El tercer maestro. La prueba (y 3)

Despues de Q... continúa el aprendizaje...

EL TERCER MAESTRO. La prueba (y 3).

Un cosquilleo en la entrepierna y el olor a café recién hecho me despertó abrí los ojos lentamente y vi a "D", estaba sentado en la cama y junto a él había una bandeja con café, zumo y tostadas, uno de sus dedos se paseaba perezosamente por mi hendidura, le sonreí y me desperecé coquetamente, al igual que él, yo estaba completamente desnuda y tanto la cama como mi cuerpo, eran una muestra de la noche que había pasado

"D" me sirvió una taza de café y me preparó una tostada con mantequilla y mermelada me las acercó y me dijo con voz ronca,

Estás deliciosamente obscena –

Gracias – le contesté mientras pensaba que nunca me habían dicho nada parecido.

Comencé a desayunar mientras las manos de "D" iniciaban el reconocimiento de mi cuerpo que él, sabía que era suyo. Intenté frenarle

Espera que termine - le dije riendo.

No me hizo caso y continuó su tarea, pero pronto se detuvo en mi entrepierna. Sin decir palabra bajó su cabeza e inició una suave lamida de mi raja, pronto mi cuerpo respondió a sus estímulos

Espera – le repetí – estoy sucia, déjame que me duche.

Esperé en vano su respuesta, su lengua no cesaba de pasearse por mis labios vaginales y sentí como mi vientre comenzaba a temblar, me bebí de un trago el café y me tendí en la cama abriéndole mis piernas, tomó el capuchón del clítoris con dos dedos y lo dejó expuesto a su boca. El primer gemido escapó de mi cuando sentí como sus labios se apoderaban de aquel y lo besaban tiernamente

Siiii… – me oí decir – sigueeee.

Sentía como mi coño se iba humedeciendo mientras su boca se volvía cada vez más agresiva, su lengua invadía mi vagina y jugaba con ella, al momento, eran sus dientes los que mordían suavemente mi húmeda gruta que escupía sin cesar su ardiente flujo, me mordí la mano para no gritar cuando sus labios besaron mi, ya, hinchado clítoris. Levanté las caderas y me clavé contra su boca, quería alcanzar pronto la liberación del orgasmo, pero no era eso lo que quería "D", me llevó a las puertas del mismo y no me dejó pasar de ahí, le miré suplicante

No me hagas eso por favor

Se incorporó y puso una rodilla a cada lado de mi cara, tenía su polla junto a mi boca y sentí como esta se me secaba, la miré sin entender por qué esa polla me subyugaba, cerré los ojos e imaginé el momento en que me penetraría, me estremecí y un suave orgasmo me sacudió. Mi amante comenzó a pasarme su miembro por los labios, yo abría la boca tratando de atraparlo pero él lo retiraba, lo veía erecto y poderoso y ansiaba tenerlo dentro de mí. Gemí quedamente y le pedí con mis ojos que me tomara, pero el continuaba su juego, un par de veces dejó que la polla entrara en mi boca y la lamí con delectación, la noté muy caliente e imaginé el esfuerzo que estaría haciendo para no ensartarme… me estremecí de nuevo solo de pensar en ese momento. De pronto comenzó a manosear mis pechos, los amasaba fuertemente y me pellizcaba los pezones, enseguida noté como se endurecían y un intenso calor empezó a invadirme todo el cuerpo, el continuaba sin hablar. Lo tomé de los testículos, grandes y pesados, y me metí la polla casi hasta la garganta, se le escapó un gemido y yo seguí lamiendo su tronco de arriba abajo, me mordió los pezones y un pequeño grito escapó de mi boca. Aquello se convirtió en una batalla, los dos nos esforzábamos por darle placer al otro, pero un placer duro… casi violento…, yo me ahogaba, cada vez me faltaba más el aire y mi boca se abría en busca de aliento. Repentinamente se apartó de mí y se levantó

No te muevas – dijo –

Me quedé inmóvil sobre la cama, con las piernas entreabiertas y el pecho latiendo descompasadamente, me llevé las manos al coño y lo encontré chorreante, metí dos dedos en la ardiente cueva… y así me sorprendió "D", lo miré y vi que traía un teléfono portátil en la mano, me lo tendió

Llama a tu marido – ordenó.

Cerré los ojos, sabía lo que quería que hiciera y yo no deseaba hacerlo, me volvió a pasar la polla por los labios y preguntó

¿Lo quieres?-

Siiii…- respondí –

Marca el número –

Mecánicamente lo hice, sonó un par de veces antes de que mi marido, lo cogiera…oí su voz,

Dígame -

Hola - le contesté –

Veo que de vez en cuando te acuerdas de mí – su voz sonaba triste –

Levanté las caderas para ayudar a "D" que me estaba colocando un cojín en los riñones, mi coño estaba abierto y ofrecido a él, no pude evitar exhalar un gemido.

¿Qué te pasa? – preguntó mi marido.

Nada – respondí mientras sentía como las manos de mi dueño se apoderaban de mi sexo –

Él está ahí ¿verdad? –

Si – le dije casi sin voz –

¿Y te va a…? – no terminó la pregunta –

Si… – dije de nuevo mientras notaba como los dedos de mi amante invadían mis dos orificios –

Entonces voy a colgar – repuso –

¡¡¡Noooo!!! – grité – él quiere que estés ahí.

¿Y tú? – volvió a preguntar

También – respondí.

No contestó, sabía que estaba allí y no había colgado el teléfono, escuchaba su pesada respiración. Me sobresalté al oír la voz de mi amante

Cuéntale lo que te estoy haciendo –dijo.

Una ola de flujo escapó de mí, recordé cuando después del fin de semana en el Parador con "Q", asumí que el sexo convencional había acabado para mí, situaciones como la que estaba viviendo eran las que me volvían loca, tragué saliva y empecé a hablar

Estoy desnuda en una gran cama y "D" está jugando con sus dedos en el coño y el culo…me está preparando para follarme

¿Cuántas veces lo habéis hecho? – preguntó.

No ha parado en estos días…he perdido la cuenta de las veces que lo ha hecho … - contesté mientras sus dedos me hacían volar, notaba como un gran orgasmo se acercaba y mi jadeo era continuo –

¿Lo estás disfrutando?

Siiii… hace que me corra continuamente… - contesté mientras los dedos, a los que se había unido la lengua de mi amante, hacían estragos en mí.

Ahora fue la voz de "D" la que sonó

¿Qué quieres que te haga? – inquirió

Todo… -repuse –…dame todo el placer que puedas… haz que me corra como una perra…utiliza mi cuerpo como desees… soy tuya

Los labios de mi amante estaban destrozándome el clítoris y los dos dedos que mantenía en mi recto hacían que ardiera por dentro… mi orgasmo se acercaba a pasos agigantados

¡¡¡¡Aaaaaaahhhhhh!!!! – grité mientras mi cuerpo se retorcía y una incontenible ola de jugos salía violentamente de mi vientre –

¿Me has oído? – pregunté sin fuerzas dirigiéndome al teléfono que reposaba en la cama a mi lado.

Si – le oí decir – ¿la primera vez fuiste tan fácil?

No… –repuse sinceramente –…pero me doblegó…me trató como ningún hombre me había tratado en la cama…me hizo de todo y…me rendí…me hizo suya. La segunda vez fui yo quien lo busqué y me llevó hasta donde nadie me había llevado

Mientras yo hablaba "D" me tomó de la cintura y me colocó de rodillas en la cama, me puse el teléfono junto a la boca y apoyé la cabeza en el colchón, abriéndome para la polla que estaba a punto de empalarme, aun tuve fuerzas para decirle a mi marido

Ahora me va a follar, me ha colocado de rodillas en la cama y siento el calor de su polla que se acerca a mi coño… estoy deseando que me penetre…ya la siento… siento como el coño se abre para él….¡¡¡¡Siiiiii!!!! – grité cuando sentí como me perforaba la vagina –

En ese momento olvidé que mi marido estaba al otro lado del teléfono, sucumbí a las profundas acometidas de mi amante que entraba y salía de mí con un ritmo incansable. Perdí el control, si es que alguna vez lo había tenido, y me entregué a él, arrancó de mi gemidos, gritos, palabras soeces…solo era una hembra montada por su macho, ardía por dentro y por fuera, le pedía que no tuviera compasión de mí, que me follara sin contemplaciones, que era suya y que podía hacer conmigo lo que quisiera. "D" no cesaba en su empuje, yo, prácticamente, me había derrumbado en la cama, solo mi culo continuaba levantado para soportar las embestidas de mi hombre que seguía martilleándome, sería incapaz de decir cuantas veces me llevo al orgasmo, pero de mi coño manaban cantidades ingentes de flujo, llegó un momento que no tenía fuerzas para gemir, pero "D" me mantenía en tensión. Como siempre, usaba todos sus sentidos para conseguir que mi calentura no decreciera, jadeaba como una perra mientras él me machacaba física y mentalmente, sus palabras a mi oído me hacían vibrar de placer, el preguntaba y ordenaba y yo respondía y obedecía como una autómata; por unos segundos pensé en mi marido que, estaba segura, permanecía con el teléfono descolgado oyendo como otro hombre sometía a su mujer. Sus embestidas eran cada vez más rápidas y mi cuerpo era recorrido por olas de placer, mis fluidos vaginales manaban sin cesar de mi ardiente coño que se contraía con fuerza intentando exprimir al semental que me estaba llevando al éxtasis

Inúndame con tu semen… lléname de ti… - le suplicaba.

"D" no me contestaba, pero ahora eran sus manos las que amasaban mis nalgas mientras algunos de sus dedos comenzaban a horadar mi ano

¡¡¡¡AAAGGGGHHH ¡!!! – grité mientras un nuevo orgasmo me hacía retorcer –

¿Quieres más putita? – preguntó

Siiii… todo lo que quieras… soy tu puta… puedes hacer conmigo lo que desees… - respondí con voz ahogada –

Mis gemidos se convirtieron en un largo alarido de placer cuando su polla aceleró sus movimientos, noté como se hinchaba aún más en mi interior y supe que estaba a punto de venirse en mi interior. Todo mi cuerpo se tensó en espera de la descarga del macho que lo había dominado… en unos segundos su ardiente semen invadió mi vientre y este se abrió como una compuerta dejando escapar una increíble cantidad de flujo. Me derrumbé sollozando mientras mi ser temblaba. Estaba destrozada y sentía el peso de mi amante encima y su aún dura polla en mi interior. Mi cabeza estaba junto al teléfono y me pareció oír que alguien me hablaba, me había olvidado totalmente, mi marido seguía allí y pronunciaba mi nombre… acerqué mi boca al micro y le dije:

Te llamaré más tarde – colgué y cerré los ojos –

No se cuanto tiempo después, un agradable frescor en mi entrepierna me despertó, bajé la mirada y vi a Cristina que, desnuda, estaba afeitándome el pubis en el que ya empezaba a apuntar algún vello. Le sonreí y le di los buenos días, ella me devolvió la sonrisa y bromeó conmigo:

¿Y la noche no fue buena? –preguntó –

Las dos reímos de buena gana. Pronto noté que había terminado y comenzaba a untarme del mismo liquido que utilizó la primera vez que me afeitó, instintivamente abrí un poco las piernas y la miré a los ojos, ella me devolvió la mirada y se quedó como esperando algún gesto de mí… simplemente cerré los ojos. Al instante sus dedos abrían mi raja y comenzaban a jugar con mis labios vaginales, emití un leve gemido

¿Quieres que juegue con tu coñito? – preguntó con voz suave –

Siiii… -le respondí –

Pronto me volvió a demostrar sus conocimientos de anatomía femenina, sus dedos me arrancaban nuevas sensaciones, era otra forma de placer pero muy agradable, continué con los ojos cerrados mientras sus dedos y a continuación su lengua, conseguían que mis piernas se abrieran poco a poco y dejaran mi cueva, ya húmeda, a su disposición.

Perdí la noción del tiempo cuando repentinamente, noté que alguien se subía a la cama, al abrir los ojos vi a Tomás que tenía su erecta polla a escasos centímetros de mis labios, abrí la boca y atrapé el glande con mis dientes, en escasos segundos estaba ensalivando la parte de su miembro que me cabía en la boca, mientras sentía los labios, dientes y lengua de Cristina trabajándome sin cesar mi chorreante coño. Estaba como flotando en el aire, la polla de Tomás se endurecía y crecía dentro de mi cavidad bucal y mis caderas se levantaban buscando que la boca de Cristina se hundiera aún más en mi sexo. De repente una nueva persona se unió a la fiesta, Daniel, desnudo, se arrodilló junto a mí y comenzó a comerme, literalmente, las tetas… me ahogaba, el placer invadía mi cuerpo que se estremecía incontroladamente ante el tratamiento que estaba recibiendo, estaba siendo manoseada como nunca en mi vida, tres personas se habían apoderado de mi cuerpo y lo estaban usando a su antojo, me sentía en el séptimo cielo, gemía…suspiraba… me retorcía mientras todo mi ser asimilaba las sensaciones que me atravesaban de arriba abajo. Mi coño era un manantial del que no cesaban de manar los jugos que mi vientre producía ininterrumpidamente… de pronto noté como la boca de Cristina abandonaba mi sexo… abrí los ojos sobresaltada y vi a "D" entre mis piernas, su polla erecta estaba a escasos centímetros de la entrada de mi ardiente gruta… un chorro de flujo salió despedido de mí mojándole el vientre… me había corrido solo con mirarle, vi como sonreía y me tomaba de las piernas colocándolas sobre sus hombros, estaba a su disposición, era suya y ese pensamiento me hizo venirme de nuevo… no me dio tiempo a más, me atravesó con su polla y un grito de placer, ahogado por la polla de Tomás, escapó de mi pecho… fue el inicio de una situación alucinante, "D" me folló sin dejarme respirar, su polla se apoderaba de los más escondidos rincones de mi coño mientras su hijo me devoraba las tetas, Tomás me violaba la boca con su miembro y Cristina besaba y me comía todo el cuerpo. El tiempo se paró, no se cuanto tiempo estuve allí pero me volvieron loca, se corrieron en mi boca, mi ano, mi coño, mis tetas… fui el juguete de cuatro personas que arrancaron toda clase de sensaciones de mí mientras yo les pedía más y más… las palabras de "D" me mantenían en tensión, me calentaban aún más y hacían que mi vientre se licuara. Las tres pollas llenaron todos mis orificios y llegó un momento que no tenía fuerzas ni para quejarme, notaba el semen correr entre mis muslos como en un sueño…no se cuando perdí la consciencia

Cuando desperté estaba en la cama junto a Cristina que dormía profundamente, también se notaban en ella las huellas de la noche pasada, todo su cuerpo, como el mió, mostraba restos de semen y señales de la "batalla" amorosa. Me levanté y busqué un cuarto de baño, pronto lo encontré, pero no se veía a nadie en la casa, supuse que todos descansaban y me tomé mi tiempo para asearme, cuando terminé, parecía otra persona, me notaba de nuevo con fuerzas y, desnuda, me dediqué a curiosear por la mansión. Por todas partes se veían prendas de ropa tanto masculinas como femeninas pero ni rastro de persona alguna. Me pareció oír algo y me dirigí hacia un largo pasillo con habitaciones a ambos lados, casi todas estaban ocupadas por dos o mas personas dormidas y desnudas que parecían recuperarse de una batalla, allí estaban casi todas las mujeres y hombres que había visto la noche anterior pero no encontraba a "D", Tomás y Daniel. Seguí mirando y me pareció oír unos quejidos que salían de una habitación, abrí un poco la puerta y allí estaba "D" montando a Silvia, la rubia estaba arrodillada en la cama con los codos y cara apoyados en las sábanas, su culo se ofrecía a su macho y gemía quedamente mientras la polla de él entraba y salía con violencia de sus entrañas, no les podía ver la cara pero los movimientos y los sonidos que emitía Silvia denotaban su cansancio, me quedé como hipnotizada viendo como era follada. "D" la animaba azotándole las nalgas y hablándole

¿Te gusta sentir mi polla en tu culo? –

Siiii – le contestaba ella en un susurro.

¿Quieres que te siga follando? – insistía.

Siiii por favor…follame…no te detengas… -contestaba ella.

"D" mantenía un ritmo constante mientras que Silvia era una mera receptora, su cuerpo se había amoldado a los ataques de él y se limitaba a soportar sus acometidas, de nuevo me vino a la memoria la imagen de la yegua sometida y mi sexo comenzó a reaccionar, me llevé dos dedos a mi hendidura y la recorrí de arriba abajo, vi que ya estaba mojada

¿Dónde quieres me semen? –oí que le preguntaba él.

Quiero beberte – le respondió ella con voz quejumbrosa.

Se salió de ella y pude ver su polla brillante y erecta, Silvia se dio la vuelta y se tendió, "D" se arrodilló a su lado, sus testículos colgaban grandes y pesados, la rubia los tomo en sus manos y se metió el miembro en la boca, lamía sin descanso, de pronto, él se puso entre sus piernas y le hundió el pene de un golpe seco, Silvia exhaló un grito que pronto se convirtió en un lamento continuo mientras "D" la cabalgaba salvajemente, ella movía de un lado a otro la cabeza mientras la polla la horadaba…sin previo aviso se la sacó y un potente chorro de flujos salió a presión del dorado coño mientras un nuevo grito salía de su garganta. Cuando él le acercó la polla, la agarró como si le fuera la vida en ello, la sacudió mirándola fijamente y cuando notó que iba a explotar abrió la boca, en unos segundos dos tres descargas de semen la invadieron, la tomó entre sus labios y lamió hasta que los temblores de él cesaron… "D" se derrumbó a su lado exhausto

no se habían dado cuenta de mi presencia y cerré cuidadosamente la puerta, solo entonces me di cuenta que mis flujos corrían libremente por mis muslos

Me fui al jardín, seguía sin levantarse nadie, me dirigí a la piscina y me di un buen baño. Mi cabeza no descansaba mientras daba unas brazadas, no podía entender como había llegado hasta aquí, de ser una mujer normal había pasado a ser una obsesa sexual, lo que en un principio parecía que iba a ser una infidelidad se había convertido en una forma de vivir para mí. "Q" había abierto el camino y ahora "D" me estaba introduciendo en una nueva dimensión de sexo. Me salí de la piscina y me tendí en una tumbona mientras seguía divagando, era una mujer totalmente distinta, había perdido el pudor, adoraba que me sometieran, era promiscua, me gustaba que un hombre me despojara de cualquier sentimiento de autoestima y me hiciera sentir que le pertenecía y, sobre todo, no podía renunciar al momento en que una polla violaba las puertas de mi coño y se hundía en mi interior… me gustaba el sexo y sabía que no iba a renunciar a esta vida que comenzó en un Parador de provincias.

P.D. Creo que la prueba la pasé con nota, por supuesto mi estancia allí fue mas larga, pero creo que con estos tres capítulos he reflejado en que consistió aquella. De todas formas, si os sigue gustando, seguiré narrando más capítulos de mi vida.