El taxista (1)

De regreso de una noche de sexo con su amante, un taxista la secuestra para disfrutarla con otros amigos...

EL TAXISTA

Salí del hotel ya amaneciendo, había pasado una noche de autentica locura con mi amante y me disponía a volver al nido junto a mi cornudo marido que esperaba impaciente, como cada noche que salía a buscar nuevas sensaciones, para que le contara todo lo que mi atleta negro me había hecho durante horas e incluso poder beber de mi coño la última ración de leche que, como siempre, él había depositado para mi marido en el polvo de despedida de cada mañana cuando nos encontrábamos en su hotel.

Aún sentía su semen en mis entrañas dispuesto para que mi marido lo degustara al llegar a casa y como siempre me dirigí hacia la parada de taxis tras saludar cómplicemente al vigilante de noche que ya me conocía por mis visitas nocturnas al hotel.

Entre en el taxi que había ante el hotel.

"Buenos días" le dije al taxista que no me contestó pero añadí la dirección de mi casa.

Tras ponerse en marcha yo iba pensando en la llegada a casa como siempre, de puntillas, abriendo la puerta, desnudándome muy rápido, a veces no llevaba ni ropa bajo el abrigo, y metiéndome en la cama donde mi marido sin decirme nada buscaría con su cabeza entre mis piernas, libando la leche que mi amante o ligue de turno, acababa de dejar tras un largo y duro polvo mientras yo le contaría desde mi llegada a la habitación, la media docena de polvos y algunas mamadas más, por todos mis agujeros, que Charls me había obsequiado.

"¿Disfrutaste la noche zorrita?" me sorprendió la voz del taxista mirándome con ojos libidinosos por el espejo.

Por un momento me dio un vuelco el corazón y recordé al taxista que me había llevado la noche anterior hasta el hotel desde casa. Un hombre desagradable de unos treinta y pico años y que cuando me dejó ante el hotel me murmuró algo de "zorrita come pollas" al no darle propina y que me observó cuando entre en el hotel.

El se volvió en el asiento "¿Te pregunto guarra que si has disfrutado la noche?" me dijo acelerando y enfilado la M30. Me quedé paralizada.

"No te oigo guarra¡¡¡" me grito mientras se reía, "seguro que vas bien rellenita, pero lo que te espera ahora no lo olvidaras fácilmente" dijo mientras se colocaba en el carril de la izquierda a más de 120 y echaba el cierre de las puertas.

No me salía la voz, ni me llegaba la sangre al cuerpo mientras él enfilaba hacia uno de los barrios marginales de la ciudad.

"¿Eres casada verdad zorra?" Me preguntó mirándome de medio lado mientras salíamos de la autopista, "¿Y has pasado la noche con otro tío?". "El cabrón de tu marido ¿lo sabe, o no?" No sabía que contestarle. "¡¡¡Contesta puta¡¡¡" me gritaba.

Apenas pude balbucir un "Si", "¿Si que?" seguía gritando, "Que eres una zorra come pollas ya lo sé y se te nota a la legua, puta…pero quiero saber si tu marido lo sabe o no, si es un pobre cabrón o un cornudo de esos que se llevan ahora, que les gusta que otros se follen a las zorras de sus mujeres…"

"Si lo sabe…" dije con un hilo de voz. "¡¡¡Bien¡¡¡" grito a carcajadas, "pues hoy tendrá unos bonitos cuernos nuevos que espero le cuentes con detalle y después yo personalmente te llevaré a casa para ver que cara tiene ese cabrón".

Con el miedo en el cuerpo no había visto bien por donde íbamos pero atravesábamos un descampado en las afueras hacia unas casas bajas y que parecían abandonadas.

De pronto sonó la radio del coche "Aquí Águila, me recibes Halcón?" el taxista cogió el micro "Te recibo Águila…" "Traes a la palomita?", echo una carcajada "¡¡¡Por supuesto Águila y recién folladita y acojonada, lo vamos a pasar da buten" miró hacia atrás donde yo estaba encogida en el asiento "estoy llegando, preparar la bienvenida".

Entró por una especie de senda tras unos matorrales entre unas de las casas bajas y se detuvo ante un portón grande, toco el claxon y el portón se abrió. Entramos en el garaje que estaba totalmente oscuro, con el coche aún en marcha salio del taxi, y fue hacia mi puerta, la abrió y me agarró de un brazo… "¡¡Sal puta, que te espera una buena fiesta¡¡¡"

Casi me arrastró fuera del coche, mientras se abría una puerta del garaje y tres hombres entraban en el.

Con el forcejeo mi falda estaba casi en mi cintura y había pedido los zapatos, el bolso con el móvil se había quedado dentro del taxi… vi como se acercaban los tres hombres que casi no llegaban a los 40 años, y como dos me sujetaban por los brazos mientras el taxista me quitaba la chaqueta y me arrancaba los botones de la blusa

"¡¡¡Buena pechuga tienes zorra¡¡¡" dijo mientras me arrancaba también el sujetador dejando mis tetas la aire "el tercer hombre se acercó y mientras me cogía por el pelo, me largó una bofetada que me hizo ver las estrellas "¡¡¡aquí no eres mas que una puta zorra que nos va a dar placer hasta que estés reventada¡¡¡" y mientras decía esto me dio un morreo con lengua y saliva hasta dejarme sin respiración.

"¡¡¡Buenos morros si señor" dijo a carcajadas "Esta zorra promete", me agarró de la falda y tiró de ella hacia abajo "Veamos que guarda ahí dentro" dijo tirando de la falda hasta abajo, con lo que se rompieron los botones y la cremallera y se abrieron las costuras… la falda llegó al suelo.

Yo llevaba un tanga, siempre llevo tanga, pero además llevaba una compresa que me pongo para reservarle la última leche a mi marido. "Poca ropa, eh puta?" me volvió a abofetear "¡¡¡cuando te hagamos una pregunta queremos respuestas inmediatas, claras y altas" y me volvió a zurrar esta vez con el dorso de la mano en un zig zag.

"Si…"dije en un tono bajo "¡¡¡mas alto guarra¡¡¡" y me cruzo la cara otra vez.

"Te gusta ir ligera de ropa furcia… para que los tíos no tengan mucho que quitarte, verdad guarra?"… "¡¡¡contesta¡¡¡"

"Si… me gusta llevar poca ropa, a si voy más ligera…" dije entre hipidos

"Bien pues aquí et sobra toda" dijo mientras me arrancaba definitivamente la blusa los restos de sujetador y me arrancaba las bragas de un tirón con lo que la compresa cayo al suelo y la leche empezó a fluir por mis muslos

"¡¡¡Eh, que tenemos aquí?" dijo el taxista riendo a carcajadas "¿le llevabas el desayuno a tu maridito guarra?" y me sujeto la cara mientras los demás reían y yo quedaba desnuda sólo con las medias hasta el muslo y el semen chorreando por mis muslos en medio del garaje. Me `plantó un morreo y al retirarse me dijo "¡¡¡no te preocupes le vas a llevar una buena ración de leche a ese cornudo cabrón que parece que no te deja satisfecha¡¡¡", se detuvo y pasando su mano por mi depilado coño exclamó "¡¡¡caray y además depilada, eres una furcia en toda regla¡¡¡, lo que pasa es que nosotros usamos preservativo con las putas, pero no con las zorras como tu y menos si van depiladas, nos gusta sentir la carne donde metemos la polla y esos agujeros bien calentitos rellenarlos de leche…" y me manoseo el chorreante coño… "prueba esta leche" me dijo haciéndome lamerle la mano impregnada de jugos y semen de mi amante.

En ese momento un chaval joven, de unos 20 años entró en el garaje, llevaba mi bolso en una mano y agitaba un manojo de ropa interior en al otra. Suelo llevar una ropa más sexy cuando voy a ver a mi amante, pero luego la cambio para volver a casa. La había olvidado pero ellos la encontraron.

"Encontré esto en su bolso y ha sonado su móvil" dijo el chaval entregándoles la ropa y el teléfono.

"Te gusta la lencería erótica zorrón?" dijo el taxista mostrándome la ropa, un sujetador negro de encaje, unas medias, un ligero y un tanga también de encaje. "Que bien, pues a nosotros también, así que te follaremos vestida de faena…¡¡¡" y rompió a reír mientras me tiraba la ropa "¡¡¡póntela¡¡¡"

"Veamos mientras tanto quien te ha llamado, si el cabrón de tu amante o el cornudo de tu marido" dijo cogiendo el móvil. Me lo mostró y la llamada era de mi marido, había una llamada y un sms "Donde estas?" preguntaba en ambos.

"Vamos a decirle a este gilipollas donde esta su zorrita" dijo marcando el número de mi marido.

Mientras me hacían ponerme la lencería que el chaval había encontrado en mi bolso el taxista hablaba con mi marido.

"Hola cornudo de mierda… no me interrumpas y escucha despacio… tu mujercita está aquí con nosotros… te la devolvemos en un par de horas o tres… no le pasará nada más que lo que a ella le gusta y es que cinco tíos la vamos a follar por todos sus agujeros… yo personalmente te la llevaré a casa… y te la llevaré tan rellena de leche como una mona de pascua… no hagas ninguna tontería y a ella no le pasará nada " y rompió a reír…" bueno nada que no le guste, pues lo que le vamos hacer seguro que le encanta y se que a ti también cuando ella y yo te lo contemos luego tomando un café… espera nuestras llamadas y no hagas tonterías, irá bien rellenita como se que a ti te gusta, hoy tendrás tanta leche que no darás a basto cornudo…" y colgó.

Luego me enteré que mi marido había llamado al trabajo diciendo que estaba indispuesta, que había pasado una mala noche y no iría ese día, y también habló con mi amante para decirle que había vuelto indispuesta de nuestra cita y estaba en la cama, que ya le llamaría yo luego pero que no se preocupara. Según me dijo luego, el se sintió muy asustado al principio, pero le pudo la excitación de ver cuando, en que estado y con quien volvería.

Una vez vestida con la lencería me hicieron desfilar entre aplausos y vítores y algún que otro azote o pellizco en las tetas cuando pasaba ante ellos, luego el taxista le dijo al joven que se quitara los pantalones.

"Venga tío, tu nunca te has follado a una zorra madura como esta, así que te daremos ese gusto, ven aquí cabrona" dijo tirándome de un brazo. Me hizo arrodillar ante el chaval de no más de 20 años y que ya tenia la polla fuera del pantalón y no estaba mal de tamaño y ya muy dura "mámasela guarra¡¡¡" me dijo empujándome al suelo frente a él. Los demás se fueron quitando los pantalones y quedándose en pelotas mientras yo mamaba aquella polla joven y dura

"No te corras tío, y tu zorra no le dejes correrse, pues su primera leche te la llevaras en tu pelado coño…" dijo riendo a carcajadas.

(continuará)