El tipo parecía un burro (2)

Nunca me imagine que en una sola noche pasara del cielo al infierno y terminara en el paraiso y todo gracias a 23 cm. de carne.

Después de lo que acababa de ocurrir, y ya sentado nuevamente al frente de los libros que estaba leyendo, entre en pánico, como era posible que hubiera sido capas de hacer lo que acababa de hacer? pero si eran dos desconocidos, me asaltaron muchos miedos, me pudieron haber violado o atracado, pensé.

Les confieso que soy algo prevenido, le tengo miedo a lo desconocido y me gusta adelantarme a los hechos, no soy muy aventurero que digamos, por eso mi asombro, no lograba concentrarme en mi estudio, tenía una mezcla de sentimientos y sensaciones que me invadían, sentía como mi pene se movía dentro de mi pantalón recordando nuevamente lo que acababa de suceder, al momento me volvía a atravesar un frió espeluznante de todo lo trágico que pudo pasar, en fin, sentí de todo en esos momentos, pensé que era mejor irme porque ya iban a ser las 8 de la noche y ya era casi hora de que cerraran la biblioteca, y como vivo bastante lejos del centro de la ciudad sería mejor que me fuera ya.

No dejaba de pensar en los dos desconocidos, ni siquiera sabía sus nombre, claro tampoco me interesaba saberlo. Ya en la calle, me acerque a comprarme un cigarrillo para calmar las sensaciones que me estremecían. Cuando de pronto,

-Hola soy Mario, no voltee a mirar, no es conmigo pensé.

-Ya se olvido de mi, ignore la situación y encendí el cigarrillo, cuando volteé, Por Dios es él, el fenómeno, que susto, me temblaron las piernas quería salir corriendo, me va hacer algo, sabía que nada era gratis en la vida, mi papá muchas veces me lo había dicho, con mucho susto le pregunte, esta solo? ( porque la pregunta, no se, pero fue lo único que le dije)

-Si, acaso esperaba que estuviera acompañado.

No supe que responder, las palabras no me salían, sentí un nudo en la garganta, y cuando pude le respondí, No, pero usted que hace aquí, me estaba esperando?.

-No se crea tanto – me dijo-, es que también acabo de salir y lo ví eso es todo, me contestó, con esa sonrisa que me asustaba pero a la vez me agradaba.

-Se quiere tomar una cerveza o algo, me pregunto tranquilamente, sinceramente si quería, pero mi lengua que va mas rápido que mi mente y contesto, noo gracias, es que vivió lejos y tengo que coger transporte si no mas tarde es imposible, pero de pronto en una próxima oportunidad, una vez dije esto me mordí la boca, güevón porque no acepte - me reproche- .

-Esta asustado cierto –me volvió a decir-, pero fresco viejo que no le va a pasar nada que usted no quiera, además, donde es que vive para que tenga tanto afán, me pregunto.

Le dije que no era susto sino que como vivía muy lejos sin dar pistas de donde era que vivía y que no me gustaba llegar muy tarde a la casa porque mis padres se preocupaban no es por nada más, argumente

No me creyó, y me replico, con esa cara de susto que tiene parece que yo fuera un total desconocido, y soltó una pequeña risa cómplice que me hizo sonreír, esta bien le dije, pero no me puedo demorar.

Entramos a una tienda cerca de la biblioteca y comenzó a contarme de su vida que tenía 27 años que era de otra ciudad y que acababa de terminar materias en la U. y estaba haciendo la tesis para graduarse, yo también comencé a contarle cosas mías, y poco a poco fueron pasando una, dos y tres cervezas, al cabo de las cuales me dijo, yo vivo cerca de acá, si quiere vamos y nos terminamos de tomar unos tragos, no supe que decir, sabía muy bien que era lo que quería y que era lo mismo que yo, pero es un desconocido, pensaba mientras el seguía hablando, me hice de rogar un poco, y después de un rato me dijo:

-Mire, si usted no quiere ir listo, no vamos a ningún lado, pero no ponga esa cara de idiota que no le queda, lo que ocurre es que me cayo bien y quiero conocerlo mejor eso es todo, además es temprano y para su casa le juró que hay transporte hasta las once, es decir que tiene tiempo de sobra, se le mide o que?

Acepte sin más alegatos, pago la cuenta y salimos, nos fuimos hablando y ya en el apartamento me sirvió brandy y sin pensarlo dos veces me lo mande y me lo tome de una. Sentí que me quemaba por dentro, comencé a toser como loco, me había quemado por dentro, lloraba del fastidio y ardor que sentía, lógicamente Mario se cago de la risa y dijo:

-Es el colmo, no me diga que no sabe tomar algo diferente a la cerveza?

Sentí vergüenza, mis mejillas pasaron por todos los colores, seguía tosiendo, mi anfitrión no podía de la risa, me sirvió otro trago, pero esta vez me cogió la mano, y me dijo: espere y brindamos por lo menos, sonreí porque no sabía que hacer, soy un marica, - pensé -, que estará pensando éste man de mí.

Mire, tome poco a poco, disfrútelo en la boca y vera lo rico que es, él se sentó a mi lado hablaba como un naufrago recién rescatado y seguía sirviéndome trago y trago, yo como pendejo tomaba y tomaba escuchando sus historias mientras contemplaba esa sonrisa que de vez en cuando se le escapaban y que me producía sensaciones encontradas, en esas y sin darme cuenta me eche el trago encima, que me pasa soy un güevon completo, parezco un estupido, que vergüenza –pensaba-, me miro con extrañeza y me dijo sigue nervioso? fresco límpiese en el baño, y me indico donde estaba.

Que estará pensando de mi, qué soy la gueva mas grande del mundo, pensaba mientras me limpiaba, sentí ganas de orinar y expulsar las cervezas y el trago que me había tomado mientras me insultaba mentalmente, cuando de pronto y sin darme cuenta, me sorprendió por la espalda con un beso en el cuello, me quede quieto, seguía orinando con mas fuerza intentando acabar lo mas pronto posible, luego otro beso en la misma parte del cuello, esta vez acompañado de una suave voz que me decía quédate quieto, no te preocupes, no te muevas, levanta un poco los brazos. Cosa que hice y me quede completamente quieto ya había acabado de orinar, y aprovechando la situación, comencé a pajerar, mientras este divino fenómeno respiraba fuertemente en mi cuello, sus besos me excitaban, comenzó a lamerme poco a poco, metió su brazos debajo de los míos y comenzó a tocarme el pecho, con esas manos tan viriles y suaves, me tocaba el cuello con fuerza, como con ganas de ahogarme, luego bajo sus manos y se detuvo un rato en mis tetillas las cuales se me comenzaron a endurecer, las consintió con suavidad, pero a la vez las apretaba con fuerza, luego siguió bajando sus grandes manos, me apretó el estomago con una de sus manos y la otra la llevo a mi pene erecto por el placer al cual estaba siendo sometido, me comenzó a masturbar, me lo apretaba con fuerza recordándome quien era quien, lo hacía muy despacio, seguía respirándome, lamiéndome, y besándome, a la vez que me decía no te muevas, tranquilo, sentía ganas de voltearme y comenzarlo a tocar también, pero su orden era que me quedar quieto, y así lo hice, hasta que de una forma inconsciente misma manos fueron a buscar su pene, no aguantaba más tanta quietud, el placer comenzó a expandirse por todo mi cuerpo, cuando llegue a su mástil ya lo tenía parado y duro, si bien es cierto, ya se lo había visto, no la había tocado, no lo había sentido, era tan grande que mis manos no daban abasto para cubrirlo en toda su inmensidad, comencé a restregárselo, el me apretaba cada vez más y más fuerte, mi cabeza comenzó a contorsionarse, en busca de su cara, pero me esquivaba, después de esa lucha, me dijo tranquilo, tranquilo vamos al cuarto.

La sangre me corría a mil, ya en el cuarto yo entre primero y lo espere en la puerta mientras fue a la cocina, una vez llego se me acerco me beso, me puso sus grandes manos en mi pecho y me empujo a la cama, cuando caí y lo vi frente a mí desee que se me lanzara y comenzáramos el ritual del amor, me ordeno con una voz de mando e imposición que me quitara el cinturón, los zapatos, y que me acomodara, era obvió que él tenia el control, mi corazón comenzó a latir con ganas de salir de mi cuerpo y de mi ropa, mi pene por su parte tenía las mismas intenciones, él con una calma inexplicable se acostó sobre mí, comenzamos a besarnos, nuestras lenguas se fundieron en una sola, sus manos jugaban con mi cabello, me besaba toda la cara, me mordía delicadamente las orejas, luego volvía a mi boca y jugaba con mis labios, con mi lengua, la chupaba como si fuera un delicioso helado, el placer me salía por los poros, le levante la camiseta y comencé a consentirle la espalda grande y musculosa que ocultaba bajo la ropa, se separo de mi boca y me comenzó a desabotonar la camisa, una vez lo consiguió empezó a jugar en mi cuello, luego bajo y me mordió las tetillas produciéndome una sensación que hasta ese día nunca había sentido, mientras mi boca se entretenía con los dedos de sus manos, siguió explorándome, ya en mi ombligo comenzó a desabrocharme el pantalón, su lengua me recorría el estomago como si intentara descubrir algún sabor en mi cuerpo, una vez desapuntado el pantalón hice una maroma para desvestirme lo mas pronto posible, situación que aprovecho también para despojarse de la camisilla, dejando me ver su atlético cuerpo que antes no había notado y dejando al descubierto el tatuaje mas sensual que haya visto en mi vida y que adornaba uno de sus brazos, su pecho era perfecto, en ese momento pensé que solo mirarlo había justificaba la noche.

Ya no cabía en mí, mi pija estaba ya apuntando al techo y la presión que sentía era incontenible, tenía ganas de derramarme, lo que estaba viendo era suficiente para cumplir este propósito, acomodado una vez mas, Me comenzó a masturbar poco a poco, lo hacía con delicadeza, como cuidándola, intentando que no se me rompiera la verga, de repente se la metió a la boca y comenzó a chuparmelo demostrándome la experiencia que tenía y que a mi me faltaba, lo hacía rápido y luego despacho, mi pelvis adquirió vida y comenzó a manejar sus propios movimientos, no podía evitarlo, cada movimiento era bruscamente detenido por la garganta de este tipo, poco a poco y sin que lo esperará, fue metiéndome la mano entre los huevos y el ano, comenzó a presionar con fuerza esta parte de mi anatomía, yo gritaba de placer, mis gemidos retumbaban en la habitación, no me bahía derramado pero sentí el orgasmo mas sublime que nunca había vivido, el puño cerrado debajo de mi pene me llevo al cielo, ya tenía la voz entre cortada, si, así, más, más, más, no dejaba de decirle, quería que ese momento perdurara toda mi vida, mi respiración iba a mil, el corazón se me iba a salir, cuando de un momento a otro sentí una fuerza sin igual que me volteo de una y quede boca abajo, como desconcertado de lo que acababa de suceder, sin entender que me había ocurrido y sin recuperarme comencé a sentir que me abría las piernas, y me empezaba a besar el ano, pasando la lengua de arriba, abajo, arriba, abajo estuvo un rato así, lentamente comenzó a ayudarse con un dedo, por Dios que sensación, me acomode mejor para facilitar la tarea, de un momento a otro comencé a sentir como su lengua comenzaba a penetrarme, lo hacía con cierta fuerza como buscando encontrar algo dentro de mi, sentía que un pequeño pene me estaba penetrando, mis caderas nuevamente tomaron volunta propia y se comenzaron a mover, poco a poco, luego comenzó a ayudarse con los dedos, nuevamente sentí que esta a punto de estallar, más, más, no pare, más, le decir, en ese momento de inmensa gloria para mi, me dijo: acuérdese que yo estoy aquí.

Se aporta de mi culo, que clamaba ser clavado lo más pronto posible, se paro frente a la cama y desenfundo su gran verga la cual quedo al frente de mi boca, sin pensarlo me le lance a cogerla como temiendo que alguien me la fuera ganar como ya me había ocurrido, comencé a chupar como si fuera un ternero pidiendo leche a su madre, por mas que intente comerme ese mástil enterito mi boca no daba abasto, era demasiado largo y grueso para mi solo, me ayude con las manos para disfrutar de toda esa humanidad, el burro comenzó a acelerar los movimientos de cadera la cual se detenía en mi garganta, y mientras yo disfrutaba del exquisito saber de sus líquidos, el no perdía el tiempo y me comenzó a consentir nuevamente el ano, como preparándome para lo que venía, después de un rato me dijo: estas listo?

El placer era inmenso, el momento que toda la noche había esperado había llegado, con la ternura que lo había caracterizado me puso en cuatro, me levanto el culo y me dijo que bajara la espalda, que mi cabeza reposara en la cama, yo seguía sus instrucciones, ansioso por lo que venía , lentamente comenzó a jugar con sus dedos en mi ano, era un experto no había duda – pensé - mientras tanto y solos con sus dedos me hizo sentir un placer sin igual uno por uno comenzó a entrarlos dentro de mi, mi cuerpo pedía a gritos su verga, las ganas de tenerlo dentro de mi eran superiores a cualquier razonamiento, cuando después de un rato se puso en posición para penetrarme y suas me clavo, yo grite del dolor, sentí que el culo se me había partido en dos, toda su verga en una milésima de segundo estaba dentro mi, pedí clemencia, le dije que lo sacara, que me estaba doliendo, que no aguantaba tanto dolor, en ese instante me acorde del tipo de la biblioteca, quien en las mismas circunstancias había suplicado que ya terminara con todo el castigo que le estaba impartiendo, el dolor era infrahumano, sentí que me había desgarrado por dentro, llore del dolor y le dije que por favor terminara que no estaba preparado para esto, no mas, no mas, era la único que decía. Mario se detuvo, me abrazo con una fuerza sobrecogedora, se acostó sobre mi y sin sacar su pene de mi cuerpo, manteniéndolo todavía dentro de mí, me dijo "valor amigo, no me decepciones, nada te va a pasar" yo lo único que quería en ese instante es que me lo sacara, acabar de una vez la pesadilla, De un momento a otro y ante mis constantes No mas, no mas por favor, me comenzó a besar el cuello, me besaba la oreja, me mordía con mucha dulzura, acompaño este ritual con una respiración fuerte que me hizo olvidar el gran dolor que estaba sintiendo, sus besos me hicieron excitar nuevamente, mi cara se volteo, mi boca comenzó a buscar nuevamente su gran lengua, la cual me dejaba tocar por pocos instantes, parecía un látigo de placer entrando y saliendo de mi boca rápidamente, sus mordiscos en el cuello me hacían estremecer, de repente comencé a sentir nuevamente los movimientos de su gran polla dentro de mi cuerpo, el dolor persistía pero su lengua me distraía tanto que el dolor paso a un segundo plano, poco a poco el dolor fue desapareciendo, nuevamente el placer volvía a inundar la habitación, su cuerpo se movía con mas y mas velocidad, el dolor inaguantable se estaba convirtiendo en el placer mas exquisito que mi cuerpo hubiera presenciado, poco a poco empecé a pedir más, más y más el sonido de su pelvis estrellándose en mi culo comenzó a invadir la habitación, mis lamentos eran ya gemidos de placer, el ambiente de la habitación nuevamente había cambiado, el olor a sudor que salía de nuestros cuerpos era excitante, acompañado del plash, plash de mis nalgas contra su cuerpo, en ese momento sentí que era un hombre completo, que la ficha que le faltaba a mi anatomía era esa gran verga y que por fin la había encontrado, la felicidad existe, pensaba, el placer ya no cabía en mi cuerpo yo apretaba fuertemente las sabanas de la cama para descargar un poco la fuerza de las envestidas a las cuales me estaba sometiendo, me clavaba con fuerza como con odio, yo me aferraba cada vez mas fuerte a la cama intentando liberar un poco de placer, él por su parte me apretaba la cintura como si así la presión que sentía se liberara, nuestras gemidos ya era gritos, nuestros cuerpos quería acabar ya, el placer que se sentía era demasiado para resistirlo, hasta que plash, un grito de placer retumbo en el cuarto, uno de esos gritos que anuncian una explosión fue lo ultimo que de su boca salió y por fin se derramo sobre mi, sentía como sus semen que quemaban la espalda, aunque no fue mucho, eso fue lo de menos, la tarea estaba hecha y estuvo estupenda.

Al tiempo nos derrumbamos sobre la cama, todavía sentíamos el placer dentro de nosotros cuerpos, yo tenía la sensación todavía de que él estaba dentro de mi, fueron como dos minutos en las que no nos dijimos nada, nuestras respiraciones seguían agitadas, nuestros cuerpos seguían bañados en sudor, el olor a sexo era el testigo de lo que acababa de suceder, de un momento a otro y tomando fuerzas de no se donde, se me tiro a mi verga la cual estaba cargada y apunto de explotar comenzó a chupas, a succionar , lo hacía en la forma única como él lo sabía hacer, estaba sediento esperando calmar la sed que lo embargaba con mi leche, la verdad no tuvo que esperar mucho, pues yo desde hace rato estaba que me venía, no aguante le advertí que iba a explotar y el deseoso de probar mi néctar se lo metió en la boca nuevamente, eyacule como nunca, me pedía más y mas, lo estaba disfrutando se lo tomaba como un niño sediento, me pedía mas y mas y lo intente complacer pero las fuerzas ya no me acompañaban, los músculos se empezaron a tensionar y caí desfallecido.

Entre tanto jubilo y placer volvía es este mundo cruel, faltaban 20 minutos para las once, me toco salir corriendo, intercambiamos números telefónicos y le dije que estaba en deuda conmigo porque yo no había entrado en su cuerpo, a lo cual respondió, esta bien, se la debo y fresco que yo pago mis deudas.

Salí de ese apartamento con cara de satisfacción, la felicidad todavía me embargaba y desde ese momento comencé a soñar con el día en que me pagaría la deuda, además ya conocen el refrán popular "el que es caballero repite "y yo sabía que tenía que repetir, me subí en el micro que me llevaba a mi casa y cuando me senté el dolor que sentí en mi culito me hizo recordar el placer que había sentido al haber encontrado la ficha que le hacía falta a mi cuerpo y así me fui soñando hasta que llegue a casa. Juancarga767@hotmail.com