El Tapado de Cuero

Malala es mi alter ego, dejo de ser la mama y sra para transformarme en una persona sexualmente muy activa, las historias son reales con un poco de pimienta, espero les guste.

Estar casada desde que tengo memoria y sumando las presiones de la vida familiar y marital, se me hace muy dificil cumplir las expectativas sexuales mias y de mi pareja; quien siempre me esta pidiendo cosas nuevas.

Siempre me costo superar el juicio de los terceros sobre mi, pese a que siempre fui de las mas atractivas en cualquier ambiente;  la imagen y el miedo terminaba por vencer mis deseos.

Recibir instrucciones por SMS me genera una ansiedad tremenda y el que habia recibido a media tarde me citaba a las 22 horas en una direccion en el centro de la ciudad. La direccion era un hotel de lujo y ahí estaba yo, puntual, y sin saber bien que hacer fui a preguntar a la recepcion. Me dieron un sobre con mi nombre, Malala, el cual contenia una tarjeta y un numero de habitacion.

Al llegar a la habitacion encontre un tapado de cuero negro, con tres botones frontales el cual me llegaba por la mitad del muslo. Arriba del tapado habia un portaligas con medias negras y una tanguita minuscula completando el juego. Al borde de la cama un par de zapatos negros de taco, un perfume y una tarjeta con la direccion de un bar arriba del mismo.

Entendi perfectamente de que se trataba el juego y me di un baño profundo con tiempo y pausa para disfrutarlo. Me perfumé bastante y claramente sabia que tenia que vestir unicamente lo que estaba en la cama esperando para mi.

Caminar por la fria noche de Bs As, sola, con el tapado y la lenceria me asustaba y excitaba a la vez. Los hombres me miraban y alguno decia alguna groseria, pero nada serio, tampoco yo les prestaba atencion. Esa sensacion de estar desnuda en publico, sintiendo el movimento de mis pechos desnudos con el cuero me calentaba mal y buscaba dar pasos largos para que algunos hombres miraran el principio de la portaliga por el tajo del tapado. Algunos se tienen que haber dado cuenta, pero por suerte o desgracia ninguno se acerco ...

Al llegar a la direccion me encuentro con un bar de moda, atestado de gente de oficina y sin entender bien por que; me dirigi a la barra a pedir un cosmopolitan ante la atenta mirada de varios hombres. Especialmente dos hombres de unos 40 años vestidos elegantemente me devoraron con la mirada con poco disimulo pero mucha educacion.

Eran casi todos hombres en el lugar y apenas pude escabullirme para llegar barra a pedir mi cosmopolitan, cuando uno de los hombres "elegantes" me agarra de espalda por los hombros y queriendo sacarme el tapado me dice "te podria ayudar con el guardarropa?".

Me empezó a temblar todo, aunque  justo cuando empieza a retirarlo pude recuperarme y esgrimir un escueto "no, gracias, necesito mi tapado". Creo que habia alcanzado a verse el principio de los hombros desnudos y el lugar estaba realmente muy caluroso.

Sin darme cuenta y sin tampoco tener mucha opciones, me encontré con estos dos hombres rodeandome; mientras el primero hablaba con el bartender para pagar mi trago, el segundo me apoyaba sutilmente por atras pegado a la barra. En ese instante recibo un SMS "mira el final de la barra" y al levantar la vista veo a mi esposo, Juan, en la esquina de la barra de manera muy relajada con un trago en la mano llamandome con una mirada lasciva y penetrante.

Gentilmente me excuso con mis cordiales acosadores y tomando el trago con las dos manos intento salir. En ese momento, y sin percatarme de estar indefensa por el error de tomar mi trago con las dos manos por el tipo de copa que tenia, el primer hombre pasa cuidasosamente su mano por la abertura de mi tapado y recorre mi cadera de punta a punta rozando mi piel y mi portaligas. Por su sonrisa me percate que se habia dado cuenta de la importancia de mi tapado. Escapando entre el gentio, no pude escuchar lo que me decia el segundo hombre pegado a mi, pero me hacian sentir muy deseada y sumamente excitada.

Sabia lo que Juan buscaba, por lo q cuando llegue a su lugar desabroche cuidadosamente los botones y lo deje abrazar mi desnudez. Una linda sensacion recorrio mi cuerpo en ese instante. Un poco por el ruido, la cantidad de gente, y el hecho de sentirme deseada hacia que mi excitacion me llevara a aislarme por completo del lugar donde estaba. Cuando me separo, luego de unos segundos de abrazo,  mientras cerraba el tapado Juan me dice " me sigues sorprendiendo, preciosa".

Si bien el lugar de la barra estaba cuidadosamente elegido, varios hombres se habian dado cuenta de mi desnudez y sonreian. Tomé conciencia, pero no me importo mucho por que me sentia protegida. Mientras empezaba a relajarme y a disfrutar mi cosmopolitan, Juan posa su mano discretamente por debajo del tapado corriendo mi tanguita. No fue nada dificil meterme dos dedos y masajear estrategicamente mi clitoris con el pulgar, ya que mi excitacion y mi humedad invitaban a eso. Sumisamente separe un poco mas mis piernas, me apoye contra el, mordisquenado su cuello  y me deje llevar por esos dedos magicos mientras llegaba a un orgasmo maravilloso mas alla de la musica, la gente y la exposicion que tenia.

Volviendo a la realidad y con las piernas aun temblando y sin decirme nada, Juan me agarra de la mano para dirigirnos a la salida y tomarnos un taxi al hotel. Yo lo conozco y se que la calentura a veces lo pone medio bruto, con lo cual casi que me arrastro hasta la salida.

Ahora tenia la necesidad de jugar y controlar la situacion yo, por lo que apenas subimos al taxi me desabroche el tapado y salté encima de él, mientras me comia desesperadamente las tetas todos mis jugos caian sobre su traje ante la atonita mirada del taxista. Mi excitacion era total, no sabia ni donde estaba ni que pasaba.

  • "Ya llegamos jefe, necesita ayuda?" Dijo el taxista.

Apenas frenó bajé casi corriendo al hotel con el tapado aun abierto cuando me encuentro con el conserje en la puerta del ascensor, lentamente le entrego el tapado guiñando sutilmente un ojo y le pido que me lo cuide, luego de darle un suave beso en la mejilla.

Juan entraba y no podia creer ver a su esposa desnuda en el ascensor y con una sonrisa le dijo al conserje, "no deja de sorprenderme", mientras le daba una buena propina.

Pasamos toda la noche haciendo el amor, yo arriba, ya que necesitaba tener el control, mientras le susurraba lo puta que me hacia sentir. Sabes que siempre me encanta que saques la puta a relucirque llevas adentro, me dijo.

Cuando al otro dia nos devolvieron el tapado encontré una tarjeta de negocios en uno de los bolsillos, seguramente de uno de mis acosadores ... Pero esa ya es otra historia ...