El taxista 6
Mi vida en casa ya no tenia sentido. Los malos modos, lod golpes y otras cosas que ocurrieron ya eran dificiles de aguantar. Menos mal que Enrique aparecio en mi vida.
Los dias fueron pasando y menos en casa, estaba encantada. La tienda del gimnasio iba muy bien, fue un gran acierto de Carlos montarla. Casi todos los clientes eran mujeres que venian a comprar mallas, tops, pantalones, sujetadores para hacer deporte. Tambien los culturistas compraban vitaminas para ponerse mas vistosos, a parte una vez a la semana venia una nutricionista por si alguien queria hacer algun tipo de dieta que le ayudara a sentirse mejor. Todo perfecto hasta que llegaba a casa. Mi marido no hacia nada. Decia que era faena mia, que ya trabajaba bastante como para encima llegar a casa y ponerse a limpiar. Asi que cuando salia del gimnasio me iba para casa, ponia alguna lavadora, limpiaba un poco y hacia la comida, para dos o para tres si venia Enrique, mientras el leia el periodico o miraba la televisión. No le importaba que yo fuera agobiada. Como me dijo un dia : - el trato era que trabajaras en casa. Si has decidido trabajar tambien fuera, es tu problema no el mio. Eso me cabreaba muchisimo. Supongo que no hace falta que diga que de sexo, cero. Ya llevabamos un mes sin tener relaciones y no és que no tuviera oportunidad de hacerlo, porque en el gimnasio me habian propuesto de salir a tomar algo, algun moscon, pero estaba tan cansada que no tenia ganas de nada, tambien seria porque los que me lo habian propuesto tampoco me gustaban que sinó no sé.... Jijiji. La verdad es que nunca me habia hecho tantas pajas como en ese mes. Los amigos de mi marido seguian viniendo, pero ya no me ponia con ellos en la mesa a hablar, me quedaba tumbada en el sofa viendo la televisión y descansando despues de todo el dia trabajando. Cuando me iba a la cama mi marido parecia como si a partir de aquel momento se animara. Hablaba mas, se reia, era como si le molestara mi presencia en el comedor con ellos. Yo seguia notando las miradas furtibas de los amigos de Julio, porque seguia vistiendo igual que antes. Con mis vestiditos cortos y sin sujetador, pero la polla que me vino a visitar una noche y que ahora buscaba, no volvia. Uno de los dias que vinieron me tumbe como últimamente en el sofa a ver la televisión. Apoye mi cabeza en mi mano y puse una pierna encima de la otra cruzandola. Eso hizo que mi vestido són querer sé subiera un poco y dejara parte de mi culo a la vista. No tarde en darme cuenta que unos ojos poseidos por la lujuria no dejaban de observar mis nalgas. Me sentia observada y mi marido no era, porque estaba sentado dandome la espalda y tapaba la vision a Roberto y a Juan. Gire un poco la cabeza y era Enrique el que no paraba de mirar. Lo mire, le sonrei y con la mano que me quedaba libre me subi un poco mas el vestido para que pudiera ver mejor mi tanga y mis gluteos. Enrique aparto la mirada. Empezo a sudar, se le notaba nervioso y eso me puso mas cachonda que una mona. Al poco rato decidí irme a la cama. Le di un beso en la mejilla a mi marido y me fui a esperar que mis provocaciones hubieran surtido su efecto, sin saber pero imaginandome quien podia ser. Cuando llegué a la cama me desnude completamente y espere un buen rato a ver si venia aquella polla nocturna a visitarme, pero nada. Cuando ya estaba a punto de dormirme, escuche pasos por el pasillo y vi que la puerta del dormitorio se abria. Cerre los ojos y me quede rígida esperando que aquella silueta sé me acercara. Siguio el mismo proceso que la otra ocasion. Se acerco y se aseguro de que estuviera dormida, se bajo la cremallera del pantalon y empezo a pasar su dura polla por mis labios, mientras el gemia bajito. Me moria de ganas de engullir aquella polla furtiva, pero queria asegurarme mejor de quien era. Asi que empece a abrir un poco los labios y a sacar la lengua, para a ver si subia el tono de sus gemidos y sabia quien era. La punta de mi lengua lamia su tronco a cada pasada que hacia por mis labios. Eso lo volvio loco y empezo a balbucear alguna palabra, como : Dios que bien.... Mmmm.... Que labios tienes.
Ya lo tenia, ya sabia quien era el pajero de medianoche, era Enrique. Su respiración se aceleraba por momentos. Y yo estaba necesitada de una buena polla como aquella. Asi que no me lo pense. Subi mi mano hacia su mastil y abriendo la boca me lo meti en la boca. Enrique se quedo quieto mientras yo empezaba a mamarsela con decisión.
Enrique : Mmmm..... Joder Gina. Para me voy a correr. Buuuuufff...... No debemos..... Aaaaah....
Me saque su miembro erecto de mi boca y le dije : - Cariño, perdona pero quien a venido con su polla y me la ha puesto en la boca has sido tu y ya sabes que quemo de lo caliente que estoy - y segui lamiendo si grueso glande.
Yo : Follame. Necesito tu polla dentro de mi.
Enrique parecia sobrepasado por la situacion y entre gemidos dijo :
Enrique : No..... Mmmm..... Ahora no.... Mmmm..... Tu marido me va a hechar en falta. El viernes..... Aaaaah..... Me paso por la noche.
Eso me dejo un poco contrariada, pero tambien era normal su reacción. Entonces le pedi que se corriera en la boca. No sé lo tuve que decir dos veces. A los pocos segundos puso sus manos con suavidad en mi cabeza, mientras yo succionaba con ansia aquella polla esperando que me diera mi premio. Note que se ponia rigido y de golpe su pene empezo a escupir leche dentro de mi boca. Empezo a convulsionar y sus gemidos subieron un poco el volumen, mientras tres potentes chorros de semen impactaban en mi garganta que tragué y deguste como nunca. Acabe de limpiarle su falo ya un poco flacido, se subio la cremallera del pantalon y salio de la habitación, no sin antes decirme : - Te llamo mañana, ok?.
Perfecto, le conteste y se fue directo al comedor donde estaba mi marido y sus amigos. Yo me quede en la cama paladeando los restos de esperma que me habia regalado mi amante nocturno y mas cachonda aun si cabe. Asi que me empece a masturbar como una posesa, hasta que me corri, lanzando un sonoro gemido que sinó se oyo desde el comedor fue porque en ese momento coincidio que estaban riendose de alguna tonteria mi marido y sus amigos, menos mal. Esa noche dormi como hacia tiempo no dormia, relajada y tranquila. A la mañana siguiente me levante y deje a Julio en la cama roncando. Me prepare un cafe y me fui al gimnasio, esperando la llamada de Enrique. Sobre las 11 me llamo :
Enrique : Hola, preciosa. Como has dormido? - dijo con voz animada.
Yo : Hola. Como hacia tiempo. Ayer me quede con las ganas de mas, pero.....
Enrique : Y yo, que te piensas?, pero Julio y aquellos dos estaban en el comedor.
Yo : Te gusto?
Enrique : Claro que si. Me encanto. El viernes si quieres me paso y continuamos lo que empezamos.
Yo : Mmmmm..... Me muero de ganas de verte .
Enrique : Pues quedamos asi. Te llamo el viernes y quedamos en tu casa, ok?
Yo : Ok, pero no vendras antes a comer un dia? - pregunte extrañada.
Enrique : Mejor que no. No vaya a ser que Julio sospeche algo y la cagamos.
Yo : Julio?, A ese le da igual lo que haga o lo que me hagan..... Jajajaja.
Enrique : Pues eso no és lo que va diciendo. Se piensa que tienes un amante.
Mira, no sé. Ya veremos, ok?. Si no viniese te llamo el viernes. Tambien no quiero que pienses que soy un vicioso o un cabron que me aprovecho de la situacion porque tu relacion con tu marido no va bien y.....
Yo : Hace tiempo que nos conocemos y siempre me has tratado bien. Que mi relación con Julio no vaya bien no és culpa tuya - le interrumpi.
Enrique : Ya lo se. Vales mucho, Gina y eres muy atractiva . Me sabe muy mal que tu marido te hable y te trate como te trata. Por eso y aunque Julio sea mi amigo, no me gusta que un hombre trate de esa manera a su mujer.
Yo : Gracias - conteste alagada.
Enrique : Te llamo. Un beso, preciosa.
Yo : Ok. Un beso.
Y colgo. Estaba como una niña que acaba de hablar con su novio. Una sonrisa tonta se me dibujaba en la cara que no podia borrar. Cuando llegué a casa, Julio sé dio cuenta de mi estado de felicidad.
Julio : Y esa sonrisa? - dijo extrañado.
Yo : Nada. Que no puedo estar contenta? - dije un poco borde.
Julio : Si, si. Tu sabras.
Y continuo viendo la televisión. No iba a dejar que sus comentarios me afectaran lo mas minimo. Nuestra relación era casi inexistente. Cada uno hacia su vida y eso si que en cierto modo me afectaba, porque lo habia querido mucho. Nunca quise llegar a esa situación, despues de todo lo que habiamos pasado juntos, pero su indiferencia hacia mi y sus malos modos, me habian llevado hasta allí. Con esto no justifico nada, yo tampoco soy una santa, porque la primera vez que le fui infiel las cosas Iban de maravilla, pero luego he pagado sus borracheras con golpes, insultos y cosas que otra no hubiera aguantado. Ya estaba harta. Asi que, como si nada me fui a la habitación, me saque la ropa que llevaba, me puse un camison corto y me fui a la cocina a hacer la comida. Julio seguia sentado en el sofa y notaba como me miraba cuando pasaba por delante suyo. Pero yo ni caso, me instale en la cocina y empece a hacer de comer. Estaba allí enfrascada con la comida y de golpe me gire y allí estaba el, apoyado en el marco de la puerta observando lo que hacia. No me esperaba que estuviera allí y me sobresalte.
Yo : Uuuyy que susto. No te he oido venir. Que quieres? - le pregunte.
Julio : Nada - contesto secamente.
Yo : Ok.
Me di la vuelta y segui con la preparación de la comida. Escuche como se acercaba hacia mi y eso me puso nerviosa. Note como ponia sus manos en mis caderas y me decia :
Julio : Demasiado contenta vienes. O te han subido el sueldo o se te ha follado alguien..... Jajajaja.
Yo : Pues ni una cosa ni la otra. No soy ninguna puta - grite.
Eso me enfado mucho, intente zafarme de el dando coletazos con mi culo, tenia las manos ocupadas, pero en vez de soltarme me agarro mas fuerte y puso su boca en mi oreja.
Julio : Pues si no se te ha follado nadie, tienes que estar cachondisima, despues de tanto tiempo sin follar, por lo menos conmigo - dijo lamiendo mi oreja y quitandome el cuchillo y la cebolla que tenia en la mano, tirando ambos en el fregadero.
Yo : Julio, para. No tengo ganas - dije temblando.
Julio : Me da igual que no tengas ganas. Yo si. Eres mi mujer y vas a follar conmigo si o si - dijo en tono amenazante.
Paso uno de sus fuertes brazos por debajo de mis pechos inmobilizando mis dos brazos, mientras con la otra mano empezo a bajarme el tanga. Intente resistirme, pero me tenia bien cogida. Tenia miedo de que me pegara o de que me hiciera daño, asi que cuando vi que era imposible escaparme, deje de resistirme. Me dijo que apoyara las manos en la encimera y que encurvara la espalda, mientras yo le suplicaba entre lagrimas.
Yo : Por favor, Julio, no. Dejame ir, te lo suplico.
Pero eso aun le gustaba mas a ese cerdo. Le excitaba que le suplicara.
Julio : Eres mi mujer y vas a satisfacerme. Venga que se que lo estas deseando.
Yo : No. Por favor.
Hice lo que me pidio. Me puse en la posición que me habia dicho. Escupio en mi esfinter y sin contemplaciones, introdujo primero un dedo y luego otro para dilatarme. Yo segui implorando clemencia, pero cuando note que sacaba los dedos despues de haberme follado con ellos, me prepare para recibir su asquerosa polla. Puso su glande en la entrada de mi ano y de un fuerte empujon introdujo su badajo hasta el fondo de mis entrañas. Sentí un dolor inmenso y empece a sollozar. Entonces la saco de la misma manera que me la habia introducido. Pense que mis lagrimas y mis palabras habian servido de algo. Mi anillo empezo a palpitar. Hice la intención de incorporarme, pero me dio un fuerte bofeton en la cara.
Julio : Alguien te ha dicho que te muevas, puta? - grito.
Me volvi a poner en la misma posición que estaba y me penetro con una violencia inusitada. Sus embestidas eran tan fuertes que se escuchaba los golpes de su pelvis chocando con mis nalgas.
Julio : Buuuuufff...... Asiii, por fin. Mmmmm..... Que ganas tenia de follarte, pedazo de guarra.
Yo lloraba recibiendo y aguantando con firmeza sus embistes. La sacaba toda y de un golpe la volvia a meter, sin piedad ninguna. Mis gritos y mis lloros no lo detenian.
Yo : Aaaagggg..... Para, por favor. Me estas destrozando.
Julio : Asi se te quitaran las ganas de follar con otros unos dias, zorra. Mmmmm....
Entonces empezo a darme fuertes cachetes en los gluteos, mientras que su polla se ponia mas dura a cada golpe que me daba.
Julio : Como te gusta que te den duro, puta.
Mi marido estaba fuera de si. Me cogio por el pelo y tiro de el hacia atras, levantandome la cabeza con violencia sin dejar de perforar mi ano.
Julio : Con cuantos has follado estando conmigo, puta? - dijo gritando.
Yo : Con nadie - dije aterrada.
Julio : Dime la verdad, asquerosa. Con cuantos?
Y tiro todavia mas fuerte de mi pelo. Pense que me lo iba a arrancar.
Yo :Solo contigo, de verdad.
Entonces me agarro fuerte por el cuello y me hizo incorporar, todo esto con su polla dentro de mi, me movio y me dio la vuelta para que el pudiese acercarse al fregadero donde habia puesto el cuchillo para pelar las cebollas, lo cogio y me lo puso en el cuello. Yo grite : - Por favor, Julio. No lo hagas. Por favor.
En ese momento dejo de bombear y yo empece a temblar.
Julio : Dime. Con cuantos has follado? puta asquerosa - gritaba.
Tenia tanto miedo de que me clavase el cuchillo si le decia la verdad que me mantuve firme.
Yo : - Con nadie, te lo juro - conteste como pude.
Julio : Prefieres morir? . Como quieras - dijo apretando un poco mas el cuchillo en mi cuello.
Yo : No, por favor. No lo hagas - repetia llorando, pidiendo clemencia.
Julio : Pon las manos encima de la mesa - me exigio.
Lo hice sin rechistar, mientras el tiraba el cuchillo otra vez al fregadero. Entonces volvio a bombear mi dolorido ano con fuerza. Se puso encima de mi espalda y agarro mis pechos.
Julio : Te quiero, zorra. Mmmm..... Si eres algo es gracias a mi, perra. Sin mi serias una mierda aun mas grande. Aaaaah...... Me vuelves loco, maldita puta.
No paraba de insultarme y de jadear. Su respiración se fue acelerando. Hasta que solto mis pechos, se incorporo y dando un fuerte empujon, para que me entrara lo mas adentro posible su semen, se corrio.
Julio : Aaaaah..... Toma, zorra......Toma..... Mmmm......
Una vez acabo de eyacular dentro de mi. Me empujo de mala manera y salio de la cocina en dirección al comedor. Yo me quede apoyada en la mesa que me habia servido para aguantar sus tremendas embestidas llorando, rota de rabia. A los pocos minutos vino a la cocina y con desprecio dijo :
Julio : - No me hagas de comer. Me voy, que te aproveche, zorra.
Y sé fue, dejandome allí llorando desconsoladamente, mientras su esperma me iba bajando por mis piernas.
Cuando me repuse un poco, llame a Enrique para contarle lo que habia pasado, pero no me cogia el telefono. No me encontraba bien despues de todo. Llame a Carlos para decirle que no podia ir aquella tarde. Me dijo que no pasaba nada y que me recuperara pronto. Segui insistiendo y llamando a Enrique, pero nada. Me fui a duchar, no queria tener dentro de mi el esperma de ese cerdo. Cuando acabe me tumbe en el sofa. Me sentia humillada y queria desaparecer de esa casa y de la vida de mi marido. Estaba decidida a pedirle el divorcio. Ya no aguantaba mas. Poco a poco me fui adormilando, hasta que al final me dormí unos minutos. No podia dormir. Cerraba los ojos y veia a mi marido con el cuchillo en la mano, dispuesto a matarme. Seguia aterrada no sabia lo que iba a pasar cuando volviera. Estaba yo pensando que hacer y donde ir, cuando sono el telefono. Me sobresalto de tal manera que casi me caigo del sofa. Al ver que era Enrique descolgue rapidamente.
Yo : Hola, cariño. No te imaginas lo que me ha hecho el cabron de mi marido - dije nerviosa y llorando.
Enrique : Tranquila, vale. Si que lo se me lo ha contado el. Pero como estas?
Yo : Muerta de miedo. No quiero volverlo a ver en la vida.
Enrique : Gina, tranquila. Cuando se ha ido de tu casa, me ha llamado por telefono muy alterado y me ha dicho de quedar para explicarne una cosa horrible que habia hecho. Esta muy arrepentido.
Yo : Me da igual como este. No és la primera vez y siempre luego viene llorando y lo perdono. Me ha pegado, me ha insultado, me ha violado y siempre hay una excusa para que lo perdone. Pues sé acabo. Voy a pedir el divorcio y tiene suerte de que soy tonta, porque sino lo iba a denunciar - dije gritando.
Enrique : Gina, por favor, tranquilizate. Me ha dicho que hable contigo para suavizar un poco las cosas.
Yo : No hay nada que suavizar - dije muy segura de mi misma.
Enrique : Tranquila, tambien me ha pedido de quedarse en mi casa unos dias, para que pienses con tranquilidad.
Yo : Entonces, no nos vamos a ver?
Enrique : Quieres que pase mañana y hablamos?
Yo :Si, habiamos quedado el viernes, pero, bueno, como quieras.
Enrique : Pues mañana me paso y hablamos, ok?
Yo : Esta ahora aquí contigo, no? - pregunte, por el tono tan seco que tenia.
Enrique : Si, si. Quedamos asi.
Entendi el mensaje.
Yo : Ok, hasta mañana. Un beso.
Enrique : Vale. Hasta mañana. Adios.
Y colgamos los telefonos.