El torero 2

Después de mucho tiempo vuelvo a escribir. Recomiendo leer la primera parte: el torero. Siguen las aventuras del torero y yo. Espero que os guste esta segunda sesión.

Me vestí rápido y me fui de su apartamento. Me levanté confundido. No sabía muy bien si lo que habría hecho era correcto. Siendo un torero tan famoso no creo que esto fuera a ir a más. No puedo hacerme ilusiones por él, así que prefiero que esto quede en una noche de fiesta sin más.

Salí por el portal del edificio, cogí un cabify y me dirigía casa de mi amigo, donde resido de manera provisional hasta que encuentre un trabajo. Como ya sabéis, soy nuevo en la ciudad.

Eran aproximadamente las 9 de la mañana cuando entre por casa de mi amigo. Él estaba despierto ya, y nada más verme comenzó a hacerme preguntas.

Amigo- ¿Dónde has dormido? ¿No dijiste que te venias a casa?

Yo- Vengo de dar una vuelta ya. Claro que he dormido aquí

Amigo. Sí, claro. Con esa ropa y la cama hecha. No me mientas anda…

Él no sabía que me iban los hombres, en realidad nadie de mi entorno lo sabía. No me importaba decirlo la verdad, pero no podía decirle con quien había estado. Más que nada porque este sería capaz de venderlo a la prensa rosa solo con el objetivo de hacerse un hueco en los programas de cotilleo. Además, yo soy una persona que piensa que no debes hacer a alguien lo que no quieres que te hagan a ti.

Durante un buen rato se tiró contándome todas las mujeres que había conocido. La primera historia le hacía caso, luego ya pasaba de él. Recordaba el sueño que había cumplido estando con ese torero. Qué pasión, qué empotrador y elegancia de hombre.

Así, sin venir a cuento, me salta: he visto que estuviste hablando mucho rato con el torero. Le respondí: sí, sí…estaba cansado ya, me senté y nos pusimos a hablar. Muy simpático. No se parece en nada a lo que dicen las revistas de él. Es un hombre muy cercano.

A lo cual, él me responde: si, si ya veo. Subiste una foto con él y todo a Instagram. Le respondo: Pues claro tío, conozco a un ídolo para mí, ¿cómo no hacerlo? Además, tú has subido fotos con todas esas guarrillas. Qué me vienes a decir a mí. Me puse tosco hablando para que me dejará de preguntar por él. Me levanté del sofá y me fui para mi habitación. No me dio tiempo a llegar, viene corriendo y me dice… pero si te está siguiendo en Instagram y todo. ¿cómo lo has conseguido?

Mi cara fue un poema. ¿qué dices tío? Se habrá equivocado, yo qué sé... fue lo único que se me ocurrido decir. Él estaba eufórico. Parecía como si le hubieran seguido a él. Le respondí tajante: vete a preparar que vas a llegar tarde al trabajo anda.

Me tiré en la cama y me puse a ver qué estaba ocurriendo por Instagram. Era verdad lo que me decía mi amigo, el torero me estaba siguiendo. También es verdad que, al subir mi historia, le mencioné a él, claro está sin saber lo que iba a ocurrir esa noche. ¿Quién no ve a un famoso y no sube su foto para fardar? Yo soy uno jaja

No sé cuántos comentarios tenía en esa foto. Hasta él me había comentado. Me quedé en sock. La respuesta a mi historia era:

P asé una gran noche contigo. Muy mal que te vayas sin despedirte de tu macho. PD: me lo cobraré.

Al leer esto, mi cuerpo pegó un brinco. Toda mi intimidad se alteró. La hinchazón de mi polla era brutal. Cómo me podía poner tanto esas palabras.

Yo. Te ví tan dormido que me daba cosa despertarte.

Una gran mentira porque la verdad era que me daba miedo estar ahí. No tardó ni 2 segundos en contestar…

Torero. No lo vuelvas hacer. Siempre es un placer que un hombre guapo me despierte con un beso, aunque no te digo en dónde.

Yo. Tú lo que eres es un ligón

Torero. Tengo que hacer honor a lo que dicen de mí

Me puse un poco moñas y le dije...

Yo. No creo que eso sea verdad y eso que solo te conozco de 1 noche. No tienes pinta de ser así.

Torero. ¿y quieres seguir conociéndome?

Yo. ¿En la próxima fiesta?

Torero. Claro, en la que preparemos para nosotros dos. ¿Te animas?

Yo. ¿a qué tengo que animarme?

Torero. A venirte conmigo a mi finca este fin de semana. Tengo que hacer unas cosas allí. Estaremos solos.

Mis piernas comenzaron a flaquear. No sabía dónde meterme. Cómo un hombre que se las da de mujeriego, me está proponiéndome a mi tal cosa. Que además no me conoce de nada. Realmente no sabía qué responderle.

Yo. ¿estás loco? ¿Cómo vamos hacer eso?

Torero. A caso, es algo malo que dos amigos pasen un fin de semana juntos.

Yo. Claro que no, pero apenas nos conocemos. ¿Y si yo vendiera esto a la prensa?

Torero. Sé que tú no lo harás. Y a eso vamos, a conocernos. Dime donde te recojo mañana a las 14h.

Yo. ¿Te parece bien en la estación de Méndez Álvaro? Espero que no sea un impedimento para ti.

Torero. Allí estaré.

El viernes llegó rápido. Estaba deseando ver qué iba a pasar en un súper fin de semana. Llevaba espero unos 15min en una acera de la estación. Le dije a mi amigo que me iba el fin de semana a casa con mis padres. Para un mercedes clase A.

Torero. ¿Hay alguien que está esperando a su hombre?

Lo dijo en tono chuleta, pero en este momento me pareció hasta gracioso. Iba con gorra y gafas de sol.

Yo. Sí, pero si vas de incógnito no sé si eres el adecuado.

Él se bajó del coche para ayudarme a cargar mi equipaje y hacer muestra de lo galán que es. Me rozó con su enorme mano la mejilla en plan cariñoso. Me sonrojé. Abrió el maletero para guardar las cosas. Al cerrar, me dio un pequeño azote en el culete y nos fuimos al coche.

Torero. Bueno, qué tal? ¿Tienes ganas de pasarlo bien?

Yo. Para eso estoy aquí.

Durante todo el viaje estuvimos charlando de todo. Conociéndonos un poco más. Eso sí, música flamenca a tope. La finca se sitúa cerca de Sevilla. Muy típico de los toreros. El camino estaba siendo pesado y me entraron ganas de jugar…

Yo. Me encantan tus manos. Tienen algo que hacen que me haga flipar.

Torero. Ya veo, porque no me has llegado a dar ni un pequeño roce. Me gustan q mis ligues estén más receptivos...

Yo. ¿Te parece poco que esté aquí contigo sin saber a dónde vamos a ir?

Como se estaba poniendo chuleta, cogí mi mano y fui directo a su paquete. Qué manera de marcar. Ufff

Yo. ¿A sí está mejor el señor?

Torero. Mmmmm. Me sabe a poco…

Como él tenía pinta de querer más. Ahí fui yo. Desabroché la bragueta y vi que no llevaba ropa interior.

Torero. Nunca lo llevo. ¿No te acuerdas del otro día?

Comencé a masajearla. Él se mordía el labio. Así estuve un rato más

Torero. ¿Solo sabes hacer esto? El otro día estabas más juguetón...

Yo. Te vas a enterar

Me desabroche el cinturón y me acerque a su entre pierna. Olía a macho. Eso me encantaba. Comencé dando besitos a su capullo. Eché saliva hasta que me la metí entera hasta la garganta. Cuando su capullo toco mi garganta él soltó un gran bufido.

Estuve bajando y subiendo de manera interrumpida durante varios minutos. Quería que él no se me quedara encima diciendo que soy un parado. En ocasiones me apretaba con sus manos la cabeza para que su polla entrara bien en mi garganta. No aguantó mucho más mis movimientos de boca y lengua. A los pocos segundos, sin avisar, comenzó a bufar como un toro bravo y me llenó toda la boca de leche. La mayor parte entró por mi garganta hasta el estómago. Comencé a toser como un loco por toda la cantidad de semen que entró por la garganta. Él se asustó y paro en la salida más cercana que vio.

En cuanto se paró el coche, me bajé del coche a seguir tosiendo. Él se bajó aun con la polla al aire y con restos de semen por el pantalón. Abrió el maletero y cogió agua.

Torero. Tomaba, bebe un poco y relájate. La leche de macho es espesa.

yo. Que cabroncete eres. Me lo has metido a traición.

El torero me cogió de la mano y me llevó hacia él

Torero. Anda tontorrón, ven aquí. Te has portado genial.

Me empezó a besar como un poseso. Me sentí súper lleno de él.

Torero. ¿Ya estás bien? Porque noto algo muy duro pegado a mi pierna. Además, no has terminado de limpiarme bien la polla.

Él me hizo agacharme para terminar de lamer todos los retos de semen que estaban en su polla y su pubis lleno de pelos. Yo pensaba para mí, ya podría haberse recortado un poco, que me va a llenar toda la boca de pelos.

Me volvió a llevar contra él y volverme a besar. En esta ocasión sus manos fueron más allá de mi cintura. Sus manos empezaron a jugar con mi agujero.

Torero. Ahora te voy a hacer disfrutar a ti. Te conozco poco, pero se cuáles son tus puntos débiles.

Yo. Me ha tocado el torero listo jaja. ¿cómo lo vamos hacer aquí?

Torero. ¿y qué pasa? Yo llevo gorra

Yo: pero yo no, capullo.

Justo en ese momento me metió un dedo y mi respuesta fue bufar como una perra.

Torero. Y eso que no querías, si tu culo quiere una buena polla dentro

Me hablaba con esa chulería, q no podía resistirme a sus encantos. Me bajó los pantalones y me puso contra el súper mercedes que tiene. Con mucha saliva fue entrando poco a poco. Mientras me iba comiendo la oreja poco a poco.

Torero. Ya tienes toda la banderilla dentro.

Yo. Y que gusto da. Dame, dame.

Me estuvo dando así durante unos 10 minutos. Estaba que me caía al suelo. Sus envestidas eran cada vez más fuertes y llegó un momento que no aguanté más y me salió toda la leche en la puerta de su coche. Al momento, él la sacó y me echó toda su leche en el culo.

Torero. Has tenido mucho aguante hasta la estocada final eh.

Yo. Tengo un buen macho que se porta bien conmigo.

Me besó una última vez más, nos limpiamos. Echamos una meada correspondiente y proseguimos el camino para la finca. Una vez puesto en marcha el camino le pregunté

Yo. Te puedo hacer una pregunta. ¿te has liado con todas las mujeres que dicen en las revistas?

Torero. No me gustan las mujeres, solo es por aparentar.

Continuará…