El tatuaje (3)

Depués de unos meses, reapareció Ramón por mi consultorio...

EL TATUAJE 3

Después de unos 3 meses, apareció Ramón por mi consultorio, hablamos de varios temas, que no viene al caso comentar, pero si me comunicó que vendría mañana con su hermana menor; desde ya se pueden imaginar, que yo me imaginaba, que podría tener una nueva aventurilla. –

Efectivamente, al día siguiente regresó Ramón con una bellísima dama, la que se llamaba Claudia y que era su hermana, se trataba de una rubia de aproximadamente de unos 1,65 metros de altura; con 2 exuberantes bustos y una hermosa y llamativa colita; con solo verla "se me hizo agua la boca", pero obviamente tuve que disimular; luego de las presentaciones del caso, Ramón nos dejó solos, ya que Claudia deseaba que le tatuara una frutilla en su nalga izquierda (pensé, que además de pasarlo bien, cobro). –

Hice que Claudia se levantase su ya corta falda y la hice recostar boca abajo en el sofá que tengo en mi consultorio, ella aceptó, no sin un poco de vergüenza, al levantarse su faldita aparecieron antes mis desorbitados ojos, unas hermosas piernas, las que parecía que habían sido talladas a mano y unas minúsculas tanguitas, debo reconocer, que mi excitación fue instantánea, pero debía atender a mi clienta, así que comencé a frotarle el líquido adormecedor que uso en estos casos, ella se percató de

mi "intranquilidad" o nerviosismo, así que me buscó conversación, para evitarme la tentación o distraerme; lo que en principio logró, pero él dialogo fue cambiando de temas, hasta que inevitablemente llegamos a charlar de sexo, para sorpresa mía me comentó que Celeste le había narrado con lujos de detalles, lo bien que lo habían pasado aquí en mi consulta y que ella venía por la curiosidad. –

Reconozco que dude un instante, pero tan pronto recapacité, cambié los masajes por caricias y ella lo notó, colaborando rápidamente, giró su cuerpo, quedando de frente a mi, pero siempre recostada sobre el sofá, nos besamos y acariciamos apasionadamente; comprendan amigos lectores, que nos íbamos a conformar con eso, así que procedí a desnudarla y hacer lo mismo conmigo; lo primero que hice fue acariciarla con mi lengua por sus entre piernas, hasta que llegó al "premio", ella me recibió con un orgasmo casi instantáneo, se decidió a recompenzarme, haciéndome una mamada espectacular, que conllevó en una abundante eyaculación en su preciosa boquita, ella se tragó todo lo que pudo, no obstante algo del semen resbaló por su mentón, después nos calmamos un poco, y aproveché para invitarle un trago y me serví otro para mí.

Luego de unos 20 minutos de pausa, volvimos a las caricias, ella me hizo recostar en el sofá y se sentó sobre, comenzando un delicioso cabalgar, lo estaba disfrutando plenamente, la tomaba de sus bustos, ella gemía de gusto, pero repentinamente se abrió la puerta de mi consultorio, era Ramón, en efecto él y yo lo habíamos planificado, de común acuerdo, en su visita de ayer, Claudia se sorprendió, detuvo sus movimientos, muy a pesar mío, Ramón la sermoneó diciéndole, me habían dicho que eras una puta, pero me resignaba a creerlo, a lo que Claudia le respondió ¿ en vez se retarme , por que no te integras a la fiesta? No había terminado de hablar Claudia, cuando ya Ramón se había desvestido acercando su miembro viril a la boca de su hermana, la que gustosa comenzó a mamarle, al mismo tiempo retomó su galopeo, para satisfacción mía, continuamos así unos minutos, de repente Ramón le quitó su pene de la boca a Claudia y se puso detrás de ella, era evidente su propósito y ella se percató de ello, diciéndole a su hermano, así nunca lo he hecho y menos me animo entre 2 hombres, pero este comentario no amedrentó a Ramón, él que insistía una y otra vez, los intentos de Claudia por zafarse de su hermano, hacían más placenteros para mí sus movimientos, hasta que Claudia cambió su rostro, ya no tenía cara de gozo, por el contrario, sus ojos se habían desorbitados, tenía, sin duda dolor, Ramón había logrado su propósito y lentamente comenzó a penetrarla analmante, ella ya no se resistía, tampoco cooperaba, permanecía inmóvil, hasta que su intestino se adaptó al intruso y comenzó un lento movimiento, al que tanto Ramón como yo nos acoplamos gustosos, la cara de Claudia cambió radicalmente, todo eran gemidos, placer y se movía, casi con desesperación, ésta situación fue relativamente breve, ya que Ramón eyaculó rápidamente, dejándonos a Claudia y a mi continuar con nuestra placentera tarea, pero Ramón no se conformó con eso, tan pronto se retiró de Claudia, le acercó nuevamente su pene, para que ella se lo limpiase con su boca, ella no necesitó grandes estímulos para hacerlo, cuando Ramón se volvió a estimular, le ordenó a Claudia que volviese a girar su cuerpo, de modo que se sentase sobre mi pene, Claudia, no necesitó que le repitiesen la orden y comenzó lentamente a penetrarse analmente. Mientras seguía succionando el miembro viril de su hermano, pero éste se lo quitó y la penetró por su vagina, no les cuento lo bien que lo pasamos, ella daba muestras inequívocas de múltiples orgasmos , hasta que sucedió lo inevitable, primero yo y luego Ramón volvimos a eyacular dentro de Claudia; debimos descansar unos minutitos, luego nos lavamos y nos vestimos: al retirarse Ramón me comentó " ya no necesito amigo, ahora puedo fornicar cuando quiera con mi hermana", a lo que ella agregó " yo en cambio, volveré, para que termines con la frutillita", pero eso será otra historia, supongo yo.