El temor a perderlo todo V

*No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora- subió el vidrio y arranco el auto, yo me quede llorando de rodillas en la acera con el corazón y el a

PARTE CINCO

L

a historia segun Fernanda

Salí de la casa de Luciana  como alma que lleva el diablo, maneje como loca sin saber a dónde ir, cuando vi el camión de frente que venía de la mano contraria, desperté de esa locura en la que estaba sumida, como pude lo esquive y salí de la ruta, pare el auto y me puse a llorar sin consuelo, no podía seguir huyendo, llevaba 10 años haciéndolo, escondiéndome de mi destino y por fin me había encontrado.

Crecí en un barrio muy humilde, jamás conocí a mi padre y mi madre nunca supo decirme quien era, fui fruto de uno de los tantos hombres que pasaron por su vida .  Ella trabajaba por horas y estaba todo el día fuera, mientras era pequeña  me cuidaban los Sres. Gutiérrez unos vecinos mayores  que sentían pena por mí, ellos me  esperaban con la merienda cuando salía del colegio y era el único momento agradable de mi día.  Mi madre muchas veces llegaba borracha, se tiraba en la cama y no se acordaba que yo estaba ahí. Fui creciendo en ese ambiente y me hice dura, jure que jamás seria como mi madre, que no tendría hijos, para que no sufrieran lo que yo padecía.  Pero el destino me jugó una mala pasada.  Cuando cumplí los 17 años, ya era una niña muy bonita pero sumamente hosca, arisca, no tenía amigos y para colmo ya me había dado cuenta que me gustaban las mujeres, todo eso hacía de mi una ermitaña, pero nunca faltaba al colegio, era muy inteligente y siempre me becaban para que pudiera seguir estudiando, sabía que estudiar era lo único que me haría salir de la mugre en la que vivía, pero la situación empeoro cuando mi madre trajo a casa a uno de sus tantos novios, era un vago que se quedaba en la casa durmiendo mientras mi madre iba a trabajar, y por las noches solo escuchaba los jadeos de mi madre, parece que la tenia bien atendida en ese aspecto.

Pero Miguel, así se llamaba pronto empezó  a perseguirme, me manoseaba siempre que podía, yo trataba de pasar el menor tiempo posible en casa y deambulaba por ahí hasta que llegaba mi madre. Lamentablemente mis vecinos habían fallecido así que me la pasaba en la calle, a veces conseguía algunos trabajitos  para repartir volantes, vender cosas, en fin lo que se presentara, como mi madre no lo sabía, ese dinero lo guardaba, ya tenía decidido que cuando cumpliera los 18 años me largaría.  Una tarde salí del colegio porque me sentía pésimo, algo que comí en la calle me había caído muy mal y no paraba de vomitar. Llegue a mi casa y me acosté en mi cama, pronto me quede dormida, desperté con el inmundo de Miguel arriba mío, estaba tratando de violarme, trate con todas mis fuerzas de  empujarlo pero me golpeo tan fuerte que me desvanecí, cuando desperté el ya había terminado, su semen  y mi sangre chorreaba por mis piernas, así perdí mi virginidad y lo poco de inocencia que quedaba en mi. En ese momento llego mi madre, obviamente él le dijo que yo lo provocaba, que hacia días que lo venia buscando y ella le creyó, mi madre empezó a golpearme, pero yo me defendí, la empuje y la tire al suelo, esta enloquecida, junte las pocas cosas que tenía en mi mochila, agarre el poco dinero que había juntado  y me fui, nunca mas volví a ver a mi madre.

Busque la pensión mas barata que encontré, era una mugre, pero era mejor que la calle, busque trabajo de lo que fuera, no volví al colegio, no quería que mi madre me encontrara. Al poco tiempo, empecé a sentirme mal por las mañanas, vomitaba y me sentía cansada todo el tiempo. Trabajaba de limpieza en un restaurant, pero la comida me daba asco y vomitaba a cada rato, una compañera que era bastante buena conmigo, me pregunto si no estaba embarazada, fui al médico y me lo confirmo. La verdad es que  trate de abortarlo, pedí un adelanto en el trabajo pero cuando llegue a la puerta del  supuesto medico, no pude hacerlo, comencé a llorar y me fui.

Sentada en mi BMW nuevo,  pasaron por  mi mente todos esos  días, en los que me moría de frio en la pensión porque no tenía una estufa que me calentara, la cucaracha más pequeña era como el personaje de La Metamorfosis de Kafka, lo único bueno era que comía en el restaurant, pero el sueldo era pequeño y apenas me alcanzaba para pagar mi cucha.

Pasaron los meses y mi panza iba creciendo, cuando los dueños se enteraron que estaba embarazada me despidieron, toda la ilusión que podía haber tenido de quedarme con el bebe murió en ese momento, que vida podría darle? Comencé a vivir de la caridad, vendía cosas en el transporte público y la gente como veía mi panza de embarazada se compadecía de mi y vendía bastante, por las tardes iba a mi antiguo trabajo y Mary la compañera que tan bien se había portado conmigo, me regalaba comida, los días que ella tenía franco, pues no comía,  así sobreviví hasta los 7 meses

Una tarde camino a casa  sentí fuertes dolores, fui al hospital, ya tenía contracciones, el parto se había adelantado, seguramente por los esfuerzos que hacía. Tuve el bebe por parto normal, un hermoso niño, con el mismo color de piel que yo y el cabello oscuro. Lo pusieron en mi pecho y comencé a llorar como nunca había llorado en toda mi vida, no quería dejarlo, pensé que sería posible salir adelante, le puse de nombre Valentín.

Pero al otro día la cruel realidad cayó sobre mí, deje el hospital, fui a la pensión, cuando me vieron con el niño no me querían dejar pasar, no quería problemas con otros habitantes, No niños No animales, como si fueran la misma cosa!!!!   A duras penas pude sacar mis cosas y me echaron a la calle, pase 1 día deambulando y pidiendo, casi no tenia leche para amamantar al bebe que lloraba de hambre y  yo estaba famélica, hasta que cuando anochecía vi una iglesia, desesperada toque y un cura me abrió,  le pedí comida, y le dije que no quería a mi bebe.  Trato de convencerme, me prometió ayuda, pero  la decisión ya estaba tomada, no podía hacerle eso al niño,  quería que tuviera un futuro mejor que el mío, le pedí a Dios que le diera unos padres amorosos y que pudieran criarlo como yo no podría,  con el alma y el cuerpo desgarrados lo bese y abrace por última vez y me fui.

Anduve por las calles un tiempo, buscando comida en los tachos de basura de los restaurantes de lujo, a los que ahora suelo ir a comer y me tratan como una reina, en esa época era una salvaje, lo poco humano y decente que había en mi lo perdí cuando deje a mi hijo en esa iglesia. Después de días de buscar trabajo inútilmente, trague mi orgullo y   volví al mismo restaurante a pedir trabajo, cuando me preguntaron por el niño, les dije que había fallecido al nacer, volvieron a tomarme y por primera vez  el destino  jugo a mi favor, 2 de las camareras habían faltado y me pidieron que las cubriera, allí conocí al Arquitecto  Alfredo Uribe, un hombre muy poderos, con numerosos negocios en la ciudad. Era mucho más grande que yo, tenía 65 años y yo apenas había cumplido los 18, quedo prendado de mi en cuanto me vio, empezó a perseguirme pero de una manera amable y galante, era todo un caballero, yo lo evitaba de todas las formas, no quería involucrarme con nadie y menos con un hombre, pero con el tiempo  su paciencia fue venciendo mi resistencia y acepte  al menos ser su amiga, le conté que era lesbiana, y que no podía   de ninguna manera tener una relación con él.  Alfredo fue muy comprensivo y verdaderamente me había tomado cariño y yo a él, era una de las pocas personas por las que sentí genuino cariño en mi vida. Me propuso trabajar para él, ser su asistente, estaba cansado de los obsecuentes que le decían que si a todo y se orinaban encima con un grito suyo, basta decir que a mi corta edad  pero con todo lo que me había pasado, yo no  me amilanaba ante nada ni nadie.

Empecé a trabajar en su empresa a medio tiempo, mientras terminaba de dar las materias que me quedaban del secundario, cuando me recibí, el me alentó a estudiar administración de empresas, para esa altura, nuestra relación era de padre e hija, aunque sus verdaderos hijos me detestaban, veían en  mi a una trepadora, pero ellos se ocupaban de despilfarrar el dinero de su padre en fiestas y viajes, mientras yo estudiaba y trabajaba como loca. Don Alfredo me pulió, de una tosca piedra saco una gran esmeralda, yo siempre había sido buena estudiante y muy inteligente, pero él me enseño modales, reglas de cortesía, como comportarme en todos los ámbitos, es decir hizo de mi la mujer que soy ahora

Sin embargo no pudo quitarme la  coraza que había construido a mi alrededor, solo por el sentia verdadero cariño y así todo me costaba mucho demostrarlo, jamás le conté que fue lo que me había pasado, no pensaba en el bebe que había tenido, pero por las noches, me despertaba llorando e inevitablemente todo volvía a mí. Con mucho esfuerzo logre borrar de mi memoria esa parte de mi vida, decidí esconderla como si nunca hubiera pasado y estaba segura de haberlo logrado, que ilusa fui.

Conocí a una compañera de Universidad que me gustaba y tuve relaciones por primera vez, ya que no contaba mi experiencia pasada como una relación sexual. Ana siempre quiso algo mas, pero yo solo buscaba sexo, de a poco empecé a conocer más chicas, salía de vez  en cuando y solo tenía sexo, nunca le mentí a nadie, lo dejaba claro desde el primer momento.

Paso el tiempo, a mis 26 años, yo era la mano derecha de Alfredo, tenía mi propio auto y departamento, obvio que él me ayudo pero trabajaba muy duro. Un día me invito a comer a su casa, era algo habitual, así que no me pareció raro, me conto que tenia cáncer, que le quedaban pocos meses de vida y que sabía que sus hijos me odiaban y me dejarían sin nada, así que me propuso casamiento, yo me negué, pero termino convenciéndome, así me transforme en Fernanda Uribe , viví con él los últimos 3 meses de su vida, cuidándolo como sus hijos no hicieron. Cuando murió perdí al único amigo y la única persona que de verdad se preocupo por mí. Me había heredado el estudio de arquitectura (no era su negocio más importante pero si la luz de sus ojos, con el había empezado todo) y las acciones de un estudio que pensaba adquirir, también me dejo una gran cantidad de dinero como para que nunca me faltara nada, obvio que sus hijos protestaron pero era todo perfectamente legal y no pudieron hacer nada, además lo que me heredo a mí, era nada a comparación de lo que ellos recibieron. Nunca mas volví a verlos.

Otra ves volvía a estar completamente sola, mi vida solo era el trabajo y mantener el estudio que había heredado, aunque no era  arquitecta Alfredo me había enseñado todo sobre el negocio, así que pude salir adelante y seguí con sus planes de expansión, después de casi 2 años, pude adquirir el estudio Costa Aguirre y allí fue donde el destino me volvió a alcanzar.

Cuando el primer día que me presente en el estudio, me avisaron que la Sra. Luciana  Etcheverry se había retirado porque su hijo se había lastimado en el colegio, pero que no era nada grave, me enfurecí, era mejor demostrar desde un principio  que no toleraría inasistencias tontas, no me permitía mostrarme vulnerable ante mis empleados, mejor dicho ante nadie, así que  cuando al otro día vino a mi oficina  e intento disculparse le hice pasar un mal rato, la trate fríamente pero ella tenia carácter y se enfrento a mí, eso me hizo fijarme en ella, ya que ni la había mirado, a través de mis lentes negros pude observarla sin que se diera cuenta.  Era muy bonita, tenía el pelo castaño muy claro, casi rubio, ojos marrones , que se ponían  color miel  cuando se enfadaba, además se notaba que tenía un muy buen cuerpo. En ese momento no le preste mas atención, estaba enfadada y muy ocupada así que no pensé en ella, más que el tiempo que estuvo en mi oficina.

Pasaron los días y no volví a cruzármela, sin embargo sentia que sus compañeros hablaban de ella con cariño, y  mi curiosidad se despertó.  Cuando Omar Cifuentes, un cliente muy importante y viejo amigo de Alfredo mi difunto esposo, llamo para felicitarte por el trabajo que estaba haciendo el bombón de mi empleada, esas fueron sus palabras, además sin ningún pudor me conto que infructuosamente había intentado ligársela pero no había tenido suerte. En ese momento me reproche el no haberle prestado mas atencion, si recordaba que era bonita pero nada más. Le pedí a mi secretaria que en cuanto Luciana estuviera por la oficina, me viera.

Finalmente un viernes apareció, la llame con la excusa de felicitarla por su trabajo y así limar asperezas,  cuando la vi note que de verdad era muy bonita, pero me extraño que al entrar a mi oficina se puso muy pálida, me miraba como si yo fuera el diablo, no sé porque eso me molesto, era la primera vez que quería ser agradable con una empleada y me veía como el anticristo.  Estaba como distraída, incluso tuve que acercarme a ella y ayudarla a sentarse porque estaba mareada, cuando la toque sentí algo extraño, pero en cuanto pudo se fue dejándome con la palabra en la boca, eso me puso frenética, además tenía un hijo, seguro era casada, así que mejor sacarla de mi mente y listo.

No sé porque me quede intranquila, y muy molesta por su actitud, así que salí a buscarla para regañarla pero no estaba en su escritorio, pregunte por ella y me dijeron que había ido al baño, la fui a buscar, no sé que me pasaba pero necesitaba verla, hablar con ella, aunque fuera discutiendo, cuando llegue al baño la encontré desmayada, empecé a gritar pidiendo ayuda, ella no reaccionaba y mi corazón estaba aterrado, la zamarreé, y empezó  a reaccionar, le acaricie el rostro y acomode su cabello, ella me miraba todavía en shock,  yo solo sentia que tenía que protegerla y ayudarla, nada más me importaba en ese momento.

La llevaron a mi oficina, vino el médico a revisarla, gracias a Dios no tenía nada serio, solo le había bajado la presión, y no pude evitar alegrarme  cuando me entere que era viuda. En una actitud totalmente desconocida para mí,   me ofrecí a cuidarla, no sabía que me pasaba con ella, me volvía loca cuando la tenía cerca, sentia cosas que nunca había sentido, me inspiraba ternura, nunca fui una persona dulce o tierna con nadie, ni siquiera con Alfredo, aunque lo quería mucho, siempre fui distante,  pensé que  esos sentimientos no estaban dentro de mí, pero con ella todo era diferente, solo podía pensar en mimarla y consentirla, pero en esta ocasión la que se mostraba reacia y distante era ella, su rechazo ante mi proposición fue brutal, me sentí tan lastimada y vulnerable, hacía años que no me sentia así, sin embargo en su mirada veía algo, sabía que yo no le era indiferente, pero no podía descifrar lo que me ocultaban sus ojos.

Me acerque despacio a ella, era un imán, y yo la fría y distante Fernanda Uribe no podía resistir la fuerza de esa mujer, acaricie su mejilla y acerque despacio mis labios a su boca, ella no se movió un milímetro, eso me dio la confianza que me faltaba pero cuando estaba por besarla  llego su amiga, una tal Andrea que venía a buscarla.  Los celos me atenazaban las entrañas,  no fui muy amable con su amiga, pero conociendo mi carácter hubiera sido raro que la tratara con amabilidad, ella iba a ocuparse de Luciana, yo solo podía dejarla ir

Al día siguiente la llame varias veces por teléfono a su celular y a su casa y no me contestaba nadie,  me moría de celos por pensar que estaba con su amiga, pero también me preocupaba que le hubiera ocurrido algo, hasta que finalmente me contesto el teléfono, lo más fresca me dijo que se había quedado a dormir con una amiga, no pude contenerme y con los celos a flor de piel le pregunte si esa amiga era la tal Andrea, como siempre me enfrento, molesta por mi pregunta y me despidió rápidamente.  Estaba furiosa, nadie me había tratado así, yo era la que estaba acostumbrada a manejar mis relaciones, pero con ella todo era tan diferente que me descolocaba.

Al día siguiente,  no podía aguantar las ganas de verla,  un impulso masoquista me llevo hacia su casa,  necesitaba sacarme la duda, saber si le era indiferente, porque  me trataba tan despectivamente.  Había indagado sobre ella con disimulo y todos la adoraban, era buena persona, buena compañera, muy dulce en el trato, pues conmigo era todo lo contrario, con ella se había invertido los roles en mi vida, la fría y distante era ella, y yo solo buscaba la calidez de sus ojos y su sonrisa, que estaba vedada para mí, pero que tan fácilmente prodigaba a los demás.

No estaba en su casa, decidí esperar un rato en el auto, luego de media hora, apareció, bajo de su automóvil riendo con su hijo,  la escena me hizo estremecer, se los veía felices juntos,  pensé en mi bebe, pero instantáneamente borre ese recuerdo de mi mente.

Cuando me vio su cara se transformo,  me miraba con miedo, tratando de poner la mayor distancia posible, pero también podía ver en sus ojos que no le era indiferente y eso me animaba a seguir.  Bromee  con el nene para evitar la mirada fría de Luciana, era muy bello, no se parecía en nada a ella, seguro debía parecerse al papa. Nico fue mi cómplice ya que me invito a cenar en su casa, me divertí viendo como Luciana trataba de zafar la situación pero no se lo permití.   Jugué bastante rato con el niño a la Play Station, en mi vida había jugado, así que basta decir que era un autentico desastre y Nico se divertía a mis expensas, notaba la mirada de ella puesta en mi y evitaba mirarla, me sentia tan cómoda, tan relajada tirada en el sillón jugando con él , no miento si digo que era la primera vez que estaba en esa situación,  y estaba verdaderamente feliz, solo podía imaginarme  que sentiría si esa escena fuera parte de mi vida cotidiana, si Luciana fuera mi  pareja  y Nico  nuestro hijo, y por primera vez pudiera sentir lo que era pertenecer a una familia, un estremecimiento me sacudió el cuerpo, no podía hacerme ilusiones, esa tarde solo era una ilusión, algo que vislumbraba inalcanzable en mi vida.

Jugamos a no mirarnos en toda la cena, pero ambas éramos muy conscientes una  de la otra, cuando la tensión era casi insoportable, Luciana se llevo a Nico  a dormir, cuando el nene se despidió de mi, se lanzo a mi cuello y me abrazo, me sorprendió totalmente, sentí algo que no puedo explicar como un chispazo dentro de mí, como si mi sangre tuviera burbujas, lo atribuí a que nunca  un niño me había abrazado, es mas no estaba acostumbrada a las demostraciones de afecto, y menos a darlas, pero por lo visto con Luciana y su hijo mi mundo se ponía del revés.

Mientras me quede sola en la sala aproveche para buscar fotografías de su marido, para conocer cómo era la persona de la que se había enamorado,  pero no encontré ninguna.  Cuando Luciana volvió,  el aire se cortaba con un cuchillo y la enfrente, le confesé que me gustaba y  la rete a que me dijera que le pasaba conmigo, porque me miraba con miedo y con deseo, obviamente ella me lo negó y redoblo la apuesta  tratándome de soberbia, creída , fría y que además no le gustaban las mujeres, no pude soportarlo más y la bese, al principio no tuve respuesta y mi corazón casi deja de latir, pero cuando mordí su labio, abrí la compuerta , ella comenzó a responder a mis besos, y me abrazaba tan fuerte que no me dejaba respirar, la tentación era muy grande, ya estábamos llegando al punto en donde no habría retorno pero yo estaba furiosa por cómo me había tratado, así que haciendo un enorme esfuerzo me aleje de ella, le sugerí que se diera una ducha fría y me fui.  Ahora ya sabía que  ella sentia algo por mí, sabiéndome vencedora de ese round me fui sonriendo,  si hubiera visto la sonrisa en mi cara, me hubiera odiado aun mas, pero esa noche por primera vez en muchos años dormí con una sonrisa en los labios

Pasaron los días y no volví a llamarla pero le pedí a Stella mi secretaria que lo hiciera por mí, me moría de ganas por hablar con ella, pero preferí  darle espacio para aclarar lo que sentia, mientras estuvo esa semana descansando, decidí tomar dos asistentes ya que comenzaríamos un proyecto muy importante. Una de ellas, Paula era muy bonita, así que decidí que la pondría a trabajar como asistente de José, quería mantenerla alejada de Luciana.

Llego el día en que Luciana volvió, trate de evitarla y cuando hablamos fue solo por trabajo. Pronto me di cuenta que no tenía que preocuparme por Paula, cada vez era más evidente que no se había fijado en Luciana, me perseguía por todas partes, al principio ni la note pero después decidí seguirle un poco el juego para ver si Luciana se ponía celosa, pasaban los días y no demostraba nada.  Un día cuando estaba saliendo de mi oficina, me llamo un viejo amigo de mi marido que tenía un estudio  de arquitectura  muy importante, para avisarme que una empleada mía,  había tenido una entrevista de trabajo, que le parecía un elemento estupendo, pero que por lealtad  a Alfredo, creía correcto avisarme.   Era ella, furiosa abrí la puerta de mi despacho y la llame, era tanta la rabia que tenia, no podía explicarme porque huía de mi, era obvio que yo le atraía, que le pasaban cosas conmigo, pero no sé porque cada vez que me miraba percibía miedo en sus ojos, siempre estaba a la defensiva, eso me dolía y mucho.

Encare la situación de frente, y ella no solo no lo negó, sino que además  hasta se reía de ello,  le pregunte si era por el beso que nos habíamos  dado  y ella le resto importancia, me dijo que necesitaba cambiar, que necesitaba retos más  importantes, pero por primera vez cometió un error, cuando le dije que nunca iba a volver a besarla, me hecho en cara que ahora tenía a Paulita para eso, note los celos en su rostro, fue solo un momento de debilidad y se recupero rápidamente, pero volvía a demostrarme que sentia algo por mí. Negociamos los términos para que continuara trabajando y una de sus condiciones era que no volviera  acercarme a ella, le dije que eso no solo dependía de mi, parecía que había olvidado que ella también había correspondido a mis labios, pero me dijo que si era por ella nunca volvería a pasar, me dolía hasta el alma que me tratara así, y para no mostrarme más vulnerable aun, la deje ir.

No podía entender como la situación me afectaba tanto, prácticamente pasaba las noches sin dormir, y cuando lo hacía no podía descansar, estaba agotada , trataba de ser objetiva, pensaba que era imposible que me hubiera enamorado de ella, si apenas la conocía, ni siquiera era agradable conmigo y me huía, pero todos los argumentos se caían por si solos ante el peso de la verdad, la amaba, era  la primer persona a la que en verdad había amado,  no era la segunda en realidad, no sé porque la imagen de mi bebe  se me aparecía cada vez más seguido, había pasado años sin pensarlo, y ahora  no había noche en la que no recordara en mis labios la sensación de su mejilla fría la noche en que lo deje y rezaba para que alguien le hubiera podido dar todo el calor que yo no pude.

Ese viernes  sonó el despertador y no pude levantarme me sentia muy mal,  así que avise que llegaría mas tarde, me tome un analgésico y al mediodía casi arrastrándome llegue a la oficina. Como siempre Paula vino  detrás mío pero ese día no tenía ganas de soportar a nadie, así que le dije que evitara molestarme excepto  por una urgencia. Cuando se hicieron las 6 de la tarde, estaba destrozada, me dolía todo el cuerpo y tenía mucha fiebre, así que como pude  llegue  hasta el sillón y me desplome, no podía dar un paso más. Al rato  sentí que me sacudían y su voz que me llamaba, no, no podía ser ella, se notaba preocupación en su voz, cuando puede enfocar bien los ojos, la vi, el corazón se me salió del pecho por el alivio, sentia su mirada cálida sobre mí, y le pedí por favor que no me dejara.

Sentí su mano acariciando mi mejilla y acomodando mi pelo,  y mis ojos se llenaron de lagrimas, pero no tenía fuerzas ni para llorar.  Ayudada por la gente de seguridad me llevo a una clínica donde me revisaron y me diagnosticaron una fuerte gripe, pero yo sabía que era otra cosa, mi mente y mi cuerpo ya no podían mas con la presión, estaba agotada,  durante muchos años, toda mi vida, no me permití sentir, pero ella  abrió la puerta y todos los sentimientos, buenos y malos que creía dormidos volvieron a mí, y se clavaban en mi piel como agujas.

Cuando desperté habíamos llegado a su casa, como pudo me ayudo a subir a su habitación, me dio una camisa para que me cambiara y me dejo sola, pero no tenía fuerzas ni para eso, ella tuvo que ayudarme a vestirme, pero me sentia tan mal que no lo pude disfrutar. Pase una noche horrenda, sentia que ella me ponía paños fríos a cada rato, solo a la madrugada logre dormirme profundamente.  Cuando desperté, ella dormía a mi lado todavía vestida,  fue una imagen tan hermosa q las lagrimas corrieron por mis mejillas, estire una mano para acariciar su pelo y su rostro,  mi mirada recorrió el contorno de su cuerpo, sus caderas estrechas, su cola parada, su cuello esbelto ella comenzó a despertar, sus ojos marrones muy claros me miraron, me sonrió y no pude contenerlo más, le dije que la amaba, ella abrió sus ojos sorprendida y me toco para ver si tenía fiebre. Le dije que estaba consciente, que la amaba y que necesitaba saber porque ella tenía miedo de mí, no me dejo continuar, me beso, me abrazo y nos dormimos otra vez.

Desperté casi al mediodía,  Luciana entraba a la habitación con el desayuno y me hablaba sonriendo como si no hubiera pasado nada, no sabía cómo comportarme con ella, estaba dolida, le había dicho que la amaba pero ella esquivo el tema, la angustia me cerraba el estomago y no tenía ganas de comer nada, ella me obligo regañándome como si fuera su hijo, en ese momento sonó el teléfono y era Nicolás, ahí me entere que se había ido el fin de semana largo con sus abuelos, ella le hablaba con tanta dulzura y ternura que no pude evitar sentir celos, me sentia una completa idiota pero lo que daría porque alguna vez me hablara a sí.

Ella termino de hablar y me hizo un chiste tonto, sobre que espera que le agradeciera con un aumento de sueldo, no pude mas,  quería  irme y  le pedí mi celular, se notaba que estaba enfadada yo solo quería hacerla enfadar mas, así que hice lo único que se me ocurrió, fingí llamar a Paula. Luciana se transformo me arranco el teléfono de las manos, yo también estaba cabreadísima por la situación, comenzamos a gritarnos, y le pregunte  si estaba loca, que le pasaba. En ese momento  sus ojos se oscurecieron aun mas, me tomo de la nuca y me beso en forma salvaje, y yo correspondí de la misma forma. Solo recuerdo el fin de semana como los días más felices de mi vida,  hablábamos de tonterías, reíamos, hacíamos el amor, dormíamos y volvíamos a hacer el amor hasta caer agotadas. Pero todo lo bueno termina pronto, es lunes feriado y  Nico volvía a casa.

Le pregunte sabiendo la respuesta de antemano, si prefería que me fuera antes de que Nico llegara, ya sabía la respuesta, pero era una forma de auto castigarme, que esperaba que me dijera Si quédate así formamos una familia feliz? Obviamente me dijo que era lo mejor, así que para que no me viera llorar, subí a buscar mis cosas, baje enseguida, cuando me estaba yendo, intento darme una explicación pero no la deje, me abrazo y me beso como si fuera el mundo fuera a acabar con ese beso, no podía entenderla, no puedes besar así a una persona  sino sientes algo fuerte por ella, pero  con el corazón destrozado abrí la puerta y me dejo ir.

Por el camino venia Nico con los que supuse serian sus abuelos, el niño corrió a abrazarme, estaba feliz de verme, pero cuando mire a su abuela note que me miraba espantada, gire mi cara a Luciana y vi que estaba blanca como una hoja, obligo a Nico a entrar  a la casa, mientras la suegra le gritaba diciéndole barbaridades sobre mí, yo no entendía nada, solo podía mirar a Luciana para que me explicara que pasaba, pero ella trataba de mantener el control y calmar a la vieja que estaba enloquecida.  La Señora empezó a insultarme directamente, acusándome de que yo quería robarle a su nieto, reaccione diciéndole que  estaba loca,  que no me conocía etc., y entonces me rebelo lo que provocaba el temor en la cara de Luciana cada vez que me miraba.  Ella con solo verme me reconoció como la verdadera madre de Nicolás, en esos segundos toda mi vida paso por delante, cerré mis ojos y recordé a mi bebe moreno, con sus hoyuelitos en las mejillas , todavía no tenia bien definido el color de sus ojos, pero ya se podían vislumbrar que serian  verdes igual a los míos, y también  pude verlo a Nico, moreno, ojos verdes, los hoyuelos en las mejillas, tan parecido a mí, dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver, y en mi caso era totalmente cierto.  La verdad me golpeo en el pecho con una fuerza aplastante, sentia que no podía respirar, la mire a Luciana que lloraba y vi en sus ojos la verdad,  que ella ya la sabia desde que me conoció.  Como pude llegue al auto, Lucina me siguió pidiéndome perdón, diciéndome que teníamos que hablar pero mi instinto de auto preservación , el mismo que me había permitido sobrevivir a lo largo de toda mi vida, me envolvió con fuerza, coloco su dura armadura sobre mi y solo pude decir las palabras más crueles que vinieron a mi mente:  No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora

Hace más de dos horas que estoy aquí, parada en mi auto al costado de la ruta, mi celular no paraba de sonar, así que lo apague, me sentia sucia, la culpa me carcomía las entrañas, daba bocanadas de aire para llenar mis pulmones pero el aire me resultaba imposible de respirar,  sentí que no merecía vivir, pero soy una luchadora, ni siquiera el suicidio serviría para mi, no podría permitírmelo. El destino me había alcanzado y desplegado su crueldad al máximo nivel, como haría para mirar a Luciana, a la mujer que amo más que a mi vida,  a la cara otra vez? Y eso en el supuesto caso que ella quisiera verme, seguro en este momento me despreciaba, sentiría asco por mí.  Como podía explicarle que mi hijo, su hijo, fue producto de una violación, que no fue querido,  que estuve a punto de abortarlo, que lo abandone,  hasta yo sentia asco por mí como no iba a sentirlo ella. Y por sobre todo, como podía arruinarle la vida a mi hijo, era tan feliz con su madre, se notaba, era sano, fuerte y siempre tenía una sonrisa en sus labios, no podía hacerle esto, una vez lo había abandonado para que tuviera una vida mejor, y mi sufrimiento dio resultado, esta vez no tenia porque ser diferente.   Lo mejor sería escapar, como había hecho hasta ahora,  dejaría el estudio en manos de una persona  de confianza y me iría lejos, muy lejos, donde quizás  el dolor no me impidiera respirar y me ahogara como en este momento.

Agradezco a mis fieles lectores, espero no haberlos decepcionado, la verdad es que me costo mucho escribir esta parte y por eso tarde tanto, espero que haya valido la pena, y sino les gusto, acepto sus sugerencias, al que quiera dejarme sus comentarios por mail, tambien son bien recibidos, y a los que leen y no comentan, tambien se los agradezco, pero los que son escritores, sabran entenderme, no saben lo lindo que es leer sus comentarios y mas si son buenos jajaja

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