El tigre y sus tres mujeres

Cada una le brindaba un placer diferente, mientras yo los miraba....

Un sábado después de un largo día de estudio en la Universidad, una de mis mejores amigas, me dijo que nos merecíamos un descanso y relajarnos de lo lindo, entonces nos invitó y con otra amiga nos fuimos al apartamento de un buen amigo suyo, con la condición que allí nos esperaba el relax que tanto necesitábamos.

Afortunadamente él vivía cerca de la U cosa que agradecí porque en realidad si necesitaba descansar; cuando llegamos al apartamento de nuestro anfitrión, me sorprendió saber que lo llamaban el Tigre y ahora que lo recuerdo,  era un apodo muy bien colocado porque ese hombre tenía unos ojos marrones,  penetrantes y tenía un excelente físico que se adivinaba por encima de su ajustada ropa.

Él nos recibió muy amablemente, mi amiga nos presentó y él nos saludó a cada una dándonos un beso muy cerca de la boca lo que no me gustó mucho porque me pareció un poco atrevido de su parte pues apenas nos estábamos conociendo; él de inmediato nos ofreció lo que quisiéramos consumir a lo que accedimos sin hacernos rogar mucho.

Nos sirvió ron y puso música bailable, éramos solo los cuatro, así que nuestro anfitrión le tocaba turnarse para bailar con cada una de nosotras, mientras él lo hacía con una de mis amigas,  yo observaba sus movimientos,  y como movía sus caderas,  eso me empezó a calentar pero trataba de disimularlo pues no sabía la relación que pudiera tener mi amiga con él,  cuando me correspondió bailar me pegué mucho a él pues la melodía era lenta y confieso,  estaba ansiosa por saber si su paquete era como me lo estaba imaginando.

Se pegó más a mí y empecé a sentir su respiración agitada en mi cuello, el olor de su cuerpo y lo que me calentó mucho más, su paquete que estaba muy duro y a cada movimiento se me pegaba, yo cerraba los ojos y me imaginaba como se pondría de duro si lo metiera en mi boca.

Seguimos tomando unos cuantos tragos y bailando cuando de un momento a otro nuestro Tigre decidió que tenía que subir a cambiarse pues estaba muy sudado, tuve la tentación de irme detrás de él pero me contuve, preferí esperar a ver qué pasaba, a los pocos minutos mi espera tuvo su recompensa,  porque nuestro anfitrión llegó en una hermosa bata negra de satín y entonces vi cómo se acercó a donde estaba mi amiga,  le dijo algo al oído,  la tomó de la mano y subió con ella a la segunda planta de su apartamento.

Yo me quedé con mucha curiosidad por saber que iban a hacer allá arriba y entonces aproveché que mi otra amiga se puso a hablar por celular y estaba un poco borrachita ya,  sigilosamente subí las escalas y escuché sus voces,  él le decía que siguiera haciéndolo y ella gemía un poco,  cuando los vi, ella estaba acariciando el pene de nuestro anfitrión por encima de la bata,  la tela facilitaba sus movimientos pues era suave y por encima se veía como se crecía y lo duro que estaba,  mi amiga seguía haciéndolo y yo moría porque lo tomara entre sus manos,  quería verlo porque estaba muy arrecha,  yo no hubiera aguantado tanto sin sentirlo.

Mi amiga siguió acariciando y luego vi,  como se metió debajo de la bata y empezó a chuparlo y a masturbarlo mientras el tigre se estremecía y empezó a acariciarle el cabello a mi amiga,  en mi escondite yo empecé a sentir mis pezones como se ponía duros y como me mojaba cada vez más,  de un momento a otro,  mi compañera se metió la verga de nuestro anfitrión casi hasta la base,  eso nos arrechó mucho, yo no aguanté más y empecé a acariciar mi vagina que estaba muy mojada,  mis dedos se resbalaban de arriba abajo.

Y para mi sorpresa,  cuando la verga del Tigre estaba a punto de estallar de placer,  él le pidió a mi amiga que parara,  la sentó en la cama y empezó a subirle la falda,  le bajó los panties y empezó a chupársela a ella,  que casi gritaba de placer y yo en mi rinconcito anhelando sentir esa lengua metida en mi vagina,  él se la mamaba a mi amiga una y otra vez y cuando su lengua se metió durita en la concha de ella,  se estremeció de placer y fue allí cuando supe que ella no aguantó más y se corrió.

Cuando eso sucedió temí que me sorprendieran y entonces bajé a la sala donde estaba mi otra amiga, di gracias porque ella seguía en el teléfono y por lo tanto no se había percatado de mi ausencia.

Entonces bajó mi amiga y le dijo al oído que subiera que el Tigre quería hablar con ella,   me percaté que ella tenía unas hermosas sandalias plateadas,  muy altas,  tanto que no me imaginaba como caminaba con ellas,  eran de tiras delgadas,  los pies estaban perfectamente presentados,  uñas rojas y se veía muy elegante con ellas.

Yo volví a subir a mi rinconcito,  no me importó que me viera la que ya había disfrutado,  al fin de cuentas yo también necesitaba un poco de eso tan bueno que el Tigre les estaba dando,  entonces vi como cuando mi amiga llegó a donde nuestro anfitrión,  lentamente se desabrochó la blusa y enseñó sus senos a quien los iba a disfrutar,  esto hizo que él empezara a masturbarse,  no quería perder la dureza que había obtenido con las caricias anteriores,  mi amiga se veía regía con sus sandalias,  era un poco más alta que él y por lo tanto cogió la cabeza del tigre y acercando uno de sus pezones,  le pidió que se los chupara,  el obediente empezó a juguetear con su lengua,  los pezones se ponían duros,  mi amiga se estremecía y el tigre gemía de placer,  estaba deleitado con esos senos grandes.

El tigre se sentó en la cama y mi amiga me regaló el placer de ver por fin la verga de nuestro anfitrión estaba dura, caliente, ansiosa de derramar su leche, ella se arrodilló y como quedaba más alta que él,  tomo sus senos entre las manos y metió ese pene que me tenía maravillada entre sus senos y entonces el empezó a moverlo más y más rápido,  ella sacaba la lengua y le regalaba unas caricias cada vez que él se lo acercaba a la boca.

Cuando ya habían disfrutado del placer que otorgó mi amiga con esta maravillosa “rusa”,  vi como ella subió una sandalia sobre la cama y el tigre empezó a recorrer con su lengua la pierna de ella,  lo hacía despacio, disfrutando y lentamente llegó a la concha de ella,  metió su lengua y empezó a moverla más y más,  yo no quitaba mis ojos de la verga del tigre,  él se estaba masturbando y por la velocidad de su mano,  imaginé que me iba a maravillar con su leche saliendo pero como yo estaba tan caliente me descuidé en mi lugar de mirona y fue entonces cuando él me sorprendió y  él paró lo que estaba haciendo,  le dijo a mi amiga que bajara a la sala y con uno de sus dedos,  me pidió que me acercara.

Yo temerosa por haber estado fisgoneando me acerqué y entonces entendí que yo era la elegida para recibir las maravillas que el tigre aún tenía para dar, él se acostó en la cama y dejó su verga deliciosa,  dura y ganosa a mi disposición,  yo entonces la tomé entre mis manos,  con mi lengua la recorría y chupaba ese líquido que empezaba a salir,  le hice una paja con todas mis ganas,  con toda mi arrechera,  el lentamente tomó mi cabeza y la empujó para que me la metiera toda en la boca,   era muy rica la sensación,  ese pene estaba ansioso de ser mamado,  ansioso de sentir mis manos masturbándolo y a los pocos minutos,  sentí como derramaba toda la leche en mi boca,  mis labios y han quedado mis manos llenas de leche.

Con mis manos así mojadas con la leche del Tigre, me las metí entre mis panties y empecé a mover mis dedos dentro de mi conchita, que disfrutó ese líquido que junto con el mío, ayudó a que mi arrechera tuviera un final feliz,  el Tigre quedó ahí,  relajado y feliz de haber tenido a tres mujeres brindándole placer.