El tercer maestro. Pagando una deuda.

´Despues de Q...continúa el aprendizaje.

EL TERCER MAESTRO. PAGANDO UNA DEUDA

"D" entró conmigo en sus brazos en la habitación donde solo veinticuatro horas antes me había sometido y abusado de mi cuerpo a su antojo, un escalofrío recorrió mi cuerpo recordando lo que había sentido mientras él me hacía experimentar ese especial placer que hacía vibrar cada fibra de mi cuerpo. Me depositó en el suelo y me hizo mirar a su hijo – Daniel – que se mantenía de pié con su polla semierecta, se acercó deteniéndose a escasos centímetros de mí, me miraba seriamente y yo no pude sostenerle la mirada, bajé la cabeza, sabía que ambos estábamos pensando en el episodio de los jardines de la discoteca (ver El tercer maestro. Acoso y derribo), no me cabía la menor duda de que él me lo iba a hacer pagar y eso me encantaba… Noté como mis jugos comenzaban a bajar por mis piernas arrastrando los restos de semen que "D" había depositado poco antes en mi vientre que ya se agitaba esperando lo que se avecinaba. Daniel levantó mi cara tomándome por la barbilla y me hizo mirarle, mi piel ardía, de repente comenzó acariciarme suavemente el cuello y el rostro, era un leve cosquilleo que, sin embargo, me hizo sentir una punzada en el vientre. Me tomó de los brazos y me los hizo levantar por encima de la cabeza, continuó sus caricias por los hombros y las axilas, sentí como mis pezones comenzaban a erizarse, recorría lentamente mi piel sin dejar un solo centímetro sin tocar, sus manos pasaron a mis pechos y los recorrieron sin ni siquiera rozar los pezones que crecían sin cesar. Su ritmo cansino me enervaba, mi cuerpo pedía acción pero el continuaba a su aire, mis pechos comenzaban a agitarse y mi respiración se iba acelerando por momentos. Ahora eran mi estómago y vientre los que recibían su atención, mi sexo comenzó a temblar cuando una de sus manos acarició mi pubis y jugó con mi vello púbico, los labios vaginales comenzaron a abrirse mientras las contracciones del vientre se hacían mas intensas, un gemido escapó de mi y abrí instintivamente las piernas, Daniel bajó sus manos y me acarició las ingles y la cara interna de los muslos pero ni rozó el coño…mis caderas giraban buscando más contacto pero el mandaba, se mantenía a cierta distancia de mis zonas más erógenas y mi cuerpo demandaba que lo trataran con rudeza, me sentía arder, su jueguecito me estaba minando. De pronto sentí como unas manos separaban mis glúteos y una lengua comenzaba a recorrer el camino que llevaba a mi ano, pronto sentí como aquella llegaba a su destino e iniciaba el asalto a mi pequeño orificio, me extrañó sentir como entraba la punta sin encontrar resistencia, parecía una minúscula polla que me penetraba, un intenso sudor mojaba mi cuerpo, miré a Daniel y le rogué

Te lo suplico, acaríciame el coño –

Su reacción fue apartar sus manos de mi cuerpo, "D" continuaba su labor de zapa en mi culo, la lengua había penetrado aún más y mi cuerpo ya se movía incontroladamente mientras mis gemidos eran continuos y cada vez más audibles. Intenté aproximarme a Daniel, pero el se retiró

Perdóname por lo que pasó – le pedí – yo quería follar contigo, pero no me entendiste. No me martirices más, te necesito…hazme lo que quieras…seré tuya

El solo me miraba, comencé a llorar y continué suplicándole pero no conseguí nada. Repentinamente sentí un roce en el coño y me quedé paralizada, el dedo que estaba a la entrada de mi cueva, no se movía, yo estaba en tensión y notaba las pulsaciones de mi sexo, sentí como la punta del dedo subió hasta llegar al clítoris, lo rozó suavemente y… me corrí… oleadas de flujo manaban de mis entrañas mientras una extraña lasitud se apoderaba de mi cuerpo, todo parecía ocurrir a cámara lenta, el dedo aún se mantenía en mi clítoris cuando la lengua de "D" desalojó mi ano y noté como era sustituida por uno o dos dedos, me tensé y una nueva ola fluyó de mi vientre, cerré los ojos y noté como me derrumbaba, unos fuertes brazos no me dejaron llegar al suelo, me tomaron y me depositaron en la cama. Estaba exhausta, moví la cabeza y me volví a ver reflejada en los espejos como la tarde anterior, la diferencia es que ahora no estaba atada, había ido allí por voluntad propia y sabiendo, o imaginando, lo que me esperaba. Busqué con la mirada a "D" y su hijo, estaban a los pies de la cama y no pude evitar fijarme en sus pollas, estaban completamente erectas, cerré los ojos y rememoré las escenas del día anterior al mismo tiempo que pensaba en esas dos pollas que, esa tarde, me iban a hacer vibrar de placer, en un flash me vino a la memoria la polla de "D" a las puertas de mi coño, momentos antes de penetrarme. Mis caderas, como si tuvieran vida propia, se levantaron arqueándose y, de nuevo, me corrí. Abrí los ojos y vi como ambos me contemplaban, me ruboricé, habían visto como me corría sin que me tocaran y sabían que era suya completamente, estaba a su entera disposición y podrían usarme a su antojo, una nueva contracción de mi vientre me hizo saber que me encantaba estar en esa situación.

Observé como se acercaban los dos y se subían a la cama, se me pusieron uno a cada lado y comenzaron a tocarme, cuatro manos se paseaban por mi piel sin darme tregua, mi cuerpo comenzaba a vibrar mientras ese extraño calor que crea el placer, me invadía de pies a cabeza, me di cuenta que era "D" quien se ocupaba de mi vientre y sexo, mientras Daniel estaba ocupado con mis pechos, brazos y axilas. Oí la voz de "D"

¿Como estás? –

Creo que en el paraíso – contesté.

¿Quieres algo en especial? – preguntó

Les cogí las pollas y las apreté en mis manos

Quiero que con esto me saquéis del paraíso y me llevéis al mismo lugar donde me llevaste ayer – respondí dirigiéndome a "D".

Daniel bajó y se acomodó entre mis piernas mientras "D" se arrodillaba con un muslo a cada lado de mi cabeza y dejando sus testículos y polla al alcance de mi boca. Aquél, comenzó a delinear mis ingles y mi sexo con su lengua, yo levantaba la pelvis buscando el contacto de su lengua con mi coño, pero él, como anteriormente, evitaba un contacto muy directo. Mientras, su padre jugaba con su polla acercándomela a mi boca y retirándola cuando yo quería lamerla, estaban haciendo que me ganara el placer que ansiaba. Las caricias de Daniel se iban haciendo mas atrevidas y fuertes mientras "D" metía y sacaba de mi boca ese glande que me fascinaba. Mi cuerpo comenzaba a botar en la cama cuando por fin sentí la lengua en el coño grité de placer, la notaba caliente, aún mas que mi cuerpo que ya era un volcán. Recorría cada pliegue de mi sexo lamiéndolo con fuerza, mis jugos fluían libremente de mí mojando mis muslos y la cara de Daniel que prácticamente tenía todo mi coño en su boca, con los ojos cerrados disfrutaba de la sensación de estar siendo agasajada por dos hombres, me sentía viva y deseada, restregaba mi sexo contra la boca de Daniel que estaba haciendo que me derritiera con sus labios y lengua. "D" continuaba jugando con su polla en mi boca, mi lengua lamía con pasión su glande que se movía libremente por el interior de mi boca. Estaba terriblemente caliente, quería gritar pero el miembro de "D" me lo impedía, solo gruñidos salían de mi boca mientras mi cuerpo se retorcía de placer ante el ataque de padre e hijo, este, había apartado su boca del coño y ahora utilizaba sus dos manos para sobar salvajemente mi vientre, pubis y muslos. Mis caderas se movían violentamente, necesitaba una polla dentro de mí y cuando Daniel me tomó de las piernas y las colocó sobre sus hombros, mi vientre se abrió de nuevo, sentí el ardiente líquido mojando mis muslos y, de nuevo, cerré los ojos y esperé su embestida, un nuevo hombre me iba a hacer suya… pasaron unos segundos y nada sucedió, abrí los ojos y miré hacia abajo, su polla casi tocaba mi sexo, levanté la mirada y busqué la suya, él me miraba con fijeza… tomé la polla de "D" y la saqué de mi boca

Por favor… - le dije con mirada suplicante.

¿Crees que te lo mereces? – preguntó

Quería que me follaras entonces y lo quiero ahora – le contesté gimiendo.

¿Qué quieres de mí? – volvió a preguntar.

Lo que me vas a dar - le contesté - sexo, placer y tu semen dentro de mí.

Mientras le hablaba sentía palpitar mi sexo y noté como su polla lo rozaba, vi que estaba congestionado, su calentura se le reflejaba en los ojos, me deseaba y supe que yo también podía manejar a un hombre en la cama. Mientras tanto, "D" se mantenía como espectador silencioso pero no inactivo, desde que saqué su miembro de la boca, me acariciaba las tetas sabiamente.

Estás deseando hundirte en mi caliente coño, ¿a que esperas? – alenté a Daniel con voz caliente.

El tragó saliva, quería resistir para decirme quién mandaba, pero yo tenía ganada la partida… haría lo que yo quisiera. Oí la voz de "D" en mi oído

Eres una puta pero me gustas…aprovéchate ahora porque después estarás en mis manos – me susurró.

Un estremecimiento me recorrió mientras mi mente revivía episodios de la tarde y noche anteriores, mi vientre lo acusó con un nuevo acceso de flujo, este fue el momento que elegí para decirle a Daniel arrastrando la voz

Follameeee. ¡¡Ahora!! –

Me atravesó de una sola embestida, sentí como llegaba muy dentro de mí mientras yo me arqueaba y un grito de placer escapaba de mí. Comenzó a follarme con rabia, mi cuerpo respondía a sus ataques con ardor, mientras en mi cabeza se mezclaban las palabras que acababa de decirme "D" con retazos de lo que creía que me haría más tarde, esto me puso a mil y provoqué a su hijo….

¿Esto es todo lo que sabes hacer?, quiero más… -

Él redobló sus esfuerzos, era un ariete que quería abatir mi ardiente coño, me estaba follando a conciencia y mis gritos arreciaban

Así… así…dame fuerte… follame… - jadeaba –

Mi cuerpo iba distendiéndose y doblegándose a esa polla que lo invadía. Él se dio cuenta y tomó la iniciativa oral

¿Te gusta puta?

Siiiiii - contesté casi sin voz.

¡Dime que eres mi puta! – me dijo

Siiii… soy tu puta…follame… no me la saques por favor… quiero que hagas que me corra como la rubia… follame… follame… - le pedía casi sin aliento.

Se estaba comportando, mi cuerpo temblaba de placer y mi vientre ardía mientras él continuaba con su martilleo. De repente cambió su ritmo, me llevaba al borde del orgasmo y entonces se detenía, así una y otra vez, quería correrme pero él no me dejaba, el vientre me dolía por la tensión acumulada, le rogué que me hiciera terminar pero aún me mantuvo al límite durante un par de minutos, gemía y algunas lagrimas escapaban de mis ojos

Estoy en tus manos, – le dije – me has hecho tuya, ¿qué más quieres de mí?, pídeme lo que quieras pero haz que me corras.

Me cogió el clítoris con dos dedos y sacó repentinamente la polla mientras me gritaba

¡¡¡Córrete!!!

Algo se rompió dentro de mí, un chorro de líquido salió violentamente de mi coño, recordé la cara de la rubia y un nuevo chorro salió de mí, como en sueños oí que Daniel me preguntaba

¿Dónde quieres mi semen?-

Dentro de mí… lo quiero dentro de mí…- contesté en un susurro.

De nuevo su polla me invadió, levanté mi pubis para recibirla y en ese momento noté como su ardiente semen inundaba mi vientre, un nuevo y largo orgasmo me recorrió de arriba abajo, Daniel se abatió sobre mí emitiendo un profundo suspiro. Me fui relajando, la polla del último hombre que me había poseído se iba haciendo más pequeña en mi interior. Solo entonces me percaté que "D" acariciaba mis pezones, levanté un brazo y lo tomé de la polla, la tenía muy dura y caliente, me pregunté cuanto tiempo tardaría en tenerla dentro de mí

Daniel se salió de mí y se tendió a mi lado, sentí como de mi coño manaban nuestros fluidos que resbalaban lentamente por mis muslos, yo seguí acariciando distraídamente el miembro de "D" que continuaba manteniendo mis pezones erectos con sus dedos. Mi otra mano buscó los testículos de Daniel y los apreté, el posó una de las suyas en mi pubis.

No se si por indicación de "D", pero su hijo se levantó y observé como salía del dormitorio, inmediatamente sus manos abandonaron mis tetas y comenzaron a recorrer todo mi cuerpo, sabía que quería recordarme que era suyo y que lo usaba como y cuando quería, yo me removí y abrí un poco las piernas para confirmarle que estaba a su disposición… él paseó sus dedos por mi hendidura, apartó la mano y me dijo:

No me gusta estar donde otro acaba de dejar sus huellas –

Si – musité – lo comprendo, la verdad es que no sabía que decir.

Habrá que hacer algo, ¿no? -

Lo que tu quieras – repuse.

¿Y tú que crees que quiero? – preguntó.

El cosquilleo que precedía a una sesión de sexo salvaje empezaba a recorrer mi cuerpo, sentía pequeños temblores en mi vientre.

Prepararme para ti –le contesté

¿Y como lo harás?, explícamelo - volvió a preguntar con voz ronca.

Me iré a ducharme y quitarme lo que otros hayan dejado en mí, lavaré cualquier huella que pueda molestarte y me prepararé para que me tomes como quieras

Mis propias palabras me iban calentando y seguí con mi relato

quiero que cada centímetro de mi cuerpo esté limpio para que tú lo muerdas, lo beses, lo estrujes, lo acaricies

Me di la vuelta y quedé tendida sobre mi vientre y entre sus rodillas, tomé su polla y comencé a lamerle el glande como si fuera un caramelo, de vez en cuando la sacaba de mi boca y le seguía hablando

quiero que esta polla que me vuelve loca visite cada rincón de mi cuerpo… quiero que me la metas por todos mis orificios…quiero sentir tu semen en mi boca… en mi coño… en mi culo

Cada pausa era aprovechada por mí para continuar mis lamidas, vi como las primeras gotas de líquido preseminal empezaban a salir por la punta de su pene, los absorbí con delectación

quiero que me demuestres de nuevo quien es el que manda… quiero que me hagas gritar de placer…quiero que me pongas a prueba…quiero que sepas que haré cuanto me digas

Su polla iba tomando una dureza inusitada, el transparente líquido seguía manando del pequeño ojo de su miembro y yo seguía "alimentándome" de él, me gustaba su sabor un poco amargo…, seguí lamiendo, mirándolo y hablando

quiero que tu polla siga creciendo… - mi mano había acudido en ayuda de la boca y subía y bajaba sobre el pene de "D" - …quiero que tus testículos estén llenos de semen… - había incrementado el ritmo de mano y boca y "D" gemía congestionado - …quiero que cuando yo te diga me lo des…. – la pelvis de mi amante bajaba y subía sin control - ¡¡¡quiero beberte!!!..., le mordí suavemente el glande y apreté sus huevos… explotó con un grito, su primera descarga entró violentamente rebotando en el paladar, después otra… y otra…, mamé desesperadamente, no deje escapar ni una gota, tragué con gula y la tuve dentro de mi boca hasta que estuvo muy pequeña, la saqué y la besé mientras miraba a "D" a los ojos, su respiración se iba normalizando.

Me cogió de los pechos y me levantó hasta ponerme encima de él, puso su mano detrás de mi cabeza y me atrajo hacia su boca, la mía se abrió esperando la invasión de su lengua que no se hizo esperar, la paseó por todos los rincones, me mordió y lamió los labios… yo le respondía con pasión, no se cuanto tiempo estuvimos así, perdí la noción del tiempo y me separé cuando me faltó el aire, me senté encima de él y noté como mis jugos junto con los de Daniel resbalaban de mí y caían en su vientre, "D" sonrió y me dijo

Nunca imaginé que podrías ser tan puta

Me levanté y le sonreí,

¿Dónde está el cuarto de baño?

"D" me señaló una puerta al fondo de la habitación, me dirigí hacia ella mientras pensaba en la frase que me dijo él cuando jugaba con su hijo - aprovéchate ahora porque después estarás en mis manos - me volví en la puerta y adoptando una postura provocativa le dije

En poco tiempo estaré dispuesta para estar en tus manos, es más… lo estoy deseando

(CONTINUARÁ)