El tamaño importa - 11 (Final)
Por fin la situación entre Maite y Dani se estabiliza, entregándose por fin mutuamente el uno al otro
El tamaño importa - 11
Estuve expectante para ver que se suponía que quería hacer Maite esa noche, y como se solucionaría el asunto. Ella compartía habitación con Marta, pero el problema es que la cama que quedaría libre de irme yo con Maite, seria la mia, en la misma habitación que Gonzalo, a lo que Marta, que el chico no le caía especialmente bien, no creía que estuviese dispuesta para nada.
Estuvimos de marcha por la noche, Maite se paso toda ella jugando conmigo, restregándonos, besándonos, acariciándonos, en definitiva, poniéndonos los dos como las motos. Os garantizo que llevaba un empalme de cuidado, la polla al estar tan aprisionada por el slip que llevaba, me dolía, lo peor de todo llego a la hora de acostarnos, que me lleve un chasco, aunque ya me lo barruntase por lo que dije antes de Marta. Cuando estaba más que listísimo para pasar esa noche con ella, me despidió ante su puerta, despidiéndose con un "que duermas bien cielo", y cerrando luego tras de sí.
Lo peor fue llega a mi habitación y encontrarme con el imbécil de mi compañero, con Gonzalo. Cuando me vio se empezó a cachondear de mi por según él, haber caído en el mismo truco que muchos otros antes, pegarse el calentón bailando con Maite para luego irse a su casita a hacerse una paja para desahogarse... fue cuando le interrumpí...
Haz el favor de callarte la boca y no volver a hablar más de mi chica, y menos en ese tono.
Perdona tío, pero es tu chica desde esta tarde, sin embargo es amiga mia desde que entramos en la universidad. La conozco bien, y no eres el primero al que le pasa eso, que se pega el calentón con ella y luego se pone en plan puritana marchándose y dejando allí al pobre infeliz con las ganas -dijo con una sonrisita sarcástica.
Me estas cansando, lo que estas insinuando de mi novia no me hace ni la menor gracia... -dije muy serio.
Vale, vale, tú mismo, pero si te tienes que hacer una paja te vas al servicio, de hacértela aquí nada... -remató entre risas.
Lo malo es que tenía toda la razón, lo que había hecho Maite conmigo, era de ser una calientapollas en toda regla, sobre todo cuando me había insinuado e incluso dicho, casi a las claras que esa noche compartiríamos habitación, pese a saber que estaba con Marta y que esta se hubiese tenido que ir a mi habitación, con el otro imbécil. A la mañana siguiente nos levantamos para desayunar y organizarnos para ir a ver cosas, aproveche la ocasión para mostrarme un poco frio con ellas cuando estábamos a solas.
No fuimos todo camino de un pueblecito medieval cercano para verlo. Estuvimos andando por el pueblo, poco a poco fuimos separándonos de los demás. Yo seguía un poco frio con ellas, llegando un momento en que Maite no pudo evitar preguntarme en cuanto nos quedamos solos...
¿Estas enfadado por lo de anoche?
Creo que es evidente, ¿no? -repliqué.
Dani, estaba Marta, se lo que te dije, pero con ella allí no podía... ¿que querías que hiciese? ¿Decirle que se buscase la vida para pasar la noche?
Por supuesto que no, pero eso también lo sabías antes de dedicarte a ponerme a mil durante toda la noche para luego mandarme a dormir. No solo me fui con un dolor de huevos considerable, sino que además tuve que aguantar al gilipollas ese de Gonzalo. Quizá a ti esto te pueda parecer gracioso, pero a mí, desde luego, no -dije muy serio.
Lo siento no lo pensé, solo era consciente de que te tenía allí, y que por fin solo eras para mi... Realmente no pensé en nada más. Por si te sirve de consuelo -suspiró-, yo también me fui a la cama con un calentón de aúpa, me resulto tan divertido como a ti, porque te recuerdo que también estaba acompañada y tampoco pude desahogarme.
La verdad es que me pilló de sorpresa, ya que ni una sola vez se me paso por la cabeza que Maite pudiese haber quedado en la misma situación que yo, con un calentón, con ganas de follar y encima sin poder satisfacerse por la presencia de su compañera. Aunque Marta y ella según me dijo habían tenido algún rollete las dos, no parecía estar dispuesta a hacer según qué cosas con ella delante, o quizá es que no quería correr riesgos de que ocurriese algo entre ellas y le costase caro de enterarme yo.
No Maite, quien lo siente soy yo, no ha sido justo, no pensé que tú te quedases en la misma situación, pensé que solo habías estado jugando –dije pensativo.
¿Y porque pensaste que no me ocurría igual? Dani, nunca jugaría de ese modo contigo, me estaba muriendo de ganas de que estuviésemos juntos –dijo muy seria.
Lo sé, ahora lo sé. Mira Maite, creo que vas a tener que armarte de paciencia conmigo y echarme una manita con esta relación, nunca he tenido algo igual a esto –dije muy serio también, mirándola a los ojos.
¿A qué te refieres? –pregunto Maite perpleja.
Veras, quizá te suene a chorrada, pero cuando he salido con una chica ha sido después de follar con ella, y siempre he sabido que han aceptado por lo mismo… -dije haciendo un leve encogimiento de hombros.
Ya, por tu… aparato –dijo Maite también mirándome a los ojos.
Si, justo por eso, por mi aparato, como tú dices. Eres la primera chica que sin haber estado conmigo antes, quiere que salgamos… Creo que en cierto modo me desconciertas. Con las otras tenía muy claro de que iban y por lo que iban, como actuar con ellas, como reaccionar, que podía esperarme… contigo… no se… -dije sin saber muy bien como continuar sin fastidiarla.
Conmigo no sabes bien a qué atenerte, ¿no? –preguntó.
Si, más o menos es esa la cuestión. Cualquiera de mis anteriores novias lo de anoche lo hubiesen hecho a propósito, luego se hubiesen buscado la forma de quedar conmigo para que me las follase… Pensé que harías igual, pero luego, me di cuenta de que no, que tú no vendrías para que follásemos, y me sentó muy mal. Lo siento, ni por un instante me dio por pensar que no fuese así, no es a lo que estoy acostumbrado con mis relaciones –dije sincero.
Dani, soy una chica, soy igual que ellas en ese sentido, también me derrito de ganas por que seas mío… Me han contado maravillas sobre lo que guardas en el pantalón y también lo quiero para mí solita. Pero yo quiero más Dani, no solo quiero sexo, no me conformo solo con eso, te quiero a ti, por entero, por completo. Si no fui anoche a buscarte pese a desearlo tanto como tú mismo, es porque no quiero que nuestra primera vez solo sea un polvo mas echado en cualquier sitio, de cualquier modo y de cualquier forma, menos aún con un gilipollas como Gonzalo en la cama de al lado, o ya puestos Marta, una chica que ha estado con ambos… Yo quiero algo diferente, no necesariamente especial, pero si diferente a eso –me dijo mirándome muy seria.
Sabes una cosa –dije parándome y poniéndome frente a ella- te quiero.
Puse mi mano sobre su mejilla, acariciándosela, luego acerque mis labios a los suyos despacio, hasta que vi que ella también avanzaba hacia mí, entonces busque con ganas su boca. Estuvimos besándonos nuestros buenos dos minutos parados en medio de la calle, no fue hasta separarnos que al escuchar aplausos nos dimos cuenta de que Sara y Marta nos habían estado mirando todo el tiempo. Con todo lo que he sido, y creedme que me ruborice un poco, además al verlas, por inercia extendí mi brazo, cogiendo por primera vez a mi novia por la cintura, cosa que ella imito en el acto.
Si bien lo cierto es que todo el día la cosa fue entre los dos sobre ruedas, por la noche, se decidió entre todos irnos a tomar una copas por el publicito donde estábamos, tenía un par de discos bastante interesantes. Estuvimos bailando todos, las parejas como es normal principalmente lo hicieron entre sí, aunque para nada se negaron a bailar con los demás del grupo. El problema me vino con Maite, al igual que las demás, no puso la menor objeción a bailar con los chicos del grupo, igual que las otras chicas, mi problema es que siempre había estado muy seguro de mis anteriores parejas y de lo que teníamos entre nosotros, pero en este caso no lo estaba para nada, digamos que todo esto era terreno virgen para mí.
Lo que peor llevé fue las veces que estuvo medio bailando con Gonzalo o con Álvaro, entre ambos estuvieron intentando monopolizarla todo el rato, o al menos intentándolo, porque se volvía con cualquiera que pasase por su lado dándoles de narices con ello, por eso digo lo de medio bailando. De todos modos, vi también como esos dos, incluso estaban compitiendo entre ellos para levantarse sus "turnos" con Maite, pese a las veces que esta les había dado en los morros cada vez. Yo también estuve bailando con otras chicas del grupo, incluso más de una vez con Sara y Marta, pero en todo momento sin despegar ojo de Maite, hasta el punto que la última vez que baile con Marta, supongo que ya era demasiado obvio, sobre todo para ella...
Cálmate Dani, no está haciendo nada malo -me dijo Marta mirándome fijamente.
Ya lo sé Marta, se que solo está bailando y pasándoselo bien.
Porque no haces una cosa, acércate a ella, y monopolízala, te aseguro que tiene tantas ganas de estar contigo como tú con ella.
Ya lo intente dos o tres veces, pero esos dos han evitado que me pudiese acercar antes de que empezaran las canciones..., no quise hacerlo después para no dar el espectáculo del novio celoso y avergonzarla, porque lo que me pide el cuerpo es partirles la cara a los dos, y créeme que como me arrime allí, alguno de esos dos sale mal -dije sincerándome con ella.
Tío, eres un cielo, no creo que ninguno otro de los presentes tuviese la mitad de delicadeza que tu estas demostrando al hacer eso. Espera a que termine este tema y yo me encargo -dijo sonriendo Marta.
¿Que vas a hacer? Marta, no la líes... -dije preocupado por su sonrisa.
No te preocupes que no pasara nada.
Cuando terminó la música para dar paso a un nuevo tema, Marta se metió por medio entre Maite y los otros dos. Cuando se acercó a Maite vi que la decía algo al oído, no sé qué seria, pero lo cierto es que Maite la miro, me miro a mi después, y salió con paso rápido en mi dirección, al llegar a mi me echo los brazos al cuello pegándome el morreo del siglo allí, en medio de la disco. Apenas pude balbucear algo cuando se separo...
Pero que... Maite, esto... -me silencio con un suave besito.
Esto es por ser tan comprensivo y tan atento conmigo, por no ir a por mí para que no bailase con nadie que no fueses tu y confiar en mí de este modo -me dijo con voz dulce.
No pasa nada, no me pareció buena idea hacerlo, intente acercarme... pero... -dije haciendo un leve encogimiento de hombros.
Dani, eres mi novio, la próxima vez, si te pasa, haz valer tu derecho como tal, no por eso se va a liar, menos aún cuando yo misma lo admito... Me encantara cambiar a cualquiera por ti, a quien sea, y no temas parecer un novio celoso, me encanta que me celes -dijo guiñándome un ojo y dándome después un besito en los labios.
Ya bueno, supongo que podría, pero también yo estuve bailando con otras y tú no dijiste nada, tampoco me vigilaste como yo a ti, así que... -me interrumpió en mis justificaciones.
Eso no es así de todo, no diste la menor ocasión de que pudiese tener dudas o sentarme mal algo. Estuviste bailando, moviéndote con ellas, pero con casi medio metro de separación al hacerlo, excepción de Sara y Marta, con las que está claro que tienes más confianza, y yo se que con ellas no ocurrirá nada. Como veras por mis palabras, yo tampoco te perdía a ti de vista ni un segundo, también te celo bastante -dijo divertida.
Bueno... -estaba un poco sorprendido-, ya supongo que con Sara y Marta no tendrías problemas, pero me dejaste bailar tranquilo con las demás, así que no me pareció bien ir a meterme en medio, cuando no desconfió de ti, aunque no me gustase que bailases con esos dos -dije.
Dani la próxima vez hazlo, créeme que yo si hubiese ido a por ti en cuanto no me gustase algo... No suelo ser celosa con mis parejas, pero me ha costado mucho llegar aquí, a esta situación de empezar a salir los dos, como para andarme con remilgos con cualquier lista que se intente pasar -dijo muy seria.
Ya bueno, lo entiendo, supongo que el que te empezase a gustar y yo me liase con Marta, no fue fácil.
Dani, me parece que aún no lo has entendido bien. Me llevas gustando desde el mismo día en que cruzaste la puerta del piso, cuando te acompañamos a llevar los papeles, y luego a ver si podían hacer algo con tu alojamiento -me miró muy seria mientras bailábamos.
Bueno, todo ese tiempo... -no sabía muy bien como tomármelo-, pero no entiendo porque esperaste tanto para mostrarte interesada entonces, yo no creo que fuese inalcanzable para vosotras, siempre lo hablamos todo y nos llevábamos muy bien... -me interrumpió.
Y ese era el problema Dani, que nos llevábamos muy bien contigo y no teníamos tropiezos o desencuentros en nada, además de que eras ordenado, educado y muy cariñoso con nosotras -explicó.
Bueno ya, ¿y qué?, mejor me lo pones, ¿no? -dije sin saber bien a que venía aquello.
Jajajajajajaja, no te enteras Dani, eras un cielo, de hecho, pensábamos casi desde el principio, que eras excesivamente "cielo" como para que no fueses Gay -dijo riéndose-, entenderás que en lugar de tratar de mostrar mi interés para ligarte, lo que tratase es de no pensar en ti para evitar pillarme, aunque como puedes ver, sin resultado.
¡¡Ohh!!, vaya... no pensé que ya desde el inicio os confundieseis tanto, pensé que fue más tarde. Entonces cuando Marta se vino con nosotros...
Cuando el asunto de Marta, nosotras ya creíamos a pies juntillas que eras gay, lo que paso con ella solo vino a confirmárnoslo. Luego... bueno, cuando vino a verte tu amiga Yolanda, resulto que no eras lo que pensábamos, como comprobaron Marta y Sara cuando os sorprendieron en la ducha. Yo había intentado no pillarme contigo y estaba logrando superarlo, cuando resultó que no eras Gay. No te haces una idea del descontrol y desconcierto que tenia con todo, se me cayeron encima todos mis esquemas sobre ti, Sara y Marta actuaron, pero yo me quede parada sin saber qué hacer...
Sí, creo que me puedo hacer una idea, supongo que el enterarte luego que me lie con Marta no ayudo -dije serio.
Pues no, pero no te creas, que el saber que estabas con ella me sirvió de acicate y me ayudo a decidir que quería intentar conquistarte, aunque sabía que tenía pocas posibilidades estando Marta de por medio. Además, Marta es mi amiga, y no soy de las que se meten en medio de una relación, Dani, créeme que estaba hecha un autentico lio. Por fortuna no fue nada serio para ninguno de los dos, por lo que logre echarte el guante, y ya puedes jurar, que no pienso soltarte de ninguna de las maneras -dijo con cara maliciosa.
Sinceramente no me esperaba el que Maite hubiese estado colada por mi desde el principio, lo de que me creyesen Gay, la verdad es que si me lo esperaba, aunque como dije, no tan desde el principio de vivir juntos. Otra cosa curiosa con ella, es que con las demás chicas siempre había estado deseando follàrmelas, con Maite no, con ella mis deseos eran mucho más simples, me encantaba tenerla en brazos contra mí como en ese momento, en que estábamos bailando una lenta.
El resto del tiempo que estuvimos por allí, ni Maite, ni yo, nos separamos un solo instante, lo único que no tuvimos fue intimidad hasta que volvimos a casa. Por las noches cada uno nos íbamos a nuestra habitación, que por cierto, mi convivencia con Gonzalo mejor en mucho, especialmente para mi, que me había llevado a la chica delante de sus narices. El tal Juan pi lo llevo peor, se las había apañado para venir con el fin de intentar reconquistar a Maite, y se había encontrado con que ella se emparejaba con otro tío, desde luego al chaval no le arrendaba la ganancia, me dio incluso un poco de lastima, pero poco, muy poco.
Cuando regresamos a casa, Sara se marcho con Marta para ayudarla a subir sus bultos, que eran considerable, mientras que Maite y yo subíamos los de nosotros tres a casa. Cuando entramos, lo primero que hice fue dejar la maleta que se llevo Sara en su habitación, luego pase por delante de la de Maite, le lance un beso desde la puerta y seguí hasta mi propia habitación para dejar las cosas. Deje la maleta y justo cuando me volví para salir me encontré a mi espalda a Maite... No me dio tiempo a hacer nada, sentí como ponía sus manos en mi pecho, dándome un empujón que me tiro sobre la cama, poniéndose enseguida a horcajadas sobre mí...
Maite, ¿qué haces? -dije como un idiota mientras ella me subía el jersey.
Pues muy simple, si colaboras follar contigo, sino lo haces, entonces lo que hare será violar a mi novio... -me dijo acercándose a mi oreja y mordisqueándomela.
¿Pero no querías algo más o menos especial para la primera vez? -pregunte mientras me afanaba en desabotonarle la blusa.
Si, eso quería, o al menos no un aquí te pillo aquí te mato, pero estoy tan caliente contigo que ya no aguanto... necesito que seas mío ya, ahora... no espero ya mas... -dijo empezando a morderme el pecho.
Solo unos segundos después se incorporó sentándose sobre mis muslos mientras me desabrochaba el pantalón y yo medio incorporado pasaba mis manos por sus pechos, ya que bajo la blusa no llevaba sostén. Algún que otro gemidito se escapaba de los labios de Maite... Lo divertido fue cuando se levantó, se puso de cuclillas sobre los pies de la cama, cogiéndome los vaqueros y bóxer por la cintura, tiro de la ropa, dejándome la polla al aire... Esta salto como si fuese una pértiga, quedando completamente tiesa y apuntando al cielo, estuve a un plis de echarme a reír con la cara de Maite al verla...
¡¡¡Jooooooderrrrrrr!!! -no pudo evitar exclamar.
¿Tendrás bastante con ella? -pregunte irónico ante su cara de estupefacción.
No te rías, ya me habían contando Sara y Marta lo grande que era cuando te pillaron en la ducha con tu amiga, bueno, también luego Marta cuando estuvo contigo, pero joder... esto... -dijo mientras empezaba a acariciármela sentada sobre mis muslos.
Me quede mirándola apoyado sobre mis codos mientras Maite empezaba a chupármela, intentando metérsela en la boca sin prácticamente poder hacerlo. Me resultaba sumamente excitante verla así, chupándomela pero sin perderme en ningún momento de vista, con sus ojos clavados en los míos. Se había puesto un poco de lado, situándose contra uno de mis muslos que había alzado al flexionar la pierna... Estaba tan caliente que sentía sobre él los suaves movimientos de las caderas de Maite, son su sexo frotándose suavemente contra mí. Gracias a eso pude sentir perfectamente lo enormemente mojada que se encontraba, tenía el muslo empapado por completo por sus jugos.
Con cualquier otra chica me hubiese puesto manos a la obra para follàrmela, total, sería un polvo y luego adiós, pero con Maite no era sí, no quería tratarla como a cualquier otra, no quería fastidiarla, de modo que estuve todo el rato dejándola hacer. Lo único que la pedí es que cuando estuviese dispuesta a follar me avisase para ayudarla a sentarse encima. Me prepare cuando observe como se levantaba por completo, pero sin soltar mi polla de la mano. Lentamente se situó sobre mi polla, flexionando levemente las rodillas, agachándose poco a poco hasta el instante en que la cabeza se quedo quieta a las puertas de su coño.
Entonces, lentamente, mientras yo la sujetaba también por la cintura, se fue empalando poco a poco en ella, sentándose despacio, mientras sentía como la polla iba abriéndola despacio...
Ahhh... uffffffff... uhmmmmmmmmm... -gemía Maite mientras iba sentándose.
Con cuidado cielo... despacio... no te vayas a hacer daño, que es muy grande...
Arjjggggjjffffff... ¿Eso me lo dices...?, arrgggg... ¿o me lo cuentas?... -dijo mirándome con una sonrisa.
Te lo digo -respondí sonriéndola- mientras la sostenía, ayudándola a empalarse lentamente.
Unos quince minutos después, y para mi total sorpresa, el coñito de Maite se había tragado por completo toda mi polla, sentía perfectamente como la estrujaba, envolviéndola por completo. Maite fue a empezar a moverse pero se lo impedí...
¿Que haces? -dijo al notar como con mis manos la impedía empezar a moverse.
Tranquila, espera un poco más, te la has tragado entera, date tiempo para acostumbrarte...
Cinco minutos después de esto empezó a moverse despacio, levantándose y volviéndose a sentar sobre el mástil que la estaba abriendo por completo. Estuvo cabalgándome durante unos quince minutos hasta que ambos nos corrimos, primero ella y solo una par de minutos después yo. Tras su orgasmo quedo tendida sobre mí, pero yo alzándola un poco, empecé a mover mis caderas embistiéndola lo más suave que podía hasta correrme también. Aún echamos un segundo polvo, cuando nos recuperamos hice que ella se tendiese en la cama, luego poniendo sus piernas en mis hombros se la volví a clavar, de un modo tan delicado como la primera vez.
Una vez me dijo que empéchese, que estaba lista fue lo que hice, empecé a moverme al principio despacio, pero para supresa mia, en un momento dado me pidió que la dice mas fuerte y mas rápido. Lo hice, estuve acelerando y empujando más fuerte, hasta el momento en que veía que su gesto de placer se tornaba en otro de leve incomodidad, procurando manejarlo lo mejor posible. Tras alcanzar un nuevo orgasmo los dos, quedamos sobre mi cama abrazados...
Bufffff... me has dejado dolorida -repuso.
Lo siento, ¿fui demasiado brusco esta última vez? -pregunte un poco preocupado.
No, que va, no te preocupes, me encanto y te aseguro que tengo muchas ganas de repetir. Es que siento como me palpita el coño, nunca había tenido nada de semejante tamaño dentro.
¿Pero estas bien? -aún estaba un poco preocupado.
Si, de verdad Dani, tranquilo -se apretó mas contra mi-, pero estoy deseando acostumbrarme al tamaño para poder follar hasta reventar -me dio un beso.
Después de un rato descansando, salimos al salón, acabábamos de prepararnos un café y empezar a tomárnoslo cuando llegaron Sara y Marta, que también se apuntaron. Me levante y se lo serví, quedándonos los cuatro hablando bastante tiempo. En un momento dado Maite se levanto para ir a su habitación a por algo que tenía allí para Marta, cuando al verla andar esta estallo en carcajadas...
¿De qué te ríes? -pregunto Maite.
De que ya veo que os ha faltado tiempo para enrollaros -contesto una risueña Marta.
¿Porque lo dices? -pregunto Maite.
Porque andas igual que yo el primer día que Dani me clavó a la cama como si fuese una mariposa, jajajajajaja -empezaron a reírse las tres, Maite además un poco colorada.
No sabía que te pasara eso -dije mirando a Marta sorprendido.
A ver tío, que lo que tú te gastas no es normal, con eso dejas destrozada a cualquiera que no esté acostumbrada a follar contigo -dijo Marta.
Lo cierto es que nunca lo había pensado, también es cierto que muy rara vez alguna chica seguía acostada conmigo después de follar. Por regla general o me iba yo, o se solía ir ella, pero no como en esta ocasión que nos quedamos abrazados, por supuesto ya ni hablemos de comentar nada como con Maite. Lo cierto es que me había gustado mucho eso de poder estar con Maite, simplemente abrazados tras haber follado, había sido genial. Alguna vez había pasado también esto con alguna chica, pero ni de lejos había sido tan especial como con ella.
Durante todo ese último trimestre ambos compartimos habitación, durante todo el trimestre estuvimos poniéndonos los dos al día con todo lo que llevábamos perdido en estos meses. Para final de curso Maite se tragaba mi herramienta completa por todos sus agujeritos, era poco menos que insaciable del todo.
Con Maite fue muy especial, estuvimos dos años juntos, luego por circunstancias y de mutuo acuerdo decidimos no seguir con la relación, aunque mantenemos una estupenda amistad. Ambos nos dimos cuenta que más que como una pareja, estábamos comportándonos como follaamigos, no diré que no nos fue dura la decisión de dejarlo, pero consideramos que era preferible a que terminásemos por hacernos daño. Esos dos años con Maite me cambiaron mucho, casi tanto como el tiempo que pase conviviendo con ella, con Sara y parcialmente con Marta, con las que también conservo una gran amistad y no he perdido el contacto. Lograron que dejase de ser un autentico gilipollas y me convirtiese en un tío divertido, alegre y agradable de tratar.
Solo tres meses después de dejarlo con Maite, empecé a salir con una compañera de trabajo con la que ya llevo un año y medio, fue un gran apoyo en esos primeros momentos de dejarlo. Luego, bueno, nos fuimos enredando entre los dos poco a poco, aunque como me explico más adelante y según sus propias palabras, cuando rompimos, le faltó tiempo para saltar sobre mí como una loba en celo, antes de que cualquier otra diese el paso y se le adelantara.
Como dije, poco a poco fuimos a más, pese a los problemas que nuestra relación nos supuso en sus inicios, ahora mismo todo es ya una balsa de aceite, estamos incluso prometidos y con fecha de boda. No os hacéis a la idea el escándalo que se montó cuando los dos empezamos a salir en serio y nuestras "familias" se enteraron. Ella se llama Yolanda, ya habíamos tenido los dos nuestros rolletes, y es hermana de una de las mejores amigas de la mia...
Tanto su hermana como la mia, pusieron al principio el grito en el cielo, acordaros de que ya nos pillaron una vez follando, pues de nuevo nos volvieron a cazar en la misma situación a los tres meses de estar los dos saliendo..., digamos que medio a escondidas, pero esta vez fueron las dos y os aseguro que creíamos que nos mataban... La diferencia en esta ocasión fue, que los dos las hicimos frente, dejándolas claro que éramos pareja y estábamos saliendo desde hacía un tiempo, dejándolas Yolanda claro y directamente en la cara a las dos, que follaríamos lo que nos diese la gana que para eso éramos pareja, lo que provoco que se enfadasen aún mas... Pero como digo, nos mantuvimos en nuestros trece y se la tuvieron que tragar, aunque os aseguro que a ninguna de las dos les convencimos hasta que con el tiempo vieron que de verdad la cosa era seria.
Una última cosa que tengo que admitir, aunque no me guste tener que hacerlo en absoluto, es que Yolanda y yo somos muy celosos el uno con el otro. En eso los dos pensamos lo mismo, el otro es de nuestra exclusiva propiedad, y si alguno o alguna se intenta meter, le rompemos hasta el alma. Y hasta aquí ha sido mi vida... una vida en la que el tamaño de mi pene resulto decisivo..., ahora que cada cual saque sus conclusiones.
FIN