El tio de nacho

Un chico queda huérfano y lo toma a su cuidado un tio...

EL TIO DE NACHO

Cuando tenía trece años, Ignacio, quedó solo en el mundo. Su padre había muerto recientemente. Su madre unos años antes. Se sentía el ser mas miserable del mundo. Frente a la tumba de su progenitor quedó el chico envuelto en amargura y tristeza.

De repente apareció aquel hombre canoso. Alto. Lo recordó como en un sueño. Recordó haberlo visto alguna vez por su casa.

Era su tío. El hermano de su padre que venía a recogerlo para llevarlo a vivir con el. Ya del primer momento Ignacio, no se sintió tan vacio, tan perdido en el mundo. Su tío, aquel hombre de bigotes delicados, se llamaba Raúl.

Llegaron a la enorme casa. a unos cuantos kilómetros del pueblo donde había crecido hasta los trece años.

__Sé que no me conoces, pero no soy un mal hombre, ya lo veras…__ dijo el tío al sobrino sorprendido y aún con el alma adolorida.

__Sé también que ahora estas atravesando momentos de dolor y tristeza, eso pasara, te lo aseguro, todos vivimos momentos amargos, es parte de la vida…__ volvió a decir aquel hombre de voz agradable y límpida.

Acompaño al chico hasta su habitación. Grande fue la sorpresa del chico al ver aquella enorme habitación. Tan grande como la casa en que había vivido por siempre.

__Escucha Nacho, ¿Te molesta que te llame así?

__No, esta bien…__ dijo el chico

__Bien, bien, cualquier cosa que necesites solo llama. El personal vendrá al momento. Igual mi cuarto esta pegado al tuyo…__ Raúl acaricio la cabeza del muchachito y salió del cuarto de amplias ventanas.

Nacho encontró ropa limpia y nueva. Los armarios estaban llenos de ropa, zapatos, abrigos, todo lo que nunca había poseído. Se veía que su tío era un hombre rico o al menos no tenía problemas económicos.

Así fue que Nacho se mudo a vivir con su tío Raúl. El chico siguió en la escuela. Además tenía otras actividades. Su tío lo acompañaba siempre que estuviera en el país ya que viajaba bastante por negocios. Aunque pasado un tiempo empezó a ausentarse cada vez menos.

Los fines de semana solían irse a la estancia, en realidad a una de las estancias que poseía Raúl que no tenía hijos, ni esposa. En verdad había quedado viudo hacia algunos años y por el momento nunca se había vuelto a poner en pareja.

Hablaban mucho tío y sobrino. Se hicieron muy compinches. poco a poco el dolor y la tristeza de Nacho se fue apagando.

Así fue que Nacho termino la primaria con excelentes notas y empezó al año siguiente el secundario.  Sus estudios orientados por Raúl , lo habían llevado por el camino empresarial.

__¡Estoy orgulloso de ti Nacho!!__ le decía Raúl

__¿De veras tío?

__¡Sí, pero no quiero que hagas las cosas por mi, sino por ti….

__Claro, a mi me gusta el estudio…

__Bien lo digo por cualquier cosa, no te veas atado, quiero que elijas siempre lo que quieras hacer…__ este tipo de conversaciones sabían tener sobrino y tío en cualquier hora del día y en cualquier lugar.

Lo que nunca había podido resolver el chico que ya había cumplido los dieciocho era su miedo terrorífico a las tormentas. Se ponía tenso. Se ponía mal. Sudaba casi llegando al pánico. Cuando esto sucedía, siempre, era apoyado por sirvientes, o en muchas noches por caso su propio tío había dormido en la cama del chico. Así el se tranquilizaba. Pero era una materia pendiente que no había podido resolver.

Nacho paso el primer año de secundario sin ningún tipo de problema. Era un gran estudiante. Sus maestros y profesores lo adoraban porque además era un chico sin envidias, sin rencores, los compañeros se llevaban muy bien. Cuando organizaba alguna fiesta venían todos los chicos del pueblo. No faltaba nadie.

Vacaciones como tantas. Habían ido con el tío a pasar unos días al sur del país. Una de las estancias de la propiedad de la familia.

La tormenta arrancó antes de caer la noche. Raúl notó que Nacho ya estaba tenso y nervioso. De pronto se perdió de vista. El hombre sonrió, ya sabía donde se encontraba aquel muchachón que ya no era un chico aunque si muy jovencito.

Entro en el cuarto a oscuras. Afuera se escuchaban los truenos normales y algo de lluvia. Nacho estaba aterrado. El tío se recostó dejando su vaso de licor en la mesita de luz.

__¿No vas a superarlo?

__¡No puedo tío, tu sabes…!

__¡Está bien no te preocupes no es un reproche!__ dijo Raúl y tomo la mano como lo hizo desde que aquel era pequeño.

__Tío ¿puedo preguntar?

__Claro

__¿Porque nunca te casaste?

__No lo sé… tal vez no encontré a nadie apropiado…no se de todas formas…

__¿Qué?

__Nada que encontré diversas formas de pasarla bien, nuevas experiencias, que se yo…

__Dime, cuenta…

__Esta bien, aunque mas que contar te mostrare ¿Quieres?

__Si, sí quiero…

__Además pienso que ya eres grande para que vayas aprendiendo…

__Claro tío, sabes que hablamos de todo…

__Por supuesto, además, sabes que todo lo que tengo quedará para ti…

__No digas eso tío, para eso falta y no me importa…

__Lo sé chiquillo, lo sé…

__¿Entonces?...__ entonces el tío Raúl tomando la mano del joven la llevo a su entrepierna, por sobre la tela del calzoncillo, que mientras hablaban se había ido quitando los pantalones para ponerse más cómodo. Nacho no se asusto.

__¡Oh, está duro, muy duro!!

__¡Claro y estas sobre la tela!__ jadeó Raúl muy caliente. Con ambas manos bajaron el calzoncillo del tío. Nacho no sacó la mano, al contrario busco el nido de huevos y palo.

__¡Oh, que grandes son!!

__¡Son para ti, tómalos!¡Eso es acarícialos!!!¡¡Ahhhh!!__ gemía endurecido el tío. La mano del sobrino se aferraba al mástil duro del hombre que se estaba desnudando por completo. La lluvia ya no le importaba a Nacho. Su mano frotaba las bolas del  tío.  El chico sentía a su tío gozar y el quería hacer aquello. Para el aquel hombre era todo.

__¡Oh tío esta muy duro tu garrote y es grande, quiero verlo, enciende la luz!!__ Las luces se encendieron alumbrando toda la habitación. La cara de Nacho se iluminó un poco más al ver semejante poronga. Gruesa. Larga y tan pero tan dura que semejaba al mármol. Las bolas de Raúl cargadas de leche estaban gordas y muy redondas. Nacho se quitó la ropa.

__¡Mírame!__ le dijo a su tío. El bello cuerpo del chico hizo que Raúl se sintiera aún más caliente. Oleadas de perversión pasaron por su mente.

Sin soltar la tranca del tío Nacho se acercó a la cara del hombre alzado. Beso suave los labios. Lamió el fino bigote. Todo esto gimiendo cada vez con mas calentura. Raúl abrió la boca y se hundió en un beso profundo que el chico no rechazó. Las lenguas se fundieron. El garrote del hombre se inflamaba muy tenso. Una mano del hombre acarició el vientre del muchacho. Alcanzó la pija y la movió tiernamente. Nacho lloriqueó como niña. Eso alteró mucho más al tío. Separaron sus bocas hambrientas.

__¡Quiero darte mi leche!!__ dijo Raúl y guió al chico hasta su chota vibrante. Nacho abrió la boca y comió la lanza, degusto, saboreó aquel sabor que buscaría hasta el fin de sus días. Besó la cabeza ya lubricada.

__¡Ohh sigue así!!¡¡Que linda boca, ahhh!¡¡Que linda lengua, me encanta!__ recitaba el tío. Desarmado por completo ante las avasallantes caricias de su sobrino lujurioso como el.

__¡Espere tanto tiempo por esto!!!__ la boca tragaba el sable. Lo lamia. Lo besaba. El instrumento saltaba como títere. Nacho apretujaba las bolas, mientras comía aquella espada limpia.

__¡Ahhh, voy a llegar, no aguanto, no aguanto!!

__¡Oh si tío, dame la lechita, sí, dame, dame!!__ no pudo decir mas nada porque su boca fue invadida por escupitajos salobres, pegajosos, de leche que el tragó sin reclamos, gozando, mientras escuchaba los gritos del hombre que se vaciaba acariciando su cabeza, arañando la espalda, mordiendo sus propios labios, muñeco que parecía desfallecer. Nacho no largaba la pijota de Raúl. Limpio suave sin respiro hasta dejar el garrote sin una pizca de semen. Bamboleante aún la dejo un momento. Trepó por el pecho del hombre y buscando la boca del tío se despacho plantándole un sonoro beso.

Raúl atrapó la verga del chico. La masajeaba. En tanto escuchaba los gemidos chillones del sobrino caliente. Acariciaba las bolas duras del chico. Además de apretar las nalgas frescas, fibrosas del muchacho que gemía como perra. Con los dedos en tanto se besaban sin parar, rozó y empezó a jugar con el arito cerrado del chico.

Cuando el tío llegó a esa zona Nacho empezó a regar de leche por todo el pecho y el vientre del tío. Se abrió su ojete explotando de deseo. Raúl se movió del lugar y tomando una crema la unto en el anillo del chico que presto se dio la vuelta quedando con su culito paradito.

__¡Ohh si tío, vas a cogerme, si quiero sentir tu caño dentro de mi!!__ solicito aquel muchacho calentón y afiebrado. Los dedos empezaron a entrar en el túnel cerradito del chico que  resoplaba y gritaba.

__¡Mira como me haces poner!!__ mostraba el hombre la vergota alzada otra vez. Muy dura. Se coloco detrás del sobrino. Acarició las nalgas. Pellizcando. Nacho rogando que le meta la chota en su ojete. Raúl apoya su espada en la entrada. El chico empuja hacia atrás. Se calza en la entrada la cabeza. Va entrando. Lágrimas saltan en los ojos del chico. Que igualmente ataca a la poronga para que siga entrando. Grita un poco mas. Duele, pero no importa, es mas fuerte el deseo. El placer puede, la lujuria vence. La tranca sigue camino. Nacho se abre un poco más.. Quiere tragar todo, quiere que el hombre aquel lo llene. Su culito se desgarra suavemente. Muerde la nuca de Nacho que lloriquea gozando.

Raúl hundió finalmente su vara entera. Las bolas golpean las nalgas del chico. El se siente colmado. Empieza a mover sus caderas. Raúl se aferra a ellas. Nacho ya se siente más cómodo con aquella espada atravesando su ojete. Siente que sus fluidos se mezclan con los fluidos del macho que lo tiene penetrado. Raúl embiste. Pellizca las tetillas del joven que aúlla de placer infinito. Muerde el cuello. Tiene atrapado al insecto en su alfiler. Nacho convulsiona al sentir esa vara en su cola que ha dejado de ser virgen. Raúl acelera las embestidas. Se aferra al chico y gruñe, siente que viene su descarga. Los alaridos salen de su garganta, mientras se sacude llenando el ojete de su sobrino. Se detiene sin sacar la poronga del estuche. Nacho se sigue moviendo. Siente su culo lleno de leche. Sabe que le gusta y que ya no podrá dejar de hacer eso. Sale el garrote chorreando jugo.

La tormenta se ha detenido. Las estrellas asoman detrás de las montañas. Es una noche calma. Los amantes no se calman.

Raúl penetra a Nacho en el baño mientras se duchaban. Se sienta al borde de la bañera y Nacho se sube sobre la vergota enhiesta. Se pierde en su cola. Se besan ardientes. El chico sube y baja del fierro.

__¡Ahhh eres insaciable Nacho!!

__¡Es un nuevo mundo tío y me gusta sentir tu poronga en mi ojete!!!__ así sigue cabalgando al macho hasta que este se vacía otra vez dentro de aquel culito joven y sediento.

Los días pasan y vuelven a la ciudad.  Si antes hacían todo juntos ahora realmente se encontraban en todas las partes de la casa. A toda hora.

Raúl buscaba unos archivos en la computadora. Entra en el estudio Nacho que recién se levantaba de la cama. Saluda al tío besando sus labios suavemente. Se sienta sobre las rodillas del tío. El piyama es fino y el chico siente la dureza del hombre. Siente el pedazo que late. Corre su piyama y ya Raúl tiene la poronga en la mano. Dura. Férrea. Nacho la acaricia un poco. Juega con ella.  Siente como el hombre resopla y ruega que le de su oscuro agujero para saciar la sed de la carne.

Penetra, hunde su vara. El chico salta sobre ella. Se contorsiona. Baila sobre esa barra de carne. Muerde el cuello. Pellizca las tetillas. Se agitan. Nacho lloriquea. Raúl muerde las orejas del muchacho y se va descargando abruptamente dentro de ese culito que lo vuelve loco. Lo llena. Nacho chorrea la leche matutina. Pleno. Gira su rostro sin sacar la pistola y besa la boca del tío. Chupa su lengua. Mordisquea los bigotes y los finos labios. Siente palpitar en su arito el garrote que boquea las últimas gotas.

Viajes a Europa. Por toda Sudamérica. América Central. África. Por todos los continentes  y en todos lados siguen teniendo sexo como locos. No se privan de nada.

Pero lo bueno se termina. Raúl sufre un ataque y queda paralizado por unos meses hasta que al fin fallece. Nacho queda solo otra vez. Ahora es dueño de una fortuna y tiene unos años mas. Pero está solo y devastado. Sabe que tiene que seguir porque así es la vida.

Pasan los días. La necesidad va ganando terreno a la tristeza. Entonces Nacho  se empieza a encontrar. Con un gerente de banco.  En un viaje de negocios. Se lo coge en un ascensor. El tipo queda enloquecido pero no lo vuelve  a ver jamás.

así empieza a tener amantes por unos instantes y se acuesta con deportistas famosos, actores, empresarios, hijos de empresarios, gente común. Busca encontrar a Raúl, pero no está en ningún lado.

Regresa mucho a la estancia de la provincia que es la que mas le gusta a Nacho. lo llama uno de los empleados y le dice que hay unos hombres que dicen ser amigos de su tío, que necesitan hablar con el.

Allí va Nacho. Están cerca de la casa bajo un frondoso árbol.

__¡Buenas amigos!

__¡Buenas patrón!

__¿En que puedo ayudarles?

__¡Mire su tío era amigo nuestro. Nosotros recorremos los campos y siempre pasamos por aquí. Su tío nos dijo que siempre encontraríamos descanso aquí!!__ Nacho recordó alguna vez haber visto a aquellos hombres. Y el trato de su tío para con ellos. Así es que los ubico en la casita que era para los huéspedes. Les recomendó instalarse que luego mas tarde el pasaría. a los empleados les ordeno atenderlos como si fuera el mismo que nada le hicieran faltar.

Nacho anduvo de aquí para allá hasta tarde. Se pegó un baño y se puso ropa cómoda para visitar a sus visitantes. Golpeó la puerta. De adentro le gritaran que pasara. Se encontró con ambos hombres envueltos en toallas. Con el torso desnudo. Eran jóvenes aún, a pesar de ser mayores que el.

__¡Oh patrón disculpe nos acabamos de dar una ducha!!

__¡No se preocupe hombre!

__Yo soy Beto y el es Orly__ se presentó el morocho de brazos fuertes.

__¡Mucho gusto!¿Los han atendido bien?

__¡Si señor, como siempre!__ dijo Orly

__¡Hemos comido todo muy bien, patroncito!!__ dice Beto sentándose en el borde de la cama. Se peina. Nacho lo observa. Su sangre se va calentando. Mira al joven y le sonríe. Orly lo observa de lejos. Nota que el joven no se decide.

__¡Ahh nos haría tan bien un poco de sexo!!__ comenta risueño Orly y se acerca al muchachito, casi rozando su cuerpo con el chico. Nacho gira y queda frente a el

__¡Tal vez se pueda hacer algo!__ dice en tanto tironea la toalla que cae al piso. Una serpiente bamboleante aparece ante su vista.

__¿Te gusta lo que ves?

__¡Claro señor!__ dice Nacho y toma la serpiente que quiere levantarse. La toma con sus manos. Sacude las bolas y Orly gime. Con la lengua Nacho recorre el pecho del hombre, que acaricia la cabeza del chico. Beto se incorpora y lentamente baja los pantalones cortos del joven. Aparecen  las nalgas blancas y duras. Beto las amasa y muerde la nuca. Apoya su herramienta en contra de las masas de carne. La dureza se siente bien Nacho la goza. Beto hurga en el ojete del joven. Lo abre sin demasiada resistencia. Nacho ya esta deseando la pija en su culo. Beto lo lleva a la cama. Lo pone en cuatro y empieza a chupar el culito de Nacho. Por delante Orly le ofrece su serpiente alzada. La mete en la boca. Gime Orly en tanto la lengua de Beto come y abre mucho mas el anillo del joven. Los cuerpos se agitan convulsionando salvajes.

Beto apoya la tranca en el ojete resbaladizo de Nacho. Nacho succiona sin cesar la poronga del Orly que gime alocadamente. La vergota del macho penetra. Taladra. Nacho se mueve, se hamaca deshilachado. Flamea su cuerpo ensartado con la mecha poderosa de aquel bravío.

Nacho recuerda a su tío, las primeras cogidas salvajes, llenas de pasión y locura. Aquellos machos gozan con lo que el les ofrece. Y el goza con aquellos dos. Come los huevos de Orly que esta sudando copiosamente. Beto serrucha y se detiene. Aferrado a las caderas del muchachito que gime casi lloriqueando.

__¡Ahh detente, detente un momento!__ pide Orly__ ¡Beto déjame entrarle no aguanto mas de deseo de ese culito!!__ Beto sonríe y sale de la colita babosa de Nacho.

__¡Ven chiquillo, siéntate en la estaca que tengo para ti!!__ agarrándose la poronga Orly lo invita y Nacho ni lerdo ni perezoso se sienta sobre la espada. Cabalga Nacho. Beto besa el cuello del chico. Busca la boca y se entreveran las lenguas. Orly gruñe apretando las caderas del joven que se retuerce sobre la serpiente.

__¡Ohh eres una maravilla perrita!¡Me encantan los chicos como tu!!__ Orly no deja de hablar. Beto y Nacho siguen besándose arrebolados y olvidados de todo. Nacho siente que no gozaba así desde hacia mucho tiempo. Siente la serpiente penetrando en su cuerpo. Atrapa con sus manos el mástil duro y erguido de Beto y lo menea para todos lados. Lo sacude. Lo bate sintiendo la inflamación en su mano y como hace gozar al hombre con aquellas caricias.

__¡Ahhh diablillo me tienes muy loco, ahhh vas a lograr que suelte mi leche, pero aún no es tiempo, te vamos a dar una sorpresa!!

__¡Así, que sorpresa van a darme, quiero sus leches!!!__ susurra Nacho

__¡Te gustara y no nos vas a olvidar!!__ agrega excitado Orly. Moviéndose suave dentro del orto muy abierto ya de Nacho.

Beto besa la espalda del chico. Orly apenas se mueve. Gimen. Sudan. Baba les cae de los labios. Los tres están en el espiral mágico del placer. Pico máximo. Donde no hay retorno.

Beto mete su lengua entre el culito y la vergota de Orly que se queda quieto. Ahora Beto apoya la cabeza de su tronco. hay una luz en el dilatado culito de Nacho que entiende lo que pasará. Se sostiene en el pecho de Orly.

__¡Te va a encantar!__ susurra en el oído Beto que ya empuja

__¡Ay, ay, ay, siii adelante, hazlo, ahhh, ahhhhh!!!__ se agita el culito estirado cada vez más de Nacho que siente que lo invade otro objeto. Siente que se abre cada vez más y eso le guasta. Siente que podría tragarse otra pija más de ser necesario. Le encanta. Orly aprieta los dientes para no acabar ahí mismo. Siente que la vergota de Beto frota su serpiente gigante.

Nacho tien la verga a punto de explotar. Está inflamada. Cree que se desmayará en cualquier momento del placer que aquellos dos le están brindando. Han tomado un ritmo delicioso. Las porongas se ajustaron perfectas al estuche y las bolas se chocan entre si, danzan locas y gordas. Repletas de líquido que prontamente Nacho recibirá ebn el anillo asaltado.

Beto sigue mordiendo el cuello y los hombros de el joven penetrado. Orly busca los labios de Nacho y los lame, cuando al momento los muerde y los besa suave. Chupando, babeando.

__¡Espera un poco!!__ dice Orly

__¿Espera, espera!!__ruega Beto sin dejar de serruchar.

__¡No aguanto, no guanto!!!__suplica Nacho que siente su sangre hervir. Se cruzan las miradas los hombros por sobre el cuerpo deshecho de placer. Entrecierran los ojos. Todos. Gritan y gruñen. Siente el culito del chico las descargas. Leche sale y baña el interior. Se contorsionan y sacuden. Aprietan. expulsan. El líquido de Nacho se esparce por todo el cuerpo de Orly que ríe bendecido por la leche.

Nacho cae desinflado sobre Orly que acaricia su frente y lo besa despacio. Beto se apoya en la espalda del joven que aún tiene las vergotas en su trasero. Lame la piel sediento. Casi no se mueve. Se van aflojando las herramientas. Nacho siente que corre el líquido por donde puede escapar. Un cosquilleo lo envuelve y lo hace gozar otro poco.

__¡Ahhhh que belleza de hombres!!__ recita Nacho

__¡Hummmm espera un poco!!

__¡Aún no terminamos de hacerte gozar!!

__¿A no?__ comenta risueño Nacho. Siente un líquido extra. Un chorro. Dos. Con las porongas aún dentro es bañado. Saca Beto la suya y le rocía la espalda. Orly tomando su serpiente lo lava en las bolas y el vientre. Nacho sorprendido goza de los baños. No esperaba ese detalle que han tenido aquellos hombres expertos en dar placer. Una vez que han terminado se tiran uno al lado del otro. Nacho en medio. Siguen acariciando, besando y lamiendo al chico. Se quedaron unos días. Nacho los invito a  que vivieran allí. No aceptaron. Eran trotamundos. Pero lo que si volvían una vez al año y hubo años en que volvieron dos veces.

Nacho al tiempo volvió a tener un sentimiento parecido al que supo tener con su tío. Nunca igual. A pesar de que lo busco hasta el fin de sus días. Por eso con ellos fue algo similar. Especial. Único.-