El Taller

Alcohol, sexo y motocicletas.

-Una moto! –Exclamé en voz alta- después de que pasara rozando el espejo lateral de mi auto un motociclista a toda velocidad, mismo que no titubeo en abrirse paso en la densa fila de automóviles que se extendía por todo el periférico de la Cd. de México.

Eran las 8:30 de la mañana, lunes, la marea de autos se movía lentamente, la voz de una mujer en la radio informaba de un accidente en Periférico justo dos kilómetros antes de mi oficina- Genial lo que faltaba para completar el cuadro, un choque!

-Si, porque no? –Me pregunté nuevamente en voz alta.

Creo que a todo hombre le apasiona la velocidad, y yo, no soy la excepción, saliendo ese día de la oficina pasaría a ver algunos modelos y presupuestos para adquirir un vehiculo de dos ruedas.

En relatos anteriores le he hablado un poco de mi. Soy un personaje un poco complicado, tengo 26 años, soy bisexual de closet hasta la tumba, y no soy feo según se rumora. Digo complicado, porque eso de ser de closet es… bueno ustedes entienden. He vivido experiencias con chicas y con chicos, algunas de estas últimas están plasmadas en mis relatos y bueno lo que les cuento paso hace casi seis meses.

Después de ver algunos modelos en una agencia cercana a mi oficina, decidí por último cotizar precios de motocicletas de doble uso. Recordé que cerca de mi casa hay un taller no muy grande, pero tampoco pequeño, en el que reparan motocicletas y exhiben algunos modelos recientes para venta.

-Buenas tardes! –saludé.

Sentado en la entrada del taller en un pequeño banco con las piernas abiertas, inclinado hacia enfrente y con la mirada fija en el motor que revisaba, estaba Joaquín.

-Buenas –Contestó si levantar la cara.

-Estas motocicletas están en venta? –Pregunté, interesado en buscar el rostro de mi amigo.

-Si, todas excepto estas dos –me señaló dos que estaban en un costado. –Como que buscas? –Finalmente me miró.

Joaquín es un chaval de 23 años, su padre había sido mecánico de motocicletas y le heredo el taller mismo que atendía con Vicente, su primo. Joaquín es moreno de cabello corto y rizo algo de barba igualmente rizada, tiene una cara de ángel, es de rasgos muy finos a pesar del rudo trabajo en el taller, tiene ojos grandes y pícaros color café claro que hacen juego con sus pestañas chinas y largas, es de labios carnosos y bien delineados, tiene una nariz perfectamente afilada, creo que ese día le dio flojera y no se rasuró, por lo que tenía una facha desaliñada que me dieron ganas en ese momento de abalanzarme sobre de él y devorarlo. Es alto mide aproximadamente 1.80mts, de espalda ancha y cintura ajustada, abdomen no muy marcado pero si definido, o al menos eso pude ver a través de la ajustada camiseta de algodón blanco que llevaba puesta, tiene un cuerpo fibroso, brazos fuertes que la camisa de tirantes permitía admirar a la perfección, vello, qué les digo, tiene vello rizado en las axilas y algo en medio de ese par de pectorales, que si bien no son del todo de un atleta, se ven fuertes.

-En realidad busco modelos recientes, nada de más de tres años atrás.

-Tengo esa Kawasaki negra del 2003, tiene un motor

Me perdí admirando esas piernas a través de los pans de tela delgada que llevaba puestos y que estaban completamente oscurecidos por grasa de motor –mi amigo permanecía sentado en el pequeño banco, había dejado el motor y ahora me explicaba las características de la moto en cuestión.

-Y wey corre de poca madre

No le había prestado atención en lo mas mínimo a las datos del vehiculo, mas bien no perdía detalle de su entrepierna, la ajustada prenda deportiva de color azul marino se ceñía a su cuerpo y no dejaba su bulto a la imaginación al estar ahí sentado lucia prominente en medio de ese bello par de piernas largas un pedazo de carne lujuriosamente apetecible.

-Y la pintura es original? – Camine hasta el vehiculo y volviendo a la realidad.

-Es la original solo tiene un pequeño retoque –mi amigo se incorporo de su asiento y camino hasta detenerse a un costado mió señalando el lugar de la reparación –pero a simple vista es invisible –concluyó.

Joaquín es un fanático de las motos cuando habla de ellas se enloquece y se puede pasar horas hablando –Mire su hermosa silueta junto a mí, el paquete que había visto cuando estaba sentado, ahora estaba libre moviéndose de un lado a otro, balanceándose con cada movimiento que mi amigo hacía, se veía grueso y travieso. Estuve a punto de bajarle los pans ahí mismo en medio de la calle y succionar aquello que desde ese momento fue objeto de mi deseo.

-Que hay, ya llegué!

Salí de mis sucios pensamientos y voltee por inercia a ver quién se había atrevido a interrumpir mi cita de negocios con Joaquín.

Llegó el primo. Un chaval podríamos decir sin chiste hasta que ve uno su carita. Ojos color verde aceitunados, piel blanca, cabello castaño claro tirándole a rubio quebrado y desacomodado, cara alargada fina sin un vello, bonito el chaval. Tiene 17 años, cuerpo flaco pero igualmente fibroso, a pesar de tener corta edad se veía que era un calentón de primera, llego se tiro en un sofá sucio del fondo del taller y se puso a mirar una revista play boy. Vestía unos jeans azul claro algo ajustados y una camisa tipo polo color blanco, bueno a penas se distinguía el color, ya que, igualmente estaba llena de grasa por todos lados. No se distrajo para nada con nuestra conversación fuera del taller, él se perdió en su revista.

-Los papeles están en regla –Joaquín se metió al local a buscar un fólder con los documentos.

Mientras Vicente no se perdía el más mínimo detalle de la revista yo no me perdía el más mínimo detalle del movimiento hipnótico de sur piernas que abriendo y cerrando me llenaban cada vez mas de morbo, se rozaba de vez en cuando el bulto presa de la excitación que la revista debía causarle, ese flaco tirado en el sucio sofá del taller hecho a volar cada vez mas mi imaginación.

-Oye la verdad es que me interesa pero me gustaría probarla –comenté

-Mmm. Vale, en realidad ya es un poco tarde, pero me caíste bien, vamos a ronronear este bebe.

Teníamos 10 minutos de conocernos y ya le caía bien a este manjar de macho. Creo que le agradé por el interés fingido que le puse al explicarme.

-Ahora regreso –Le dijo a su primo –Quien dejó la revista al momento y se incorporó, prendió la TV que tenían instalada un pequeño taburete improvisado de madera y volvió a tirarse en el sillón con control en mano.

-Si –Contestó

Me miro y esbozo una sonrisa amigable. –Que lindo, en verdad esta el chamaco.

-Oye wey, pero he de decirte que soy principiante.

-No te preocupes subimos juntos y en cuanto le agarres confianza la corres solo.

Tomamos un par de cascos, Mmm que culo! se le veía ahí montado a este macho. Me monte detrás de el, obviamente teníamos que estar juntos, me sujete de su abdomen y comprobé la fuerza de la parte medía de este cuerpo moreno que con el sol de la tarde, casi noche, tomaba un brillo especial con el sudor que transpiraba, su olor, su sudor, la grasa en su ropa y el desodorante que llevaba encima hacían una combinación explosiva. Mis piernas abiertas detrás de el permitían que mis muslos rozaran su trasero, que excitación me provoco esto, mi pene en una semi erección estuvo a punto de delatarme, pero al poner en marcha el motor, Joaquín se concentro en el camino y yo solo me concentre en disfrutar cada momento y cada respiro cerca de este hombre que en cualquier momento provocaría que me corriera. Después de una vuelta aferrándome a su abdomen, respirando su transpiración y admirando sus brazos ya estaba convencido, no de la moto, si no de Joaquín –Definitivo tengo que ser su amigo, me dije-

-Va ahora déjame correrla a mi.

Se aferro ahora a mi cuerpo y sentí su respiración en mi oído tan cerca que casi volteo y lo beso ahí mismo, sus brazos fuertes rodeándome, quería que el momento fuera eterno, en un momento uno de sus dedos entró en mi ombligo y me provoco un escalofrío fantástico estaba a punto de tener un orgasmo a mas de cien kilómetro por hora con un macho sucio y sudoroso a mi espalda, sin siquiera tocarme, fue uno de los momentos mas eróticos de mi vida. Corrí la moto por unas manzanas y regresamos.

-Vale wey estoy convencido –Dije extasiado y no solo por la velocidad –ahora vamos a negociar el precio.

Pactamos la cantidad, y quedamos de cerrar el trato el sábado. Me despedí de Vicente y me regalo otra bella sonrisa.

Llegó el tan ansiado día, llegué como a las 7 de la noche al taller, en realidad creo que estaba más feliz de ver a Joaquín y a su primo que por mi nueva adquisición.

-Que tal como les va?

-Bien Wey tu que tal?

-Bien, bien.

Mis amigos bebían cerveza y jugaban baraja. Vicente tirado, como de costumbre en el sillón, y Joaquín sentado en su pequeño banco. Ambos vestían las mismas ropas sucias de trabajo.

-Que tal cerramos el trato y después me uno a ustedes?

-Vale –contesto entusiasmado Joaquín.

Díez minutos después firmamos los papeles, le entregué el dinero y me entrego las llaves de mi nuevo vehículo.

-Quieres jugar? Vicente me extendió una cerveza.

Una hora más tarde y después de varias manos con las cartas, habíamos acabado con toda la cerveza en total fueron seis de un litro, yo ya me sentía algo mareado, mis amigos se veían un poco mas embriagados, ya que, ellos habían empezado la fiesta dos horas antes de que yo llegara.

-Que!!! –Balbuceo Vicente al ver que toda la cerveza se había terminado.

-Yo invito la siguiente ronda, voy por ella y así estreno mi nuevo bebe! -Dije

El sol ya se había puesto en su totalidad y la tarde se tornaba ya obscura. Quince minutos después volví con un par de botellas de tequila.

-Ya llegué, a quién le gusta el tequila??? –Pude ver la complacencia en sus ojos.

-Entra que ya voy a cerrar –Me apresuró Joaquín levantándose de su asiento. Me quede de piedra al levantarse mi amigo y mostrar en su entrepierna una semi erección, justificada por el nuevo número de la revista play boy que les había llegado y que miraban justo cuando entre, el debió notarlo, ya que, siguiendo mi mirada bajo la vista hacia su abultado pans que aprisionaba tan delicioso pedazo de carne y se lo acomodo por un lado.

-Hay algo de acción ahí abajo ehh! –le dije con tono relajado nada insinuante.

Jajaja – Reímos los tres

-Anda caliente el primo ehh –Intervino Vicente –Ves wey lo que te deja encabronarte con la Paty, te mando al carajo y creo que ahora si es enserio, ya son dos meses que no te habla.

-Wey la Paty no mas nada de nada y yo ando que reviento. –Confeso Joaquín. –Ando fogoso, -Se toco el endurecido bulto- mientras cerraba el local.

Jajaja reímos de nuevo.

Después de una botella de tequila decidimos beber caballitos de tequila de golpe el que perdiera cada mano tenía que beberlo. Como Vicente no era del todo bueno con la baraja al terminar 5 manos estaba que se balanceaba de un lado a otro, yo no me sentía tan mal y Joaquín estaba un poco mas caliente, ya que, de vez en cuando echaba un ojo a la revista y se tocaba el bulto cada vez con mayor descaro.

Dicen que el alcohol pone a uno cachondo y de verdad que esa noche lo comprobé, eran ya las 11 y media de la noche. Decidí jugármela del todo, Vicente había caído tendido en el sillón hace diez minutos y Joaquín y yo continuamos el juego.

-Wey vamos a pararle ahí, yo no podría beber una gota mas de tequila. -Le dije a Joaquín, -haber préstame la revista.

Joaquín estaba en el sofá junto al inerte Vicente que dormía sentado desparramado, con las piernas abiertas, los brazo cruzados y con la cabeza echada hacia atrás en el respaldo, yo sentado en el pequeño banco, comencé a hojear la revista sentado cerca de mi amigo quien inclinado hacia mi no perdía detalle de cada página. En realidad le ponía cero atención a la revista y no me perdía el espectáculo de la entrepierna de Joaquín que estaba tan cerca de mí que sentí cuando su respiración comenzó a aumentar por la páginas de aquel erótico número de la revista. Sin mas preámbulo y sin quitarle un ojo a la revista deslice mi mano izquierda a su rodilla, el me miro, luego miro mi mano sobre su rodilla.

-Que onda wey? –Me dijo, en sus palabras entrecortadas y en su aliento eran obvias ya las copas que tenía encima. Mi amigo ya no estaba en sus cinco sentidos, cualquiera me hubiera volteado un puñetazo en ese momento.

  • Nada wey solo estoy probando tu capacidad para no distraerte.

Jajajaja, reímos ambos, pero yo baje más mi mano por su rodilla hasta tocar su pierna, podía sentir con cada poro de mis dedos que su temperatura subía y que la transpiración ya no era la misma, el olor a tequila con cerveza que emanaba y sus palabras entrecortadas me tenían ya al borde del orgasmo. Baje la mano justo hasta su muslo, en esa zona en donde todos sentimos que los testículos se contraen de excitación con una caricia, y eso debió pasarle a mi amigo, ya que vi como arqueó la espalda. El mantenía su mirada en la revista, pero su mente ya seguía con detenimiento los movimientos de las yemas de mis dedos sobre su muslo.

Dicen que todo hombre tenemos una línea muy delgada entre la homosexualidad y la heterosexualidad y yo estaba ayudando a Joaquín a cruzar esa línea. El alcohol en la sangre de mi amigo impidió que sus sentidos reaccionaran a tiempo y se apartara antes de cruzar el umbral.

Finalmente las puntas de mis dedos tocaron su sexo, lo primero con lo que hice contacto, fue con su miembro, que comenzaba a cobrar vida bajo un bóxer de tela muy delgada, mi amigo no desvió la mirada ni un momento de las pagina de la play boy, se mantuvo inerte ante mis caricias, se dejo hacer, no dijimos ni una palabra, sobé su miembro por unos minutos y después adopto una posición mas cómoda en el sofá con las piernas abiertas y se recargo en el respaldo, deje le revista y me arrodillé enfrente de él, simplemente cerro los ojos y dejó que mi mano con gran maestría le bajara la calentura que traía encima. Seguí con mi tarea, toqué su miembro por encima de su pans de algodón, y sentí como cada centímetro de su pene se llenaba de sangre y cobraba vida, lo apreté por completo ya en una semi erección y mi amigo dejo escapar un leve suspiro, di el siguiente paso, lo mire, permanecía con los ojos cerrados, levante un poco su camiseta dejándome ver la hilera de vello rizo que corrían desde su ombligo hasta perderse en el elástico del pans. Tomé el resorte de la prenda, y poco a poco la deslice hacia abajo, golpee levemente su cadera para que se levantara un poco y por inercia él lo hizo -ahora tenía acceso total a este machito- hasta ese momento no le había prestado atención a la radio, sonaba una versión extra larga de la canción hung up de Madona, que junto con otras mezclas electrónicas ayudaron a crear una atmósfera en la que dejamos de pensar y simplemente nos dejamos guiar por los deseos. Me olvide del inerte Vicente que dormía sentado aun lado de mi victima y despoje a mi amigo de su húmedo bóxer color gris que parecía le quemaba y clamaba a gritos ser arrancado de su cuerpo. Su pene de un salto fue liberado orgulloso con una semi erección lucia recargado hacia su costado izquierdo, sin haber sido circuncidado era prefecto el prepucio cubría solo la mitad de su rojizo glande, lo tome delicadamente, mire a mi amigo a la cara, quien, con sus hermosos ojos pícaros me devolvió una mirada de complacencia y con una débil sonrisa me autorizó a hacer mío su tan preciado tesoro viril. Masturbe delicadamente ese moreno trozo de carne por unos segundos e instantes después sujetando firmemente su falo con una mano y con la otra aferrándome a sus marcadas y velludas piernas acerque poco a poco mis labios al preciso glande, conforme avanzaba pude sentir mas fuertemente su olor, transpiración de su entrepierna, semen, grasa de motor, alcohol, gasolina y deseo desbordado. Metí en mi boca, sin esperar un momento, su tieso falo que pedía a gritos ser saciado. Delicadamente con mi labios y lengua aparte el prepucio de su glande -y su respiración definitivo aumento al doble- la cabeza era rozada y el cuerpo completo del falo era de un color moreno que únicamente se veía contrastado por las venas que saltaban a la vista y que pude sentir centímetro a centímetro con mi lengua, el falto debía medir unos 16 centímetros en todo su esplendor era ancho y lucia una mata de vellos rizos que lo rodeaba completamente y se perdía en sus cojones que tenían un tamaño considerable y estaban resguardados celosamente por el escroto, cada una de sus cojones se contrajo al máximo al sentir el contacto de mi juguetona lengua, levante el falto y comencé a lamer esa parte mas intima de un hombre, la parte entre el ano y el escroto, levante un poco sus piernas y mi amigo hundido en sus pensamientos sintió solamente como un par de veces mi lengua se deslizo suavemente por su ano, que igualmente tenia una pequeña mata de vellos rizos, volví a su pene e introduje cada centímetro en mi boca, mientras con mi mano izquierda jugaba con sus bolas, mi boca quería extraer esa rica leche, tuve en ese momento la segunda idea mas sucia de ese día, mi mano derecha se desplazo de acariciar la desnuda pierna de Joaquín a acariciar la pierna de Vicente que dormía profundamente a escasos centímetros de la escena en el mismo sofá.

Vicente no se había inmutado con todo y con que los ruidos ya habían ido en aumento.

Mientras succionaba apasionadamente el duro falo de Joaquín acariciaba ya con descaro la pierna de Vicente, quien permanecía en un sueño profundo, juguetee con mi lengua en el orificio que coronaba el pene erguido de mi amigo y luego lo mire, a los ojos. Miraba fijamente como mi mano recorría la pierna de su alcoholizado primo, creo que esto lo excito de sobremanera, ya que, comenzó a levantar sus caderas al ritmo de mis mamadas, deslice mi mano por el muslo de su primo y empecé a tocar suavemente su pene por encima de los jeans que no tardarían en ser arrancados de su cuerpo.

Joaquín me miro ahora fijamente a los ojos y unos segundos después me hizo una seña con la cabeza, despegue un momento mi boca de su insaciable falo y con mis dos manos libere el botón de los jeans de Vicente, volví con mi boca y una de mis manos al pedazo de carne de mi ardiente amigo y con la otro me empecé a abrir paso por los ajustados vaqueros de Vicente. Joaquín no se distraía ni un segundo seguía atento los movimientos de mi mano derecha en la entrepierna de su primo. Me incorporé un momento y baje completamente hasta la altura de los tobillos los pantalones de Vicente quien por el jaloneo solo abrió los ojos por un segundo y volvió a dormir. Vicente lucia uno ajustado bóxer de algodón color blanco, el miembro que lucia era de muy buen tamaño, un poco más delgado que el de su primo mayor pero igualmente nada despreciable, la escena tenía el morbo al máximo

Entonces Joaquín se puso de pie, se arrancó prácticamente la camiseta y con los pans y el bóxer a los tobillos se paro justo detrás de mi y con el miembro completamente tieso y sin pedirme permiso me restregó el falo en mi trasero, diciéndome al oído, wey ninguna vieja me lo había mamado como me lo acabas de hacer, como pudo me arranco los pantalones, yo arrodillado en cuatro no perdí el tiempo y mientras Joaquín preso de la calentura y el alcohol me restregaba el falo por mi raja encima del bóxer yo comencé a succionar el pene de Vicente, el primo seguí dormido pero su verga comenzaba a despertar por la mamada monumental que le estaba dando, su pene tenía un sabor delicioso, diferente al de Joaquín, obviamente la transpiración a los 17 años es distinta lo que hacía que el olor de Vicente fuera mas ligero pero igualmente penetrante, tenía un abdomen menos marcado que el de su primo, completamente lampiño de cintura para arriba, pero tenía una mata de vello semi oscuro alrededor de su miembro que le hacia un marco perfecto a este chaval adolescente que diría yo, lo estaba violando, porque no se inmutaba en lo mas mínimo sin embargo, su falo alcanzo su máxima longitud en menos de dos minutos, dos centímetros mas largo que el de Joaquín, lucia completamente erecto y apuntando ligeramente hacia abajo, el color es de un todo claro, como toda su piel, su escroto es tan terso que no pude contenerme y me lance a escudriñarlo con mi lengua, hasta llegar a su ano, deslice mi lengua por esa área tan preciada, su esfínter tenía un color rosado oscuro y se contraía con cada lenguetazo, vaya que festín me estaba dando con los dos primos, levanté una de sus piernas, que si bien son delgadas, son muy macizas, mi amigo se movió un poco y suspiró, sin duda tenía un sueño muy húmedo, recorrí cada parte de su entrepierna con mi lengua, con uno de mis dedos acaricié su preciado anito, tenía ligeros vellos rubios entre las piernas que se unían a su escroto y bajaban levemente a su ano. Que manjar!

Joaquín se despojo de los zapatos y se saco las prendas que ahora le estorbaban en los pies, quedando completamente desnudo se tomo un respiro y dio un paso hacía un escritorio cercano, abrió el cajón y supe entonces cuales eran sus intenciones, supuse que a mas de una de sus novias se debieron haber cogido en ese mismo sofá

Joaquín saco un paquete de preservativos y un tubo de lubricante del cajón. Se acerco a mi oido mientras sobaba su pene completamente erecto de arriba a abajo y me dijo:

-Te han culeado un par de mecánicos ebrios en un taller putito?

Dejé un momento mi tarea con Vicente y lo mire con una sonrisa que el tomo como aprobación a su expresa petición de penetrarme.

-Wey lo has hecho antes?

-Que, sexo? Si muchas veces y en este mismo sofá, pero con un cabrón no, vas a ser el primero putito, me pusiste cachondo y te voy a reventar ese culito redondo. -Su tono entrecortado delataba que seguía bajo la influencia del tequila reposado que habíamos estado bebiendo- El cabrón de Vicente –siguió hablando mientras destapaba un preservativo- se folla a su vieja por el culo, por eso tiene este lubricante aquí y dice que aprieta delicioso, la Paty nunca ha querido hacerlo conmigo –pero con este culo me doy por bien servido! –Me dio una nalgada mientras se colocaba el preservativo.

Arrodillado frente a él lo ayude a ajustar el condón alrededor de su falo, le di unos cuantos lenguetazos en sus cojones que colgaban orgullosos debajo de ese moreno camote duro y erecto que apuntaba ligeramente hacia el techo, lo masturbe un poco y me aferre con la boca a el como nunca, le acaricie sus nalgas morenas y apretaditas y entonces me sujetó de los cabellos con un poco de rudeza y comenzó a mover mi cabeza al ritmo de cada estocada, en cada clavada introducía poco mas de la mitad de su falo, me sorprendí de mi capacidad de engullir en ese momento. Con una de mis manos libres seguí masturbando como podía a Vicente y acariciándolo de arriba abajo, mientras que con la otra moderaba las estocadas de Joaquín.

-Basta de mamadas, cabrón ahora si vas a saber lo que es tener una verga dentro.

Estas palabras zumbaron en mis oídos, Joaquín se coloco detrás de mí.

-Dale wey mámasela a ese cabrón no te distraigas y acomódate bien.

Me acomode en cuatro nuevamente, con el culo a disposición de Joaquín y con la cara metida entre las piernas de Vicente. Joaquín escupió en mi raja y esparció su saliva con una mano, deslizó uno de sus dedos por mi esfínter, a pesar de yo pensar que este cabrón era un salvaje me trato con suma delicadeza, acarició con su dedo medio mi esfínter y poco a poco lo fue introduciendo, entonces tomo el tubo de lubricante y lo exprimo justo en mi ano, lo esparció con su mano libre y colocó su pene en la entrada de mi ano. y comenzó a intentar meterlo, mi apretado culo, se resistía, pero el lubricante facilitó las cosas, la fuerza de resistencia de mi esfínter se doblego ante semejante guerrero de carne que se abría paso y termino por entrar la cabeza dura de ese falo ardiente.

-ahhhhhh, espera cabrón, me estas partiendo –lo detuve en seco con una mano y el se contuvo de seguir con la penetración.

Delicadamente me acaricio las nalgas y se aferro a mis caderas, dejo que por un minuto mi cuerpo se acostumbrar al suyo y luego siguió entrando mas y mas, sentí como cada vena de su carne se fusionaba a cada pliegue de mi esfínter en un fuego que me quemaba pero me tenia completamente extasiado, retomé el trabajo con Vicente, deslizaba mi lengua por toda la longitud de su falo, mientras cada vez Joaquín entraba mas y mas en mi. Su fogoso pene endurecido al máximo ya estaba a más de la mitad dentro de mi cuerpo, comenzó a entrar y salir, al entrar me sentía completamente suyo y al salir me dejaba un vacío que deseaba de inmediato que volviera a llenar, me penetro lentamente por poco mas de cinco minutos, no lo había metido aún hasta el fondo, sin embargo sentía el sudor de sur piernas escurrir y mojar mis ingles. Entonces saco su miembro y de una estocada lo enterró hasta el fondo, sentí como resbalo su miembro completamente por mi intestino, hasta golpear sus cojones con mi nalgas

  • Hayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy

Sentí que desgarro completamente mi esfínter. A pesar de que ahogue inmediatamente mi grito, fue muy tarde…Vicente abrió los ojos como platos y me miro directamente a los ojos, fue como si se hubiera detenido el tiempo un instante, yo en cuatro con mi cara entre sus piernas y con su falo entre mis labios, además recibiendo las estocadas de su primo, quien después de ver que Vicente había despertado dejo su pene bien adentro y no lo movió ni un centímetro, Vicente veía sorprendido la escena no se explicaba como había iniciado todo y como sus jeans y sus bóxer habían llegado hasta sus tobillos

-Que, que es esto??? –apenas pudo articular palabra