El taxista me hizo su puta 3

Apoyo su verga en la entrada de mi conchita, empujo, pese a mi excitación y a lo mojadita que estaba, parecía que realmente no podría entrar, el negro movió su cuerpo y la cabeza de su verga entro

EL TAXISTA ME HIZO SU PUTA III

Después de todo lo que me sucedió las dos noches anteriores (Situación que les comente en mi anterior relato EL TAXISTA ME HIZO SU PUTA 2), desperté esa mañana temprano, tome un buen baño y me preparaba para vestirme y alistar mi maleta para viajar a medio día de retorno a casa, mientras alistaba mi equipaje sonó el teléfono, era mi esposo para decirme que las cosas en el trabajo de campo estaban arreglándose, y que resolver todo en el campamento le tomaría ese día mas y que con seguridad volvería al día siguiente o mas tardar a la mañana del subsiguiente, y que le gustaría que cambie mi pasaje para que nos tomemos unos dos días de descanso en Santa Cruz, y que me compensaría por dejarme sola en el hotel.

Colgué el teléfono, y llame a la aerolínea para cambiar la fecha de mi pasaje, ya mas tranquila y sin ningún apuro, empecé a desempacar, mientras lo hacia llamó nuevamente mi esposo y después de pedirme que lo ayudara a realizar unos asuntos en un par de empresas, comenzó a decirme que me quería, y que me deseaba con locura y me decía con detalles todo lo que me estaría haciendo si estaría en el hotel conmigo, esto empezó a excitarme, hasta que tuvimos que colgar.

Me coloque una bata delgada debido al calor que ya se empezaba a sentir, además del calor y excitación en que me había dejado mi esposo, gire y me vi frente al espejo de cuerpo entero del vestidor, así solo con bata, contemple mi cuerpo, abrí un poco la bata dando lugar a mis senos, los toque, baje mi mano hasta mis piernas, y empecé a subirla separando la bata para dejar ver mi tanguita de encajes que vestía, sin querer separe mis piernas y empecé a acariciar mi sexo que aún estaba mojado por las palabras de mi esposo, y automáticamente pase a acariciar con mi otra mano mis senos.

Mientras empezaba inconscientemente a masturbarme, las palabras de mi esposo y las imágenes de las locuras que hice los dos días anteriores empezaron a pasar por mi mente, pare y volví a mirar mi cuerpo, me gusto lo que vi, pese a mis treinta y dos años vi la imagen de una mujer llena de vida y de deseos de sentir y dar placer, volví a tocar y acariciar mi cuerpo, me acerque a la ventana, y vi allí parado por la puerta del garaje a uno de los guardias que me había follado la noche anterior, eso me provoco un estremecer de deseo, lleve mis manos a mi conchita, empecé a acariciarme, pase a tocar mis senos, mi cuerpo, continué hasta estar completamente mojada de deseo.

Nuevamente el deseo me llevó a perder el control de mis actos, solo quería sentir placer, no me importaba como, ni con quien. Así como estaba solo de bata, me acerque al balcón que da al garaje, lo abrí con fuerza intentando llamar la atención del guardia, y lo conseguí, el ruido de la puerta al chocar con la pared hizo que el guardia mire hacia el balcón donde yo estaba.

La visión de mi cuerpo era clara, mi bata transparente contra la luz del sol, prácticamente era como si yo estuviese desnuda, el guardia miro hacia donde yo estaba y se encontró con esa imagen, lo vi mirar hacia arriba y mantenerse así unos segundos, luego y como ellos tienen las llaves de las puertas que dan a la calle, entro al garaje del apartamento, y desde allí me saludo, yo conteste a su saludo con una sonrisa y abrí un poco mis piernas, dándole una vista perfecta de mi desnudes desde donde estaba, disimuladamente solté el cinturón de la bata, lo que hizo que esta se abriera casi completamente, dejándole una visión aún mas clara de mi cuerpo semi desnudo.

Un ruido en el garaje del apartamento de al lado me volvió a la realidad, di un paso atrás y cerré la puerta del balcón, me asuste, pero sonreí pícaramente por lo que acababa de hacer, quise recomponerme, pero entonces sonó el teléfono, era el guardia, empezó a decirme que lo disculpe pero no podía dejar de pensar en que me había visto, y que estaba mas linda que de costumbre, y que quería volver a culearme, y que si para hacerlo era necesario que primero el llame al taxista para que le pague, le dije que no, …no me dio tiempo a decir nada mas, el colgó, me dejo con las ganas de decirle que yo no era la puta del taxista.

Creo que no paso ni un segundo y llamaron a mi puerta, baje así de bata, mire por la ventana, era el guardia, me pare, pensé en ignorar sus golpes a la puerta, pero el deseo de placer aún estaba vivo en mi cuerpo, me deje llevar por mis deseos de sentir placer, abrí la puerta, el guardia entro, sin decir nada le di la espalda y subí al dormitorio, el guardia me siguió, en cuanto entramos al cuarto, me tomo desde atrás y empezó a acariciarme, libero mi cuerpo de la bata, mi conchita quería verga, le indique el velador, el entendió, sacó un preservativo, yo me doble hacia delante y me apoye en la cama dejándole mi cuerpo a su disposición.

Sentí la dureza de su verga en la entrada de mi conchita, instintivamente retrocedí para sentirla dentro, el guardia entendió que deseaba sentirlo dentro, y empezó a empujar su verga, mientras me agarraba de las caderas, luego hizo un movimiento y me la clavo de un golpe, eso me saco un gemido de placer, escucharme lo incentivó y paso a acariciar mis senos y mi cuerpo sin dejar de follarme, me pregunto si me gustaba, le dije que si.

Su verga me estaba dando el placer que necesitaba, me metía con tal energía, que cuando paraba yo le pedía que siga, me dijo que si no quería que venga el otro guardia mas para continuar, le dije que no, el continuó follándome, luego hizo que me eche en la cama, abrió mis piernas, las colocó sobre sus hombros y volvió a clavarme su verga, en esa posición pude sentir lo larga y dura que era, parecía que su verga atravesaba todo mi cuerpo, el guardia se movía de una forma tan deliciosa que me hizo tener mi primer orgasmo.

Al sentirme gemir de placer y pedir mas y mas, mientras me metía y sacaba su verga a un ritmo loco, besaba mis senos y me decía que era rica y que era la mejor hembra que se había culeado, luego, el paro y volvió a colocarme al borde de la cama. Me la metió en esa posición, yo estaba enloqueciendo de placer, entonces me dijo si quisiera que un negro con una verga grande me culee, le dije que no, pero el volvió a decirme que había un guardia nuevo brasilero que tenia su verga enorme y que con lo arrecha que yo era me iba a dejar satisfecha, me decía eso sin dejar de follarme y de acariciar mi cuerpo, estaba tan excitada que le dije que si, que lo llame, sin sacar su verga de mi conchita, tomo con una mano el teléfono y hablo primero con alguien, luego le dijo supongo al negro donde estaba la fiesta, el guardia volvió a moverse mas y mas, hasta que lo sentí terminar, sentirlo terminar hizo que yo tenga un nuevo orgasmo y termine con junto con el.

Me eche y cubrí mi cuerpo con las sabanas, estaba satisfecha, el guardia mientras se arregla la ropa, me dijo que era una mujer muy linda muy caliente, saco de su bolsillo dinero y un papel, y anoto su número de celular, dejo el dinero sobre el velador, yo no decía nada, no sabia que decir, entonces llamaron a la puerta, le dije al guardia que ya no quería que entre su amigo, que despache a su amigo, el no dijo nada, bajo y al rato volvió con el negro, era un hombre de unos 40 años, me miro y dijo que estaba muy linda, y como si nos conociéramos de siempre sin mas, se acercó a la cama, separó la sabana que me cubría y metió su cabeza entre mis piernas, empezó a mover su lengua en mi conchita de tal forma que la excitación me volvió en segundos, y me enloqueció de deseos de tener su verga dentro mío, yo empecé a gemir de placer, le decía basta, que me estaba desesperando, pero era eso lo que el quería, quería desesperarme de placer para tenerme a su disposición.

Sin parar de chupar mi conchita, fue quitándose la ropa, su cuerpo oscuro en contraste con el mío, no se porque, pero ese contraste me excitaba aún mas, cuando se quito toda la ropa, levantó su cuerpo y llevó mi mano a su verga, al tenerla a mi mano, esta me paralizó, y lleve mi vista a su verga, era aún mas grande y gruesa que la del taxista, me asuste, le dije que no iba a aguantar y que era muy grande y que no me iba a poder entrar.

Sin decir nada, continúo chupando mi conchita, era un verdadero maestro en hacerlo, chupaba mi conchita y a momentos me follaba con su lengua, mi excitación era tan fuerte que casi convulsionaba, ya no me importo el tamaño descomunal de su verga, solo quería tenerlo dentro y apagar así esa desesperación de ser follada.

El con delicadeza, me acomodo al medio de la cama, y mientras levantaba mis piernas sobre sus hombros me decía: Princesa voce vera que cabe sim, com jeito cabe sim, a señora probara o verdadeiro placer, se colocó el preservativo que por el tamaño de su verga parecía que iba a reventar, luego guió su verga a la entrada de mi conchita, yo tenía miedo, pero al mismo tiempo quería sentir esa verga de una vez entrando y enloqueciéndome de placer.

Apoyo su verga en la entrada de mi conchita, empujo, pese a mi excitación y a lo mojadita que estaba, parecía que realmente no podría entrar, el negro movió su cuerpo y la cabeza de su verga entro, me provocó un gemido de dolor, el paro y empezó a acariciar mis senos y mi clítoris, mi conchita se acostumbro al tamaño, al sentirme mas relajada, el negro empezó a empujar su verga despacio, era increíble, sentía que me estaba partiendo en dos, el negro metía un poco, y sacaba un poco, para luego meterla un poco mas, y así me iba metiendo mas y mas, al rato pregunte si ya había metido toda su verga, el me dijo que aún faltaba casi la mitad, no creí, lleve mi mano a mi conchita, y pude comprobar que aún faltaba bastante por entrar.

Quise decir algo, pero el negro continuó metiéndomela despacio, hasta que me la metió toda, luego empezó a follarme delicadamente, yo pase a gemir de placer, eso le dio ya seguridad y entonces la saco casi hasta la mitad y me la metió de un solo envión, ya no solo gemí, esta vez grite, entonces, el negro ya con su verga toda dentro mío, empezó a moverse, el dolor en mi conchita se convirtió en placer, empecé esta vez a gemir de placer.

El negro se movía metiendo y sacando su verga de una forma maravillosa, luego paraba, masajeaba mi clítoris con su verga clavada en mi conchita, lo que me hacia pedirle que pare, que deje de masajear mi clítoris que me desesperaba, le pedía que continúe follándome, el volvió a moverse con un mete y saca increíble, paro y entonces tomo mi celular del velador y apunto la cámara a mi conchita con toda su verga dentro, me dijo que era para que vea lo que se comió mi conchita, luego saco su verga y saco otra foto de su verga, y saco otras fotos, dejo el celular y volvió a metérmela, yo lo agarre de la cintura acompañando sus movimientos, cuando quería parar lo jalaba para dentro mío, el me decía: quente, quente, gostosa, y empezó a moverse de tal forma que me provoco un orgasmo increíble que hizo que mi cuerpo temblara de placer, lo que ocasiono que terminemos al mismo tiempo.

Se levanto agarrando su preservativo, se agacho y beso mi conchita, me dijo que era una mujer muy caliente y que había disfrutado de la follada, y que estaba a mi disposición para cuando quiera, yo solo tome las sabanas y tape mi cuerpo, estaba satisfecha, agotada, me vino un atisbo de remordimiento por mi comportamiento, pero me sentía satisfecha, me acomode en la cama mientras el negro se arreglaba la ropa y salía del departamento.

La follada con el guardia brasilero negro me había dejado agotada, tanto que me quede dormida, desperté al medio día, sentí que mis piernas estaban cansadas, mi conchita algo adolorida, tenía la sensación de haber sido abierta y partida por la mitad. Me levante y tome una ducha, mientras me bañaba repasaba todo lo que había pasado esa mañana, me parecía increíble el como me había insinuado al guardia en el balcón, y como después deje que el negro con ese tamaño enorme de verga me follara, mientras repasaba lo vivido, acariciaba mi cuerpo con la esponja con jabón, el recuerdo hacia que mis senos y sobre todo mis pezones se pongan duros, mi conchita dio atisbos de humedad, sonreí para mi misma, me sentía cada vez mas mujer, mas deseada, no tenía remordimientos como en otras ocasiones, lo había hecho todo conscientemente.

Salí de la ducha, me eche en la cama, quise recostarme un instante, pero entro el personal de limpieza del hotel, así que me coloque ropa liviana y aproveche para salir al jardín del hotel, caminé un poco y decidí salir a almorzar fuera, entre al apartamento y al entrar al dormitorio, vi en el velador que al lado de mi celular habían dos papeles, uno con el celular del guardia y el dinero que me había dejado, y otro con el del guardia negro, los tome y los guarde en mi cartera.

Quería alejarme del ruido y del centro de la Ciudad, así que le pedí al taxista que me lleve a algún lugar donde pueda comer y distraerme, me sugirió varios lugares, y como no tenía mucha hambre y lo que mas deseaba era despejarme, termine aceptando que me lleve a las cabañas del río Piraí.

Me acerque a un restaurante muy bonito, tranquilo, desde donde estaba podía ver jóvenes que se bañaban, otros grupos de chicos y chicas bailaban, pedí un refresco dietético y un picadito, mientras esperaba tome mi celular para hacer una llamada, entonces recordé la fotos que el negro había tomado, las busque, y realmente me sorprendí, la primera mostraba la verga del negro totalmente dentro de mi conchita, la segunda, me dejo impactada, era la foto de la verga del negro en toda su extensión y tamaño, pase a la siguiente, y en esa se veía la verga entrando a mi conchita, y nuevamente otra con toda la verga del negro dentro mi conchita desde otro ángulo.

Las fotos hicieron que mis senos se endurezcan y mi conchita se humedezca un poco, yo instintivamente lleve mi mano a mi conchita como para taparme, sonreí sola, la muchacha que atiende llegó trayendo mi refresco y una botella de cerveza personal, le dije que yo no había pedido cerveza, entonces me indicó una mesa donde estaban tres hombres, cuando dirigí mi vista a ellos, me sonrieron y levantaron sus cervezas invitándome a tomar, les sonreí y le dije a la muchacha que no tomaba cerveza, y que les agradezca y les devuelva su cerveza.

Mientras esperaba mi almuerzo, volví a repasar las fotos de la follada con el negro, esta visión me estaba excitando, era como si mi sexo estuviese deseando ser nuevamente abierto por esa enorme verga negra, trajeron mi almuerzo y empecé a comer, mientras lo hacía, llegaron al restaurante unos muchachos, parecían estudiantes, por lo que alcanzaba a escuchar eran brasileros, eran cinco, dos rubios, dos morenos y uno negro, el muchacho negro, era alto y fornido, y justo se sentó de frente hacia donde yo estaba.

Instintivamente al verlo dirigí mi vista hacia su pantalón para intentar adivinar el tamaño de su verga, luego busque en mi celular la foto del guardia negro, esto me provoco una inmediata humedad en mi conchita, decidí jugar un poco con el muchacho, así sentada, separe disimuladamente mis piernas, dejándole una visión directa de mi tanguita.

El muchacho que por lo visto no estaba para mucha charla, aprovechando que estaba de bermuda (pantalón corto), hizo un movimiento dentro de su pantalón mientras continuaba charlando con sus amigos sin dejar de mirar mis piernas y mi sexo, luego el se acomodo casi recostado sobre su silla, y abrió sus piernas, por una de sus piernas apareció casi libre y a la vista la cabeza de su verga negra, era tan grande como la del guardia.

Levanto su cerveza y me sonrió, yo le correspondí con otra sonrisa. Quise ver hasta donde era capaz de llegar el muchacho, disimuladamente levante un poco mas mi vestido, lo que le dio una mayor visión directa de mis piernas y mi sexo, el me correspondió dejando parte de su verga fuera de su corto, intentando taparla con una mano para que no lo vean de costado, yo lo miraba de reojo, como quien no se dio cuenta de nada, pero a estas alturas mi conchita ya estaba totalmente mojada de excitación y mis senos totalmente duros, lo que hacía que mis pezones se noten claramente en mi vestido.

Me levante y me dirigí al baño, estaba ocupado, entonces el encargado del restaurante me dijo que podía pasar al baño de su vivienda, le agradecí y así lo hice, al salir del baño me encontré con el muchacho negro en la puerta del dormitorio de la vivienda, ni bien me vio, saco su verga de su pantalón y me encaro diciéndome que era eso lo que yo estaba queriendo, no puedo negar que esa situación me excito mas aún, pero no cedí, le dije que se apartará de la puerta o llamaría a los encargados del restaurante, entonces el joven entre asustado y excitado se disculpo mientras guardaba su verga, yo me acerque, tome su mano, la lleve a mi conchita, y toque su verga sobre su pantalón, le dije, me gusto, si, pero no aquí, le dije que si quería podía buscarme en mi hotel directamente por el garaje para que sea todo discreto y le di mi número de teléfono.

Me dijo que tenia que sentirme ahí mismo así sea un poco, y metió su mano bajo mi vestido y empezó a acariciar mi conchita con una mano y con la otra paso a acariciar mi cuerpo, se escucho un ruido afuera que nos hizo separar.

Salí, pague la cuenta, tome un taxi, y me dirigí al hotel, en el camino me arrepentí de lo que había hecho, pero aún estaba excitada y con deseos de mas.

Llegue al hotel, tome un baño rápido para refrescarme y apagar mis deseos ya descontrolados a estas alturas del día.

Coordine por teléfono lo que me había pedido mi esposo y salí a realizar sus encargos, esa tarde el muchacho brasilero me llamo insistentemente hasta que decidí contestarle, le dije que lo llamaría en cuanto este libre para terminar con sus insistentes llamados, pero sus llamados, la situación del restaurant y lo vivido esa mañana no terminaban de salir de mi cabeza.

Termine de hacer todo casi entrada la noche, llegue al hotel pedí un jugo y frutas, y entre a bañarme, me recosté solo con ropa interior a modo de descansar sobre la cama mientras buscaba alguna película para ver.

En eso llamaron a la puerta, era mi pedido, me coloque una bata y baje a abrir la puerta, entro el garzón a dejar mi pedido, le dije que lo dejara en el dormitorio, y se retiro.

Nuevamente me recosté a buscar una película, mientras jugaba con el control, llegue al sector de canales restringidos para adultos, me vino curiosidad y realice el procedimiento para habilitarlo, entre a un canal de películas pornográficas, en la pantalla se veían varias opciones de películas, escogí una donde se mostraban imágenes de una pareja follando en un taxi.

Ví esa película mientras comía mis frutas y tomaba mi jugo, pero las imágenes iban haciendo que mi cuerpo empiece a reaccionar, mis senos ya estaban duros y mi conchita empezó a mojarse, tome mi celular y repase las fotos del negro follándome, la excitación empezó a tomar control de mis actos.

Busque mentalmente quien podría darme placer y apagar mis deseos, tome mi celular y llame al muchacho del restaurant, pero pese a mi insistencia, parecía que su teléfono estaba apagado, creo que las imágenes de la pareja follando locamente en un taxi hicieron que desee ser follada por el taxista, así que llame al taxista, me dijo que estaba volviendo del aeropuerto con pasajeros, pero que después pasaría por el hotel y que lo espere desnuda.

Mi excitación se había convertido en un deseo irracional de ser follada, me desnude y empecé a masturbarme, necesitaba ser follada, ya no era dueña de mi misma, necesitaba apagar mi fuego, vi nuevamente las fotos de la follada de esa mañana con el negro, esto provocó en mi un deseo loco, casi animal por sexo, recordé que tenía el teléfono del guardia negro, lo llame, me dijo que ya se estaba yendo, pero que volvería que solo tardaría unos minutos, lo espere así, excitada, desnuda.

Tocaron a la puerta, era el guardia negro, baje así desnuda, necesitaba tenerlo dentro mío, abrí la puerta así desnuda, creo que lo sorprendí, sin mas subí al dormitorio y me coloque al borde de la cama ofreciéndome, estaba descontrolada por el deseo de ser poseída, el no perdió tiempo, empezó a tocar mi cuerpo mientras me decía halagos que ya ni entendía, me hizo girar dándole la espalda, se colocó detrás de mí, bajo su pantalón, se colocó un preservativo y empezó a follarme, mientras lo hacia, termino de quitarse la ropa, empecé a sentir el grosor y vigor de su descomunal verga entrándome, separe mas mis piernas para facilitarle, yo le pedía que me meta mas y mas, era lo que estaba necesitando, era lo que deseaba.

Su verga estaba dándome un placer realmente increíble, yo gemía y gemía de placer, mientras el se movía dentro de mi conchita, saco su verga, me llevo al medio de la cama me echo de espaldas y me hizo abrir las piernas, subió mis piernas sobre sus hombros y empezó a follarme, era una locura, le decía que me meta, que me parta, que me folle, estaba descontrolada por el deseo, eso lo incentivaba de tal forma que sus movimientos se fueron haciendo mas y mas fuertes, yo gemía, le pedía que no pare, el me empezó a decir que yo era una piraña gostosa, yo le decía que si, que era todo lo que quiera pero que no pare.

El negro me estaba deleitando con su verga, hubo un ruido en la puerta, dirigí mi mirada hacia ahí, y vi parados ahí al guardia y al taxista. No me importo el placer era tal, que nada me sacaba de aprovechar ese momento y seguí disfrutando de la verga del guardia negro dentro mío, el aumento su ritmo de tal forma que me empezó a hacer nuevamente gemir de placer, hasta que terminamos juntos. Me dio un beso, yo esta vez le correspondí, me sentía satisfecha, y porque no talvez hasta agradecida por el gran placer que me dio.

No tuve tiempo de levantarme, el guardia ya estaba desnudo, le paso dinero al taxista, yo sabía que de nada serviría decir nada, el guardia se acerco, se colocó su preservativo y sin mas separo mis piernas y empezó a follarme, mientras lo hacía vi que el taxista le reclamaba al guardia negro el pago por la follada de la mañana y la de ese instante, empecé a sentir nuevamente placer, y pase a pedirle al guardia que siga que no pare, mire al taxista y vi que el negro le entregaba dinero, entonces lo escuche decir que para follarme tenían que pagar, el guardia termino, y se levanto.

Yo me tape con el cubrecama, mientras el guardia salía del dormitorio con su ropa en la mano, el taxista empezó a desvestirse, mientras lo hacia me decía que era una puta traicionera, y que estaba trabajando sin su permiso, no se porque, realmente no lo entiendo aún ahora, pero me sentía la puta del taxista, calle, el se desnudo, abrió mis piernas y quiso meterme su verga, le dije que se ponga su preservativo, entonces me dijo que eso era para los clientes, que el era mi macho, y que a partir de ese día me cogería así, y que no me preocupe, que así sin preservativo solo culeaba con su esposa y que ahora lo haría conmigo, quise evitar, pero mi resistencia era nada para su tamaño, separo mis piernas y su verga me calló, era la primera vez que alguien fuera de mi marido me follaba sin preservativo.

Sentír su verga así gruesa, dura, diferente, me excito, me dijo que le diga que era su puta, yo le decía que si que era su puta, empezó un mete y saca que me hacia dar gemidos de placer, me dijo que yo tenía que hacer lo que le diga, yo le decía que si, entonces paró y me hizo dar la vuelta, saco algo del bolsillo de su pantalón, luego entendí.

Empezó a pasar una crema por mi trasero, quise levantarme, pero el peso de su cuerpo no me dejaba moverme, estaba presa en la cama con mi trasero hacia arriba a su disposición, me dijo que me castigaría por no haberlo llamado para trabajar de puta, entonces acomodó su verga en la entrada de mi anito, le pedía que no, que su verga era muy gruesa, y que haría lo que el quiera pero que no siga, intento meterme, pero entendió que por mi temor no lograría hacerlo a menos que me lastime, bajo su verga y me la clavo en mi conchita.

Empezó a decirme que entonces esa noche tenía que acompañarlo al bar de su compadre y que tendría que atender a por lo menos unos cinco clientes si no quería que me parta mi trasero, su verga en mi conchita comenzó a enloquecerme de nuevo, yo le decía que si, que atendería a los clientes que quiera, entonces me dijo que me iba a dar su leche en mi concha, yo le decía que si que quería que me llene de su leche.

Me hizo girar nuevamente, colocó mis piernas sobre sus hombros, y volvió a meterme su verga, baje mi mano para sentirla entrándome sin preservativo, el sonreía, me decía de nuevo que era su puta, su esclava sexual, yo e decía que sí, entonces me dijo que me iba a llenar de leche, le contestaba que si, que quería que me llene toda, y después de que el taxista aumento sus movimientos, sentí que su semen inundaba mi conchita, el sentir su semen inundándome, me provoco uno y otro orgasmo, fue tan fuerte que me abrace a el casi temblando de placer.

Dueño de la situación entro a bañarse, salió, se vistió, le indique como debía salir para hacerlo de forma discreta, me dijo que era su puta, que era linda, sensual y sobre todo arrecha, y que eso a los clientes les iba a encantar, y que no me olvide que esa noche tenía que trabajar en el bar de su amigo, no dije nada, el salió y me dijo que era mejor que esa noche no le falle, o que mi esposo recibiría unas fotos de la follada de la tarde con el guardia negro y con el otro guardia, saco su celular y me mostró fotos mías follando con ambos.

Me puse colorada, le reclame porque lo había hecho, el taxista me sonrió, y me dijo: Así que putita, esta noche a trabajar y es mejor que te vistas bien, no como puta, sino como señora, para que paguen mas, con tu vestidito rojo transparente de medio día, o ya sabes el destino de las fotos, y mientras me cumplas nadie mas las va a ver. El taxista salió, yo no sabia que hacer ni que decir, me sentía acorralada en sus manos

Esa noche el taxista llamo, le pedí que esa noche no, que ya no tenía mas fuerzas para nada y que mi conchita ya estaba adolorida, entonces me dijo que al día siguiente si o si debería trabajar y cumplir con los clientes que me había buscado, le prometí que si lo haría, colgué, y me quede dormida hasta el día siguiente, estaba realmente satisfecha y saciada.

Al día siguiente desperté por la llamada de mi esposo, me confirmo que estaría de retorno esa noche, pero que llegaría al Hotel al amanecer del día siguiente, y que intente disfrutar un poco de la ciudad paseando y haciendo algunas compras.

Desayune, pedí un taxi para ir a terminar de hacer los encargos de mi esposo, la recepcionista me dijo que "Mi taxi" estaría en la entrada del departamento en unos dos minutos, tocaron a la puerta, salí y me encontré con el taxista, yo iba a decir algo, pero me saludo respetuosamente como si no nos hubiésemos visto nunca, subí atrás y le di la dirección de donde iría.

En el camino el taxista me dijo que no se olvide que esa noche tenia que trabajar, yo no le conteste nada, pero esa solo alusión a que yo era su puta, me provoco un cosquilleo en mi conchita. Llegamos a mi destino, me pregunto si deseaba que me espere, no se porque, pero le dije que si.

Hice los encargos de mi esposo, demore unos 20 minutos, al salir, el taxista estaba ahí conversando con dos personas, cuando subí al taxi, me dijo que uno de ellos iba a ser mi cliente, preferí no contestar, pero no pude evitar girar para verlos. Le pedí que me lleve al hotel, tomo un camino por mi desconocido, entro en un callejón sin salida, Apago el auto y se paso al asiento trasero donde estaba, empezó a manosearme, le dije que no lo haga, que ahí en la calle y de día era peligroso, me contesto que por ahí no pasaba nadie.

Saco su verga, me recostó en el asiento y empezó a meterme su verga, mi conchita estaba mojada receptiva, pero vinieron unos ruidos de la calle, el taxista levanto su cabeza y vio que al otro lado estaban empezando a descargar unas cajas de un camión, protesto y me dijo que me llevaría al hotel y que mas tarde continuaríamos.

Eso encendió nuevamente mi deseo, en el camino al hotel pasamos por una plaza donde claramente se escuchaba que quienes estaban ahí eran estudiantes brasileros, recordé al muchacho del restaurant en medio de la excitación que me había provocado el taxista.

Ni bien entre al departamento llame al muchacho, esta vez me contesto, me dijo que estaba cerca y con tiempo, le explique como entraría al hotel para hacerlo discretamente. Mientras lo esperaba tenia dudas, tenía una lucha entre mi raciocinio que me decía que no, y mi deseo que me impulsaba a saciar el deseo que me había ocasionado el taxista.

Baje al garaje y esperé por el muchacho que llegó casi ese mismo instante, estaba decidida a decirle que fue un error que se vaya, pero nuevamente me gano el deseo, no dije nada, simplemente lo deje entrar, entramos al apartamento, y subimos directo al dormitorio, en cuanto entramos, el joven negro me tomo desde atrás y empezó a besar mi cuello mientras abría mi vestido y lo dejó caer, luego me giró y paso a chupar mis senos mientras me sacaba mi tanguita, se libero rápidamente de su ropa, así ya desnudo, pude apreciar al joven, tenía un cuerpo atlético, ojos increíblemente verdes, y lo que me impresionó fue la dureza de su verga, era grande, gruesa y así erecta apuntaba directamente hacia mi sexo.

Me hizo echar en la cama y empezó a chuparme mi conchita, luego subía a mis senos, empezó a besarme, lo deje, volvió a concentrarse en mi conchita, lo que me empezó a desesperar de deseos de tener su verga clavada en mi, el me follaba con su lengua, pese a su juventud era un maestro en el arte de dar sexo oral a una mujer, era una delicia, pero me desesperaba deseaba sentirlo de una vez dentro mío, le dije me meta su verga que deseaba sentirlo dentro, le indique que se colocará un preservativo del velador, el así lo hizo y colocó su verga en la entrada de mi conchita, quiso meterla, pero no entró, realmente era grande y gruesa, entonces levanto mis piernas sobre sus hombros y ya en esa posición mas abierta, empezó a metérmela despacio, sentía como si fuera la primera vez que estaba siendo follada, le pedía que vaya despacio, el me decía que no me preocupe que era un maestro para comer bucetas apertadas, y realmente el muchacho negro sabía hacerlo, iba empujando su verga dentro de mi conchita despacio, luego la sacaba un poco y volvía a meterla otro poco, esto me sacaba gemidos de placer, lo que lo incentivaban y empezó a acariciar mis senos, a ratos masajeaba mi clítoris sin dejar de meterme su gran verga, era una locura de placer, realmente estaba gozando de placer, hasta que cuando vio que ya iba a entrar toda, la clavo de una sola vez, el sentir toda su verga dentro mío me provoco un orgasmo increíble.

Me izó girar un poco y cruzó su pierna con la mía, lo que en esa posición pude sentirlo mas dentro aún, ahí empezó a moverse ya mas rápido, el muchacho negro me estaba llevando a la locura, estaba tan excitada que le pedía mas y mas, le decía que no pare, su ritmo me provocó un nuevo orgasmo, luego el paro y me hizo colocar al borde de la cama, era como si supiese lo que me gusta.

En esa posición volvió a metérmela ya sin resistencia, mi conchita ya estaba acostumbrada al tamaño de su gran verga. Ahí en esa posición volvió a follarme con un ritmo de locura, mientras me la metía y sacaba, acariciaba desde atrás mis senos y acariciaba mi cuerpo, una vez mas el mirar el contraste de pieles me provocaba una excitación mayor, a ese ritmo terminamos juntos, el se separo, y mientras yo me recostaba en la cama y me tapaba, me dijo si podía bañarse, le dije que si, el entró al baño, yo mientras esperaba, encendí el televisor, aún desnuda y solo tapada por el cubrecama.

Se abrió la puerta del baño, y salió el joven negro, totalmente desnudo y con su verga erecta, me miro y sin mas jalo el cubrecama y hundió su cara en mi conchita, debo reconocer que el solo verlo así desnudo y listo para follarme otra vez me excito, por lo que deje que continuará chupándome la conchita, luego levantó mis piernas, se colocó un preservativo y empezó a follarme, me empezó a meter de una forma diferente, esta vez ya no era delicado, cada embestida me provocaba un gemido de placer, le empecé a pedir mas y mas, gemía, gemía de placer, le pedía que no pare, me empezó a inundar un placer loco, loco, a cada embestida mi placer aumentaba, y aumentaba, el no dejaba de moverse a ese ritmo alucinante, mi cuerpo empezó a temblar de placer, entonces lo sentí terminar, yo le dije no, no continúa, pero el pese a su juventud termino antes que yo, aun deseaba tenerlo dentro, me tape, el joven negro se arregló, le indique como salir, quise convencerme que estaba satisfecha pero no, necesitaba terminar, llame al taxista, me dijo que estaba con un contrato y que esa noche pasaría a recogerme para culearme y que no me olvide que esa noche debería trabajar

AUTOR: DOSXDOS

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