El temor a perderlo todo, solo Capitulo final

Para los que me pidieron q lo suba otra vez porque no podian verlo en la publicacion anterior. Es unicamente el capitulo final. Gracias

PARTE 7

Llame a Andrea para almorzar, hacia mucho que no la veía, y necesitaba descargarme con alguien, le conté todo, incluso la escena de esta mañana.

-Mira Luciana, yo no conozco a Fernanda, ni se los motivos que habrá tenido, pero creo que todos merecemos ser escuchados, si es cierto que cometió muchos errores en el pasado y ahora, que te lastimo mucho, pero para que reaccione de esa forma imagino que ella misma debe estar muy lastimada y necesita tiempo para curar sus heridas, vas a tener que armarte de mucha paciencia, valor y sobre todo mucho amor, amiga- me dijo Andrea sabiamente

-Pero es que ella no me ama, ya me lo dijo y me lo ha demostrado, se siente atraída por mí, eso es todo, y yo... yo la amo demasiado, no puedo ni quiero conformarme con eso- las lagrimas rodaban por mis mejillas

-Yo creo que solo lo dijo por querer lastimarte, tenía miedo, estaba herida, pero yo creo que si te ama,  tenes que darle la chance de escucharla, sin juzgarla, eso es todo-

-Y si me dice que solo quiere  a Nico, que mantengamos una relación de amigas por nuestro hijo? me muero Andre, no sé si voy a poder soportarlo-

-Amiga, si eso llega a pasar, que no creo de verdad, pues te va a tocar aguantarlo, ponerle el pecho a las balas y seguir adelante como usualmente se dice, tampoco puedes obligarla a que te ame, sino lo siente-

Seguimos hablando hasta que Andrea tuvo que irse, Nico estaba con sus abuelos y todavía faltaban horas para la noche, así que para no quedarme pensando estupideces, me fui al gimnasio. Estuve una hora ejercitándome,  me duche rápido ya que quería llegar con tiempo para prepararme, pero mi auto no pensó lo mismo que yo, estaba muerto, no podía hacerlo arrancar, llame desesperada al auxilio pero demorarían un par de horas, así que volví al gimnasio para que me pidiera un taxi, cuando Verónica una de las chicas que se estaba yendo, se ofreció a llevarme. La verdad es que Verónica en un par de ocasiones se me había insinuado, y lo seguía haciendo, era muy sutil por cierto, pero no entendía un no como respuesta, así que no quería que me llevara pero mirando el implacable reloj no me quedo otra opción.

El viaje fue algo forzado, Verónica tirándome indirectas y yo tratando de esquivarlas, cuando llegamos a casa me despedí e intente bajarme rápidamente del auto, pero ella me pidió pasar al baño, según ella estaba muy necesitada y no aguantaría hasta llegar a su casa. La hice pasar, fue al baño y cuando salió, dejo las sutilezas de lado, me dijo que yo le encantaba, que no estaba segura de si le correspondería, pero que prefería arriesgarse, que la tenia loca desde el primer día etc. etc. etc.   Muy cortésmente trate de explicarle que no podía ser, porque yo estaba profundamente enamorada de otra persona, así que con el ánimo por el piso acepto irse.

La acompañe a la puerta y cuando ella ya estaba fuera, se dio la vuelta y pidiéndome perdón me estampo un beso en los labios de novela, yo me quede dura, no la rechace porque no reaccionaba, nuca espere que hiciera algo así.  Volvió a pedirme perdón y se fue.   Todavía estaba intentando recuperarme, cuando siento el timbre, pensando que sería otra vez ella, puse mi mejor cara de fastidio y abrí la puerta.  Era Fernanda, su cara era una máscara, no tenía expresión ninguna, sus ojos estaban helados al igual que sus labios.

-Puedo pasar o me vas a atender en la puerta?- me dijo seca, cortante, estaba enojada

-Llegaste temprano, pensé que vendrías más tarde- le dije por decir, para romper el hielo.

-Lo siento si interrumpí algo-dijo sarcástica, -si quieres me voy y vuelvo en otro momento?

-Tal vez sería lo mejor,  se nota que estas de mal humor, y la otra vez cuando intentamos hablar así, las cosas terminaron muy mal, así que si queras irte, hazlo- yo también estaba molesta, no entendía que le pasaba.

-jaja, que pasa, interrumpí los planes con tu amiguita? Es guapa la rubia verdad? Con ella te encontraste ayer, me pediste quedarme con Nico para que vos puedas ir a revolcarte por ahí?-estaba furiosa, la máscara se había caído, y las venas del cuello le palpitaban

-y que si fue así? A vos  que te importa, nosotras no somos nada, así que puedo revolcarme con quien se me dé la gana, que pasa estas celosa? no pude evitar reír irónicamente, eso la enojo aun mas.

Se acerco a mí, sus ojos despedían llamas, estaba tan cerca que sus labios rozaban los míos, sentir su perfume tan cerca me mareaba,  sus labios húmedos comenzaron  a delinear un reguero hacia mi cuello,  me daba pequeños besos rozando apenas mi piel, pero me hacían estremecer, cuando llego a su objetivo se perdió en él, su lengua dibujaba en mi cuello y ya no pude soportar más. Quise alejarme pero me tomo de la cintura y me puso de espaldas  a la puerta, su mirada  era salvaje, estaba cargada de deseo.

-Por favor  Fernanda, no juegues mas conmigo- le rogué, apenas me salieron las palabras, tenía un nudo en la garganta.

-Yo no estoy jugando, vos lo haces con la rubiecita esa, crees que no vi el beso que te dio, y no te negaste-  presionaba su cadera contra la mía, y sujetaba mis manos por arriba de mi cabeza, podía ver los celos en sus ojos. Me decidí por la verdad, ya estaba cansada de pelear y además  era peligroso seguir aumentando su enojo

-No pasa nada entre ella y yo- me miraba con desconfianza -Es verdad, ella me beso, me tomo por sorpresa, no lo esperaba - su mirada de enojo se apaciguo solo un poco

-Igual mereces un castigo- me dijo con una semi sonrisa -para que quede claro que esos labios son míos y de nadie más, vos sos mía- y comenzó a besarme salvajemente, parecía que quería comerme la boca, y de hecho lo hacía, me abrazo tan fuerte,  quería hacerme daño, y trate de apartarla, dejo mi boca por un momento, y debió ver el miedo en mis ojos y mis labios hinchados

-Lo siento, perdí la razón, pero cuando la vi besarte, todo se puso rojo, no quise lastimarte por favor perdóname- bajo la cabeza  y se alejo de mi.

-Lo siento, lo siento! después de lo que acaba de pasar es lo único que se te ocurre decir? Venís a mi casa, me haces una escena de celos, me besas como si quisieras lastimarme, y solo eso me decís?- ahora la enojada era yo

-Que queras que te diga? no quise lastimarte, nunca quise hacerlo- ahí estaba otra vez esa mirada vulnerable, indefensa que me llegaba al corazón

-Quiero que me digas la verdad, que te abras y  confíes en mí, yo te amo Fernanda, pero ya no puedo seguir así, me estas destrozando, no te das cuenta? - las lagrimas caían  por mis mejillas  y el temor por su respuesta me atenazaba el corazón.

-Me amas? después de todo lo que paso, de lo que te dije, de saber que abandone a mi hijo, me amas? No sabes lo que decís Luciana, no me conoces, no podes amarme, no lo merezco- cayó de rodillas llorando desconsoladamente, me acerque a ella y la abrace, las dos llorábamos.

-Si, te amo, te amo como nunca ame a nadie, no sé qué fue lo que te paso, pero  veo como sos ahora con tu hijo, como lo amas, lo proteges y luchas por él, y eso hace que solo te ame aun mas. No importa lo que paso, me gustaría que algún día confiaras en mí lo suficiente y me lo contaras pero no me importa mi amor, yo solo te quiero a ti.

Se abrazo a mi cuello y lloraba como una niña, permanecimos largo rato arrodilladas en el piso llorando, cuando se calmo un poco, logre llevarla hasta el sillón, la acosté y me tendí junto a ella, ahora solamente caían lagrimas de sus ojos, no emitía ningún sonido, estaba como ida, perdida en su mundo, yo solo la abrazaba y acariciaba su pelo, le susurraba cuanto la amaba, hasta que se durmió, la observe dormir durante un largo rato, parecía una niña, pero una niña que había sufrido mucho, no hacía falta que me lo contara, suponía que algo  muy fuerte debía haberla llevado a tomar la decisión de dejar a su hijo,

Me desperté de madrugada, mi estomago gruñía de hambre, estábamos abrazadas en la misma posición en la que nos dormimos, despacio intente levantarme sin despertarla, pero sujeto mis brazos que abrazaban su cuerpo.

-A dónde vas?- me pregunto con vos somnolienta

-Estoy muriendo de hambre, voy a preparar algo, seguí durmiendo si queres- mientras le hablaba no dejaba de acariciarla y besar su cabello, pero no podía ver su rostro, no saber que pensaba me mataba. Soltó mis brazos liberándome y sentí una puntada de desilusión.

Fui a la cocina y prepare unos emparedados con café, por si ella también tenía hambre, al ratito la ciento parada detrás de mí, voltee a verla y ya estaba bastante repuesta, pero su mirada era fría otra vez.  Forcé una sonrisa pero el miedo me oprimia el estomago, esa mirada no presagiaba nada bueno.

-Queras comer algo?, prepare café también- pregunte mientras me acercaba a ella, hasta que quede en  frente  suyo, me rehuyó la mirada, raro en ella.

-No, mejor me voy- su voz era inexpresiva

-A donde te vas? Fernanda por favor, no me hagas esto, tenemos que hablar, a eso venias hoy no? que paso, porque estas así? No te entiendo, y me mata que no hables conmigo, que no confíes en mi- Luchaba por controlar mis lagrimas, ella seguía sin mirarme.

-Luciana, creo que lo mejor es que lo dejemos así, yo..... Yo quiero seguir viendo a Nico, quiero ocupar un lugar en su vida, quiero ser su madre, y lo nuestro no funcionara, y no quiero que eso afecte la relación  que tenemos por Nico - estaba nerviosa, se le notaba en la voz

-Ok, si eso es lo que verdaderamente queres, por mi está bien, seguí escapando de lo que sentís- las lagrimas comenzaban a caer por mis mejillas, así que salí huyendo en mi propia casa y corrí a mi habitación, ella no me siguió, al rato sentí la puerta de calle que se cerraba

Así comenzó esta nueva etapa, el mismo día le mande un mail, en donde le informaba que ya había hablado con mis suegros, así que no hacía falta que tuviera que ocultarse con Nico, que podría salir a pasear con el etc. etc., pero que obviamente tendríamos que compartirlo, y con sus abuelos también. Me contesto agradeciéndome el gesto y nada más.

La rutina consistía en que ella  pasaba por Nico, salían  juntos un par de veces por semana, iban a su casa, al cine, al parque, pero era rara la vez que se quedaba en casa, cuando Nico me pregunto porque ya no venia, le dije que era porque Fer quería pasar tiempo con él, para que se conocieran mas etc. etc., y pareció conformarse. Mi relación  con ella era casi nula, solo hablábamos lo mínimo indispensable, evitábamos hasta  mirarnos, todas las noches invariablemente me dormía llorando, no la entendía, pero no podía llegar a ella, otra vez era fría como una roca, solo con Nico se notaba que era un ser humano.

Un día me sorprendió el llamado de mi suegra, hablándome maravillas de Fernanda, yo no entendía nada, resulta que ella se había presentado en la casa de mis suegros, y había desplegado todo su encanto,  la cosa  es que mi suegra la adoraba y me reprochaba el no habérsela presentado antes!!! Dios  esto era demasiado. Esa tarde cuando trajo a Nico del colegio la estaba esperando, usualmente ni se bajaba del auto pero yo estaba atenta y salí cuando la vi estacionar.

-Necesito hablar con vos, Nico podes entrar? me quede parada junto al auto, mientras Nico se despedía de ella, cuando entro a la casa la enfrente

-No quiero que vuelvas a hablar con mis suegros sin consultármelo, Nico es tu hijo también, pero tenes que respetar a su familia, y a mí que soy su madre, creí que eso estaba aclarado no? estaba furiosa

-Tenes razón, lo siento, solo quise  evitarte un problema, Nico me comento que su abuela le hacía comentarios poco gratos sobre mí, así que preferí tomar el toro por las astas, debí  consultártelo, lo siento- me dijo con indiferencia

-Vaya parece que Lo siento se transformo en tu frase favorita- le dije sarcásticamente, ella me miro enojada- Por favor que no se vuelva a repetir una situación como esta- me di vuelta y comencé a caminar hacia la casa.

-Luciana- sentí que me llamo- Puedo quedarme con Nico este fin de semana, sucede que después voy a viajar por  unas semanas y no podre verlo- su expresión no demostraba nada

-Lo siento, sus abuelos ya hicieron reservas para llevarlo a la playa , si me hubieras avisado antes, podría haberlo arreglado, avísame cuando te vas, y por favor déjale a Nico un teléfono donde pueda ubicarte- ni siquiera la mire y seguí caminando

-Luciana, no te importa que me vaya? -otra vez su mirada era cálida,

-Me importa que permanezcas en la vida de Nico, para mi te fuiste hace tiempo- que diablos le pasaba,  quería tenerme a sus pies cuando se le antojara y después tirarme como un trapo viejo? Entre a casa y cerré la puerta sin mirar atrás, sentí como el auto salió chirriando las ruedas

Ese sábado despedí a Nico, se iba con sus abuelos, y me quede sola, trate de limpiar, ordenar,  hacer cualquier cosa que no me dejara pensar en Fernanda,  cuando ya no tenía nada más que hacer, me fui al gimnasio, cuando estaba ya terminando mi rutina, Verónica se acerco a mi

-Luciana, lo siento, quiero disculparme por lo  que  sucedió en tu casa, no pude contenerme perdóname por favor- se notaba en su cara la vergüenza que tenia, objetivamente era bonita, tenia buen cuerpo, no era Fernanda, pero al diablo con ella, ya estaba cansada

-Vero, no te preocupes, te gustaría ir al cine hoy o salir a tomar algo- su cara de sorpresa fue increíble, su sonrisa instantánea, sabía que no era lo correcto, pero estaba cansada de hacer siempre lo correcto, solo quería divertirme un poco. Luego de arreglar los detalles nos despedimos y me fui a casa a prepararme

Me puse un vestido veraniego, ya que hacía bastante calor, sexy pero no demasiado, quería verme y sentirme bonita pero tampoco era mi intención que Verónica me saltara encima  o quizás si? Nos encontramos directamente en el restaurante, no quise que pasara por mí, llevar mi auto me daba la sensación de que podía librarme cuando quisiera, sin depender de nadie. La verdad es que Verónica era muy divertida,  pero desde el primer momento le deje claro que solo  buscaba pasarlo bien, que no quería nada serio.

-Estas enamorada  Luciana- más que una pregunta era una afirmación - Se te nota en tu mirada, y  sufrís mucho por ese amor, me equivoco?  note la comprensión en su mirada

-No, Vero no te equivocas, pero es un imposible, discúlpame pero no quiero hablar del tema, solo quiero pasar un momento agradable sin pensar en ella, puede ser?-

-Ok, entonces divirtámonos esta noche, solo quiero que sepas, que  me gustas mucho Luciana, y esperare el tiempo que haga falta para que la olvides- me miro con ternura y apretó mi mano

-Vero, no quiero engañarte ni que te hagas falsas ilusiones, yo no puedo…- me interrumpió apretando mi mano.

-Lu, no te preocupes por mí, solo quería que lo supieras, me gusta decir las cosas de frente, ahora vamos a divertirnos si?-

Pasaron 2 semanas,  Fernanda había viajado a Estados Unidos, lo sabía por Nico, al que puntualmente llamaba todos los días. Saber q ella no estaba, q no aparecería en cualquier momento me relajo y comencé a salir más con Verónica cuando Nico se iba con sus abuelos. Íbamos al cine, a caminar, a pasar el rato, creo q de a poco iba entendiendo q solo podíamos ser amigas. Pero todo lo bueno tenía que terminar.

Una tarde mientras tomábamos un  Café  en el Centro Comercial,  me quede de piedra cuando vi  entrar a Fernanda con una mujer más joven q ella, una rubia divina, alta, ojos verdes con un cuerpazo espectacular y se notaba que babeaba por Fernanda. Ambas sonreían y hablaban despreocupadamente. Sentí un intenso dolor q me apretaba la boca del estomago, el café me supo a hiel, y sentí el fuego de los celos q avanzaba consumiendo la poca cordura q todavía quedaba en mi.

  • Vamos- le dije a Vero, mientras me levantaba y la tomaba de la mano, ella no entendía q pasaba pero me siguió.

Camine directo a ellas, q no registraban a nadie a su alrededor, y cuando estaba a punto de chocar con Fernanda, me di vuelta mirando a Verónica y comencé a  reír, como si ella me hubiera dicho algo gracioso, y le quiñe el ojo, esperando q entendiera y me ayudara.

-Perdón, ohhh hola Fernanda , que casualidad encontrarte aquí, pensé que llegabas mañana-  trate de componer mi mejor sonrisa mientras veía como sus ojos verdes me recorrían.

Instantáneamente le tome la mano a Verónica, y cuando  la mirada verde barrio mi cuerpo, se detuvo en las manos entrelazadas. Solo había estupor en sus ojos, pero duro apenas un instante, pronto se  recompuso aunque no tenia su mirada fría de siempre, no pude percibir que pasaba por sus ojos en ese momento.

-Hola Luciana- su tono fue seco, gélido.

-Vero, ella es Fernanda, la mama de Nicolás- dije omitiendo  mencionar el papel que jugaba Verónica en todo esto. Fue el saludo mas frio e impersonal que vi en mi vida. Fernanda no presento a su rubia, que se notaba molesta con la situación.

-Vamos mi amor,  no quiero que se nos haga tarde. Un placer verte. Hasta luego-  arrastre a Vero de la mano, y salimos rápido de allí, bajo la atenta mirada de Fernanda, vi una vena palpitar en su cuello y creí percibir dolor en sus ojos, pero no me detuve..

Un par de días después desayunaba con mi hijo, antes de llevarlo al colegio, y como si fuera lo más natural del mundo me pregunto

-Mami puedo decirle Mama a Fernanda? dijo cándidamente como si fuera lo más natural del mundo

-Si vos queres  Nico, no hay problema , aunque me voy a poner un poquito celosa- le dije con un nudo en la garganta e intentando sonreir.

Nico vino  a abrazarme y mientras me llenaba de besos me decía: -Mama yo te quiero, vos sos mi mama, pero tambien quiero a Fer  y últimamente esta muy triste, quizás si le digo Mama se alegre un poco-

-Porque decís eso Nico, Fernanda te dijo q estaba mal?-

-No me dijo nada mami, pero la vi llorando un par de veces, pero cuando le pregunte q le pasaba me dijo q nada,  q estaba todo bien, vos le podes preguntar mami que le pasa?- me miraba con sus ojitos preocupados.

-Mmm no se Nico, no somos amigas, no quiero molestarla- no sabía cómo zafarme de la situación, aunque me moría por saber q le pasaba, mi Fer llorando, se me estrujaba el corazón.

-Porfis Mami, si ella siempre me dice q vos y yo somos las personas más importantes para ella, que nos quiere mucho-  una oleada de esperanza nació en mí, pero inmediatamente la deseche, seguro le decía eso a Nico para no preocuparlo.

-Ok Nico intentare hablar con ella, vos no te preocupes si, seguro son cosas del trabajo, vamos q se hace tarde-, no creía q estuviera mal por mí, me negaba a creerlo pero no podía evitar que la llama de la esperanza se hubiera avivado dentro de mi corazón.

Ese día arregle con mis suegros para que fueran a buscar a Nico al colegio, y fui a buscarla, al lugar donde todo había empezado, quizás si la sorprendía estaría con la guardia baja y podría hablar con ella, después del encuentro en el café, no habíamos tenido contacto y suponía q estaría furiosa.

Llegue a última hora, Stella, su secretaria ya se estaba retirando, le pregunte por Fernanda, y me dijo que todavía no se iba, quiso anunciarme, pero le dije q necesitaba hablar con ella sobre Nicolás, Stella era la única q sabia el vinculo q nos unía.

Golpee la puerta, y cuando escuche su frio "adelante" mis piernas flaquearon, pero tenía q terminar con esto,  la amaba, la amaba como nunca ame a nadie, y volvería a poner la otra mejilla, a riesgo de recibir otra cachetada.

Estaba como siempre, en su escritorio frente a su notebook, pero mirando hacia la puerta, sorprendida que alguien la buscara a esa hora. Cuando me vio, sus ojos mostraron sorpresa.

-Hola Fernanda, como estas? Necesito hablar con vos, tenes unos minutos? intente que mi vos sonara firme,  pero me costaba un montón.

-Sentate por favor, que sorpresa, no te esperaba, Te pido que seas breve, tengo un compromiso-tenía una camisa verde pálido, que con su piel morena y el reflejo de sus ojos, la hacía irresistible, aunque se la notaba cansada,

-Cancélalo- le dije firme, no sé de dónde sacaba las fuerzas.

-Perdón que dijiste- me dijo sorprendida, no esperaba  la firmeza de mi actitud.

-Me dijiste que tenias un compromiso, y te dije que lo cancelaras, tenemos que hablar- me miro como no creyendo lo que acababa de decirle.

-Nicolás está bien, le paso algo?

-No, no vengo a hablar de Nicolás, vengo a hablar de vos, Nico me conto que te vio llorando un par de veces, que te ve triste, y está preocupado, así  q me pidió que hablara con vos-

-Estoy bien, no te preocupes, solo tendré mas cuidado para que Nico no se inquiete- su  tono era frio, pero evitaba mirarme. Tenía q insistir, algo le pasaba.

-No me preocupa Nico, me preocupas vos-  levanto la vista, su mirada se cruzo con la mía, se la notaba vulnerable,

-No te preocupes demasiado por mí, tu novia  puede enojarse- se notaba q mordía las palabras

-No es mi novia, así q tranquila, puedo hacer lo q quiera- estaba apostando fuerte, revelando más de lo que quisiera, pero era a todo o nada, a veces para ganar, hay que perder

-Le dijiste mi amor, el otro día en el café, no creo haber escuchado mal- me miraba fijamente,

-Te molestaría si lo fuera?-

-Por favor Luciana, terminemos con esto, que queres?

-Te quiero a vos, siempre te quise a vos. Te amo Fernanda- lo dije  de un tirón, y solo respire cuando lo solté. Su cara estaba pálida, se le notaba a pesar de lo moreno de su piel, los ojos

-Por favor reacciona mi amor, te amo, no puedo seguir mas....-  su grito corto mis palabras

-Ya basta, cállate, no lo digas más!!- se levanto furiosa de su asiento, y se fue hacia la ventana, de espaldas a mí,  estaba dura, rígida. Me quede con la boca abierta, no sabía q decir, su rechazo fue como un golpe en la boca de mi estomago. Como pude me levante y me acerque a ella, mis piernas eran de goma, tenía la boca seca.  Cuando me acerque a ella, pude notar q temblaba,

-Mírame, mírame a los ojos, y decime que no me amas, y nunca mas volveré a molestarte. Decime que todo lo que vivimos no significo nada para ti, que cuando me dijiste que me amabas me mentías, que cuando hacíamos el amor fingías, decimelo- espere unos segundos, ella seguía de espaldas a mí, percibí como los sollozos comenzaban a hacer temblar su cuerpo, la tome por los hombros, y la gire hacia mí, su rostro estaba bañado en lagrimas, no me miro, pero se abrazo a mí y enterró su cara en mi cuello.

-No podes amarme Luciana, no podes, abandone a mi hijo, a tu hijo!!!! como amar a alguien así. Trate, te juro que trate toda mi vida de sepultar ese capítulo, creía q sino pensaba en el, era como si no hubiera existido, intento huir de el otra vez y no pude, no pude. No quiero lastimarlo Luciana, no quiero lastimarte a vos, y ya no quiero lastimarme a mí, ya no puedo más, no puedo mas

-Así me lastimas, estando lejos tuyo. Estoy aquí mi amor, para amarte, acompañarte, solo quiero estar con vos y ayudarte. No podes seguir castigándote así, cometiste errores, pero quien no mi amor, lo importante es lo que harás de ahora en adelante, en lo que haces ahora, tu hijo te ama, yo te amo, acepta nuestro amor-

-Pero como puedo aceptar tu amor, si yo no me amo, me siento despreciable Luciana, me siento una mierda-  no paraba de llorar en mis brazos, parecía una niña pequeña.

Como pude la lleve hasta el sillón, nos sentamos  y seguí abrazándola, acariciando su cabello y le repetía que todo iba a salir bien, y que la amaba, Cuando logro calmarse, su llanto ya no era tan desgarrador, comenzó a hablar, me conto todo desde el principio, el abandono de su madre, la violación de su padrastro,  como huyo y  pensó en abortar pero no pudo. Como se ilusiono en salir adelante por su hijo pero tuvo q abandonarlo porque no conseguía trabajo y se morían de hambre y frio, cuando conoció al Arquitecto Uribe y como llego a convertirse en la persona que hoy era. Solo la escuchaba, tenía miedo de que si la interrumpía no continuara y volviera a encerrarse. Lo que mas dolía al escucharla, no era lo que le había sucedido, las cosas que tuvo que vivir y soportar, sino escuchar el desprecio, la ira que sentía contra sí misma, no se  perdonaba el haber abandonado a su hijo y seguir adelante,  además  el haberlo encontrado y que el niño le demostrara cariño , la destrozaba aun mas,  sentía q no merecía ese amor ni el de Nico ni el mío. La herida era muy profunda y estaba abierta todavía.

-Fer,  se que nada de lo que yo pueda decirte, va a ayudarte a cerrar tus heridas, necesitas ayuda y yo no sé cómo hacerlo, lo único que yo puedo darte es mi amor, acompañarte y estar con vos , no voy a dejarte, aunque me eches, me apartes de tu lado mi amor, no voy a dejarte sola.   Te amo Fernanda , lo entendes?  y así a va a ser pase lo que pase.  Voy a luchar por vos, voy a luchar con vos, si estamos juntas podemos lograrlo mi amor-

Nos abrazamos y ambas llorábamos, besaba su cabello, y acariciaba su espalda para tranquilizarla. Era increíble como esa persona que todos veían tan fuerte, fría e inalcanzable, solo escondía a una joven amargada, consumida por la culpa y la tristeza.

-Mi amor por favor, decime que vas a intentarlo, q vas a luchar para superar esto, y que me dejaras acompañarte, por favor mi amor- Tome su rostro  bañado en lagrimas entre mis manos,   y la obligue a mirarme exigiendo una respuesta. Me miro  y con sus ojos asintió, la abrace, sabía que el camino seria largo y difícil pero con ella, caminaría hasta el fin del mundo.

Ya pasaron 3 meses desde aquel día.   Nuestra vida siguió su curso normal, Fernanda empezó terapia  y pasaba más tiempo con Nico y conmigo, venía a cenar a casa, o pasábamos algún fin de semana juntos, pero  le costaba aceptar mis besos o cariños, cuando podía evitarlo lo hacía. Hablábamos mucho, nos divertíamos pero no éramos una pareja. Sus ojos, sus brillantes ojos verdes, se veían apagados,  su mirada era triste, y pocas veces sonreía. No quería presionarla pero   a veces la pena y la desesperanza  me invadía y pensaba que  no lo lograría.

Una noche cuando terminábamos de cenar los 3 juntos,  fui a la cocina para lavar la vajilla,  y Nico quedo solo con Fernanda. El corazón dejo de latirme cuando escuche que Nico le preguntaba:

-Mama porque estas siempre triste, es por mi culpa?-

Me asome a escondidas para ver y escuchar, pude ver la expresión de sorpresa y dolor en la cara de Fernanda, cuando reacciono se levanto de su asiento y se arrodillo frente a su hijo

-No mi amor, por favor no digas eso, vos me haces muy feliz- le decía con vos entrecortada.

-Yo no quiero q estés triste mama, yo sé porque me abandonaste, mi Mama me lo conto- Nico hablaba con seriedad y  Fernanda  ahogo un quejido, estaba mortalmente pálida.

-Mi Mama me dijo que eras muy chica, que estabas sola, sin trabajo, ni nadie que te ayudara, que quisiste cuidarme pero tenias miedo de que me muriera de frio y de hambre y me llevaste a una iglesia para que me cuidaran. Yo no estoy triste mama, sé que me querías mucho y solo quisiste ayudarme, además no hubiera conocido a mi Mama Luciana y a mi Papa, ni a mis abuelos,  quizás no iría ni al mismo colegio ni tendría los mismos amigos, no estés triste por eso Mama. Yo te quiero mucho- y ese hombrecito, se abrazo a su mama sanando sus heridas, mas rápido que cualquier terapia.

Cuando volví de la cocina, tarde un rato en componer mi rostro para que no se notaran las lagrimas , los dos estaban riendo y jugando a la Play Station, y los ojos de Fernanda tenían  brillo, no el de antes, pero volvieron a la vida.

Esa noche por primera vez dormí tranquila en mucho tiempo, sentí que era un comienzo,  que si alguien era capaz de sanar las heridas de Fernanda era Nicolás, su hijo.

Desperté sobresaltada, el sol entraba en mi habitación pero era temprano, por eso me sorprendió que un sábado a esa hora Nico estuviera despierto,  entro sonriendo a mi habitación

-Nico que pasa, estas bien?- pregunte mientras terminaba de despertarme

-Tengo una sorpresa para vos mama-  detrás de el aparecio el ramo de flores más grande que vi en mi vida.  Fernanda se asomo por detras de las flores, sus ojos brillaban con intensidad, sonreia y sus hoyuelos habían vuelto a aparecer en sus mejillas

-Te amo mi amor, gracias, gracias por aceptar el "paquete completo"- me dijo mientras se acercaba a besarme

No cabía en mi de felicidad, hasta que me di cuenta de un pequeño detalle

-Fer, esta Nico- dije asustada, buscando a nuestro hijo que nos miraba sonriendo y supuestamente no sabía que sus mamas estaba enamoradas

-Hay mama por favor- dijo con cara de fastidio. -Fernanda por favor  pedile que se casen ,así nos vamos   los 3 a Disney Word.- mientras se iba de la habitación, decía que los grandes siempre eran complicados etc. etc.

Mientras Fernanda y yos nos miramos con sorpresa y nos echamos a reír hasta q nos dolieron las costillas

De pronto Fernanda se puso seria y clavo su mirada verde esmeralda en mi

-Sra. Luciana, mi hijo me ha pedido que te proponga casamiento, y no puedo decepcionarlo- una media sonrisa asomaba en su cara

-Por eso queres casarte conmigo, porque te  lo pidió Nicolás?-

-No pesada, quiero casarme con vos porque te amo, porque sos la mujer  que siempre soñé, sos mi otra mitad, sin vos  nada tiene sentido y no me da miedo aceptar tu amor, siento que lo sabes todo de mi, y aun así me aceptas, comprendes y acompañas.  Me haces feliz,  me siento amada y por primera vez no me molesta, al contrario mi corazón desborda felicidad y amor por vos.  Ahora, por favor  Sra. Luciana, conteste con todas sus letras: Acepta casarse conmigo?-

-Obvio que SI  mi amor,  nada me haría mas feliz- le decía mientras la besaba  apasionadamente.

-Fernanda, solo una pregunta, Me amas? - le pregunte sonriendo

-Siempre mi amor, siempre-

Juntas nos levantamos y fuimos en busca de nuestro hijo, teníamos una boda y viaje que planear, y no había tiempo que perder.