El tio solteron de mi esposo.
Cuando escuche a las tias y a mi suegra comentar cosas del tio Fabian, senti la curiocidad por descubrir tan callado misterio.
El paseo en motocicleta.
Mientras mas nos acercábamos a nuestro destino, el calor se hacia mas sofocante, pasaríamos el fin de semana en casa de la familia de Mario, se reunirían para celebrar una fiesta, y así pues no podíamos negarnos, al llegar todo mundo se saludo con alegría, yo me sentía un poco extraña pues había a algunas personas que todavía no conocía muy bien, entre ellos el tío Fabián. El es el hermano menor de mi suegra, un señor muy educado y culto, hacia años que no lo miraba la familia yo no tenia el gusto de conocerle, pues no estuvo en nuestra boda.
¡Tío Fabián que alegría verte!
Ven acá Mario, deja darte un abrazo, y ¿esta muñequita quien es?
Tío, ella es Sonia, mi esposa… ¡Sonia el tío Fabián!
Mucho gusto señor Fabián.
Ven acá linda, pero que hermosa estas.
Gracias. Mientras todas las mujeres nos concentrábamos en preparar los alimentos para la fiesta del día siguiente, ellos se acomodaron en la sala y tomaban cervezas, al tiempo que contaban sus anécdotas, la platica de las señoras se fue haciendo cada ves mas interesante, y yo discretamente no perdía detalles como el comentario de la tía Ana.
¡Que pena que Fabián no se haya casado! Pero quizá así sea feliz.
Claro que lo es Ana, así puede tener a las mujeres que guste, y no tener problemas, jajajaja, se escucharon las risas de las señoras.
¿Y será cierto lo que se dice de el?
Nada, esos solo son chismes…pero bueno hay que apurarnos o no comeremos mole mañana.
Me quede intrigada, la curiosidad me estaba carcomiendo el cerebro, así que cuando estuve a solas con Mario le pregunte y el, me miro con el rostro serio me tomo de la mano y llevándome fuera de la casa, nos alejamos para que nadie escuchara lo que me diría.
Sonia, lo que te diré, no tienes que comentarlo con nadie mas, ¿lo prometes?
Si Mario, ¿pero que es tan malo lo que escuchare? Me tienes muy intrigada.
No se que tan real sea, pero se dice que mi tío Fabián jamás se caso, por un gran motivo… según nunca una mujer del pueblo soporto el tamaño de su verga. Pues dicen que la tiene enorme y muy cabezona. Incluso mucha gente contemporánea de el, le dice de apodo el “burro” pues dicen la tiene igual que un burro.
Pero eso nadie de la familia lo sabe con certeza…así que tendremos que quedarnos con la duda.
Regresamos a nuestra habitación y mientras Mario se quedaba dormido, quizá por el efecto de las cervezas yo no lograba conciliar el sueño, pensando en las palabras de Mario…me imaginaba esa verga gruesa y larga, la duda estaba clavada en mi mente y de solo imaginar algo semejante, me estremecí, por fin logre conciliar el sueño.
Por la mañana, todo mundo se apresuraba a sus tareas, cuando al fin hubo calma nos fuimos a arreglar para la fiesta, Mario había insistido en que me pusiera una minifalda de piel en color negro, una blusa blanca y mis zapatillas negras.
Para mi lo importante era que el se sintiera contento de lucirme, mis blancas piernas lucían hermosas la piel de la falda y las zapatillas resaltaban mis bien cuidadas pantorrillas Nadie hizo ningún comentario, pero si note que los hombres discretamente miraban mis piernas.
Cuando el tío Fabián llego, me tomo de la mano y me hizo girar sobre mi eje, al tiempo que le decía a Mario.
Caramba, Mario tienes una esposita muy hermosa, será la sensación de la fiesta, cuídala, todo mundo querrá bailar con ella… claro que solo lo haremos tu y yo.
Reímos tomando como divertidos sus comentarios, sin embargo ni Mario ni yo imaginábamos que esa noche su tío Fabián me daría una rica cogida, y así comprobaría el mito de su gran verga.
Todos nos divertíamos, el baile estaba en su apogeo, Mario estaba conviviendo con sus tíos, alegremente tomaba cervezas con ellos, yo por mi parte disfrutaba del baile con los hermanos de Mario y con algunos de los primos. Quizá serian como las 10 de la noche cuando el tío Fabián se aproximo a donde estaba yo y dirigiéndose a los chicos les dijo con su sonrisa contagiosa.
Bien chicos, ahora verán como se baila, ven Sonia démosles una clasecita.
Camine tomada de su mano y me divertí mucho, en verdad el tío Fabián baila muy bien, al terminar esa melodía pusieron una de ritmo suave, me tomo por la cintura y me atrajo hacia su pecho, nos perdimos en medio de todas las parejas que disfrutaban de la melodía, sentí como apretaba sus fuertes y grandes manos en mi cintura, mientras se aproximaba y me decía discretamente lo siguiente.
Sonia, cuando termine la melodía, quiero que regreses con los chicos pero no me pierdas de vista, cuando mires que me retiro del grupo, tu iras a la parte de atrás de la casa, dirás a los chicos que vas al baño, y caminaras atravesando el terreno de atrás de la casa, yo te estaré esperando al final del terreno, quiero mostrarte algo, solo te esperare 10 minutos si no llegas comprenderé que no aceptaste mi propuesta.
Quise decirle algo, pero me lo impidió, así termino la melodía y regrese con los chicos, discretamente miraba al grupo de los hombres, el también me miraba y así después de una media hora, lo mire salir discretamente por la puerta principal de la casa, el estruendo de la música no permitió escuchar el motor de su motocicleta, y nadie echo de menos su ausencia.
Mire nerviosa mi reloj, mientras luchaba con mi conciencia, ya habían pasado los 10 minutos que me había dado de plazo, así que decidida a ir, me disculpe con los chicos diciéndoles que tenia que ir al sanitario, camine discretamente, en efecto nadie sospechaba nada, un poco oculta mire entre las ramas de un árbol de limón que hay al final de la casa, y nadie miraba en mi dirección, todo mundo seguía en lo suyo.
El corazón me latía fuerte, un temblorcillo invadió mi cuerpo mientras me aproximaba al final del terreno, pedía un milagro y que el tío Fabián se hubiese aburrido y regresado a la fiesta yo haría lo mismo y todo quedaría olvidado…pero no, ahí estaba de pie fumando un cigarrillo, recargado en su motocicleta, me observo caminar hacia el, sin apartar la vista de mis piernas, lo mire fingiendo seguridad. Y le cuestione.
¡Bien tío aquí estoy! ¿Qué me querías mostrar con tanta urgencia?
Ven Sonia, sube a la moto, daremos una vuelta, no tardaremos en regresar.
Pero tío, tengo puesta una falda y no subiré así a tu moto.
Nadie nos mirara Sonia, anda obedece y sube a mis espaldas.
Sin tener alternativa subí a la moto y me acomode a sus espaldas el frio de la piel del asiento se aferro a la piel de mi cuerpo, si alguien hubiese estado ahí sin duda miraría mis pantaletas sin ningún problema.
Tomate de mi cintura con fuerza, iré rápido para no demorarnos más de la cuenta.
Cruzo veloz por unos terrenos baldíos, nos perdimos en la obscuridad de la noche, el conocía muy bien el lugar, después de unos minutos de detuvo frente a un gran árbol, apago la moto y me dijo que bajara.
Sonia, anoche escuche sin querer lo que Mario te decía de mi, y por eso quise saciar tu curiosidad. Espero no te asustes.
Bajo el cierre de su pantalón y saco una verga flácida, si era larga gruesa pero flácida, no parecía tener vida. Solo me la mostro unos segundos y me dijo lo siguiente.
¿Satisfecha Sonia? Ahora tú dejaras que mire que hay debajo de esa linda faldita. Creo que es justo.
¡Tío, perdóname! No fue mi intensión ser curiosa. Apenas termine de hablar el dio un paso y subió mi falda, bajo mis pantaletas de algodón blanco y miro mi rajita…saciada su curiosidad subió mis ropas y me dijo con rostro serio.
Regresemos, te dejare en el mismo lugar, esperare a que estés en la fiesta, yo llegare mas tarde, pero antes escucha muy bien lo que voy a decirte… esta noche tu tienes que despertar a este amigo, cuando todos se retiren los hombres estarán demasiado tomados, incluso Mario, las mujeres caerán rendidas por la labor que han desempeñado, quiero que te mantengas despierta y cuando sean las 2 de la mañana salgas sin hacer ruido, y me alcances en el mismo lugar, no quiero esperar mucho, ni acepto negativas. Saciar tu curiosidad tendrá un precio.
En silencio subí a la moto, me abrace de su cintura y regresamos a donde me había esperado, camine rápidamente y me mezcle con los chicos, quienes no me cuestionaron nada, el tío Fabián hizo lo mismo pero casi una hora después.
Hasta ese momento, nadie sospechaba nada, incluso Mario parecía no haber notado mi ausencia, paso a mi lado y lo seguí mientras caminaba con dirección al baño, ¡Mario ya no bebas mi amor!
Tranquila Sonia, tu sigue bailando, yo estoy alegre con mis tíos mi amor.
La noche transcurrió y en efecto uno a uno los hombres se fueron retirando en estado inconveniente, incluso pasaban de largo sin fijarse en nadie, mi suegro acompañado de mi suegra pasaron dirigiéndose a su recamara y no regresaron, era media noche y el baile termino, Mario se dirigió a mi y me dijo nos retiráramos a descansar, camine a su lado y entramos a nuestra recamara. Busque al tío Fabián con la mirada, pero no logre ubicarlo, pensé que ya estaría tomado y que olvidaría el asunto.
Ayude a Mario a quitarse los zapatos pues cayo profundamente dormido, poco a poco el silencio se apodero de la casa, las luces se apagaron todos descansaban en sus recamaras, yo me mantenía despierta, miraba el reloj insistentemente, el tiempo parecía haberse detenido.
Por fin marco las 2 de la mañana, me puse de pie y Salí con sigilo, dirigí mis pasos al terreno trasero, hice un alto y desahogue mis ganas de orinar, continué mi camino y nuevamente el corazón me latía con fuerza, un hormigueo recorrió mi cuerpo al mirarlo ahí, parado con su inseparable cigarrillo en la mano.
Que bueno que viniste Sonia, ¡quítate la falda!
¿Aquí? Pero tío, no puedo hacerlo aquí.
Vamos Sonia, obedece, y quítatela, no me hagas enojar.
Desabroche mi falda y la iba a acomodar en la moto, pero el me dijo.
Dámela, y sube a la moto.
Le di la falda y la guardo en una bolsa que traía con el, me tome de su cintura y sin acelerar nos alejamos de aquel lugar, el viento acariciaba mis piernas y mis nalgas, sentí una deliciosa libertad al ir así con el tío Fabián, esta ves el trayecto fue mas largo, al salir del pueblo acelero y nos alejamos velozmente, la caricia del viento se hizo mas placentera, apreté mis brazos en su cintura y me olvide de todo.
Cruzamos por un largo terreno de siembra, no había ninguna casa solo terrenos, después de una media hora se detuvo en un pastizal, después de bajar me miro y mientras encendía un cigarrillo mas me decía.
Termina de desnudarte Sonia, hazlo despacio…quiero disfrutar de tu lindo cuerpo, mientras termino mi cigarro.
Lentamente desabroche la blusa, la acomode en la moto y continué con mi sostén, mis tetas saltaron bamboleándose libremente, el tío Fabián lanzo una bocanada de humo sobre mis tetas, ahora tome los elásticos de las pantaletas y las fui bajando lentamente. Las acomode sobre la demás ropa, me quede inmóvil, el tío en silencio me observaba, recorría mi cuerpo disfrutando de cada centímetro.
Sube a la moto y siéntate, pero trata de separar las piernas, quiero mirar la rajita, voy a preguntarte algo y quiero que me respondas con sinceridad.
Separe las piernas como me indico y me dispuse a escucharle, saco una botellita de licor de la bolsa de su pantalón y tomo un trago, encendió un cigarro mas y sin apartar la mirada de mi rajita, me cuestiono.
¿Le has mamado la verga a Mario?
Si, muchas veces tío.
¿Y el, te ha mamado la rajita?
Guarde silencio unos minutos y decidí mentirle, para ver su reacción.
No tío, el nunca me ha mamado la rajita.
Y, ¿te ha cogido por el culo?
Si, eso si lo ha hecho varias ocasiones.
¿Te gusta mamar su verga?
Si tío, me gusta mucho.
¿Quieres mamar la mía? Y que yo mame tu rajita y tu culito.
Lo mire a los ojos y fingiendo ser una chica inocente, le respondí melosamente… ¡me dejarías chuparla tío! ¿De verdad? Y tú ¿quieres chupar mi rajita?
Me tomo de mi cuello y me beso ansiosamente, bajo sus brazos y tomándome de la cintura me bajo de la moto, tomo mi mano y caminamos unos pasos, hasta un pequeño rio que corría alegremente, ahí me recostó en una piedra que parecía una cama, plana y amplia, sus grandes manos tomaron mis tetas, mientras su boca buscaba mi rajita.
Su gran lengua entro por mis labios vaginales, y me esmere en abrir mis piernas tanto como me fue posible, cada lengüetazo me hacia temblar las piernas, mis tetas eran apretadas con verdadera pasión, tío a,a,a,a, que rico es eso, ay,ay,ay tío no dejes de chupar.
Con mis manos apreté mis cabellos, estaba enloqueciendo por esa linda lengua, Ho, diosssssssssssssssss, asiiiiiiiiiiiiiiii tiooooooooooooo, masssssssssss, a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a, rato después se aparto y me dio la vuelta, ahora me puso en posición de perrito y se dedico a chupar mi ano.
Voy a mamar tu culo Sonia, vas a sentir que llegas al paraíso, disfrútalo pequeña.
Se puso de rodillas y mientras sus manos acariciaban mis nalgas su lengua trataba de entrar en mi ano, a,a,a,a,a, tío si es ciertooooooooooooooo, es ricoooooooooooo, a,a,a,a,a,a.
No lo aprietes mi amor, ponte flojita y disfruta de mi lengua.
Ay tío perdóname, es que tengo miedo.
Vamos chiquita no tienes por que temer, solo disfruta del momento.
Me puse flojita y su lengua entro como si fuera una verga, a,a,a,a,a,a, tío si sigue chupando mi ano, es muy rico lo que haces, a,a,a,a,a,a,a,
¿Te gusto como te mame el culo Sonia?
Ay tío si lo haces muy rico, mira mis piernas siguen temblando, ¡gracias tío eres muy lindo!
Ahora es tu turno mi amor, mamaras mi verga y te la meteré por ese lindo culo que tienes, y desde luego por la rajita. Quiero sentir como te orinas teniendo mi verga dentro de ti, y no temas puedes gritar si lo deseas, aquí nadie te escuchara, estamos lejos de todo mundo. No te dejare ir sin penetrarte por ese culito.
Se aparto unos metros y se despojo de su ropa, su verga salto libremente pero seguía flácida, se puso de pie frente a mi y me dijo me hincara y abriera la boca, con ayuda de su mano la puso en la entrada y la empujo suavemente. Un gemido escapo de su garganta al tiempo que exclamaba.
A,a,a,a,a,a, Sonia, ¡que sabroso mamas la verga! Mi sobrino es afortunado, a,a,a,a,a,a, así pequeña, ya esta despertando. Sigue mamando mi amor. A,a,a,a,a,a,a,a.
La piel de su verga era como aterciopelada, su sabor me resulto muy sabroso… poco a poco sentí como cobraba vida y fue creciendo, con temor me apresure a sacarla de mi boca antes de asfixiarme.
Ay tío, es enorme, me voy a ahogar.
No te preocupes mi cielo, ahora solo dale unos lengüetazos como si fuera una paleta.
Deslice mi lengua, recorriendo esa rica verga, sus venas se hincharon, por instinto recorrí hacia abajo llegando a sus huevos, los deseaba chupar así que no me detuve.
El disfrutaba de mi lengua, sin querer toque por una fracción de segundo su ano peludo, y el se estremeció al tiempo que me decía morbosamente.
Ay corazón, ¿Qué haces? A,a,a,a,a,a,a, repítelo dame unas chupaditas.
Dirigí mi lengua a su ano y recorrí suavemente con la puntita. Jamás imagine que a los hombres les gustara sentir eso, bueno quizá no a todos pero al tío le encantaba. Después de un rato se sentó a mi lado y mire que su verga estaba apuntando al cielo había cobrado vida, no me pareció tan grande, así que sin esperar demasiado me senté sobre de el y sentados ambos me aferre a su espalda, mis tetas chocaban con su pecho lleno de vellos, el tomo mis nalgas y me ayudo a penetrarme por completo.
A,a,a,a,a,a,a,a, siiiiiiiiiiiiiiiii masssssssssssssssss, a,a,a,a,a,a,a,a,a, nuestros gemidos se unieron como dos animales en celo, nuestros cuerpos sudaban y así fundidos en un abrazo disfrutamos de esos momentos deliciosos.
Cada envestida suya, terminaba por meter mas su verga, por fin la sentí toda dentro de mi rajita, fueron unos minutos pero el placer me pareció interminable, cuando saco su verga, esta escurría de la leche de ambos, se sorprendió mirar que la tomara en mis manos y tratara de meterla en mi boca, solo logre meter un poquito, de esa gran salchicha.
Espera Sonia, suéltala un momento, disfrutemos los dos.
Me tomo de la cintura y me giro dejando mi cabeza hacia abajo comprendí lo que deseaba así que abrí mi boquita y chupe su verga. El hizo lo mismo con mi rajita, así de pie nos fundimos en un delicioso 69. Minutos después me bajo al piso, me puso en posición de 4 y ahora estaba dispuesto a cogerme por el ano.
¡Tío por favor! Ahí no, tengo miedo, me va a doler.
Nada Sonia, desde que te vi, se me antojo tu culo, ahora ya estamos aquí, te prometo que solo te meteré un poquito, y si te duele nos detenemos.
Aun poniéndome flojita, sentí temor al sentir como se aproximaba a mi ano, me tomo de la cintura y puso la punta, su forma de hongo me gustaba mucho, pero sentí miedo y un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando entro apenas la punta, mi ano se dilato y el se quedo quieto unos segundos.
¿Te duele Sonia? ¿Quieres que la saque?
No tío, creo que puedo aguantar un poquito más.
Al escucharme empujo un poco más y se aferro a mis caderas, no pude evitar un fuerte grito, al sentir como entraba sin piedad en mi ano.
Espera tío por favorrrrrrrrrrrrrrrrr, a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a,a, me muero ayyyyyyyyyyyyy, sácala tío rápido.
Pero se negó a hacerlo y apretando la hundió toda sin piedad, disfrutando de mi ano.
Horrorizada mire como se ponía de pie teniéndome ensartada, tomo mis piernas con sus manos y así me mantuvo por un buen rato, por fin se sentó pero no sacaba su verga, yo misma no deseaba que lo hiciera, por temor o por placer no lo se con claridad.
Una de sus manos tomo mi clítoris, masajeó hasta que se hincho, con dos dedos lo aprisiono y como si se tratara de un pene, lo masturbo con fuerza, me estremecí violentamente y al tiempo que sentí su leche correr por mi ano, yo terminaba arrojando chorros de líquidos vaginales. Su verga fue perdiendo su tamaño y rato después me la saco por completo. Nos pusimos nuestras ropas en silencio sin mencionar una sola palabra, quizá sintiendo culpa por nuestro pecado.
Subí a la motocicleta y regresamos a casa de mis suegros, entre sigilosamente, nadie se dio cuenta, por la tarde de ese mismo día Mario y yo regresamos a nuestra casa, ahora lucho por tomar la decisión de callar el asunto o confesarle todo.