El tatuaje (2)

Depués de 3 ò 4 dìas aparecieron nuevamente Celeste y Ramón...

EL TATUAJE 2

Antes que nada, me alegro que mi cuento predecesor tuviese tan buena aceptación, ha sido leída por más de 2.000 lectores y su calificación ha sido de excelente, pero no recibí comentario alguno.......que ahora espero que si, gracias Mauro

3 ó 4 días después que me visitaron Ramón y Celeste, aparecieron de nuevo en mi consultorio, para mi felicidad, o al menos eso pensé, pero sigamos, en-

traron y saludaron muy afectivamente, ella con un cálido beso en mi mejilla y él con un fuerte apretón de manos, me comunicaron que venían para concluir el tatuaje en el busto de Celeste, lo cual era en verdad cierto, me llamó mucho la atención sus conductas, se mostraron serios, no se hizo comentario alguno a lo vivido en la primera visita y yo no era el más indicado al respecto, por lo que me limité a realizar mi trabajo, no sin esperar alguna sorpresa, la que no se dio, realicé el masaje previo y el tatuaje, sin intromisión de Ramón y sin ninguna insinuación o gesto de parte de Celeste, en realidad el trabajo se con-cluyó bien y con rapidez; una vez concluido, pasamos a mi escritorio, pensé que me cancelarían mis honorarios, aunque íntimamente yo ya me sentía pagado con creces , con lo disfrutado en la primera sesión, pero como no se tocó el tema, me hice el desentendido. –

Una vez acomodada la ropa de Celeste se sentaron frente a mí y fue Ramón que inició un dialogo muy abierto e hizo mención a lo vivido en la anterior visita, se sinceró diciendo que ellos eran una pareja formal, que nunca habían vivido una experiencia similar, ni nada que se le pareciera, que sin embargo, en la soledad de su habitación habían conversado al respecto con su pareja y que si bien es cierto que les había sorprendido el desarrollo de los aconteci-mientos, a ninguno le pareció inmoral ni criticable, mal que mal no hubo una infedilidad, sino una participación espontánea y en mi presencia, me decía; yo lo escuchaba atentamente y aún no entendía cual era su propósito, después de todo monologo, intervino Celeste en la conversación, diciéndome que habían charlado varias veces, la posibilidad de estar en un trío con otro hombre, pero que no se animaban con alguien conocido, por temor "al que dirán ", pero que como él no los conocía, les parecia que podrían intentarlo y me preguntó mi opinión; lo que hice sonreír y les confesé que estaba ansioso por repetir la experiencia vivida anteriormente, no había terminado de dar mi opinión y ya Celeste se había subido a mi escritorio, comenzando a desnudarse, moviendose muy sensualmente, mientras Ramón simulaba una música tañando sus manos, a lo que yo me adherí , tan pronto terminó Celeste de desnudarse, aparecieron nuestros penes al aire, los que estaban ya preparados, con tan solo contemplar el bello cuerpo de nuestra dama, ella no se hizo de rogar, se agachó enfrente de nosotros y los comenzó a succionar, como si en ello, se le fuese la vida, pero ni Ramón, ni yo nos contentaríamos con sólo esta acción, por el contrario, ambos la queríamos penetrar, así que de nuevo el joven la tomó en sus brazos y la depositó en un sofá, que hay en mi consultorio, si-multanéamente me comencé a desnudar, ella se puso en "cuatro", en el sofá y mientras Ramón se desnudaba ( yo ya lo había hecho ), me subí al sofá por detrás de ella y sin mucho preámbulos la penetré suavemente al principio y fuertemente a posteriores, Ramón no se conformó con contemplar la copulación, sino que se ubico al lado del sofá, colocando su pene en las cercanías de la boca de Celeste, quien entendió los requerimientos de su amado y vol- vió a succionar con avidez, Celeste estaba gozando ( y yo también) plena-mente, ya que a pesar de tener el miembro viril de su amado en su boca, gemía y participaba activamente conmigo, yo sentía que en cualquier momento podía vaciar mi semen en tan apretadita e inquieta vagina y parece que ella lo presintió, ya que haciendo un brusco movimiento de su cuerpo hacia delante, logró zafarse de mí, quedándome con una excitación terrible, me urgía des- cargarme, pero en realidad lo que ella hizo fue girarse a 180°, permitiéndole de esa forma que la penetrase Ramón y reiniciar una hermosa succión de mi pene, por su boca; ahora sí, me dije y en efecto, sólo un par de minutos des-pués, los 3 acabamos en forma simultanea, oyéndose en mi consultorio gemidos y grititos de placer, quedamos todos con una agradable agotamiento, pero también es cierto que nadie intentó concluir aquí nuestra maravillosa actividad, por lo que extraje de un estante una botella de licor y los vasos necesa-rios, de manera de hacer más amena nuestras respectivas recuperaciones físicas, para mi no es necesario, opinó Celeste y mientras Ramón bebía un tra-go de licor, ella se volvió a engullir el pene de su pareja, lo que produjo en el joven una erección casi inmediata y a mi también, ante el panorama que tenía a mi vista; ante esta nueva situación Ramón se sentó en el sofá e invitó a Celeste a sentarse sobre su pene, lo que la dama hizo con prontitud , ini-

ciandose el concebido movimiento sexual, luego de unos pocos minutos, mientras yo había comenzado a masturbarme frente a Celeste, Ramón detuvo los acompasados movimientos de Celeste, pidiéndole que se volviese a sentar sobre él, pero esta vez, produciéndose una introducción anal, la que al princi-pio resultó dificultosa, pero ni Celeste , ni menos aún Ramón tenían intencio-nes de rendirse antes de lograr sus cometidos, lo que luego de otros minutos lograron plenamente y se reinició la nueva copulación, mientras mi estado de excitación iba en aumento, lo que fue entendido por mis "invitados", así que Ramón se hizo para atrás en el sofá, llevándose con él, el cuerpo de Celeste, creí entender el mensaje, ya que la vagina de Celeste, quedaba a mi disposi-ción, por lo que me acerqué a ellos y comencé la penetración respectiva, hubo que superar algunas dificultades iniciales, pero con la perseverancia de todos lo logramos e iniciamos el más hermoso y placentero acto sexual del que yo tenga memoria, era increible ver como Celeste se contorsionaba y desfiguraba ante tanto placer, sus gemidos sonaban como música para mis oídos, así conti-nuamos unos 10 ó 12 minutos, hasta que se produjo lo inevitable, y tanto Ramón como yo nos vaciamos dentro de Celeste, quien parecía la más feliz ( lo dudo , pensé yo), tanto que nos prodigaba besos y caricias a ambos hom-bres, no parecía dispuesta a salir de su ubicación, por el contrario desde su lu-gar seguía moviéndose, tratando de volver a excitar a sus varones, y lo logró para nuestra satisfacción, les sugerí un cambio de las posiciones, ( quería ser yo quien la penetrara analmente ) y como no hubo oposición; ella giró su cuerpo sobre Ramón, ensartándose el embolo de él vaginalmente, quedando las nalgas de la dama a mi disposición, me propuse penetrarla y esta vez no fue tan dificultoso, ya que los jugos de mi predecesor la tenían lo suficientemente lubricada, pero a cambio el tiempo de esta copulación ( más placentera aún), superó los 20 minutos y ahora sí, que los gritos de Celeste retumbaban por todos lados, la excitación superaba todas vivencias conocidas, pero como todo lo bueno tiene un final ( muy feliz, en este caso), eyaculamos una vez más y ahora si que nuestros agotamientos era irrecuperables, quedando los 3 tumbados, en distintos lugares, casi sin movernos y con la respiración agitada a más no poder, pasó come media hora, antes que pudiéramos ponernos de pie, para luego lavarnos, vestirnos y luego despedir a mis "clientes"