El tercer maestro. suya...

Después de Q... continúa el aprendizaje.

EL TERCER MAESTRO. Soy suya

Estaba entregada, me había sometido de forma total y mi cuerpo le pertenecía. Estos pensamientos vagaban por mi mente mientras yacía en la cama exhausta pero feliz, notaba como el semen de mi dueño resbalaba de mis dos orificios, había perdido la cuenta de las horas que "D" y Cristina llevaban usando y abusando de mi cuerpo y me notaba rota, pero aún arrancaban orgasmos de mí. Después de marcarme con su inicial me convirtió en una marioneta, con la ayuda de Cristina masacró mi cuerpo, no se cuantas veces me llevaron al éxtasis pero fueron innumerables, mi cuerpo se abrió una y otra vez a sus manipulaciones y mis gritos de placer rebotaron sin cesar por las paredes de ese dormitorio. Fui una muñeca en sus manos, mi coño y mi ano fueron invadidos por su incansable polla. Cristina, por su parte, llegó con su lengua a rincones que, creo, nadie había invadido, todo mi cuerpo fue lamido por su viciosa lengua y sus dientes mordieron deliciosamente desde mis pechos a mi clítoris, notaba como las sábanas se mojaban más y más, mientras mi vientre no cesaba de producir flujo… A veces mi resistencia llegaba a su límite y perdía la consciencia, pero pronto notaba como volvían a arrancarme espasmos de placer. Hubo un momento en que mi amante me estaba machacando el coño violentamente, mi cuerpo botaba sin control ante las potentes embestidas de "D", mis gritos y gemidos eran incontenibles cuando, de pronto, noté como Cristina, arrodillándose sobre mi, me ponía su coño en la boca, no lo dudé ni un instante, lamí y mordí como si la vida me fuera en ello, pronto noté como los gritos de ella se oían por encima de los gruñidos de "D" y el ruido de la cama; repentinamente sentí como se desbordaba en mi rostro mientras una especie de lamento salía de su boca, bebí sus jugos con ansia mientras notaba el temblor de su coño contra mis labios, justo en ese momento mi amante se corrió dentro de mí, su caliente semen me llenaba y un incontenible orgasmo me recorrió todo el cuerpo, grité con toda mi alma mientras mis caderas se levantaban buscando con desesperación que su polla me penetrara hasta lo más profundo… Los tres nos quedamos rendidos en la cama, oía la respiración pesada de "D" y la más suave pero agitada de Cristina, bajé la mano hasta mi coño y metí dos dedos, los embadurné de semen y los llevé a mi boca limpiándolos y saboreando la semilla de mi dueño… Un pensamiento me asaltó en ese momento, por primera vez una mujer me había hecho el amor y no solo lo había disfrutado, también yo le había comido el coño y me había tragado su corrida… ¿hasta donde sería capaz de llevarme?... Con una mezcla de temor y excitación no tuve más remedio que reconocerlo "hasta donde quisiera"

Debí quedarme dormida, noté como me sacudían y abrí los ojos, "D" estaba desnudo de rodillas en la cama, instintivamente dirigí la mirada a su polla, vi como él sonreía

Te gusta ¿verdad? –

Le miré con deseo y le contesté con voz temblorosa

La adoro, no se que has hecho conmigo pero solo se que te pertenezco, haré cualquier cosa que me pidas, lo que quieras… me gustaría tener tu polla dentro de mi siempre

Impulsivamente tomé su miembro y me lo metí en la boca, comencé a lamerlo con pasión. Pronto noté como se iba endureciendo mientras que mi lengua lo recorría de arriba abajo, comenzó a gemir

¿Seguro que harás todo lo que te pida? – preguntó.

Saqué la polla de la boca y mirándolo con arrobo le contesté:

Todo… cualquier cosa que me pidas… lo que desees

Volví a introducírmela y continué la mamada al tiempo que mis manos tomaban sus testículos y comenzaban a acariciarlos. Pronto estaba en completa erección, la miré con devoción… la quería dentro de mí. Me arrodillé agarrándome al cabecero de la cama y ofreciéndole el trasero abriendo mis piernas

Follame… – le pedí con fiebre.

Se acercó a mí y separó un poco más mis piernas, cerré los ojos y esperé su ataque. Uno de sus dedos recorrió la hendidura que cerraba mi coño y separó un poco los labios, un suspiro escapó de mis labios y me estremecí

Tómame ya… por favor – le rogué temblorosa.

Se tomó su tiempo, su polla jugó con mi vulva haciendo que mi sexo se humedeciera por segundos, retorcía mis caderas buscando más contacto con su polla pero él lo evitaba. Me estaba volviendo loca de deseo y le suplicaba que me penetrara, mi cuerpo pedía más y "D" me lo negaba. Intenté incorporarme sin éxito, me dio la vuelta y de un pequeño empujón me tendió en la cama, estaba a su disposición, abierta de piernas y suplicando que esa polla me atravesara, le miré sollozando y le volví a pedir que me follara, él me miraba triunfante y orgulloso de tenerme sometida, entonces me tomó de los pezones e hizo que me incorporara, me lamió los labios y los abrí, su lengua se introdujo en mi boca y tomó posesión de ella, me hizo gemir de placer, me estaba derritiendo y necesitaba sentirme llena, le miré suplicante y en ese momento me penetró, sentí como su polla me llegaba a lo más profundo de mi ser y abrí la boca buscando aire, me folló a conciencia, sus embestidas eran cada vez más rápidas y potentes, no pude ni entrar en la lucha, me manejo como quiso y me sentí como una pluma en un vendaval. Mi cuerpo, vencido, respondía inconscientemente a los requerimientos del suyo, me corría sin cesar mientras notaba como esa poderosa polla entraba y salía de mí sin descanso, perdí la noción del espacio y del tiempo, su miembro entraba y salía de mí arrancándome gritos de placer, de mi boca salían las frases más soeces que se puedan imaginar, le decía que era su puta, que me utilizara a su antojo, que me follara como la perra que era, le animaba a usarme con más fuerza… me sentía completamente suya. Comencé a notar como su polla se hinchaba dentro de mí mientras mis músculos vaginales se contraían, cerré los ojos mientras notaba como mi cuerpo hervía esperando su estallido, intenté participar en la batalla y levantar mi pelvis saliendo a su encuentro… pero no podía… su fuerza me mantenía pegada al colchón convertida en una mera receptora del placer que el me daba, me follaba a su antojo, sabía que era él quien mandaba y que yo era un juguete en sus manos. De pronto, pasó una de sus manos bajo mi culo y me lo levantó violentamente, sentí como una puñalada cuando su polla me penetró hasta lo más profundo de mí, un aullido salió de mi garganta mientras notaba como su semen y mis calientes jugos se encontraban en mi inflamada vagina y me hacían alcanzar, de nuevo, un orgasmo infinito. Me hundí en la cama entre gemidos mientras que mi cuerpo temblaba de pies a cabeza. "D" se mantuvo dentro de mí hasta que su miembro perdió su dureza, se tendió a mi lado mientras yo sentía como nuestros jugos salían de mi vagina y bajaban por mis muslos.

Puse una mano sobre su semifláccida polla y la noté pegajosa, estaba embadurnada de nuestros flujos y la sentía caliente, me sentí orgullosa de haberle dado placer e intenté creer que él también lo estaba de mí. Le hablé mientras mi mano acariciaba suavemente su miembro

¿Qué me has dado?... ¿Cómo arrancas de mí sensaciones que nunca sentí?...

No te arranco nada, eres tú que has despertado y te comportas como eres. Yo solo te he ayudado a que te conocieras, te gusta el sexo y no el normal, necesitas morbo, acción… adoras que poco a poco te vayan sometiendo y es entonces, cuando ves que un macho te domina y te hace suya cuando toda esa pasión que llevas dentro se desborda y alcanzas el éxtasis. He tenido muchas mujeres a mi disposición, pero ninguna como tú, tienes una capacidad para dar y obtener placer extraordinaria, eres más que multiorgásmica y a veces pienso que te vas a deshidratar. Tienes una habilidad innata para arrancar orgasmos a tu amante, tus músculos vaginales agarran el miembro que te penetra y lo exprimen… en fin, eres una verdadera adoradora del sexo… te da vida

Si – le interrumpí – pero ya sabía eso, mis amantes anteriores me han dado mucho placer, me han llevado a múltiples orgasmos, he sido dichosa con ellos, pero… contigo es diferente… He dejado a mi marido para venir contigo aún sabiendo que me ibas a destrozar… que me ibas a usar como si fuera tu puta particular, sabía que te ibas a apoderar de cada centímetro de mi cuerpo y que me pedirías cosas que nunca había hecho. A pesar de eso te he seguido… y no me arrepiento… me siento satisfecha… me gusta pertenecerte… me encanta que uses y abuses de mi cuerpo… quiero servirte… necesito que me pidas cosas para obedecerte… solo tu serás el dueño de mi cuerpo a partir de ahora… nadie más me poseerá

Sentí como una de sus manos en el coño y abrí las piernas, Oí como mi amante reía y le miré interrogante

Me río porque tus sentimientos te hacen desvariar - dijo mientras su mano se paseaba sobre mi lampiño pubis - se que te tomaré cada vez que quiera, pero al igual que yo lo harán muchos más y tú, al igual que conmigo, te entregarás y experimentarás nuevas sensaciones. No eres mujer de un solo hombre, eres demasiado pasional como para dedicarte a una sola persona y eso lo llevas en el rostro… y hay muchos hombres que lo notarán y te conducirán donde quieran

Mientras hablaba mi coño comenzó a mojarse nuevamente, lo que me decía me calentaba y me excitaba… un dedo se metió en mi vagina y comenzó a moverse, un gemido escapó de mí cuando oí el chapoteo que producía en mi ya muy mojado coño

Vas a pertenecer a todos ellos y a quienes ellos quieran que te posean

Mi corazón comenzó a latir con más fuerza mientras mis flujos empezaban a desbordar mi sexo y corrían por mis muslos

Yo también te voy a entregar a otros… – continuó mientras me tomaba de las mejillas y me hacía mirarle –… y tú lo vas aceptar y a disfrutar ¿verdad?

Sentí mi boca seca y mis labios que ardían, mientras le miraba a los ojos y veía lujuria en ellos. Una nueva descarga de líquido y el temblor de mi vientre me confirmaron que sí…que quería que me llevara más lejos y así se lo hice saber

Siiii… - le respondí arrastrando la palabra – haré lo que me pidas, cuando lo pidas y con quien me pidas

Mañana tendrás una noche que no olvidarás nunca – musitó mientras dos dedos más se introducían en mi chorreante coño – tu cuerpo será manejado como nunca lo ha sido hasta ahora

Me había hecho levantar las caderas y otro dedo se había introducido en mi ano

Perderás la cuenta de las pollas que te penetran y de los orgasmos que sientes

Me estaba poniendo a mil por hora, notaba como en mi vientre se comenzaba a gestar un nuevo orgasmo

y tu pedirás más y rogarás que te follen de todas las formas posibles

Si… si…si…si…-repetía como en sueños –

pedirás que te posean por todos lados

Sus dedos hacían estragos en mis dos orificios mientras sus palabras se clavaban en mi cerebro y conseguían que mi cuerpo temblara, la ardiente bola que crecía en mi vientre se elevaba hacia mi pecho y mi cerebro

córrete putita – me dijo en voz queda.

Un alarido salió de mi garganta mientras un temblor convulsivo me sacudía y, coincidiendo con un impulso de mis caderas, un rió de lava baño mi coño y mis muslos.

Cerré los ojos y me hice una pregunta, ¿qué me esperaría la noche siguiente?, algo imaginaba, pero seguro que mi dueño me sorprendería.

No sabía ni la hora que era… no sabía si era de día o de noche… solo sabía que aquel hombre se había apoderado de mí cuerpo y de mi alma. Me dolía todo y estaba cansada pero mi cerebro me pedía más sexo, quería descansar pero, por otra parte, deseaba ser poseída de nuevo, un cosquilleo recorría mis partes íntimas y no me lo podía explicar, no entendía mi capacidad de aguante ni su resistencia, aunque posteriormente me enteré de la ayuda que le prestaban algunas "pastillitas" y, sinceramente, desconozco si a mí también me proporcionó alguna ayuda extra. En cualquier caso, me tenía en estado de permanente excitación y me "daba" lo que necesitaba y más. Estaba satisfecha pero con mi capacidad – y deseo - de "recibir" más, mi cuerpo estaba a su disposición y alerta por si mi amante quería usarme de nuevo. Me apreté a su pecho y tomé con la mano sus pesados testículos, él, instintivamente, comenzó a manipular mi raja con sus dedos y mi chorreante sexo comenzó a temblar de nuevo mientras contenía un gemido mordiéndome los labios… mi macho se había despertado de nuevo y mi cuerpo se preparó para recibirle

No me dio respiro, me tomó física y mentalmente y perdí la cuenta de mis orgasmos y de las posturas que me hizo adoptar para tomarme. Mi cuerpo era un torbellino de sensaciones… de toda clase de sensaciones, mis cinco sentidos fueron estimulados hasta el límite por el morbo y la sabiduría de ese hombre, me susurraba obscenidades al oído mientras su polla se hundía en lo más profundo de mi coño y mi ano. Me hacía contarle detalles escabrosos de mis encuentros sexuales… me obligó a hablarle mal de mis amantes… le dije que él era el mejor… que nadie se podía comparar a él…me hizo rogarle que me follara por todos mis orificios… me sació…No se cuanto duró la sesión, pero me hizo retorcer de placer, tocó fibras de mi ser a las que nadie había accedido y me llevó al éxtasis en innumerables ocasiones. Mis gemidos, mis lamentos, mis gritos, flotaban en la habitación mientras notaba mi cuerpo mojado con la mezcla de nuestro sudor y de los flujos íntimos que ambos destilábamos. No me daba cuartel, cuando parecía que se tomaba un descanso, de nuevo se abatía sobre mí que me volvía a abrir ante la potencia de ese semental incansable, me folló una y otra vez por donde le apeteció y cada vez me rendí ante él. En un determinado momento, cuando ya mi cuerpo parecía no aguantar más, observé como "D" aceleró sus embestidas salvajemente, parecía querer hacerme daño, abrí los ojos y me estaba mirando fijamente, yo tenía las piernas sobre sus hombros y la penetración era brutal y profundísima….Oí su voz que me decía:

Me perteneces –

¡¡¡¡¡ SIIIIIIIIIIIIIIIII !!!!! – grité mientras sentía como su ardiente semen invadía mi vientre y me hacía desbordarme de nuevo.

Quedé exhausta sobre la cama, al poco rato se levantó y me tomó en brazos llevándome al baño, sin soltarme abrió los grifos y empezó a llenar la bañera. Me llevó al mueble donde se encastraban los lavabos y me sentó sobre el mármol, abrió mis muslos y dejó mi dolorido coño a su disposición, a continuación me lo devoró, metió su lengua muy dentro, mordió el clítoris, tragó mis jugos y los suyos… de nuevo me llevó a la cumbre, otra riada de flujo bañó su cara mientras yo lloraba de placer. Después me llevó a la bañera, me enjabonó de los píes a la cabeza y me masajeó, cuando me sacó del agua y me secó un dulce sopor se apoderó de mí. Después me llevó a un dormitorio que yo no conocía y me acostó desnuda, se agachó y me besó en los labios mientras una de sus manos acariciaba mí depilado coño

No me dejes nunca – le pedí con voz quejumbrosa.

¿Y tú?, ¿me abandonarás a mí? – preguntó.

Me besó de nuevo y salió de la habitación.

CONTINUARÁ