El temor a perderlo todo, Completo + Final
Relato Completo mas el final, Capitulo 7
Hola, antes que nada quiero pedirles disculpas por tanto tiempo de demora, la dichosa inspiracion me abandono y creo q no ha regresado del todo.
Volvi a publicarlo entero porque seguramente olvidaron la historia, pero para los que no quieran esperar, pueden ir al Capitulo 7 directamente.
Fer
El temor a perderlo todo!!!!
10 años, hoy mi Nico cumplía 10 años, como pasaba el tiempo, parecía ayer cuando con Eduardo lo retiramos del juzgado y lo llevamos a su casa. Estábamos tan felices, el bebe tenía 6 meses, y era precioso, pelo castaño oscuro, unos ojos verde oscuros enmarcados por unas largas pestañas, la piel color oliva, y se le formaban hoyuelos en sus cachetes cuando sonreía, poco nos importo q no se nos pareciera físicamente , Edu era castaño de ojos marrones y yo rubia natural de ojos marrón muy claro. Desde ese momento lo amamos como a nuestro hijo, y es lo que era.
No podía dejar de mirarlo con ternura mientras en el salón de fiestas infantiles jugaba con sus amiguitos, si tan solo Edu pudiera verlo!!!! pero Edu había muerto en un estúpido accidente de auto hacia ya 3 años, dejándome sola con el pequeño Nicolás, pocos meses antes de la tragedia y en consulta con un psicólogo le habíamos contado la verdad a Nico, haciendo hincapié en lo mucho q lo amábamos y que su mama seguro había tenido muchos problemas etc. etc. para dejarlo, el nene lo había tomado bastante bien, pero cuando murió su padre, Nico entro en un periodo de rebeldía, pensaba que su papa también lo había abandonado, estaba agresivo, irritable, nada que ver con el niño dulce y sensible que era, le costó mucho tiempo poder superarlo, casi no tuve tiempo para hacer mi propio duelo, aunque las cosas con mi marido como pareja no estaban bien, nos queríamos mucho y poníamos a nuestro hijo por sobre cualquier problema.
La verdad es que hacía tiempo que me había dado cuenta de que no amaba a Edu, cuando hacíamos el amor no sentía nada y fingía para que él no lo notara, había un gran vacío en mi alma, una sensación inexplicable de que algo me faltaba pero no llegaba a discernir que era, y para llenarlo me refugiaba en mi hijo.
Pero ahora Nico ya era un chico que tenía sus actividades, iba a futbol, natación, era muy popular y casi siempre iba a casa de sus amigos o venían a la de él, esos días q estaba sola, no sabía en que llenar mi tiempo. Era Arquitecta en un estudio pequeño pero que crecía rápidamente, y era una mujer joven , tenía 32 años, mis amigas me insistían en que era el momento de empezar a salir y conocer otros hombres pero con temor me daba cuenta de que no quería conocer hombres, cada vez me sentía más atraída por las mujeres y no quería aceptarlo
*Mi amor te gusto la fiestita, estuvo divertida no?- le dije a Nico cuando lo arropaba en su cama
*si mama, estoy muy feliz, estuvo súper, solo falto papa-. Me abrazo y trate de no llorar, solamente lo consolé con palabras dulces hasta que cayó rendido por el cansancio
Ya acostada en mi cama, no dejaba de pensar en la ultima discusión con Eduardo, el trataba de convencerme de que sería bueno buscar a la verdadera madre de Nicolás, para que cuando el preguntara, y seguro lo haría, pudiéramos ayudarlo, pero yo no quería saber nada, tenía miedo de perderlo, de que me lo quisieran sacar, seguramente era una prostituta, siempre pensaba en ella de esa forma, el miedo me obnubilaba y no me dejaba ver otras opciones, pero esa conversación volvía cada vez más frecuentemente a mi memoria atormentándola
Unos días después llame a mi amiga Andrea, que era abogada y nos había ayudado con la adopción de Nico, para que me asesorara ya que quería encontrar a la mamá biológica de su hijo
*Estas segura Luciana?, es una decisión difícil, tenes que meditarlo mucho, le dijo preocupada
*Andre, solo quiero saber quién es, nada más, solo quiero tener un nombre, no quiero tener una relación con ella, y menos que Nico la tenga, solo quiero saberlo, nada más, y te puedo asegurar que ya lo medite mucho, y le conto su última pelea con Edu
*bueno, siendo así, voy a empezar a averiguar, pero no te ilusiones a veces es un proceso muy lento
Para colmo de males, se corrió la noticia de que el dueño del estudio había vendido la parte mayoritaria, así que en breve vendría el nuevo jefe, la tensión estaba haciendo mella en mi, había adelgazado un par de kilos y había perdido mi habitual sonrisa, Nico estaba cada vez más independiente, así que me había notado en un gym cercano a su casa, donde varios tipos me habían tirado los perros, pero la verdad es que trataba de disimular que me entretenía mucho mas mirar a la entrenadora de spinning que a alguno de los musculosos que se la daban de sex symbol por ahí. La verdad es que para mis 32 años no estaba nada mal, tenía un muy buen físico, nada exuberante ni de vedette pero todo estaba en su lugar y muy buen puesto, pero no debía descuidarme , a veces pensaba para que me esforzaba tanto haciendo abdominales o en el escalador, si nadie me veía y por ahora quería seguir de ese modo, pero como dice el refrán , Uno propone y Dios dispone!!!!!
Finalmente llego el día en que el nuevo dueño se haría cargo, el ambiente era tenso, unos minutos antes de que llegara, mi celular sonó, era del colegio, Nico se había golpeado, no era grave pero estaba asustado y pedía por mí.
Ni lo pensé, busco su cartera y se dispuso a salir.
*Estás loca a dónde vas,-le dijo Alejandra mi compañera
*Es Nico, me llamaron del colegio, se golpeo, tengo q ir- y salí como una tromba
Cuando llegue al cole Nico estaba riéndose con su maestra, quería matarlo, solo tenía un moretón en su brazo y unas raspaduras en la pierna, nada grave, pero al parecer se había asustado mucho, lo lleve a casa, deseando que Mary, la vecina que cuidaba a Nico cuando salía del cole hasta que yo llegara, estuviera disponible, pero claro este no era el horario habitual, así que no estaba. Decidí quedarme con mi hijo, vimos pelis y comimos palomitas, al fin y al cabo, tenían que entenderme, mi hijo se había lastimado.
Esa misma noche me llamo Alejandra, para ver cómo estaba Nico y contarme las novedades
*Y Ale que tal nuestro nuevo jefe, espero que le hayas contado que me tuve que ir por una cuestión de fuerza mayor, le dije confiada, con los anteriores dueños nunca había problemas en ese sentido, si bien nunca abusaba.
*Que te cuento que no es jefe, sino jefa, es la viuda del Sr Uribe que falleció hace un par de años
*Hay no me digas que vamos a tener que soportar a una vieja mandona que no sabe nada de arquitectura, -dije apesadumbrada
*Bueno en lo de mandona temes razón, tiene un carácter súper fuerte, ya nos puso a todos a cortar clavos, pero en lo de vieja te equivocas, es súper joven, no debe llegar a los 30, y es preciosa, los chicos quedaron todos babeando por ella, jajajjaa
*Lo que faltaba, una viudita que lo engancho al viejo por la plata y ahora se quiere hace la dueña, Dios que castigo, dije ya pensando en lo que nos esperaba
*Lu, la verdad es que no quiero preocuparte pero no le gusto nada cuando pregunto si faltaba alguien, y yo le conté lo que te había pasado, puso una cara, bueno te lo cuento para que te vayas preparando,
*Pero esa perra seguro no tiene hijos, por eso no lo considera motivo suficiente para que me haya retirado, no te preocupes, si me quiere decir algo que me lo diga a mí de frente, no voy a hacerme problemas por adelantado, le agradecí a Ale la llamada y corte maldiciendo a la viudita.
Al otro día llegue temprano al estudio, me había vestido y maquillado con especial cuidado, quería causarle una buena impresión a la jefa.
Estaba hablando con Alejandra, Marcos y otros compañeros sobre un proyecto nuevo que estábamos por comenzar, cuando ella llego. Salió del ascensor con paso firme y arrogante como si nada de lo que pasara a su alrededor le importara, era alta , pero no demasiado, el cabello negro muy oscuro y brillante, se notaba que era muy bonita pero unos anteojos negros impedían ver su rostro por completo, me dio la sensación de que la conocía de algún lado, pero era imposible, si así fuera nunca la hubiera olvidado, cuando paso por al lado nuestro , solo dijo Buenos días y siguió sin ni siquiera mirarnos, su perfume flotaba en el ambiente.
*Chicos levanten la mandíbula, que se les cayó al piso- reía Alejandra, bromeando con Marcos y el resto, espero que no se haya dado cuenta que la mía también se había caído, guauuu q mujer por Dios.
A los 5 minutos, Stella la secretaria de presidencia me llamo con cara de preocupada
*Luciana, la Lic Uribe quiere verte ahora, por favor tene cuidado, mira que es un tempano de hielo
*Gracias Estelita, no te preocupes, pero mi seguridad se estaba yendo al diablo
Golpee la puerta, y sentí su voz, diciéndome que pasara
*Lic. Uribe, quería verme-, trate de decir con voz firme, ella ni había levantado la vista, seguía con los anteojos negros puestos
*Siéntese Sra. Echeverri- me dijo con voz fría, mientras siguió escribiendo en su notebook sin mirarme
Pasaron más de 5 minutos, me removí nerviosa en mi asiento, no sabía qué hacer, ella ni me prestaba atención, parecía que yo no estuviera ahí, sabía que lo hacía para castigarme y demostrarme su poder, me dedique a observarla disimuladamente, tenía unas facciones perfectas, su piel olivácea era suave, el cuello largo y fino era una tentación para perderse en el, por favor Luciana, que te pasa, no pienses mas tonterías, de vuelta la sensación de que la conocía de algún lado me asalto, pero por más que buscaba en mi memoria no lograba ubicarla
*Bien, Sra. Etcheverry, voy a presentarme, ya que ayer no pude hacerlo con Usted, mi nombre es Fernanda Uribe y soy la nueva presidenta del estudio, disculpe mis anteojos pero tengo una molestia y el médico me indico usarlos por un par de días- me dijo amable, pero detrás de su amabilidad presentía su molestia por lo de ayer, sabía que en cualquier momento me lo reprocharía.
*Lic. Uribe, le pido disculpas por mi ausencia de ayer, pero me llamaron del colegio......
*No hace falta que me explique nada Luciana, puedo llamarla así no? Solo espero que no se vuelva a repetir, dejar el puesto de trabajo solo debe pasar por un accidente realmente grave, no por un golpe y un raspón-, clavo en mi sus ojos, y a pesar de que no podía verlos con claridad, sentí su fría mirada sobre mi
*Lamento no estar de acuerdo con Usted Lic. Uribe, pero mi hijo es lo más importante para mí,- le dije desafiante y el desprecio se notaba en mi voz
*Por su puesto que su hijo es lo más importante para Usted, pero no lo es para mí, la empresa es lo más importante para mí, y si sigue manteniendo este tipo de conducta de retirarse o faltar por cualquier motivo menor, tendré que prescindir de sus servicios, está claro? Ahora puede retirarse- volvió a e escribir en la notebook y se olvido que yo estaba ahí.
Salí de la oficina envuelta en llamas, perra sin corazón, quien se creía que era, ahhhhh, estaba furiosa, ya mismo empezaba a buscar otro trabajo, sabía que no la iba a soportar, la detestaba, por más bonita que fuera.
Alejandra me esperaba para que le contara todo y así lo hice, pobre, trataba de calmarme, pero no había forma, estaba enojadísima.
*Lu, por favor cálmate, ya sé que lo q hizo es digno de Cruella de Vil, pero tenes que pensar en el trabajo, lo necesitas, serénate y si quieres con tiempo empezar a buscar otro pero no hagas ninguna locura, pensa en Nico, no podes quedarte sin trabajo, además vos nunca faltas, nunca te vas antes, tuviste mala suerte esta vez- me decía tratando de apaciguar mi animo
*Si tenes razón, mejor me voy al proyecto Cifuentes a supervisar como esta todo, y así me calmo un poco, si Cruella pregunta por mí, decile que estoy trabajando como siempre lo hago
Al fin era viernes, ya habían pasado casi 15 días de mi encuentro con la jefa y no me la había cruzado gracias a Dios, tenía mucho trabajo, el proyecto del edificio Cifuentes me llevaba casi todo mi tiempo, sin contar con que Omar Cifuentes cada vez que me veía me invitaba a almorzar, cenar, no se daba por vencido, la verdad es que ya se estaba poniendo pesado, y se me estaban acabando las excusas, así que antes del mediodía decidí escapar de mi acosador y me fui al estudio, hasta prefería a Cruella que al baboso de Omar, con el que encima tenía que parecer agradable porque era un cliente muy importante.
Nada más llegar Stella me dijo que Fernanda quería hablar conmigo, Dios que mal empezábamos, yo que había intentado huir de un problema, ya me enfrentaba a otro.
Stella me anuncio y entre a su oficina, como siempre estaba con la vista en la computadora, pude oler su perfume y mi pulso se acelero, esta vez no tenia los desagradables anteojos de sol, podría verle los ojos directamente, me moría por hacerlo. Lentamente me acerque a su escritorio y me pare enfrente.
*Me buscaba Lic. Uribe- no podía dejar de ver su cuello fino y su pelo negro, me provocaba besarla y enterrar mi rostro en su cabello,
Ella levanto su cara y me miro, no supe que me dijo, me quede paralizada, mis ojos parecían salirse de sus orbitas y mi piel se torno blanca como un papel
*Luciana, Luciana, se encuentra bien? me preguntaba preocupada, se acerco a mí y me tomo de los brazos, temiendo que me desmayara
*Si Lic. lo siento, creo q me bajo la presión- no podía dejar de mirar sus ojos verde oscuros, sus pestañas largas y tupidas, su piel oliva
Me llevo hasta un sillón y me ayudo a sentarme, y se sentó a mi lado.
*Me alegro que ya esté mejor, pensé que se iba desmayar - dijo y sonrió, 2 hoyuelos se formaron en sus mejillas, nunca la había visto sonreír por eso no lo había notado, y la última pieza del rompecabezas se ajusto, ya sabía porque me resultaba conocida, era como estar viendo la cara de mi hijo, de mi Nicolás, no, no podía ser, solo era una coincidencia, nada más que eso.
-Bueno para que se sienta mejor, quería decirle que el Sr Cifuentes me felicito por su trabajo, está muy conforme con Usted bla bla bla- no podía escuchar nada de lo que me decía, tenía que hablar urgente con Andrea para ver si había averiguado algo de la mama de Nicolás, solo así podía quedarme tranquila. Como pude le agradecí y salí huyendo de su oficina, Dios encima iba a creer que estaba loca.
Fui al baño y de mi celular llame a Andrea.
*Andre, disculpa que te moleste, pudiste averiguarme algo de lo que te pedí?- mi voz sonaba ansiosa y Andrea trato de calmarme.
*Lu, justo hoy iba a ir a tu casa, como sabes a Nico lo dejaron en una iglesia de un barrio muy pobre de la ciudad, por suerte el cura sigue todavía allí, así que fui a hablar con él personalmente hoy a la mañana, por eso no te pude avisar
*Por Dios Andrea que averiguaste?- es urgente
*Que pasa Luciana-, paso algo me dijo preocupada
*Puede que todo o nada Andre, después te cuento, por Dios decime que sabes-,estaba desesperada
*Bueno el padre mucho no se acuerda, ya es un hombre grande, solo recuerda que esa noche una chiquilla de 16 o 17 años llego a la iglesia con su bebe, estaba desesperada, lo había tenido hacia un par días y estaba en la calle, del padre nada sabia y su familia era muy pobre y de una provincia lejana, estaba totalmente sola, el padre recuerda que le dio de comer porque estaba famélica, intento convencerla de que se quedara con el bebe, que el intentaría ayudarla, pero ella le dijo que quera para su hijo una vida mejor y que ella nunca iba a poder ofrecérsela, así que lo dejo con el cura que esa noche lo cuido y al día siguiente lo entrego a los servicios sociales, el resto es historia
*Recordaba algo más de ella, como era el nombre, es vital Andre- por favor
*Caray Luciana en cuanto salga del trabajo me voy a tu casa, me tenes que explicar que está pasando, si el padre recuerda que era muy bonita, a pesar de que se veía descuidada, q estaba muy flaca para recién haber parido, pero tenía unos ojos verdes preciosos y lo único que sabe de ella porque no quiso contarle nada mas, es que se llamaba Fernanda-
Luciana dejo caer el celular y detrás del aparato cayó ella desmayada en el baño del estudio.
2 PARTE
Me despertaron unos golpes suaves en mi cara, y una voz que me llamaba preocupada, y pedía ayuda, cuando pude enfocar la mirada me encontré con su mirada verde llena de preocupación.
*Luciana, por favor mírame, estas bien? Luciana reacciona, Ayuda por favor!!!!!!!- gritaba desesperada, hasta juraría que se veía pálida, estaba arrodillada en el piso y con uno de sus brazos sostenía mi cabeza y con la otra mano, acariciaba mi cara y me acomodaba el pelo. Yo la miraba y solo podía pensar en que me moría por besarla , por perderme en su cabello negro y en su cuello, Dios su perfume me envolvía y me mantenía en mi semi limbo sin poder reaccionar
Al minuto entro más gente, y alguien me levanto, después supe que era Marcos, y me llevo hasta la oficina de Fernanda y me acostó en el sillón de tres cuerpos que había allí, Alejandra, me hablaba y si bien yo tenía los ojos abiertos y entendía lo que me decía, estaba en shock, no podía reaccionar, no podía ser que el destino fuera tan cruel, esa mujer era la madre de mi Nicolás, encima de ser mi jefa, era muy poderosa, y si quería quitármelo usaría todo su poder, mi mente no para de pensar, necesitaba huir de la situación, las lagrimas se deslizaban por mis mejillas sin control.
Sentí su voz, ya fría como siempre y dando ordenes
*Por favor salgan todos de aquí, Luciana necesita espacio y tranquilidad, Alejandra tu quédate con ella y Stella por favor averigua que pasa con el médico que tarda tanto- volvió a acercarse y me miro preocupada pero distante , seguro pensaría en los inconvenientes que le estaba trayendo.
Yo estaba aferrada de la mano de Alejandra y mis lagrimas caían pero no emitía sonido alguno, en ese momento llego el doctor. Ale salió y Fernanda se quedo como responsable que era de sus empleados. El doctor me reviso, tenía la presión muy baja y comenzó a hacerme preguntas básicas, mi nombre, edad etc., como pude fui reaccionando y le respondí, me pregunto si me había sentido mal antes del desmayo, si me había pasado algo, yo sin querer mire a Fernanda que estaba apartada observándome seria.
*Recibí una llamada con una mala noticia, y no recuerdo más doctor- dije bajando mi mirada con vergüenza.
*Bueno tal parece que fue una conmoción nerviosa y le bajo la presión, por suerte no se golpeo la cabeza cuando cayó, aunque se le están haciendo unos moretones en el brazo, le indico una semana de reposo, tome estos analgésicos y si siente algo fuera de lo normal, no dude en ir al hospital, ya mismo debe irse a su casa, pero no vaya sola y trata de no quedarse sola en el día de hoy por si vuelve a desmayarse, ok? Vive con su marido, novio?-me pregunto
*No, vivo con mi hijo de 10 años, soy viuda-, sentí la mirada de Fernanda clavarse en mi, acaso no lo sabía?
*Bueno, entonces pídale el favor a algún amigo, amiga o pariente, no puede quedarse sola y menos con su pequeño hijo, Ok- diciendo esto se despidió de nosotras y salió.
Sentí que se acercaba a mí, intente sentarme en el sillón, e inmediatamente estuvo a mi lado para ayudarme pero la rechace
*Puedo sola gracias, lamento la molestia ocasionada Licenciada Uribe- dije sin levantar la mirada
*Bueno si ya está mejor, voy a llevarla a su casa ahora mismo- me dijo en tono neutro
La mire extrañada, seguro había escuchado mal
*Perdón, que , que dijo Licenciada- mi voz salió entrecortada
*Dije que si ya está mejor, la llevo hasta su casa, si quiere mientras arreglo algunos temas, puede ir llamando a algún familiar para que la acompañe, y si no tiene a nadie, pues yo me ofrezco a hacerle compañía por hoy- esto último lo dijo casi imperceptiblemente.
*Nooo- dije casi gritando, vi su expresión de sorpresa ante mi total rechazo y una ráfaga de dolor? paso por su mirada. - No quiero molestarla más Licenciada, se cuan ocupada esta, ya conseguiré quien venga a buscarme no, no se preocupe, mis palabras salían en forma atropellada
*Si me preocupo por ti, y no puedo evitarlo- lo dijo mordiendo las palabras, como si lamentara decirlo
Se acerco a mí, hasta que quedo a escasos centímetros de mi cuerpo, que temblaba como una hoja, con su mano tomo mi barbilla y levanto mi rostro para que la viera a los ojos, su mirada era suave y ninguna de las dos dejábamos de vernos, con el dorso de su mano, me acaricio la mejilla y se fue acercando lenta pero inexorablemente a mis labios , pude sentir su aliento, iba a besarme , sabía que era la última persona con la que podía permitir que pasara eso, pero mi cuerpo no respondía , por suerte o desgracia, sentimos que alguien golpeaba a la puerta, y ella rápidamente se alejo de mi, y adopto otra vez la severa mascara que ocultaba sus emociones
Stella entro a la oficina junto con Andrea mi amiga, que vino volando desde su trabajo, cuando se dio cuenta de que algo malo pasaba, Stella aprovecho para devolverme mi celu que había quedado tirado en el baño
*Por Dios Lu, que te paso, en un momento hablábamos por tel. y de pronto sentí como un golpe y nada más, estas bien? me abrazaba preocupada
*Si Andre, solo me bajo la presión es todo, puedes acompañarme a casa?- rogaba porque me dijera que si, no podía permitir que Fernanda me llevara y se cruzara con Nico.
*Luciana no puede quedarse sola por el día de hoy, necesita que alguien este con ella para controlarla, es la indicación medica, Usted puede encargarse? le dijo Fernanda seria a Andrea.
*Si, despreocúpese, yo me encargo de Luciana- vi que Andrea la miraba con curiosidad, -fue un placer conocerla Srita....-
*Fernanda Uribe, la dueña de la empresa y Usted es? dijo sin mover un musculo de su cara, su mirada era fría y evitaba mirarme, no le extendió la mano a Andrea para saludarla
Cuando sintió su nombre, Andrea me miro y me di cuenta de que se había dado cuenta de todo, imposible no hacerlo, Nico era un calco de Fernanda
*Andrea Benítez, la mejor amiga de Luciana, bueno nos vamos a casa Lu, es mejor que descanses, hasta luego Sra. Uribe- diciendo esto me abrazo por la cintura y salimos de la oficina, ni siquiera me despedí de Fernanda
Cuando llegamos al auto de Andrea, ya me sentía mejor pero aun tenía una ligera sensación de mareo y me dolía la cabeza.
*Ahora sí que estas en problemas amiga, ya entiendo tu apuro por saber algo de la mama de Nico- me dijo Andrea y arranco el auto
*Por favor Andre, ahora no, me estalla la cabeza, no soportaría hablar de eso ahora- tenía un nudo en la garganta
*Como quieras pero en cuanto te mejores tenemos que hablar del tema y decidir qué vas a hacer,-arranco el auto y nos fuimos.
Como Andre no podía quedarse en casa esa noche porque uno de sus hijos estaba enfermo, Nico y yo fuimos a la suya, me llevaba súper bien con Roberto su esposo, así que no hubo problemas, al otro día lleve al nene al club en taxi y me fui a casa a descansar, cuando llegue la luz del contestador de mi tel. no paraba de titilar, había varios mensajes de un teléfono anónimo y uno de Alejandra, así que decidí llamarla al trabajo
*Hola Ale como estas?
*Luciana por dios donde te metiste te llame varias veces al cela y a tu casa y no pude comunicarme, estas bien?- me dijo preocupada
*Si, el celu estaba descargado, y pues me fui a la casa de Andrea mi amiga, ya que ella no podía quedarse aquí, pero por suerte ya estoy mejor y no necesito mas enfermeras- reí divertida
*Bueno menudo susto nos diste, hasta la jefa estaba preocupada, encima anda con un humor de perros, además me dijo que si llegaba a hablar contigo, tenía que pasártela a ella- agrego seria
*Noooooo Ale por favor, decile que no hablaste conmigo que todavía no me ubicaste- lo que menos quería era hablar con ella
*Okok, no te preocupes pero no se te vaya a escapar que hablamos ehhhhh, sino me mata, con el carácter que se trae hoy-
*No te preocupes Ale, soy una tumba sellada, cualquier cosa que necesites mándame un mail que voy a estar conectada, besos-
No había pasado ni media hora cuando el teléfono comenzó a sonar, Dios creó q voy a desconectarlo, otra vez era un numero privado
*Hola- dije con voz cansada
*Luciana?- era su voz, se me aflojaron las piernas, porque no llamaba Stella su secretaria, en lugar de ella, me parecía raro
*Si, quien habla?- aparentando que no la conocí
*Soy Fernanda Uribe, como estas? - su voz era suave, no tenía ese dejo arrogante y autoritario que tenía en la oficina, mi corazón empezó a latir con más fuerza, no podía pasarme esto, no con ella
*Licenciada, estoy mucho mejor, gracias por preocuparse- dije con toda la tranquilidad que pude aparentar
*Me alegro mucho, ayer la estuve llamando y a su celular también , y como no contestaba nadie, me preocupe -
*Si, me fui a dormir a la casa de una amiga para evitarle más molestias, pero ya me siento mucho mejor-
*A la casa de su amiga Andrea?- note cierta ironía en su pregunta, como si le molestara
*Si, fui a dormir a su casa con mi hijo, algún problema? - no sé cómo se me salió esa frase al instante me arrepentí de haberla dicho, sonó insolente y ella era mi jefa
*No, por supuesto que no hay ningún problema, usted puede dormir con quien sea- la sentí molesta, y no la saque de su error, yo le había dicho que fui a dormir a la casa de Andrea, no que dormí con Andrea, estaría celosa? no por favor, pero perversamente me daba placer molestarla
*Bueno Licenciada le agradezco su llamado, si me disculpa me estaba por ir a acostar un rato- queriendo cortar la conversación
*Por supuesto Luciana, no quiero ser yo quien interrumpa su descanso, buenos días- y corto bruscamente, estaba enojada, una sonrisa se asomo a mis labios, estaba jugando con fuego, y solo podría quemarme
Al día siguiente como me sentía mejor y era domingo, fui con Nico al centro comercial, comimos allí, el fue a los juegos y lo pasamos muy bien, llegamos a casa a media tarde, estacione el auto y nos bajamos, Nico seguía jugando con una pelota que había ganado en un juego, estábamos por entrar cuando siento que alguien habla atrás nuestro.
*Epa, tienes pasta de campeón, seguro sos Nicolás no?- era su voz, y estaba hablando con Nico, me puse pálida, y antes de voltearme trate de componer mi cara.
*Licenciada Uribe, que que sorpresa- y vaya si lo era, estaba hermosa, con unos jeans que le ajustaban sus largas piernas, y una camisa blanca, sumamente sencilla pero increíblemente hermosa.
Abrace a Nico contra mi cuerpo en un acto reflejo, pero él se zafo para buscar la pelota que se había ido hacia Fernanda.
*Toma campeón, decime de quien sos hincha de Messi o de Ronaldo?- sonreía mientras le hablaba, no parecía la mujer fría que conocía, busque en sus ojos alguna señal de reconocimiento pero no vi nada, solo sus ojos titilaban con alegría, ni siquiera me había mirado todavía.
*De Messi, le dijo con seguridad Nico, es el mejor jugador, y tu como sabes mi nombre?- la interrogo mi hijo que la miraba con curiosidad
*Me llamo Fernanda, soy compañera de trabajo de tu mama, y bueno eres famoso, ella habla mucho de ti, vine para ver como se sentía- solo en ese momento levanto su vista y me miro
La imagen de esa mujer y ese niño, tan parecidos me impresionaba, los dos sonreían y los hoyuelos se formaban en sus mejillas, los mismo ojos verdes , el mismo tono de piel, Dios como puede no darse cuenta, seria evidente hasta para mi vecina.
*Nico, dale, entra a bañarte que se está haciendo tarde y mañana hay cole- quería sacarlo urgente de allí
El nene entro y yo me quede parada en la puerta
*Le agradezco la molestia de venir hasta mi casa Licenciada, no era necesario, estoy bastante mejor-
*No me vas a invitar a pasar Luciana? la sonrisa de sus ojos había desaparecido
Nico apareció por detrás de mi y asomo su cabeza
*Mama podemos comprar pizza, por favor, di que si, y tu amiga puede quedarse a cenar con nosotros si quiere es muy simpática- me rogaba con la mirada, en ese momento hubiera querido matarlo
*Nico, la Sra... Fernanda es una persona muy ocupada, seguramente tiene cosas que hacer, no?- la mire como para que ella aprovechara mi excusa y se fuera
*Pues sería un honor comer pizza con ustedes, precisamente hoy no tengo nada para hacer- su mirada era desafiante pero divertida, me retaba para ver como salía de la situación, la verdad es que no debería tener ningún motivo para negarme y no quería que sospechara que había algo oculto, así que con resignación la invite a entrar.
Mi casa no tenía grandes lujos y estaba decorada sencilla, pero con buen gusto, se notaba que le gustaba lo que veía porque sonrió mientras con su mirada barría todo el lugar en segundos.
-Licenciada deme su cartera, pase y póngase cómoda, voy a ayudar a Nico, ya vuelvo- evitaba mirarla a los ojos
*Luciana, no creas que llamarme Licenciada es mmm un poco incomodo en esta situación, te sería muy difícil llamarme Fernanda?- se había acercado a mí, estaba tan cerca que podía sentir su respiración en mi rostro, me volvía loca en lo único que podía pensar era en besarla allí mismo, sin importarme que mi hijo, su hijo del que ella nada sabia estuviera duchándose en el piso superior
*No por supuesto que no Fernanda, espero que no se me escape en la oficina es todo- me di vuelta sin mirarla y subí a ver a Nico,
A pesar de mis nervios, pasamos un momento agradable, Fernanda se sentó en el sillón del comedor a jugar un partido en la play station con Nico, ambos reían a carcajadas por la torpeza de Fernanda en el juego, yo no podía evitar mirarlos y por un lado me daba mucha ternura pero también mucho miedo, estaba desgarrada entre decirle la verdad a Fernanda o seguir callando
Finalmente llego la pizza, y nos sentamos a comer, ella se sentó enfrente mío, casi no habíamos hablado, su atención se dirigió exclusivamente a Nico, aunque podía sentir su mirada encima de mi todo el tiempo, las dos jugábamos a no vernos, fingir que no nos importara lo que hiciera la otra.
*Bueno Nico a dormir, ya es tarde y tenes que levantarte temprano mañana para ir al cole-
*Pero mama, no es tan tarde, aparte me estoy divirtiendo mucho con Fernanda, vas a volver otro día no? su pregunta me desarmo, sentía celos, ternura, impotencia, miedo, todo al mismo tiempo.
*Claro bombón, te prometo practicar, sino te vas a aburrir pronto de mi- se acerco a Nico con una gran sonrisa, le despeino la cabeza con su mano, y le dio un beso, Nico la abrazo del cuello y se prendió a ella, si bien era un chico demostrativo, nunca lo era con extraños, estaba muy sorprendida
*Fernanda, discúlpame, ya vuelvo-
*No hay problema, esperaría horas por ti- esto me lo dijo en un tono bajo para que Nico no escuchara, mi cara se tiño de rojo, la mire a los ojos y me sorprendió ver la intensidad de su deseo, pero en un segundo desapareció , aproveche para huir un momento y tranquilizarme.
Baje 20 minutos después, ya mas compuesta, no podía permitir que me dominara así, con solo unas palabras y una mirada y me derretía por ella, tenía que pensar en mi hijo, esto solo nos conduciría a una catástrofe.
Ella estaba en el salón, mirando las fotografías que había por ahí
*No hay ninguna foto de tu esposo- me pregunto con curiosidad
*No, las saque todas, solo hay una en la habitación de Nico, no nos hacia bien verlo todo el tiempo en las fotos, quizás cuando la herida este más cerrada, pueda volver a ponerlas- fui sincera
Se fue acercando lentamente, yo solo podía mirarla, me sentía como una presa hipnotizada por sus ojos verdes, mi cabeza me decía que tenía que salir del peligro pero mi cuerpo no respondía.
*Lo amabas mucho?- me pregunto con vos suave
*Si, si lo ame mucho- no le mentí pero tampoco le decía la verdad, que en el último tiempo nada era igual, y que aunque Eduardo estuviera vivo en este momento, daría lo mismo, me moriría por besarla igual.
*Creo que es mejor que te vayas, ya es tarde, mañana tu trabajas- jajá intente sonreír haciendo una broma, ya que yo seguía de licencia
*De que tienes miedo Luciana? no voy a hacerte nada que no quieras, pero siempre noto en tu mirada que me ves con miedo, yo no quiero lastimarte, pero me gustas mucho, a decir verdad me gustas demasiado- acerco su cara y sus labios quedaron casi pegados a los míos
*Esto no está bien, tu eres mi jefa, yo solo soy una simple empleada, no tenemos que mezclar las cosas, además no me van las mujeres- no sabía que decirle, no podía contarle porque la veía con miedo en realidad.
*Eso es una tontería y tú lo sabes, y me deseas no puedes negarlo, me deseas con desesperación igual que yo a ti-
*Jaajaja, yo no te deseo, por favor no seas tan creída- sentía que mis piernas temblaban, mi corazón latía desbocado, yo le gustaba, me deseaba, igual que yo a ella, si solo las cosas fuera diferentes.
*Entonces xq siento desde aquí los latidos de tu corazón, estas temblando y tus ojos solo piden que te bese-
*Estas loca de remate, además nunca jamás me fijaría en ti, eres demasiado soberbia, altanera, fría como un hielo- trate de apartarme pero ella me tomo de la cintura
- Vas a tener que tragarte tus palabras - me dijo y sentí sus labios suaves pero firmes sobre los míos, primero no podía reaccionar, pero cuando paso su lengua por mis labios, y me mordió suavemente el labio inferior, perdí el control.
Mi boca se abrió y su lengua penetro con ansias pero suavemente, me llevaba al delirio, sus manos dejaron mi cintura y recorrían mi espalda hasta que una de ellas se apodero de mi nuca para intensificar el beso, nuestras lenguas jugaban juntas, recorrían nuestras bocas y descubrían sus secretos, lentamente su boca fue hacia mi cuello y comenzó a darme besos suaves pero tiernos, con su lengua lamia mi piel, y yo sentía que no podía respirar, solo la abrazaba y me perdía en su pelo. Volvimos a besarnos, esta vez con más urgencia, las cosas se estaban saliendo de control, yo la apretaba a mi como temiendo que fuera a dejarme, con temor a que se desvaneciera, que tenía esa mujer que me volvía totalmente loca?. De pronto ella se alejo de mi, sus ojos eran oscuros, sus pupilas dilatadas por la pasión y respiraba con dificultad
*Guauuu , menos mal que no te gustaban las mujeres, por poco me violas- sonrió pero la risa no llegaba a sus ojos, se estaba vengando de mi
*Te recomiendo una ducha fría bombón,- su sonrisa de triunfo iluminaba su cara, me tiro un beso y salió mientras yo estaba clavada en la misma posición, todavía sintiendo su cuerpo en mis manos y en mis labios. Lentamente subía a mi habitación y no tuve otra alternativa que seguir su consejo
TERCERA PARTE
Paso el resto de la semana y ella no me llamo mas, pero todos los días recibía el llamado de Stella su secretaria para preguntar por mi estado de salud. Aprovechando los días de licencia, lleve mi Curriculum a varios estudios y ya tenía una entrevista pactada para la próxima semana.
Mañana viernes tendría que volver a enfrentarme a ella, no sé cómo reaccionar, en realidad mi cuerpo reacciona solo cuando la ve, no puedo evitarlo, todo en ella me gusta, sus ojos, su piel, su perfume, su sonrisa, Dios creó q me estoy enamorando, y no puedo permitírmelo, tengo q cortar de raíz esto que me pasa, la única solución es no verla más.
-Mami, mañana tenes que volver a trabajar?- me dijo Nico con una cara triste, habíamos disfrutado mucho estos días juntos.
- Si mi amor, pero como es viernes, es solo un día, después nos queda el fin de semana para estar juntos otra vez- su sonrisa me ilumino el día que bastante negro lo tenía.
-Tu amiga Fernanda no vino mas, no podría venir a comer el fin de semana, me la pase súper con ella, es muy divertida-
Mi humor volvió a tornarse negro, no sabía que decirle, además era rarísimo que Nico se hubiera encariñado con ella, seria verdad lo q se dice que la sangre tira?
-Mi amor lo que pasa es que Fernanda es en realidad mi jefa, no una simple compañera de trabajo, y ese día vino xq estaba preocupada por mí, que soy su empleada, pero es una persona importante , con muchas ocupaciones, no puedo molestarla,- no sabía que decirle, notaba su carita de desilusión
-Pero ella me dijo que se divertía mucho conmigo y que iba a practicar para cuando volviéramos a jugar a la Play- no quería darse por vencido.
-Basta Nicolás ya te dije que no y punto final, veta a tu cuarto que ya es hora de dormir- le dije enojada, me estaba desquitando con él , pero no sabía qué hacer, enojado se fue a su habitación sin saludarme.
Antes de acostarme pase por su cuarto para ver que estuviera bien, estaba despierto cuando entre.
-Perdóname Nico no quería gritarte, es solo que tuve un mail día, me perdonas? le dije mientras acariciaba su cabello, me miro pensativo y serio y me pregunto lo que tantas veces temí
-Mami, vos sabes quién es mi verdadera mama, es decir, la que me tuvo en su panza?
Quede petrificada, no podía hablar, lo que siempre temimos con Eduardo estaba pasando, pero ahora solo estaba yo, no tenia nadie en quien apoyarme,
-No Nico, no lo sé- mentí, - porque me preguntas eso?
-Es que pronto es el día de la madre y en el cole nos pidieron una foto con nuestras mamas, y te saque una sin que te dieras cuenta, y Ramiro, me dijo que yo no me parecía en nada a ti, y me pregunto si me parecía a mi papa, y bueno le dije que era adoptado-
-Y que te dijo Nico, te dijo algo que te molestara, te trato mal?- la sangre me hervía de solo pensar que alguien pudiera lastimarlo
-No mami, es mi amigo, solo me dijo que quizás yo me pareciera a mi verdadera madre, por eso me gustaría conocerla, nada mas-
-Ok, hijo te prometo que voy a tratar de ayudarte a encontrarla- lo abrace tan fuerte que me dijo que lo ahogaba, me fui llorando a mi habitación y tarde horas en quedarme dormida
Al otro día fui a la oficina con miedo de enfrentarme a ella pero por suerte estaba en una reunión en otra ciudad y no volvería hasta la semana entrante, menos mal porque me veía fatal, peor que antes de mi desmayo. Alejandra me comento que había estado entrevistando personal, porque la jefa había cerrado un trato importante y el lunes empezaban 2 personas nuevas.
Llame a Andrea y le pedí que nos viéramos urgente, necesitaba hablar con ella.
El sábado aprovechando que Nico estaba en el club, nos juntamos almorzar en casa, a Andrea le pareció raro que no quisiera salir a almorzar fuera, pero quería contarle todo, y prefería que fuera en mi casa.
-Bueno amiga, estas en un grave problema, estoy un 99% segura de que tu jefa es la mama de Nico, más parecida no puede ser, que vas a hacer?- me pregunto Andrea preocupada.
-A decir verdad tengo 2 graves problemas Andre, y tengo que contártelo porque ya no lo aguanto más, siento que me estoy ahogando-, las lagrimas me caían por las mejillas, Andrea me miraba preocupada.
-Quizás lo que voy a contarte te aleje de mi, y te juro que voy a comprenderlo, pero necesito al menos compartirlo con alguien-
-Por Dios Luciana que pasa, estas enferma? no me asustes por favor?
-Andrea yo soy lesbiana- espere su reacción pero no dijo nada, continúe contándole como mi matrimonio con Edu, era una mentira, al menos para mí, lo vacía que me sentía etc. etc. etc.
-Andrea por favor dime algo, lo que sea-
-Bueno Lu, la verdad es que estoy sorprendida pero no tanto, yo me daba cuenta de que algo te pasaba pero pensaba que quizás era por la muerte de Eduardo, que no querías formar otra pareja, porque cada vez que queríamos presentarte un candidato huías espantada jajajaja-
-Yo entiendo si no quieres ser mas mi amiga, sé que es...-
-No seas boba, como voy a dejar de ser tu amiga, por favor, tu sexualidad es cosa tuya, yo te quiero como la persona que sos, y sos la mejor amiga que tengo, así que venga, dame un abrazo, pero eso si fraternal ehhh- nos abrazamos riéndonos, y sentí que un gran peso me abandonaba.
-Andre, todavía me falta contarte mi segundo problema-
-Jajaja, te parece poco con los que tenes jajaja, dale contarme, lo mas difícil ya paso no?- me tomo de la mano para darme confianza
-Es que estoy enamorada de una mujer,-
-Bueno, es lo lógico después de lo que acabas de contarme no? Cuál es el problema, no te animas a decírselo, tenes miedo de lo que opinen los demás, No seas boba, se feliz y que los demás se caguen, por lo pronto te digo que en mi casa siempre serás bien recibida-
-Gracias Andre, no sabes lo que significa para mi tu apoyo, el problema no es ese, el problema es de quien me enamore, es un imposible, no puede ser-
-Pero porque amiga, que pasa ella no siente lo mismo, es hetero, es... ya se- ahora si su cara era de asombro e incredulidad, -no me digas quien es, te enamoraste de ella, no lo puedo creer-!!
-ya lo sé Andre es una locura pero no lo pude evitar, te juro que trate y trato pero es más fuerte que yo, la veo y mi corazón late como loco- le conte lo que había pasado el día que me desmaye, sus llamados, lo tierna que había sido con Nico el día que vino a casa, y con mucha vergüenza también le conté del beso.
-Con razón el día que fui a buscarte me miraba con una cara, parecía que quisiera matarme, de seguro estaba celosa jajajaj-
-Por favor no te rías, es terrible, justo de ella tengo que enamorarme, es la madre de mi hijo por dios, es la persona que podría destruir mi vida, ya empecé a buscar otro trabajo, tengo que alejarme de ella urgente- la angustia me invadía por completo, apenas me salían las palabras
-Luciana entiendo todo lo que te pasa y es obvio q no elegimos de quien nos enamoramos, pero porque te empeñas en pensar lo peor de ella, q te va a querer sacar a Nico, que te va a destruir, quizás no es así, no sabemos las razones que tuvo para dejarlo, ni lo que le paso en su vida, yo creo que al revés, tendrías que acercarte más a ella y conocerla un poco mas-
-Pero estas loca, no puedo acercarme más a ella, me muero cada vez que la tengo cerca, seria jugar con fuego, además no te dije lo peor-, Andrea me miraba con cara de que no podía creer que todavía hubiera mas
-Nico me dijo que quiere conocer a su verdadera madre- le conté como se había planteado la situación, - tengo miedo de que si se siguen frecuentando alguno de los dos se dé cuenta, Nico no es bobo, y ella, francamente si no lo ve es porque esta ciega, el nene no podría ser más parecido a ella.
-Si que la tenes difícil, yo sugiero q te tomes las cosas con calma, y pensa, que pasaría cuando Nico sea más grande y se entere que su mama es esa mujer que fue a su casa, que jugó con él, y que vos lo supiste todo este tiempo y lo ocultaste, la mentira tiene patas cortas amiga, pero en definitiva yo solo puedo aconsejarte y apoyarte en lo que decidas, siempre conta conmigo- nos abrazamos las dos llorando.
El lunes fui a trabajar normalmente, ya estaba terminando el proyecto Cifuentes , así que esa semana me tocaría estar casi siempre en la oficina, que tortura. A las 9 puntualmente entraron 2 chicas, de unos 25 años como mucho, eran las nuevas compañeras, una era muy bonita y la otra era una chica normal, se les notaban los nervios en la cara, Stella las recibió y las presento con nosotros. En ese momento llego Fernanda, nada más verla y mis pulsaciones se aceleraban, nos saludo a todos en general y en ningún momento me miro.
*Siempre es así de seria? Lástima porque es muy bonita, debe tener una sonrisa preciosa, me pregunto Paula la nueva chica, la más bonita, y miraba a Fernanda con ojos de depredadora
*Si, siempre es así-, me sonreí pensando que cuando estuvo en casa se rio toda la tarde y sus ojos verdes brillaban. Así que Paulita le tenía ganas a Fernanda, no me gusto nada la sensación que recorrió mi cuerpo, definitivamente la nueva me caía muy mal
Al rato Stella nos llamo a mí y a José, otro de los arquitectos porque la jefa quería vernos, los dos nos miramos con cara de consternación, nos sonreímos dándonos fuerza y entramos a su oficina
Como siempre estaba metida en su notebook, Dios era tan bonita, me dolía mirarla, recordaba el beso que nos dimos en casa, lo suave que eran sus labios, su piel era una seda, el perfume de su cuerpo, todavía podía sentirlo en mi mente
*Luciana, me estas escuchando? dijo en tono duro, y sus fríos ojos verdes estaban clavados en mi.
*Lo siento Licenciada, me distraje, podría repetirme por favor- me puse roja de la vergüenza
*Como les decía, vamos a emprender un gran proyecto, es un complejo muy importante bla bla bla, por eso incorpore a 2 personas nuevas, con poca experiencia pero que les serán de ayuda, Ustedes dos estarán a cargo, quiero que el trabajo se divida en parejas, vos José tendrás a Paula bajo tu ala y Luciana tu estarás con Noelia, alguna duda?
Estuvimos bastante tiempo hablando sobre el proyecto , y nuestras nuevas funciones, la verdad era que pintaba muy bien, ya estaba casi arrepentida de la entrevista de trabajo que tendría mañana, no pude evitar pensar que eligió a José para que supervise a Paula, porque no quería que tuviera contacto con la chica bonita y me lleno de regocijo
La semana paso volando con todo el trabajo que teníamos, Noelia no era guapa pero era maravillosa, súper inteligente y trabajadora, José le tiraba los perros a Paula pero pronto fue evidente ella estaba mucho mas interesada en la jefa, no perdía oportunidad para cruzársela cuando llegaba o cada vez que salía, hacia lo imposible para hablar con ella. Los primeros días Fernanda ni la veía, pero se ve que la insistencia de la jovencita daba resultado porque ahora hasta le sonreía y hablaba con ella, me moría de celos pero no podía hacer nada
El viernes volví a tener otra entrevista de trabajo, me habían vuelto a llamar, el Arquitecto Pérez no podía creer que quisiera irme de mi trabajo, cuando me pregunto el porqué le invente una excusa , que necesitaba nuevos desafíos etc. Llegue 30 minutos tarde al trabajo por suerte Fernanda no había preguntado por mí, así que nos pusimos a trabajar con Noelia y José en los planos
*Donde esta Paula?- pregunte
*Donde crees que puede estar? me dijo José sonriendo con ironía, -Quiere llegar rápido a la cima nuestra nueva compañerita- riendo junto a Noelia, a mí los celos me hacían hervir la sangre, no pude ni siquiera simular una sonrisa
En ese momento Paula salió de la oficina de Fernanda, todavía riendo, se notaba que lo estaban pasando bien, Dios tenía ganas de matarla. Lentamente se acerco a nosotros
*Perdón chicos es que le pedí permiso a la Lic. para retirarme antes hoy, es que tengo algunos trámites que hacer, y como es tan divina, no me hizo ningún problema- como quería borrarle la estúpida sonrisa de su cara
*Que raro- dijo José, ella nos dejo bien en claro que este tema es prioritario, nos hizo abandonar los otros proyectos, estamos trabajando como locos tiempo extra y a ti te deja irte antes un viernes- se notaba la indignación en su voz, tanto José como yo teníamos familia o hijos, y nos estábamos quedando mas tiempo de lo habitual
*José será que le gusto a la jefecita jajajaj -parecía un gato ronroneando, no le interesaba un ápice disimular que quería tener algo con Fernanda, lo raro era que ella le consintiera su comportamiento.
En toda esa semana no volvimos a hablar, ni siquiera me miraba, solo cuando era estrictamente necesario y por trabajo, me dolía su actitud pero trataba de convencerme de que era lo mejor, al fin y al cabo era lo que yo quería o no?
Al mediodía Fernanda estaba esperando el ascensor para salir a almorzar, como siempre Paulita a su lado hablando no se que tonterías, cuando Stella la fue a buscar porque tenía una llamada importante, volvió a su oficina y a los 10 minutos abrió la puerta, su cara era una furia, echaba fuego por los ojos
*Luciana, a mi oficina, ahora- y cerro de un portazo
*Guau Lu que le hiciste- me dijo Alejandra preocupada, José y Noelia me miraban y yo solo podía decir que nada, no le había hecho nada
Cuando entre estaba parada de espaldas mirando por la ventana, se notaba en la postura de su cuerpo que estaba furiosa, Dios espero que esto no esté relacionado con Nico, que no haya averiguado nada, solo podía rezar.
*Así que estas buscando trabajo en otros estudios? Creíste que no iba a enterarme? Da la casualidad que el Arquitecto Pérez es un buen conocido de mi fallecido esposo y me llamo para retarme, si para retarme porque estaba perdiendo a mi mejor empleada- se dio vuelta y sus ojos eran fríos como 2 esmeraldas.
Yo permanecía callada, por un lado le agradecía a Dios porque Nico no estaba involucrado, pero no sabía que decirle, no encontraba ninguna excusa lo suficientemente valida, así que apele al sarcasmo
*Por favor Lic., es obvio que si alguien busca trabajo, no se lo va a informar a su jefe- sonreí forzadamente, -además es algo que pasa todo el tiempo, la gente vive cambiando de trabajo, no sé porque se molesta tanto- intente parecer despreocupada pero no me había salido muy bien
Se acerco hasta mi, estaba tan cerca que solo tenía que extender mi mano para acariciarla, increíblemente bajo su mirada, la note vulnerable, moría de ganas de abrazarla
*Es por lo que paso el otro día entre nosotras? me dijo sin levantar la vista,
*En parte sí, pero además necesito cambiar, ya hace mucho tiempo que estoy aquí, necesito nuevos desafíos- mentí
*Nuevos desafíos? te puse al frente de un gran proyecto, muy importante y queres nuevos desafíos?- me miraba incrédula, se alejo de mi, volvió a darme la espalda- y si es por el beso no te preocupes, no volverá a pasar, no te voy a volver a molestar- su noto había recuperado la frialdad acostumbrada.
*Claro, ahora ya tienes a Paulita para que te entretenga no? en ese instante quise que la tierra me tragara, como se me había escapado eso
Se dio vuelta y me miro, una ráfaga de emociones cruzo por su rostro
*Estas celosa Luciana? note la sorpresa en su voz, y triunfo, si mis celos me habían delatado
*No digas pavadas, es solo que ella no trata de disimular el hecho de que quiere cazarte, eso no le hace bien a tu fría imagen de mujer de negocios- sonreí irónica
*Gracias por cuidar mi imagen, no sabía que algo mío te preocupara- me dijo cortante, - y bien, que pansas hacer, obviamente del estudio Pérez no van a contratarte pero que tengo que ofrecerte para que te quedes conmigo, quise decir en el estudio? -se puso colorada, a pesar de su piel oscura y bajo su mirada.
*Guaaau vas a darme lo que yo te pida?- quise ser graciosa pero mi pregunta sonó sugestiva
*Yo podría darte muchas cosas, pero no sé si estas dispuesta a aceptarlas- su tono de voz era cálido y me acaricio con su mirada, ahora yo también estaba roja de pies a cabeza,
*Yo ehh, quiero un aumento de sueldo obviamente- dije lo primero que me vino a la cabeza
Ella rio, se acerco a mí, y puso mis labios sobre mi oído, me regalo su aliento que me hizo estremecer y me dijo
*Cobarde-, se alejo de mi - lo imaginaba, que mas?
*Quiero estar al frente del proyecto y trabajar con José y Noelia, no quiero a Paula en el equipo, y no pienses cosas raras, ella no me gusta y al resto tampoco, si queres podes preguntárselo a José, antes de darme tu respuesta, no es nada personal- si bien era verdad, los chicos tampoco querían a Paula, mis motivos además de laborales eran personales
*Quieres que la despida? su tono era firme, sin titubeos, me asombraba como podía pasar de un estado de vulnerabilidad total a ser la fría mujer de negocios, era un enigma
*Yo no dije eso, solo te dije que no la quiero trabajando conmigo, podría ser perfectamente tu asistente, imagino que estaría fascinada- idiota pensé, pero no podía controlarme.
*Ok , deseas algo más? me pregunto sin mirarme, como podía decirle que la deseaba a ella, que me moría por besarla.
*Lo que paso entre nosotras, no puede volver a pasar- intente sonar segura
*Eso no puedo prometértelo, porque no depende solo de mi-
*Si es por mí, no hay problema, no va a volver a pasar nunca- dije firme
*Ok, por favor pedirle a José que venga, ya podes retirarte-
Cuando estaba por abrir la puerta sentí su voz
*Luciana, nunca es mucho tiempo- abrí la puerta y salí
Cuando le conté a Andrea todo lo que había pasado, solo me miro meneando la cabeza y me dijo
*Amigas, sabes que siempre te voy a apoyar en todo, pero te estás equivocando, estas perdiendo una gran oportunidad, despues las cosas se van a complicar innecesariamente.
Pasaron los días y estábamos tapados de trabajo, muchos días teníamos que quedarnos después de hora y Fernanda se quedaba con nosotros, a veces en su oficina y otras ayudándonos, claro que su fiel asistente, Paula se retiraba a horario, siempre le decía que podía quedarse un rato mas, pero Fernanda la rechazaba. Nunca más volvimos a hablar del tema, evitábamos mirarnos pero muchas veces nos sorprendíamos mutuamente haciéndolo y rápidamente desviábamos la vista.
Al fin llego el viernes, estaba agotada, por suerte era un fin de semana largo, lo único malo era que Nico, se iría con sus abuelos paternos a la playa, estaba muy ilusionado y no los veía tan seguido como debiera, así que no pude oponerme.
Ese día Fernanda llego casi al mediodía, y la vi muy pálida, tenia los lentes de sol puestos y ni me miro, enseguida Paulita corrió tras ella, y más tarde le llevo un té. No la vi en toda la tarde, solo su asistonta, así era como le decíamos, iba y venía con cara de pocos amigos, se ve que la jefa tenía un mal día. Cuando se hicieron las 6, todos se fueron, incluida Paula que estaba de pésimo humor, yo me quede un rato mas ya que había salido al mediodía para llevar a Nico con sus abuelos y despedirme. Ya eran pasadas las 7 , solo quedaba yo en la oficina, y Fernanda, me acerque a la puerta de su despacho y golpee suavemente
*Fernanda, ya me voy, es muy tarde- nadie me respondió, volví a golpear y nada, indecisa abrí la puerta, no se escuchaba nada. Entre despacio y la vi acostada en el sillón grande, estaba en posición fetal, una capa de sudor cubría su cara y se notaba que estaba transpirando mucho, ya que la camisa se le pegaba al cuerpo, me acerque suavemente mientras la llamaba pero no abría los ojos. Me acerque y toque su rostro, hervía de fiebre.
*Fernanda, por favor despierta, Fer por favor no me asustes- la zamarreaba suavemente, y abrió los ojos, los tenia vidriosos
*Lu, no me dejes por favor, me siento muy mal- las lagrimas caían sobre sus mejillas
*Tonta porque no me llamaste antes, hace cuanto que estas así?, no me contestaba, la abrace y acomode su cabello, ella trato de aferrarse a mí pero no podía de lo débil que estaba. Volví a recostarla y llame a seguridad, me ayudaron a subirla a mi auto y la lleve a una clínica pese a sus protestas. El médico la reviso, dijo que era solo una gripe fuerte, pero que debía guardar reposo absoluto para que no se complicara con nada, le receto unos medicamentos para la fiebre y analgésicos. La lleve al auto y partimos rumbo a mi casa, no podía ni quería dejarla sola, me sentía muy feliz de poder cuidarla y mimarla.
Durmió todo el viaje, cuando llegamos, se dio cuenta de que no estábamos en su casa y comenzó a protestar o lo intento, porque ni fuerzas tenia para ello.
Como pude la ayude a subir a mi habitación, la acosté en la cama, y le di una camisa de Eduardo, para que le quedara holgada, ya que seguro iba a sudar mucho. Cuando volví a la habitación todavía no había logrado abrocharse la camisa, así que puse mi mente en blanco y la ayude, no pude evitar mirar su cuerpo casi desnudo, pero la veía tan mal que me daba ternura, la ayude a meterse en mi cama, le di la pastilla que le habían indicado y ponía paños fríos en su cabeza, al cabo de una hora la fiebre bajo, y pudo dormirse.
Se veía tan bien en mi cama, como seria despertar a su lado?, mientras la miraba dormir fantaseaba con como seria despertar juntas , que sus ojos y su sonrisa fuera lo primero que viera al despertar y lo ultimo al dormirme, pensando en eso me quede dormida
A la madrugada la fiebre volvió a subir, intente bajársela, pero era mucha, deliraba, y no podía entender lo que decía, le ponía paños fríos en la frente, bajo las axilas, fueron dos horas de lucha continua, y estaba agotada, me quede dormida en la cama junto a ella.
Desperté con el ruido de un auto que pasaba con el escape abierto por la calle, abrí los ojos y me encontré con la mirada más verde y dulce que jamás imagine tenía una semi sonrisa en los labios
*Te sentís mejor? le pregunte con la voz ronca por el sueño y la excitación que me producía tenerla en mi cama
*Te amo- me dijo, no puede ser, debo haberla escuchado mal, puse cara de sorpresa y toque su frente con mi mano, estaba tibia
*Te está subiendo la fiebre otra vez- le dije pensando que comenzaba a delirar
*No, no estoy delirando, sé muy bien lo que dije, pero vos no queres escucharlo, tenes pánico de escucharlo, porque tenes tanto miedo?, me lastima no poder acercarme a ti, me duele que siempre me alejes- volvía se ser la niña vulnerable otra vez y me desarmaba totalmente.
La frase volvió a formarse en sus labios pero no deje que la pronunciara, uní su boca con la mía y la bese tratando de aplazar lo inevitable, yo también la amaba pero no podía decírselo, la abrace y escondí mi rostro en su cuello.
*Shhhh, tenes que descansar, todavía tenes fiebre- le acariciaba la espalda lentamente y le daba pequeños besos en su cuello, su cabello y en su cara, lentamente nuestra respiración se fue relajando y las dos no dormimos abrazadas.
CUARTA PARTE
Ella siguió durmiendo toda la mañana, la fiebre no volvió a subirle, yo aproveche para ordenar la casa , ducharme y preparar el desayuno
Cuando entre a mi habitación con la bandeja del desayuno, ella se estaba desperezando en la cama, verla así, todavía con los rastros del sueño en su cara, el cabello alborotado, me lleno de ternura, solo quería protegerla y mimarla.
*Buen día, como amaneciste? Te traigo el desayuno para que recuperes fuerzas- le dije sonriendo, y evitando hablar sobre lo que me había dicho anoche.
Ella me miraba midiendo mi reacción, tratando de saber cómo reaccionar, se la notaba débil todavía pero no podía descuidarme un segundo, ella podía ser muy fría y dura cuando quería, pero también muy dulce y vulnerable, era yo la que provocaba su peor faceta para resguardarme del amor que sentía por ella.
*Me siento como si un tren me hubiera pasado por encima, me duele todo, te di mucho trabajo anoche?- me pregunto mientras miraba el desorden que había en la mesa de luz que atestiguaba mi trabajo para poder bajarle la fiebre.
*Un poco bastante-, sonreí, ahora tenes que comer algo porque te toca otra pastilla, y te va a hacer mal si no comes nada- me acerque con la bandeja y con su cara me decía que lo que menos ganas tenia era de comer
*Cambia esa cara, tenes que comer si o si, no me hagas enojar como Nico, el tiene 10 años por Dios- trate de hacerle una broma, pero ella seguía seria
Tomo la taza de té que sostenía en mi mano y nuestros dedos se rozaron, la mire directo a los ojos y supe que estaba perdida, ya no podía mas evitar lo que sentía, la amaba, que Dios me ayudara pero ya no podía soportarlo. Lentamente me acerque a sus labios, sentí su aliento tibio, y sonó el teléfono, Dios noooooo porque ahora.
Rápidamente me aleje y atendí el teléfono de la habitación, era Nico, empezó a contarme todas sus aventuras, a donde había ido a cenar, desayunar etc. etc., yo amaba a mi hijo pero en ese momento lo hubiera matado. No salí de la habitación mientras hablaba pero evitaba mirarla, por el rabillo del ojo veía que ella hacia un gran esfuerzo por tomar el desayuno.
*Chau mi amor, que te diviertas. nos vemos el lunes, pórtate bien, no hagas enojar a los abuelos, te quiero mi vida- corte el teléfono y disimuladamente me seque una lagrima, no estaba acostumbrada a estar tanto tiempo sin Nico, lo extrañaba mucho.
Ella tenía su mirada clavada en mi y en sus ojos había una expresión de tristeza o algo que no podía definir.
*Era Nico, se fue a la playa con sus abuelos, me siento una tonta pero no estoy acostumbrada a estar sin él, lo extraño mucho- no podía parar de hablar, estaba súper nerviosa y ella solo me miraba con sus inmensos ojos verdes, sin decir nada.
*Me sorprendió no escuchar los ruidos de un niño, pensé que estaría durmiendo aun, no sabía que no estaba en la casa. Gracias por cuidarme, no tenias porque hacerlo- me dijo mientras apartaba el desayuno.
*No me des las gracias, espero verlo reflejado en mi próximo recibo de sueldo jajajaj- sonreí
*No te preocupes que te recompensare por las molestias- su expresión volvía a ser la misma de la jefa fría y hosca de la oficina, estaba intentando levantarse de la cama, pero estaba medio mareada, en un segundo estaba con ella y la tome del brazo pero ella se zafo y cayo sentada sobre la cama
*Hey, era una broma, no podes creer que hablaba en serio- yo también había dejado de sonreír
*Ya me siento mejor, así que voy a irme a mi casa, si no te molesta voy a cambiarme y me llevo la camisa, después te la devuelvo limpia- parecía que me estaba dando órdenes en el trabajo
*De ninguna manera, no te vas de aquí, todavía no estás bien, ni siquiera podes mantenerte de pie, seguramente la fiebre va a volver en un rato, así que te quedas en la cama como dijo el doctor, esta no es tu oficina, así que no tengo porque aceptar tus ordenes- mi voz denotaba mi enojo
Se levanto de la cama como un rayo, el sudor en su rostro evidenciaba el esfuerzo que estaba haciendo, pero se paro frente a mí, enfrentándome, sus ojos verdes estaban oscuros por el enojo.
*Quiero mi celular? donde esta?- su voz era fría.
Me acerque al mueble de mi habitación, donde estaba su cartera y tome su celular, me volví mirándola fijamente.
*Aquí esta, que pensas que te quiero secuestrar? reí socarrona, aunque nada me gustaría mas
Ella tomo el celular y sin hablarme marco un numero.
*Hola Paula, perdón que te moleste en un fin de semana pero necesito un favor......-
No podía creerlo, cuando la escuche hablar con Paula los celos se apoderaron de mí, no me reconocía, ni por mi marido me había sentido jamás tan celosa. Sin pensarlo le arranque el teléfono de la mano, y lo apague. Las dos nos miramos, mi cara era de furia y la de Fernanda de incredulidad
*Estas loca, que te pasa, porque hiciste eso? Dame mi teléfono ahora!!!!- me miraba como si estuviera loca, y era obvio que se estaba enojando.
*A quien vas a llamar a Paulita para que te venga a rescatar? -hervía de rabia y ya no hacía nada por disimularlo, sostenía en mi mano el celular, y no pensaba dárselo.
*No te interesa a quien llamo, es mi problema, pero es que te volviste loca, que te pasa?- ya me gritaba, su fría imagen también había desaparecido.
*Queres saber qué me pasa, de verdad queres saberlo?- me acerque a ella y con una mano la tome de la nuca y la atraje hacia mí, la mire a los ojos, sentí su respiración agitada sobre mis labios y mi mundo estallo, ya nada me importaba, si era mi jefa, si era la verdadera madre de mi hijo, nada, solo quería besarla hasta quedarme sin aliento, y como un luchador vencido caí de rodillas ante la dulzura de sus labios.
Nos besamos en forma salvaje, ella se colgó de mi cuello y mis manos viajaron hacia su cintura, la abrace fuerte, queriéndola meter en mi cuerpo, no tenía suficiente de ella. Nos separamos buscando aire, nuestras respiraciones estaban más que agitadas. Su frente tenía una capa de sudor y ahí me acorde que estaba enferma, que unos minutos atrás se mareaba al levantarse.
*Lo siento, no deberíamos hacer esto- le dije pensando en su estado, ella me miro con desolación, había tristeza en su mirada,
*Si tenes razón, no debimos hacerlo, mejor me voy- se dio vuelta, buscando su ropa encima del sillón, su voz sonaba apagada
La tome del brazo y la voltee hacia mí, ella me negaba su mirada, me evadía, con mi mano tome su mentón y levante su rostro, sus ojos estaban húmedos, acaricie su mejilla y roce sus labios con los míos, apoye mi frente en la suya, y sentí que suspiraba.
*Creí que ya había quedado claro esto, vos te quedas aquí conmigo, yo voy a cuidarte, y mejor metete en la cama antes de que te desmayes- le dije sin dejar de acariciarla. En su boca se dibujo una sonrisa, sus ojos volvían a brillar.
*Ok, me quedo pero con una condición- me dijo mientras sonreía y se abrazaba a mi cintura.
*Quiero darme una ducha, me siento fatal- hizo un mohín con su carita, no se parecía en nada a la Fernanda que yo conocía en el trabajo, era una mujer dulce, tierna, vulnerable, solo podía enamorarme más de ella.
*Mmmm déjame pensarlo, jajjaa- sonreí al ver su cara, la tome de la mano y la lleve al baño, prepare la ducha y le di unas toallas
*Nada me gustaría mas que ducharme contigo, pero tenes que descansar, todavía no estás bien- le dije mientras la besaba, el beso se volvió mas intenso y casi no llegamos a la ducha.
*Basta Fer, eres imposible- me desprendí de su abrazo y prácticamente la obligue a entrar a la bañera, mientras iba por un pijama para prestarle. Me cruce frente a un espejo y me costó reconocerme, tenía una gran sonrisa en mi cara, mis ojos brillaban, mis labios estaban hinchados por los bezos, el pelo revuelto, hacía años que no me veía así, estaba irremediablemente enamorada de Fernanda Uribe.
Cuando volví al baño Fernanda todavía se estaba duchando, así que deje la ropa y salí para no tentarme, aunque cada célula de mi cuerpo me pedía a gritos por ella. Estaba cambiando las sabanas de la cama, cuando Fernanda entro envuelta en un toallon, sin el pijama, me quede embobada mirándola.
*Sabes, la ducha y el desayuno me sentaron muy bien, me siento mucho mejor- su mirada era picara y tenía una semi sonrisa en los labios que me volvía loca.
Dejo caer el toallon al suelo y mi mandíbula también, todo pensamiento racional me abandono, y solo la mire acercarse hacia mi sonriendo, tomo mi cara entre sus manos y me beso.
*No me hagas esperar más, por favor- me dijo suspirando entre beso y beso, y ya no pude resistir.
Nos abrazamos como si el mundo fuera a terminar mañana, el beso que empezó salvaje, se fue tornando tierno, quería disfrutarla, hacerlo despacio para recordar cada momento. Deje sus labios y me perdí en su cuello, con el que tanto tiempo había soñado, un gemido de satisfacción escapo de mi boca, empecé con besos suaves que eran acompañados por mi lengua que se perdía en su piel, mis manos abandonaron su cintura y la tome de las nalgas, apretándola hacia mi haciendo que nuestras caderas chocaran, ahora era ella la que suspiraba. Me tomo del pelo para alejarme de su cuello, tuvo que tirar hasta que sentí dolor, la mire y vi el deseo en sus ojos, me beso en los labios otra vez.
*No me tortures mas, por favor- me decía entre suspiros y con sus manos comenzó a sacarme la camisa, estaba temblando, así que tuve que ayudarla, en seguida las dos estábamos desnudas, nuestros cuerpos se rozaban y se fundían entre sí. La empuje hacia la cama y caí sobre ella. Fui bajando con suaves besos, siempre demorándome en su cuello, hasta que llegue a sus senos, eran deliciosos, intente tomarlos con mis manos pero no podía, eran bastante grandes, sus pezones eran oscuros y parecían piedras , sople sobre uno de ellos y lo lamí, ella se revolvió inquieta mientras me pedía entre susurros que la hiciera mía, pero yo quería que disfrutáramos el máximo posible. Poco importaba que fuera mi primera vez con una mujer, solo seguía mi instinto , sus suspiros y gemidos me guiaban.
Me dedique a besar, lamer, chupar y besar sus pechos hasta el cansancio, ella tomaba mi cabeza y la apretaba llenando mi boca con su deliciosa carne, mi mano suavemente comenzó a recorrer su vientre y detrás de ella fueron mis labios, llegue a su vagina estaba totalmente mojada, con mis dedos comencé a acariciarla y jugaba con sus labios, hasta que mi boca empezó a besar su sexo, ella se retorcia ca en la cama, se agarraba de las sabanas y levantaba su cabeza para verme, cuando mi lengua toco su clítoris, estaba tan excitada que se vino en un orgasmo intenso, mi boca se lleno de ella, sus gemidos debieron escucharse en toda la casa, eso me excito mas, así que con mi lengua seguí jugando a penetrarla, ella me pedía que parara, pero quería volverla loca de placer, en lugar de mi lengua introduje dos dedos y comencé a moverlos primero despacio y después mas rápido, despacio otra vez, me acerque a su boca, la bese, sus ojos estaba desorbitados, me tomo el rostro con sus manos y comenzó a pasarme la lengua por mi cara, sorbiendo los restos de sus propios jugos. Su mano también descendió a mi vagina que estaba tan inundaba como la de ella y me penetro, lance un quejido, pero no de dolor, sino de placer, ella se quedo quieta
*Te lastime mi amor?- me miro preocupada
*Shh, solo sigue por favor- su boca sonrió y comenzó a besarme mientras nuestras manos seguían en su juego, solo tardamos unos minutos en venirnos juntas, el orgasmo fue brutal, nunca me había sentido así, ni con mi marido, ahora si me sentía completa y feliz por mucho tiempo. Caímos las dos abrazadas, dándonos suaves besos y caricias y así nos quedamos dormidas.
Desperté desorientada, la luz del día entraba por la ventana de mi habitación, estaba desnuda y tapada con la sabana, pero sola, en ese momento las imágenes de lo que había pasado vinieron a mi mente, no pude evitar sonreír. Donde estaba Fernanda, se habría ido? Salte de la cama y fui hasta el baño, no estaba allí, no podía llamarla porque no me salían las palabras, me puse un short y una remera, salí corriendo de mi habitación sin siquiera fijarme que sus cosas seguían allí.
Baje y recorrí la casa hasta que llegue a la cocina, la vi de espaldas, tenia puesta mi bata y estaba preparando unos bocadillos para comer, solo ahí me di cuenta de que mi estomago crujía del hambre, eran casi las 5 de la tarde y solo habíamos desayunado. El alivio de verla allí, pronto fue reemplazado por mi inseguridad, no sabía cómo tratarla, no estaba segura de que sentiría ella, pero al fin y al cabo seguía en mi casa no ? Si estuviera disgustada se habría ido, Soy una estúpida, pensé. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que ella se había volteado y me había hablado.
*Eh perdón estaba distraída, no te escuche, que me decías?-
Sus enormes ojos verdes estaban clavados en mi, esperando, debería acercarme y darle un beso?
*Te pregunte si tenias hambre? la note algo enfadada, se volteo y siguió preparando las cosas.
Me acerque lentamente y me coloque detrás de ella, pegue mi cuerpo al suyo y puse mis manos sobre la mesada, sin tocarla pero manteniéndola aprisionada, acerque mi boca a su oído, le di un beso suave y baje hacia esa parte de su cuerpo que me obsesionaba, su cuello, comencé a darle suaves mordiscos, ya que no quería marcarla, aunque me hubiera encantado, sentí que se estremecía con mis caricias.
*Muero de hambre, y tú?- le dije con mis labios sobre su piel, ella se dio vuelta dentro del circulo de mis brazos y comenzó a besarme , Dios besaba tan bien, sus labios suaves y llenos se acoplaban a la perfección con los míos, la temperatura de nuestros cuerpos empezó a elevarse , mis manos se fueron a su cintura apretándola contra mí, y ella acariciaba mi espalda, pronto no tendríamos retorno y así fue.
Con mis manos aparte nuestro desayuno de la mesa, le saque la bata, estaba desnuda, y la subí sobre la mesada, bese su cuerpo hasta enloquecerla mientras con mi mano acariciaba su sexo, ella se aferraba a mí como si fuera lo único firme en su vida, me desconocía cuando hacía el amor con ella, con Eduardo al principio teníamos buen sexo, pero yo siempre era la pasiva, el tomaba las riendas de la relación y yo me dejaba, con ella no podía parar de besarla, acariciarla, penetrarla, quería hacerla mía, que no extrañara las caricias de nadie más. Rápidamente llego al orgasmo, se abrazo a mi sin fuerzas.
*Te sentís bien? Espero que no te suba la fiebre porque me moriría de la culpa- le dije sobre su pelo mientras la abrazaba.
Sentí su sonrisa antes de ver su rostro, sus ojos verdes brillaban, me acaricio la mejilla con su mano y comenzó a darme pequeños besos por mi rostro.
*Vos me producís la fiebre, no te das cuenta? Me moría por hacer el amor con vos, ya no sabía qué hacer para acercarme, para que te dieras cuenta de lo que me pasa con vos?- cerré su boca de un beso, no quería seguir con ese tema, no quería hablar de mis sentimientos, no podía, estaba segura de que la amaba pero había mucho en juego, y podía perderlo todo.
*Vamos a comer, muero de hambre y vos tenes que tomar otro medicamento- la ayude a bajar, note la desilusión en su carita y me sentí una porquería por hacerla sufrir.
Mientras comíamos hablamos de cosas sin importancia, era muy divertida cuando dejaba de lado su papel de la Lic. Uribe, mientras arreglaba la cocina la mande a acostarse, necesitaba descansar, estaba algo pálida.
Cuando fui a la habitación, ya había anochecido, estaba profundamente dormida, me acosté junto a ella y la abrace por la espalda, nos despertamos varias veces e hicimos el amor, sino empezaba yo, ella me despertaba con sus caricias y besos, terminamos agotadas, pero satisfechas, con nuestras piernas entrelazadas y abrazadas.
Así pasamos el domingo, haciendo el amor, durmiendo, volviendo a hacer el amor, no nos cansábamos nunca, no sé de donde sacábamos energía, pero en ningún momento hablamos de lo que sentíamos, ninguna quería arruinar el momento, pero llego el lunes, y si bien era feriado, Nico me había avisado que llegaría después del mediodía. Así que desayunamos juntas luego de ducharnos y hacer el amor una vez más en la ducha.
*A qué hora llega Nico?- me pregunto con voz neutra
*Supongo que tipo 3 de la tarde, eso me dijo ayer- sentía que algo en el ambiente había cambiado, se notaba la tensión.
*Imagino que no querrás que me vea aquí no? - ante mi silencio volvió a hablar sin mirarme, otra vez usando su frio tono
*Mejor me voy ahora, así podes descansar un rato y acomodar tu casa, gracias por todo- hizo énfasis en la última palabra la dijo mordiéndola como con rabia.
*Si creo que es lo mejor- odie cada palabra que dije, vi su transformación, ya tenía su máscara otra vez, nada quedaba de la mujer tierna y dulce con la que había vivido los últimos días, me sentía terriblemente culpable.
Se levanto de la mesa y subió a la habitación, yo me quede estaqueada allí, enseguida bajo, con su cartera y la ropa que tenía el viernes en una bolsa, yo le había prestado ropa, aunque prácticamente no la había usado.
*Mañana te devuelvo tu ropa limpia- se dirigió a la puerta sin mirarme, espero allí a que yo le abriera. No podía dejarla ir así, pero sabía que esto no tenia futuro, tenía que pensar en mi hijo, no podía arriesgarme a tener una relación con ella, quizás después de habernos quitado las ganas, todo seria mas fácil, aunque en el mismo momento que lo pensaba tratando de autoconvercerme, sabía que era una estupidez, nunca podría ser fácil, la amaba como nunca ame a nadie.
*Fernanda, yo....- no sabía que decirle, no podía mirarla a los ojos
*No digas nada por favor, no arruinemos este hermoso fin de semana que pasamos juntas, no sé qué es lo que te pasa y es obvio que no vas a decírmelo, así que prefiero que no me mientas, no lo soportaría, solo quiero que sepas que te amo, y que no me arrepiento de nada de lo que paso aun sabiendo que esto terminaría así, volvería a vivir cada momento contigo mil veces.
Me acerque y la bese, la bese como si fuera el último beso que daría un condenado, quería transmitirle en ese beso todo mi amor para que no me olvidara.
Abrí la puerta y salimos, el chofer había traído su auto el sábado, así que estábamos yendo hacia el auto, cuando la camioneta de mis suegros para enfrente de mi casa. Nico se bajo y corrió hacia mí para abrazarme, lo llene de besos, cuando la vio a Fernanda se abrazo a ella
*Fernanda que bueno verte, te quedas a jugar conmigo, me lo prometiste- le dijo usando toda su manipulación infantil
*Otro día bonito, ahora no puedo- le dijo mientras se agachaba para besarlo y abrazarlo.
No me acorde de mis suegros, y de lo inoportuna y metida que era María mi suegra, hasta que la sentí gritar
*Luciana por Dios que es esto, cómo pudiste hacerlo, Dios mío- no paraba de santiguarse y darse aire, parecía que estaba a punto de desmayarse, y miraba con odio a Fernanda, en ese momento me di cuenta de que había notado el parecido entre los dos. Fernanda me miraba, no entendiendo que pasaba.
*María por favor, no se preocupe, pase a la casa, ella es una amiga y ya se va- trataba de mantenerme calma , le ordene a Nico que entrara y enojado lo hizo, cuando creí tener la situación bajo control, llego mi suegro con el bolso de Nico y vio a su esposa tan alterada
*Que te pasa María, porque estas así?-
*Como porque Miguel?, no te das cuenta, esta malnacida, ni siquiera nos consulto que opinábamos, estás loca si crees que por tu culpa voy a perder a mi nieto, voy a luchar con uñas y dientes- mi suegro trataba de calmarla y no entendía nada, Fernanda tampoco entendía que pasaba y yo estaba pálida como una hoja.
*Cálmese María, y entre, ya le explicare todo, no hay porque alterarse, Fernanda, lo siento pero este es un problema familiar, te agradecería que te vayas por favor-
*Si , pero estas segura, si me necesitas para algo por favor avísame-se notaba la preocupación en su rostro
*Vete ya perra, prostituta, no vuelvas mas a la casa de mi hijo, no eres bienvenida aquí- le gritaba mi suegra, estaba enloquecida, y ni su esposo lograba calmarla
Fernanda incrédula intento defenderse
*Oiga señora que le pasa, está loca o qué? Retire ya sus palabras, usted no me conoce, como puede tratarme así, le exijo disculpas- estaba furiosa
Yo la tome del brazo e intentaba sacarla de allí, pero ello se negaba, Miguel hacia lo mismo, pero ambas seguían insultándose, hasta que lo que tanto temí salió a la luz.
*Tu no vas a sacarme a mi nieto, no te lo voy a permitir, nunca, antes te mato con mis propias manos-
*Pero está loca mujer, porque querría yo sacarle a su nieto- le respondió Fernanda riendo irónicamente.
*Entonces que haces aquí, pudiste haberlo parido, pero eso no te convierte en su madre, mi hijo y Luciana son sus padres- y siguió insultándola.
Fernanda estaba casi tan blanca como yo, a pesar de que su piel era mucho más oscura, se zafo de mi brazo, y me miro con horror
*Dime que tu no sabias esto, dímelo- me dijo en un susurro
*Fer, yo lo sospechaba pero nunca lo pude confirmar con vos, no sabía cómo encarar el tema, tenia tanto miedo- le dije llorando
Ella se alejo hacia su auto como una autómata, se subió y cuando iba a arrancar me acerque golpeando su vidrio
*Fernanda por favor, espera, tenemos que hablar, por favor, perdóname pero tenía miedo, mucho miedo de perder a mi hijo- yo lloraba descontroladamente
Ella bajo el vidrio y me miro con una frialdad que me helo el corazón pero sus palabras fueron la estocada final
*No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora- subió el vidrio y arranco el auto, yo me quede llorando de rodillas en la acera con el corazón y el alma desgarrados
PARTE CINCO
Salí de la casa de Luciana como alma que lleva el diablo, maneje como loca sin saber a dónde ir, cuando vi el camión de frente que venía de la mano contraria, desperté de esa locura en la que estaba sumida, como pude lo esquive y salí de la ruta, pare el auto y me puse a llorar sin consuelo, no podía seguir huyendo, llevaba 10 años haciéndolo, escondiéndome de mi destino y por fin me había encontrado.
Crecí en un barrio muy humilde, jamás conocí a mi padre y mi madre nunca supo decirme quien era, fui fruto de uno de los tantos hombres que pasaron por su vida . Ella trabajaba por horas y estaba todo el día fuera, mientras era pequeña me cuidaban los Sres. Gutiérrez unos vecinos mayores que sentían pena por mí, ellos me esperaban con la merienda cuando salía del colegio y era el único momento agradable de mi día. Mi madre muchas veces llegaba borracha, se tiraba en la cama y no se acordaba que yo estaba ahí. Fui creciendo en ese ambiente y me hice dura, jure que jamás seria como mi madre, que no tendría hijos, para que no sufrieran lo que yo padecía. Pero el destino me jugó una mala pasada. Cuando cumplí los 17 años, ya era una niña muy bonita pero sumamente hosca, arisca, no tenía amigos y para colmo ya me había dado cuenta que me gustaban las mujeres, todo eso hacía de mi una ermitaña, pero nunca faltaba al colegio, era muy inteligente y siempre me becaban para que pudiera seguir estudiando, sabía que estudiar era lo único que me haría salir de la mugre en la que vivía, pero la situación empeoro cuando mi madre trajo a casa a uno de sus tantos novios, era un vago que se quedaba en la casa durmiendo mientras mi madre iba a trabajar, y por las noches solo escuchaba los jadeos de mi madre, parece que la tenia bien atendida en ese aspecto.
Pero Miguel, así se llamaba pronto empezó a perseguirme, me manoseaba siempre que podía, yo trataba de pasar el menor tiempo posible en casa y deambulaba por ahí hasta que llegaba mi madre. Lamentablemente mis vecinos habían fallecido así que me la pasaba en la calle, a veces conseguía algunos trabajitos para repartir volantes, vender cosas, en fin lo que se presentara, como mi madre no lo sabía, ese dinero lo guardaba, ya tenía decidido que cuando cumpliera los 18 años me largaría. Una tarde salí del colegio porque me sentía pésimo, algo que comí en la calle me había caído muy mal y no paraba de vomitar. Llegue a mi casa y me acosté en mi cama, pronto me quede dormida, desperté con el inmundo de Miguel arriba mío, estaba tratando de violarme, trate con todas mis fuerzas de empujarlo pero me golpeo tan fuerte que me desvanecí, cuando desperté el ya había terminado, su semen y mi sangre chorreaba por mis piernas, así perdí mi virginidad y lo poco de inocencia que quedaba en mi. En ese momento llego mi madre, obviamente él le dijo que yo lo provocaba, que hacia días que lo venia buscando y ella le creyó, mi madre empezó a golpearme, pero yo me defendí, la empuje y la tire al suelo, esta enloquecida, junte las pocas cosas que tenía en mi mochila, agarre el poco dinero que había juntado y me fui, nunca mas volví a ver a mi madre.
Busque la pensión mas barata que encontré, era una mugre, pero era mejor que la calle, busque trabajo de lo que fuera, no volví al colegio, no quería que mi madre me encontrara. Al poco tiempo, empecé a sentirme mal por las mañanas, vomitaba y me sentía cansada todo el tiempo. Trabajaba de limpieza en un restaurant, pero la comida me daba asco y vomitaba a cada rato, una compañera que era bastante buena conmigo, me pregunto si no estaba embarazada, fui al médico y me lo confirmo. La verdad es que trate de abortarlo, pedí un adelanto en el trabajo pero cuando llegue a la puerta del supuesto medico, no pude hacerlo, comencé a llorar y me fui.
Sentada en mi BMW nuevo, pasaron por mi mente todos esos días, en los que me moría de frio en la pensión porque no tenía una estufa que me calentara, la cucaracha más pequeña era como el personaje de La Metamorfosis de Kafka, lo único bueno era que comía en el restaurant, pero el sueldo era pequeño y apenas me alcanzaba para pagar mi cucha.
Pasaron los meses y mi panza iba creciendo, cuando los dueños se enteraron que estaba embarazada me despidieron, toda la ilusión que podía haber tenido de quedarme con el bebe murió en ese momento, que vida podría darle? Comencé a vivir de la caridad, vendía cosas en el transporte público y la gente como veía mi panza de embarazada se compadecía de mi y vendía bastante, por las tardes iba a mi antiguo trabajo y Mary la compañera que tan bien se había portado conmigo, me regalaba comida, los días que ella tenía franco, pues no comía, así sobreviví hasta los 7 meses
Una tarde camino a casa sentí fuertes dolores, fui al hospital, ya tenía contracciones, el parto se había adelantado, seguramente por los esfuerzos que hacía. Tuve el bebe por parto normal, un hermoso niño, con el mismo color de piel que yo y el cabello oscuro. Lo pusieron en mi pecho y comencé a llorar como nunca había llorado en toda mi vida, no quería dejarlo, pensé que sería posible salir adelante, le puse de nombre Valentín.
Pero al otro día la cruel realidad cayó sobre mí, deje el hospital, fui a la pensión, cuando me vieron con el niño no me querían dejar pasar, no quería problemas con otros habitantes, No niños No animales, como si fueran la misma cosa!!!! A duras penas pude sacar mis cosas y me echaron a la calle, pase 1 día deambulando y pidiendo, casi no tenia leche para amamantar al bebe que lloraba de hambre y yo estaba famélica, hasta que cuando anochecía vi una iglesia, desesperada toque y un cura me abrió, le pedí comida, y le dije que no quería a mi bebe. Trato de convencerme, me prometió ayuda, pero la decisión ya estaba tomada, no podía hacerle eso al niño, quería que tuviera un futuro mejor que el mío, le pedí a Dios que le diera unos padres amorosos y que pudieran criarlo como yo no podría, con el alma y el cuerpo desgarrados lo bese y abrace por última vez y me fui.
Anduve por las calles un tiempo, buscando comida en los tachos de basura de los restaurantes de lujo, a los que ahora suelo ir a comer y me tratan como una reina, en esa época era una salvaje, lo poco humano y decente que había en mi lo perdí cuando deje a mi hijo en esa iglesia. Después de días de buscar trabajo inútilmente, trague mi orgullo y volví al mismo restaurante a pedir trabajo, cuando me preguntaron por el niño, les dije que había fallecido al nacer, volvieron a tomarme y por primera vez el destino jugo a mi favor, 2 de las camareras habían faltado y me pidieron que las cubriera, allí conocí al Arquitecto Alfredo Uribe, un hombre muy poderos, con numerosos negocios en la ciudad. Era mucho más grande que yo, tenía 65 años y yo apenas había cumplido los 18, quedo prendado de mi en cuanto me vio, empezó a perseguirme pero de una manera amable y galante, era todo un caballero, yo lo evitaba de todas las formas, no quería involucrarme con nadie y menos con un hombre, pero con el tiempo su paciencia fue venciendo mi resistencia y acepte al menos ser su amiga, le conté que era lesbiana, y que no podía de ninguna manera tener una relación con él. Alfredo fue muy comprensivo y verdaderamente me había tomado cariño y yo a él, era una de las pocas personas por las que sentí genuino cariño en mi vida. Me propuso trabajar para él, ser su asistente, estaba cansado de los obsecuentes que le decían que si a todo y se orinaban encima con un grito suyo, basta decir que a mi corta edad pero con todo lo que me había pasado, yo no me amilanaba ante nada ni nadie.
Empecé a trabajar en su empresa a medio tiempo, mientras terminaba de dar las materias que me quedaban del secundario, cuando me recibí, el me alentó a estudiar administración de empresas, para esa altura, nuestra relación era de padre e hija, aunque sus verdaderos hijos me detestaban, veían en mi a una trepadora, pero ellos se ocupaban de despilfarrar el dinero de su padre en fiestas y viajes, mientras yo estudiaba y trabajaba como loca. Don Alfredo me pulió, de una tosca piedra saco una gran esmeralda, yo siempre había sido buena estudiante y muy inteligente, pero él me enseño modales, reglas de cortesía, como comportarme en todos los ámbitos, es decir hizo de mi la mujer que soy ahora
Sin embargo no pudo quitarme la coraza que había construido a mi alrededor, solo por el sentia verdadero cariño y así todo me costaba mucho demostrarlo, jamás le conté que fue lo que me había pasado, no pensaba en el bebe que había tenido, pero por las noches, me despertaba llorando e inevitablemente todo volvía a mí. Con mucho esfuerzo logre borrar de mi memoria esa parte de mi vida, decidí esconderla como si nunca hubiera pasado y estaba segura de haberlo logrado, que ilusa fui.
Conocí a una compañera de Universidad que me gustaba y tuve relaciones por primera vez, ya que no contaba mi experiencia pasada como una relación sexual. Ana siempre quiso algo mas, pero yo solo buscaba sexo, de a poco empecé a conocer más chicas, salía de vez en cuando y solo tenía sexo, nunca le mentí a nadie, lo dejaba claro desde el primer momento.
Paso el tiempo, a mis 26 años, yo era la mano derecha de Alfredo, tenía mi propio auto y departamento, obvio que él me ayudo pero trabajaba muy duro. Un día me invito a comer a su casa, era algo habitual, así que no me pareció raro, me conto que tenia cáncer, que le quedaban pocos meses de vida y que sabía que sus hijos me odiaban y me dejarían sin nada, así que me propuso casamiento, yo me negué, pero termino convenciéndome, así me transforme en Fernanda Uribe , viví con él los últimos 3 meses de su vida, cuidándolo como sus hijos no hicieron. Cuando murió perdí al único amigo y la única persona que de verdad se preocupo por mí. Me había heredado el estudio de arquitectura (no era su negocio más importante pero si la luz de sus ojos, con el había empezado todo) y las acciones de un estudio que pensaba adquirir, también me dejo una gran cantidad de dinero como para que nunca me faltara nada, obvio que sus hijos protestaron pero era todo perfectamente legal y no pudieron hacer nada, además lo que me heredo a mí, era nada a comparación de lo que ellos recibieron. Nunca mas volví a verlos.
Otra ves volvía a estar completamente sola, mi vida solo era el trabajo y mantener el estudio que había heredado, aunque no era arquitecta Alfredo me había enseñado todo sobre el negocio, así que pude salir adelante y seguí con sus planes de expansión, después de casi 2 años, pude adquirir el estudio Costa Aguirre y allí fue donde el destino me volvió a alcanzar.
Cuando el primer día que me presente en el estudio, me avisaron que la Sra. Luciana Etcheverry se había retirado porque su hijo se había lastimado en el colegio, pero que no era nada grave, me enfurecí, era mejor demostrar desde un principio que no toleraría inasistencias tontas, no me permitía mostrarme vulnerable ante mis empleados, mejor dicho ante nadie, así que cuando al otro día vino a mi oficina e intento disculparse le hice pasar un mal rato, la trate fríamente pero ella tenia carácter y se enfrento a mí, eso me hizo fijarme en ella, ya que ni la había mirado, a través de mis lentes negros pude observarla sin que se diera cuenta. Era muy bonita, tenía el pelo castaño muy claro, casi rubio, ojos marrones , que se ponían color miel cuando se enfadaba, además se notaba que tenía un muy buen cuerpo. En ese momento no le preste mas atención, estaba enfadada y muy ocupada así que no pensé en ella, más que el tiempo que estuvo en mi oficina.
Pasaron los días y no volví a cruzármela, sin embargo sentia que sus compañeros hablaban de ella con cariño, y mi curiosidad se despertó. Cuando Omar Cifuentes, un cliente muy importante y viejo amigo de Alfredo mi difunto esposo, llamo para felicitarte por el trabajo que estaba haciendo el bombón de mi empleada, esas fueron sus palabras, además sin ningún pudor me conto que infructuosamente había intentado ligársela pero no había tenido suerte. En ese momento me reproche el no haberle prestado mas atencion, si recordaba que era bonita pero nada más. Le pedí a mi secretaria que en cuanto Luciana estuviera por la oficina, me viera.
Finalmente un viernes apareció, la llame con la excusa de felicitarla por su trabajo y así limar asperezas, cuando la vi note que de verdad era muy bonita, pero me extraño que al entrar a mi oficina se puso muy pálida, me miraba como si yo fuera el diablo, no sé porque eso me molesto, era la primera vez que quería ser agradable con una empleada y me veía como el anticristo. Estaba como distraída, incluso tuve que acercarme a ella y ayudarla a sentarse porque estaba mareada, cuando la toque sentí algo extraño, pero en cuanto pudo se fue dejándome con la palabra en la boca, eso me puso frenética, además tenía un hijo, seguro era casada, así que mejor sacarla de mi mente y listo.
No sé porque me quede intranquila, y muy molesta por su actitud, así que salí a buscarla para regañarla pero no estaba en su escritorio, pregunte por ella y me dijeron que había ido al baño, la fui a buscar, no sé que me pasaba pero necesitaba verla, hablar con ella, aunque fuera discutiendo, cuando llegue al baño la encontré desmayada, empecé a gritar pidiendo ayuda, ella no reaccionaba y mi corazón estaba aterrado, la zamarreé, y empezó a reaccionar, le acaricie el rostro y acomode su cabello, ella me miraba todavía en shock, yo solo sentia que tenía que protegerla y ayudarla, nada más me importaba en ese momento.
La llevaron a mi oficina, vino el médico a revisarla, gracias a Dios no tenía nada serio, solo le había bajado la presión, y no pude evitar alegrarme cuando me entere que era viuda. En una actitud totalmente desconocida para mí, me ofrecí a cuidarla, no sabía que me pasaba con ella, me volvía loca cuando la tenía cerca, sentia cosas que nunca había sentido, me inspiraba ternura, nunca fui una persona dulce o tierna con nadie, ni siquiera con Alfredo, aunque lo quería mucho, siempre fui distante, pensé que esos sentimientos no estaban dentro de mí, pero con ella todo era diferente, solo podía pensar en mimarla y consentirla, pero en esta ocasión la que se mostraba reacia y distante era ella, su rechazo ante mi proposición fue brutal, me sentí tan lastimada y vulnerable, hacía años que no me sentia así, sin embargo en su mirada veía algo, sabía que yo no le era indiferente, pero no podía descifrar lo que me ocultaban sus ojos.
Me acerque despacio a ella, era un imán, y yo la fría y distante Fernanda Uribe no podía resistir la fuerza de esa mujer, acaricie su mejilla y acerque despacio mis labios a su boca, ella no se movió un milímetro, eso me dio la confianza que me faltaba pero cuando estaba por besarla llego su amiga, una tal Andrea que venía a buscarla. Los celos me atenazaban las entrañas, no fui muy amable con su amiga, pero conociendo mi carácter hubiera sido raro que la tratara con amabilidad, ella iba a ocuparse de Luciana, yo solo podía dejarla ir
Al día siguiente la llame varias veces por teléfono a su celular y a su casa y no me contestaba nadie, me moría de celos por pensar que estaba con su amiga, pero también me preocupaba que le hubiera ocurrido algo, hasta que finalmente me contesto el teléfono, lo más fresca me dijo que se había quedado a dormir con una amiga, no pude contenerme y con los celos a flor de piel le pregunte si esa amiga era la tal Andrea, como siempre me enfrento, molesta por mi pregunta y me despidió rápidamente. Estaba furiosa, nadie me había tratado así, yo era la que estaba acostumbrada a manejar mis relaciones, pero con ella todo era tan diferente que me descolocaba.
Al día siguiente, no podía aguantar las ganas de verla, un impulso masoquista me llevo hacia su casa, necesitaba sacarme la duda, saber si le era indiferente, porque me trataba tan despectivamente. Había indagado sobre ella con disimulo y todos la adoraban, era buena persona, buena compañera, muy dulce en el trato, pues conmigo era todo lo contrario, con ella se había invertido los roles en mi vida, la fría y distante era ella, y yo solo buscaba la calidez de sus ojos y su sonrisa, que estaba vedada para mí, pero que tan fácilmente prodigaba a los demás.
No estaba en su casa, decidí esperar un rato en el auto, luego de media hora, apareció, bajo de su automóvil riendo con su hijo, la escena me hizo estremecer, se los veía felices juntos, pensé en mi bebe, pero instantáneamente borre ese recuerdo de mi mente.
Cuando me vio su cara se transformo, me miraba con miedo, tratando de poner la mayor distancia posible, pero también podía ver en sus ojos que no le era indiferente y eso me animaba a seguir. Bromee con el nene para evitar la mirada fría de Luciana, era muy bello, no se parecía en nada a ella, seguro debía parecerse al papa. Nico fue mi cómplice ya que me invito a cenar en su casa, me divertí viendo como Luciana trataba de zafar la situación pero no se lo permití. Jugué bastante rato con el niño a la Play Station, en mi vida había jugado, así que basta decir que era un autentico desastre y Nico se divertía a mis expensas, notaba la mirada de ella puesta en mi y evitaba mirarla, me sentia tan cómoda, tan relajada tirada en el sillón jugando con él , no miento si digo que era la primera vez que estaba en esa situación, y estaba verdaderamente feliz, solo podía imaginarme que sentiría si esa escena fuera parte de mi vida cotidiana, si Luciana fuera mi pareja y Nico nuestro hijo, y por primera vez pudiera sentir lo que era pertenecer a una familia, un estremecimiento me sacudió el cuerpo, no podía hacerme ilusiones, esa tarde solo era una ilusión, algo que vislumbraba inalcanzable en mi vida.
Jugamos a no mirarnos en toda la cena, pero ambas éramos muy conscientes una de la otra, cuando la tensión era casi insoportable, Luciana se llevo a Nico a dormir, cuando el nene se despidió de mi, se lanzo a mi cuello y me abrazo, me sorprendió totalmente, sentí algo que no puedo explicar como un chispazo dentro de mí, como si mi sangre tuviera burbujas, lo atribuí a que nunca un niño me había abrazado, es mas no estaba acostumbrada a las demostraciones de afecto, y menos a darlas, pero por lo visto con Luciana y su hijo mi mundo se ponía del revés.
Mientras me quede sola en la sala aproveche para buscar fotografías de su marido, para conocer cómo era la persona de la que se había enamorado, pero no encontré ninguna. Cuando Luciana volvió, el aire se cortaba con un cuchillo y la enfrente, le confesé que me gustaba y la rete a que me dijera que le pasaba conmigo, porque me miraba con miedo y con deseo, obviamente ella me lo negó y redoblo la apuesta tratándome de soberbia, creída , fría y que además no le gustaban las mujeres, no pude soportarlo más y la bese, al principio no tuve respuesta y mi corazón casi deja de latir, pero cuando mordí su labio, abrí la compuerta , ella comenzó a responder a mis besos, y me abrazaba tan fuerte que no me dejaba respirar, la tentación era muy grande, ya estábamos llegando al punto en donde no habría retorno pero yo estaba furiosa por cómo me había tratado, así que haciendo un enorme esfuerzo me aleje de ella, le sugerí que se diera una ducha fría y me fui. Ahora ya sabía que ella sentia algo por mí, sabiéndome vencedora de ese round me fui sonriendo, si hubiera visto la sonrisa en mi cara, me hubiera odiado aun mas, pero esa noche por primera vez en muchos años dormí con una sonrisa en los labios
Pasaron los días y no volví a llamarla pero le pedí a Stella mi secretaria que lo hiciera por mí, me moría de ganas por hablar con ella, pero preferí darle espacio para aclarar lo que sentia, mientras estuvo esa semana descansando, decidí tomar dos asistentes ya que comenzaríamos un proyecto muy importante. Una de ellas, Paula era muy bonita, así que decidí que la pondría a trabajar como asistente de José, quería mantenerla alejada de Luciana.
Llego el día en que Luciana volvió, trate de evitarla y cuando hablamos fue solo por trabajo. Pronto me di cuenta que no tenía que preocuparme por Paula, cada vez era más evidente que no se había fijado en Luciana, me perseguía por todas partes, al principio ni la note pero después decidí seguirle un poco el juego para ver si Luciana se ponía celosa, pasaban los días y no demostraba nada. Un día cuando estaba saliendo de mi oficina, me llamo un viejo amigo de mi marido que tenía un estudio de arquitectura muy importante, para avisarme que una empleada mía, había tenido una entrevista de trabajo, que le parecía un elemento estupendo, pero que por lealtad a Alfredo, creía correcto avisarme. Era ella, furiosa abrí la puerta de mi despacho y la llame, era tanta la rabia que tenia, no podía explicarme porque huía de mi, era obvio que yo le atraía, que le pasaban cosas conmigo, pero no sé porque cada vez que me miraba percibía miedo en sus ojos, siempre estaba a la defensiva, eso me dolía y mucho.
Encare la situación de frente, y ella no solo no lo negó, sino que además hasta se reía de ello, le pregunte si era por el beso que nos habíamos dado y ella le resto importancia, me dijo que necesitaba cambiar, que necesitaba retos más importantes, pero por primera vez cometió un error, cuando le dije que nunca iba a volver a besarla, me hecho en cara que ahora tenía a Paulita para eso, note los celos en su rostro, fue solo un momento de debilidad y se recupero rápidamente, pero volvía a demostrarme que sentia algo por mí. Negociamos los términos para que continuara trabajando y una de sus condiciones era que no volviera acercarme a ella, le dije que eso no solo dependía de mi, parecía que había olvidado que ella también había correspondido a mis labios, pero me dijo que si era por ella nunca volvería a pasar, me dolía hasta el alma que me tratara así, y para no mostrarme más vulnerable aun, la deje ir.
No podía entender como la situación me afectaba tanto, prácticamente pasaba las noches sin dormir, y cuando lo hacía no podía descansar, estaba agotada , trataba de ser objetiva, pensaba que era imposible que me hubiera enamorado de ella, si apenas la conocía, ni siquiera era agradable conmigo y me huía, pero todos los argumentos se caían por si solos ante el peso de la verdad, la amaba, era la primer persona a la que en verdad había amado, no era la segunda en realidad, no sé porque la imagen de mi bebe se me aparecía cada vez más seguido, había pasado años sin pensarlo, y ahora no había noche en la que no recordara en mis labios la sensación de su mejilla fría la noche en que lo deje y rezaba para que alguien le hubiera podido dar todo el calor que yo no pude.
Ese viernes sonó el despertador y no pude levantarme me sentia muy mal, así que avise que llegaría mas tarde, me tome un analgésico y al mediodía casi arrastrándome llegue a la oficina. Como siempre Paula vino detrás mío pero ese día no tenía ganas de soportar a nadie, así que le dije que evitara molestarme excepto por una urgencia. Cuando se hicieron las 6 de la tarde, estaba destrozada, me dolía todo el cuerpo y tenía mucha fiebre, así que como pude llegue hasta el sillón y me desplome, no podía dar un paso más. Al rato sentí que me sacudían y su voz que me llamaba, no, no podía ser ella, se notaba preocupación en su voz, cuando puede enfocar bien los ojos, la vi, el corazón se me salió del pecho por el alivio, sentia su mirada cálida sobre mí, y le pedí por favor que no me dejara.
Sentí su mano acariciando mi mejilla y acomodando mi pelo, y mis ojos se llenaron de lagrimas, pero no tenía fuerzas ni para llorar. Ayudada por la gente de seguridad me llevo a una clínica donde me revisaron y me diagnosticaron una fuerte gripe, pero yo sabía que era otra cosa, mi mente y mi cuerpo ya no podían mas con la presión, estaba agotada, durante muchos años, toda mi vida, no me permití sentir, pero ella abrió la puerta y todos los sentimientos, buenos y malos que creía dormidos volvieron a mí, y se clavaban en mi piel como agujas.
Cuando desperté habíamos llegado a su casa, como pudo me ayudo a subir a su habitación, me dio una camisa para que me cambiara y me dejo sola, pero no tenía fuerzas ni para eso, ella tuvo que ayudarme a vestirme, pero me sentia tan mal que no lo pude disfrutar. Pase una noche horrenda, sentia que ella me ponía paños fríos a cada rato, solo a la madrugada logre dormirme profundamente. Cuando desperté, ella dormía a mi lado todavía vestida, fue una imagen tan hermosa q las lagrimas corrieron por mis mejillas, estire una mano para acariciar su pelo y su rostro, mi mirada recorrió el contorno de su cuerpo, sus caderas estrechas, su cola parada, su cuello esbelto ella comenzó a despertar, sus ojos marrones muy claros me miraron, me sonrió y no pude contenerlo más, le dije que la amaba, ella abrió sus ojos sorprendida y me toco para ver si tenía fiebre. Le dije que estaba consciente, que la amaba y que necesitaba saber porque ella tenía miedo de mí, no me dejo continuar, me beso, me abrazo y nos dormimos otra vez.
Desperté casi al mediodía, Luciana entraba a la habitación con el desayuno y me hablaba sonriendo como si no hubiera pasado nada, no sabía cómo comportarme con ella, estaba dolida, le había dicho que la amaba pero ella esquivo el tema, la angustia me cerraba el estomago y no tenía ganas de comer nada, ella me obligo regañándome como si fuera su hijo, en ese momento sonó el teléfono y era Nicolás, ahí me entere que se había ido el fin de semana largo con sus abuelos, ella le hablaba con tanta dulzura y ternura que no pude evitar sentir celos, me sentia una completa idiota pero lo que daría porque alguna vez me hablara a sí.
Ella termino de hablar y me hizo un chiste tonto, sobre que espera que le agradeciera con un aumento de sueldo, no pude mas, quería irme y le pedí mi celular, se notaba que estaba enfadada yo solo quería hacerla enfadar mas, así que hice lo único que se me ocurrió, fingí llamar a Paula. Luciana se transformo me arranco el teléfono de las manos, yo también estaba cabreadísima por la situación, comenzamos a gritarnos, y le pregunte si estaba loca, que le pasaba. En ese momento sus ojos se oscurecieron aun mas, me tomo de la nuca y me beso en forma salvaje, y yo correspondí de la misma forma. Solo recuerdo el fin de semana como los días más felices de mi vida, hablábamos de tonterías, reíamos, hacíamos el amor, dormíamos y volvíamos a hacer el amor hasta caer agotadas. Pero todo lo bueno termina pronto, es lunes feriado y Nico volvía a casa.
Le pregunte sabiendo la respuesta de antemano, si prefería que me fuera antes de que Nico llegara, ya sabía la respuesta, pero era una forma de auto castigarme, que esperaba que me dijera Si quédate así formamos una familia feliz? Obviamente me dijo que era lo mejor, así que para que no me viera llorar, subí a buscar mis cosas, baje enseguida, cuando me estaba yendo, intento darme una explicación pero no la deje, me abrazo y me beso como si el mundo fuera a acabar con ese beso, no podía entenderla, no puedes besar así a una persona sino sientes algo fuerte por ella, pero con el corazón destrozado abrí la puerta y me dejo ir.
Por el camino venia Nico con los que supuse serian sus abuelos, el niño corrió a abrazarme, estaba feliz de verme, pero cuando mire a su abuela note que me miraba espantada, gire mi cara a Luciana y vi que estaba blanca como una hoja, obligo a Nico a entrar a la casa, mientras la suegra le gritaba diciéndole barbaridades sobre mí, yo no entendía nada, solo podía mirar a Luciana para que me explicara que pasaba, pero ella trataba de mantener el control y calmar a la vieja que estaba enloquecida. La Señora empezó a insultarme directamente, acusándome de que yo quería robarle a su nieto, reaccione diciéndole que estaba loca, que no me conocía etc., y entonces me rebelo lo que provocaba el temor en la cara de Luciana cada vez que me miraba. Ella con solo verme me reconoció como la verdadera madre de Nicolás, en esos segundos toda mi vida paso por delante, cerré mis ojos y recordé a mi bebe moreno, con sus hoyuelitos en las mejillas , todavía no tenia bien definido el color de sus ojos, pero ya se podían vislumbrar que serian verdes igual a los míos, y también pude verlo a Nico, moreno, ojos verdes, los hoyuelos en las mejillas, tan parecido a mí, dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver, y en mi caso era totalmente cierto. La verdad me golpeo en el pecho con una fuerza aplastante, sentia que no podía respirar, la mire a Luciana que lloraba y vi en sus ojos la verdad, que ella ya la sabia desde que me conoció. Como pude llegue al auto, Lucina me siguió pidiéndome perdón, diciéndome que teníamos que hablar pero mi instinto de auto preservación , el mismo que me había permitido sobrevivir a lo largo de toda mi vida, me envolvió con fuerza, coloco su dura armadura sobre mi y solo pude decir las palabras más crueles que vinieron a mi mente: No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora
Hace más de dos horas que estoy aquí, parada en mi auto al costado de la ruta, mi celular no paraba de sonar, así que lo apague, me sentia sucia, la culpa me carcomía las entrañas, daba bocanadas de aire para llenar mis pulmones pero el aire me resultaba imposible de respirar, sentí que no merecía vivir, pero soy una luchadora, ni siquiera el suicidio serviría para mi, no podría permitírmelo. El destino me había alcanzado y desplegado su crueldad al máximo nivel, como haría para mirar a Luciana, a la mujer que amo más que a mi vida, a la cara otra vez? Y eso en el supuesto caso que ella quisiera verme, seguro en este momento me despreciaba, sentiría asco por mí. Como podía explicarle que mi hijo, su hijo, fue producto de una violación, que no fue querido, que estuve a punto de abortarlo, que lo abandone, hasta yo sentia asco por mí como no iba a sentirlo ella. Y por sobre todo, como podía arruinarle la vida a mi hijo, era tan feliz con su madre, se notaba, era sano, fuerte y siempre tenía una sonrisa en sus labios, no podía hacerle esto, una vez lo había abandonado para que tuviera una vida mejor, y mi sufrimiento dio resultado, esta vez no tenia porque ser diferente. Lo mejor sería escapar, como había hecho hasta ahora, dejaría el estudio en manos de una persona de confianza y me iría lejos, muy lejos, donde quizás el dolor no me impidiera respirar y me ahogara como en este momento.
Agradezco a mis fieles lectores, espero no haberlos decepcionado, la verdad es que me costo mucho escribir esta parte, espero que haya valido la pena, y sino les gusto, acepto sus sugerencias, al que quiera dejarme sus comentarios por mail, tambien son bien recibidos, y a los que leen y no comentan, tambien se los agradezco, pero los que son escritores, sabran entenderme, no saben lo lindo que es leer sus comentarios y mas si son buenos jajaja
Lomb69; lolis; braguitas; marie; HombreFX; martha4; chatyka ; saray; PATYLOVE; angeles2875; forchue; alanna; daniel; Uma; aurora la diosa; GRACIAS TOTALES!!!!!!!!!
PARTE 6
Escuchar las palabras de Fernanda me helaron el corazón, no podía entenderla, me negaba a creer que la mujer de la cual me había enamorado, con la que había pasado el fin de semana, fuera capaz de sentir de esa forma. Acaso el amor no me había dejado ver el monstruo que se escondía debajo de su hermosa apariencia? No, me negaba a creerlo, pero como dolía, era tan intenso el dolor que no podía levantarme del suelo, donde me había quedado arrodillada. Empecé a sentir las voces de la loca de mi suegra que seguia gritando y mi suegro que la calmaba. Me levante como pude y al mirar hacia mi casa vi a Nico en la ventana, lo había visto todo.
-Por favor Don Miguel, llévese a Doña María, no quiero hablar con ella hasta que se tranquilice- sin decir más, los deje en el jardín y entre a mi casa, lo peor estaba por venir.
Nico me estaba esperando paradito en el medio de la sala, serio, sus enormes ojos verdes se veían tristes, Dios me desgarraba el alma verlo así, no podía soportarlo como tampoco podía soportar ver su imagen cada vez que miraba a mi hijo.
-Mama, Fernanda es mi otra mama? Digo la que me tuvo en la panza?- esperaba la verdad, y la merecía, no podía engañarlo, el tenia mas entereza que sus dos madres juntas
-Si Nico, ella es la mama que te tuvo en su panza sentí que el aire se fue de mis pulmones y quede vacía, pero liberada a su vez
-Porque se fue enojada? Ella no quiere ser mi mama? A mí me gusta mucho que sea ella, me cae súper bien, nos divertimos mucho- a pesar de su apariencia seria, era tan solo un niño, que le caía bien su verdadera mama porque jugó con él a la play, Dios a esa edad los sentimientos son tan básicos, tan puros, es después cuando complicamos todo.
-No Nico, no digas eso, ella se enojo porque discutió con la abuela, pero yo voy a hablar con ella, no te preocupes - no quería seguir mintiéndole, pero tampoco podía contarle la verdad, las últimas palabras de Fernanda todavía estaban clavadas en mi corazón
-Y porque la abuela le gritaba cosas feas, esas palabras que no se pueden decir? Fernanda es buena, porque la abuela se enojo con ella?-
-Pues porque la abuela no sabía la verdad, y le dio mucha impresión y miedo, pero ya se le pasara, tu vete a bañar que mañana tenes que ir al cole si?- me acerque y lo abrace fuerte, le di muchos besos y comencé a correrlo, porque no quería bañarse, ya estaba sonriendo como siempre, Dios quien fuera niño!!!!!!
Esa noche apenas pude dormir, no podía entender lo que había pasado, hace tan solo unas horas estaba con la mujer que amo más que a mi vida, pero temblando de miedo porque descubriera que mi hijo era en verdad suyo y quisiera sacármelo, y ahora el miedo a perder a mi hijo había sido reemplazado por el temor a creer que esa mujer era un monstruo sin corazón. Mañana hablaría con ella, aunque me despidiera y la perdiera para siempre, tenía que enfrentarla.
Pero paso la semana y ella no se presento en la oficina, Stella aviso que estaba enferma, enferma un cuerno era una cobarde. Intente por todos los medios averiguar su dirección pero era un secreto insondable, y Stella tenía todo guardado bajo 7 llaves, su celular estaba siempre apagado, ni siquiera permitía dejar mensajes. Y yo me estaba enloqueciendo, además Nico no pasaba día que preguntara por ella y como le dije que estaba enferma, quería ir a visitarla, era un dulce mi hijo, pero ya no sabía que excusas inventarle
Finalmente llego el viernes, estábamos con los chicos trabajando sobre un proyecto, cuando se abrió la puerta del ascensor y salió ella, vestida con un tailleur negro y ocultando su mirada bajo los lentes de sol, venia acompañada por un hombre alto y elegante, apenas dijo buenos días y se metieron en su oficina, obvio que ni volteo hacia donde estábamos nosotros. Al cabo de 1 hora, Stella nos cito a todos en el salón de juntas. Cuando la vi entrar mi corazón empezó a palpitar, pensé que iba a darme un ataque, seguia hermosa como siempre, o más aun, pero se la notaba mas fría y distante que nunca, totalmente inaccesible.
-Buenos días, quise reunirlos a todos para presentarles al Arquitecto Manuel Santos Valencia, el es una persona de mi absoluta confianza , tomara las riendas de la empresa por un tiempo, ya que voy a viajar por unos cuantos meses, obviamente voy a seguir al corriente de todo, pero a Manuel le sobra experiencia y capacidad para ocupar mi puesto mientras esté ausente. No tengo nada más que agregar. Muchas gracias- salió de la oficina dejándonos a todos mudos y a mi destrozada, se cuido muy bien de no mirar a la dirección en la que me encontraba, cobarde era una autentica cobarde, como podía amarla tanto? Dios como me había equivocado tanto.
Salí rápidamente de la sala y fui a su oficina, Stella todavía no había llegado allí y Paulita tenía el día libre por estudio, entre sin anunciarme, sabía que si lo hacía no me recibiría, ella estaba con Manuel hablando mientras escribía algo en su notebook. Levanto la vista y clavo en mi los ojos mas fríos que vi en mi vida, yo todavía recordaba la mirada que me dio cuando desperté con ella en mi cama y me dijo que me amaba, era tan dulce, tan tierna, era como si fuera dos personas en una.
-Sra. Luciana, no le enseñaron a anunciarse? Por favor retírese que estoy muy ocupada.- y siguió hablando como si yo no estuviera allí.
-Pues que pena Fernanda, yo necesito hablar urgente contigo, quieres que te recuerde el tema, delante del arquitecto?- no sé de donde saque el valor, pero sabía que era ahora o nunca, sino hacia algo, ella se iría y quizás nunca más la encontraría. Manuel estaba evidentemente avergonzado, se disculpo y se dirigió hacia la puerta.
Fernanda me miro con ira en sus ojos verdes, la había puesto en una situación súper incomoda, no estaba acostumbrada a perder.
-Luciana, te recuerdo que Manuel es tu nuevo jefe, me parece que no tuvo una buena impresión de ti- me dijo fría
-Me importa un bledo Manuel, quiero hablar contigo, te estuviste escondiendo estos días, eres una cobarde- estaba perdiendo el control, tenía que serenarme.
Ella se levanto lentamente de su sillón , rodeo el escritorio y apoyo su hermoso trasero sobre él, mirándome de frente.
-Creo que no tenemos nada de qué hablar, fui muy clara el otro día- me miraba fijamente, no se movía un musculo de su cara.
-Dios, no puedo creerlo, como podes ser tan fría, tan indiferente, es que no te corre sangre por las venas, es tu hijo por dios, tu hijo, llegas a comprenderlo o tenes el cerebro tan congelado como el corazón?- estába furiosa, decepcionada, quería hacerla reaccionar pero nada la conmovía.
-Por favor Luciana, no seas desagradable, no es propio de ti, y por eso es que prefiero irme, para no tener que soportar este tipo de escena y olvidar este mal momento lo más rápido posible- pude notar que las venas de su cuello estaban más hinchadas, bueno al menos le corría sangre por el cuerpo
-Y que hay de mi? me dijiste que me amabas, eso también prefieres olvidarlo o tu rechazo a ese hijo es tan grande que supera lo que sentís por mi?- por primera vez evadió mi mirada y yo aproveche para acercarme y tratar de seguir golpeando para que reaccionara
-Por favor Fernanda, confía en mi, que fue lo que te paso?, se que podes ser una mujer dulce, tierna, vulnerable, que puede prepararme un desayuno delicioso después de hacer el amor toda la noche y pasar toda una tarde jugando a la play con un niño muerta de risa, este pedazo de hielo que queres mostrarme no es la verdadera Fernanda- ella seguía con la cabeza gacha, me acerque aun mas, y acaricie su rostro.
Ella reacciono, salió de su posición y se alejo de mí, me daba la espalda
-Luciana no lo hagas mas difícil para las dos, yo no... yo no puedo y no quiero a ese niño, y tampoco te quiero a ti, lo que paso fue solo una gran atracción, me gustabas mucho , lo pasamos bien y solo fue eso, no lo compliquemos mas- cuando se dio vuelta volvió a clavar sus fríos ojos en mi, pude notar que estaba nerviosa aunque hacia un gran esfuerzo por controlarse.
Me aleje de ella con el corazón destrozado, cuando estaba llegando a la puerta, me volví, y note la tristeza en sus ojos pero rápidamente la oculto.
-Sabes qué? La complicación ya existe, aunque tú seas tan cobarde para no enfrentarla, tiene 10 años, se llama Nicolás y esta esperándome en casa, y seguramente cuando llegue me preguntara como todos los días si puede ir a visitarte porque le dije que estabas enferma y se preocupo por ti- tenía un nudo en la garganta y mi voz salía ahogada. -Sabes que es lo más gracioso? que él está feliz porque seas su madre y no deja de preguntar cuando iras a jugar con él. La verdadera complicación es como le diré que esa persona es un fraude, una cobarde a la que la vida le da una oportunidad y tiene miedo de tomarla, como voy a explicarle que su madre, o sea yo!!!, soy una idiota que me enamore de alguien que no existe. No te preocupes, seguro no te va a costar, es lo que siempre hiciste- salí sin mirar atrás porque las lagrimas caían por mis mejillas.
Tome mi cartera y sin siquiera despedirme salí como un rayo de la oficina, subí a mi auto y maneje unas cuadras hasta que tuve que parar porque el llanto me nublaba la vista, cuando me recupere lo primero que hice fue mandar el telegrama de renuncia, no podía seguir trabajando allí, aunque ella no estuviera, siempre estaría presente y lo único que quería era olvidarla.
Llegue a casa y por suerte Nico no estaba, me tire en mi cama y llore hasta quedarme dormida. Me despertó la bocina del auto de mis suegros que traian a Nico de la escuela, Miguel me había llamado para pedirme permiso, con María no hablaba desde ese fatídico día y ni ganas tenia de hacerlo, aunque en algún momento debería enfrentar la situación. Cuando Nico vino a abrazarme se preocupo porque tenía la cara roja e hinchada de tanto llorar, pero trate de convencerlo de que estaba resfriada, por supuesto me pregunto si había visto a Fernanda, y le mentí, le dije que seguía enferma, que podía decirle?
Pasaron los días, mis compañeros no podían creer que hubiera renunciado, solo les dije que ya tenía una muy buena oferta de trabajo y encima había tenido una fuerte discusión con la Lic. Uribe, así que eso me ayudo a tomar la decisión, nos prometimos encontrarnos a almorzar todos juntos para despedirnos.
No le dije nada a Nico, así que lo dejaba en el colegio y salía como si fuera al trabajo pero en realidad iba a dejar Currículos por todos lados. Fernanda nunca me llamo y no lo esperaba, al día siguiente de mandar mi telegrama, me llamo Stella para que fuera a buscar la liquidación final, le pedí si podía ser bien temprano, antes de que llegaran todos, y así lo hice, por suerte no me cruce con nadie, pero entrar a la oficina fue una impresión muy grande, fueron 10 años de trabajar allí, iba extrañarlo, mis ojos ojos volaron hacia la puerta de su oficina y Stella captando mi mirada me dijo que no me preocupara, que no había vuelto desde aquel día.
Ya había pasado un mes y tenía dos perspectivas de trabajo bien interesantes, que seguro se definirían esta semana, con respecto a Nico, pobrecito, le dije que Fernanda había tenido que salir urgente de viaje, su carita de desilusión me estrujo el alma, así que para animarlo lo lleve al centro comercial a comer y jugar. Pero a mi quien me aliviaba el dolor que tenía en el alma y el corazón? por las noches lloraba sin consuelo hasta dormirme, había adelgazado varios kilos y eso que casi ni iba al gimnasio, pero si no tenía fuerzas para comer, menos para correr.
-Mama, será que Fernanda no me quiere, por eso es que no vino mas, ni siquiera llamo por teléfono? Ya paso mucho tiempo no?- me quede dura, yo estaba preparando la cena la cena y Nico hacia su tarea. Tenia razón, habían pasado 2 meses, ya había empezado en mi nuevo trabajo hace 1 semana, y era lo único que me entusiasmaba un poco, aparte de Nico, obviamente. No sabía absolutamente nada de ella, y ya no podía seguir postergando la charla con mi hijo.
-Ven aquí Nico,- le dije mientras lo sentaba en mis piernas y lo abrazaba, cuando me disponía a hablar sonó el timbre, rayos quien podía ser a esta hora?
-Quédate aquí precioso, veo quien es y seguimos hablando si?- asintió con su carita triste.
Abrí la puerta y me quede de una pieza.
-Hola, perdón por la hora, sé que es tarde pero puedo hablar contigo?- vestía un sencillo jean y una camisa, tenía el pelo recogido en una coleta y no tenia maquillaje, se la veía algo demacrada. Ella también estaba más flaca, pero seguía siendo la mujer más hermosa para mi, volver a sentir su perfume me hizo estremecer, sus ojos no tenían su brillo habitual, pero no podía dejarme engañar otra vez con su aspecto de niña vulnerable, era fría y dura, tenía que recordármelo constantemente.
-Creo que es tarde para todo, no lo crees? es tarde para venir, para hablar, para todo, por favor vete y no vuelvas- empecé a cerrar la puerta pero ella apoyo con fuerza su mano y me lo impidió, - Por favor Fernanda, no lo compliques mas Ok- le dije esto con toda la ironía que pude imprimirle a la frase, la misma con la que ella me había alejado tiempo atrás.
-Luciana por favor, lo siento, de verdad lo siento, necesito hablarte, explicarte- sus ojos estaban llenos de lagrimas, y los míos luchaban por no seguir el mismo camino, de pronto sentí un movimiento detrás mío y con certeza supe que había perdido.
-Fernanda, viniste!!!!!- la alegría en la voz de mi hijo era evidente, salió disparado como una flecha hacia nosotras, yo me hice a un lado para dejarlo pasar y Fernanda se arrodillo para recibir su abrazo y por primera vez pude ver las lagrimas correr por sus mejillas. Se fundieron en un abrazo largo y sentido, era increíble verlos juntos, tan parecidos y tan distintos a la vez. Ella se alejaba para mirarlo, acariciaba su cabello y volvía a abrazarlo con fuerza.
-Creo que es mejor que entres Fernanda- me di media vuelta y camine hacia la cocina mientras ella entraba con nuestro hijo, los dos sonriendo, con los mismos hoyuelos , los ojos verdes brillando y tomados de la mano.
-Fernanda te quedas a cenar? Di que si por favor, quédate- Nico tiraba de su mano para convencerla y ella me miro a mi, como pidiendo permiso, con la cabeza asentí,
-Nico porque no vas con Fernanda a jugar a la play un rato mientras yo termino de preparar la cena?- evite mirarla y sentí como se iban hacia la sala. Sentí sus risas juntas y los gritos de mi hijo cada vez que hacia un gol, lo que sucedía a menudo, al cabo de media hora los llame para cenar.
-Te puedo ayudar en algo?- sentí su voz suave detrás de mi
-No gracias- fue mi seca respuesta mientras serbia la comida
Por suerte Nico estaba súper excitado y hablaba hasta por los codos, así que no fue tan evidente que no nos dirigíamos la palabra, en realidad yo la evitaba, sentía su mirada sobre mí, y permanentemente me buscaba.
-Bueno Niki, ya es tarde, mañana nos toca madrugar, así que despídete de Fernanda, amor-
-No mama, por favor, no es tan tarde, por favor- me rogaba triste
-No, Nico, ya te pasaste de tu hora y mañana me va a costar mucho levantarte, yo también estoy muy cansada y supongo que Fernanda también no?- la mire buscando ayuda , ella me sonrió con los ojos y se agacho para hablar con Nico
-Es verdad Nico ya es muy tarde, hey no hagas pucheros, que voy a venir otro día- busco mi aprobación con su mirada.
-En serio vas a volver, no te vas a ir de viaje otra vez? yo pensé que no me querías, que por eso volviste a dejarme- lagrimitas salían de sus ojos, y de los míos.
-No mi amor, no voy a irme nunca más, te doy mi palabra, es solo que a veces los adultos cometemos errores y muy grandes sabes, y yo necesitaba despejar un poco mi cabeza, eso es todo, no quiero que pienses eso sí, yo te quiero y mucho, y voy a estar siempre para ti, confías en mi? - mientras le decía esto, sus ojos también se llenaron de lagrimas, pero intento mantenerse serena y sonreír para transmitirle seguridad a Nico, que la abrazo fuerte por el cuello.
En ese momento no pude evitar sentir celos de mi hijo, si por mas infantil y descabellado que suene, no podía evitarlo, celos porque mi Nico la prefiriera a ella, porque él podía abrazarla y besarla, mientras yo me moría de ganas por hundirme en su cuello, por sentir el perfume y la suavidad incomparable de su piel, estaba tan absorta en mis estúpidos pensamientos que no escuche que me hablaba
-Luciana, me voy- se me quedo mirando extrañada, mientras abrazaba a Nico por los hombros
-Ehhh, si, es mejor, te acompaño hasta la puerta, Nico por favor ve subiendo a cambiarte-
Volvieron a abrazarse y besarse mientras ella le prometía que iba a volver, la acompañe hasta la puerta, ninguna hablo, cuando estaba saliendo, se dio vuelta y quedo muy cerca de mí, podía sentir su respiración en mi rostro
-Luciana, tenemos que hablar, por favor cuando te sientas lista, me gustaría que hablemos sobre Nicolás, no quiero ser un problema en tu vida y mucho menos complicártela pero quiero tener la oportunidad de pasar tiempo con él, de que nos conozcamos mas y quizás con el tiempo podamos tener una relación de madre e hijo, ya sé que esto quizás te altere un poco, por eso es que quiero que hablemos tranquilas, para evitar los roces y que todo fluya de la mejor manera, no quiero que pienses que quiero sacarte tu lugar, eso lo tengo bien claro, tu eres su madre, pero yo también quiero un lugar en la vida de mi hijo y estoy dispuesta a hacer todo lo posible por conseguirlo - sin decir mas salió y se alejo hacia su auto.
Un lugar en la vida de su hijo, es lo único que buscaba, y era lógico, pero como dolía que yo no estuviera incluida en sus planes, tragándome las lagrimas, subí a acostar a Nico, y volví a dormirme llorando como casi todas las noches, pensando en ella.
Pasaban los días y ella casi no fallaba nunca en venir a ver a Nico, o si no lo llamaba por teléfono, nuestra relación era prácticamente nula. Cuando venia, yo los dejaba solos, y me iba a cocinar o me iba a mi estudio y seguía trabajando, pero había veces en las que Nico quería jugar con las dos, esos momentos eran terribles, pero fingía con mi mejor sonrisa, no quería demostrar que me estaba muriendo por dentro. Pasaron los primeros días en los que sentía la mirada de Fernanda sobre mí, ahora parecía que no existiera y cuando me hablaba era como si fuera una persona cualquiera, ese increíble fin de semana juntas en el que hicimos el amor hasta dormirnos agotadas por el cansancio, se había desvanecido.
Una tarde en la que Nico se había ido con sus abuelos, ella apareció en mi puerta:
-Que haces aquí? Te avise que Nicolás se iba con sus abuelos o lo olvidaste? -
-No, por supuesto que no lo olvide, pero vine a hablar contigo, necesito que aclaremos la situación, me vas a atender en la puerta?- estaba enfadada, se le notaba en los ojos, me corrí y la deje pasar
-Creo que ya estas ocupando un lugar en la vida de Nico, lo ves casi todos los días, que mas queres?- le dije cruzándome de brazos apoyada en la mesa, ella me acaricio con la mirada como hacía mucho no hacía, y mi corazón palpito aun mas fuerte
-Esa puede ser una pregunta muy peligrosa Luciana, estas preparada para escuchar la respuesta? me dijo sugestiva, estaba jugando conmigo, y lo peor es que yo caía en su hechizo como una adolescente
-Estoy ocupada, no me hagas perder el tiempo- la mire con impaciencia, escondiendo mis emociones, volví a notar la cólera en sus ojos.
-Estoy harta de esconderme con mi hijo, solo nos vemos aquí porque nadie sabe nada, hasta le miente a sus abuelos, quiero que eso termine, quiero llevarlo a pasear, a la plaza, al cine, poder caminar de la calle tomada de su mano, creo que no es mucho lo que te pido, solo quiero que me des el lugar que merezco en su vida- me dijo enojada
-Eso lo hubieras pensado hace 10 años cuando lo abandonaste - no pude contenerme, no termine de decirlo que ya me había arrepentido, pero mi orgullo no me dejo retroceder. Fernanda me miro con odio, por primera vez la vi realmente enfadada, respiraba profundo tratando de calmarse.
-Sabia que en algún momento me lo reprocharías, seguí, saca toda la mierda que tenes para decirme- se acerco, quedo a un paso de mí, yo no podía emitir palabra, eso la enfureció mas, estaba desconocida, descontrolada.
-No tenes la mas puta idea de lo que paso, solo sos la típica niña bien, que se caso con su compañero de la secundaria y querían un hijo para formar su familia perfecta, con la casita, el auto y el perro, pero algo salió mal no es así? Todo salió mal, no pudieron tener hijos, así que tuvieron que adoptar uno , luego el marido murió y finalmente la esposa modelo se da cuenta que no le van las pollas, que vivió su vida perfecta engañada y le van los coños, tu vida es tan mierda como la mía, nada más que teñida de rosa- me dijo esto ultimo gritándome en la cara.
No pude aguantar más y le di una bofetada tan fuerte e inesperada que cayó al piso, su labio sangraba. Quise acercarme para ayudarla, pero no me dejo, me aparto bruscamente y se dirigió a la salida y dando un fuerte portazo se fue.
Pasaron 2 días en los que no apareció por la casa, solo llamaba por teléfono, y como tenia identificador de llamadas, le avisaba a Nico para que hablara, seguía furiosa, yo no tenía derecho a juzgarla pero ella tampoco a mí, Dios era realmente eso lo que pensaba? tanto me despreciaba?. Pero en un punto tenia razón, ya no podíamos seguir ocultando la situación, así que decidí hablar con mis suegros, hacia casi 3 meses que no los veía. Ese viernes por la mañana la llame por teléfono
-Hola Fernanda, soy Luciana- fui seca
-Que necesitas?- me respondió de igual modo, estaba muy enfadada todavía.
-Necesito pedirte un favor, podes quedarte con Nico a la salida del colegio, tengo unos trámites que hacer- no pensaba decirle a donde iba, no sabía cómo iban a salir las cosas con mis suegros y tampoco quería darle el gusto, primero tenía que pedirme disculpas.
-Está bien, hasta que hora?
-Un par de horas supongo- le conteste evasiva.
-Ok, a las 5 estoy ahí- y me corto sin despedirse, haaaaaaaaa detestaba a esa mujer, mentira, pero me sacaba de quicio.
Hable con mis suegro y le avise que iba a pasar, salí antes del trabajo, retire a Nico del colegio y justo a las 5 llegamos a casa, en ese mismo momento Fernanda estaciono su auto. Literalmente me escaneo con la mirada, como si esperara que estuviera vestida de alguna forma especial, quizás se imaginaba que tenía un cita. Como siempre se dirigió a Nico, ya eran buenos amigos y se llevaban estupendamente, a mi me ignoro. Los dos abrazados se encaminaron hacia la casa y yo me dirigí a mi auto, cuando me voltee para llamar a Nico.
-Mi amor- dije casi gritando, los dos se dieron vuelta, los ojos de Fernanda brillaron, pero enseguida esa luz se apago.
-Bomboncito, te espero dentro de la casa- le dijo y se fue sin mirarme, yo le di a Nico todas las recomendaciones que las madres dan a sus hijos inútilmente, porque sabemos que nunca nos escuchan, lo bese y me fui.
Tres horas después salí de la casa de mis suegros, agotada, consumida emocionalmente, pasamos del tono elevado, a los gritos, insultos, a los intentos de agresiones por parte de mi suegra, menos mal que Miguel trataba de calmarla. No había forma de explicarle a esa mujer que Fernanda no quería sacarnos a Nico, que solo quería ocupar un lugar en su vida, que lo compartiéramos y así seria lo mejor para todos. Amenazo con ir a la justicia, con sacarme la tenencia de mi hijo y no sé cuantas pavadas mas, después de 2 horas y un ansiolítico mediante, logro empezar a entender la situación, que no existía tal amenaza y que Nico era feliz, y que nunca iba a perderlo pero todavía no estaba muy convencida.
Camino a casa llame a Nico y le pedí que encargara una pizza, ya estaba anocheciendo y no tenía ganas de cocinar, lo único que quería era acostarme, me sentía fatal.
Apenas abrí la puerta se escuchaban las risas, estaban los dos tirados sobre los almohadones en el piso, habían armado tipo una tienda de campaña con una sabana vieja, y Fernanda le contaba chistes mientras Nico se moría de risa. Me resultaba tan raro a veces ver a Fernanda con esa actitud, era tan cariñosa y dulce con su hijo, se notaba que lo adoraba. Que le pudo haber pasado para tomar semejante decisión? No podía entenderla.
En cuanto me vio, Nico vino a abrazarme, yo estaba tan sensible que se me llenaron los ojos de lagrimas, y ella me miraba con curiosidad.
-No te preocupes por el lio que armamos, yo lo arreglo- me dijo y clavaba su mirada en mí, pero ya no la notaba tan enojada, podía ver su labio todavía hinchado, producto de mi cachetada y tuve que contener mis ganas de acariciarla.
-No importa, llego la pizza?
-No, todavía no, no cenaste? me pregunto curiosa.
-Disculpa ya sé que es mucho pedirte pero podrías quedarte a cenar con Nico, la verdad es que no me siento muy bien y quisiera recostarme un rato- estaba pálida, demacrada, literalmente me habían chupado la energía.
-Si, no te preocupes, pero te sentís bien, te puedo ayudar en algo?- su preocupación era genuina, se acerco a mí, mientras observaba con detenimiento mi rostro.
-Si, solo quiero acostarme, por favor cuando quieras irte, que Nico me despierte así te acompaño, toma la plata para la pizza- intente sacar la plata de mi cartera pero me corto tajante y no me lo permitió. Bese a Nico, subí a mi cuarto, y así como estaba vestida, me tire en la cama y me dormí al instante.
Me despertaron los rayos del sol, mire el reloj, eran las 6 de la mañana, estaba desorientada, hasta que recordé que me había acostado apenas llegue de la casa de mis suegros, pero me había echado vestida y ahora no tenia puestos mis zapatos ni mi pantalón. En seguida vino a mi mente Fernanda, pero seguro ella ya se habría ido, me levante, me di una ducha rápida y fui a la habitación de Nico, estaba dormido, baje a la cocina, mi estomago crujía por el hambre. Cuando llegue a la sala, quede dura, Fernanda estaba acurrucada en el sillón, tapada con una manta, su rostro se veía sereno y descansado, me acerque lentamente y me puse de cuclillas frente a ella, moría por acariciar su rostro, delinear con mis dedos sus pómulos, sus labios, no pude reprimir un suspiro que nació de lo más profundo de mi. En ese instante ella abrió los ojos, esbozo una leve sonrisa, con mis dedos roce su labio hinchado
-Lo siento- le dije suave, apenas respirando, no pude decirle que en realidad sentía todo, su ausencia, su indiferencia, que cada día que la veía y no era mia, me sentía morir poco a poco
-Yo también lo siento- sus ojos verdes brillaban como esmeraldas, yo me perdía en ellos, estaba a centímetros de sus labios, ya no pensaba coherentemente, roce sus labios , ella comenzó a responder el beso y...
-Mami tengo sed, me das agua?- de la impresión me aleje como si tuviera un resorte y me levante tan bruscamente que casi me caigo, Fernanda se hizo nuevamente la dormida.
-Si mi vida, vamos- lo tome de la mano y lo lleve a la cocina, le di su agua, y me pidió que lo llevara a la cama, así que lo agarre entre mis brazos, se estaba durmiendo otra vez
-Niquito ya estas grande para que mama te cargue, vamos a la cama- suspire llena de frustración, pasa por la sala y Fernanda estaba parada con su bolso en la mano.
-Tengo que irme, podes abrirme- evito mirarme
Sin hablar, lleve a Nico hasta el sillón que ella había ocupado, y lo acosté ahí, estaba durmiéndose parado, tome mis llaves y le abrí la puerta, ella beso a Nico y paso a mi lado, note cierta decepción en su rostro
-Fernanda, tenemos que hablar, es sobre Nico, cuando tú puedas, pero que no pase mucho tiempo, puede ser? Tenía que contarle lo que paso con mi adorada suegrita.
-Ok esta noche nos vemos, preferiría que Nico no estuviera en casa, tenemos muchas cosas de que hablar, no solo de Nico, espero que estés lista- me miro desafiante, se acerco a mí, rozo mis labios con los suyos, y salió cerrando la puerta.
PARTE 7
Llame a Andrea para almorzar, hacia mucho que no la veía, y necesitaba descargarme con alguien, le conté todo, incluso la escena de esta mañana.
-Mira Luciana, yo no conozco a Fernanda, ni se los motivos que habrá tenido, pero creo que todos merecemos ser escuchados, si es cierto que cometió muchos errores en el pasado y ahora, que te lastimo mucho, pero para que reaccione de esa forma imagino que ella misma debe estar muy lastimada y necesita tiempo para curar sus heridas, vas a tener que armarte de mucha paciencia, valor y sobre todo mucho amor, amiga- me dijo Andrea sabiamente
-Pero es que ella no me ama, ya me lo dijo y me lo ha demostrado, se siente atraída por mí, eso es todo, y yo... yo la amo demasiado, no puedo ni quiero conformarme con eso- las lagrimas rodaban por mis mejillas
-Yo creo que solo lo dijo por querer lastimarte, tenía miedo, estaba herida, pero yo creo que si te ama, tenes que darle la chance de escucharla, sin juzgarla, eso es todo-
-Y si me dice que solo quiere a Nico, que mantengamos una relación de amigas por nuestro hijo? me muero Andre, no sé si voy a poder soportarlo-
-Amiga, si eso llega a pasar, que no creo de verdad, pues te va a tocar aguantarlo, ponerle el pecho a las balas y seguir adelante como usualmente se dice, tampoco puedes obligarla a que te ame, sino lo siente-
Seguimos hablando hasta que Andrea tuvo que irse, Nico estaba con sus abuelos y todavía faltaban horas para la noche, así que para no quedarme pensando estupideces, me fui al gimnasio. Estuve una hora ejercitándome, me duche rápido ya que quería llegar con tiempo para prepararme, pero mi auto no pensó lo mismo que yo, estaba muerto, no podía hacerlo arrancar, llame desesperada al auxilio pero demorarían un par de horas, así que volví al gimnasio para que me pidiera un taxi, cuando Verónica una de las chicas que se estaba yendo, se ofreció a llevarme. La verdad es que Verónica en un par de ocasiones se me había insinuado, y lo seguía haciendo, era muy sutil por cierto, pero no entendía un no como respuesta, así que no quería que me llevara pero mirando el implacable reloj no me quedo otra opción.
El viaje fue algo forzado, Verónica tirándome indirectas y yo tratando de esquivarlas, cuando llegamos a casa me despedí e intente bajarme rápidamente del auto, pero ella me pidió pasar al baño, según ella estaba muy necesitada y no aguantaría hasta llegar a su casa. La hice pasar, fue al baño y cuando salió, dejo las sutilezas de lado, me dijo que yo le encantaba, que no estaba segura de si le correspondería, pero que prefería arriesgarse, que la tenia loca desde el primer día etc. etc. etc. Muy cortésmente trate de explicarle que no podía ser, porque yo estaba profundamente enamorada de otra persona, así que con el ánimo por el piso acepto irse.
La acompañe a la puerta y cuando ella ya estaba fuera, se dio la vuelta y pidiéndome perdón me estampo un beso en los labios de novela, yo me quede dura, no la rechace porque no reaccionaba, nuca espere que hiciera algo así. Volvió a pedirme perdón y se fue. Todavía estaba intentando recuperarme, cuando siento el timbre, pensando que sería otra vez ella, puse mi mejor cara de fastidio y abrí la puerta. Era Fernanda, su cara era una máscara, no tenía expresión ninguna, sus ojos estaban helados al igual que sus labios.
-Puedo pasar o me vas a atender en la puerta?- me dijo seca, cortante, estaba enojada
-Llegaste temprano, pensé que vendrías más tarde- le dije por decir, para romper el hielo.
-Lo siento si interrumpí algo-dijo sarcástica, -si quieres me voy y vuelvo en otro momento?
-Tal vez sería lo mejor, se nota que estas de mal humor, y la otra vez cuando intentamos hablar así, las cosas terminaron muy mal, así que si queras irte, hazlo- yo también estaba molesta, no entendía que le pasaba.
-jaja, que pasa, interrumpí los planes con tu amiguita? Es guapa la rubia verdad? Con ella te encontraste ayer, me pediste quedarme con Nico para que vos puedas ir a revolcarte por ahí?-estaba furiosa, la máscara se había caído, y las venas del cuello le palpitaban
-y que si fue así? A vos que te importa, nosotras no somos nada, así que puedo revolcarme con quien se me dé la gana, que pasa estas celosa? no pude evitar reír irónicamente, eso la enojo aun mas.
Se acerco a mí, sus ojos despedían llamas, estaba tan cerca que sus labios rozaban los míos, sentir su perfume tan cerca me mareaba, sus labios húmedos comenzaron a delinear un reguero hacia mi cuello, me daba pequeños besos rozando apenas mi piel, pero me hacían estremecer, cuando llego a su objetivo se perdió en él, su lengua dibujaba en mi cuello y ya no pude soportar más. Quise alejarme pero me tomo de la cintura y me puso de espaldas a la puerta, su mirada era salvaje, estaba cargada de deseo.
-Por favor Fernanda, no juegues mas conmigo- le rogué, apenas me salieron las palabras, tenía un nudo en la garganta.
-Yo no estoy jugando, vos lo haces con la rubiecita esa, crees que no vi el beso que te dio, y no te negaste- presionaba su cadera contra la mía, y sujetaba mis manos por arriba de mi cabeza, podía ver los celos en sus ojos. Me decidí por la verdad, ya estaba cansada de pelear y además era peligroso seguir aumentando su enojo
-No pasa nada entre ella y yo- me miraba con desconfianza -Es verdad, ella me beso, me tomo por sorpresa, no lo esperaba - su mirada de enojo se apaciguo solo un poco
-Igual mereces un castigo- me dijo con una semi sonrisa -para que quede claro que esos labios son míos y de nadie más, vos sos mía- y comenzó a besarme salvajemente, parecía que quería comerme la boca, y de hecho lo hacía, me abrazo tan fuerte, quería hacerme daño, y trate de apartarla, dejo mi boca por un momento, y debió ver el miedo en mis ojos y mis labios hinchados
-Lo siento, perdí la razón, pero cuando la vi besarte, todo se puso rojo, no quise lastimarte por favor perdóname- bajo la cabeza y se alejo de mi.
-Lo siento, lo siento! después de lo que acaba de pasar es lo único que se te ocurre decir? Venís a mi casa, me haces una escena de celos, me besas como si quisieras lastimarme, y solo eso me decís?- ahora la enojada era yo
-Que queras que te diga? no quise lastimarte, nunca quise hacerlo- ahí estaba otra vez esa mirada vulnerable, indefensa que me llegaba al corazón
-Quiero que me digas la verdad, que te abras y confíes en mí, yo te amo Fernanda, pero ya no puedo seguir así, me estas destrozando, no te das cuenta? - las lagrimas caían por mis mejillas y el temor por su respuesta me atenazaba el corazón.
-Me amas? después de todo lo que paso, de lo que te dije, de saber que abandone a mi hijo, me amas? No sabes lo que decís Luciana, no me conoces, no podes amarme, no lo merezco- cayó de rodillas llorando desconsoladamente, me acerque a ella y la abrace, las dos llorábamos.
-Si, te amo, te amo como nunca ame a nadie, no sé qué fue lo que te paso, pero veo como sos ahora con tu hijo, como lo amas, lo proteges y luchas por él, y eso hace que solo te ame aun mas. No importa lo que paso, me gustaría que algún día confiaras en mí lo suficiente y me lo contaras pero no me importa mi amor, yo solo te quiero a ti.
Se abrazo a mi cuello y lloraba como una niña, permanecimos largo rato arrodilladas en el piso llorando, cuando se calmo un poco, logre llevarla hasta el sillón, la acosté y me tendí junto a ella, ahora solamente caían lagrimas de sus ojos, no emitía ningún sonido, estaba como ida, perdida en su mundo, yo solo la abrazaba y acariciaba su pelo, le susurraba cuanto la amaba, hasta que se durmió, la observe dormir durante un largo rato, parecía una niña, pero una niña que había sufrido mucho, no hacía falta que me lo contara, suponía que algo muy fuerte debía haberla llevado a tomar la decisión de dejar a su hijo,
Me desperté de madrugada, mi estomago gruñía de hambre, estábamos abrazadas en la misma posición en la que nos dormimos, despacio intente levantarme sin despertarla, pero sujeto mis brazos que abrazaban su cuerpo.
-A dónde vas?- me pregunto con vos somnolienta
-Estoy muriendo de hambre, voy a preparar algo, seguí durmiendo si queres- mientras le hablaba no dejaba de acariciarla y besar su cabello, pero no podía ver su rostro, no saber que pensaba me mataba. Soltó mis brazos liberándome y sentí una puntada de desilusión.
Fui a la cocina y prepare unos emparedados con café, por si ella también tenía hambre, al ratito la ciento parada detrás de mí, voltee a verla y ya estaba bastante repuesta, pero su mirada era fría otra vez. Forcé una sonrisa pero el miedo me oprimia el estomago, esa mirada no presagiaba nada bueno.
-Queras comer algo?, prepare café también- pregunte mientras me acercaba a ella, hasta que quede en frente suyo, me rehuyó la mirada, raro en ella.
-No, mejor me voy- su voz era inexpresiva
-A donde te vas? Fernanda por favor, no me hagas esto, tenemos que hablar, a eso venias hoy no? que paso, porque estas así? No te entiendo, y me mata que no hables conmigo, que no confíes en mi- Luchaba por controlar mis lagrimas, ella seguía sin mirarme.
-Luciana, creo que lo mejor es que lo dejemos así, yo..... Yo quiero seguir viendo a Nico, quiero ocupar un lugar en su vida, quiero ser su madre, y lo nuestro no funcionara, y no quiero que eso afecte la relación que tenemos por Nico - estaba nerviosa, se le notaba en la voz
-Ok, si eso es lo que verdaderamente queres, por mi está bien, seguí escapando de lo que sentís- las lagrimas comenzaban a caer por mis mejillas, así que salí huyendo en mi propia casa y corrí a mi habitación, ella no me siguió, al rato sentí la puerta de calle que se cerraba
Así comenzó esta nueva etapa, el mismo día le mande un mail, en donde le informaba que ya había hablado con mis suegros, así que no hacía falta que tuviera que ocultarse con Nico, que podría salir a pasear con el etc. etc., pero que obviamente tendríamos que compartirlo, y con sus abuelos también. Me contesto agradeciéndome el gesto y nada más.
La rutina consistía en que ella pasaba por Nico, salían juntos un par de veces por semana, iban a su casa, al cine, al parque, pero era rara la vez que se quedaba en casa, cuando Nico me pregunto porque ya no venia, le dije que era porque Fer quería pasar tiempo con él, para que se conocieran mas etc. etc., y pareció conformarse. Mi relación con ella era casi nula, solo hablábamos lo mínimo indispensable, evitábamos hasta mirarnos, todas las noches invariablemente me dormía llorando, no la entendía, pero no podía llegar a ella, otra vez era fría como una roca, solo con Nico se notaba que era un ser humano.
Un día me sorprendió el llamado de mi suegra, hablándome maravillas de Fernanda, yo no entendía nada, resulta que ella se había presentado en la casa de mis suegros, y había desplegado todo su encanto, la cosa es que mi suegra la adoraba y me reprochaba el no habérsela presentado antes!!! Dios esto era demasiado. Esa tarde cuando trajo a Nico del colegio la estaba esperando, usualmente ni se bajaba del auto pero yo estaba atenta y salí cuando la vi estacionar.
-Necesito hablar con vos, Nico podes entrar? me quede parada junto al auto, mientras Nico se despedía de ella, cuando entro a la casa la enfrente
-No quiero que vuelvas a hablar con mis suegros sin consultármelo, Nico es tu hijo también, pero tenes que respetar a su familia, y a mí que soy su madre, creí que eso estaba aclarado no? estaba furiosa
-Tenes razón, lo siento, solo quise evitarte un problema, Nico me comento que su abuela le hacía comentarios poco gratos sobre mí, así que preferí tomar el toro por las astas, debí consultártelo, lo siento- me dijo con indiferencia
-Vaya parece que Lo siento se transformo en tu frase favorita- le dije sarcásticamente, ella me miro enojada- Por favor que no se vuelva a repetir una situación como esta- me di vuelta y comencé a caminar hacia la casa.
-Luciana- sentí que me llamo- Puedo quedarme con Nico este fin de semana, sucede que después voy a viajar por unas semanas y no podre verlo- su expresión no demostraba nada
-Lo siento, sus abuelos ya hicieron reservas para llevarlo a la playa , si me hubieras avisado antes, podría haberlo arreglado, avísame cuando te vas, y por favor déjale a Nico un teléfono donde pueda ubicarte- ni siquiera la mire y seguí caminando
-Luciana, no te importa que me vaya? -otra vez su mirada era cálida,
-Me importa que permanezcas en la vida de Nico, para mi te fuiste hace tiempo- que diablos le pasaba, quería tenerme a sus pies cuando se le antojara y después tirarme como un trapo viejo? Entre a casa y cerré la puerta sin mirar atrás, sentí como el auto salió chirriando las ruedas
Ese sábado despedí a Nico, se iba con sus abuelos, y me quede sola, trate de limpiar, ordenar, hacer cualquier cosa que no me dejara pensar en Fernanda, cuando ya no tenía nada más que hacer, me fui al gimnasio, cuando estaba ya terminando mi rutina, Verónica se acerco a mi
-Luciana, lo siento, quiero disculparme por lo que sucedió en tu casa, no pude contenerme perdóname por favor- se notaba en su cara la vergüenza que tenia, objetivamente era bonita, tenia buen cuerpo, no era Fernanda, pero al diablo con ella, ya estaba cansada
-Vero, no te preocupes, te gustaría ir al cine hoy o salir a tomar algo- su cara de sorpresa fue increíble, su sonrisa instantánea, sabía que no era lo correcto, pero estaba cansada de hacer siempre lo correcto, solo quería divertirme un poco. Luego de arreglar los detalles nos despedimos y me fui a casa a prepararme
Me puse un vestido veraniego, ya que hacía bastante calor, sexy pero no demasiado, quería verme y sentirme bonita pero tampoco era mi intención que Verónica me saltara encima o quizás si? Nos encontramos directamente en el restaurante, no quise que pasara por mí, llevar mi auto me daba la sensación de que podía librarme cuando quisiera, sin depender de nadie. La verdad es que Verónica era muy divertida, pero desde el primer momento le deje claro que solo buscaba pasarlo bien, que no quería nada serio.
-Estas enamorada Luciana- más que una pregunta era una afirmación - Se te nota en tu mirada, y sufrís mucho por ese amor, me equivoco? note la comprensión en su mirada
-No, Vero no te equivocas, pero es un imposible, discúlpame pero no quiero hablar del tema, solo quiero pasar un momento agradable sin pensar en ella, puede ser?-
-Ok, entonces divirtámonos esta noche, solo quiero que sepas, que me gustas mucho Luciana, y esperare el tiempo que haga falta para que la olvides- me miro con ternura y apretó mi mano
-Vero, no quiero engañarte ni que te hagas falsas ilusiones, yo no puedo…- me interrumpió apretando mi mano.
-Lu, no te preocupes por mí, solo quería que lo supieras, me gusta decir las cosas de frente, ahora vamos a divertirnos si?-
Pasaron 2 semanas, Fernanda había viajado a Estados Unidos, lo sabía por Nico, al que puntualmente llamaba todos los días. Saber q ella no estaba, q no aparecería en cualquier momento me relajo y comencé a salir más con Verónica cuando Nico se iba con sus abuelos. Íbamos al cine, a caminar, a pasar el rato, creo q de a poco iba entendiendo q solo podíamos ser amigas. Pero todo lo bueno tenía que terminar.
Una tarde mientras tomábamos un Café en el Centro Comercial, me quede de piedra cuando vi entrar a Fernanda con una mujer más joven q ella, una rubia divina, alta, ojos verdes con un cuerpazo espectacular y se notaba que babeaba por Fernanda. Ambas sonreían y hablaban despreocupadamente. Sentí un intenso dolor q me apretaba la boca del estomago, el café me supo a hiel, y sentí el fuego de los celos q avanzaba consumiendo la poca cordura q todavía quedaba en mi.
- Vamos- le dije a Vero, mientras me levantaba y la tomaba de la mano, ella no entendía q pasaba pero me siguió.
Camine directo a ellas, q no registraban a nadie a su alrededor, y cuando estaba a punto de chocar con Fernanda, me di vuelta mirando a Verónica y comencé a reír, como si ella me hubiera dicho algo gracioso, y le quiñe el ojo, esperando q entendiera y me ayudara.
-Perdón, ohhh hola Fernanda , que casualidad encontrarte aquí, pensé que llegabas mañana- trate de componer mi mejor sonrisa mientras veía como sus ojos verdes me recorrían.
Instantáneamente le tome la mano a Verónica, y cuando la mirada verde barrio mi cuerpo, se detuvo en las manos entrelazadas. Solo había estupor en sus ojos, pero duro apenas un instante, pronto se recompuso aunque no tenia su mirada fría de siempre, no pude percibir que pasaba por sus ojos en ese momento.
-Hola Luciana- su tono fue seco, gélido.
-Vero, ella es Fernanda, la mama de Nicolás- dije omitiendo mencionar el papel que jugaba Verónica en todo esto. Fue el saludo mas frio e impersonal que vi en mi vida. Fernanda no presento a su rubia, que se notaba molesta con la situación.
-Vamos mi amor, no quiero que se nos haga tarde. Un placer verte. Hasta luego- arrastre a Vero de la mano, y salimos rápido de allí, bajo la atenta mirada de Fernanda, vi una vena palpitar en su cuello y creí percibir dolor en sus ojos, pero no me detuve..
Un par de días después desayunaba con mi hijo, antes de llevarlo al colegio, y como si fuera lo más natural del mundo me pregunto
-Mami puedo decirle Mama a Fernanda? dijo cándidamente como si fuera lo más natural del mundo
-Si vos queres Nico, no hay problema , aunque me voy a poner un poquito celosa- le dije con un nudo en la garganta e intentando sonreir.
Nico vino a abrazarme y mientras me llenaba de besos me decía: -Mama yo te quiero, vos sos mi mama, pero tambien quiero a Fer y últimamente esta muy triste, quizás si le digo Mama se alegre un poco-
-Porque decís eso Nico, Fernanda te dijo q estaba mal?-
-No me dijo nada mami, pero la vi llorando un par de veces, pero cuando le pregunte q le pasaba me dijo q nada, q estaba todo bien, vos le podes preguntar mami que le pasa?- me miraba con sus ojitos preocupados.
-Mmm no se Nico, no somos amigas, no quiero molestarla- no sabía cómo zafarme de la situación, aunque me moría por saber q le pasaba, mi Fer llorando, se me estrujaba el corazón.
-Porfis Mami, si ella siempre me dice q vos y yo somos las personas más importantes para ella, que nos quiere mucho- una oleada de esperanza nació en mí, pero inmediatamente la deseche, seguro le decía eso a Nico para no preocuparlo.
-Ok Nico intentare hablar con ella, vos no te preocupes si, seguro son cosas del trabajo, vamos q se hace tarde-, no creía q estuviera mal por mí, me negaba a creerlo pero no podía evitar que la llama de la esperanza se hubiera avivado dentro de mi corazón.
Ese día arregle con mis suegros para que fueran a buscar a Nico al colegio, y fui a buscarla, al lugar donde todo había empezado, quizás si la sorprendía estaría con la guardia baja y podría hablar con ella, después del encuentro en el café, no habíamos tenido contacto y suponía q estaría furiosa.
Llegue a última hora, Stella, su secretaria ya se estaba retirando, le pregunte por Fernanda, y me dijo que todavía no se iba, quiso anunciarme, pero le dije q necesitaba hablar con ella sobre Nicolás, Stella era la única q sabia el vinculo q nos unía.
Golpee la puerta, y cuando escuche su frio "adelante" mis piernas flaquearon, pero tenía q terminar con esto, la amaba, la amaba como nunca ame a nadie, y volvería a poner la otra mejilla, a riesgo de recibir otra cachetada.
Estaba como siempre, en su escritorio frente a su notebook, pero mirando hacia la puerta, sorprendida que alguien la buscara a esa hora. Cuando me vio, sus ojos mostraron sorpresa.
-Hola Fernanda, como estas? Necesito hablar con vos, tenes unos minutos? intente que mi vos sonara firme, pero me costaba un montón.
-Sentate por favor, que sorpresa, no te esperaba, Te pido que seas breve, tengo un compromiso-tenía una camisa verde pálido, que con su piel morena y el reflejo de sus ojos, la hacía irresistible, aunque se la notaba cansada,
-Cancélalo- le dije firme, no sé de dónde sacaba las fuerzas.
-Perdón que dijiste- me dijo sorprendida, no esperaba la firmeza de mi actitud.
-Me dijiste que tenias un compromiso, y te dije que lo cancelaras, tenemos que hablar- me miro como no creyendo lo que acababa de decirle.
-Nicolás está bien, le paso algo?
-No, no vengo a hablar de Nicolás, vengo a hablar de vos, Nico me conto que te vio llorando un par de veces, que te ve triste, y está preocupado, así q me pidió que hablara con vos-
-Estoy bien, no te preocupes, solo tendré mas cuidado para que Nico no se inquiete- su tono era frio, pero evitaba mirarme. Tenía q insistir, algo le pasaba.
-No me preocupa Nico, me preocupas vos- levanto la vista, su mirada se cruzo con la mía, se la notaba vulnerable,
-No te preocupes demasiado por mí, tu novia puede enojarse- se notaba q mordía las palabras
-No es mi novia, así q tranquila, puedo hacer lo q quiera- estaba apostando fuerte, revelando más de lo que quisiera, pero era a todo o nada, a veces para ganar, hay que perder
-Le dijiste mi amor, el otro día en el café, no creo haber escuchado mal- me miraba fijamente,
-Te molestaría si lo fuera?-
-Por favor Luciana, terminemos con esto, que queres?
-Te quiero a vos, siempre te quise a vos. Te amo Fernanda- lo dije de un tirón, y solo respire cuando lo solté. Su cara estaba pálida, se le notaba a pesar de lo moreno de su piel, los ojos
-Por favor reacciona mi amor, te amo, no puedo seguir mas....- su grito corto mis palabras
-Ya basta, cállate, no lo digas más!!- se levanto furiosa de su asiento, y se fue hacia la ventana, de espaldas a mí, estaba dura, rígida. Me quede con la boca abierta, no sabía q decir, su rechazo fue como un golpe en la boca de mi estomago. Como pude me levante y me acerque a ella, mis piernas eran de goma, tenía la boca seca. Cuando me acerque a ella, pude notar q temblaba,
-Mírame, mírame a los ojos, y decime que no me amas, y nunca mas volveré a molestarte. Decime que todo lo que vivimos no significo nada para ti, que cuando me dijiste que me amabas me mentías, que cuando hacíamos el amor fingías, decimelo- espere unos segundos, ella seguía de espaldas a mí, percibí como los sollozos comenzaban a hacer temblar su cuerpo, la tome por los hombros, y la gire hacia mí, su rostro estaba bañado en lagrimas, no me miro, pero se abrazo a mí y enterró su cara en mi cuello.
-No podes amarme Luciana, no podes, abandone a mi hijo, a tu hijo!!!! como amar a alguien así. Trate, te juro que trate toda mi vida de sepultar ese capítulo, creía q sino pensaba en el, era como si no hubiera existido, intento huir de el otra vez y no pude, no pude. No quiero lastimarlo Luciana, no quiero lastimarte a vos, y ya no quiero lastimarme a mí, ya no puedo más, no puedo mas
-Así me lastimas, estando lejos tuyo. Estoy aquí mi amor, para amarte, acompañarte, solo quiero estar con vos y ayudarte. No podes seguir castigándote así, cometiste errores, pero quien no mi amor, lo importante es lo que harás de ahora en adelante, en lo que haces ahora, tu hijo te ama, yo te amo, acepta nuestro amor-
-Pero como puedo aceptar tu amor, si yo no me amo, me siento despreciable Luciana, me siento una mierda- no paraba de llorar en mis brazos, parecía una niña pequeña.
Como pude la lleve hasta el sillón, nos sentamos y seguí abrazándola, acariciando su cabello y le repetía que todo iba a salir bien, y que la amaba, Cuando logro calmarse, su llanto ya no era tan desgarrador, comenzó a hablar, me conto todo desde el principio, el abandono de su madre, la violación de su padrastro, como huyo y pensó en abortar pero no pudo. Como se ilusiono en salir adelante por su hijo pero tuvo q abandonarlo porque no conseguía trabajo y se morían de hambre y frio, cuando conoció al Arquitecto Uribe y como llego a convertirse en la persona que hoy era. Solo la escuchaba, tenía miedo de que si la interrumpía no continuara y volviera a encerrarse. Lo que mas dolía al escucharla, no era lo que le había sucedido, las cosas que tuvo que vivir y soportar, sino escuchar el desprecio, la ira que sentía contra sí misma, no se perdonaba el haber abandonado a su hijo y seguir adelante, además el haberlo encontrado y que el niño le demostrara cariño , la destrozaba aun mas, sentía q no merecía ese amor ni el de Nico ni el mío. La herida era muy profunda y estaba abierta todavía.
-Fer, se que nada de lo que yo pueda decirte, va a ayudarte a cerrar tus heridas, necesitas ayuda y yo no sé cómo hacerlo, lo único que yo puedo darte es mi amor, acompañarte y estar con vos , no voy a dejarte, aunque me eches, me apartes de tu lado mi amor, no voy a dejarte sola. Te amo Fernanda , lo entendes? y así a va a ser pase lo que pase. Voy a luchar por vos, voy a luchar con vos, si estamos juntas podemos lograrlo mi amor-
Nos abrazamos y ambas llorábamos, besaba su cabello, y acariciaba su espalda para tranquilizarla. Era increíble como esa persona que todos veían tan fuerte, fría e inalcanzable, solo escondía a una joven amargada, consumida por la culpa y la tristeza.
-Mi amor por favor, decime que vas a intentarlo, q vas a luchar para superar esto, y que me dejaras acompañarte, por favor mi amor- Tome su rostro bañado en lagrimas entre mis manos, y la obligue a mirarme exigiendo una respuesta. Me miro y con sus ojos asintió, la abrace, sabía que el camino seria largo y difícil pero con ella, caminaría hasta el fin del mundo.
Ya pasaron 3 meses desde aquel día. Nuestra vida siguió su curso normal, Fernanda empezó terapia y pasaba más tiempo con Nico y conmigo, venía a cenar a casa, o pasábamos algún fin de semana juntos, pero le costaba aceptar mis besos o cariños, cuando podía evitarlo lo hacía. Hablábamos mucho, nos divertíamos pero no éramos una pareja. Sus ojos, sus brillantes ojos verdes, se veían apagados, su mirada era triste, y pocas veces sonreía. No quería presionarla pero a veces la pena y la desesperanza me invadía y pensaba que no lo lograría.
Una noche cuando terminábamos de cenar los 3 juntos, fui a la cocina para lavar la vajilla, y Nico quedo solo con Fernanda. El corazón dejo de latirme cuando escuche que Nico le preguntaba:
-Mama porque estas siempre triste, es por mi culpa?-
Me asome a escondidas para ver y escuchar, pude ver la expresión de sorpresa y dolor en la cara de Fernanda, cuando reacciono se levanto de su asiento y se arrodillo frente a su hijo
-No mi amor, por favor no digas eso, vos me haces muy feliz- le decía con vos entrecortada.
-Yo no quiero q estés triste mama, yo sé porque me abandonaste, mi Mama me lo conto- Nico hablaba con seriedad y Fernanda ahogo un quejido, estaba mortalmente pálida.
-Mi Mama me dijo que eras muy chica, que estabas sola, sin trabajo, ni nadie que te ayudara, que quisiste cuidarme pero tenias miedo de que me muriera de frio y de hambre y me llevaste a una iglesia para que me cuidaran. Yo no estoy triste mama, sé que me querías mucho y solo quisiste ayudarme, además no hubiera conocido a mi Mama Luciana y a mi Papa, ni a mis abuelos, quizás no iría ni al mismo colegio ni tendría los mismos amigos, no estés triste por eso Mama. Yo te quiero mucho- y ese hombrecito, se abrazo a su mama sanando sus heridas, mas rápido que cualquier terapia.
Cuando volví de la cocina, tarde un rato en componer mi rostro para que no se notaran las lagrimas , los dos estaban riendo y jugando a la Play Station, y los ojos de Fernanda tenían brillo, no el de antes, pero volvieron a la vida.
Esa noche por primera vez dormí tranquila en mucho tiempo, sentí que era un comienzo, que si alguien era capaz de sanar las heridas de Fernanda era Nicolás, su hijo.
Desperté sobresaltada, el sol entraba en mi habitación pero era temprano, por eso me sorprendió que un sábado a esa hora Nico estuviera despierto, entro sonriendo a mi habitación
-Nico que pasa, estas bien?- pregunte mientras terminaba de despertarme
-Tengo una sorpresa para vos mama- detrás de el aparecio el ramo de flores más grande que vi en mi vida. Fernanda se asomo por detras de las flores, sus ojos brillaban con intensidad, sonreia y sus hoyuelos habían vuelto a aparecer en sus mejillas
-Te amo mi amor, gracias, gracias por aceptar el "paquete completo"- me dijo mientras se acercaba a besarme
No cabía en mi de felicidad, hasta que me di cuenta de un pequeño detalle
-Fer, esta Nico- dije asustada, buscando a nuestro hijo que nos miraba sonriendo y supuestamente no sabía que sus mamas estaba enamoradas
-Hay mama por favor- dijo con cara de fastidio. -Fernanda por favor pedile que se casen ,así nos vamos los 3 a Disney Word.- mientras se iba de la habitación, decía que los grandes siempre eran complicados etc. etc.
Mientras Fernanda y yos nos miramos con sorpresa y nos echamos a reír hasta q nos dolieron las costillas
De pronto Fernanda se puso seria y clavo su mirada verde esmeralda en mi
-Sra. Luciana, mi hijo me ha pedido que te proponga casamiento, y no puedo decepcionarlo- una media sonrisa asomaba en su cara
-Por eso queres casarte conmigo, porque te lo pidió Nicolás?-
-No pesada, quiero casarme con vos porque te amo, porque sos la mujer que siempre soñé, sos mi otra mitad, sin vos nada tiene sentido y no me da miedo aceptar tu amor, siento que lo sabes todo de mi, y aun así me aceptas, comprendes y acompañas. Me haces feliz, me siento amada y por primera vez no me molesta, al contrario mi corazón desborda felicidad y amor por vos. Ahora, por favor Sra. Luciana, conteste con todas sus letras: Acepta casarse conmigo?-
-Obvio que SI mi amor, nada me haría mas feliz- le decía mientras la besaba apasionadamente.
-Fernanda, solo una pregunta, Me amas? - le pregunte sonriendo
-Siempre mi amor, siempre-
Juntas nos levantamos y fuimos en busca de nuestro hijo, teníamos una boda y viaje que planear, y no había tiempo que perder.
El temor a perderlo todo!!!!
10 años, hoy mi Nico cumplía 10 años, como pasaba el tiempo, parecía ayer cuando con Eduardo lo retiramos del juzgado y lo llevamos a su casa. Estábamos tan felices, el bebe tenía 6 meses, y era precioso, pelo castaño oscuro, unos ojos verde oscuros enmarcados por unas largas pestañas, la piel color oliva, y se le formaban hoyuelos en sus cachetes cuando sonreía, poco nos importo q no se nos pareciera físicamente , Edu era castaño de ojos marrones y yo rubia natural de ojos marrón muy claro. Desde ese momento lo amamos como a nuestro hijo, y es lo que era.
No podía dejar de mirarlo con ternura mientras en el salón de fiestas infantiles jugaba con sus amiguitos, si tan solo Edu pudiera verlo!!!! pero Edu había muerto en un estúpido accidente de auto hacia ya 3 años, dejándome sola con el pequeño Nicolás, pocos meses antes de la tragedia y en consulta con un psicólogo le habíamos contado la verdad a Nico, haciendo hincapié en lo mucho q lo amábamos y que su mama seguro había tenido muchos problemas etc. etc. para dejarlo, el nene lo había tomado bastante bien, pero cuando murió su padre, Nico entro en un periodo de rebeldía, pensaba que su papa también lo había abandonado, estaba agresivo, irritable, nada que ver con el niño dulce y sensible que era, le costó mucho tiempo poder superarlo, casi no tuve tiempo para hacer mi propio duelo, aunque las cosas con mi marido como pareja no estaban bien, nos queríamos mucho y poníamos a nuestro hijo por sobre cualquier problema.
La verdad es que hacía tiempo que me había dado cuenta de que no amaba a Edu, cuando hacíamos el amor no sentía nada y fingía para que él no lo notara, había un gran vacío en mi alma, una sensación inexplicable de que algo me faltaba pero no llegaba a discernir que era, y para llenarlo me refugiaba en mi hijo.
Pero ahora Nico ya era un chico que tenía sus actividades, iba a futbol, natación, era muy popular y casi siempre iba a casa de sus amigos o venían a la de él, esos días q estaba sola, no sabía en que llenar mi tiempo. Era Arquitecta en un estudio pequeño pero que crecía rápidamente, y era una mujer joven , tenía 32 años, mis amigas me insistían en que era el momento de empezar a salir y conocer otros hombres pero con temor me daba cuenta de que no quería conocer hombres, cada vez me sentía más atraída por las mujeres y no quería aceptarlo
*Mi amor te gusto la fiestita, estuvo divertida no?- le dije a Nico cuando lo arropaba en su cama
*si mama, estoy muy feliz, estuvo súper, solo falto papa-. Me abrazo y trate de no llorar, solamente lo consolé con palabras dulces hasta que cayó rendido por el cansancio
Ya acostada en mi cama, no dejaba de pensar en la ultima discusión con Eduardo, el trataba de convencerme de que sería bueno buscar a la verdadera madre de Nicolás, para que cuando el preguntara, y seguro lo haría, pudiéramos ayudarlo, pero yo no quería saber nada, tenía miedo de perderlo, de que me lo quisieran sacar, seguramente era una prostituta, siempre pensaba en ella de esa forma, el miedo me obnubilaba y no me dejaba ver otras opciones, pero esa conversación volvía cada vez más frecuentemente a mi memoria atormentándola
Unos días después llame a mi amiga Andrea, que era abogada y nos había ayudado con la adopción de Nico, para que me asesorara ya que quería encontrar a la mamá biológica de su hijo
*Estas segura Luciana?, es una decisión difícil, tenes que meditarlo mucho, le dijo preocupada
*Andre, solo quiero saber quién es, nada más, solo quiero tener un nombre, no quiero tener una relación con ella, y menos que Nico la tenga, solo quiero saberlo, nada más, y te puedo asegurar que ya lo medite mucho, y le conto su última pelea con Edu
*bueno, siendo así, voy a empezar a averiguar, pero no te ilusiones a veces es un proceso muy lento
Para colmo de males, se corrió la noticia de que el dueño del estudio había vendido la parte mayoritaria, así que en breve vendría el nuevo jefe, la tensión estaba haciendo mella en mi, había adelgazado un par de kilos y había perdido mi habitual sonrisa, Nico estaba cada vez más independiente, así que me había notado en un gym cercano a su casa, donde varios tipos me habían tirado los perros, pero la verdad es que trataba de disimular que me entretenía mucho mas mirar a la entrenadora de spinning que a alguno de los musculosos que se la daban de sex symbol por ahí. La verdad es que para mis 32 años no estaba nada mal, tenía un muy buen físico, nada exuberante ni de vedette pero todo estaba en su lugar y muy buen puesto, pero no debía descuidarme , a veces pensaba para que me esforzaba tanto haciendo abdominales o en el escalador, si nadie me veía y por ahora quería seguir de ese modo, pero como dice el refrán , Uno propone y Dios dispone!!!!!
Finalmente llego el día en que el nuevo dueño se haría cargo, el ambiente era tenso, unos minutos antes de que llegara, mi celular sonó, era del colegio, Nico se había golpeado, no era grave pero estaba asustado y pedía por mí.
Ni lo pensé, busco su cartera y se dispuso a salir.
*Estás loca a dónde vas,-le dijo Alejandra mi compañera
*Es Nico, me llamaron del colegio, se golpeo, tengo q ir- y salí como una tromba
Cuando llegue al cole Nico estaba riéndose con su maestra, quería matarlo, solo tenía un moretón en su brazo y unas raspaduras en la pierna, nada grave, pero al parecer se había asustado mucho, lo lleve a casa, deseando que Mary, la vecina que cuidaba a Nico cuando salía del cole hasta que yo llegara, estuviera disponible, pero claro este no era el horario habitual, así que no estaba. Decidí quedarme con mi hijo, vimos pelis y comimos palomitas, al fin y al cabo, tenían que entenderme, mi hijo se había lastimado.
Esa misma noche me llamo Alejandra, para ver cómo estaba Nico y contarme las novedades
*Y Ale que tal nuestro nuevo jefe, espero que le hayas contado que me tuve que ir por una cuestión de fuerza mayor, le dije confiada, con los anteriores dueños nunca había problemas en ese sentido, si bien nunca abusaba.
*Que te cuento que no es jefe, sino jefa, es la viuda del Sr Uribe que falleció hace un par de años
*Hay no me digas que vamos a tener que soportar a una vieja mandona que no sabe nada de arquitectura, -dije apesadumbrada
*Bueno en lo de mandona temes razón, tiene un carácter súper fuerte, ya nos puso a todos a cortar clavos, pero en lo de vieja te equivocas, es súper joven, no debe llegar a los 30, y es preciosa, los chicos quedaron todos babeando por ella, jajajjaa
*Lo que faltaba, una viudita que lo engancho al viejo por la plata y ahora se quiere hace la dueña, Dios que castigo, dije ya pensando en lo que nos esperaba
*Lu, la verdad es que no quiero preocuparte pero no le gusto nada cuando pregunto si faltaba alguien, y yo le conté lo que te había pasado, puso una cara, bueno te lo cuento para que te vayas preparando,
*Pero esa perra seguro no tiene hijos, por eso no lo considera motivo suficiente para que me haya retirado, no te preocupes, si me quiere decir algo que me lo diga a mí de frente, no voy a hacerme problemas por adelantado, le agradecí a Ale la llamada y corte maldiciendo a la viudita.
Al otro día llegue temprano al estudio, me había vestido y maquillado con especial cuidado, quería causarle una buena impresión a la jefa.
Estaba hablando con Alejandra, Marcos y otros compañeros sobre un proyecto nuevo que estábamos por comenzar, cuando ella llego. Salió del ascensor con paso firme y arrogante como si nada de lo que pasara a su alrededor le importara, era alta , pero no demasiado, el cabello negro muy oscuro y brillante, se notaba que era muy bonita pero unos anteojos negros impedían ver su rostro por completo, me dio la sensación de que la conocía de algún lado, pero era imposible, si así fuera nunca la hubiera olvidado, cuando paso por al lado nuestro , solo dijo Buenos días y siguió sin ni siquiera mirarnos, su perfume flotaba en el ambiente.
*Chicos levanten la mandíbula, que se les cayó al piso- reía Alejandra, bromeando con Marcos y el resto, espero que no se haya dado cuenta que la mía también se había caído, guauuu q mujer por Dios.
A los 5 minutos, Stella la secretaria de presidencia me llamo con cara de preocupada
*Luciana, la Lic Uribe quiere verte ahora, por favor tene cuidado, mira que es un tempano de hielo
*Gracias Estelita, no te preocupes, pero mi seguridad se estaba yendo al diablo
Golpee la puerta, y sentí su voz, diciéndome que pasara
*Lic. Uribe, quería verme-, trate de decir con voz firme, ella ni había levantado la vista, seguía con los anteojos negros puestos
*Siéntese Sra. Echeverri- me dijo con voz fría, mientras siguió escribiendo en su notebook sin mirarme
Pasaron más de 5 minutos, me removí nerviosa en mi asiento, no sabía qué hacer, ella ni me prestaba atención, parecía que yo no estuviera ahí, sabía que lo hacía para castigarme y demostrarme su poder, me dedique a observarla disimuladamente, tenía unas facciones perfectas, su piel olivácea era suave, el cuello largo y fino era una tentación para perderse en el, por favor Luciana, que te pasa, no pienses mas tonterías, de vuelta la sensación de que la conocía de algún lado me asalto, pero por más que buscaba en mi memoria no lograba ubicarla
*Bien, Sra. Etcheverry, voy a presentarme, ya que ayer no pude hacerlo con Usted, mi nombre es Fernanda Uribe y soy la nueva presidenta del estudio, disculpe mis anteojos pero tengo una molestia y el médico me indico usarlos por un par de días- me dijo amable, pero detrás de su amabilidad presentía su molestia por lo de ayer, sabía que en cualquier momento me lo reprocharía.
*Lic. Uribe, le pido disculpas por mi ausencia de ayer, pero me llamaron del colegio......
*No hace falta que me explique nada Luciana, puedo llamarla así no? Solo espero que no se vuelva a repetir, dejar el puesto de trabajo solo debe pasar por un accidente realmente grave, no por un golpe y un raspón-, clavo en mi sus ojos, y a pesar de que no podía verlos con claridad, sentí su fría mirada sobre mi
*Lamento no estar de acuerdo con Usted Lic. Uribe, pero mi hijo es lo más importante para mí,- le dije desafiante y el desprecio se notaba en mi voz
*Por su puesto que su hijo es lo más importante para Usted, pero no lo es para mí, la empresa es lo más importante para mí, y si sigue manteniendo este tipo de conducta de retirarse o faltar por cualquier motivo menor, tendré que prescindir de sus servicios, está claro? Ahora puede retirarse- volvió a e escribir en la notebook y se olvido que yo estaba ahí.
Salí de la oficina envuelta en llamas, perra sin corazón, quien se creía que era, ahhhhh, estaba furiosa, ya mismo empezaba a buscar otro trabajo, sabía que no la iba a soportar, la detestaba, por más bonita que fuera.
Alejandra me esperaba para que le contara todo y así lo hice, pobre, trataba de calmarme, pero no había forma, estaba enojadísima.
*Lu, por favor cálmate, ya sé que lo q hizo es digno de Cruella de Vil, pero tenes que pensar en el trabajo, lo necesitas, serénate y si quieres con tiempo empezar a buscar otro pero no hagas ninguna locura, pensa en Nico, no podes quedarte sin trabajo, además vos nunca faltas, nunca te vas antes, tuviste mala suerte esta vez- me decía tratando de apaciguar mi animo
*Si tenes razón, mejor me voy al proyecto Cifuentes a supervisar como esta todo, y así me calmo un poco, si Cruella pregunta por mí, decile que estoy trabajando como siempre lo hago
Al fin era viernes, ya habían pasado casi 15 días de mi encuentro con la jefa y no me la había cruzado gracias a Dios, tenía mucho trabajo, el proyecto del edificio Cifuentes me llevaba casi todo mi tiempo, sin contar con que Omar Cifuentes cada vez que me veía me invitaba a almorzar, cenar, no se daba por vencido, la verdad es que ya se estaba poniendo pesado, y se me estaban acabando las excusas, así que antes del mediodía decidí escapar de mi acosador y me fui al estudio, hasta prefería a Cruella que al baboso de Omar, con el que encima tenía que parecer agradable porque era un cliente muy importante.
Nada más llegar Stella me dijo que Fernanda quería hablar conmigo, Dios que mal empezábamos, yo que había intentado huir de un problema, ya me enfrentaba a otro.
Stella me anuncio y entre a su oficina, como siempre estaba con la vista en la computadora, pude oler su perfume y mi pulso se acelero, esta vez no tenia los desagradables anteojos de sol, podría verle los ojos directamente, me moría por hacerlo. Lentamente me acerque a su escritorio y me pare enfrente.
*Me buscaba Lic. Uribe- no podía dejar de ver su cuello fino y su pelo negro, me provocaba besarla y enterrar mi rostro en su cabello,
Ella levanto su cara y me miro, no supe que me dijo, me quede paralizada, mis ojos parecían salirse de sus orbitas y mi piel se torno blanca como un papel
*Luciana, Luciana, se encuentra bien? me preguntaba preocupada, se acerco a mí y me tomo de los brazos, temiendo que me desmayara
*Si Lic. lo siento, creo q me bajo la presión- no podía dejar de mirar sus ojos verde oscuros, sus pestañas largas y tupidas, su piel oliva
Me llevo hasta un sillón y me ayudo a sentarme, y se sentó a mi lado.
*Me alegro que ya esté mejor, pensé que se iba desmayar - dijo y sonrió, 2 hoyuelos se formaron en sus mejillas, nunca la había visto sonreír por eso no lo había notado, y la última pieza del rompecabezas se ajusto, ya sabía porque me resultaba conocida, era como estar viendo la cara de mi hijo, de mi Nicolás, no, no podía ser, solo era una coincidencia, nada más que eso.
-Bueno para que se sienta mejor, quería decirle que el Sr Cifuentes me felicito por su trabajo, está muy conforme con Usted bla bla bla- no podía escuchar nada de lo que me decía, tenía que hablar urgente con Andrea para ver si había averiguado algo de la mama de Nicolás, solo así podía quedarme tranquila. Como pude le agradecí y salí huyendo de su oficina, Dios encima iba a creer que estaba loca.
Fui al baño y de mi celular llame a Andrea.
*Andre, disculpa que te moleste, pudiste averiguarme algo de lo que te pedí?- mi voz sonaba ansiosa y Andrea trato de calmarme.
*Lu, justo hoy iba a ir a tu casa, como sabes a Nico lo dejaron en una iglesia de un barrio muy pobre de la ciudad, por suerte el cura sigue todavía allí, así que fui a hablar con él personalmente hoy a la mañana, por eso no te pude avisar
*Por Dios Andrea que averiguaste?- es urgente
*Que pasa Luciana-, paso algo me dijo preocupada
*Puede que todo o nada Andre, después te cuento, por Dios decime que sabes-,estaba desesperada
*Bueno el padre mucho no se acuerda, ya es un hombre grande, solo recuerda que esa noche una chiquilla de 16 o 17 años llego a la iglesia con su bebe, estaba desesperada, lo había tenido hacia un par días y estaba en la calle, del padre nada sabia y su familia era muy pobre y de una provincia lejana, estaba totalmente sola, el padre recuerda que le dio de comer porque estaba famélica, intento convencerla de que se quedara con el bebe, que el intentaría ayudarla, pero ella le dijo que quera para su hijo una vida mejor y que ella nunca iba a poder ofrecérsela, así que lo dejo con el cura que esa noche lo cuido y al día siguiente lo entrego a los servicios sociales, el resto es historia
*Recordaba algo más de ella, como era el nombre, es vital Andre- por favor
*Caray Luciana en cuanto salga del trabajo me voy a tu casa, me tenes que explicar que está pasando, si el padre recuerda que era muy bonita, a pesar de que se veía descuidada, q estaba muy flaca para recién haber parido, pero tenía unos ojos verdes preciosos y lo único que sabe de ella porque no quiso contarle nada mas, es que se llamaba Fernanda-
Luciana dejo caer el celular y detrás del aparato cayó ella desmayada en el baño del estudio.
2 PARTE
Me despertaron unos golpes suaves en mi cara, y una voz que me llamaba preocupada, y pedía ayuda, cuando pude enfocar la mirada me encontré con su mirada verde llena de preocupación.
*Luciana, por favor mírame, estas bien? Luciana reacciona, Ayuda por favor!!!!!!!- gritaba desesperada, hasta juraría que se veía pálida, estaba arrodillada en el piso y con uno de sus brazos sostenía mi cabeza y con la otra mano, acariciaba mi cara y me acomodaba el pelo. Yo la miraba y solo podía pensar en que me moría por besarla , por perderme en su cabello negro y en su cuello, Dios su perfume me envolvía y me mantenía en mi semi limbo sin poder reaccionar
Al minuto entro más gente, y alguien me levanto, después supe que era Marcos, y me llevo hasta la oficina de Fernanda y me acostó en el sillón de tres cuerpos que había allí, Alejandra, me hablaba y si bien yo tenía los ojos abiertos y entendía lo que me decía, estaba en shock, no podía reaccionar, no podía ser que el destino fuera tan cruel, esa mujer era la madre de mi Nicolás, encima de ser mi jefa, era muy poderosa, y si quería quitármelo usaría todo su poder, mi mente no para de pensar, necesitaba huir de la situación, las lagrimas se deslizaban por mis mejillas sin control.
Sentí su voz, ya fría como siempre y dando ordenes
*Por favor salgan todos de aquí, Luciana necesita espacio y tranquilidad, Alejandra tu quédate con ella y Stella por favor averigua que pasa con el médico que tarda tanto- volvió a acercarse y me miro preocupada pero distante , seguro pensaría en los inconvenientes que le estaba trayendo.
Yo estaba aferrada de la mano de Alejandra y mis lagrimas caían pero no emitía sonido alguno, en ese momento llego el doctor. Ale salió y Fernanda se quedo como responsable que era de sus empleados. El doctor me reviso, tenía la presión muy baja y comenzó a hacerme preguntas básicas, mi nombre, edad etc., como pude fui reaccionando y le respondí, me pregunto si me había sentido mal antes del desmayo, si me había pasado algo, yo sin querer mire a Fernanda que estaba apartada observándome seria.
*Recibí una llamada con una mala noticia, y no recuerdo más doctor- dije bajando mi mirada con vergüenza.
*Bueno tal parece que fue una conmoción nerviosa y le bajo la presión, por suerte no se golpeo la cabeza cuando cayó, aunque se le están haciendo unos moretones en el brazo, le indico una semana de reposo, tome estos analgésicos y si siente algo fuera de lo normal, no dude en ir al hospital, ya mismo debe irse a su casa, pero no vaya sola y trata de no quedarse sola en el día de hoy por si vuelve a desmayarse, ok? Vive con su marido, novio?-me pregunto
*No, vivo con mi hijo de 10 años, soy viuda-, sentí la mirada de Fernanda clavarse en mi, acaso no lo sabía?
*Bueno, entonces pídale el favor a algún amigo, amiga o pariente, no puede quedarse sola y menos con su pequeño hijo, Ok- diciendo esto se despidió de nosotras y salió.
Sentí que se acercaba a mí, intente sentarme en el sillón, e inmediatamente estuvo a mi lado para ayudarme pero la rechace
*Puedo sola gracias, lamento la molestia ocasionada Licenciada Uribe- dije sin levantar la mirada
*Bueno si ya está mejor, voy a llevarla a su casa ahora mismo- me dijo en tono neutro
La mire extrañada, seguro había escuchado mal
*Perdón, que , que dijo Licenciada- mi voz salió entrecortada
*Dije que si ya está mejor, la llevo hasta su casa, si quiere mientras arreglo algunos temas, puede ir llamando a algún familiar para que la acompañe, y si no tiene a nadie, pues yo me ofrezco a hacerle compañía por hoy- esto último lo dijo casi imperceptiblemente.
*Nooo- dije casi gritando, vi su expresión de sorpresa ante mi total rechazo y una ráfaga de dolor? paso por su mirada. - No quiero molestarla más Licenciada, se cuan ocupada esta, ya conseguiré quien venga a buscarme no, no se preocupe, mis palabras salían en forma atropellada
*Si me preocupo por ti, y no puedo evitarlo- lo dijo mordiendo las palabras, como si lamentara decirlo
Se acerco a mí, hasta que quedo a escasos centímetros de mi cuerpo, que temblaba como una hoja, con su mano tomo mi barbilla y levanto mi rostro para que la viera a los ojos, su mirada era suave y ninguna de las dos dejábamos de vernos, con el dorso de su mano, me acaricio la mejilla y se fue acercando lenta pero inexorablemente a mis labios , pude sentir su aliento, iba a besarme , sabía que era la última persona con la que podía permitir que pasara eso, pero mi cuerpo no respondía , por suerte o desgracia, sentimos que alguien golpeaba a la puerta, y ella rápidamente se alejo de mi, y adopto otra vez la severa mascara que ocultaba sus emociones
Stella entro a la oficina junto con Andrea mi amiga, que vino volando desde su trabajo, cuando se dio cuenta de que algo malo pasaba, Stella aprovecho para devolverme mi celu que había quedado tirado en el baño
*Por Dios Lu, que te paso, en un momento hablábamos por tel. y de pronto sentí como un golpe y nada más, estas bien? me abrazaba preocupada
*Si Andre, solo me bajo la presión es todo, puedes acompañarme a casa?- rogaba porque me dijera que si, no podía permitir que Fernanda me llevara y se cruzara con Nico.
*Luciana no puede quedarse sola por el día de hoy, necesita que alguien este con ella para controlarla, es la indicación medica, Usted puede encargarse? le dijo Fernanda seria a Andrea.
*Si, despreocúpese, yo me encargo de Luciana- vi que Andrea la miraba con curiosidad, -fue un placer conocerla Srita....-
*Fernanda Uribe, la dueña de la empresa y Usted es? dijo sin mover un musculo de su cara, su mirada era fría y evitaba mirarme, no le extendió la mano a Andrea para saludarla
Cuando sintió su nombre, Andrea me miro y me di cuenta de que se había dado cuenta de todo, imposible no hacerlo, Nico era un calco de Fernanda
*Andrea Benítez, la mejor amiga de Luciana, bueno nos vamos a casa Lu, es mejor que descanses, hasta luego Sra. Uribe- diciendo esto me abrazo por la cintura y salimos de la oficina, ni siquiera me despedí de Fernanda
Cuando llegamos al auto de Andrea, ya me sentía mejor pero aun tenía una ligera sensación de mareo y me dolía la cabeza.
*Ahora sí que estas en problemas amiga, ya entiendo tu apuro por saber algo de la mama de Nico- me dijo Andrea y arranco el auto
*Por favor Andre, ahora no, me estalla la cabeza, no soportaría hablar de eso ahora- tenía un nudo en la garganta
*Como quieras pero en cuanto te mejores tenemos que hablar del tema y decidir qué vas a hacer,-arranco el auto y nos fuimos.
Como Andre no podía quedarse en casa esa noche porque uno de sus hijos estaba enfermo, Nico y yo fuimos a la suya, me llevaba súper bien con Roberto su esposo, así que no hubo problemas, al otro día lleve al nene al club en taxi y me fui a casa a descansar, cuando llegue la luz del contestador de mi tel. no paraba de titilar, había varios mensajes de un teléfono anónimo y uno de Alejandra, así que decidí llamarla al trabajo
*Hola Ale como estas?
*Luciana por dios donde te metiste te llame varias veces al cela y a tu casa y no pude comunicarme, estas bien?- me dijo preocupada
*Si, el celu estaba descargado, y pues me fui a la casa de Andrea mi amiga, ya que ella no podía quedarse aquí, pero por suerte ya estoy mejor y no necesito mas enfermeras- reí divertida
*Bueno menudo susto nos diste, hasta la jefa estaba preocupada, encima anda con un humor de perros, además me dijo que si llegaba a hablar contigo, tenía que pasártela a ella- agrego seria
*Noooooo Ale por favor, decile que no hablaste conmigo que todavía no me ubicaste- lo que menos quería era hablar con ella
*Okok, no te preocupes pero no se te vaya a escapar que hablamos ehhhhh, sino me mata, con el carácter que se trae hoy-
*No te preocupes Ale, soy una tumba sellada, cualquier cosa que necesites mándame un mail que voy a estar conectada, besos-
No había pasado ni media hora cuando el teléfono comenzó a sonar, Dios creó q voy a desconectarlo, otra vez era un numero privado
*Hola- dije con voz cansada
*Luciana?- era su voz, se me aflojaron las piernas, porque no llamaba Stella su secretaria, en lugar de ella, me parecía raro
*Si, quien habla?- aparentando que no la conocí
*Soy Fernanda Uribe, como estas? - su voz era suave, no tenía ese dejo arrogante y autoritario que tenía en la oficina, mi corazón empezó a latir con más fuerza, no podía pasarme esto, no con ella
*Licenciada, estoy mucho mejor, gracias por preocuparse- dije con toda la tranquilidad que pude aparentar
*Me alegro mucho, ayer la estuve llamando y a su celular también , y como no contestaba nadie, me preocupe -
*Si, me fui a dormir a la casa de una amiga para evitarle más molestias, pero ya me siento mucho mejor-
*A la casa de su amiga Andrea?- note cierta ironía en su pregunta, como si le molestara
*Si, fui a dormir a su casa con mi hijo, algún problema? - no sé cómo se me salió esa frase al instante me arrepentí de haberla dicho, sonó insolente y ella era mi jefa
*No, por supuesto que no hay ningún problema, usted puede dormir con quien sea- la sentí molesta, y no la saque de su error, yo le había dicho que fui a dormir a la casa de Andrea, no que dormí con Andrea, estaría celosa? no por favor, pero perversamente me daba placer molestarla
*Bueno Licenciada le agradezco su llamado, si me disculpa me estaba por ir a acostar un rato- queriendo cortar la conversación
*Por supuesto Luciana, no quiero ser yo quien interrumpa su descanso, buenos días- y corto bruscamente, estaba enojada, una sonrisa se asomo a mis labios, estaba jugando con fuego, y solo podría quemarme
Al día siguiente como me sentía mejor y era domingo, fui con Nico al centro comercial, comimos allí, el fue a los juegos y lo pasamos muy bien, llegamos a casa a media tarde, estacione el auto y nos bajamos, Nico seguía jugando con una pelota que había ganado en un juego, estábamos por entrar cuando siento que alguien habla atrás nuestro.
*Epa, tienes pasta de campeón, seguro sos Nicolás no?- era su voz, y estaba hablando con Nico, me puse pálida, y antes de voltearme trate de componer mi cara.
*Licenciada Uribe, que que sorpresa- y vaya si lo era, estaba hermosa, con unos jeans que le ajustaban sus largas piernas, y una camisa blanca, sumamente sencilla pero increíblemente hermosa.
Abrace a Nico contra mi cuerpo en un acto reflejo, pero él se zafo para buscar la pelota que se había ido hacia Fernanda.
*Toma campeón, decime de quien sos hincha de Messi o de Ronaldo?- sonreía mientras le hablaba, no parecía la mujer fría que conocía, busque en sus ojos alguna señal de reconocimiento pero no vi nada, solo sus ojos titilaban con alegría, ni siquiera me había mirado todavía.
*De Messi, le dijo con seguridad Nico, es el mejor jugador, y tu como sabes mi nombre?- la interrogo mi hijo que la miraba con curiosidad
*Me llamo Fernanda, soy compañera de trabajo de tu mama, y bueno eres famoso, ella habla mucho de ti, vine para ver como se sentía- solo en ese momento levanto su vista y me miro
La imagen de esa mujer y ese niño, tan parecidos me impresionaba, los dos sonreían y los hoyuelos se formaban en sus mejillas, los mismo ojos verdes , el mismo tono de piel, Dios como puede no darse cuenta, seria evidente hasta para mi vecina.
*Nico, dale, entra a bañarte que se está haciendo tarde y mañana hay cole- quería sacarlo urgente de allí
El nene entro y yo me quede parada en la puerta
*Le agradezco la molestia de venir hasta mi casa Licenciada, no era necesario, estoy bastante mejor-
*No me vas a invitar a pasar Luciana? la sonrisa de sus ojos había desaparecido
Nico apareció por detrás de mi y asomo su cabeza
*Mama podemos comprar pizza, por favor, di que si, y tu amiga puede quedarse a cenar con nosotros si quiere es muy simpática- me rogaba con la mirada, en ese momento hubiera querido matarlo
*Nico, la Sra... Fernanda es una persona muy ocupada, seguramente tiene cosas que hacer, no?- la mire como para que ella aprovechara mi excusa y se fuera
*Pues sería un honor comer pizza con ustedes, precisamente hoy no tengo nada para hacer- su mirada era desafiante pero divertida, me retaba para ver como salía de la situación, la verdad es que no debería tener ningún motivo para negarme y no quería que sospechara que había algo oculto, así que con resignación la invite a entrar.
Mi casa no tenía grandes lujos y estaba decorada sencilla, pero con buen gusto, se notaba que le gustaba lo que veía porque sonrió mientras con su mirada barría todo el lugar en segundos.
-Licenciada deme su cartera, pase y póngase cómoda, voy a ayudar a Nico, ya vuelvo- evitaba mirarla a los ojos
*Luciana, no creas que llamarme Licenciada es mmm un poco incomodo en esta situación, te sería muy difícil llamarme Fernanda?- se había acercado a mí, estaba tan cerca que podía sentir su respiración en mi rostro, me volvía loca en lo único que podía pensar era en besarla allí mismo, sin importarme que mi hijo, su hijo del que ella nada sabia estuviera duchándose en el piso superior
*No por supuesto que no Fernanda, espero que no se me escape en la oficina es todo- me di vuelta sin mirarla y subí a ver a Nico,
A pesar de mis nervios, pasamos un momento agradable, Fernanda se sentó en el sillón del comedor a jugar un partido en la play station con Nico, ambos reían a carcajadas por la torpeza de Fernanda en el juego, yo no podía evitar mirarlos y por un lado me daba mucha ternura pero también mucho miedo, estaba desgarrada entre decirle la verdad a Fernanda o seguir callando
Finalmente llego la pizza, y nos sentamos a comer, ella se sentó enfrente mío, casi no habíamos hablado, su atención se dirigió exclusivamente a Nico, aunque podía sentir su mirada encima de mi todo el tiempo, las dos jugábamos a no vernos, fingir que no nos importara lo que hiciera la otra.
*Bueno Nico a dormir, ya es tarde y tenes que levantarte temprano mañana para ir al cole-
*Pero mama, no es tan tarde, aparte me estoy divirtiendo mucho con Fernanda, vas a volver otro día no? su pregunta me desarmo, sentía celos, ternura, impotencia, miedo, todo al mismo tiempo.
*Claro bombón, te prometo practicar, sino te vas a aburrir pronto de mi- se acerco a Nico con una gran sonrisa, le despeino la cabeza con su mano, y le dio un beso, Nico la abrazo del cuello y se prendió a ella, si bien era un chico demostrativo, nunca lo era con extraños, estaba muy sorprendida
*Fernanda, discúlpame, ya vuelvo-
*No hay problema, esperaría horas por ti- esto me lo dijo en un tono bajo para que Nico no escuchara, mi cara se tiño de rojo, la mire a los ojos y me sorprendió ver la intensidad de su deseo, pero en un segundo desapareció , aproveche para huir un momento y tranquilizarme.
Baje 20 minutos después, ya mas compuesta, no podía permitir que me dominara así, con solo unas palabras y una mirada y me derretía por ella, tenía que pensar en mi hijo, esto solo nos conduciría a una catástrofe.
Ella estaba en el salón, mirando las fotografías que había por ahí
*No hay ninguna foto de tu esposo- me pregunto con curiosidad
*No, las saque todas, solo hay una en la habitación de Nico, no nos hacia bien verlo todo el tiempo en las fotos, quizás cuando la herida este más cerrada, pueda volver a ponerlas- fui sincera
Se fue acercando lentamente, yo solo podía mirarla, me sentía como una presa hipnotizada por sus ojos verdes, mi cabeza me decía que tenía que salir del peligro pero mi cuerpo no respondía.
*Lo amabas mucho?- me pregunto con vos suave
*Si, si lo ame mucho- no le mentí pero tampoco le decía la verdad, que en el último tiempo nada era igual, y que aunque Eduardo estuviera vivo en este momento, daría lo mismo, me moriría por besarla igual.
*Creo que es mejor que te vayas, ya es tarde, mañana tu trabajas- jajá intente sonreír haciendo una broma, ya que yo seguía de licencia
*De que tienes miedo Luciana? no voy a hacerte nada que no quieras, pero siempre noto en tu mirada que me ves con miedo, yo no quiero lastimarte, pero me gustas mucho, a decir verdad me gustas demasiado- acerco su cara y sus labios quedaron casi pegados a los míos
*Esto no está bien, tu eres mi jefa, yo solo soy una simple empleada, no tenemos que mezclar las cosas, además no me van las mujeres- no sabía que decirle, no podía contarle porque la veía con miedo en realidad.
*Eso es una tontería y tú lo sabes, y me deseas no puedes negarlo, me deseas con desesperación igual que yo a ti-
*Jaajaja, yo no te deseo, por favor no seas tan creída- sentía que mis piernas temblaban, mi corazón latía desbocado, yo le gustaba, me deseaba, igual que yo a ella, si solo las cosas fuera diferentes.
*Entonces xq siento desde aquí los latidos de tu corazón, estas temblando y tus ojos solo piden que te bese-
*Estas loca de remate, además nunca jamás me fijaría en ti, eres demasiado soberbia, altanera, fría como un hielo- trate de apartarme pero ella me tomo de la cintura
- Vas a tener que tragarte tus palabras - me dijo y sentí sus labios suaves pero firmes sobre los míos, primero no podía reaccionar, pero cuando paso su lengua por mis labios, y me mordió suavemente el labio inferior, perdí el control.
Mi boca se abrió y su lengua penetro con ansias pero suavemente, me llevaba al delirio, sus manos dejaron mi cintura y recorrían mi espalda hasta que una de ellas se apodero de mi nuca para intensificar el beso, nuestras lenguas jugaban juntas, recorrían nuestras bocas y descubrían sus secretos, lentamente su boca fue hacia mi cuello y comenzó a darme besos suaves pero tiernos, con su lengua lamia mi piel, y yo sentía que no podía respirar, solo la abrazaba y me perdía en su pelo. Volvimos a besarnos, esta vez con más urgencia, las cosas se estaban saliendo de control, yo la apretaba a mi como temiendo que fuera a dejarme, con temor a que se desvaneciera, que tenía esa mujer que me volvía totalmente loca?. De pronto ella se alejo de mi, sus ojos eran oscuros, sus pupilas dilatadas por la pasión y respiraba con dificultad
*Guauuu , menos mal que no te gustaban las mujeres, por poco me violas- sonrió pero la risa no llegaba a sus ojos, se estaba vengando de mi
*Te recomiendo una ducha fría bombón,- su sonrisa de triunfo iluminaba su cara, me tiro un beso y salió mientras yo estaba clavada en la misma posición, todavía sintiendo su cuerpo en mis manos y en mis labios. Lentamente subía a mi habitación y no tuve otra alternativa que seguir su consejo
TERCERA PARTE
Paso el resto de la semana y ella no me llamo mas, pero todos los días recibía el llamado de Stella su secretaria para preguntar por mi estado de salud. Aprovechando los días de licencia, lleve mi Curriculum a varios estudios y ya tenía una entrevista pactada para la próxima semana.
Mañana viernes tendría que volver a enfrentarme a ella, no sé cómo reaccionar, en realidad mi cuerpo reacciona solo cuando la ve, no puedo evitarlo, todo en ella me gusta, sus ojos, su piel, su perfume, su sonrisa, Dios creó q me estoy enamorando, y no puedo permitírmelo, tengo q cortar de raíz esto que me pasa, la única solución es no verla más.
-Mami, mañana tenes que volver a trabajar?- me dijo Nico con una cara triste, habíamos disfrutado mucho estos días juntos.
- Si mi amor, pero como es viernes, es solo un día, después nos queda el fin de semana para estar juntos otra vez- su sonrisa me ilumino el día que bastante negro lo tenía.
-Tu amiga Fernanda no vino mas, no podría venir a comer el fin de semana, me la pase súper con ella, es muy divertida-
Mi humor volvió a tornarse negro, no sabía que decirle, además era rarísimo que Nico se hubiera encariñado con ella, seria verdad lo q se dice que la sangre tira?
-Mi amor lo que pasa es que Fernanda es en realidad mi jefa, no una simple compañera de trabajo, y ese día vino xq estaba preocupada por mí, que soy su empleada, pero es una persona importante , con muchas ocupaciones, no puedo molestarla,- no sabía que decirle, notaba su carita de desilusión
-Pero ella me dijo que se divertía mucho conmigo y que iba a practicar para cuando volviéramos a jugar a la Play- no quería darse por vencido.
-Basta Nicolás ya te dije que no y punto final, veta a tu cuarto que ya es hora de dormir- le dije enojada, me estaba desquitando con él , pero no sabía qué hacer, enojado se fue a su habitación sin saludarme.
Antes de acostarme pase por su cuarto para ver que estuviera bien, estaba despierto cuando entre.
-Perdóname Nico no quería gritarte, es solo que tuve un mail día, me perdonas? le dije mientras acariciaba su cabello, me miro pensativo y serio y me pregunto lo que tantas veces temí
-Mami, vos sabes quién es mi verdadera mama, es decir, la que me tuvo en su panza?
Quede petrificada, no podía hablar, lo que siempre temimos con Eduardo estaba pasando, pero ahora solo estaba yo, no tenia nadie en quien apoyarme,
-No Nico, no lo sé- mentí, - porque me preguntas eso?
-Es que pronto es el día de la madre y en el cole nos pidieron una foto con nuestras mamas, y te saque una sin que te dieras cuenta, y Ramiro, me dijo que yo no me parecía en nada a ti, y me pregunto si me parecía a mi papa, y bueno le dije que era adoptado-
-Y que te dijo Nico, te dijo algo que te molestara, te trato mal?- la sangre me hervía de solo pensar que alguien pudiera lastimarlo
-No mami, es mi amigo, solo me dijo que quizás yo me pareciera a mi verdadera madre, por eso me gustaría conocerla, nada mas-
-Ok, hijo te prometo que voy a tratar de ayudarte a encontrarla- lo abrace tan fuerte que me dijo que lo ahogaba, me fui llorando a mi habitación y tarde horas en quedarme dormida
Al otro día fui a la oficina con miedo de enfrentarme a ella pero por suerte estaba en una reunión en otra ciudad y no volvería hasta la semana entrante, menos mal porque me veía fatal, peor que antes de mi desmayo. Alejandra me comento que había estado entrevistando personal, porque la jefa había cerrado un trato importante y el lunes empezaban 2 personas nuevas.
Llame a Andrea y le pedí que nos viéramos urgente, necesitaba hablar con ella.
El sábado aprovechando que Nico estaba en el club, nos juntamos almorzar en casa, a Andrea le pareció raro que no quisiera salir a almorzar fuera, pero quería contarle todo, y prefería que fuera en mi casa.
-Bueno amiga, estas en un grave problema, estoy un 99% segura de que tu jefa es la mama de Nico, más parecida no puede ser, que vas a hacer?- me pregunto Andrea preocupada.
-A decir verdad tengo 2 graves problemas Andre, y tengo que contártelo porque ya no lo aguanto más, siento que me estoy ahogando-, las lagrimas me caían por las mejillas, Andrea me miraba preocupada.
-Quizás lo que voy a contarte te aleje de mi, y te juro que voy a comprenderlo, pero necesito al menos compartirlo con alguien-
-Por Dios Luciana que pasa, estas enferma? no me asustes por favor?
-Andrea yo soy lesbiana- espere su reacción pero no dijo nada, continúe contándole como mi matrimonio con Edu, era una mentira, al menos para mí, lo vacía que me sentía etc. etc. etc.
-Andrea por favor dime algo, lo que sea-
-Bueno Lu, la verdad es que estoy sorprendida pero no tanto, yo me daba cuenta de que algo te pasaba pero pensaba que quizás era por la muerte de Eduardo, que no querías formar otra pareja, porque cada vez que queríamos presentarte un candidato huías espantada jajajaja-
-Yo entiendo si no quieres ser mas mi amiga, sé que es...-
-No seas boba, como voy a dejar de ser tu amiga, por favor, tu sexualidad es cosa tuya, yo te quiero como la persona que sos, y sos la mejor amiga que tengo, así que venga, dame un abrazo, pero eso si fraternal ehhh- nos abrazamos riéndonos, y sentí que un gran peso me abandonaba.
-Andre, todavía me falta contarte mi segundo problema-
-Jajaja, te parece poco con los que tenes jajaja, dale contarme, lo mas difícil ya paso no?- me tomo de la mano para darme confianza
-Es que estoy enamorada de una mujer,-
-Bueno, es lo lógico después de lo que acabas de contarme no? Cuál es el problema, no te animas a decírselo, tenes miedo de lo que opinen los demás, No seas boba, se feliz y que los demás se caguen, por lo pronto te digo que en mi casa siempre serás bien recibida-
-Gracias Andre, no sabes lo que significa para mi tu apoyo, el problema no es ese, el problema es de quien me enamore, es un imposible, no puede ser-
-Pero porque amiga, que pasa ella no siente lo mismo, es hetero, es... ya se- ahora si su cara era de asombro e incredulidad, -no me digas quien es, te enamoraste de ella, no lo puedo creer-!!
-ya lo sé Andre es una locura pero no lo pude evitar, te juro que trate y trato pero es más fuerte que yo, la veo y mi corazón late como loco- le conte lo que había pasado el día que me desmaye, sus llamados, lo tierna que había sido con Nico el día que vino a casa, y con mucha vergüenza también le conté del beso.
-Con razón el día que fui a buscarte me miraba con una cara, parecía que quisiera matarme, de seguro estaba celosa jajajaj-
-Por favor no te rías, es terrible, justo de ella tengo que enamorarme, es la madre de mi hijo por dios, es la persona que podría destruir mi vida, ya empecé a buscar otro trabajo, tengo que alejarme de ella urgente- la angustia me invadía por completo, apenas me salían las palabras
-Luciana entiendo todo lo que te pasa y es obvio q no elegimos de quien nos enamoramos, pero porque te empeñas en pensar lo peor de ella, q te va a querer sacar a Nico, que te va a destruir, quizás no es así, no sabemos las razones que tuvo para dejarlo, ni lo que le paso en su vida, yo creo que al revés, tendrías que acercarte más a ella y conocerla un poco mas-
-Pero estas loca, no puedo acercarme más a ella, me muero cada vez que la tengo cerca, seria jugar con fuego, además no te dije lo peor-, Andrea me miraba con cara de que no podía creer que todavía hubiera mas
-Nico me dijo que quiere conocer a su verdadera madre- le conté como se había planteado la situación, - tengo miedo de que si se siguen frecuentando alguno de los dos se dé cuenta, Nico no es bobo, y ella, francamente si no lo ve es porque esta ciega, el nene no podría ser más parecido a ella.
-Si que la tenes difícil, yo sugiero q te tomes las cosas con calma, y pensa, que pasaría cuando Nico sea más grande y se entere que su mama es esa mujer que fue a su casa, que jugó con él, y que vos lo supiste todo este tiempo y lo ocultaste, la mentira tiene patas cortas amiga, pero en definitiva yo solo puedo aconsejarte y apoyarte en lo que decidas, siempre conta conmigo- nos abrazamos las dos llorando.
El lunes fui a trabajar normalmente, ya estaba terminando el proyecto Cifuentes , así que esa semana me tocaría estar casi siempre en la oficina, que tortura. A las 9 puntualmente entraron 2 chicas, de unos 25 años como mucho, eran las nuevas compañeras, una era muy bonita y la otra era una chica normal, se les notaban los nervios en la cara, Stella las recibió y las presento con nosotros. En ese momento llego Fernanda, nada más verla y mis pulsaciones se aceleraban, nos saludo a todos en general y en ningún momento me miro.
*Siempre es así de seria? Lástima porque es muy bonita, debe tener una sonrisa preciosa, me pregunto Paula la nueva chica, la más bonita, y miraba a Fernanda con ojos de depredadora
*Si, siempre es así-, me sonreí pensando que cuando estuvo en casa se rio toda la tarde y sus ojos verdes brillaban. Así que Paulita le tenía ganas a Fernanda, no me gusto nada la sensación que recorrió mi cuerpo, definitivamente la nueva me caía muy mal
Al rato Stella nos llamo a mí y a José, otro de los arquitectos porque la jefa quería vernos, los dos nos miramos con cara de consternación, nos sonreímos dándonos fuerza y entramos a su oficina
Como siempre estaba metida en su notebook, Dios era tan bonita, me dolía mirarla, recordaba el beso que nos dimos en casa, lo suave que eran sus labios, su piel era una seda, el perfume de su cuerpo, todavía podía sentirlo en mi mente
*Luciana, me estas escuchando? dijo en tono duro, y sus fríos ojos verdes estaban clavados en mi.
*Lo siento Licenciada, me distraje, podría repetirme por favor- me puse roja de la vergüenza
*Como les decía, vamos a emprender un gran proyecto, es un complejo muy importante bla bla bla, por eso incorpore a 2 personas nuevas, con poca experiencia pero que les serán de ayuda, Ustedes dos estarán a cargo, quiero que el trabajo se divida en parejas, vos José tendrás a Paula bajo tu ala y Luciana tu estarás con Noelia, alguna duda?
Estuvimos bastante tiempo hablando sobre el proyecto , y nuestras nuevas funciones, la verdad era que pintaba muy bien, ya estaba casi arrepentida de la entrevista de trabajo que tendría mañana, no pude evitar pensar que eligió a José para que supervise a Paula, porque no quería que tuviera contacto con la chica bonita y me lleno de regocijo
La semana paso volando con todo el trabajo que teníamos, Noelia no era guapa pero era maravillosa, súper inteligente y trabajadora, José le tiraba los perros a Paula pero pronto fue evidente ella estaba mucho mas interesada en la jefa, no perdía oportunidad para cruzársela cuando llegaba o cada vez que salía, hacia lo imposible para hablar con ella. Los primeros días Fernanda ni la veía, pero se ve que la insistencia de la jovencita daba resultado porque ahora hasta le sonreía y hablaba con ella, me moría de celos pero no podía hacer nada
El viernes volví a tener otra entrevista de trabajo, me habían vuelto a llamar, el Arquitecto Pérez no podía creer que quisiera irme de mi trabajo, cuando me pregunto el porqué le invente una excusa , que necesitaba nuevos desafíos etc. Llegue 30 minutos tarde al trabajo por suerte Fernanda no había preguntado por mí, así que nos pusimos a trabajar con Noelia y José en los planos
*Donde esta Paula?- pregunte
*Donde crees que puede estar? me dijo José sonriendo con ironía, -Quiere llegar rápido a la cima nuestra nueva compañerita- riendo junto a Noelia, a mí los celos me hacían hervir la sangre, no pude ni siquiera simular una sonrisa
En ese momento Paula salió de la oficina de Fernanda, todavía riendo, se notaba que lo estaban pasando bien, Dios tenía ganas de matarla. Lentamente se acerco a nosotros
*Perdón chicos es que le pedí permiso a la Lic. para retirarme antes hoy, es que tengo algunos trámites que hacer, y como es tan divina, no me hizo ningún problema- como quería borrarle la estúpida sonrisa de su cara
*Que raro- dijo José, ella nos dejo bien en claro que este tema es prioritario, nos hizo abandonar los otros proyectos, estamos trabajando como locos tiempo extra y a ti te deja irte antes un viernes- se notaba la indignación en su voz, tanto José como yo teníamos familia o hijos, y nos estábamos quedando mas tiempo de lo habitual
*José será que le gusto a la jefecita jajajaj -parecía un gato ronroneando, no le interesaba un ápice disimular que quería tener algo con Fernanda, lo raro era que ella le consintiera su comportamiento.
En toda esa semana no volvimos a hablar, ni siquiera me miraba, solo cuando era estrictamente necesario y por trabajo, me dolía su actitud pero trataba de convencerme de que era lo mejor, al fin y al cabo era lo que yo quería o no?
Al mediodía Fernanda estaba esperando el ascensor para salir a almorzar, como siempre Paulita a su lado hablando no se que tonterías, cuando Stella la fue a buscar porque tenía una llamada importante, volvió a su oficina y a los 10 minutos abrió la puerta, su cara era una furia, echaba fuego por los ojos
*Luciana, a mi oficina, ahora- y cerro de un portazo
*Guau Lu que le hiciste- me dijo Alejandra preocupada, José y Noelia me miraban y yo solo podía decir que nada, no le había hecho nada
Cuando entre estaba parada de espaldas mirando por la ventana, se notaba en la postura de su cuerpo que estaba furiosa, Dios espero que esto no esté relacionado con Nico, que no haya averiguado nada, solo podía rezar.
*Así que estas buscando trabajo en otros estudios? Creíste que no iba a enterarme? Da la casualidad que el Arquitecto Pérez es un buen conocido de mi fallecido esposo y me llamo para retarme, si para retarme porque estaba perdiendo a mi mejor empleada- se dio vuelta y sus ojos eran fríos como 2 esmeraldas.
Yo permanecía callada, por un lado le agradecía a Dios porque Nico no estaba involucrado, pero no sabía que decirle, no encontraba ninguna excusa lo suficientemente valida, así que apele al sarcasmo
*Por favor Lic., es obvio que si alguien busca trabajo, no se lo va a informar a su jefe- sonreí forzadamente, -además es algo que pasa todo el tiempo, la gente vive cambiando de trabajo, no sé porque se molesta tanto- intente parecer despreocupada pero no me había salido muy bien
Se acerco hasta mi, estaba tan cerca que solo tenía que extender mi mano para acariciarla, increíblemente bajo su mirada, la note vulnerable, moría de ganas de abrazarla
*Es por lo que paso el otro día entre nosotras? me dijo sin levantar la vista,
*En parte sí, pero además necesito cambiar, ya hace mucho tiempo que estoy aquí, necesito nuevos desafíos- mentí
*Nuevos desafíos? te puse al frente de un gran proyecto, muy importante y queres nuevos desafíos?- me miraba incrédula, se alejo de mi, volvió a darme la espalda- y si es por el beso no te preocupes, no volverá a pasar, no te voy a volver a molestar- su noto había recuperado la frialdad acostumbrada.
*Claro, ahora ya tienes a Paulita para que te entretenga no? en ese instante quise que la tierra me tragara, como se me había escapado eso
Se dio vuelta y me miro, una ráfaga de emociones cruzo por su rostro
*Estas celosa Luciana? note la sorpresa en su voz, y triunfo, si mis celos me habían delatado
*No digas pavadas, es solo que ella no trata de disimular el hecho de que quiere cazarte, eso no le hace bien a tu fría imagen de mujer de negocios- sonreí irónica
*Gracias por cuidar mi imagen, no sabía que algo mío te preocupara- me dijo cortante, - y bien, que pansas hacer, obviamente del estudio Pérez no van a contratarte pero que tengo que ofrecerte para que te quedes conmigo, quise decir en el estudio? -se puso colorada, a pesar de su piel oscura y bajo su mirada.
*Guaaau vas a darme lo que yo te pida?- quise ser graciosa pero mi pregunta sonó sugestiva
*Yo podría darte muchas cosas, pero no sé si estas dispuesta a aceptarlas- su tono de voz era cálido y me acaricio con su mirada, ahora yo también estaba roja de pies a cabeza,
*Yo ehh, quiero un aumento de sueldo obviamente- dije lo primero que me vino a la cabeza
Ella rio, se acerco a mí, y puso mis labios sobre mi oído, me regalo su aliento que me hizo estremecer y me dijo
*Cobarde-, se alejo de mi - lo imaginaba, que mas?
*Quiero estar al frente del proyecto y trabajar con José y Noelia, no quiero a Paula en el equipo, y no pienses cosas raras, ella no me gusta y al resto tampoco, si queres podes preguntárselo a José, antes de darme tu respuesta, no es nada personal- si bien era verdad, los chicos tampoco querían a Paula, mis motivos además de laborales eran personales
*Quieres que la despida? su tono era firme, sin titubeos, me asombraba como podía pasar de un estado de vulnerabilidad total a ser la fría mujer de negocios, era un enigma
*Yo no dije eso, solo te dije que no la quiero trabajando conmigo, podría ser perfectamente tu asistente, imagino que estaría fascinada- idiota pensé, pero no podía controlarme.
*Ok , deseas algo más? me pregunto sin mirarme, como podía decirle que la deseaba a ella, que me moría por besarla.
*Lo que paso entre nosotras, no puede volver a pasar- intente sonar segura
*Eso no puedo prometértelo, porque no depende solo de mi-
*Si es por mí, no hay problema, no va a volver a pasar nunca- dije firme
*Ok, por favor pedirle a José que venga, ya podes retirarte-
Cuando estaba por abrir la puerta sentí su voz
*Luciana, nunca es mucho tiempo- abrí la puerta y salí
Cuando le conté a Andrea todo lo que había pasado, solo me miro meneando la cabeza y me dijo
*Amigas, sabes que siempre te voy a apoyar en todo, pero te estás equivocando, estas perdiendo una gran oportunidad, despues las cosas se van a complicar innecesariamente.
Pasaron los días y estábamos tapados de trabajo, muchos días teníamos que quedarnos después de hora y Fernanda se quedaba con nosotros, a veces en su oficina y otras ayudándonos, claro que su fiel asistente, Paula se retiraba a horario, siempre le decía que podía quedarse un rato mas, pero Fernanda la rechazaba. Nunca más volvimos a hablar del tema, evitábamos mirarnos pero muchas veces nos sorprendíamos mutuamente haciéndolo y rápidamente desviábamos la vista.
Al fin llego el viernes, estaba agotada, por suerte era un fin de semana largo, lo único malo era que Nico, se iría con sus abuelos paternos a la playa, estaba muy ilusionado y no los veía tan seguido como debiera, así que no pude oponerme.
Ese día Fernanda llego casi al mediodía, y la vi muy pálida, tenia los lentes de sol puestos y ni me miro, enseguida Paulita corrió tras ella, y más tarde le llevo un té. No la vi en toda la tarde, solo su asistonta, así era como le decíamos, iba y venía con cara de pocos amigos, se ve que la jefa tenía un mal día. Cuando se hicieron las 6, todos se fueron, incluida Paula que estaba de pésimo humor, yo me quede un rato mas ya que había salido al mediodía para llevar a Nico con sus abuelos y despedirme. Ya eran pasadas las 7 , solo quedaba yo en la oficina, y Fernanda, me acerque a la puerta de su despacho y golpee suavemente
*Fernanda, ya me voy, es muy tarde- nadie me respondió, volví a golpear y nada, indecisa abrí la puerta, no se escuchaba nada. Entre despacio y la vi acostada en el sillón grande, estaba en posición fetal, una capa de sudor cubría su cara y se notaba que estaba transpirando mucho, ya que la camisa se le pegaba al cuerpo, me acerque suavemente mientras la llamaba pero no abría los ojos. Me acerque y toque su rostro, hervía de fiebre.
*Fernanda, por favor despierta, Fer por favor no me asustes- la zamarreaba suavemente, y abrió los ojos, los tenia vidriosos
*Lu, no me dejes por favor, me siento muy mal- las lagrimas caían sobre sus mejillas
*Tonta porque no me llamaste antes, hace cuanto que estas así?, no me contestaba, la abrace y acomode su cabello, ella trato de aferrarse a mí pero no podía de lo débil que estaba. Volví a recostarla y llame a seguridad, me ayudaron a subirla a mi auto y la lleve a una clínica pese a sus protestas. El médico la reviso, dijo que era solo una gripe fuerte, pero que debía guardar reposo absoluto para que no se complicara con nada, le receto unos medicamentos para la fiebre y analgésicos. La lleve al auto y partimos rumbo a mi casa, no podía ni quería dejarla sola, me sentía muy feliz de poder cuidarla y mimarla.
Durmió todo el viaje, cuando llegamos, se dio cuenta de que no estábamos en su casa y comenzó a protestar o lo intento, porque ni fuerzas tenia para ello.
Como pude la ayude a subir a mi habitación, la acosté en la cama, y le di una camisa de Eduardo, para que le quedara holgada, ya que seguro iba a sudar mucho. Cuando volví a la habitación todavía no había logrado abrocharse la camisa, así que puse mi mente en blanco y la ayude, no pude evitar mirar su cuerpo casi desnudo, pero la veía tan mal que me daba ternura, la ayude a meterse en mi cama, le di la pastilla que le habían indicado y ponía paños fríos en su cabeza, al cabo de una hora la fiebre bajo, y pudo dormirse.
Se veía tan bien en mi cama, como seria despertar a su lado?, mientras la miraba dormir fantaseaba con como seria despertar juntas , que sus ojos y su sonrisa fuera lo primero que viera al despertar y lo ultimo al dormirme, pensando en eso me quede dormida
A la madrugada la fiebre volvió a subir, intente bajársela, pero era mucha, deliraba, y no podía entender lo que decía, le ponía paños fríos en la frente, bajo las axilas, fueron dos horas de lucha continua, y estaba agotada, me quede dormida en la cama junto a ella.
Desperté con el ruido de un auto que pasaba con el escape abierto por la calle, abrí los ojos y me encontré con la mirada más verde y dulce que jamás imagine tenía una semi sonrisa en los labios
*Te sentís mejor? le pregunte con la voz ronca por el sueño y la excitación que me producía tenerla en mi cama
*Te amo- me dijo, no puede ser, debo haberla escuchado mal, puse cara de sorpresa y toque su frente con mi mano, estaba tibia
*Te está subiendo la fiebre otra vez- le dije pensando que comenzaba a delirar
*No, no estoy delirando, sé muy bien lo que dije, pero vos no queres escucharlo, tenes pánico de escucharlo, porque tenes tanto miedo?, me lastima no poder acercarme a ti, me duele que siempre me alejes- volvía se ser la niña vulnerable otra vez y me desarmaba totalmente.
La frase volvió a formarse en sus labios pero no deje que la pronunciara, uní su boca con la mía y la bese tratando de aplazar lo inevitable, yo también la amaba pero no podía decírselo, la abrace y escondí mi rostro en su cuello.
*Shhhh, tenes que descansar, todavía tenes fiebre- le acariciaba la espalda lentamente y le daba pequeños besos en su cuello, su cabello y en su cara, lentamente nuestra respiración se fue relajando y las dos no dormimos abrazadas.
CUARTA PARTE
Ella siguió durmiendo toda la mañana, la fiebre no volvió a subirle, yo aproveche para ordenar la casa , ducharme y preparar el desayuno
Cuando entre a mi habitación con la bandeja del desayuno, ella se estaba desperezando en la cama, verla así, todavía con los rastros del sueño en su cara, el cabello alborotado, me lleno de ternura, solo quería protegerla y mimarla.
*Buen día, como amaneciste? Te traigo el desayuno para que recuperes fuerzas- le dije sonriendo, y evitando hablar sobre lo que me había dicho anoche.
Ella me miraba midiendo mi reacción, tratando de saber cómo reaccionar, se la notaba débil todavía pero no podía descuidarme un segundo, ella podía ser muy fría y dura cuando quería, pero también muy dulce y vulnerable, era yo la que provocaba su peor faceta para resguardarme del amor que sentía por ella.
*Me siento como si un tren me hubiera pasado por encima, me duele todo, te di mucho trabajo anoche?- me pregunto mientras miraba el desorden que había en la mesa de luz que atestiguaba mi trabajo para poder bajarle la fiebre.
*Un poco bastante-, sonreí, ahora tenes que comer algo porque te toca otra pastilla, y te va a hacer mal si no comes nada- me acerque con la bandeja y con su cara me decía que lo que menos ganas tenia era de comer
*Cambia esa cara, tenes que comer si o si, no me hagas enojar como Nico, el tiene 10 años por Dios- trate de hacerle una broma, pero ella seguía seria
Tomo la taza de té que sostenía en mi mano y nuestros dedos se rozaron, la mire directo a los ojos y supe que estaba perdida, ya no podía mas evitar lo que sentía, la amaba, que Dios me ayudara pero ya no podía soportarlo. Lentamente me acerque a sus labios, sentí su aliento tibio, y sonó el teléfono, Dios noooooo porque ahora.
Rápidamente me aleje y atendí el teléfono de la habitación, era Nico, empezó a contarme todas sus aventuras, a donde había ido a cenar, desayunar etc. etc., yo amaba a mi hijo pero en ese momento lo hubiera matado. No salí de la habitación mientras hablaba pero evitaba mirarla, por el rabillo del ojo veía que ella hacia un gran esfuerzo por tomar el desayuno.
*Chau mi amor, que te diviertas. nos vemos el lunes, pórtate bien, no hagas enojar a los abuelos, te quiero mi vida- corte el teléfono y disimuladamente me seque una lagrima, no estaba acostumbrada a estar tanto tiempo sin Nico, lo extrañaba mucho.
Ella tenía su mirada clavada en mi y en sus ojos había una expresión de tristeza o algo que no podía definir.
*Era Nico, se fue a la playa con sus abuelos, me siento una tonta pero no estoy acostumbrada a estar sin él, lo extraño mucho- no podía parar de hablar, estaba súper nerviosa y ella solo me miraba con sus inmensos ojos verdes, sin decir nada.
*Me sorprendió no escuchar los ruidos de un niño, pensé que estaría durmiendo aun, no sabía que no estaba en la casa. Gracias por cuidarme, no tenias porque hacerlo- me dijo mientras apartaba el desayuno.
*No me des las gracias, espero verlo reflejado en mi próximo recibo de sueldo jajajaj- sonreí
*No te preocupes que te recompensare por las molestias- su expresión volvía a ser la misma de la jefa fría y hosca de la oficina, estaba intentando levantarse de la cama, pero estaba medio mareada, en un segundo estaba con ella y la tome del brazo pero ella se zafo y cayo sentada sobre la cama
*Hey, era una broma, no podes creer que hablaba en serio- yo también había dejado de sonreír
*Ya me siento mejor, así que voy a irme a mi casa, si no te molesta voy a cambiarme y me llevo la camisa, después te la devuelvo limpia- parecía que me estaba dando órdenes en el trabajo
*De ninguna manera, no te vas de aquí, todavía no estás bien, ni siquiera podes mantenerte de pie, seguramente la fiebre va a volver en un rato, así que te quedas en la cama como dijo el doctor, esta no es tu oficina, así que no tengo porque aceptar tus ordenes- mi voz denotaba mi enojo
Se levanto de la cama como un rayo, el sudor en su rostro evidenciaba el esfuerzo que estaba haciendo, pero se paro frente a mí, enfrentándome, sus ojos verdes estaban oscuros por el enojo.
*Quiero mi celular? donde esta?- su voz era fría.
Me acerque al mueble de mi habitación, donde estaba su cartera y tome su celular, me volví mirándola fijamente.
*Aquí esta, que pensas que te quiero secuestrar? reí socarrona, aunque nada me gustaría mas
Ella tomo el celular y sin hablarme marco un numero.
*Hola Paula, perdón que te moleste en un fin de semana pero necesito un favor......-
No podía creerlo, cuando la escuche hablar con Paula los celos se apoderaron de mí, no me reconocía, ni por mi marido me había sentido jamás tan celosa. Sin pensarlo le arranque el teléfono de la mano, y lo apague. Las dos nos miramos, mi cara era de furia y la de Fernanda de incredulidad
*Estas loca, que te pasa, porque hiciste eso? Dame mi teléfono ahora!!!!- me miraba como si estuviera loca, y era obvio que se estaba enojando.
*A quien vas a llamar a Paulita para que te venga a rescatar? -hervía de rabia y ya no hacía nada por disimularlo, sostenía en mi mano el celular, y no pensaba dárselo.
*No te interesa a quien llamo, es mi problema, pero es que te volviste loca, que te pasa?- ya me gritaba, su fría imagen también había desaparecido.
*Queres saber qué me pasa, de verdad queres saberlo?- me acerque a ella y con una mano la tome de la nuca y la atraje hacia mí, la mire a los ojos, sentí su respiración agitada sobre mis labios y mi mundo estallo, ya nada me importaba, si era mi jefa, si era la verdadera madre de mi hijo, nada, solo quería besarla hasta quedarme sin aliento, y como un luchador vencido caí de rodillas ante la dulzura de sus labios.
Nos besamos en forma salvaje, ella se colgó de mi cuello y mis manos viajaron hacia su cintura, la abrace fuerte, queriéndola meter en mi cuerpo, no tenía suficiente de ella. Nos separamos buscando aire, nuestras respiraciones estaban más que agitadas. Su frente tenía una capa de sudor y ahí me acorde que estaba enferma, que unos minutos atrás se mareaba al levantarse.
*Lo siento, no deberíamos hacer esto- le dije pensando en su estado, ella me miro con desolación, había tristeza en su mirada,
*Si tenes razón, no debimos hacerlo, mejor me voy- se dio vuelta, buscando su ropa encima del sillón, su voz sonaba apagada
La tome del brazo y la voltee hacia mí, ella me negaba su mirada, me evadía, con mi mano tome su mentón y levante su rostro, sus ojos estaban húmedos, acaricie su mejilla y roce sus labios con los míos, apoye mi frente en la suya, y sentí que suspiraba.
*Creí que ya había quedado claro esto, vos te quedas aquí conmigo, yo voy a cuidarte, y mejor metete en la cama antes de que te desmayes- le dije sin dejar de acariciarla. En su boca se dibujo una sonrisa, sus ojos volvían a brillar.
*Ok, me quedo pero con una condición- me dijo mientras sonreía y se abrazaba a mi cintura.
*Quiero darme una ducha, me siento fatal- hizo un mohín con su carita, no se parecía en nada a la Fernanda que yo conocía en el trabajo, era una mujer dulce, tierna, vulnerable, solo podía enamorarme más de ella.
*Mmmm déjame pensarlo, jajjaa- sonreí al ver su cara, la tome de la mano y la lleve al baño, prepare la ducha y le di unas toallas
*Nada me gustaría mas que ducharme contigo, pero tenes que descansar, todavía no estás bien- le dije mientras la besaba, el beso se volvió mas intenso y casi no llegamos a la ducha.
*Basta Fer, eres imposible- me desprendí de su abrazo y prácticamente la obligue a entrar a la bañera, mientras iba por un pijama para prestarle. Me cruce frente a un espejo y me costó reconocerme, tenía una gran sonrisa en mi cara, mis ojos brillaban, mis labios estaban hinchados por los bezos, el pelo revuelto, hacía años que no me veía así, estaba irremediablemente enamorada de Fernanda Uribe.
Cuando volví al baño Fernanda todavía se estaba duchando, así que deje la ropa y salí para no tentarme, aunque cada célula de mi cuerpo me pedía a gritos por ella. Estaba cambiando las sabanas de la cama, cuando Fernanda entro envuelta en un toallon, sin el pijama, me quede embobada mirándola.
*Sabes, la ducha y el desayuno me sentaron muy bien, me siento mucho mejor- su mirada era picara y tenía una semi sonrisa en los labios que me volvía loca.
Dejo caer el toallon al suelo y mi mandíbula también, todo pensamiento racional me abandono, y solo la mire acercarse hacia mi sonriendo, tomo mi cara entre sus manos y me beso.
*No me hagas esperar más, por favor- me dijo suspirando entre beso y beso, y ya no pude resistir.
Nos abrazamos como si el mundo fuera a terminar mañana, el beso que empezó salvaje, se fue tornando tierno, quería disfrutarla, hacerlo despacio para recordar cada momento. Deje sus labios y me perdí en su cuello, con el que tanto tiempo había soñado, un gemido de satisfacción escapo de mi boca, empecé con besos suaves que eran acompañados por mi lengua que se perdía en su piel, mis manos abandonaron su cintura y la tome de las nalgas, apretándola hacia mi haciendo que nuestras caderas chocaran, ahora era ella la que suspiraba. Me tomo del pelo para alejarme de su cuello, tuvo que tirar hasta que sentí dolor, la mire y vi el deseo en sus ojos, me beso en los labios otra vez.
*No me tortures mas, por favor- me decía entre suspiros y con sus manos comenzó a sacarme la camisa, estaba temblando, así que tuve que ayudarla, en seguida las dos estábamos desnudas, nuestros cuerpos se rozaban y se fundían entre sí. La empuje hacia la cama y caí sobre ella. Fui bajando con suaves besos, siempre demorándome en su cuello, hasta que llegue a sus senos, eran deliciosos, intente tomarlos con mis manos pero no podía, eran bastante grandes, sus pezones eran oscuros y parecían piedras , sople sobre uno de ellos y lo lamí, ella se revolvió inquieta mientras me pedía entre susurros que la hiciera mía, pero yo quería que disfrutáramos el máximo posible. Poco importaba que fuera mi primera vez con una mujer, solo seguía mi instinto , sus suspiros y gemidos me guiaban.
Me dedique a besar, lamer, chupar y besar sus pechos hasta el cansancio, ella tomaba mi cabeza y la apretaba llenando mi boca con su deliciosa carne, mi mano suavemente comenzó a recorrer su vientre y detrás de ella fueron mis labios, llegue a su vagina estaba totalmente mojada, con mis dedos comencé a acariciarla y jugaba con sus labios, hasta que mi boca empezó a besar su sexo, ella se retorcia ca en la cama, se agarraba de las sabanas y levantaba su cabeza para verme, cuando mi lengua toco su clítoris, estaba tan excitada que se vino en un orgasmo intenso, mi boca se lleno de ella, sus gemidos debieron escucharse en toda la casa, eso me excito mas, así que con mi lengua seguí jugando a penetrarla, ella me pedía que parara, pero quería volverla loca de placer, en lugar de mi lengua introduje dos dedos y comencé a moverlos primero despacio y después mas rápido, despacio otra vez, me acerque a su boca, la bese, sus ojos estaba desorbitados, me tomo el rostro con sus manos y comenzó a pasarme la lengua por mi cara, sorbiendo los restos de sus propios jugos. Su mano también descendió a mi vagina que estaba tan inundaba como la de ella y me penetro, lance un quejido, pero no de dolor, sino de placer, ella se quedo quieta
*Te lastime mi amor?- me miro preocupada
*Shh, solo sigue por favor- su boca sonrió y comenzó a besarme mientras nuestras manos seguían en su juego, solo tardamos unos minutos en venirnos juntas, el orgasmo fue brutal, nunca me había sentido así, ni con mi marido, ahora si me sentía completa y feliz por mucho tiempo. Caímos las dos abrazadas, dándonos suaves besos y caricias y así nos quedamos dormidas.
Desperté desorientada, la luz del día entraba por la ventana de mi habitación, estaba desnuda y tapada con la sabana, pero sola, en ese momento las imágenes de lo que había pasado vinieron a mi mente, no pude evitar sonreír. Donde estaba Fernanda, se habría ido? Salte de la cama y fui hasta el baño, no estaba allí, no podía llamarla porque no me salían las palabras, me puse un short y una remera, salí corriendo de mi habitación sin siquiera fijarme que sus cosas seguían allí.
Baje y recorrí la casa hasta que llegue a la cocina, la vi de espaldas, tenia puesta mi bata y estaba preparando unos bocadillos para comer, solo ahí me di cuenta de que mi estomago crujía del hambre, eran casi las 5 de la tarde y solo habíamos desayunado. El alivio de verla allí, pronto fue reemplazado por mi inseguridad, no sabía cómo tratarla, no estaba segura de que sentiría ella, pero al fin y al cabo seguía en mi casa no ? Si estuviera disgustada se habría ido, Soy una estúpida, pensé. Estaba tan absorta en mis pensamientos que no me di cuenta de que ella se había volteado y me había hablado.
*Eh perdón estaba distraída, no te escuche, que me decías?-
Sus enormes ojos verdes estaban clavados en mi, esperando, debería acercarme y darle un beso?
*Te pregunte si tenias hambre? la note algo enfadada, se volteo y siguió preparando las cosas.
Me acerque lentamente y me coloque detrás de ella, pegue mi cuerpo al suyo y puse mis manos sobre la mesada, sin tocarla pero manteniéndola aprisionada, acerque mi boca a su oído, le di un beso suave y baje hacia esa parte de su cuerpo que me obsesionaba, su cuello, comencé a darle suaves mordiscos, ya que no quería marcarla, aunque me hubiera encantado, sentí que se estremecía con mis caricias.
*Muero de hambre, y tú?- le dije con mis labios sobre su piel, ella se dio vuelta dentro del circulo de mis brazos y comenzó a besarme , Dios besaba tan bien, sus labios suaves y llenos se acoplaban a la perfección con los míos, la temperatura de nuestros cuerpos empezó a elevarse , mis manos se fueron a su cintura apretándola contra mí, y ella acariciaba mi espalda, pronto no tendríamos retorno y así fue.
Con mis manos aparte nuestro desayuno de la mesa, le saque la bata, estaba desnuda, y la subí sobre la mesada, bese su cuerpo hasta enloquecerla mientras con mi mano acariciaba su sexo, ella se aferraba a mí como si fuera lo único firme en su vida, me desconocía cuando hacía el amor con ella, con Eduardo al principio teníamos buen sexo, pero yo siempre era la pasiva, el tomaba las riendas de la relación y yo me dejaba, con ella no podía parar de besarla, acariciarla, penetrarla, quería hacerla mía, que no extrañara las caricias de nadie más. Rápidamente llego al orgasmo, se abrazo a mi sin fuerzas.
*Te sentís bien? Espero que no te suba la fiebre porque me moriría de la culpa- le dije sobre su pelo mientras la abrazaba.
Sentí su sonrisa antes de ver su rostro, sus ojos verdes brillaban, me acaricio la mejilla con su mano y comenzó a darme pequeños besos por mi rostro.
*Vos me producís la fiebre, no te das cuenta? Me moría por hacer el amor con vos, ya no sabía qué hacer para acercarme, para que te dieras cuenta de lo que me pasa con vos?- cerré su boca de un beso, no quería seguir con ese tema, no quería hablar de mis sentimientos, no podía, estaba segura de que la amaba pero había mucho en juego, y podía perderlo todo.
*Vamos a comer, muero de hambre y vos tenes que tomar otro medicamento- la ayude a bajar, note la desilusión en su carita y me sentí una porquería por hacerla sufrir.
Mientras comíamos hablamos de cosas sin importancia, era muy divertida cuando dejaba de lado su papel de la Lic. Uribe, mientras arreglaba la cocina la mande a acostarse, necesitaba descansar, estaba algo pálida.
Cuando fui a la habitación, ya había anochecido, estaba profundamente dormida, me acosté junto a ella y la abrace por la espalda, nos despertamos varias veces e hicimos el amor, sino empezaba yo, ella me despertaba con sus caricias y besos, terminamos agotadas, pero satisfechas, con nuestras piernas entrelazadas y abrazadas.
Así pasamos el domingo, haciendo el amor, durmiendo, volviendo a hacer el amor, no nos cansábamos nunca, no sé de donde sacábamos energía, pero en ningún momento hablamos de lo que sentíamos, ninguna quería arruinar el momento, pero llego el lunes, y si bien era feriado, Nico me había avisado que llegaría después del mediodía. Así que desayunamos juntas luego de ducharnos y hacer el amor una vez más en la ducha.
*A qué hora llega Nico?- me pregunto con voz neutra
*Supongo que tipo 3 de la tarde, eso me dijo ayer- sentía que algo en el ambiente había cambiado, se notaba la tensión.
*Imagino que no querrás que me vea aquí no? - ante mi silencio volvió a hablar sin mirarme, otra vez usando su frio tono
*Mejor me voy ahora, así podes descansar un rato y acomodar tu casa, gracias por todo- hizo énfasis en la última palabra la dijo mordiéndola como con rabia.
*Si creo que es lo mejor- odie cada palabra que dije, vi su transformación, ya tenía su máscara otra vez, nada quedaba de la mujer tierna y dulce con la que había vivido los últimos días, me sentía terriblemente culpable.
Se levanto de la mesa y subió a la habitación, yo me quede estaqueada allí, enseguida bajo, con su cartera y la ropa que tenía el viernes en una bolsa, yo le había prestado ropa, aunque prácticamente no la había usado.
*Mañana te devuelvo tu ropa limpia- se dirigió a la puerta sin mirarme, espero allí a que yo le abriera. No podía dejarla ir así, pero sabía que esto no tenia futuro, tenía que pensar en mi hijo, no podía arriesgarme a tener una relación con ella, quizás después de habernos quitado las ganas, todo seria mas fácil, aunque en el mismo momento que lo pensaba tratando de autoconvercerme, sabía que era una estupidez, nunca podría ser fácil, la amaba como nunca ame a nadie.
*Fernanda, yo....- no sabía que decirle, no podía mirarla a los ojos
*No digas nada por favor, no arruinemos este hermoso fin de semana que pasamos juntas, no sé qué es lo que te pasa y es obvio que no vas a decírmelo, así que prefiero que no me mientas, no lo soportaría, solo quiero que sepas que te amo, y que no me arrepiento de nada de lo que paso aun sabiendo que esto terminaría así, volvería a vivir cada momento contigo mil veces.
Me acerque y la bese, la bese como si fuera el último beso que daría un condenado, quería transmitirle en ese beso todo mi amor para que no me olvidara.
Abrí la puerta y salimos, el chofer había traído su auto el sábado, así que estábamos yendo hacia el auto, cuando la camioneta de mis suegros para enfrente de mi casa. Nico se bajo y corrió hacia mí para abrazarme, lo llene de besos, cuando la vio a Fernanda se abrazo a ella
*Fernanda que bueno verte, te quedas a jugar conmigo, me lo prometiste- le dijo usando toda su manipulación infantil
*Otro día bonito, ahora no puedo- le dijo mientras se agachaba para besarlo y abrazarlo.
No me acorde de mis suegros, y de lo inoportuna y metida que era María mi suegra, hasta que la sentí gritar
*Luciana por Dios que es esto, cómo pudiste hacerlo, Dios mío- no paraba de santiguarse y darse aire, parecía que estaba a punto de desmayarse, y miraba con odio a Fernanda, en ese momento me di cuenta de que había notado el parecido entre los dos. Fernanda me miraba, no entendiendo que pasaba.
*María por favor, no se preocupe, pase a la casa, ella es una amiga y ya se va- trataba de mantenerme calma , le ordene a Nico que entrara y enojado lo hizo, cuando creí tener la situación bajo control, llego mi suegro con el bolso de Nico y vio a su esposa tan alterada
*Que te pasa María, porque estas así?-
*Como porque Miguel?, no te das cuenta, esta malnacida, ni siquiera nos consulto que opinábamos, estás loca si crees que por tu culpa voy a perder a mi nieto, voy a luchar con uñas y dientes- mi suegro trataba de calmarla y no entendía nada, Fernanda tampoco entendía que pasaba y yo estaba pálida como una hoja.
*Cálmese María, y entre, ya le explicare todo, no hay porque alterarse, Fernanda, lo siento pero este es un problema familiar, te agradecería que te vayas por favor-
*Si , pero estas segura, si me necesitas para algo por favor avísame-se notaba la preocupación en su rostro
*Vete ya perra, prostituta, no vuelvas mas a la casa de mi hijo, no eres bienvenida aquí- le gritaba mi suegra, estaba enloquecida, y ni su esposo lograba calmarla
Fernanda incrédula intento defenderse
*Oiga señora que le pasa, está loca o qué? Retire ya sus palabras, usted no me conoce, como puede tratarme así, le exijo disculpas- estaba furiosa
Yo la tome del brazo e intentaba sacarla de allí, pero ello se negaba, Miguel hacia lo mismo, pero ambas seguían insultándose, hasta que lo que tanto temí salió a la luz.
*Tu no vas a sacarme a mi nieto, no te lo voy a permitir, nunca, antes te mato con mis propias manos-
*Pero está loca mujer, porque querría yo sacarle a su nieto- le respondió Fernanda riendo irónicamente.
*Entonces que haces aquí, pudiste haberlo parido, pero eso no te convierte en su madre, mi hijo y Luciana son sus padres- y siguió insultándola.
Fernanda estaba casi tan blanca como yo, a pesar de que su piel era mucho más oscura, se zafo de mi brazo, y me miro con horror
*Dime que tu no sabias esto, dímelo- me dijo en un susurro
*Fer, yo lo sospechaba pero nunca lo pude confirmar con vos, no sabía cómo encarar el tema, tenia tanto miedo- le dije llorando
Ella se alejo hacia su auto como una autómata, se subió y cuando iba a arrancar me acerque golpeando su vidrio
*Fernanda por favor, espera, tenemos que hablar, por favor, perdóname pero tenía miedo, mucho miedo de perder a mi hijo- yo lloraba descontroladamente
Ella bajo el vidrio y me miro con una frialdad que me helo el corazón pero sus palabras fueron la estocada final
*No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora- subió el vidrio y arranco el auto, yo me quede llorando de rodillas en la acera con el corazón y el alma desgarrados
PARTE CINCO
Salí de la casa de Luciana como alma que lleva el diablo, maneje como loca sin saber a dónde ir, cuando vi el camión de frente que venía de la mano contraria, desperté de esa locura en la que estaba sumida, como pude lo esquive y salí de la ruta, pare el auto y me puse a llorar sin consuelo, no podía seguir huyendo, llevaba 10 años haciéndolo, escondiéndome de mi destino y por fin me había encontrado.
Crecí en un barrio muy humilde, jamás conocí a mi padre y mi madre nunca supo decirme quien era, fui fruto de uno de los tantos hombres que pasaron por su vida . Ella trabajaba por horas y estaba todo el día fuera, mientras era pequeña me cuidaban los Sres. Gutiérrez unos vecinos mayores que sentían pena por mí, ellos me esperaban con la merienda cuando salía del colegio y era el único momento agradable de mi día. Mi madre muchas veces llegaba borracha, se tiraba en la cama y no se acordaba que yo estaba ahí. Fui creciendo en ese ambiente y me hice dura, jure que jamás seria como mi madre, que no tendría hijos, para que no sufrieran lo que yo padecía. Pero el destino me jugó una mala pasada. Cuando cumplí los 17 años, ya era una niña muy bonita pero sumamente hosca, arisca, no tenía amigos y para colmo ya me había dado cuenta que me gustaban las mujeres, todo eso hacía de mi una ermitaña, pero nunca faltaba al colegio, era muy inteligente y siempre me becaban para que pudiera seguir estudiando, sabía que estudiar era lo único que me haría salir de la mugre en la que vivía, pero la situación empeoro cuando mi madre trajo a casa a uno de sus tantos novios, era un vago que se quedaba en la casa durmiendo mientras mi madre iba a trabajar, y por las noches solo escuchaba los jadeos de mi madre, parece que la tenia bien atendida en ese aspecto.
Pero Miguel, así se llamaba pronto empezó a perseguirme, me manoseaba siempre que podía, yo trataba de pasar el menor tiempo posible en casa y deambulaba por ahí hasta que llegaba mi madre. Lamentablemente mis vecinos habían fallecido así que me la pasaba en la calle, a veces conseguía algunos trabajitos para repartir volantes, vender cosas, en fin lo que se presentara, como mi madre no lo sabía, ese dinero lo guardaba, ya tenía decidido que cuando cumpliera los 18 años me largaría. Una tarde salí del colegio porque me sentía pésimo, algo que comí en la calle me había caído muy mal y no paraba de vomitar. Llegue a mi casa y me acosté en mi cama, pronto me quede dormida, desperté con el inmundo de Miguel arriba mío, estaba tratando de violarme, trate con todas mis fuerzas de empujarlo pero me golpeo tan fuerte que me desvanecí, cuando desperté el ya había terminado, su semen y mi sangre chorreaba por mis piernas, así perdí mi virginidad y lo poco de inocencia que quedaba en mi. En ese momento llego mi madre, obviamente él le dijo que yo lo provocaba, que hacia días que lo venia buscando y ella le creyó, mi madre empezó a golpearme, pero yo me defendí, la empuje y la tire al suelo, esta enloquecida, junte las pocas cosas que tenía en mi mochila, agarre el poco dinero que había juntado y me fui, nunca mas volví a ver a mi madre.
Busque la pensión mas barata que encontré, era una mugre, pero era mejor que la calle, busque trabajo de lo que fuera, no volví al colegio, no quería que mi madre me encontrara. Al poco tiempo, empecé a sentirme mal por las mañanas, vomitaba y me sentía cansada todo el tiempo. Trabajaba de limpieza en un restaurant, pero la comida me daba asco y vomitaba a cada rato, una compañera que era bastante buena conmigo, me pregunto si no estaba embarazada, fui al médico y me lo confirmo. La verdad es que trate de abortarlo, pedí un adelanto en el trabajo pero cuando llegue a la puerta del supuesto medico, no pude hacerlo, comencé a llorar y me fui.
Sentada en mi BMW nuevo, pasaron por mi mente todos esos días, en los que me moría de frio en la pensión porque no tenía una estufa que me calentara, la cucaracha más pequeña era como el personaje de La Metamorfosis de Kafka, lo único bueno era que comía en el restaurant, pero el sueldo era pequeño y apenas me alcanzaba para pagar mi cucha.
Pasaron los meses y mi panza iba creciendo, cuando los dueños se enteraron que estaba embarazada me despidieron, toda la ilusión que podía haber tenido de quedarme con el bebe murió en ese momento, que vida podría darle? Comencé a vivir de la caridad, vendía cosas en el transporte público y la gente como veía mi panza de embarazada se compadecía de mi y vendía bastante, por las tardes iba a mi antiguo trabajo y Mary la compañera que tan bien se había portado conmigo, me regalaba comida, los días que ella tenía franco, pues no comía, así sobreviví hasta los 7 meses
Una tarde camino a casa sentí fuertes dolores, fui al hospital, ya tenía contracciones, el parto se había adelantado, seguramente por los esfuerzos que hacía. Tuve el bebe por parto normal, un hermoso niño, con el mismo color de piel que yo y el cabello oscuro. Lo pusieron en mi pecho y comencé a llorar como nunca había llorado en toda mi vida, no quería dejarlo, pensé que sería posible salir adelante, le puse de nombre Valentín.
Pero al otro día la cruel realidad cayó sobre mí, deje el hospital, fui a la pensión, cuando me vieron con el niño no me querían dejar pasar, no quería problemas con otros habitantes, No niños No animales, como si fueran la misma cosa!!!! A duras penas pude sacar mis cosas y me echaron a la calle, pase 1 día deambulando y pidiendo, casi no tenia leche para amamantar al bebe que lloraba de hambre y yo estaba famélica, hasta que cuando anochecía vi una iglesia, desesperada toque y un cura me abrió, le pedí comida, y le dije que no quería a mi bebe. Trato de convencerme, me prometió ayuda, pero la decisión ya estaba tomada, no podía hacerle eso al niño, quería que tuviera un futuro mejor que el mío, le pedí a Dios que le diera unos padres amorosos y que pudieran criarlo como yo no podría, con el alma y el cuerpo desgarrados lo bese y abrace por última vez y me fui.
Anduve por las calles un tiempo, buscando comida en los tachos de basura de los restaurantes de lujo, a los que ahora suelo ir a comer y me tratan como una reina, en esa época era una salvaje, lo poco humano y decente que había en mi lo perdí cuando deje a mi hijo en esa iglesia. Después de días de buscar trabajo inútilmente, trague mi orgullo y volví al mismo restaurante a pedir trabajo, cuando me preguntaron por el niño, les dije que había fallecido al nacer, volvieron a tomarme y por primera vez el destino jugo a mi favor, 2 de las camareras habían faltado y me pidieron que las cubriera, allí conocí al Arquitecto Alfredo Uribe, un hombre muy poderos, con numerosos negocios en la ciudad. Era mucho más grande que yo, tenía 65 años y yo apenas había cumplido los 18, quedo prendado de mi en cuanto me vio, empezó a perseguirme pero de una manera amable y galante, era todo un caballero, yo lo evitaba de todas las formas, no quería involucrarme con nadie y menos con un hombre, pero con el tiempo su paciencia fue venciendo mi resistencia y acepte al menos ser su amiga, le conté que era lesbiana, y que no podía de ninguna manera tener una relación con él. Alfredo fue muy comprensivo y verdaderamente me había tomado cariño y yo a él, era una de las pocas personas por las que sentí genuino cariño en mi vida. Me propuso trabajar para él, ser su asistente, estaba cansado de los obsecuentes que le decían que si a todo y se orinaban encima con un grito suyo, basta decir que a mi corta edad pero con todo lo que me había pasado, yo no me amilanaba ante nada ni nadie.
Empecé a trabajar en su empresa a medio tiempo, mientras terminaba de dar las materias que me quedaban del secundario, cuando me recibí, el me alentó a estudiar administración de empresas, para esa altura, nuestra relación era de padre e hija, aunque sus verdaderos hijos me detestaban, veían en mi a una trepadora, pero ellos se ocupaban de despilfarrar el dinero de su padre en fiestas y viajes, mientras yo estudiaba y trabajaba como loca. Don Alfredo me pulió, de una tosca piedra saco una gran esmeralda, yo siempre había sido buena estudiante y muy inteligente, pero él me enseño modales, reglas de cortesía, como comportarme en todos los ámbitos, es decir hizo de mi la mujer que soy ahora
Sin embargo no pudo quitarme la coraza que había construido a mi alrededor, solo por el sentia verdadero cariño y así todo me costaba mucho demostrarlo, jamás le conté que fue lo que me había pasado, no pensaba en el bebe que había tenido, pero por las noches, me despertaba llorando e inevitablemente todo volvía a mí. Con mucho esfuerzo logre borrar de mi memoria esa parte de mi vida, decidí esconderla como si nunca hubiera pasado y estaba segura de haberlo logrado, que ilusa fui.
Conocí a una compañera de Universidad que me gustaba y tuve relaciones por primera vez, ya que no contaba mi experiencia pasada como una relación sexual. Ana siempre quiso algo mas, pero yo solo buscaba sexo, de a poco empecé a conocer más chicas, salía de vez en cuando y solo tenía sexo, nunca le mentí a nadie, lo dejaba claro desde el primer momento.
Paso el tiempo, a mis 26 años, yo era la mano derecha de Alfredo, tenía mi propio auto y departamento, obvio que él me ayudo pero trabajaba muy duro. Un día me invito a comer a su casa, era algo habitual, así que no me pareció raro, me conto que tenia cáncer, que le quedaban pocos meses de vida y que sabía que sus hijos me odiaban y me dejarían sin nada, así que me propuso casamiento, yo me negué, pero termino convenciéndome, así me transforme en Fernanda Uribe , viví con él los últimos 3 meses de su vida, cuidándolo como sus hijos no hicieron. Cuando murió perdí al único amigo y la única persona que de verdad se preocupo por mí. Me había heredado el estudio de arquitectura (no era su negocio más importante pero si la luz de sus ojos, con el había empezado todo) y las acciones de un estudio que pensaba adquirir, también me dejo una gran cantidad de dinero como para que nunca me faltara nada, obvio que sus hijos protestaron pero era todo perfectamente legal y no pudieron hacer nada, además lo que me heredo a mí, era nada a comparación de lo que ellos recibieron. Nunca mas volví a verlos.
Otra ves volvía a estar completamente sola, mi vida solo era el trabajo y mantener el estudio que había heredado, aunque no era arquitecta Alfredo me había enseñado todo sobre el negocio, así que pude salir adelante y seguí con sus planes de expansión, después de casi 2 años, pude adquirir el estudio Costa Aguirre y allí fue donde el destino me volvió a alcanzar.
Cuando el primer día que me presente en el estudio, me avisaron que la Sra. Luciana Etcheverry se había retirado porque su hijo se había lastimado en el colegio, pero que no era nada grave, me enfurecí, era mejor demostrar desde un principio que no toleraría inasistencias tontas, no me permitía mostrarme vulnerable ante mis empleados, mejor dicho ante nadie, así que cuando al otro día vino a mi oficina e intento disculparse le hice pasar un mal rato, la trate fríamente pero ella tenia carácter y se enfrento a mí, eso me hizo fijarme en ella, ya que ni la había mirado, a través de mis lentes negros pude observarla sin que se diera cuenta. Era muy bonita, tenía el pelo castaño muy claro, casi rubio, ojos marrones , que se ponían color miel cuando se enfadaba, además se notaba que tenía un muy buen cuerpo. En ese momento no le preste mas atención, estaba enfadada y muy ocupada así que no pensé en ella, más que el tiempo que estuvo en mi oficina.
Pasaron los días y no volví a cruzármela, sin embargo sentia que sus compañeros hablaban de ella con cariño, y mi curiosidad se despertó. Cuando Omar Cifuentes, un cliente muy importante y viejo amigo de Alfredo mi difunto esposo, llamo para felicitarte por el trabajo que estaba haciendo el bombón de mi empleada, esas fueron sus palabras, además sin ningún pudor me conto que infructuosamente había intentado ligársela pero no había tenido suerte. En ese momento me reproche el no haberle prestado mas atencion, si recordaba que era bonita pero nada más. Le pedí a mi secretaria que en cuanto Luciana estuviera por la oficina, me viera.
Finalmente un viernes apareció, la llame con la excusa de felicitarla por su trabajo y así limar asperezas, cuando la vi note que de verdad era muy bonita, pero me extraño que al entrar a mi oficina se puso muy pálida, me miraba como si yo fuera el diablo, no sé porque eso me molesto, era la primera vez que quería ser agradable con una empleada y me veía como el anticristo. Estaba como distraída, incluso tuve que acercarme a ella y ayudarla a sentarse porque estaba mareada, cuando la toque sentí algo extraño, pero en cuanto pudo se fue dejándome con la palabra en la boca, eso me puso frenética, además tenía un hijo, seguro era casada, así que mejor sacarla de mi mente y listo.
No sé porque me quede intranquila, y muy molesta por su actitud, así que salí a buscarla para regañarla pero no estaba en su escritorio, pregunte por ella y me dijeron que había ido al baño, la fui a buscar, no sé que me pasaba pero necesitaba verla, hablar con ella, aunque fuera discutiendo, cuando llegue al baño la encontré desmayada, empecé a gritar pidiendo ayuda, ella no reaccionaba y mi corazón estaba aterrado, la zamarreé, y empezó a reaccionar, le acaricie el rostro y acomode su cabello, ella me miraba todavía en shock, yo solo sentia que tenía que protegerla y ayudarla, nada más me importaba en ese momento.
La llevaron a mi oficina, vino el médico a revisarla, gracias a Dios no tenía nada serio, solo le había bajado la presión, y no pude evitar alegrarme cuando me entere que era viuda. En una actitud totalmente desconocida para mí, me ofrecí a cuidarla, no sabía que me pasaba con ella, me volvía loca cuando la tenía cerca, sentia cosas que nunca había sentido, me inspiraba ternura, nunca fui una persona dulce o tierna con nadie, ni siquiera con Alfredo, aunque lo quería mucho, siempre fui distante, pensé que esos sentimientos no estaban dentro de mí, pero con ella todo era diferente, solo podía pensar en mimarla y consentirla, pero en esta ocasión la que se mostraba reacia y distante era ella, su rechazo ante mi proposición fue brutal, me sentí tan lastimada y vulnerable, hacía años que no me sentia así, sin embargo en su mirada veía algo, sabía que yo no le era indiferente, pero no podía descifrar lo que me ocultaban sus ojos.
Me acerque despacio a ella, era un imán, y yo la fría y distante Fernanda Uribe no podía resistir la fuerza de esa mujer, acaricie su mejilla y acerque despacio mis labios a su boca, ella no se movió un milímetro, eso me dio la confianza que me faltaba pero cuando estaba por besarla llego su amiga, una tal Andrea que venía a buscarla. Los celos me atenazaban las entrañas, no fui muy amable con su amiga, pero conociendo mi carácter hubiera sido raro que la tratara con amabilidad, ella iba a ocuparse de Luciana, yo solo podía dejarla ir
Al día siguiente la llame varias veces por teléfono a su celular y a su casa y no me contestaba nadie, me moría de celos por pensar que estaba con su amiga, pero también me preocupaba que le hubiera ocurrido algo, hasta que finalmente me contesto el teléfono, lo más fresca me dijo que se había quedado a dormir con una amiga, no pude contenerme y con los celos a flor de piel le pregunte si esa amiga era la tal Andrea, como siempre me enfrento, molesta por mi pregunta y me despidió rápidamente. Estaba furiosa, nadie me había tratado así, yo era la que estaba acostumbrada a manejar mis relaciones, pero con ella todo era tan diferente que me descolocaba.
Al día siguiente, no podía aguantar las ganas de verla, un impulso masoquista me llevo hacia su casa, necesitaba sacarme la duda, saber si le era indiferente, porque me trataba tan despectivamente. Había indagado sobre ella con disimulo y todos la adoraban, era buena persona, buena compañera, muy dulce en el trato, pues conmigo era todo lo contrario, con ella se había invertido los roles en mi vida, la fría y distante era ella, y yo solo buscaba la calidez de sus ojos y su sonrisa, que estaba vedada para mí, pero que tan fácilmente prodigaba a los demás.
No estaba en su casa, decidí esperar un rato en el auto, luego de media hora, apareció, bajo de su automóvil riendo con su hijo, la escena me hizo estremecer, se los veía felices juntos, pensé en mi bebe, pero instantáneamente borre ese recuerdo de mi mente.
Cuando me vio su cara se transformo, me miraba con miedo, tratando de poner la mayor distancia posible, pero también podía ver en sus ojos que no le era indiferente y eso me animaba a seguir. Bromee con el nene para evitar la mirada fría de Luciana, era muy bello, no se parecía en nada a ella, seguro debía parecerse al papa. Nico fue mi cómplice ya que me invito a cenar en su casa, me divertí viendo como Luciana trataba de zafar la situación pero no se lo permití. Jugué bastante rato con el niño a la Play Station, en mi vida había jugado, así que basta decir que era un autentico desastre y Nico se divertía a mis expensas, notaba la mirada de ella puesta en mi y evitaba mirarla, me sentia tan cómoda, tan relajada tirada en el sillón jugando con él , no miento si digo que era la primera vez que estaba en esa situación, y estaba verdaderamente feliz, solo podía imaginarme que sentiría si esa escena fuera parte de mi vida cotidiana, si Luciana fuera mi pareja y Nico nuestro hijo, y por primera vez pudiera sentir lo que era pertenecer a una familia, un estremecimiento me sacudió el cuerpo, no podía hacerme ilusiones, esa tarde solo era una ilusión, algo que vislumbraba inalcanzable en mi vida.
Jugamos a no mirarnos en toda la cena, pero ambas éramos muy conscientes una de la otra, cuando la tensión era casi insoportable, Luciana se llevo a Nico a dormir, cuando el nene se despidió de mi, se lanzo a mi cuello y me abrazo, me sorprendió totalmente, sentí algo que no puedo explicar como un chispazo dentro de mí, como si mi sangre tuviera burbujas, lo atribuí a que nunca un niño me había abrazado, es mas no estaba acostumbrada a las demostraciones de afecto, y menos a darlas, pero por lo visto con Luciana y su hijo mi mundo se ponía del revés.
Mientras me quede sola en la sala aproveche para buscar fotografías de su marido, para conocer cómo era la persona de la que se había enamorado, pero no encontré ninguna. Cuando Luciana volvió, el aire se cortaba con un cuchillo y la enfrente, le confesé que me gustaba y la rete a que me dijera que le pasaba conmigo, porque me miraba con miedo y con deseo, obviamente ella me lo negó y redoblo la apuesta tratándome de soberbia, creída , fría y que además no le gustaban las mujeres, no pude soportarlo más y la bese, al principio no tuve respuesta y mi corazón casi deja de latir, pero cuando mordí su labio, abrí la compuerta , ella comenzó a responder a mis besos, y me abrazaba tan fuerte que no me dejaba respirar, la tentación era muy grande, ya estábamos llegando al punto en donde no habría retorno pero yo estaba furiosa por cómo me había tratado, así que haciendo un enorme esfuerzo me aleje de ella, le sugerí que se diera una ducha fría y me fui. Ahora ya sabía que ella sentia algo por mí, sabiéndome vencedora de ese round me fui sonriendo, si hubiera visto la sonrisa en mi cara, me hubiera odiado aun mas, pero esa noche por primera vez en muchos años dormí con una sonrisa en los labios
Pasaron los días y no volví a llamarla pero le pedí a Stella mi secretaria que lo hiciera por mí, me moría de ganas por hablar con ella, pero preferí darle espacio para aclarar lo que sentia, mientras estuvo esa semana descansando, decidí tomar dos asistentes ya que comenzaríamos un proyecto muy importante. Una de ellas, Paula era muy bonita, así que decidí que la pondría a trabajar como asistente de José, quería mantenerla alejada de Luciana.
Llego el día en que Luciana volvió, trate de evitarla y cuando hablamos fue solo por trabajo. Pronto me di cuenta que no tenía que preocuparme por Paula, cada vez era más evidente que no se había fijado en Luciana, me perseguía por todas partes, al principio ni la note pero después decidí seguirle un poco el juego para ver si Luciana se ponía celosa, pasaban los días y no demostraba nada. Un día cuando estaba saliendo de mi oficina, me llamo un viejo amigo de mi marido que tenía un estudio de arquitectura muy importante, para avisarme que una empleada mía, había tenido una entrevista de trabajo, que le parecía un elemento estupendo, pero que por lealtad a Alfredo, creía correcto avisarme. Era ella, furiosa abrí la puerta de mi despacho y la llame, era tanta la rabia que tenia, no podía explicarme porque huía de mi, era obvio que yo le atraía, que le pasaban cosas conmigo, pero no sé porque cada vez que me miraba percibía miedo en sus ojos, siempre estaba a la defensiva, eso me dolía y mucho.
Encare la situación de frente, y ella no solo no lo negó, sino que además hasta se reía de ello, le pregunte si era por el beso que nos habíamos dado y ella le resto importancia, me dijo que necesitaba cambiar, que necesitaba retos más importantes, pero por primera vez cometió un error, cuando le dije que nunca iba a volver a besarla, me hecho en cara que ahora tenía a Paulita para eso, note los celos en su rostro, fue solo un momento de debilidad y se recupero rápidamente, pero volvía a demostrarme que sentia algo por mí. Negociamos los términos para que continuara trabajando y una de sus condiciones era que no volviera acercarme a ella, le dije que eso no solo dependía de mi, parecía que había olvidado que ella también había correspondido a mis labios, pero me dijo que si era por ella nunca volvería a pasar, me dolía hasta el alma que me tratara así, y para no mostrarme más vulnerable aun, la deje ir.
No podía entender como la situación me afectaba tanto, prácticamente pasaba las noches sin dormir, y cuando lo hacía no podía descansar, estaba agotada , trataba de ser objetiva, pensaba que era imposible que me hubiera enamorado de ella, si apenas la conocía, ni siquiera era agradable conmigo y me huía, pero todos los argumentos se caían por si solos ante el peso de la verdad, la amaba, era la primer persona a la que en verdad había amado, no era la segunda en realidad, no sé porque la imagen de mi bebe se me aparecía cada vez más seguido, había pasado años sin pensarlo, y ahora no había noche en la que no recordara en mis labios la sensación de su mejilla fría la noche en que lo deje y rezaba para que alguien le hubiera podido dar todo el calor que yo no pude.
Ese viernes sonó el despertador y no pude levantarme me sentia muy mal, así que avise que llegaría mas tarde, me tome un analgésico y al mediodía casi arrastrándome llegue a la oficina. Como siempre Paula vino detrás mío pero ese día no tenía ganas de soportar a nadie, así que le dije que evitara molestarme excepto por una urgencia. Cuando se hicieron las 6 de la tarde, estaba destrozada, me dolía todo el cuerpo y tenía mucha fiebre, así que como pude llegue hasta el sillón y me desplome, no podía dar un paso más. Al rato sentí que me sacudían y su voz que me llamaba, no, no podía ser ella, se notaba preocupación en su voz, cuando puede enfocar bien los ojos, la vi, el corazón se me salió del pecho por el alivio, sentia su mirada cálida sobre mí, y le pedí por favor que no me dejara.
Sentí su mano acariciando mi mejilla y acomodando mi pelo, y mis ojos se llenaron de lagrimas, pero no tenía fuerzas ni para llorar. Ayudada por la gente de seguridad me llevo a una clínica donde me revisaron y me diagnosticaron una fuerte gripe, pero yo sabía que era otra cosa, mi mente y mi cuerpo ya no podían mas con la presión, estaba agotada, durante muchos años, toda mi vida, no me permití sentir, pero ella abrió la puerta y todos los sentimientos, buenos y malos que creía dormidos volvieron a mí, y se clavaban en mi piel como agujas.
Cuando desperté habíamos llegado a su casa, como pudo me ayudo a subir a su habitación, me dio una camisa para que me cambiara y me dejo sola, pero no tenía fuerzas ni para eso, ella tuvo que ayudarme a vestirme, pero me sentia tan mal que no lo pude disfrutar. Pase una noche horrenda, sentia que ella me ponía paños fríos a cada rato, solo a la madrugada logre dormirme profundamente. Cuando desperté, ella dormía a mi lado todavía vestida, fue una imagen tan hermosa q las lagrimas corrieron por mis mejillas, estire una mano para acariciar su pelo y su rostro, mi mirada recorrió el contorno de su cuerpo, sus caderas estrechas, su cola parada, su cuello esbelto ella comenzó a despertar, sus ojos marrones muy claros me miraron, me sonrió y no pude contenerlo más, le dije que la amaba, ella abrió sus ojos sorprendida y me toco para ver si tenía fiebre. Le dije que estaba consciente, que la amaba y que necesitaba saber porque ella tenía miedo de mí, no me dejo continuar, me beso, me abrazo y nos dormimos otra vez.
Desperté casi al mediodía, Luciana entraba a la habitación con el desayuno y me hablaba sonriendo como si no hubiera pasado nada, no sabía cómo comportarme con ella, estaba dolida, le había dicho que la amaba pero ella esquivo el tema, la angustia me cerraba el estomago y no tenía ganas de comer nada, ella me obligo regañándome como si fuera su hijo, en ese momento sonó el teléfono y era Nicolás, ahí me entere que se había ido el fin de semana largo con sus abuelos, ella le hablaba con tanta dulzura y ternura que no pude evitar sentir celos, me sentia una completa idiota pero lo que daría porque alguna vez me hablara a sí.
Ella termino de hablar y me hizo un chiste tonto, sobre que espera que le agradeciera con un aumento de sueldo, no pude mas, quería irme y le pedí mi celular, se notaba que estaba enfadada yo solo quería hacerla enfadar mas, así que hice lo único que se me ocurrió, fingí llamar a Paula. Luciana se transformo me arranco el teléfono de las manos, yo también estaba cabreadísima por la situación, comenzamos a gritarnos, y le pregunte si estaba loca, que le pasaba. En ese momento sus ojos se oscurecieron aun mas, me tomo de la nuca y me beso en forma salvaje, y yo correspondí de la misma forma. Solo recuerdo el fin de semana como los días más felices de mi vida, hablábamos de tonterías, reíamos, hacíamos el amor, dormíamos y volvíamos a hacer el amor hasta caer agotadas. Pero todo lo bueno termina pronto, es lunes feriado y Nico volvía a casa.
Le pregunte sabiendo la respuesta de antemano, si prefería que me fuera antes de que Nico llegara, ya sabía la respuesta, pero era una forma de auto castigarme, que esperaba que me dijera Si quédate así formamos una familia feliz? Obviamente me dijo que era lo mejor, así que para que no me viera llorar, subí a buscar mis cosas, baje enseguida, cuando me estaba yendo, intento darme una explicación pero no la deje, me abrazo y me beso como si el mundo fuera a acabar con ese beso, no podía entenderla, no puedes besar así a una persona sino sientes algo fuerte por ella, pero con el corazón destrozado abrí la puerta y me dejo ir.
Por el camino venia Nico con los que supuse serian sus abuelos, el niño corrió a abrazarme, estaba feliz de verme, pero cuando mire a su abuela note que me miraba espantada, gire mi cara a Luciana y vi que estaba blanca como una hoja, obligo a Nico a entrar a la casa, mientras la suegra le gritaba diciéndole barbaridades sobre mí, yo no entendía nada, solo podía mirar a Luciana para que me explicara que pasaba, pero ella trataba de mantener el control y calmar a la vieja que estaba enloquecida. La Señora empezó a insultarme directamente, acusándome de que yo quería robarle a su nieto, reaccione diciéndole que estaba loca, que no me conocía etc., y entonces me rebelo lo que provocaba el temor en la cara de Luciana cada vez que me miraba. Ella con solo verme me reconoció como la verdadera madre de Nicolás, en esos segundos toda mi vida paso por delante, cerré mis ojos y recordé a mi bebe moreno, con sus hoyuelitos en las mejillas , todavía no tenia bien definido el color de sus ojos, pero ya se podían vislumbrar que serian verdes igual a los míos, y también pude verlo a Nico, moreno, ojos verdes, los hoyuelos en las mejillas, tan parecido a mí, dicen que no hay mas ciego que el que no quiere ver, y en mi caso era totalmente cierto. La verdad me golpeo en el pecho con una fuerza aplastante, sentia que no podía respirar, la mire a Luciana que lloraba y vi en sus ojos la verdad, que ella ya la sabia desde que me conoció. Como pude llegue al auto, Lucina me siguió pidiéndome perdón, diciéndome que teníamos que hablar pero mi instinto de auto preservación , el mismo que me había permitido sobrevivir a lo largo de toda mi vida, me envolvió con fuerza, coloco su dura armadura sobre mi y solo pude decir las palabras más crueles que vinieron a mi mente: No tenias porque tener miedo, no quise a ese bebe antes, y tampoco lo quiero ahora
Hace más de dos horas que estoy aquí, parada en mi auto al costado de la ruta, mi celular no paraba de sonar, así que lo apague, me sentia sucia, la culpa me carcomía las entrañas, daba bocanadas de aire para llenar mis pulmones pero el aire me resultaba imposible de respirar, sentí que no merecía vivir, pero soy una luchadora, ni siquiera el suicidio serviría para mi, no podría permitírmelo. El destino me había alcanzado y desplegado su crueldad al máximo nivel, como haría para mirar a Luciana, a la mujer que amo más que a mi vida, a la cara otra vez? Y eso en el supuesto caso que ella quisiera verme, seguro en este momento me despreciaba, sentiría asco por mí. Como podía explicarle que mi hijo, su hijo, fue producto de una violación, que no fue querido, que estuve a punto de abortarlo, que lo abandone, hasta yo sentia asco por mí como no iba a sentirlo ella. Y por sobre todo, como podía arruinarle la vida a mi hijo, era tan feliz con su madre, se notaba, era sano, fuerte y siempre tenía una sonrisa en sus labios, no podía hacerle esto, una vez lo había abandonado para que tuviera una vida mejor, y mi sufrimiento dio resultado, esta vez no tenia porque ser diferente. Lo mejor sería escapar, como había hecho hasta ahora, dejaría el estudio en manos de una persona de confianza y me iría lejos, muy lejos, donde quizás el dolor no me impidiera respirar y me ahogara como en este momento.
Agradezco a mis fieles lectores, espero no haberlos decepcionado, la verdad es que me costo mucho escribir esta parte, espero que haya valido la pena, y sino les gusto, acepto sus sugerencias, al que quiera dejarme sus comentarios por mail, tambien son bien recibidos, y a los que leen y no comentan, tambien se los agradezco, pero los que son escritores, sabran entenderme, no saben lo lindo que es leer sus comentarios y mas si son buenos jajaja
Lomb69; lolis; braguitas; marie; HombreFX; martha4; chatyka ; saray; PATYLOVE; angeles2875; forchue; alanna; daniel; Uma; aurora la diosa; GRACIAS TOTALES!!!!!!!!!
PARTE 6
Escuchar las palabras de Fernanda me helaron el corazón, no podía entenderla, me negaba a creer que la mujer de la cual me había enamorado, con la que había pasado el fin de semana, fuera capaz de sentir de esa forma. Acaso el amor no me había dejado ver el monstruo que se escondía debajo de su hermosa apariencia? No, me negaba a creerlo, pero como dolía, era tan intenso el dolor que no podía levantarme del suelo, donde me había quedado arrodillada. Empecé a sentir las voces de la loca de mi suegra que seguia gritando y mi suegro que la calmaba. Me levante como pude y al mirar hacia mi casa vi a Nico en la ventana, lo había visto todo.
-Por favor Don Miguel, llévese a Doña María, no quiero hablar con ella hasta que se tranquilice- sin decir más, los deje en el jardín y entre a mi casa, lo peor estaba por venir.
Nico me estaba esperando paradito en el medio de la sala, serio, sus enormes ojos verdes se veían tristes, Dios me desgarraba el alma verlo así, no podía soportarlo como tampoco podía soportar ver su imagen cada vez que miraba a mi hijo.
-Mama, Fernanda es mi otra mama? Digo la que me tuvo en la panza?- esperaba la verdad, y la merecía, no podía engañarlo, el tenia mas entereza que sus dos madres juntas
-Si Nico, ella es la mama que te tuvo en su panza sentí que el aire se fue de mis pulmones y quede vacía, pero liberada a su vez
-Porque se fue enojada? Ella no quiere ser mi mama? A mí me gusta mucho que sea ella, me cae súper bien, nos divertimos mucho- a pesar de su apariencia seria, era tan solo un niño, que le caía bien su verdadera mama porque jugó con él a la play, Dios a esa edad los sentimientos son tan básicos, tan puros, es después cuando complicamos todo.
-No Nico, no digas eso, ella se enojo porque discutió con la abuela, pero yo voy a hablar con ella, no te preocupes - no quería seguir mintiéndole, pero tampoco podía contarle la verdad, las últimas palabras de Fernanda todavía estaban clavadas en mi corazón
-Y porque la abuela le gritaba cosas feas, esas palabras que no se pueden decir? Fernanda es buena, porque la abuela se enojo con ella?-
-Pues porque la abuela no sabía la verdad, y le dio mucha impresión y miedo, pero ya se le pasara, tu vete a bañar que mañana tenes que ir al cole si?- me acerque y lo abrace fuerte, le di muchos besos y comencé a correrlo, porque no quería bañarse, ya estaba sonriendo como siempre, Dios quien fuera niño!!!!!!
Esa noche apenas pude dormir, no podía entender lo que había pasado, hace tan solo unas horas estaba con la mujer que amo más que a mi vida, pero temblando de miedo porque descubriera que mi hijo era en verdad suyo y quisiera sacármelo, y ahora el miedo a perder a mi hijo había sido reemplazado por el temor a creer que esa mujer era un monstruo sin corazón. Mañana hablaría con ella, aunque me despidiera y la perdiera para siempre, tenía que enfrentarla.
Pero paso la semana y ella no se presento en la oficina, Stella aviso que estaba enferma, enferma un cuerno era una cobarde. Intente por todos los medios averiguar su dirección pero era un secreto insondable, y Stella tenía todo guardado bajo 7 llaves, su celular estaba siempre apagado, ni siquiera permitía dejar mensajes. Y yo me estaba enloqueciendo, además Nico no pasaba día que preguntara por ella y como le dije que estaba enferma, quería ir a visitarla, era un dulce mi hijo, pero ya no sabía que excusas inventarle
Finalmente llego el viernes, estábamos con los chicos trabajando sobre un proyecto, cuando se abrió la puerta del ascensor y salió ella, vestida con un tailleur negro y ocultando su mirada bajo los lentes de sol, venia acompañada por un hombre alto y elegante, apenas dijo buenos días y se metieron en su oficina, obvio que ni volteo hacia donde estábamos nosotros. Al cabo de 1 hora, Stella nos cito a todos en el salón de juntas. Cuando la vi entrar mi corazón empezó a palpitar, pensé que iba a darme un ataque, seguia hermosa como siempre, o más aun, pero se la notaba mas fría y distante que nunca, totalmente inaccesible.
-Buenos días, quise reunirlos a todos para presentarles al Arquitecto Manuel Santos Valencia, el es una persona de mi absoluta confianza , tomara las riendas de la empresa por un tiempo, ya que voy a viajar por unos cuantos meses, obviamente voy a seguir al corriente de todo, pero a Manuel le sobra experiencia y capacidad para ocupar mi puesto mientras esté ausente. No tengo nada más que agregar. Muchas gracias- salió de la oficina dejándonos a todos mudos y a mi destrozada, se cuido muy bien de no mirar a la dirección en la que me encontraba, cobarde era una autentica cobarde, como podía amarla tanto? Dios como me había equivocado tanto.
Salí rápidamente de la sala y fui a su oficina, Stella todavía no había llegado allí y Paulita tenía el día libre por estudio, entre sin anunciarme, sabía que si lo hacía no me recibiría, ella estaba con Manuel hablando mientras escribía algo en su notebook. Levanto la vista y clavo en mi los ojos mas fríos que vi en mi vida, yo todavía recordaba la mirada que me dio cuando desperté con ella en mi cama y me dijo que me amaba, era tan dulce, tan tierna, era como si fuera dos personas en una.
-Sra. Luciana, no le enseñaron a anunciarse? Por favor retírese que estoy muy ocupada.- y siguió hablando como si yo no estuviera allí.
-Pues que pena Fernanda, yo necesito hablar urgente contigo, quieres que te recuerde el tema, delante del arquitecto?- no sé de donde saque el valor, pero sabía que era ahora o nunca, sino hacia algo, ella se iría y quizás nunca más la encontraría. Manuel estaba evidentemente avergonzado, se disculpo y se dirigió hacia la puerta.
Fernanda me miro con ira en sus ojos verdes, la había puesto en una situación súper incomoda, no estaba acostumbrada a perder.
-Luciana, te recuerdo que Manuel es tu nuevo jefe, me parece que no tuvo una buena impresión de ti- me dijo fría
-Me importa un bledo Manuel, quiero hablar contigo, te estuviste escondiendo estos días, eres una cobarde- estaba perdiendo el control, tenía que serenarme.
Ella se levanto lentamente de su sillón , rodeo el escritorio y apoyo su hermoso trasero sobre él, mirándome de frente.
-Creo que no tenemos nada de qué hablar, fui muy clara el otro día- me miraba fijamente, no se movía un musculo de su cara.
-Dios, no puedo creerlo, como podes ser tan fría, tan indiferente, es que no te corre sangre por las venas, es tu hijo por dios, tu hijo, llegas a comprenderlo o tenes el cerebro tan congelado como el corazón?- estába furiosa, decepcionada, quería hacerla reaccionar pero nada la conmovía.
-Por favor Luciana, no seas desagradable, no es propio de ti, y por eso es que prefiero irme, para no tener que soportar este tipo de escena y olvidar este mal momento lo más rápido posible- pude notar que las venas de su cuello estaban más hinchadas, bueno al menos le corría sangre por el cuerpo
-Y que hay de mi? me dijiste que me amabas, eso también prefieres olvidarlo o tu rechazo a ese hijo es tan grande que supera lo que sentís por mi?- por primera vez evadió mi mirada y yo aproveche para acercarme y tratar de seguir golpeando para que reaccionara
-Por favor Fernanda, confía en mi, que fue lo que te paso?, se que podes ser una mujer dulce, tierna, vulnerable, que puede prepararme un desayuno delicioso después de hacer el amor toda la noche y pasar toda una tarde jugando a la play con un niño muerta de risa, este pedazo de hielo que queres mostrarme no es la verdadera Fernanda- ella seguía con la cabeza gacha, me acerque aun mas, y acaricie su rostro.
Ella reacciono, salió de su posición y se alejo de mí, me daba la espalda
-Luciana no lo hagas mas difícil para las dos, yo no... yo no puedo y no quiero a ese niño, y tampoco te quiero a ti, lo que paso fue solo una gran atracción, me gustabas mucho , lo pasamos bien y solo fue eso, no lo compliquemos mas- cuando se dio vuelta volvió a clavar sus fríos ojos en mi, pude notar que estaba nerviosa aunque hacia un gran esfuerzo por controlarse.
Me aleje de ella con el corazón destrozado, cuando estaba llegando a la puerta, me volví, y note la tristeza en sus ojos pero rápidamente la oculto.
-Sabes qué? La complicación ya existe, aunque tú seas tan cobarde para no enfrentarla, tiene 10 años, se llama Nicolás y esta esperándome en casa, y seguramente cuando llegue me preguntara como todos los días si puede ir a visitarte porque le dije que estabas enferma y se preocupo por ti- tenía un nudo en la garganta y mi voz salía ahogada. -Sabes que es lo más gracioso? que él está feliz porque seas su madre y no deja de preguntar cuando iras a jugar con él. La verdadera complicación es como le diré que esa persona es un fraude, una cobarde a la que la vida le da una oportunidad y tiene miedo de tomarla, como voy a explicarle que su madre, o sea yo!!!, soy una idiota que me enamore de alguien que no existe. No te preocupes, seguro no te va a costar, es lo que siempre hiciste- salí sin mirar atrás porque las lagrimas caían por mis mejillas.
Tome mi cartera y sin siquiera despedirme salí como un rayo de la oficina, subí a mi auto y maneje unas cuadras hasta que tuve que parar porque el llanto me nublaba la vista, cuando me recupere lo primero que hice fue mandar el telegrama de renuncia, no podía seguir trabajando allí, aunque ella no estuviera, siempre estaría presente y lo único que quería era olvidarla.
Llegue a casa y por suerte Nico no estaba, me tire en mi cama y llore hasta quedarme dormida. Me despertó la bocina del auto de mis suegros que traian a Nico de la escuela, Miguel me había llamado para pedirme permiso, con María no hablaba desde ese fatídico día y ni ganas tenia de hacerlo, aunque en algún momento debería enfrentar la situación. Cuando Nico vino a abrazarme se preocupo porque tenía la cara roja e hinchada de tanto llorar, pero trate de convencerlo de que estaba resfriada, por supuesto me pregunto si había visto a Fernanda, y le mentí, le dije que seguía enferma, que podía decirle?
Pasaron los días, mis compañeros no podían creer que hubiera renunciado, solo les dije que ya tenía una muy buena oferta de trabajo y encima había tenido una fuerte discusión con la Lic. Uribe, así que eso me ayudo a tomar la decisión, nos prometimos encontrarnos a almorzar todos juntos para despedirnos.
No le dije nada a Nico, así que lo dejaba en el colegio y salía como si fuera al trabajo pero en realidad iba a dejar Currículos por todos lados. Fernanda nunca me llamo y no lo esperaba, al día siguiente de mandar mi telegrama, me llamo Stella para que fuera a buscar la liquidación final, le pedí si podía ser bien temprano, antes de que llegaran todos, y así lo hice, por suerte no me cruce con nadie, pero entrar a la oficina fue una impresión muy grande, fueron 10 años de trabajar allí, iba extrañarlo, mis ojos ojos volaron hacia la puerta de su oficina y Stella captando mi mirada me dijo que no me preocupara, que no había vuelto desde aquel día.
Ya había pasado un mes y tenía dos perspectivas de trabajo bien interesantes, que seguro se definirían esta semana, con respecto a Nico, pobrecito, le dije que Fernanda había tenido que salir urgente de viaje, su carita de desilusión me estrujo el alma, así que para animarlo lo lleve al centro comercial a comer y jugar. Pero a mi quien me aliviaba el dolor que tenía en el alma y el corazón? por las noches lloraba sin consuelo hasta dormirme, había adelgazado varios kilos y eso que casi ni iba al gimnasio, pero si no tenía fuerzas para comer, menos para correr.
-Mama, será que Fernanda no me quiere, por eso es que no vino mas, ni siquiera llamo por teléfono? Ya paso mucho tiempo no?- me quede dura, yo estaba preparando la cena la cena y Nico hacia su tarea. Tenia razón, habían pasado 2 meses, ya había empezado en mi nuevo trabajo hace 1 semana, y era lo único que me entusiasmaba un poco, aparte de Nico, obviamente. No sabía absolutamente nada de ella, y ya no podía seguir postergando la charla con mi hijo.
-Ven aquí Nico,- le dije mientras lo sentaba en mis piernas y lo abrazaba, cuando me disponía a hablar sonó el timbre, rayos quien podía ser a esta hora?
-Quédate aquí precioso, veo quien es y seguimos hablando si?- asintió con su carita triste.
Abrí la puerta y me quede de una pieza.
-Hola, perdón por la hora, sé que es tarde pero puedo hablar contigo?- vestía un sencillo jean y una camisa, tenía el pelo recogido en una coleta y no tenia maquillaje, se la veía algo demacrada. Ella también estaba más flaca, pero seguía siendo la mujer más hermosa para mi, volver a sentir su perfume me hizo estremecer, sus ojos no tenían su brillo habitual, pero no podía dejarme engañar otra vez con su aspecto de niña vulnerable, era fría y dura, tenía que recordármelo constantemente.
-Creo que es tarde para todo, no lo crees? es tarde para venir, para hablar, para todo, por favor vete y no vuelvas- empecé a cerrar la puerta pero ella apoyo con fuerza su mano y me lo impidió, - Por favor Fernanda, no lo compliques mas Ok- le dije esto con toda la ironía que pude imprimirle a la frase, la misma con la que ella me había alejado tiempo atrás.
-Luciana por favor, lo siento, de verdad lo siento, necesito hablarte, explicarte- sus ojos estaban llenos de lagrimas, y los míos luchaban por no seguir el mismo camino, de pronto sentí un movimiento detrás mío y con certeza supe que había perdido.
-Fernanda, viniste!!!!!- la alegría en la voz de mi hijo era evidente, salió disparado como una flecha hacia nosotras, yo me hice a un lado para dejarlo pasar y Fernanda se arrodillo para recibir su abrazo y por primera vez pude ver las lagrimas correr por sus mejillas. Se fundieron en un abrazo largo y sentido, era increíble verlos juntos, tan parecidos y tan distintos a la vez. Ella se alejaba para mirarlo, acariciaba su cabello y volvía a abrazarlo con fuerza.
-Creo que es mejor que entres Fernanda- me di media vuelta y camine hacia la cocina mientras ella entraba con nuestro hijo, los dos sonriendo, con los mismos hoyuelos , los ojos verdes brillando y tomados de la mano.
-Fernanda te quedas a cenar? Di que si por favor, quédate- Nico tiraba de su mano para convencerla y ella me miro a mi, como pidiendo permiso, con la cabeza asentí,
-Nico porque no vas con Fernanda a jugar a la play un rato mientras yo termino de preparar la cena?- evite mirarla y sentí como se iban hacia la sala. Sentí sus risas juntas y los gritos de mi hijo cada vez que hacia un gol, lo que sucedía a menudo, al cabo de media hora los llame para cenar.
-Te puedo ayudar en algo?- sentí su voz suave detrás de mi
-No gracias- fue mi seca respuesta mientras serbia la comida
Por suerte Nico estaba súper excitado y hablaba hasta por los codos, así que no fue tan evidente que no nos dirigíamos la palabra, en realidad yo la evitaba, sentía su mirada sobre mí, y permanentemente me buscaba.
-Bueno Niki, ya es tarde, mañana nos toca madrugar, así que despídete de Fernanda, amor-
-No mama, por favor, no es tan tarde, por favor- me rogaba triste
-No, Nico, ya te pasaste de tu hora y mañana me va a costar mucho levantarte, yo también estoy muy cansada y supongo que Fernanda también no?- la mire buscando ayuda , ella me sonrió con los ojos y se agacho para hablar con Nico
-Es verdad Nico ya es muy tarde, hey no hagas pucheros, que voy a venir otro día- busco mi aprobación con su mirada.
-En serio vas a volver, no te vas a ir de viaje otra vez? yo pensé que no me querías, que por eso volviste a dejarme- lagrimitas salían de sus ojos, y de los míos.
-No mi amor, no voy a irme nunca más, te doy mi palabra, es solo que a veces los adultos cometemos errores y muy grandes sabes, y yo necesitaba despejar un poco mi cabeza, eso es todo, no quiero que pienses eso sí, yo te quiero y mucho, y voy a estar siempre para ti, confías en mi? - mientras le decía esto, sus ojos también se llenaron de lagrimas, pero intento mantenerse serena y sonreír para transmitirle seguridad a Nico, que la abrazo fuerte por el cuello.
En ese momento no pude evitar sentir celos de mi hijo, si por mas infantil y descabellado que suene, no podía evitarlo, celos porque mi Nico la prefiriera a ella, porque él podía abrazarla y besarla, mientras yo me moría de ganas por hundirme en su cuello, por sentir el perfume y la suavidad incomparable de su piel, estaba tan absorta en mis estúpidos pensamientos que no escuche que me hablaba
-Luciana, me voy- se me quedo mirando extrañada, mientras abrazaba a Nico por los hombros
-Ehhh, si, es mejor, te acompaño hasta la puerta, Nico por favor ve subiendo a cambiarte-
Volvieron a abrazarse y besarse mientras ella le prometía que iba a volver, la acompañe hasta la puerta, ninguna hablo, cuando estaba saliendo, se dio vuelta y quedo muy cerca de mí, podía sentir su respiración en mi rostro
-Luciana, tenemos que hablar, por favor cuando te sientas lista, me gustaría que hablemos sobre Nicolás, no quiero ser un problema en tu vida y mucho menos complicártela pero quiero tener la oportunidad de pasar tiempo con él, de que nos conozcamos mas y quizás con el tiempo podamos tener una relación de madre e hijo, ya sé que esto quizás te altere un poco, por eso es que quiero que hablemos tranquilas, para evitar los roces y que todo fluya de la mejor manera, no quiero que pienses que quiero sacarte tu lugar, eso lo tengo bien claro, tu eres su madre, pero yo también quiero un lugar en la vida de mi hijo y estoy dispuesta a hacer todo lo posible por conseguirlo - sin decir mas salió y se alejo hacia su auto.
Un lugar en la vida de su hijo, es lo único que buscaba, y era lógico, pero como dolía que yo no estuviera incluida en sus planes, tragándome las lagrimas, subí a acostar a Nico, y volví a dormirme llorando como casi todas las noches, pensando en ella.
Pasaban los días y ella casi no fallaba nunca en venir a ver a Nico, o si no lo llamaba por teléfono, nuestra relación era prácticamente nula. Cuando venia, yo los dejaba solos, y me iba a cocinar o me iba a mi estudio y seguía trabajando, pero había veces en las que Nico quería jugar con las dos, esos momentos eran terribles, pero fingía con mi mejor sonrisa, no quería demostrar que me estaba muriendo por dentro. Pasaron los primeros días en los que sentía la mirada de Fernanda sobre mí, ahora parecía que no existiera y cuando me hablaba era como si fuera una persona cualquiera, ese increíble fin de semana juntas en el que hicimos el amor hasta dormirnos agotadas por el cansancio, se había desvanecido.
Una tarde en la que Nico se había ido con sus abuelos, ella apareció en mi puerta:
-Que haces aquí? Te avise que Nicolás se iba con sus abuelos o lo olvidaste? -
-No, por supuesto que no lo olvide, pero vine a hablar contigo, necesito que aclaremos la situación, me vas a atender en la puerta?- estaba enfadada, se le notaba en los ojos, me corrí y la deje pasar
-Creo que ya estas ocupando un lugar en la vida de Nico, lo ves casi todos los días, que mas queres?- le dije cruzándome de brazos apoyada en la mesa, ella me acaricio con la mirada como hacía mucho no hacía, y mi corazón palpito aun mas fuerte
-Esa puede ser una pregunta muy peligrosa Luciana, estas preparada para escuchar la respuesta? me dijo sugestiva, estaba jugando conmigo, y lo peor es que yo caía en su hechizo como una adolescente
-Estoy ocupada, no me hagas perder el tiempo- la mire con impaciencia, escondiendo mis emociones, volví a notar la cólera en sus ojos.
-Estoy harta de esconderme con mi hijo, solo nos vemos aquí porque nadie sabe nada, hasta le miente a sus abuelos, quiero que eso termine, quiero llevarlo a pasear, a la plaza, al cine, poder caminar de la calle tomada de su mano, creo que no es mucho lo que te pido, solo quiero que me des el lugar que merezco en su vida- me dijo enojada
-Eso lo hubieras pensado hace 10 años cuando lo abandonaste - no pude contenerme, no termine de decirlo que ya me había arrepentido, pero mi orgullo no me dejo retroceder. Fernanda me miro con odio, por primera vez la vi realmente enfadada, respiraba profundo tratando de calmarse.
-Sabia que en algún momento me lo reprocharías, seguí, saca toda la mierda que tenes para decirme- se acerco, quedo a un paso de mí, yo no podía emitir palabra, eso la enfureció mas, estaba desconocida, descontrolada.
-No tenes la mas puta idea de lo que paso, solo sos la típica niña bien, que se caso con su compañero de la secundaria y querían un hijo para formar su familia perfecta, con la casita, el auto y el perro, pero algo salió mal no es así? Todo salió mal, no pudieron tener hijos, así que tuvieron que adoptar uno , luego el marido murió y finalmente la esposa modelo se da cuenta que no le van las pollas, que vivió su vida perfecta engañada y le van los coños, tu vida es tan mierda como la mía, nada más que teñida de rosa- me dijo esto ultimo gritándome en la cara.
No pude aguantar más y le di una bofetada tan fuerte e inesperada que cayó al piso, su labio sangraba. Quise acercarme para ayudarla, pero no me dejo, me aparto bruscamente y se dirigió a la salida y dando un fuerte portazo se fue.
Pasaron 2 días en los que no apareció por la casa, solo llamaba por teléfono, y como tenia identificador de llamadas, le avisaba a Nico para que hablara, seguía furiosa, yo no tenía derecho a juzgarla pero ella tampoco a mí, Dios era realmente eso lo que pensaba? tanto me despreciaba?. Pero en un punto tenia razón, ya no podíamos seguir ocultando la situación, así que decidí hablar con mis suegros, hacia casi 3 meses que no los veía. Ese viernes por la mañana la llame por teléfono
-Hola Fernanda, soy Luciana- fui seca
-Que necesitas?- me respondió de igual modo, estaba muy enfadada todavía.
-Necesito pedirte un favor, podes quedarte con Nico a la salida del colegio, tengo unos trámites que hacer- no pensaba decirle a donde iba, no sabía cómo iban a salir las cosas con mis suegros y tampoco quería darle el gusto, primero tenía que pedirme disculpas.
-Está bien, hasta que hora?
-Un par de horas supongo- le conteste evasiva.
-Ok, a las 5 estoy ahí- y me corto sin despedirse, haaaaaaaaa detestaba a esa mujer, mentira, pero me sacaba de quicio.
Hable con mis suegro y le avise que iba a pasar, salí antes del trabajo, retire a Nico del colegio y justo a las 5 llegamos a casa, en ese mismo momento Fernanda estaciono su auto. Literalmente me escaneo con la mirada, como si esperara que estuviera vestida de alguna forma especial, quizás se imaginaba que tenía un cita. Como siempre se dirigió a Nico, ya eran buenos amigos y se llevaban estupendamente, a mi me ignoro. Los dos abrazados se encaminaron hacia la casa y yo me dirigí a mi auto, cuando me voltee para llamar a Nico.
-Mi amor- dije casi gritando, los dos se dieron vuelta, los ojos de Fernanda brillaron, pero enseguida esa luz se apago.
-Bomboncito, te espero dentro de la casa- le dijo y se fue sin mirarme, yo le di a Nico todas las recomendaciones que las madres dan a sus hijos inútilmente, porque sabemos que nunca nos escuchan, lo bese y me fui.
Tres horas después salí de la casa de mis suegros, agotada, consumida emocionalmente, pasamos del tono elevado, a los gritos, insultos, a los intentos de agresiones por parte de mi suegra, menos mal que Miguel trataba de calmarla. No había forma de explicarle a esa mujer que Fernanda no quería sacarnos a Nico, que solo quería ocupar un lugar en su vida, que lo compartiéramos y así seria lo mejor para todos. Amenazo con ir a la justicia, con sacarme la tenencia de mi hijo y no sé cuantas pavadas mas, después de 2 horas y un ansiolítico mediante, logro empezar a entender la situación, que no existía tal amenaza y que Nico era feliz, y que nunca iba a perderlo pero todavía no estaba muy convencida.
Camino a casa llame a Nico y le pedí que encargara una pizza, ya estaba anocheciendo y no tenía ganas de cocinar, lo único que quería era acostarme, me sentía fatal.
Apenas abrí la puerta se escuchaban las risas, estaban los dos tirados sobre los almohadones en el piso, habían armado tipo una tienda de campaña con una sabana vieja, y Fernanda le contaba chistes mientras Nico se moría de risa. Me resultaba tan raro a veces ver a Fernanda con esa actitud, era tan cariñosa y dulce con su hijo, se notaba que lo adoraba. Que le pudo haber pasado para tomar semejante decisión? No podía entenderla.
En cuanto me vio, Nico vino a abrazarme, yo estaba tan sensible que se me llenaron los ojos de lagrimas, y ella me miraba con curiosidad.
-No te preocupes por el lio que armamos, yo lo arreglo- me dijo y clavaba su mirada en mí, pero ya no la notaba tan enojada, podía ver su labio todavía hinchado, producto de mi cachetada y tuve que contener mis ganas de acariciarla.
-No importa, llego la pizza?
-No, todavía no, no cenaste? me pregunto curiosa.
-Disculpa ya sé que es mucho pedirte pero podrías quedarte a cenar con Nico, la verdad es que no me siento muy bien y quisiera recostarme un rato- estaba pálida, demacrada, literalmente me habían chupado la energía.
-Si, no te preocupes, pero te sentís bien, te puedo ayudar en algo?- su preocupación era genuina, se acerco a mí, mientras observaba con detenimiento mi rostro.
-Si, solo quiero acostarme, por favor cuando quieras irte, que Nico me despierte así te acompaño, toma la plata para la pizza- intente sacar la plata de mi cartera pero me corto tajante y no me lo permitió. Bese a Nico, subí a mi cuarto, y así como estaba vestida, me tire en la cama y me dormí al instante.
Me despertaron los rayos del sol, mire el reloj, eran las 6 de la mañana, estaba desorientada, hasta que recordé que me había acostado apenas llegue de la casa de mis suegros, pero me había echado vestida y ahora no tenia puestos mis zapatos ni mi pantalón. En seguida vino a mi mente Fernanda, pero seguro ella ya se habría ido, me levante, me di una ducha rápida y fui a la habitación de Nico, estaba dormido, baje a la cocina, mi estomago crujía por el hambre. Cuando llegue a la sala, quede dura, Fernanda estaba acurrucada en el sillón, tapada con una manta, su rostro se veía sereno y descansado, me acerque lentamente y me puse de cuclillas frente a ella, moría por acariciar su rostro, delinear con mis dedos sus pómulos, sus labios, no pude reprimir un suspiro que nació de lo más profundo de mi. En ese instante ella abrió los ojos, esbozo una leve sonrisa, con mis dedos roce su labio hinchado
-Lo siento- le dije suave, apenas respirando, no pude decirle que en realidad sentía todo, su ausencia, su indiferencia, que cada día que la veía y no era mia, me sentía morir poco a poco
-Yo también lo siento- sus ojos verdes brillaban como esmeraldas, yo me perdía en ellos, estaba a centímetros de sus labios, ya no pensaba coherentemente, roce sus labios , ella comenzó a responder el beso y...
-Mami tengo sed, me das agua?- de la impresión me aleje como si tuviera un resorte y me levante tan bruscamente que casi me caigo, Fernanda se hizo nuevamente la dormida.
-Si mi vida, vamos- lo tome de la mano y lo lleve a la cocina, le di su agua, y me pidió que lo llevara a la cama, así que lo agarre entre mis brazos, se estaba durmiendo otra vez
-Niquito ya estas grande para que mama te cargue, vamos a la cama- suspire llena de frustración, pasa por la sala y Fernanda estaba parada con su bolso en la mano.
-Tengo que irme, podes abrirme- evito mirarme
Sin hablar, lleve a Nico hasta el sillón que ella había ocupado, y lo acosté ahí, estaba durmiéndose parado, tome mis llaves y le abrí la puerta, ella beso a Nico y paso a mi lado, note cierta decepción en su rostro
-Fernanda, tenemos que hablar, es sobre Nico, cuando tú puedas, pero que no pase mucho tiempo, puede ser? Tenía que contarle lo que paso con mi adorada suegrita.
-Ok esta noche nos vemos, preferiría que Nico no estuviera en casa, tenemos muchas cosas de que hablar, no solo de Nico, espero que estés lista- me miro desafiante, se acerco a mí, rozo mis labios con los suyos, y salió cerrando la puerta.
Para mi C.
PARTE 7
Llame a Andrea para almorzar, hacia mucho que no la veía, y necesitaba descargarme con alguien, le conté todo, incluso la escena de esta mañana.
-Mira Luciana, yo no conozco a Fernanda, ni se los motivos que habrá tenido, pero creo que todos merecemos ser escuchados, si es cierto que cometió muchos errores en el pasado y ahora, que te lastimo mucho, pero para que reaccione de esa forma imagino que ella misma debe estar muy lastimada y necesita tiempo para curar sus heridas, vas a tener que armarte de mucha paciencia, valor y sobre todo mucho amor, amiga- me dijo Andrea sabiamente
-Pero es que ella no me ama, ya me lo dijo y me lo ha demostrado, se siente atraída por mí, eso es todo, y yo... yo la amo demasiado, no puedo ni quiero conformarme con eso- las lagrimas rodaban por mis mejillas
-Yo creo que solo lo dijo por querer lastimarte, tenía miedo, estaba herida, pero yo creo que si te ama, tenes que darle la chance de escucharla, sin juzgarla, eso es todo-
-Y si me dice que solo quiere a Nico, que mantengamos una relación de amigas por nuestro hijo? me muero Andre, no sé si voy a poder soportarlo-
-Amiga, si eso llega a pasar, que no creo de verdad, pues te va a tocar aguantarlo, ponerle el pecho a las balas y seguir adelante como usualmente se dice, tampoco puedes obligarla a que te ame, sino lo siente-
Seguimos hablando hasta que Andrea tuvo que irse, Nico estaba con sus abuelos y todavía faltaban horas para la noche, así que para no quedarme pensando estupideces, me fui al gimnasio. Estuve una hora ejercitándome, me duche rápido ya que quería llegar con tiempo para prepararme, pero mi auto no pensó lo mismo que yo, estaba muerto, no podía hacerlo arrancar, llame desesperada al auxilio pero demorarían un par de horas, así que volví al gimnasio para que me pidiera un taxi, cuando Verónica una de las chicas que se estaba yendo, se ofreció a llevarme. La verdad es que Verónica en un par de ocasiones se me había insinuado, y lo seguía haciendo, era muy sutil por cierto, pero no entendía un no como respuesta, así que no quería que me llevara pero mirando el implacable reloj no me quedo otra opción.
El viaje fue algo forzado, Verónica tirándome indirectas y yo tratando de esquivarlas, cuando llegamos a casa me despedí e intente bajarme rápidamente del auto, pero ella me pidió pasar al baño, según ella estaba muy necesitada y no aguantaría hasta llegar a su casa. La hice pasar, fue al baño y cuando salió, dejo las sutilezas de lado, me dijo que yo le encantaba, que no estaba segura de si le correspondería, pero que prefería arriesgarse, que la tenia loca desde el primer día etc. etc. etc. Muy cortésmente trate de explicarle que no podía ser, porque yo estaba profundamente enamorada de otra persona, así que con el ánimo por el piso acepto irse.
La acompañe a la puerta y cuando ella ya estaba fuera, se dio la vuelta y pidiéndome perdón me estampo un beso en los labios de novela, yo me quede dura, no la rechace porque no reaccionaba, nuca espere que hiciera algo así. Volvió a pedirme perdón y se fue. Todavía estaba intentando recuperarme, cuando siento el timbre, pensando que sería otra vez ella, puse mi mejor cara de fastidio y abrí la puerta. Era Fernanda, su cara era una máscara, no tenía expresión ninguna, sus ojos estaban helados al igual que sus labios.
-Puedo pasar o me vas a atender en la puerta?- me dijo seca, cortante, estaba enojada
-Llegaste temprano, pensé que vendrías más tarde- le dije por decir, para romper el hielo.
-Lo siento si interrumpí algo-dijo sarcástica, -si quieres me voy y vuelvo en otro momento?
-Tal vez sería lo mejor, se nota que estas de mal humor, y la otra vez cuando intentamos hablar así, las cosas terminaron muy mal, así que si queras irte, hazlo- yo también estaba molesta, no entendía que le pasaba.
-jaja, que pasa, interrumpí los planes con tu amiguita? Es guapa la rubia verdad? Con ella te encontraste ayer, me pediste quedarme con Nico para que vos puedas ir a revolcarte por ahí?-estaba furiosa, la máscara se había caído, y las venas del cuello le palpitaban
-y que si fue así? A vos que te importa, nosotras no somos nada, así que puedo revolcarme con quien se me dé la gana, que pasa estas celosa? no pude evitar reír irónicamente, eso la enojo aun mas.
Se acerco a mí, sus ojos despedían llamas, estaba tan cerca que sus labios rozaban los míos, sentir su perfume tan cerca me mareaba, sus labios húmedos comenzaron a delinear un reguero hacia mi cuello, me daba pequeños besos rozando apenas mi piel, pero me hacían estremecer, cuando llego a su objetivo se perdió en él, su lengua dibujaba en mi cuello y ya no pude soportar más. Quise alejarme pero me tomo de la cintura y me puso de espaldas a la puerta, su mirada era salvaje, estaba cargada de deseo.
-Por favor Fernanda, no juegues mas conmigo- le rogué, apenas me salieron las palabras, tenía un nudo en la garganta.
-Yo no estoy jugando, vos lo haces con la rubiecita esa, crees que no vi el beso que te dio, y no te negaste- presionaba su cadera contra la mía, y sujetaba mis manos por arriba de mi cabeza, podía ver los celos en sus ojos. Me decidí por la verdad, ya estaba cansada de pelear y además era peligroso seguir aumentando su enojo
-No pasa nada entre ella y yo- me miraba con desconfianza -Es verdad, ella me beso, me tomo por sorpresa, no lo esperaba - su mirada de enojo se apaciguo solo un poco
-Igual mereces un castigo- me dijo con una semi sonrisa -para que quede claro que esos labios son míos y de nadie más, vos sos mía- y comenzó a besarme salvajemente, parecía que quería comerme la boca, y de hecho lo hacía, me abrazo tan fuerte, quería hacerme daño, y trate de apartarla, dejo mi boca por un momento, y debió ver el miedo en mis ojos y mis labios hinchados
-Lo siento, perdí la razón, pero cuando la vi besarte, todo se puso rojo, no quise lastimarte por favor perdóname- bajo la cabeza y se alejo de mi.
-Lo siento, lo siento! después de lo que acaba de pasar es lo único que se te ocurre decir? Venís a mi casa, me haces una escena de celos, me besas como si quisieras lastimarme, y solo eso me decís?- ahora la enojada era yo
-Que queras que te diga? no quise lastimarte, nunca quise hacerlo- ahí estaba otra vez esa mirada vulnerable, indefensa que me llegaba al corazón
-Quiero que me digas la verdad, que te abras y confíes en mí, yo te amo Fernanda, pero ya no puedo seguir así, me estas destrozando, no te das cuenta? - las lagrimas caían por mis mejillas y el temor por su respuesta me atenazaba el corazón.
-Me amas? después de todo lo que paso, de lo que te dije, de saber que abandone a mi hijo, me amas? No sabes lo que decís Luciana, no me conoces, no podes amarme, no lo merezco- cayó de rodillas llorando desconsoladamente, me acerque a ella y la abrace, las dos llorábamos.
-Si, te amo, te amo como nunca ame a nadie, no sé qué fue lo que te paso, pero veo como sos ahora con tu hijo, como lo amas, lo proteges y luchas por él, y eso hace que solo te ame aun mas. No importa lo que paso, me gustaría que algún día confiaras en mí lo suficiente y me lo contaras pero no me importa mi amor, yo solo te quiero a ti.
Se abrazo a mi cuello y lloraba como una niña, permanecimos largo rato arrodilladas en el piso llorando, cuando se calmo un poco, logre llevarla hasta el sillón, la acosté y me tendí junto a ella, ahora solamente caían lagrimas de sus ojos, no emitía ningún sonido, estaba como ida, perdida en su mundo, yo solo la abrazaba y acariciaba su pelo, le susurraba cuanto la amaba, hasta que se durmió, la observe dormir durante un largo rato, parecía una niña, pero una niña que había sufrido mucho, no hacía falta que me lo contara, suponía que algo muy fuerte debía haberla llevado a tomar la decisión de dejar a su hijo,
Me desperté de madrugada, mi estomago gruñía de hambre, estábamos abrazadas en la misma posición en la que nos dormimos, despacio intente levantarme sin despertarla, pero sujeto mis brazos que abrazaban su cuerpo.
-A dónde vas?- me pregunto con vos somnolienta
-Estoy muriendo de hambre, voy a preparar algo, seguí durmiendo si queres- mientras le hablaba no dejaba de acariciarla y besar su cabello, pero no podía ver su rostro, no saber que pensaba me mataba. Soltó mis brazos liberándome y sentí una puntada de desilusión.
Fui a la cocina y prepare unos emparedados con café, por si ella también tenía hambre, al ratito la ciento parada detrás de mí, voltee a verla y ya estaba bastante repuesta, pero su mirada era fría otra vez. Forcé una sonrisa pero el miedo me oprimia el estomago, esa mirada no presagiaba nada bueno.
-Queras comer algo?, prepare café también- pregunte mientras me acercaba a ella, hasta que quede en frente suyo, me rehuyó la mirada, raro en ella.
-No, mejor me voy- su voz era inexpresiva
-A donde te vas? Fernanda por favor, no me hagas esto, tenemos que hablar, a eso venias hoy no? que paso, porque estas así? No te entiendo, y me mata que no hables conmigo, que no confíes en mi- Luchaba por controlar mis lagrimas, ella seguía sin mirarme.
-Luciana, creo que lo mejor es que lo dejemos así, yo..... Yo quiero seguir viendo a Nico, quiero ocupar un lugar en su vida, quiero ser su madre, y lo nuestro no funcionara, y no quiero que eso afecte la relación que tenemos por Nico - estaba nerviosa, se le notaba en la voz
-Ok, si eso es lo que verdaderamente queres, por mi está bien, seguí escapando de lo que sentís- las lagrimas comenzaban a caer por mis mejillas, así que salí huyendo en mi propia casa y corrí a mi habitación, ella no me siguió, al rato sentí la puerta de calle que se cerraba
Así comenzó esta nueva etapa, el mismo día le mande un mail, en donde le informaba que ya había hablado con mis suegros, así que no hacía falta que tuviera que ocultarse con Nico, que podría salir a pasear con el etc. etc., pero que obviamente tendríamos que compartirlo, y con sus abuelos también. Me contesto agradeciéndome el gesto y nada más.
La rutina consistía en que ella pasaba por Nico, salían juntos un par de veces por semana, iban a su casa, al cine, al parque, pero era rara la vez que se quedaba en casa, cuando Nico me pregunto porque ya no venia, le dije que era porque Fer quería pasar tiempo con él, para que se conocieran mas etc. etc., y pareció conformarse. Mi relación con ella era casi nula, solo hablábamos lo mínimo indispensable, evitábamos hasta mirarnos, todas las noches invariablemente me dormía llorando, no la entendía, pero no podía llegar a ella, otra vez era fría como una roca, solo con Nico se notaba que era un ser humano.
Un día me sorprendió el llamado de mi suegra, hablándome maravillas de Fernanda, yo no entendía nada, resulta que ella se había presentado en la casa de mis suegros, y había desplegado todo su encanto, la cosa es que mi suegra la adoraba y me reprochaba el no habérsela presentado antes!!! Dios esto era demasiado. Esa tarde cuando trajo a Nico del colegio la estaba esperando, usualmente ni se bajaba del auto pero yo estaba atenta y salí cuando la vi estacionar.
-Necesito hablar con vos, Nico podes entrar? me quede parada junto al auto, mientras Nico se despedía de ella, cuando entro a la casa la enfrente
-No quiero que vuelvas a hablar con mis suegros sin consultármelo, Nico es tu hijo también, pero tenes que respetar a su familia, y a mí que soy su madre, creí que eso estaba aclarado no? estaba furiosa
-Tenes razón, lo siento, solo quise evitarte un problema, Nico me comento que su abuela le hacía comentarios poco gratos sobre mí, así que preferí tomar el toro por las astas, debí consultártelo, lo siento- me dijo con indiferencia
-Vaya parece que Lo siento se transformo en tu frase favorita- le dije sarcásticamente, ella me miro enojada- Por favor que no se vuelva a repetir una situación como esta- me di vuelta y comencé a caminar hacia la casa.
-Luciana- sentí que me llamo- Puedo quedarme con Nico este fin de semana, sucede que después voy a viajar por unas semanas y no podre verlo- su expresión no demostraba nada
-Lo siento, sus abuelos ya hicieron reservas para llevarlo a la playa , si me hubieras avisado antes, podría haberlo arreglado, avísame cuando te vas, y por favor déjale a Nico un teléfono donde pueda ubicarte- ni siquiera la mire y seguí caminando
-Luciana, no te importa que me vaya? -otra vez su mirada era cálida,
-Me importa que permanezcas en la vida de Nico, para mi te fuiste hace tiempo- que diablos le pasaba, quería tenerme a sus pies cuando se le antojara y después tirarme como un trapo viejo? Entre a casa y cerré la puerta sin mirar atrás, sentí como el auto salió chirriando las ruedas
Ese sábado despedí a Nico, se iba con sus abuelos, y me quede sola, trate de limpiar, ordenar, hacer cualquier cosa que no me dejara pensar en Fernanda, cuando ya no tenía nada más que hacer, me fui al gimnasio, cuando estaba ya terminando mi rutina, Verónica se acerco a mi
-Luciana, lo siento, quiero disculparme por lo que sucedió en tu casa, no pude contenerme perdóname por favor- se notaba en su cara la vergüenza que tenia, objetivamente era bonita, tenia buen cuerpo, no era Fernanda, pero al diablo con ella, ya estaba cansada
-Vero, no te preocupes, te gustaría ir al cine hoy o salir a tomar algo- su cara de sorpresa fue increíble, su sonrisa instantánea, sabía que no era lo correcto, pero estaba cansada de hacer siempre lo correcto, solo quería divertirme un poco. Luego de arreglar los detalles nos despedimos y me fui a casa a prepararme
Me puse un vestido veraniego, ya que hacía bastante calor, sexy pero no demasiado, quería verme y sentirme bonita pero tampoco era mi intención que Verónica me saltara encima o quizás si? Nos encontramos directamente en el restaurante, no quise que pasara por mí, llevar mi auto me daba la sensación de que podía librarme cuando quisiera, sin depender de nadie. La verdad es que Verónica era muy divertida, pero desde el primer momento le deje claro que solo buscaba pasarlo bien, que no quería nada serio.
-Estas enamorada Luciana- más que una pregunta era una afirmación - Se te nota en tu mirada, y sufrís mucho por ese amor, me equivoco? note la comprensión en su mirada
-No, Vero no te equivocas, pero es un imposible, discúlpame pero no quiero hablar del tema, solo quiero pasar un momento agradable sin pensar en ella, puede ser?-
-Ok, entonces divirtámonos esta noche, solo quiero que sepas, que me gustas mucho Luciana, y esperare el tiempo que haga falta para que la olvides- me miro con ternura y apretó mi mano
-Vero, no quiero engañarte ni que te hagas falsas ilusiones, yo no puedo…- me interrumpió apretando mi mano.
-Lu, no te preocupes por mí, solo quería que lo supieras, me gusta decir las cosas de frente, ahora vamos a divertirnos si?-
Pasaron 2 semanas, Fernanda había viajado a Estados Unidos, lo sabía por Nico, al que puntualmente llamaba todos los días. Saber q ella no estaba, q no aparecería en cualquier momento me relajo y comencé a salir más con Verónica cuando Nico se iba con sus abuelos. Íbamos al cine, a caminar, a pasar el rato, creo q de a poco iba entendiendo q solo podíamos ser amigas. Pero todo lo bueno tenía que terminar.
Una tarde mientras tomábamos un Café en el Centro Comercial, me quede de piedra cuando vi entrar a Fernanda con una mujer más joven q ella, una rubia divina, alta, ojos verdes con un cuerpazo espectacular y se notaba que babeaba por Fernanda. Ambas sonreían y hablaban despreocupadamente. Sentí un intenso dolor q me apretaba la boca del estomago, el café me supo a hiel, y sentí el fuego de los celos q avanzaba consumiendo la poca cordura q todavía quedaba en mi.
- Vamos- le dije a Vero, mientras me levantaba y la tomaba de la mano, ella no entendía q pasaba pero me siguió.
Camine directo a ellas, q no registraban a nadie a su alrededor, y cuando estaba a punto de chocar con Fernanda, me di vuelta mirando a Verónica y comencé a reír, como si ella me hubiera dicho algo gracioso, y le quiñe el ojo, esperando q entendiera y me ayudara.
-Perdón, ohhh hola Fernanda , que casualidad encontrarte aquí, pensé que llegabas mañana- trate de componer mi mejor sonrisa mientras veía como sus ojos verdes me recorrían.
Instantáneamente le tome la mano a Verónica, y cuando la mirada verde barrio mi cuerpo, se detuvo en las manos entrelazadas. Solo había estupor en sus ojos, pero duro apenas un instante, pronto se recompuso aunque no tenia su mirada fría de siempre, no pude percibir que pasaba por sus ojos en ese momento.
-Hola Luciana- su tono fue seco, gélido.
-Vero, ella es Fernanda, la mama de Nicolás- dije omitiendo mencionar el papel que jugaba Verónica en todo esto. Fue el saludo mas frio e impersonal que vi en mi vida. Fernanda no presento a su rubia, que se notaba molesta con la situación.
-Vamos mi amor, no quiero que se nos haga tarde. Un placer verte. Hasta luego- arrastre a Vero de la mano, y salimos rápido de allí, bajo la atenta mirada de Fernanda, vi una vena palpitar en su cuello y creí percibir dolor en sus ojos, pero no me detuve..
Un par de días después desayunaba con mi hijo, antes de llevarlo al colegio, y como si fuera lo más natural del mundo me pregunto
-Mami puedo decirle Mama a Fernanda? dijo cándidamente como si fuera lo más natural del mundo
-Si vos queres Nico, no hay problema , aunque me voy a poner un poquito celosa- le dije con un nudo en la garganta e intentando sonreir.
Nico vino a abrazarme y mientras me llenaba de besos me decía: -Mama yo te quiero, vos sos mi mama, pero tambien quiero a Fer y últimamente esta muy triste, quizás si le digo Mama se alegre un poco-
-Porque decís eso Nico, Fernanda te dijo q estaba mal?-
-No me dijo nada mami, pero la vi llorando un par de veces, pero cuando le pregunte q le pasaba me dijo q nada, q estaba todo bien, vos le podes preguntar mami que le pasa?- me miraba con sus ojitos preocupados.
-Mmm no se Nico, no somos amigas, no quiero molestarla- no sabía cómo zafarme de la situación, aunque me moría por saber q le pasaba, mi Fer llorando, se me estrujaba el corazón.
-Porfis Mami, si ella siempre me dice q vos y yo somos las personas más importantes para ella, que nos quiere mucho- una oleada de esperanza nació en mí, pero inmediatamente la deseche, seguro le decía eso a Nico para no preocuparlo.
-Ok Nico intentare hablar con ella, vos no te preocupes si, seguro son cosas del trabajo, vamos q se hace tarde-, no creía q estuviera mal por mí, me negaba a creerlo pero no podía evitar que la llama de la esperanza se hubiera avivado dentro de mi corazón.
Ese día arregle con mis suegros para que fueran a buscar a Nico al colegio, y fui a buscarla, al lugar donde todo había empezado, quizás si la sorprendía estaría con la guardia baja y podría hablar con ella, después del encuentro en el café, no habíamos tenido contacto y suponía q estaría furiosa.
Llegue a última hora, Stella, su secretaria ya se estaba retirando, le pregunte por Fernanda, y me dijo que todavía no se iba, quiso anunciarme, pero le dije q necesitaba hablar con ella sobre Nicolás, Stella era la única q sabia el vinculo q nos unía.
Golpee la puerta, y cuando escuche su frio "adelante" mis piernas flaquearon, pero tenía q terminar con esto, la amaba, la amaba como nunca ame a nadie, y volvería a poner la otra mejilla, a riesgo de recibir otra cachetada.
Estaba como siempre, en su escritorio frente a su notebook, pero mirando hacia la puerta, sorprendida que alguien la buscara a esa hora. Cuando me vio, sus ojos mostraron sorpresa.
-Hola Fernanda, como estas? Necesito hablar con vos, tenes unos minutos? intente que mi vos sonara firme, pero me costaba un montón.
-Sentate por favor, que sorpresa, no te esperaba, Te pido que seas breve, tengo un compromiso-tenía una camisa verde pálido, que con su piel morena y el reflejo de sus ojos, la hacía irresistible, aunque se la notaba cansada,
-Cancélalo- le dije firme, no sé de dónde sacaba las fuerzas.
-Perdón que dijiste- me dijo sorprendida, no esperaba la firmeza de mi actitud.
-Me dijiste que tenias un compromiso, y te dije que lo cancelaras, tenemos que hablar- me miro como no creyendo lo que acababa de decirle.
-Nicolás está bien, le paso algo?
-No, no vengo a hablar de Nicolás, vengo a hablar de vos, Nico me conto que te vio llorando un par de veces, que te ve triste, y está preocupado, así q me pidió que hablara con vos-
-Estoy bien, no te preocupes, solo tendré mas cuidado para que Nico no se inquiete- su tono era frio, pero evitaba mirarme. Tenía q insistir, algo le pasaba.
-No me preocupa Nico, me preocupas vos- levanto la vista, su mirada se cruzo con la mía, se la notaba vulnerable,
-No te preocupes demasiado por mí, tu novia puede enojarse- se notaba q mordía las palabras
-No es mi novia, así q tranquila, puedo hacer lo q quiera- estaba apostando fuerte, revelando más de lo que quisiera, pero era a todo o nada, a veces para ganar, hay que perder
-Le dijiste mi amor, el otro día en el café, no creo haber escuchado mal- me miraba fijamente,
-Te molestaría si lo fuera?-
-Por favor Luciana, terminemos con esto, que queres?
-Te quiero a vos, siempre te quise a vos. Te amo Fernanda- lo dije de un tirón, y solo respire cuando lo solté. Su cara estaba pálida, se le notaba a pesar de lo moreno de su piel, los ojos
-Por favor reacciona mi amor, te amo, no puedo seguir mas....- su grito corto mis palabras
-Ya basta, cállate, no lo digas más!!- se levanto furiosa de su asiento, y se fue hacia la ventana, de espaldas a mí, estaba dura, rígida. Me quede con la boca abierta, no sabía q decir, su rechazo fue como un golpe en la boca de mi estomago. Como pude me levante y me acerque a ella, mis piernas eran de goma, tenía la boca seca. Cuando me acerque a ella, pude notar q temblaba,
-Mírame, mírame a los ojos, y decime que no me amas, y nunca mas volveré a molestarte. Decime que todo lo que vivimos no significo nada para ti, que cuando me dijiste que me amabas me mentías, que cuando hacíamos el amor fingías, decimelo- espere unos segundos, ella seguía de espaldas a mí, percibí como los sollozos comenzaban a hacer temblar su cuerpo, la tome por los hombros, y la gire hacia mí, su rostro estaba bañado en lagrimas, no me miro, pero se abrazo a mí y enterró su cara en mi cuello.
-No podes amarme Luciana, no podes, abandone a mi hijo, a tu hijo!!!! como amar a alguien así. Trate, te juro que trate toda mi vida de sepultar ese capítulo, creía q sino pensaba en el, era como si no hubiera existido, intento huir de el otra vez y no pude, no pude. No quiero lastimarlo Luciana, no quiero lastimarte a vos, y ya no quiero lastimarme a mí, ya no puedo más, no puedo mas
-Así me lastimas, estando lejos tuyo. Estoy aquí mi amor, para amarte, acompañarte, solo quiero estar con vos y ayudarte. No podes seguir castigándote así, cometiste errores, pero quien no mi amor, lo importante es lo que harás de ahora en adelante, en lo que haces ahora, tu hijo te ama, yo te amo, acepta nuestro amor-
-Pero como puedo aceptar tu amor, si yo no me amo, me siento despreciable Luciana, me siento una mierda- no paraba de llorar en mis brazos, parecía una niña pequeña.
Como pude la lleve hasta el sillón, nos sentamos y seguí abrazándola, acariciando su cabello y le repetía que todo iba a salir bien, y que la amaba, Cuando logro calmarse, su llanto ya no era tan desgarrador, comenzó a hablar, me conto todo desde el principio, el abandono de su madre, la violación de su padrastro, como huyo y pensó en abortar pero no pudo. Como se ilusiono en salir adelante por su hijo pero tuvo q abandonarlo porque no conseguía trabajo y se morían de hambre y frio, cuando conoció al Arquitecto Uribe y como llego a convertirse en la persona que hoy era. Solo la escuchaba, tenía miedo de que si la interrumpía no continuara y volviera a encerrarse. Lo que mas dolía al escucharla, no era lo que le había sucedido, las cosas que tuvo que vivir y soportar, sino escuchar el desprecio, la ira que sentía contra sí misma, no se perdonaba el haber abandonado a su hijo y seguir adelante, además el haberlo encontrado y que el niño le demostrara cariño , la destrozaba aun mas, sentía q no merecía ese amor ni el de Nico ni el mío. La herida era muy profunda y estaba abierta todavía.
-Fer, se que nada de lo que yo pueda decirte, va a ayudarte a cerrar tus heridas, necesitas ayuda y yo no sé cómo hacerlo, lo único que yo puedo darte es mi amor, acompañarte y estar con vos , no voy a dejarte, aunque me eches, me apartes de tu lado mi amor, no voy a dejarte sola. Te amo Fernanda , lo entendes? y así a va a ser pase lo que pase. Voy a luchar por vos, voy a luchar con vos, si estamos juntas podemos lograrlo mi amor-
Nos abrazamos y ambas llorábamos, besaba su cabello, y acariciaba su espalda para tranquilizarla. Era increíble como esa persona que todos veían tan fuerte, fría e inalcanzable, solo escondía a una joven amargada, consumida por la culpa y la tristeza.
-Mi amor por favor, decime que vas a intentarlo, q vas a luchar para superar esto, y que me dejaras acompañarte, por favor mi amor- Tome su rostro bañado en lagrimas entre mis manos, y la obligue a mirarme exigiendo una respuesta. Me miro y con sus ojos asintió, la abrace, sabía que el camino seria largo y difícil pero con ella, caminaría hasta el fin del mundo.
Ya pasaron 3 meses desde aquel día. Nuestra vida siguió su curso normal, Fernanda empezó terapia y pasaba más tiempo con Nico y conmigo, venía a cenar a casa, o pasábamos algún fin de semana juntos, pero le costaba aceptar mis besos o cariños, cuando podía evitarlo lo hacía. Hablábamos mucho, nos divertíamos pero no éramos una pareja. Sus ojos, sus brillantes ojos verdes, se veían apagados, su mirada era triste, y pocas veces sonreía. No quería presionarla pero a veces la pena y la desesperanza me invadía y pensaba que no lo lograría.
Una noche cuando terminábamos de cenar los 3 juntos, fui a la cocina para lavar la vajilla, y Nico quedo solo con Fernanda. El corazón dejo de latirme cuando escuche que Nico le preguntaba:
-Mama porque estas siempre triste, es por mi culpa?-
Me asome a escondidas para ver y escuchar, pude ver la expresión de sorpresa y dolor en la cara de Fernanda, cuando reacciono se levanto de su asiento y se arrodillo frente a su hijo
-No mi amor, por favor no digas eso, vos me haces muy feliz- le decía con vos entrecortada.
-Yo no quiero q estés triste mama, yo sé porque me abandonaste, mi Mama me lo conto- Nico hablaba con seriedad y Fernanda ahogo un quejido, estaba mortalmente pálida.
-Mi Mama me dijo que eras muy chica, que estabas sola, sin trabajo, ni nadie que te ayudara, que quisiste cuidarme pero tenias miedo de que me muriera de frio y de hambre y me llevaste a una iglesia para que me cuidaran. Yo no estoy triste mama, sé que me querías mucho y solo quisiste ayudarme, además no hubiera conocido a mi Mama Luciana y a mi Papa, ni a mis abuelos, quizás no iría ni al mismo colegio ni tendría los mismos amigos, no estés triste por eso Mama. Yo te quiero mucho- y ese hombrecito, se abrazo a su mama sanando sus heridas, mas rápido que cualquier terapia.
Cuando volví de la cocina, tarde un rato en componer mi rostro para que no se notaran las lagrimas , los dos estaban riendo y jugando a la Play Station, y los ojos de Fernanda tenían brillo, no el de antes, pero volvieron a la vida.
Esa noche por primera vez dormí tranquila en mucho tiempo, sentí que era un comienzo, que si alguien era capaz de sanar las heridas de Fernanda era Nicolás, su hijo.
Desperté sobresaltada, el sol entraba en mi habitación pero era temprano, por eso me sorprendió que un sábado a esa hora Nico estuviera despierto, entro sonriendo a mi habitación
-Nico que pasa, estas bien?- pregunte mientras terminaba de despertarme
-Tengo una sorpresa para vos mama- detrás de el aparecio el ramo de flores más grande que vi en mi vida. Fernanda se asomo por detras de las flores, sus ojos brillaban con intensidad, sonreia y sus hoyuelos habían vuelto a aparecer en sus mejillas
-Te amo mi amor, gracias, gracias por aceptar el "paquete completo"- me dijo mientras se acercaba a besarme
No cabía en mi de felicidad, hasta que me di cuenta de un pequeño detalle
-Fer, esta Nico- dije asustada, buscando a nuestro hijo que nos miraba sonriendo y supuestamente no sabía que sus mamas estaba enamoradas
-Hay mama por favor- dijo con cara de fastidio. -Fernanda por favor pedile que se casen ,así nos vamos los 3 a Disney Word.- mientras se iba de la habitación, decía que los grandes siempre eran complicados etc. etc.
Mientras Fernanda y yos nos miramos con sorpresa y nos echamos a reír hasta q nos dolieron las costillas
De pronto Fernanda se puso seria y clavo su mirada verde esmeralda en mi
-Sra. Luciana, mi hijo me ha pedido que te proponga casamiento, y no puedo decepcionarlo- una media sonrisa asomaba en su cara
-Por eso queres casarte conmigo, porque te lo pidió Nicolás?-
-No pesada, quiero casarme con vos porque te amo, porque sos la mujer que siempre soñé, sos mi otra mitad, sin vos nada tiene sentido y no me da miedo aceptar tu amor, siento que lo sabes todo de mi, y aun así me aceptas, comprendes y acompañas. Me haces feliz, me siento amada y por primera vez no me molesta, al contrario mi corazón desborda felicidad y amor por vos. Ahora, por favor Sra. Luciana, conteste con todas sus letras: Acepta casarse conmigo?-
-Obvio que SI mi amor, nada me haría mas feliz- le decía mientras la besaba apasionadamente.
-Fernanda, solo una pregunta, Me amas? - le pregunte sonriendo
-Siempre mi amor, siempre-
Juntas nos levantamos y fuimos en busca de nuestro hijo, teníamos una boda y viaje que planear, y no había tiempo que perder.
FIN
Quiero agradecer a todos los que en este tiempo me escribieron a mi mail o comentaron el relato, y a los que no lo hicieron tambien. De verdad es una gran caricia al ego leer su comentarios tan cariñosos y las criticas siempre tan respetuosas. Espero no haberlos defraudado, y si asi fue, les pido disculpas.
En especial quiero agradecer a mi amiga de Tamaulipas, gracias por tu amistad, por tu cariño, y por siempre estar ahi. Gracias Amiga!!!
Y por ultimo, pero no por eso menos inportante, quiero agradecerle a la persona a la que dedique este capitulo, mejor dicho a su dueña, porque es la dueña de mi corazon, la mujer de la cual estoy profundamente enamorada, que me hace feliz y acaricia mi alma. Es mi amor y es mi mejor amiga.
Te amo C, Siempre!!!!!