El taxista me hizo su puta 4

el que estaba atrás volvió a empujar despacio su verga, hasta que la sentí toda dentro de mi anito, entonces el que estaba debajo, me clavo toda su verga en mi conchita

EL TAXISTA ME HIZO SU PUTA IV

Después de que el taxista salió, me sentí prisionera de mis propios deseos y de las circunstancias a las que por "Jugar" había llegado, si bien me sentía satisfecha física y sexualmente, empecé a repasar todo lo que me había venido sucediendo en el último año en mi vida desde que empezamos a "jugar" con mi esposo (Situación que les comente en mi relato: COMO EMPEZAMOS A JUGAR) , es increíble como mi vida sexual, mis deseos y mi misma concepción de la moral habían cambiado en el último año.

Ahora yo estaba ahí, en manos del taxista, entendí que solo tenía dos caminos, contarle todo lo que había sucedido en los últimos dos viajes, los anteriores días con el taxista y los guardias a mi esposo, o simplemente dejar que el taxista me trate como su puta, y seguir follando con quienes el quiera y ahora donde el quiera, para que mi esposo no se entere y así no vea las fotos que me sacaron.

Las imágenes de lo que había vivido en los últimos días pasaban una y otra vez por mi mente como una película ya no de erotismo, sino mas bien de esas películas pornográficas, donde yo era la protagonista, pero protagonista de esta mi nueva realidad sexual.

Me eche a dormir, dormí un buen tiempo, hasta que el teléfono me despertó a las 9:30 de la noche, era el taxista para decirme que me prepare muy sexy y como la señora que era, porque el quería llegar al bar de su compadre con una señora y no con una puta cualquiera, pero que ahí tenia que trabajar de puta y atender a por lo menos unos cinco clientes, y que solo así el no le haría llegar las fotos a mi esposo y me prometió que después de eso las borraría, antes de colgar me dijo que me recogería en una hora y colgó.

Esa llamada me devolvió a la realidad, me inundaron sentimientos de miedo, miedo a lo desconocido, inicialmente me reproché por todo lo que había hecho los últimos días, pero un morbo incomprensible empezó a inundarme, el hecho de ir a un bar en la periferia, y ser deseada y saber que pagarían por follarme, empezó a despertar en mi un sentimiento extraño de deseo, mi conchita y mis pezones reaccionaron inmediatamente, mis pezones se endurecieron y mi conchita vibró de deseo.

Me quede ahí, estuve así meditando, mi lucha era entre el deseo de experimentar nuevas sensaciones o parar de una vez lo que me parecía una locura, repasaba mentalmente todo lo que había estado haciendo con mi vida, mi vida controlada ahora por mi deseo sexual, me recosté en la cama como autómata, intentaba convencerme a mi misma que sin importar las consecuencias ya nos seguiría y le diría al taxista que podía mostrarle si quería las fotos a mi esposo.

Los pensamientos me retuvieron hasta las diez de la noche, no se que fuerza me impulso, pero cuando dieron las diez en el reloj, me levante como autómata, había ganado mi deseo, me di un baño rápido y empecé a alistarme, escogí una tanguita de encajes, un sostén transparente, me coloque el vestido rojo que el taxista me había dicho, miraba de rato en rato la hora, llegaron las 10:30, yo estaba lista, nerviosa, pero con un deseo incontenible de salir y saber que me esperaba, me mire al espejo, no me vi, …vi a una mujer decidida a todo por seguir recibiendo mas y mas placer.

Llamaron a la puerta del garaje, vi por la ventana, era el taxista, mis senos se endurecieron y mi conchita palpito, ya no tenía ninguna duda, estaba dispuesta a ser esa noche una vez mas la puta del taxista.

Entre al taxi al asiento de atrás, el taxista no dijo nada, simplemente partió, ya cuando estábamos lejos del hotel, paro a un lado de la calle, y me dijo que estaba linda y sexy, y que por como estaba esa noche haría que paguen mas por follarme y que les doblaría la tarifa, yo no dije nada.

El taxista estiro su mano hasta mis piernas, empezó a acariciarlas, fue subiéndolas hasta tocar mi conchita, al sentir el encaje de mi tanguita, levantó mi vestido, creo que la visión lo excito, me dijo que estaba rica y que quería culearme ahí mismo, yo no decía nada, entonces empezó a acariciar mi conchita por encima de mi tanguita, sentí como mi conchita se iba mojando por la excitación, el taxista separo mi tanguita a un lado, yo abrí mis piernas para facilitar lo que estaba haciendo, entonces hizo a un lado mi tanguita y paso a masajear mi clítoris directamente.

El taxista volcó su cuerpo totalmente hacia atrás, no paraba, de meterme mano y acariciar mis piernas, empezó a masturbarme metiendo uno de sus dedos en mi conchita, mi excitación crecía y crecía, entonces empezó a decirme que realmente era un perra arrecha, y que me haría la puta mas deseada de Santa Cruz, yo seguía callada, cerré los ojos y empecé a disfrutar de la situación, empecé a gemir bajito diciéndole que continúe así suavecito, poco a poco sus caricias fueron subiendo, mi vestido ya estaba levantado hasta mis senos dejándolos libres, yo busque su verga, y asi, aún sobre su ropa, pude tocar esa verga que tanto placer me daba.

Yo ya estaba con deseos locos de sentirlo nuevamente dentro mio, entregándome a ese placer de sus caricias, pero unos golpes secos en la ventana del taxi me volvieron a la realidad, abrí mis ojos y me encontré con la cara de dos guardias de seguridad de la zona, uno de ello abrió la puerta de adelante y entro, diciéndole al taxista que teníamos que acompañarlos a la estación de policía porque estábamos cometiendo actos reñidos contra la moral.

Yo les dije que no, que por favor no, y que les pagaríamos, el guardia se molestó y me dijo que eso tendría que repetirlo en la estación de policía, quise decir algo mas, pero el taxista se acercó al oído del guardia y le dijo algo, que hizo que el guardia gire a donde yo estaba y me mire con lujuria, luego el guardia bajo y se acerco al otro, luego ambos se alejaron del auto y el taxista partió, empezó a ir por unas calles vacías, hasta que llegamos a una especie de campo deportivo, el mismo estaba totalmente oscuro y desierto, entonces me volvió el temor, vi que el auto de seguridad paro al lado del taxi, el taxista hizo una seña a los guardias, y los dos bajaron.

El taxista se paso al asiento de atrás, y empezó a meterme mano entre mis piernas, me dijo que había acordado con los guardias que nos dejaría ir a cambio de que me culearían ahí en el auto, y que solo así no nos llevarían hasta la policía, le dije que no, que yo le iba a dar dinero para que les pague y que nosotros volvamos al hotel, entonces el taxista me dijo que si prefería ir a la policía, y ser denunciada, porque los guardias aceptaron no llevarnos solo con la condición de culearme y que si yo no quería, entonces sería peor, porque si llegábamos hasta la policía, de eso con seguridad se enteraría no solo mi esposo, sino que la noticia podía llegar mas allá, además, me dijo, putita, estos serán tus primeros clientes.

Yo le decía que no, o que vayamos al hotel y que ahí podrían entrar ellos, pero que ahí era peligroso, el me decía que tendría que ser ahí, y ya no había ningún peligro, y sin quitar su mano de entre mis piernas, las abrió, y metió su cabeza directo hacia mi conchita y empezó a chupármela, sabiendo que eso me enciende completamente, la situación y la lengua del taxista en mi conchita empezaron a excitarme, quise ocultar mi deseo, pero no pude, su boca en mi conchita sacaron un gemido de puro placer de mi boca, y sintiendo mi excitación en su boca, el taxista me obligo a echarme en el asiento del taxi.

Ahí echada a su disposición, levanto mi vestido y me saco la tanguita, luego se acomodo entre mis piernas, sentí que saco su verga, le pedí que se colocará su preservativo, entonces me repitió que eso era para los clientes, y que el era ahora mi dueño, mi amo, y sin mas, así sin preservativo, empezó a metérmela.

Su verga gruesa y dura se abría campo en mi conchita, le dije que me la clave toda de una vez que quería sentirla toda, el no me hizo caso, quería enloquecerme de placer, me metía un poco y se detenía, luego otro poco y nuevamente se detenía, yo intentaba mover mi cuerpo para sentirlo todo dentro, pero el no me dejaba.

Siguió así en ese juego enloqueciéndome mas y mas de deseo, hasta que me la clavo toda, esto me saco un gemido de placer, empezó a moverse para excitarme aún mas, olvide las circunstancias y todo y me entregue a ese loco placer, el se detuvo, le pedí que continuara, pero entonces viéndome así excitada, y llena de deseo, se levanto y me dijo que era hora de trabajar, así con la puerta abierta llamo a uno de los guardias, le paso un preservativo y le pidió que sea cuidadoso y que no manche el vestido porque me estaba llevando a una fiesta.

El guardia se acerco a donde estaba, empezó a acariciar mis piernas y fue subiendo sus manos hasta mis senos y paso a acariciarlos, mientras lo hacia decía que estaba linda y que mi piel era suave, bajo su pantalón, se colocó su preservativo, separo mis piernas, y sin mas se hecho sobre mi, y empezó a follarme, su verga era pequeña en comparación a la del taxista, pero sus movimientos violentos volvieron a despertar mis deseos, y aumentar mi excitación, comencé a jadear de placer, eso lo excito mas porque sentí que su verga aumentaba mas y mas su dureza dentro mío, aumento su ritmo hasta que termino, ni bien se levanto, el otro policía se acomodó entre mis piernas y empezó a follarme.

Este era mas corpulento, su verga era delgada, pero increíblemente larga, porque empezó a meterme poco a poco, y parecía que nunca terminaría de entrarme, cuando me metió toda, tuve una sensación diferente, me sentí llena, parecía que me había atravesado toda, luego saco hasta casi creo la mitad y entonces empezó a moverse en un mete y saca rítmico, pero yo quería sentir nuevamente esa sensación de tenerlo totalmente dentro mío, lo tome de las caderas y lo guié hacia mi, el entendió y me la metió toda de una sola vez, eso hizo que suelte un gemido de placer, me pregunto si me gustaba así, le dije que si, que me meta toda, entonces casi sin separarse y teniéndola toda su verga dentro mío, volvió a moverse mas y mas rápido hasta que lo sentí terminar, se levanto agarrando su preservativo, hablaron algo con el taxista y se alejaron a un lado.

El taxista entro al auto, me dijo que todo estaba arreglado, sin darme tiempo a nada, volvió a acomodarse entre mis piernas y se acomodo entre mis piernas y volvió a clavarme su verga, el taxista si sabia enloquecerme de la forma en como me folla, entonces empecé a pedirle mas y mas, le pedí que me llenara con su semen, el me decía que si quería su leche, yo le decía que si, entonces me decía que le diga que yo era su puta, le decía que era su puta, pero que no pare que termine dentro mío, entonces se detuvo, se levanto y me dijo que era hora de trabajar, le pedí al taxista que por favor volvamos al hotel y que ahí yo haría lo que el quiera, pero que ya no sigamos con lo del bar de su compadre, no me escucho, me dijo que había prometido llevarme y que así lo haría, tomo mi tanguita y me dijo que me la ponga, porque sino iba a parecer una puta y se rió.

Llegamos al bar, la música se escuchaba suave, el taxista estaciono su auto a un lado, luego abrió la puerta y me tendió su mano para ayudarme a bajar, una vez mas le pedí que nos marchemos, si bien la situación me excitaba, pero al mismo tiempo empecé a sentir cierto temor, y peor aún después de lo que pase minutos antes con los dos guardias.

El taxista simplemente me tomo del brazo con firmeza, y me dijo que era hora de trabajar, y que no me preocupe, que el estaría siempre presente mientras me culeen para que nadie se propase, y así agarrando mi brazo me condujo al interior hasta una mesa en un rincón, pero con vista directa desde el mesón de atención.

El bar estaba semi vacío, solo pude contar unos seis hombres, mas unos dos que atendían, que cuando me vieron entrar empezaron a mirarme como para desvestirme con sus miradas, el taxista pidió una cerveza para el, y un refresco para mi, pasaron unos minutos en esa situación, entonces se acerco el dueño del local, el taxista se paro para saludarlo diciéndole compadre, su compadre se me acerco, me dijo que era una mujer muy linda, yo solo sonreí, el dueño y el taxista hablaron algo susurrando, luego el compadre del taxista se acercó donde estaban los hombres, y entonces empezó un moviendo entre los hombres, unos movieron al centro del local la mesa de billar, otros cerraron la puerta, yo agarre nerviosa la mano del taxista, el me dijo que me quede tranquila, que solo estaban ordenando las cosas para cerrar el bar.

El taxista guió su mano entre mis piernas y empezó a acariciar mi conchita, pasando a masajear mi clítoris, pero al ver mi nerviosismo, me tomo de la mano y me llevo a un cuarto al lado donde estaban guardadas unas cajas de cervezas y otras cosas, entonces me hizo inclinar contra una mesa que estaba a un lado de la puerta y metió su cabeza entre mis piernas y paso a chupar mi conchita.

Así parada y apoyada contra la ventana, con las piernas separadas, el taxista chupaba mi conchita, el sentirlo chupando mi conchita, despertó en mi nuevamente el deseo de tener su verga clavada en mi conchita, mi cochita se lleno de los jugos de mi excitación, entonces el taxista se levanto, subió mi vestido hasta la altura de mis senos, hizo a un lado mi tanguita y así desde atrás colocó su verga en la entrada de mi vagina, yo instintivamente levante mi traserito y abrí mis piernas, el taxista empezó a follarme, mientras recorría mi cuerpo con sus manos, me decía putita rica, arrecha, rica, yo me empecé a excitar aun mas y mas, mientras me metía y sacaba su verga, con una mano acariciaba mis senos y con la otra masajeaba mi clítoris, nuevamente me clavada fuerte su verga en mi conchita, lo que me arrancaba gemidos de placer, de donde estábamos follado, por una ventana pequeña que daba al salón se veían algunos hombres, me decía que todos esos hombres me iban a culear, y que yo hiba a ser su puta, mi excitación era tal que le decía que si, mientras me decía eso, no dejaba de follarme.

Su ritmo de mete y saca en mi conchita con su verga gruesa y enorme, me estaba dejando loca de placer, que junto a las circunstancias de la situación en la que estaba, eran una mezcla de deseo loco e incontrolable, empecé a gemir y a pedirle que no pare, que quería su semen inundándome, entonces el taxista me decía que le diga que yo era su puta, empecé a decirle que era su puta, me pedía que le diga una y otra vez mientras me follaba en esa posición, yo ya sin control ni pudor, le decía que era su puta y repetía todo lo que el quería que le diga, en esa situación tuve un orgasmo increíble que me hizo temblar de placer.

El taxista, paro, saco su verga, yo estaba descontrolada, solo quería sentir su verga, retrocedí para que me la meta nuevamente, pero el bajo mi vestido y me dijo: Putita es hora de trabajar, sin mas me tomo del brazo fuertemente, y me llevo al salón, el salón ahora estaba casi oscuro, solo lo iluminaba una pequeña lámpara sobre el mesón, ahí, junto a la mesa de billar estaba solo el dueño del bar, su compadre, entonces con delicadeza el taxista me subió sobre la mesa de billar, y luego subió el también sobre la mesa de billar y soltó mi vestido, este cayo dejándome solo con mi tanguita y brasier, yo instintivamente intente tapar mi cuerpo con mis manos, el taxista sonrío y mirando al dueño, le dijo: ahora la dama esta lista para que se la culee compadre.

El dueño del bar colocó una sabana sobre el tapete verde de la mesa de billar, el taxista me quitó el sostén y la tanguita y me hizo echar, luego subió el dueño del bar, bajo su pantalón, el taxista le paso un preservativo, este se lo colocó, levanto mis piernas y empezó a follarme, cerré mis ojos, mientras el dueño del bar me follaba, sentí que unas manos empezaron a tocar mis senos, y luego otras mis piernas, abrí mis ojos y vi que mientras uno me follaba, habían otros dos que me metían mano, mire al taxista como pidiéndole ayuda, pero solo me sonrió.

Luego entre los tres me giraron, el dueño se echo de espaldas y me hicieron sentar sobre su verga, los otros dos se colocaron preservativos que el taxista les paso, uno se colocó a la altura de mi boca y tomando mi cabeza la llevó al encuentro de su verga, toda esta locura sexual me tenía al borde del clímax, me sentía totalmente excitada, ya nada me interesaba, me olvide de mis restos de pudor de momentos antes y me deje llevar por las circunstancias, estaba como drogada por deseo de sentir placer.

Abrí mi boca y por primera vez, asi sea con preservativo, empecé a chupar la verga de otro que no sea la de mi esposo, el otro hombre se paro detrás mío y empezó a masajear mis senos, bajaba y subía sus manos por mi cuerpo, luego se inclino, y mientras yo le chupaba la verga al de adelante, y el dueño del bar me follaba la conchita, el hombre de atrás me hizo inclinar un poco, y apoyando su verga en mi traserito paso a masajear mi clítoris, sin dejar de chuparle su verga al que estaba delante, empecé a gemir, el que estaba abajo aumento el ritmo de su follada, entonces el taxista se acerco, y así desde donde estaba paso a meterme mano, yo empecé a pedir que no paren que sigan.

Viendo el grado de mi excitación, el taxista empezó a pasar una crema en la entrada de mi traserito, luego empezó a meterme un dedo así lubricado en mi anito, al principio quiso dolerme, pero la excitación pudo mas y lo deje hacerlo, después entendí que ese fue mi error, porque el taxista al que estaba detrás de mí le dijo que yo ya estaba lista, pero que sabia cuanto costaba comerme el culo, al entender lo que iba a pasar, quise levantarme, pero entre el que estaba debajo y el del frente me sostuvieron y me obligaron a doblar mi cuerpo hacia delante dejándole al que estaba atrás todo mi traserito a disposición.

El hombre que estaba detrás mío, paso un poco mas de crema por mi anito, y empezó a meterme su verga, entendí que estaba presa en esas circunstancias, así que decidí relajar mi traserito para que no me lastime, su verga de a poco fue entrando, sentía que me estaba abriendo toda, entonces el que estaba echado empezó a moverse despacio para aumentar mi excitación, mi culito empezó a dolerme, les pedí que paren, entonces el taxista subió a la mesa, hizo a un lado al que estaba delante mío y colocó su verga delante de mí, yo lo mire y le dije que no, que por favor ya no que me estaban lastimando, entonces, sin mas, tomo mi cabeza y me hizo meter su verga en mi boca, no se porque, pero el sentir la verga gruesa y dura del taxista provoco en mi un deseo increíble de mas y mas.

Empecé a chupar su verga, nuevamente era algo nuevo, chupar esta verga que tanto placer me daba sin preservativo, despertó en mi una excitación loca, creo que todos la sintieron, porque el que estaba atrás volvió a empujar despacio su verga, hasta que la sentí toda dentro de mi anito, entonces el que estaba debajo, me clavo toda su verga en mi conchita, esto me provoco un gemido de placer y dolor, los dos empezaron a meter y sacar sus vergas, uno me follaba mi conchita y el otro mi anito.

Al principio sus movimientos eran torpes, pero después lograron coordinar sus movimientos, lo que me obligo a dejar de chupar la verga del taxista , agacharme mas, y empezar a disfrutar de esta doble follada, sentía que me estaban partiendo por la mitad, pero al mismo tiempo me sentía increíble de poder recibir esas dos vergas al mismo tiempo, pase a gemir de placer y pedir mas y mas, hasta que llegue a un orgasmo fantástico, entonces los dos terminaron casi junto, esto me provocó un nuevo orgasmo.

Los dos se levantaron, quise correr de allí, pero el tercero que aun no me había follado, tomo un nuevo preservativo, levanto mis piernas y me clavó su verga de un solo golpe, no tardo mucho, talvez lo que había presenciado lo había excitado demasiado, porque termino rápido, el taxista me tapo con mi vestido mientras se alejo con los tres hombres hacia donde estaba la lámpara en el mesón.

Mientras arreglaba mi ropa, empecé a sentir el dolor de la penetración en mi traserito, parecía que me hubiesen abierto por la mitad, el dolor si bien no era fuerte, pero era agudo, era un dolor mezclado con placer. Vi como los tres hombres le entregaban dinero al taxista, este después de cobrarles, se me acercó, me tomo del brazo y me llevo a su taxi, yo no decía nada, subí al taxi y me recline en el asiento, debo confesar que me sentí inundada por el remordimiento de haber llegado a donde había llegado, el taxista me paso su celular y me dijo que podía borrar las fotos, que ya le había pagado, en el camino al hotel empecé a mirar y a borrar las fotos de la follada con el negro y el otro guardia del hotel.

Mientras volvía a mirar esas fotos y las iba borrando, mi conchita volvió a palpitar, sabía que no estaría satisfecha hasta no sentir la verga y el semen del taxista en mi conchita, pero no quise decir nada, llegamos al hotel, el taxista metió su mano entre mis piernas, yo lo deje hacerlo, el entendió que quería que me follara, entro conmigo por el garaje al apartamento, subimos al dormitorio, me quito el vestido, mi sostén y mi tanguita, y me hizo colocar al borde de la cama.

En esa posición quiso meterme su verga, le dije que use preservativo, me dijo una vez mas que eso era para los clientes, que el era mi dueño, y sin mas me la clavó así. El sentir su verga, esa verga gruesa y potente, me enloqueció de placer, empecé a pedirle mas y mas, el taxista no se hacía rogar, mientras me follaba me empezó a decir que era una puta arrecha, yo le decía que si, pero que el era el que me había vuelto así arrecha, me decía que era su puta, yo le decía que si.

Mientras me follaba no paraba de acariciar mi cuerpo, me dijo que era su esclava, yo le decía que si, pero que no pare, hizo que me coloque frente a el, me tomo de los hombre e hizo que me agache y guio mi boca hacia su verga.

Abrí mi boca y empecé a chuparla, sentir ese pedazo de carne que tanto placer me daba en mi boca fue algo increíble, besaba su verga, pasaba mi lengua por su glande y nuevamente la metía a mi boca y volvía a chupársela, el taxista esta vez gemía de placer, me decía que pare que lo iba ha hacer terminar, yo seguía y seguía, era un placer increíble.

Era algo diferente, un placer diferente, pero yo misma me detuve, sabia que quería sentirlo terminar dentro mío.

Me hizo echar en la cama, levanto mis piernas sobre sus hombros y me clavo su verga, me dijo si quería que me de su leche, yo le decía que si, que quería sentir y llenarme de su leche.

Sin parar de follarme, el taxista empezó a preguntarme si me había gustado ser culeada por los dos tipos al mismo tiempo, yo le decía que si, me decía que si iba a seguir siendo su puta, yo le decía que si, pero que no pare, el escucharme decirle todo eso aumento su excitación, porque empezó a meterme con mas fuerza, lo que me hizo tener un orgasmo increíble.

Me dijo que quería comerme por atrás le dije que otro día porque esta todavía adolorida, pero que no pare, el continuó con ese ritmo alucinante, paraba a momentos, yo lo tomaba de sus caderas y lo jalaba dentro mío, me decía que le pida mas, entonces yo le decía que me folle, que no pare, el empezó a meterme mas y mas, se movía mas y mas rápido dentro de mi, hasta que lo sentí terminar, sentí como su semen caliente inundaba mi conchita, esto me provoco un estremecer de placer tan fuerte que casi me desvanecí.

El taxista se levanto, entro al baño, mientras lo hacia, yo me tape con las sabanas, el taxista salió ya arreglado, me dijo que lo llame para repetir la culeada, yo no le respondí, estaba satisfecha, adolorida en el cuerpo, con nuevos remordimientos en mi mente, pero satisfecha sexualmente.

El taxista salió, yo entre a bañarme, me aliste para dormir, me mire al espejo, nuevamente vi a otra mujer, sonreí, si bien estaba con remordimientos y con el cuerpo adolorido, pero estaba consiente, que esta locura de ser la puta del taxista me volvía loca de placer.

AUTOR:dosxdos EMAIL: dospordos2006@yahoo.com