis tríos han durado siempre horas (cuatro, cinco, seis ). Despacio y con buena letra. La pasión urgente puede estar bien para una pareja pero en un trío es vaticinio de desastre. Hacer pequeñas pausas, comentar la jugada, reírse un rato y volver al ataque.
Imaginación e improvisación. Si alguien piensa presentarse a una sesión de trío con el manual bajo el brazo, ya puede darse media vuelta. Los tríos ofrecen la oportunidad de idear posturas nuevas, experimentar. Si no funciona, se cambia, se perfecciona y, si es absolutamente imposible, sirve para reírse de lo ridículo y romper el hielo. Forma parte de la diversión, no le quitemos la gracia con una coreografía ya estudiada.
Altruismo. Me perdonarán los creyentes pero los tríos son experiencias religiosas, jejeje. No entras en un trío para tu placer sino para el placer de los otros, que a su vez te corresponderán de igual manera. Ahora ella, ahora tu, ahora yo No escatimar esfuerzos y ser grande en generosidad suele ser la clave del buen amante (y el más buscado). Los egoístas, tacaños y gentuza de ese tipo mejor que se queden en casa a darle a la mano.
Y por último: mucho cariño . No somos máquinas, somos humanos. Nos gusta el sexo pero si no nos valoran o nos sentimos utilizados, nos duele. Los besos, caricias, palabras cariñosas, elogios, son siempre bienvenidos, aumentan la satisfacción y garantizan que pueda haber una segunda vez.
¡¡A por ello!!