El Taller (2)

Alcohol, sexo y motocicletas.

Nadie dijo nada, poco a poco Joaquín comenzó su vaivén dentro de mi, perforándome nuevamente con su caliente trozo de carne. Yo simplemente seguí chupando el miembro que tenía enfrente, Vicente seguía viendo perplejo como mi lengua recorría cada centímetro de su pene, ahora era conciente de lo que estaba pasando, pero el elevado nivel de alcohol en él mas que en Joaquín o en mi no le dejo oponer ninguna resistencia, permaneció con los ojos abiertos por unos instantes mas viendo como su pene desaparecía en mi boca una y otra vez, mi saliva ahora mojaba todo su sexo, sus cojones estaban completamente mojados de su sudor y mi saliva. Extendí una de mis manos y tome la botella de tequila, que estaba a un costado del sillón, todavía tenía la mitad del preciado líquido

-Toma un poco te pondrá la mente mas en claro. –Le dije a Vicente mientras le extendía lo botella.

Me miro dudando un poco y luego tomo la botella y se la empino, debió haber bebido tres o cuatro tragos de una sola vez. Entonces sus ojos se empezaron a adormilar de nuevo, se limpió la boca de lo que le había escurrido de tequila y bebió otro sorbo, no sé si quería olvidar lo que estaba viviendo, o quería darse valor para más.

-Wey le va a dar una congestión, quítale la botella, es suficiente. – Me dijo Joaquín en un tono preocupado, al tiempo que me sacaba su miembro de mi esfínter y sentía que todo mi intestino salía con el, me quede sobre mis rodillas inmóvil por un momento asimilando el vació en mi trasero.

Joaquín se levanto, le quitó la botella de las manos a su primo y la dejo sobre el escritorio.

-Sabes que wey, mejor le paramos –Me dijo Joaquín en un tono preocupado por su primo que nuevamente había caído en un sueño profundo.

-Seguro? –Le dije al tiempo que me introducía el pene de Vicente en la boca y comenzaba a revivirlo.

-Si wey, ya dejalo!

-Quieres ver como ahorita reacciona?

Me puse a chupar el falo de Vicente como si la vida se me fuera en ello, Joaquín observaba la escena a escaso un metro de distancia. Levante ambas piernas de Vicente sobre mis hombros e introduje mi lengua en su ano, entonces Vicente abrió los ojos y se movió un poco, decidí bajar sus piernas y seguir engullendo su miembro, me metí cada uno de sus cojones en la boca y entonces suspiro de gusto. Para entonces Joaquín ya tenía su miembro en la mano y se masturbaba. La escena le pareció de lo mas erótico, ya que, se acerco, doblo una de sus rodillas en el sofá junto a su primo y me ofreció su viril miembro, lo jale por la pierna y lo acerque hasta que su glande se toco con el de su primo, entonces deslicé mi lengua por ambos rabos, centímetro a centímetro lamí aquellos dos falos calientes, Vicente no volvió a cerrar los ojos. Ambos, ahora, estaba entregados a los deseos de mi lengua. Vicente orillado por el alcohol y el deseo me tomo, con una de sus manos, la cabeza y empezó a acariciarla con suma delicadeza.

-Que, que, -hip- Que rico lo chupas wey comete los dos, trágatelos enteros. El placer por fin había llegado al cerebro de Vicente y ahora lo estaba disfrutando, torpemente se incorporó un poco para recargase mejor y disfrutar del espectáculo.

Con su mano libre se empezó a masturbarse como pudo y a mover su pene como un maniático sexual, el roce de sus herramientas entre ambos primos encendió aún mas el deseo de mis dos machos. Mientras yo sujetaba cada herramienta con mis dos manos y no dejaba de masajear sus cojones.

Entonces las cosas se complicaron mas... Joaquín acariciaba, con su mano izquierda, la cabeza de su primo y con la derecha acariciaba la mía, todo parecía una caricia de primos normal, bueno en estas condiciones ni tan normal, pero el asunto fue a más. La temperatura fue subiendo, ahora Vicente se masturbaba con una mano y con la otra tocaba tímidamente las nalgas de su primo, quién no chisto nada, decidí entonces aprovechar la erección de Vicente.

-Quieres penetrarme –Le pregunte a Vicente acercando mi cara a escasos cinco centímetros de la suya.

Sentí su respiración y percibí el fuerte aliento a tequila que se cargaba. Me miro fijamente con sus preciosos ojos verdes y apenas si pudo sonreír, asintió con la cabeza sin poder articular sonido alguno. Entonces bese suavemente sus labios, cerro los ojos y correspondió el beso sutilmente. Me puse en pie, tome otro preservativo de la mesa lo destape cuidadosamente y me agache a colocárselo a mi embriagado amigo, esto iba a ser complicado, mi lujurioso y ebrio Vicente no se movía ni un centímetro, pero tenia el pene como lanza apuntando al techo, duro y brilloso por mi saliva. Me arrodille en el sofá, quedando arriba y de frente a él, coloqué mis rodillas una a cada lado de sus piernas, él permaneció sentado con el falo firme. Me acomode sobre su lanza y mi esfínter quedo exactamente sobre su glande, tenía un glande no tan grueso como el de su primo, mas bien era poco mas delgado que el resto de su pene, lo que le daba la apariencia de una lanza al estar en completa erección. Flexioné mis piernas hasta sentirlo en la entrada de mi culo, mi pene escurría chorros de líquido seminal que barnizaban el abdomen de mi macho. Joaquín apoyo su rodilla sobre el respaldo del sofá lo que le dio la altura justa para meterme su pene en la boca. Vicente mientras tanto observaba como devoraba el carajo de su primo. La penetrante lanza de Vicente entro mas dentro de mi ano al flexionar yo completamente las piernas, a pesar de ser más delgado que el de su primo mayor, poseía mayor longitud, sentí como si me hubiera llegado tremendo miembro al estómago. Me senté completamente sobre el falo de Vicente y empezó a mover sus caderas, empujando mis intestinos bruscamente, lo ayudé moviéndome al ritmo de sus estocadas al tiempo que no sacaba de mi boca la verga de Joquín. Vicente observaba a escasos centímetro de su cara como cada pedazo de la carne de su primo era engullida por mi boca. Vicente volvió a poner su mano sobre las nalgas de su primo y las acariciaba ya descaradamente, mientras que con la otra sujetaba su falo para que no se saliera de mi culo con el movimiento de vaivén.

-Que cabrón estas primo, la tienes mas gruesa que la mía. –Rompió el silencio Vicente.

-Tu gustas primo? –Le contesto Joaquín con un tono insinuante.

Vicente no contesto.

Yo en mi cabalgata sobre tremendo falo me detuve un momento, saque el erecto pene de Joquín de mi boca y me abalance a besar la boca nuevamente de Vicente, ya sin ningún pudor. Introduje mi lengua entre sus labios y lo hice olvidar que besaba a otro hombre. Me levante un poco adolorido de las piernas, me puse de pie justo enfrente de Vicente, quien abrió un poco las piernas y entonces las tome y las lleve sobre mis hombros. Me agache un poco y sin permitir que Vicente refutara nada acomodé mi pene en la entrada de su ano.

-Wey aguanta!!!, Yo no…Espérate.

No dijo una palabra mas y mi mástil comenzó a intentar entrar por su culo, debilitado completamente por el tequila mi victima no se pudo defender, y entonces empezó a sentir como mi carne se abría paso ahora por su intestino, se tendió completamente en el sofá y se rindió, mi pene se abrió paso cada vez mas adentro.

-Wey..ahhhh. sacalo, sacalo, noooo!

No preste atención a ninguna de las suplicas de mi amigo y me abrí paso en sus entrañas una y otra vez. Adentro y afuera.

-Si, si, Uffff que apretadito estassss!! -sentía como si el mundo entero se cerrara alrededor de mi pene, mi apretado amigo acababa de ser desvirginado del culo y yo había tenido ese privilegio. Se aferro a mis brazos, al grado de casi enterrarme las uñas.

-Nooo cabrón por favor, por favor sácala. –los movimientos de mi amigo eran muy débiles.

Joaquín permaneció viendo la escena por dos minutos y después se coloco detrás mió y acomodando su carajo en mi culo intento penetrarme hasta que lo logro. Le fuerza que hizo al entrar nuevamente en mi la traslade en las estocadas que le daba a Vicente.

Con lagrimas en los ojos me suplico una vez mas que se lo sacara, con la fuerza que ejercía ahora Joaquín detrás de mi, esto era imposible, así que me incline mas para facilitar el trabajo de mi penetrador y me quede dentro, inmóvil dentro de Vicente, me agache hasta tocar mis labios con los suyos y el se aferro a mi cuello, nos besamos, seque las lagrima de sus ojos y comencé a moverme mas lentamente dentro de él, sin dejar de sujetar mi cuello suspiró y comenzó a acostumbrarse a lo ancho de mi falo.

-Despacio –Fueron las siguientes palabras que salieron de su boca.

Introduje mi lengua entre sus labios y le dije.

-Lo que tu digas papi, tu mandas.

Estuvimos en esta pose no mas de tres minutos, le pedí a Joaquín que me lo sacara. Se quito el condón y de pié junto a mi acerco su falo a la boca de Vicente y la mía que continuaban besándose, separe mis labios un momento y lamí el pene de Joaquín lo acerque a la boca de su primo y se fundieron nuestras lenguas en una guerra sin cuartel teniendo como intermediario a ese pedazo de carne ardiente. Nuestros lenguetazos de ves en ves se deslizaban por el glande del primo mayor y esto puso a mil a Joaquín quien se acerco a mi oído y con tono autoritario pero suave me dijo

-Wey dame chance quiero probar este culito.

Me Salí de las entrañas de Vicente para dar paso a su primo. Vicente abrió los ojos que hasta entonces había tenido cerrados y miro ahora a su primo mayor con sus piernas sobre los hombros y con su mástil apuntando a su esfínter recién estrenado.

-Wey, tu no

Joaquín no se detuvo un momento a pensar lo que hacía, simplemente se aferro a las piernas de Vicente y lo penetro muy lentamente, parecía fuera de si, estaba poseído por un deseo sexual tremendo y no tuvo compasión de su primo, se le fue hasta adentro con tremendo falo erecto e hizo retorcerse de dolor a su adolescente primo, mis ojos no daban crédito a lo que veía Vicente completamente triado en el sofá, Joaquín sobre de el sujetando firmemente sus piernas sobre los hombros y dándole tremendas estocadas.

-Espera, ya, ya por favor.- suplicaba Vicente con los ojos casi completamente en blanco.

Mi verga es de dimensiones poco menores a la de Joaquín por lo que pude entender el dolor por el que pasaba Vicente en ese momento.

-Aguanta primito..ufff –soltó Joaquín al ver la cara descompuesta del menor.

Tome otro ángulo de la escena y me hundí en lugar de la acción a escasos centímetro de distancia pude ver como entraba y salía el pene de Joaquín, de las entrañas de su victima, me acerque mas y mas hasta que percibí un olor fuerte a sexo, no me contuve y deslice mi lengua por los morenos cojones de Joaquín, llenos de rizados vellos sudados, los chupe uno a uno con mis labios al tiempo que se contraían con cada penetración, me aferre a las nalgas del macho y ahora deslice mi nariz por su raja -adentro y afuera- el seguía con su tarea de semental, mientras yo me llenaba de los olores de sexo que despedían ambos machos en celo, me puse a un costado del adolorido Vicente y comencé a masturbar suavemente su pene que yacía casi en reposo, alargué mis labios a su boca y encontre respuesta, me beso de una forma tas exquisita que pude sentir al contacto que el dolor ahora se transformaba en placer, nos besamos hasta que

-Uff, ufff, ufff…..ahhhhhhh –soltó Joaquín en las entrañas de su primo chorros y chorros de caliente liquido que escurrían por las orillas del esfínter de Vicente, junto con algunos hilos de sangre.

-Ahhhh -exclamó Vicente al sentir una estocada mas adentro y sentir como la caliente herramienta de su primo se contraía y expulsaba semen en su interior. Los chorros de líquido le generaron una sensación de alivio al sentir que el ardor de su trasero era sofocado y consolado por tremenda corrida de Joaquín.

Yo me dedique a apagar el ardiente fuego que Vicente todavía sentía en su boca y no lo solté hasta que Joaquín se salió de dentro de él. Al sentir como la herramienta cada vez mas flácida de Joaquín abandonaba sus entrañas sintió la tremenda necesidad ahora de saciar ahora sus instintos, me beso con mas fuerza, y enseguida que Joaquín se levanto para limpiarse el falo ya casi en reposo y retirarse el condón que lucia con una abundante cantidad de leche, se me fue encima dominándome por completo con sus brazos, no me dejaba moverme, sentí un poco de miedo al principio por su reacción, pero enseguida entendí su deseo, me beso de pecho a cabeza, levanto mis pierna sobre sus hombros y entonces me penetro, olvidándose por completo de colocarse otro condón, no me importó nada en ese momento, al sentir nuevamente dentro de mi tremenda lanza ahora completamente erecta y de un color rojo ardiente, me olvide de mi y me entregue completamente a sus pasiones, me penetro una y otra vez, como tratando de deshacerse del dolor que sentía todavía en su culo, en cada estocada veía yo el sucio techo del taller cada vez mas y mas cerca, como en una alucinación, colocó entonces sus brazos como un par de columnas irremovibles a cada costado de mi cabeza e instintivamente me aferre a ellos, lo mire directo a sus aceitunados ojos verdes y vi fuego en ellos su cabello se balanceaba de adelante hacia a tras sin control y entonces me esbozo otra débil pero bella sonrisa, ésta sello el acto. Con sudor en la frente que escurría y me caía encima, me acerque y le bese, el introdujo bruzadamente su lengua por mis labios y empezó a acelerar su ritmo. Segundos después

-Cabrón, ahhhhhhh, que delicia…toma, toma, toma -Me dijo en palabras temblorosas por el alcohol, la excitación y el cansancio.

Joaquín observaba de pie a corta distancia extendí mi mano y acaricie suavemente su miembro ahora completamente en reposo me aferre entonces con una mano a su pierna y con la otra al cuello de mi Vicente, mi penetrador. Sentí al instante como me inundaba con chorros de semen, una y otra, los testículos de Vicente chocaban contra mi trasero y expulsaban tremenda cantidad de leche, mi semental me besaba el cuello mientras yo permanecía inmóvil bañado completamente en sudor Entonces eyacule arrojando mas de cinco chorros de mi líquido sobre el abdomen de Vicente que reposaba sobre mi cuerpo completamente agotado.

Todo fue silencio por un tiempo tratábamos de asimilar lo sucedido en los últimos veinte minutos y del cómo por arte de magia el alcohol en nuestros cuerpos, se había evaporado casi por completo. Permanecimos sin movernos, Vicente y yo en el sofá sentados, y Joaquín ya se había comenzado a vestir.

-Tenemos un dicho mi primo y yo –Rompió el silencio el primo mayor. –Lo platicado, lo bebido y lo cogido en este taller se queda en este taller – Nos miro a ambos. Asentimos con la cabeza y comenzamos a vestirnos en silencio.

-Lo pase muy bien –dije rompiendo nuevamente el hielo. Me tengo que ir.

Salí del lugar por una pequeña puerta que daba a la calle, simplemente haciendo una seña con la mano.

-Vendré después al servicio de la moto. –dije ansioso de repetir la vivencia.

Me puse el casco, me monte en la moto y me aleje del lugar, dejando atrás únicamente la ráfaga de ruido del motor.

No he vuelto al taller, hasta ahora, sin embargo, he pasado por ahí discretamente y veo trabajar a los dos primos como si aquella noche se hubiera borrado de sus memorias.

Parte realidad parte ficción espero les haya gustado… su amigo Olaf