El tercer maestro. Entregada.

Despues de Q... continúa el aprendizaje.

EL TERCER MAESTRO. ENTREGADA.

Lo tomé de la mano y le hice sentarse en una pequeña butaca que había en el dormitorio, estaba justo enfrente del espejo del armario. Me senté en una de sus rodillas y le cogí la polla, empecé a bajar y subir la mano desde la base hasta arriba, puse los labios junto a uno de sus oídos y comencé a hablarle

¿No te gustaría que te contara con detalle todo lo que me han hecho los jovencitos? – sentí como su polla se movía - ¿Quieres saber lo que les he dado? ¿Querrías enterarte de quién sedujo a quién? – su miembro crecía por segundos –

Me arrodillé y le chupé su miembro con delectación, lo sentía caliente y duro, creció hasta que no me cupo en la boca, lo saqué pero lo mantuve en mi mano y con la otra cogí el teléfono, me puse de espaldas a "D" y me abrí de piernas, guié la polla hasta la entrada del coño y lo coloqué rozando mis labios mayores. Marqué el número de mi casa de la playa, sonó una, dos, tres veces lo descolgaron, - Hola - era mi marido, en ese instante me dejé caer y me clavé en "D", un bufido salió de su garganta mientras yo gemía

Dígame – repitió.

Hola cariño – contesté mientras subía y bajaba por la polla de "D".

¿Qué tal estás, descansaste? – preguntó.

Regular, he tenido una noche muy ajetreada con "D" – el morbo que me inculcó "Q" me llevaba a ser tan "cabrona" -

¿Has decidido algo? – volvió a preguntar.

Me veía en el espejo con las piernas abiertas y empalada por esa polla que me hechizaba, la veía entrar y salir brillante de mis jugos, mientras mis tetas eran sobadas por "D"

Y tú, ¿lo has pensado?

No sé… ¿te fijaste como te miraba cuando estaba aquí? –

¿Celoso? – puse el portátil en altavoz y estiré los brazos hacia atrás tomando a "D" del cuello.

No digas tonterías, – dijo.

Y ¿te gustaría que sucediera algo? – pregunté mientras "D" me mordía un hombro.

Yo había incrementado el ritmo y mi lubricado coño subía y bajaba sin pausa por su duro tronco, veía en el espejo el brillo de mis abiertos muslos y los hilillos que ya escurrían por ellos, mientras, trataba de disimular mi jadeo.

¿Empiezas con tus juegos? - preguntó.

Te recuerdo que tú eres el de los juegos. –le contesté – y te repito ¿quieres que juegue con él?

"D" había entrado en el juego y su polla salía al encuentro de mi coño embistiéndolo con dureza, me mordí los labios para no gritar.

¿Tú tienes ganas de jugar con él?

O con otro, sabes que soy muy juguetona, ¿quieres que folle con él y luego te lo cuente? –

Tu sabrás, pero hasta ahora siempre he estado yo – su voz ahora era ronca, estaba caliente –

Sentí un poco de pena por él, creía que mis aventuras se limitaban a los tríos en los que él había estado presente. En ese instante "D" me clavó los dientes en el hombro mientras me llamaba puta, yo giraba las caderas para que me barrenara el coño, seguía conteniendo mis gemidos y sentía esa polla que me volvía loca, muy dentro de mí.

¿Querrías verme ensartada por "D"?- insistí - ¿Te gustaría que el padre de nuestra amiga me montara? ¿Quieres que me vaya con él de secretaria para todo? – le pregunté recalcando las últimas palabras.

Puedes hacer lo que quieras- me respondió, su voz seguía igual.

Voy a hacer lo que tú me digas – me arriesgué, las embestidas de "D" cada vez eran más fuertes y profundas, estaba a punto de correrme - ¿Quieres que vaya? –

¡¡¡Si, quiero que vayas!!! –gritó

Me mordí la mano para no gritar, me estaba corriendo, me estaba corriendo a chorros, me tensé como un arco mientras mojaba las piernas de "D" y el suelo, mi pecho subía y bajaba convulsivamente, mientras mi vientre se convertía en una hoguera, "D" continuaba pintoneándome el coño.

¿Aún sabiendo lo que puede pasar? – le presioné más, mientras me recuperaba de mi orgasmo –

Siiii -respondió arrastrando las palabras – se que algo puede pasar

Sentía el coño ardiendo, el morbo de la situación y la polla de "D" me tenían al borde del colapso, me veía reflejada en el espejo, totalmente abierta, sentía el miembro de mi amante muy arriba de mi vientre y el teléfono con mi marido al otro lado de la línea, junto a mí. Le quise arrastrar al límite

Pídeme que vaya con él –

No me hagas esto…- me rogó –

Pídemelo – repetí.

¡¡Ve con él!! –contestó con un gemido.

¿Quieres que me folle? –

"D" me martilleaba sus estocada eran potentes y profundas, mi sexo era un grifo, el morbo se había apoderado de los dos y mi marido, sin saberlo, era el catalizador de la reacción que se estaba produciendo entre nosotros.

No… - volvió a gemir –

Cuando te llamó ayer ya lo pensaste ¿verdad? te calienta que él me pueda llevar a la cama, ¿cierto? -

¡¡¡Si!!!- gritó con rabia – ¡lo pensé! y no se si quiero que alguien te folle, pero sabes que me pone a mil que otra persona te lleve a la cama. Si quiero que te vayas con él y siento curiosidad por saber que pasa, desde la primera vez que te compartí sabía que llegaría el momento en que lo harías sin mí, ocurra lo que ocurra nunca me escucharás un reproche.

Dime algo que me convenza – le dije – e iré.

Vete… – susurró – y haz lo que quieras

Ese fue el momento elegido por "D" para, con un último impulso, vaciarse en mi, me tapó la boca con la mano y ahogó el aullido de placer que salía de lo más profundo de mi cuerpo, me retorcí sobre su polla e intenté morderle la mano, pero me tenía bien sujeta sentía como me llenaba su ardiente lava y se mezclaba con los jugos que, sin cesar, manaban de mi vientre.

Me iré con él- le dije jadeando – y volveré contigo, no se como, pero volveré a tu lado - le mentí, volvería con él pero si sabía como lo haría, follada y tratada como una perra -

Llámame cuando puedas-dijo tristemente –

Lo haré todos los días, te quiero – me despedí y colgué.

Me quedé pensativa, estaba ensartada en un hombre que me acababa de follar y que estaba follandome desde la tarde anterior, había utilizado a mi marido para echar un polvo, y me despedía de él diciéndole que le quería. Y así era, quería a mi marido pero el sexo, el morbo, lo prohibido… eran irresistibles para mí. Me bajé de "D", una pequeña cascada de flujos y semen brotó de mi vagina, mojándome las piernas y cayendo al suelo. Me agaché y tome la polla de "D" la lamí hasta dejarla limpia, le besé su inquietante glande y, levantándome le dije

  • Soy tuya, llévame contigo, te seguiré a cualquier sitio.

Entré en el cuarto de baño, un gran espejo me mostró la imagen de una mujer sometida hasta el extremo, giré sobre mi misma y me examiné todo el cuerpo, me quedé sin palabras. Mientras "D" me follaba al tiempo que hablaba con mi marido, me veía reflejada en el espejo como una estampa de la lujuria, la visión de su polla entrando y saliendo del coño, mis abiertas piernas, mi cuerpo brillante de sudor, mi pelo desordenado sobre la cara descompuesta de placer por el "tratamiento" que me estaban dando, no me habían dejado observar mi verdadero estado, estaba literalmente destrozada, mis pechos estaban rojos y los pezones más grandes que nunca, espalda, axilas, estómago y vientre mostraban zonas rojizas supongo que producto de la violencia del acto, el monte de Venus, la cara interna de los muslos y los glúteos estaban manchados de semen seco y no tan seco… la batalla nocturna había sido cruenta y, el vencedor, haciendo uso de sus derechos, masacró el territorio conquistado. Me estremecí, el mero pensamiento de mi experiencia con "D" me volvía a poner caliente, me hacía desear de nuevo que me tomara y que me llevara a ese punto en el que solo existía el placer. Pensé que me estaba volviendo loca, intenté olvidarme por unos momentos de todo y me fui a la ducha, estuve mas de media hora, me dolía todo el cuerpo, pero sobre todo el culo, el agua caliente me entonó bastante y terminé con agua helada, salí aterida y me envolví en una gran toalla. Volví al dormitorio y allí me esperaba "D"

Me has vapuleado- le dije.

He hecho lo que tú deseabas que hiciera – contestó – además, las señales del placer te hacen más atractiva, tienes cara de viciosa.

Volví a mirarle la polla, la atracción que esta ejercía en mi era enfermiza, estaba en reposo y, aún así, impresionaba. ¡Dios mío! Me tenía en un estado de excitación permanente, deseaba que me arrancara la toalla, me arrojara a la cama y me follara de nuevo, apartando la mirada de su miembro le dije,

No puedo salir así a la calle, estoy molida –

Si, puedes hacerlo, ya lo verás. ¿Cuánto tiempo tenemos? – preguntó –

Hasta que tu digas basta - le contesté –

Hoy vamos a volver a la habitación donde te follé por primera vez, allí estaremos hasta que aguantes- repuso.

Entonces no saldremos de allí nunca… - contesté con un gemido – mientras sentía como un chorro de líquido bajaba por mis piernas.

Me voy a duchar, espérame desnuda y saca la ropa más sexy que tengas – dijo.

Saqué tres o cuatro vestidos, un par de faldas y las bragas y sujetadores más pequeños que tenía, supuse que le gustarían los tangas, pero no tenía, cada vez que compraba alguno era para uso exclusivo de "Q" y, siempre, se los quedaba como "trofeo", pensé que tenía que ampliar mi vestuario interior. El teléfono me sobresaltó

Diga- dije cogiéndolo.

Hola hermana – era mi hermana mayor.

Hola – contesté, puse el teléfono en altavoz y seguí haciendo cosas.

Me he enterado que te vas fuera –

Sí, el padre de mi amiga necesita una ayudante unos días y me ha ofrecido que me vaya con él –

¡Tienes una suerte increíble! Ya quisiera yo que me saliera algo así, estoy hasta las narices de niños y marido.

Mi hermana se había casado muy joven y se había cargado de niños rápidamente, era un poco mayor que yo y tenía problemillas con su pareja. Nos llevábamos muy bien y nos contábamos casi todo, de hecho, fue la que casi me sorprende con "A" (ver Historia de "Q". La secuela) y poco después de aquel episodio le conté parte de mi excitante doble vida.

¡Bueno! te dejo que van a venir a recogerme, ya te contaré cuando vuelva.

¿Todo? – preguntó pícaramente – ten cuidado, es un don Juan, cuando mira parece querer comerte, es inquietante.

De acuerdo –contesté riéndome- tendré cuidado y si no puedo tenerlo… te contaré "casi todo".

Nos despedimos y esperé desnuda a "D", salió secándose la cabeza con una toalla, nuevamente la vista se me fue a la polla, me explayé mirándola y viendo como se balanceaba con los movimientos de él. Sacó unos frascos de su pequeña maleta y me pidió que me tendiera, pensé que empezábamos otra vez, lo hice y, como ya era habitual, abrí las piernas, mi coño estaba húmedo y el lo notó pasó un dedo por mi hendidura, se lo llevó a los labios y lo lamió

Pequeña putita, estás mojada – dijo.

Me ruboricé como una cría, vi que destapaba uno de los frascos y comenzaba a untarlo por todo mi cuerpo, no era el mismo que había utilizado la noche anterior cuando me sodomizó, pero fue un bálsamo mi castigado cuerpo pareció resucitar con ese liquido, no olvidó ni un centímetro de mi cuerpo, me sentí relajada. Abrió la otra botella y nuevamente repitió la operación era un fluido más espeso y olía a menta, me sentí en la gloria y, sin darme cuenta, me quedé dormida.

"D" me despertó sacudiéndome de un brazo, abrí los ojos desconcertada y le vi, estaba vestido y tenía la pequeña maleta en una mano, en la otra llevaba una bolsa de viajes mía, supongo que con mi ropa, observé que las bragas que había elegido estaban encima de la cama, le interrogué con la mirada y me respondió

Te vas a comprar un vestuario nuevo, no quiero ropa interior usada –

No le contesté, asumí perfectamente que no era una sugerencia, él había decidido y no era necesario que diera mi opinión, aunque yo había pensado de parecida forma unos minutos antes. Me acercó una falda bastante cortita y de vuelo y una camisa que hacía bastante visibles mis oscuros pezones, por supuesto, nada de ropa interior.

-Vámonos – ordenó.

Cogí mi estuche de aseo y mis pinturas y salí detrás de él, entré en el salón y tomé una gafas de sol, las más grandes que tenía, quería cubrir lo mayor superficie posible de mi rostro. "D" me habló de nuevo

Bajaré yo primero, en cinco minutos estaré con el coche en la calle de atrás –

Asentí y salió, rogué porque no saliera mi vecina en ese momento, esperé un par de minutos y salí, llamé al ascensor rogando porque no me viera nadie, cuando llegó a mi planta me quedé un poco cortada, el portero venía en él, le di las buenas tardes y el me respondió, me dijo que tenía ojeras y mala cara y le contesté que había pasado una mala noche y sufría una reacción alérgica al sol, me dijo que estaba más guapa y muy morena, no apartaba los ojos de mis pechos y quise darle una alegría, hice un comentario sobre el calor y me abrí un botón de la camisa, me la ahuequé un poco como para dejar entrar el aire y dejé que contemplara casi la totalidad de mis tetas, no volvió a hablar hasta que llegamos a la planta baja. Me dejó pasar primero y, casi imperceptiblemente, me dio las gracias, yo le sonreí, le guiñé un ojo y corrí hacia la calle, el vuelo de mi falda seguro que le estaba dando una fantástica panorámica de mi trasero.

Salí y me fui a la calle trasera "D" me esperaba y subí descuidadamente al coche, me senté y observé como me miraba las piernas, la falda había quedado muy arriba y prácticamente solo me tapaba el coño. Sin saber por qué, volví a hablarle de usted

¿Te gusta que me exhiba? – le pregunté.

Me gusta que te comportes como una puta – respondió.

Seré lo que quieras que sea y como me ordenes me comportaré – contesté sumisamente.

Vi que paraba en una tienda de lencería, salió y me abrió la puerta,

Sal –me dijo – vamos a comprar algo.

Nooo… ve solo, compra lo que quieras - le contesté.

He dicho que bajes, entrarás conmigo y comprarás tu ropa interior, la más excitante que veas, ¿de acuerdo?

De acuerdo- respondí bajando la cabeza.

Entramos y había una chica joven atendiendo y una señora de mediana edad comprando, nos miraron al entrar, esperamos mientras la señora terminaba, pagó su compra y salió mirándonos de forma reprobadora, yo aparté la mirada. La chica nos preguntó que deseábamos y le contesté que bragas, tangas, sujetadores y medias, volvió a preguntar qué tipo de prendas prefería, miré a "D" que estaba pendiente de lo que yo decía,

De las más sugerentes que tenga – respondí con voz apagada.

Me di cuenta de la media sonrisa de ella. Mientras exponía en el mostrador las más espectaculares bragas medias y tangas que se pueda imaginar, yo imaginaba lo que ella estría pensando, la querida joven del señor mayor, la mantenida, me iba ruborizando por momentos y elegía las prendas sin mirarlas, de pronto oí que "D" decía

Ya está bien, traiga los sujetadores –

La chica trajo varias cajas y sacó tres o cuatro modelos, él le preguntó que si esa sería mi talla, ella me miró el pecho y contesto que creía que sí, yo no hablaba. De repente "D" me abrió la blusa y sopesando mis pechos volvió a preguntar que si estaba segura, yo miré al suelo, pero antes de bajar la mirada vi como ella también enrojecía. Contestó que sí, que era mi talla, él cogió tres o cuatro y pidió que los envolviera con el resto de la compra. Yo no había intentado cubrirme, observé como mis pezones estaban grandes y duros, "D" se acercó a mí y me abrochó la camisa, pagó y recogió la bolsa, me tomo del brazo y caminó conmigo hacia la calle. Mientras caminaba pensaba que sí, definitivamente era una puta, me había humillado y… me estaba corriendo, mis jugos fluían libremente de mi sexo y bajaban por mis muslos. Subimos al coche en silencio, era media tarde, un sentimiento total de entrega me embargaba y sin importarme que me vieran o no, recosté mi cabeza en sus piernas, abrí la cremallera, saqué su polla y me la metí en la boca, estuve mamándosela hasta que noté que el coche paraba, estábamos en su aparcamiento. Salimos y cargó con las bolsas, no se había guardado su miembro, yo iba a su lado y se lo apretaba de vez en cuando. Llegamos al ascensor y subimos a su piso, deseé que no estuviera su hijo, entramos, su polla estaba ya completamente erecta, soltó las bolsas y su maleta y me llevó a una de las habitaciones, descorrió una cortina y mis ojos se quisieron salir de las orbitas, esa pared era uno de los espejos de su dormitorio, y por esa parte era un cristal, había dos personas en la habitación, el hijo de "D" y una mujer de la que no calculaba su edad, en ese momento estaba sujeta a dos argollas camufladas en unos apliques de los espejos y tenía las piernas abiertas por una barra que estaba sujeta a sus dos tobillos, tenía el pelo largo y rubio, su pubis estaba cubierto de una espesa mata de vellos del mismo color y estaba siendo manoseada por todo el cuerpo, "D" apretó un botón de un mando y oímos las voces que se producían en el dormitorio, la mujer con el pelo tapándole la cara gemía y pedía que se la follara, el hijo de "D" no le daba cuartel, continuaba besando y acariciando pechos, vientre, muslos, coño… él estaba desnudo y su cuerpo brillaba por el sudor, observé que tenía una buena polla y estaba en completa erección, mientras seguía aplicando el castigo, me estremecí imaginando que sentiría con esa polla dentro de mí. El dejó de sobar ese cuerpo rendido y acercándose a ella le tomó el clítoris con dos dedos y comenzó a acariciarlo, fue impresionante, un chorro de liquido salió a presión de se rubio coño mientras ella se tensaba y lanzaba un estremecedor grito,

¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Su cabeza cayó hacia delante y quedó inmóvil, solo sus pechos se movían convulsivamente en los últimos estertores del orgasmo, su amante le levantó la cara y le mordió los labios, ella abrió la boca y dejo que él le metiera su lengua y la lamiera, al apartarse vi como una gota de sangre resbalaba por su mandíbula y caía en uno de sus pechos. Yo estaba paralizada desde que llegué, no me movía del sitio en que me coloqué al entrar y miraba la escena como hipnotizada, "D" se había sentado en una silla y también observaba. Me hizo una seña para que me acercara y me sentó en sus rodillas, me susurró al oído

Estás caliente, te hubieras cambiado por ella ¿verdad?...-

Siiiiiii, quiero que me follen, necesito que me llenen el coño

¡Empálate puta! - me ordenó –

Me levanté y me senté a horcajadas sobre él pero dándole la espalda, quería ver lo que pasaba en la habitación, le cogí la polla y la puse a la entrada del coño, solo tuve que bajar el culo y entró sin ninguna dificultad, emití un quejido cuando la tuve toda dentro, me abrió y me quitó la camisa y nos quedamos quietos mirando lo que pasaba al otro lado

La rubia había sido liberada de las argollas y también del artilugio que le mantenía las piernas abiertas, estaba de rodillas delante del joven y tenía su polla dentro de la boca, él intentaba meterla más, estuvo chupándola como tres o cuatro minutos después él la sacó, ella se levantó y se tendió en la gran cama, dejó el culo al borde y puso ambos pies en el suelo, abrió las piernas obscenamente, el contraste entre su vello rubio, la piel morena y el rojo de su abierto coño era excitante, "D" se removió dentro de mi y mi vientre se estremeció. Oímos como le preguntaba a la rubia,

¿Qué deseas? –

Tu polla dentro de mí - contestó ella.

Me excitaba esa sumisión, mi coño empezó a mojar la polla de "D" que respondió propinándome pequeñas embestidas, yo me retorcía, esa polla alcanzaba todos y cada uno de los rincones de mi sexo que no cesaba de enviar señales de placer a mi cerebro.

Las arremetidas de "D" fueron creciendo en intensidad, me hacía saltar sobre sus muslos, mis gritos arreciaban y se confundían con los que emitía la chica rubia en la otra habitación, me sentía la espectadora y, al mismo tiempo, la estrella de una misma película. Con los ojos entrecerrados veía que el hijo de "D" había colocado las piernas de su chica encima de los hombros y la follaba con fuerza, ella empujaba su pubis como queriendo incrustarse en él que, sin pausa, le martilleaba el coño. Podía oír los aullidos de placer de la rubia, estaba entregada a ese miembro que la estaba llevando al orgasmo. Simultáneamente, "D" no disminuía su ritmo, al contrario, cada vez sentía con más fuerza la fricción de su polla en mis paredes vaginales, me ardía el coño, oí como mis gritos se mezclaban con los de la rubia que ya, desmadejada, se dejaba follar por su amante, la miré a la cara y vi la imagen de la entrega total, tenia la boca abierta y de la comisura le resbalaban hilillos de saliva, los ojos los tenía fijos en su follador y ,aún, intentaba a veces salir al encuentro de la polla que la sometía. "D" no hablaba solo miraba y me follaba, - ¿tendré yo la misma cara que ella?- pensé, había perdido la cuenta de mis orgasmos, la silla, sus muslos, el suelo, todo estaba mojado, mientras yo seguía gozando y emitiendo fluidos continuamente. De repente me sobresaltó un fuerte grito, la rubia se había arqueado y movía la cabeza de un lado a otro violentamente, el hijo de "D", la había tomado de la cintura y la apretaba contra él, estaba descargando dentro de ella, sus sollozos y convulsiones así lo delataban, vi como él la soltaba y la rubia caía en la cama, la polla se salió y la miré, estaba brillante y erecta y aún palpitaba. En ese momento, sentí una profunda embestida y "D" me clavó su miembro en lo más profundo de mí ser, sentí hervir mi vientre y un largo gemido salió de mi garganta:

¡¡¡¡¡AAAAHHHHHHHHHHHHHHHHH!!!!!

Mis flujos salían a presión y me quemaban, notaba su polla muy dentro de mí e, instintivamente, los músculos de mi vagina se tensaron para impedir que se saliera. Mi corazón latía descompasadamente y mis pechos parecían reventar… nuevamente me había llevado a la cumbre del placer y mi cuerpo, rendido, se le entregaba.

Tras unos minutos abrí los ojos, la rubia lamía cuidadosamente la polla y los testículos de su amante que, tendido en la cama, se dejaba hacer. Me salí de "D" y me agaché delante de él e imitando a la rubia, lamí su miembro hasta dejarlo brillante, Seguí entre sus rodillas manteniendo la polla en mi boca, la notaba caliente y sentía sus pulsaciones cada vez más espaciadas, no me cansaba de chuparla. Oí voces y "D" hizo que me levantara, miré a la habitación, el hijo estaba lamiendo a la rubia por todo el cuerpo, ella se retorcía y, jadeante, le hablaba

Porrr faavooorrr, tengo que irmeeee, mi marido va a llegar a casa –

El no hablaba, solo actuaba, en ese momento le comía el coño y tenía una mano debajo de su culo, debía tener uno o más dedos dentro de ella que, ya, se movía descontroladamente. Se oyó la voz de él

¿Quieres que lo deje? –

Mmmmmmm – gimió ella.

¿Te dejo ir? – preguntó.

Noooo… - suplicó ella – Haz que me corraaaaa….

Lo harás cuando yo te diga – dijo, poniéndose de rodillas a su lado.

Ahora si se veía claramente que le tenía dos dedos metidos en el culo, ella levantaba el pubis y tenía el coño mojadísimo y totalmente expuesto. Súbitamente él comenzó a frotar su abierto sexo con toda la mano, los gemidos de la rubia surgían incontenibles mientras él incrementaba el ritmo

¡¡¡Ahora…córrete!!!-le gritó.

Puso su mano cubriéndole el coño y la retiró inmediatamente, ella botó literalmente sobre la cama, aulló desesperadamente y dos o tres chorros de flujo salieron violentamente de su interior, fue espectacular, era la segunda vez que la veía correrse de esta forma e impresionaba. Quedó rendida sobre la cama. "D" me miraba y tenía su mano sobre mi sexo, miré hacia abajo y la vi chorreante de mis jugos, no la había movido, se limitó a ponerla y recoger el flujo que manaba de mí, la sesión de la rubia y el hijo de "D" me habían excitado sobremanera. Nunca pensé que ver a dos personas follando me calentaría tanto. Volví a mirar a la habitación y el hijo ya estaba solo, seguía desnudo y su pene mantenía un buen tamaño, permanecía de pié junto a la cama. "D" me cogió en sus brazos, lo abracé por el cuello y puse mi cara sobre su hombro, sabía lo que venía

¿Estás lista? – preguntó.

Siiii – contesté arrastrando la voz.

¿Lo deseas? – volvió a preguntar.

Os quiero a los dos dentro de mí – musité, mientras notaba que un nuevo acceso de flujo me mojaba muslos y piernas.

(CONTINUARÁ)