El timido padre de mi mejor amiga

El tímido padre de mi mejor amiga se sorprende por una mamada que nunca olvidará.

Me llamo Deborah, tengo 24 años, y la verdad estoy contenta con lo que la naturaleza me brindo, en realidad muy contenta, además para mantenerme bien me cuido, voy al gimnasio tres veces por semana. Mi pelo es castaño claro largo, soy flaca, mi cadera es pequeña de modo que resalta mis glúteos, mido 1.68 y mis curvas son bastante prominentes de manera que la ropa que uso es muy ajustada para marcarlas. A propósito a mí lo que más me gusta es salir a comprarme ropa, cosa que hago muy a menudo y la ropa que más me gusta son las minis, pantalones ajustados, tops que muestren mi ombligo y escotes.

La historia que les voy a contar sucedió hace unos meses, pero comenzó desde que era chiquita. Todo comenzó cuando era adolescente e iba a visitar a mi amiga mas intima, y sentía las miradas de su padre que me desvestían sin pudor sea cual fuese la situación y me coqueteaba, la verdad que a mí me gustaba ese juego de provocarlo pero solo por verme sin tener ningún contacto mas allá de alguna charla. Él es casado y tiene tres hijos aparte de mi amiga. Al ver como me miraba siempre me iba a la casa de ella bien producida. Incluso antes de salir a bailar la pasaba a buscar e iba mas temprano para saborear sus miradas sobre mi cuerpo, cosa que hacia humedecerme, pero nunca me anime a dar un paso adelante sabiendo la familia que él tiene.

Recuerdo un sábado a la noche que pase a buscarla a ella y llegue antes, ese DIA me había puesto unas botas con tacos de 12 cm altas casi hasta la rodilla, una mini de cuero negro y una musculosa rosada de generoso escote que dejaba ver una zanja entre mis tetas. Cuando llegue esa noche él me abrió la puerta y me dijo que ella se estaba bañando, la primera impresión que le cause fue mirarme de arriba abajo disimuladamente, mordiéndose los labios. Él estaba en el living solo, ya que su mujer estaba en su habitación y mi amiga estaba duchándose. El se senté en un sillón yo me siento a su costado con un sillón de un solo cuerpo, cruzando mis piernas dejando ver mas allá de mis piernas y mirando la TV. En un momento giro mi cabeza a verlo y lo veo mirándome sin prestar atención a lo que estaba pasando la televisión, rápidamente se giro y volvió a mirar la TV, allí se puso colorada su cara y se alcanzaba ver en su pijama un bulto bastante apreciable. Él era tímido conmigo, no se porque pero nunca teníamos conversaciones largas mas allá de algunas palabras que intercambiábamos. Los dos estábamos en silencio en ese living esperando a mi amiga.

En el momento en que yo me incline a arreglarme las botas dejando caer mis senos por la ley de la gravedad, haciéndolo a propósito para ver su reacción, que fue de mirarlas como si fuera la vista de su película preferida llega mi amiga y lo sorprende en esa situación y lo llama, obviamente en forma de celos hacia su padre. Bueno esa noche me la pase recordando esos momentos que me habían excitado tanto hasta llegar a mojarme. Mientras que mi amiga se mostraba enojada conmigo.

El tenia un negocio de ropa en el semicentro, allí trabajaba mi amiga también pero sabia que ese martes iba a estar solo ya que ella tenia que viajar a capital ese DIA por unos tramites.

Así que aproveche y me decidí a darle un momento inolvidable, eran las seis de la tarde y me decidí ir a visitarlo. Me puse un pantalón blanco muy apretado que resaltaba mi cola con una tanguita debajo que se notaba a trasluz y arriba un TOP que resaltaba mis tetas y llegaba sobre la cadera así que mi ombligo estaba al aire mostrando a todos los transeúntes,

Salí de mi casa y tome un taxi, el taxista no dejo de mirarme y yo observaba como manejaba con solo una mano y la otra la tenia entre sus piernas. Eso me excito bastante, él me decía que estaba muy linda que era una perrita yo le sonreí dejando. Llegamos y no dejo que le pague, pero al bajarme observe como se giro para mirarme la cola y escuche ahhhhhh que CULO. Baje sonriendo y camine media cuadra hasta el negocio, esa media cuadra escuche todo tipo de cosas que me dijeron y bocinazos.

Finalmente llegue y estaba el solo leyendo con las piernas sobre su escritorio. Al verme vi como se enrojeció su cara y balbuceaba, yo me acerque y me agache apoyando las manos en su escritorio mostrando las tetas que el sábado no había podido ver. Enseguida me dijo que mi amiga no estaba tartamudeando varias veces en esa frase. Yo le dije que pena que venia hacer tiempo para encontrarme con un chico dentro de una hora. Me puedo quedar igual le respondí, él con un movimiento ascendente de su cabeza confirmo mi espera.

En ese momento llega un repartidor de mal aspecto, entendible después de una jornada arriba de su camión. Yo estaba parada al lado de su escritorio mientras el repartidor entro mirándome la cola yo me gire y vi como me miraba con ganas de comerme, enseguida fueron a un costado hablar con el padre de mi amiga y escuche algo que decían de mí.

Al rato volvimos a quedar solos y mi presa seguía mirándome. Yo le pregunto si estaba bien vestida por que iba a salir con un chico que me gustaba parándome delante de él. El tímidamente me dijo que sí. Yo me senté frente a su escritorio y me ofreció un café.

Acepte y cuando me lo iba a dar en mi mano, lo tiro sin querer (JAJA) sobre su pantalón, yo consternada me paro y me disculpo, mientras agarro una servilleta y se la apoyo entre sus piernas donde esta derramado el café, él me mira sorprendido, y yo me arrodillo y empiezo a tocarlo cada vez con mas fuerza sintiendo su dureza. Te debes estar quemando así que le desabrocho el cinturón y el pantalón y observo el calzón todo manchado. Él me miraba y respiraba hondo, desde su computadora apretó algo que hizo bajar las cortinas del negocio, yo le saque su verga afuera y empecé a besarla desde abajo como si fuera un helado, luego me la puse en la boca y empecé a jugar con mi lengua y su cabecita que estaba colorada como su cara y dura como una roca, le agarre sus manos y se las apoye en mis tetas. Mientras tanto yo seguía besándole y cada vez mas fuerte, sentía sus gemidos, diciéndome sos una putita hermosa, yo con la boca llena de su verga seguia jalándolo, no duro mucho hasta que sentía un calor inigualable en mi boca y empecé a tragar la gran cantidad de leche que derramo sobre mi boca, mientras sus gemidos eran cada ves más altos.

Él estaba sorprendido dela actitud que había tomado, él me pidió que no dijera nada, yo me levante de mis rodillas me arregle el pelo y le pregunte si estaba bien arreglada para ir a vera mi chico, gire y me fui moviendo mi cola como una perrita contenta.