El tendero
Toda la vida detrás del tendero...
Todo comenzó un viernes por la noche, serían las 21.00h, cuando dije a mis amigos que no salía, pues tenía que estudiar al día siguiente.
Entonces fue cuando mi madre me dijo que fuese a la tienda que tenemos cerca de casa a por unas cuantas cosas.
Esa tienda es regentada por una chica y un chico de 24 años (yo tengo 19), el cual me conoce de lo asiduo que soy, pues me encanta verlo. Es así muy guapo, guapísimo, con un cuerpo de gimnasio pero sin pasarse, con todo marcado.
Ese día además iba con unos pantalones rojos de lino que le quedaban genial y con una camiseta que le marcaba todo.
Cuando llegué me echó un vistazo de arriba abajo, me saludó y me preguntó que qué quería.
Cuando me lo dio todo me preguntó:
-¿Vas a salir esta noche?
No le respondí yo- es que quiero un plan tranquilito porque mañana tengo que madrugar y mis amigos se han ido, así que me quedaré en casa por hoy.
Se quedó un rato pensando y me dijo:
-¿Porqué no te vienes a mi casa y vemos una peli?, que ya que estoy solo no importa que venga nadie.
Me quedé pensando, pero al final accedí.
Él vivía en un chalet cercano al mío, por lo que no tenía pérdida. Cuando llegué a su casa, me abrió tal y como lo había visto antes, con los pantalones rojos y la camiseta.
Me invitó a cenar y luego me puso la película y nos sentamos en su sillón.
Por cada minuto que pasaba, yo le miraba más y más y me ponía cada vez más caliente.
A mitad de la película, cuando pensaba que nada bueno iba a ocurrir, veo como pone los pies en el sofá y me toca. Al principio había parecido un descuido, pero a medida que pasaban los segundos, veía como me tocaba más y más, hasta que noté como una de sus manos me tocaba la pierna...
Yo estaba excitadísimo, por lo que empecé a tocarle yo también. Tenía un cuerpo durísimo, de tanto gimnasio, y eso me excitaba más.
Cuando estábamos así nos miramos y nos fundimos en un largo beso, yo era el hombre más feliz del mundo, pues llevaba detrás de este chico como un año, y ahora lo tenía besándome...
Fue entonces cuando comenzó a quitarme la camiseta, lo mismo que hice yo con él, y cuando vi su cuerpo... me quedé boquiabierto, era perfecto, como en mis sueños...
Le tumbé en el sillón y me puse encima y comencé a lamerle todo lo que veía, sus pezones, sus axilas, sus abdominales, todo, me quedé como cinco minutos así, hasta que comencé a bajar y me topé con el preciado tesoro. Le medía más de 20cm seguro, pues me pareció descomunal y preciosa. Comencé a chupársela y oí como gemía, y eso me excitaba más.
Me colocó las piernas por encima y yo seguí chupando, sin poder parar...
Entonces fue cuando me dio la vuelta y se puso de rodillas y empezó a lamerme por detrás, lenta pero gustosamente.
Se tiró así otros cinco minutos y paró, me quede extrañado y pero no podía ver lo que hacía porque con sus rodillas me mantenía de espalda, pero cuando menos lo esperaba me penetró, y lo sentí tan dentro de mi que no paraba de gritar, estaba mucho más excitado que antes, aquello era genial..
Estuvimos así un buen rato hasta que la saco y note su calor en mi espalda. Luego me dijo que me quedase a dormir en su casa que ya que estaba solo... accedí sin ningún problema y estuvimos dando vueltas toda la noche en su cama. Fue una gran noche.
A partir de entonces lo repetimos casi todos los fines de semana, que gustazo...