El tio julio

Un adolescente y un maduro se encuentran y explota el sexo

TIO JULIO

Era un verano caliente cuando llegó a nuestra departamento del decimo quinto piso el tío de papá llamado julio. Así lo llamaba siempre nuestro padre: el tío Julio. No entendíamos en principio que hacía allí con nosotros. Nuestro departamento no era muy holgado, pero entrabamos bien. Mi hermana dormía en su cuarto. Mientras que yo tuve que compartir el mío con el tío Julio.

Era un hombre entrecano. Un poco delgado. Pero de buena musculatura. Su cara no era agraciada pero tampoco era feo. Era agradable en el trato. Hablaba muy suave. Parecía que nunca se enojaba.

El era del campo. Es decir había pasado mucho tiempo allí. Hasta que su mujer falleció ya iban unos cuantos años. El no hablaba mucho de eso. Yo tampoco preguntaba.

__Y dime tío como es tu campo__ le preguntaba alguna noche de verano con un cielo cargado  estrellas y el fresco que entraba por el amplio ventanal que daba a la terraza de nuestro departamento B.

__¡Algún día te llevare a conocerlo!!

__¿De verás?¡¡Me encantaría!!

__¡¡Claro a quien no le gusta el olor fresco del campo!!

__¿Pero porqué te viniste a la ciudad?

__Tu padre quiso traerme. Yo no quería

__Pero ¿Estás enfermo?

__¡Claro que no, por que estaba muy solo y eso…

__Pero aquí estas a gusto, digo, lo pasas bien

__Claro, no tengo quejas

__Aquí te tratamos bien o no?

__Pero claro muchacho…

__Es una noche muy bonita no crees?

__Sí claro…No te imaginas lo que sería en el campo, hay el doble de estrellas que aquí

__No veo la hora de verlo alguna vez…__ el silencio cubrió la habitación. La luz de la luna se filtraba por el enorme ventanal. Vi la figura del hombre que se levantaba de su cama. Abrió un poco el ventanal y encendió un cigarrillo.

__¡No te molesta que fume?

__Para nada__ dije yo y vi como la chupada ponía roja la punta de aquel cigarro. El tío Julio estaba en calzoncillos. Eran esos de tela amplios. Estaba con el toroso desnudo. El humo se veía denso y corría rápido por la brisa que se había levantado.

__Dime por curiosidad…__dijo el

__¿Sí?

__¿Siempre duermes desnudo?

__Sí, de pequeño, me acostumbre ¿Te molesta?

__¡Claro que no, es curiosidad

__Creí que no lo habías notado…__ comenté y nuevamente el silencio cubrió la habitación. El siguió fumando y echando el humo afuera. Una vez que termino volvió a la cama.

__Aunque hay veces que no duermo bien…__ comenté

__¿Porqué?

__Tengo unas pesadillas horribles…

__Tal vez pueda ayudarte…

__¿Como?

__Puedes dormir conmigo cuando tengas esos malos sueños__ dijo el

__La cama es bastante grande__ volvió a comentar.

Los días fueron pasando. Siempre nos encontrábamos y charlábamos con el tío Julio. De cualquier tema. Nosotros estábamos en vacaciones. Nuestro padres aún no estaban de vacaciones. Así es que iban y venían todo el día. Recién por la noche nos juntábamos a la hora de cenar. Por ahí seguíamos la charla en la terraza hasta entrada la noche. Luego a dormir.

Recuerdo que no se que hora era cuando corrí las sábanas de la cama del tío y me pegué a el. Tenía una erección de los mil demonios. Toqué su culo como al pasar. No sabía si estaba despierto o no. Lo oí respirar.

__Tío,  tío__ dije

__¿Qué sucede?____ preguntó

__No puedo dormir

__¡Está bien, quédate!__ dijo. Me pegué mas a el. Estaba inmóvil. Luego toqué sus muslos. Con mis manos lentamente entre en sus calzoncillos.

__¡Hace años que no se endurece!__ comentó el. Como vi que no se resistí ni le parecía mal. Apretuje sus huevos. El se movió como nervioso. Seguí acariciando con mis manos lo que parecía carne muerta. Mi pija iba a reventar. Estaba muy caliente.

__¡Eres un chico muy inquieto!!

__¡Estoy muy caliente!! ¿Te molesta?

__No, pero me parece en vano…__ mis manos iban y venían por su pito. Me pareció largo y grueso. Como se inflaba. Su respiración fue cambiando. Parecía que ya no estaba tan calmado. Ahí fue cuando invadí su culo. Busqué ansioso su agujero. Lo acaricié. El se movió. Mi dedo se hundió un poco. Fue su primera exclamación de calentura. Lo enterré un poco más y dijo ay pero no intentó sacarlo. Sentí que su pija se endurecía. Las bolas estaban más duras. Me mojé con saliva mis dedos. Ataqué duro su ojete. Y el agarró mi machete rocoso. Lo sobó. Lo masajeó y se lo pasaba por las nalgas.

Las sábanas cayeron al piso. Entonces con mi boca me acomodé para tragar su sable que estaba en franca levantada

__¡No lo puedo creer, ahhh y con un chico, ohhh, sí, así ohhh, sí si…__ murmuraba mientras me comía su verga que se levantaba sin remedio. De pronto el se encontró con mi verga a la altura de su boca y no tuvo mas que tragarla. Así lo hizo. Hundió mi vara en su boca y la disfrutaba.

En tanto con su mástil ya duro y alzado jugaba con sus pelotas. Estaban infladas. El gemía con placer. Con mis dedos acariciaba su agujero. Lo abría. El me imitó. Ensartó un dedo y luego dos en mi ojete que se dilataba fogosamente. Deseaba de un principio que hiciera aquello. Ahora que lo hacía mi calentura estaba casi explotando. El no dejaba de comer mi verga. De vez en cuando lamía mis bolas. Llegó con su lengua larga a mi anillo. Lo fue chupando y llenando de saliva. Yo chorreaba abundantemente. Explotaba de pasión. El tío Julio estaba volviendo a la vida y yo lo estaba ayudando.

__¡Eres una criatura preciosa, estoy alzado como un joven, esto no me sucedía hace años!!!__ exclamaba el tío en voz baja, mientras seguía jugando con mi pija. Un rato después me levanté de la cama. Fui a un cajón y saqué un pote de crema.

__¿Y eso?__ preguntó

__¡Esto nos hará sentir mucho mejor, ya verás!!__ dicho esto volví a la cama. Saqué un poco de crema y lo pasé por el miembro rígido de tío Julio. El hombre suspiraba y resoplaba muy caliente. En tanto hacía esto, por mi parte encremaba mi anillo totalmente abierto y receptivo.

__¡Oh chiquillo me estas volviendo loco, ahhh, ahhhh!!!__ gemía el hombre.

Me senté sobre su barriga, primero. Veía en su rostro la sorpresa y la emoción. Tomé sus manos y las puse en mis cachetes duros. El entendió enseguida y me fue abriendo. Tomé su vara erecta y busqué mi entrada. El instrumento se apoyó. Fui haciendo presión sobre la cabeza. Entró rápidamente ayudada claro está por la crema. Su mástil penetró sin problemas por mi canal sediento y ardiente. Entró profundamente. La cara de tío Julio era de satisfacción.

Lo cabalgaba sin prisa. Apoyaba mis manos en su pecho. Acariciaba sus tetillas. El gemía. Me fui acercando a su boca. Mi lengua entró en su boca. Su lengua se perdió en la mía. Los besos eran profundos. Mientras la cabalgata seguía suavemente. Por ahí se detenía. Movía mis caderas. Subía y bajaba lento. Mi anillo se ajustaba perfecto a aquella pija sedienta de sexo. Me di cuenta de que tío Julio tenía buen aguante. Que no acabaría enseguida.

Cambiamos de posición.

Me puso en cuatro patas y me hundió su ariete hasta las bolas. Gemíamos mientras el iba y venía sobre mis nalgas. Sentía su peso en mi espalda. Gozábamos ardientemente de todo aquello. El apretaba mis tetillas. Las paraba al máximo. Luego agarraba mi pija y la masajeaba. Acariciaba mis bolas. Todo eso sin dejar de clavarme. Me mordía la nuca. Besaba mi cuello. Salivaba mis orejas y mordía suave el lóbulo. Yo giraba el cuello y me mordía de vez en cuando los labios. Chocábamos las lenguas febriles. En una de esas sacudidas empecé a acabar copiosamente sobre la cama. El ayudaba con su mano. Ordeñándome lujuriosamente hasta la última gota.

__¡¡¡Ahhh tu leche, ohhh, me encanta, ohh, es tan espesa, déjala salir, ohhh, sí, suéltala!!!__ así no quitó su mano hasta después de un buen rato. Mi verga de todas maneras seguía endurecida.

Otra vez buscamos otra posición. Está vez el tío Julio me colocó mis piernas por sobre sus hombros. El empujaba con sus hombros levantando un poco más mi culo. Su verga entraba de forma perfecta.

__¡¡Ohhh, voy a acabar en cualquier momento, que delicia, ohh mi dios!!!__ aullaba el hombre que penetraba hasta mis nalgas. Las golpeaba con sus enormes pelotas cargadas de líquido. Ese néctar sería todo para mi. Su pistón me perforaba y yo también aullaba de placer. El buscaba mi boca. Lamía mis labios. Mis mejillas. Mi cuello. Parecía querer poseer todo de mi. Me taladraba con más ahínco. De repente se tensó. Sus músculos aumentaron de tamaño. Como su también su tripa que estaba clavada en mi. Con un grito desgarrador fue largando su leche dentro de mi. Nos sacudíamos eléctricamente. Las descargas fueron copiosas y furiosas.

__¡¡Eres precioso, ahhh, ohhh, sí, sí, me encanta, ahhh, que calentura!!!__ repetía. Murmuraba.  Su verga palpitante continuaba dentro de mi. El besaba mi boca. Yo sentía como el líquido bajaba por mi túnel. Todo era una sucesión de sensaciones agradables que nos colmaban. Nos llenaban de satisfacción.

Un poco más repuesto, el tío Julio, fue saliendo de mi cuerpo. Sin dejar de besarme. Había agarrado mi dura pija entre sus manos. Corriéndose fue llegando con su boca hasta allí. La metió en ella. Las chupadas eran tremendas. Me retorcía en la cama. El no largaba mi herramienta. Su leche caía entre mis nalgas. El aferraba mi verga entre los dientes. La mordisqueaba. Jugaba con ella. Le daba besitos. Bañaba la cabeza con su saliva y volvía a engullirla voraz. Yo estaba desquiciado.

__¡¡¡Ohh tío tío me vas a hacer acabar, ahhh!!!!

__¡¡Dame, dame tu leche, quiero tomarla, dámela en la boca, ahhhh!!!___ entre esos gemidos y gruñidos fui descargando mi semen en la boca del hombre. El no se corrió. Al contrario trago todo lo que pudo. Quedó con mi verga hasta sacarle la última gota de jugo. Mamaba sin descanso. Fue cuando me di cuenta que se había hecho de día. Estuvimos un rato más acariciándonos y besándonos. Hasta que volví a mi cama. Y nos dormimos un rato.

Días después, una noche, estábamos solos. Mis padres y mi hermana habían salido a distintos lugares. Nosotros sin quedar de acuerdo dijimos que nos quedaríamos a cuidar la casa.

En la terraza, tío estaba de pie, yo arrodillado tragaba su pija que ya estaba dura como una piedra. Los dos desnudos sentíamos una emoción salvaje. Yo sobaba sus bolas y me las llevaba a la boca. El gemía y acariciaba mi pelo. La luna redonda nos iluminaba. Mi boca tragaba y tragaba aquella espada. La saliva humedecía la vara. El hombre gemía y alzaba su cabeza al cielo estrellado.

__¡¡Ahhh eres tan caliente, ohh, ohh y me tienes tan caliente, todo el día pienso en estos momentos, ahhh, sí, sí!!!__ yo tragaba la verga con más furia. Llenaba mi boca con ese trozo de carne. La sacudía. La observaba bamboleante y erguida. La volvía a meter en mi boca.

Tío me puso de pie. Contra la pared de la terraza. Mi cola alzada. El se arrodilló y fue directo a mi anillo. Entró con su lengua. Allí hizo maravillas. Yo gemía al ser poseído. Abría mis cachetes. Hundía su maravillosa lengua larga en mi agujero. Acariciaba mi arito con los dedos. Profundamente clavaba uno y luego otro. Bufando le pedía que me cogiera de una vez.

El entonces me giró. Me levantó en brazos. Yo apoyaba mis nalgas contra la pared y me aferraba a su cuello. Así de pie me ensartó de una vez. La verga entró por mi canal y yo di un chillido de placer. El arremetía feroz. Como un animal en celo. Me perforaba yendo y viniendo. Su fortaleza me sorprendía pero se sentía tan bien.

__¡¡Esto es lo querías diablillo, dime, querías que te cogiera así, ohhh, dime, dime…!!!

__¡¡Ohhh sí, así, mi macho, ohhh, eres mi hombre, cógeme, hazlo, hazlo, ahhh, ahhh!!!__ su cuerpo se tensó, conocía ese estado, su miembro se infló mucho más, apretando las mandíbulas y gruñendo me fue llenando el culo de su néctar. Sus piernas temblaban. Su cuerpo se estremecía. Luego dejo que me apoyara en mis pies, en parte porque sus brazos ya estaba acalambrados. Parados nos besamos interminablemente a la luz de la luna. Así acariciándome me hizo vaciarme en sus manos.

Los dos apoyados en la pared de la terraza, mirábamos a la calle y veíamos a los transeúntes pasar una y otra vez incansables. El fumaba un cigarrillo. Yo me aferraba su cintura, el me prometía llevarme al campo.

Así ocurrió unos días después. Mis padres no entendían nada. Nos fuimos y nunca más regresamos a la ciudad. Nos quedamos en el campo para siempre. Vivimos aventuras increíbles. El tío Julio había vuelto a la vida.-